50. Chun-Li y M. Bison en Street Fighter (1994)
Una lección magistral de guion donde menos cabría esperarla: en la mamarrachísima adaptación de un videojuego de peleas. Aplíquese el cuento si es usted un supervillano: los grandes malos entran tarde a los diálogos y solo ellos les ponen el punto final.
49. La secuencia inicial y el primer número musical de Shock Treatment (1981)
Escuche lo que le digo: esto lo rueda usted hoy, le quita las canciones y lo salpimenta con unos lens flare resultones y le queda un episodio de Black Mirror de los que hacen correr ríos de baba. La película, un musical de Jim Sharman y Richard O’Brien, se reseña frecuentemente como un spoof sobre la televisión, pero no lo es; es una distopía al estilo The Truman Show, (con la que, por cierto, comparte bastante detallitos). Su tema no es reality show, un género que en 1981 todavía no había pegado el petardazo, sino los quiz shows descerebrados y otros formatos delirantes de la telebasura de la época. ¿Es una película buena? No es una película buena. Es un brainstorming donde, en lugar de descartar las peores ideas, se han aplicado a la vez todas las ocurrencias. Y la música, pse. Pero con Sharman y O’Brien poca broma; estos señores hicieron The Rocky Horror Picture Show. Y Shock Treatment, de hecho, se vendió como una continuación de aquella, aunque en eso también engaña: no estaban ni Tim Curry ni Susan Sarandon, solo para empezar.
48. La muerte de Russell en Deep Blue Sea (1999)
Si se cuenta usted entre quienes aborrecen Sharknado (nosotros no, quede eso bien claro), le comento que hay algo peor que hacer Sharknado: hacer Sharknado con complejines, con la boca pequeña, como pasando vergüenza por estar haciendo un cantar de gesta flipado con tiburones de CGI. Y eso es precisamente Deep Blue Sea. Eso sí: al menos nos dejó una carnicería tan memorable como esta. Y con Samuel L. Jackson, nada menos, que precisamente con títulos como este ascendió al trono de las buenas películas malas. A su diestra se sienta Jack Black y algún día heredará su reino, pero a día de hoy el cetro es todavía de Samuel L. Jackson.
47. La escena del espejo en Absolutely Anything (2017)
Un buen gag, sí. Uno solamente. Con lo que prometía esta película, madre de Dios. Dirigía Terry Jones, protagonizaba Simon Pegg y contaba con Robin Williams y los Monty Python, juntos en la gran pantalla por primera vez desde The Meaning of Life.
46. El impacto del meteorito en Deep Impact (1998)
Es posible que crea usted haber visto ya esta escena sin haberla visto realmente; así es de parecida a todos los demás impactos de meteoritos que han venido después. Su astrofísico de referencia podrá confirmarle que realista, realista, lo que se dice realista, no es. Y en 2019 esta secuencia impresiona poco, empezando solamente porque contiene todos los clichés cinematográficos propios de este tipo de catástrofes. Pero dese cuenta usted de que Mimi Leder, con esta secuencia, fue quien acuñó esos mismos chichés. Deep Impact, que por lo demás es una película flojísima, marcó un antes y un después en la retórica de la devastación cinematográfica. Y sin música, ojito con eso.
45. La entrada de Wonder Woman en Batman v Superman: Dawn of Justice (2016)
A Batman contra Superman le ocurrió lo peor que le puede pasar a una película que se titula Batman contra Superman: que la mejor secuencia no sea ni de Batman ni de Superman. Es la primera aparición de Zack Snyder en esta lista y no será la última.
44. La conversación entre Karl Barnhardt y Klaatu en The Day the Earth Stood Still (2008)
Si se pregunta usted por qué John Cleese no se pone un calzado más decente para dialogar con un todopoderoso semidiós extraterrestre, se lo respondo yo: porque tiene la razón. Y tener la razón es no tener que quitarse las pantuflas. Así fue este remake del clásico de ciencia ficción de 1951: finísimo en unos tramos, particularmente en los duelos dialécticos, y bastísimo en todos los demás. Pero no le vamos a reprochar a Scott Derrison su fascinación con los efectos especiales digitales, que seguramente fue lo que arruinó la película; en Doctor Strange pecó de lo mismo y en esa ocasión le salió un espectáculo redondo.
43. La realidad virtual en Johnny Mnemonic (1995)
«Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Seguro que le suena. Es la tercera y más famosa de las leyes descritas por Arthur C. Clarke en Profiles of the Future. Johnny Mnemonic, tan poco lustrosa en todo lo demás, en esto acertó de pleno: su internet del futuro (el internet de 2021, se supone) era pura nigromancia. Aun así, casi cualquier película de los primeros años noventa en torno al asunto de la realidad virtual se parece a esta y es mejor que esta. Recomendaciones: Virtuosity, The Lawnmower Man y sobre todo la fabulosa Strange Days de Kathryn Bigelow. Y luego, ya si eso, Johnny Mnemonic.
42. La gran ola en The Perfect Storm (2000)
No hay mucho más que decir: es una ola buena en una película que va, fundamentalmente, de olas. Usted no sé, pero yo a esto lo llamo hacer los deberes y ya está. Si le interesa el historial delictivo del Wolfgang Petersen, en esta casa le dedicamos un artículo a su adaptación de La historia interminable.
41. Malas noticias en Robin Hood: Men in Tights (1993)
No lo diga, ya lo decimos nosotros: Mel Brooks, sí. El maestro del spoof, el profeta de las parodias, el hombre que hizo Spaceballs, The Producers y The Young Frankenstein. Mel Brooks en un recuento de películas poco memorables. A lo mejor ese es el problema, mire usted: que las comparaciones son odiosas. Robin Hood: Men in Tights no estuvo a la altura de casi cualquier otra película de Brooks, y aun así nos dejó escenas tan brillantes como esta.
40. La secuencia del tocador en Sucker Punch (2011)
Segunda aparición de Zack Snyder en esta lista. Su genio como realizador es simplemente innegable; que no da una a derechas desde 300 es casi igual de evidente. Esta secuencia no solo comporta mucha maña técnica; es también un ejercicio de virtuosismo en una película que iba de cualquier cosa menos eso (todavía no sabemos muy bien de qué iba Sucker Punch, para qué engañarle). Que no le extrañe encontrar esta misma secuencia junto a otras de grandes peliculones en este artículo que dedicamos al cine y los espejos.
39. La burocracia en Jupiter Ascending (2015)
Los lectores de Douglas Adams reconocerán la influencia aquí de los vogones, aquellos alienígenas suyos tan inclinados al papeleo y la burocracia. Y los más cinéfilos reconocerán el homenaje a Brazil, de Terry Gilliam, a quien las hermanas Wachowski invitaron a que hiciera un cameo dentro de la propia secuencia. Pero cuando una se gasta cerca de doscientos millones de dólares en hacer una película, sin embargo, la peor de las noticias es que una de las secuencias más baratas sea, a la vez, una de las pocas decentes de toda la cinta.
38. La entrada de Poison Ivy en Batman & Robin (1997)
Una reliquia, puro canon de aquellos Batmans pedorrísimos de la era Burton–Schumacher. Con su entrada triunfal (recuerde: entonces los supervillanos irrumpían en fiestas), su homoerotismo disparatado (recuerde las escenas de suit up) y uno de los gadgets más delirantes que se le conocen al hombre murciélago: la bat-tarjeta de crédito.
37. La escena del cristal en The Lost World: Jurassic Park (1997)
Ah, qué ironía. En la primera Jurassik Park Ian Malcolm le echaba en cara a John Hammond la ausencia de dinosaurios en su parque de dinosaurios; en la segunda, ahora protagonizada por él mismo, la mejor secuencia de acción tenía el siguiente recuento de dinosaurios: cero.
36. Hamlet en The Last Action Hero (1993).
Y cuidado, que no es la única secuencia que podríamos mentar; está también la del funeral, la de Charles Dance mirando a cámara y su discurso final en la azotea. Muchos reivindican hoy esta película, en parte por su valor nostálgico y en parte por su propio concepto metanarrativo, que por aquel entonces no estaba tan visto en las grandes superproducciones. Junto a Medicine Man, su anterior película, The Last Action Hero completó el hostión de espanto de John McTiernan, otrora fulgurante estrella de Hollywood; venía de hacer Predator, Die Hard y The Hunt for Red October, ahí es nada.
35. La aparición del rey en The Cell (2000).
De Zack Snyder o las hermanas Wachowski se podrá decir lo que se quiera, pero al menos completaron un pepinazo universalmente aclamado como tal y eso no se lo quita nadie. Tarsem Singh, sin embargo, lleva toda la vida en el candelero y todavía no ha hecho una sola película redonda. Las más completas son seguramente las dos primeras, The Cell y The Fall, y de ambas puede decirse prácticamente lo mismo: victoriosas en lo visual, regulín regulán en todo lo demás. Esta no es la única secuencia que salvaríamos de The Cell, porque tiene de todo: desde felices experimentos con gaseosa hasta muchos y muy logrados homenajes a hitos cinematográficos, como este a Fellini Satyricon.
34. La fuga de Grindelwaldg en Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald (2018)
Nada que usted no sepa ya a estas alturas del carrete: la primera de la franquicia, Fantastic Beasts and Where to Find Them, es una maravilla; la segunda, Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald, no hay por donde cogerla. Eso sí: la secuencia inicial, en la que Grindelwald escapa de la justicia, estuvo a la altura de las mejores batallas aéreas de la saga Harry Potter.
33. La muerte de Merlin en Kingsman: The Golden Circle (2017)
Y aprovechamos la ocasión para recordarle que la primera película de esta saga, Kingsman: The Secret Service, es un auténtico portento y que tiene usted que verla.
32. La conversación entre el doctor Chandra y HAL en 2010: The Year We Make Contact (1984)
Un duelo dialéctico en la continuación de 2001: A Space Odyssey y una lección sobre cómo componer un anticlímax cinematográfico. Pocos monstruos han tenido una redención mejor que la de HAL. Dígase, eso sí, lo evidente: si le interesa, lea mejor el libro, 2010: Odyssey Two. La película no es muy allá.
31. La muerte de Lord Beckett en Pirates of the Caribbean: At World’s End (2007).
Y otra redención, esta vez de un personaje menor en la franquicia Pirates of the Caribbean. Es tanta la machaconería de Disney con estas películas (seis han hecho, seis; y la cosa amenaza reboot, no se lo pierda) que al final, a fuerza de insistir, han salido un puñado de secuencias muy memorables. Esta no es seguramente la mayor de todas pero sí es la mayor entre las que aparecen en las entregas más flojas de la saga.
30. El cameo de Carrie Fisher en Scream 3 (2000)
Un cameo que lo tiene todo: autoconsciencia, metanarrativa, parodia del género… Y a Carrie Fisher, te adoramos Señor, interpretando a un chiste de sí misma en las horas más bajas de su propia carrera cinematográfica. Si no es el mejor cameo en la historia del cine, cerca le anda.
29. La abducción en The Forgotten (2004).
Un thriller que en España se tituló Misteriosa obsesión. Si el título le suena es porque uno de cada tres telefilms se titula así, no porque haya visto usted esta película. Es mala con avaricia pero tiene un gimmick como hay pocos, una cosa que quita el sentido. Y ejecutado con una sobriedad que hiela la sangre. La cosa pierde sin la hora previa de thriller emocional con Julianne Moore llorando a papo tendido, pero se hace usted cargo. Contexto: Moore es una madre que perdió a su hijo, un niño pequeño, en un accidente aéreo acontecido dos años atrás. Vencida por el dolor, se consuela con la idea de que haya sido raptado, pero cuando se lo confiesa a su marido este le dice que nunca tuvieron un hijo. Y en pleno relato de sus terribles tribulaciones emocionales, tachán: esto.
28. El final en Millennium (1989)
Un final a lo grande, casi de ópera. Un final rotundo, inapelable y desacomplejado. Un final como ya no se hacen finales. Pero si Millennium no ha accedido todavía al estatus de culto eso es que ya no lo va a hacer. Y a día de hoy todavía tiene un irrisorio 11% en Rotten Tomatoes. Que la película es rara y estrafalaria no se puede negar, pero también lo es Logan’s Run, del mismo director, y ahí está, todo un clásico. Por no tener no tiene ni una escena en YouTube que podamos enseñarle, tendrá que contentarse con el tráiler.
27. Ra da la vuelta al mundo en Gods of Egypt (2016)
Una secuencia memorable por su cualidad insólita; la mitología antigua abunda en el cine, la cosmogonía es otro cantar. No es nada frecuente, pero nada, que en el cine se ilustren cosmovisiones antiguas con este grado de literalidad.
26. El opening en The Flintstones (1994)
Una imagen vale más que mil palabras, y dos más que dos mil. Así que pocas hay que añadir a esta pantalla partida con dos secuencias: en una el opening original de los dibujos animados de Los Picapiedra y en la otra su adaptación cinematográfica. Del cartón piedra olvídese, eso lo de menos; en lo meramente cinematográfico, esto es pura filigrana.
25. La aparición de Gatsby en The Great Gatsby (2013).
Como le ha ocurrido ya a Baz Luhrman en alguna otra ocasión, también su adaptación de F. Scott Fitzgerald tuvo unos primeros veinte minutos espectaculares y luego hora y media de Dios sabe qué. La irrupción de Leonardo DiCaprio corona estos veinte minutos y lo hace con toda una exhibición de aquellas dos cosas que mejor le salen a Luhrmann: el ritmo cinematográfico y los fiestones.
24. La masacre inicial en Ghost Ship (2002)
¿Se le ocurre manera mejor de empezar una película? A nosotros tampoco.
23. La cámara subjetiva en Doom (2005)
La imitación es también un arte, le pese a quien le pese (y en el cine esto le pesa a mucha gente). La misma razón que avala el opening de The Flintstones un poquito más arriba es la que avala esta secuencia de Doom en la que la cámara adopta el mismo punto de vista que en el videojuego original (es decir, el punto de vista del jugador). Creatividad: cero. Merecimiento técnico: todo el del mundo y más.
22. La secuencia inicial en X-Men Origins: Wolverine (2009)
Una secuencia reincidente en todos los recuentos, como este mismo, de secuencias buenas en películas malas. Muchas veces se le granjea incluso una posición entre las tres mejores. A nosotros, lo admitimos, no nos parece precisamente la bomba, pero si obra el consenso en torno a su calidad, sea. Le damos la posición veintidós, eso sí, y ni una mejor. Ahí tiene usted la sección de comentarios: siéntase libre de expresar su descontento o proferir amenazas de muerte, lo que más le pida el cuerpo.
21. La explosión nuclear en Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (2008).
Que no era plausible, dijeron. Que una nevera no protege del estallido de una bomba nuclear, dijeron. Que aquello desmerecía la verosimilitud de la saga, dijeron, porque se conoce que hasta entonces Indiana Jones era neorrelismo italiano. Ni siquiera era la peripecia más extravagante que acometía un cascadísimo Harrison Ford en Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, pero ellos erre que erre con la nevera. Usted ni caso, háganos ídem. Es una secuencia perfecta. Posdata: y nos quedamos con ganas de añadir a esta lista la persecución en la jungla.
20. Don’t Nobody Bring Me No Bad News en The Wiz (1978)
Tenemos los derechos de un musical que triunfa en Broadway, se dijeron; tenemos a Diana Ross y Michael Jackson en los papeles principales, se dijeron; tenemos a Quincy Jones como arreglista y a Joel Schumacher como guionista, se dijeron; y nos proponemos hacer blaxploitation en pleno auge del blaxploitation, se dijeron. ¿Qué puede fallar en la adaptación cinematográfica de The Wiz?, se dijeron finalmente. Respuesta: todo. O no, perdón, todo no. Varios números se salvan y algunos llegaron a ser excelentes, como este que protagoniza Mabel King como la Bruja Malvada del Oeste. Si le conquista, recuerde que la música original de este musical es portentosa.
19. Gollum y Bilbo en The Hobbit: An Unexpected Journey (2012)
Si algo bueno tuvieron las películas de The Hobbit, castigadísimas por la crítica, por el público y por cualquiera con ojos en la cara, es que las escenas más emblemáticas del libro salieron, por lo general, bastante bien. Nos referimos, por ejemplo, al pasaje de los trolls, al encuentro entre Bilbo y Smaug y a esta otra, el encuentro entre Bilbo y Gollum. Seamos optimistas: quizá algún día Peter Jackson quiera hacer historia y ponga a la venta por primera vez no una versión extendida, sino reducida, de su propia creación. Y solo entonces The Hobbit será la gran película que ahora mismo se esconde troceada entre casi nueve horas de metralla.
18. El nacimiento de Sandman en Spider-Man 3 (2007).
Por su valor lírico, cosa difícil de conquistar tirando de CGI a puro huevo. El resto de la película, seguro que se acuerda, fue una cosa absolutamente inexplicable.
17. El «parto» del rinoceronte en Ace Ventura: When Nature Calls (1994)
Sexismo, racismo, apropiación cultural… Nombre usted un charco, que la secuela de Ace Ventura lo pisa y en algunos hasta se revuelca gozosamente como un cerdo en un patatal. Nota para milenials: no, no es que esto fuese lo normal en aquel entonces y que la comedia haya envejecido mal, como reza el eufemismo. En esta reseña del New York Times de 1994, por ejemplo, ya se dice que los pueblos africanos aparecen retratados en la película «with goofiness verging on insult». El primer error: rechazar a Spike Jonze como director y poner en su lugar a un amigote, algo de lo que Carrey se arrepiente, y con razón, hasta el día de hoy. Aun así, la secuencia del «parto» del rinoceronte (y no hay comillas en el mundo para marcar debidamente ese «parto») se ha acabado convirtiendo en uno de los gags más celebrados del historial de Carrey, si no el que más.
16. Los dioses contra los titanes en Immortals (2011)
Inmortals tenía muchísimo estilo, eso no se puede negar. Ya decíamos más arriba que en eso Tarsem Singh es un maestro. Lástima que de todo lo demás anduviera justísima y que aquello no lo arreglase ni Henry Cavill con menos ropa que uno que se está bañando. El choque final entre los dioses olímpicos y los titanes al final de la cinta da una idea de la película que Immortals pudo haber sido con un texto solo un poquito más decente.
15. Londres engulle Salzhaken en Mortal Engines (2018)
Si Mad Max: Fury Road es o no es steampunk, en eso no entramos; que es la Biblia, en eso estaremos todos de acuerdo. ¿Por qué Mortal Engines no se quiso parecer un poco más a Fury Road y un poco menos a Wild Wild West, Van Helsing e incluso The League of The Extraordinary Gentlemen, por citar solo alguno de los ñordos soberanos a los que acaba recordando? Ah, misterio. Y eso que con una secuencia como esta, la que abre la película, ya estaba todo conquistado: solo había que repetirlo igual durante el resto de la cinta.
14. El cachalote y el tiesto de petunias en The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy (2005)
A la adaptación cinematográfica de The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy le dedicamos en su día su propio artículo, así de griega es la tragedia. No añadiremos más. Baste significar de nuevo esa cualidad tan suya, tan rara, que ya mencionamos entonces: casi todas las secuencias de la película son estupendas, pero el conjunto de todas ellas es una verdadera catástrofe.
13. La escena de sexo de la piscina en Showgirls (1995)
Paul Verhoven, han cantado bingo. Tardaba en salir otro de los dioses mayores del «es tan mala que es buena». No vamos a decir que Showgirls fuese exactamente una buena película, porque mire, porque no. ¿Quiere una película de Verhoeven decididamente buena? Basic Instinct, Total Recall, Starship Troopers… Pero Showgirls no es esa película. Por más que incluya uno de los mejores polvos de la historia misma del cine.
12. La pelea final en The One (2001)
Una pelea que creó escuela en Hollywood, y quizá ese sea su mayor logro. Desde Kill Bill hasta las secuelas de The Matrix, durante años no hubo película de artes marciales que no tuviera una pelea reveladoramente parecida a esta. Dirigía James Wong pero la coreografía es de Corey Yuen, director The Transporter y de la bastante más recomendable Fong Sai Yuk (en España titulada La leyenda de Fong Sai Yuk), también con Jet Li.
11. El prólogo de Prometheus (2012)
Otra engañifa de Damon Lindelof, otro timo de la estampita. Otra vez que nos tomó el pelo, y con esta ya fueron ni se sabe. A Dios pusimos por testigo de que no volvería a hacérnoslo, pero nos lo hizo. Si esta película de Ridley Scott fue una de las mayores decepciones del cine reciente, buena parte de la culpa la tuvo precisamente su secuencia de apertura, que prometía el cielo.
10. Las bromas de montaje en Myra Breckinridge (1970)
En la reseña que le dedicaron en la revista Time con ocasión de su estreno se decía que Myra Breckinridge, con figurones de la talla de Raquel Welch, Mae West y John Huston, era «igual de divertida que un acosador de niños». Adaptada a partir de «la sórdida novelita de Gore Vidal acerca del cambio de sexo», se decía también, este «cuento incoherente sobre sodomía, castración, autoerotismo y mal gusto» constituía «un insulto a la inteligencia, una afrenta a la sensibilidad y una abominación para los ojos». Tocotó. Sobra decir que todas estas faltas son precisamente sus virtudes, aunque nosotros no la reseñamos aquí por eso. Son sus bromas de montaje, conseguidísimas y brillantes, las que acabaron creando escuela. Cuesta imaginar que algunas de las más recordadas en la historia del cine de humor, como las de Austin Powers, acaso llegasen a existir si no fuese por Myra Breckinridge.
9. La mujer posesa en Legion (2010)
Una lección de suspense cinematográfico en una película que constituía, por lo demás, una lección de lo que no debe hacerse.
8. El salto de un planeta a otro en Upside Down (2012)
«Demasiado rara, demasiado complicada, demasiado poco comercial; agudicemos un poco el romance, eso nunca falla». Algo así debió pensar alguien a la hora de hacer esta fábula a medio camino entre la fantasía y la ciencia ficción y queremos pensar que no su director, Juan Solanas. Craso error. Se les fue la mano y la cosa acabó en un ñoñísimo tsunami de almíbar. Por eso y solo por eso vamos a catalogar Upside Down en esta lista de cintas poco memorables (por eso y porque tiene un 25% en Rotten Tomatoes, tampoco nos vamos a engañar). Pero, ojo, no le recomendamos que huya de ella. De esta no. Esta véala.
7. La escena del piercing en The Sweetest Thing (2002)
Un gag burrísimo en lo que su tráiler vendió, incomprensiblemente, como una rom com convencional donde Selma Blair, Cameron Diaz y Christina Applegate no practicaban sexo con furries ni entonaban sentidas coplillas sobre el tamaño de los penes. Normal que luego la gente fuera al cine y saliese con la mirada de las mil yardas, que fue exactamente lo que pasó. Esta no es la única secuencia memorable de esta cinta escrita por Nancy Pimental, que entonces venía de escribir South Park, y quizá no sea la última que protagoniza el trío. Pese a su fracaso original, con los años The Sweetest Thing ha ido ganando cierto predicamento como cinta de culto y ahora se habla incluso de hacer una secuela.
6. Superman rescata el avión en Superman Returns (2006)
Cuenta con el emblemático leitmotiv de John Williams y eso siempre suma, hasta en este intento de reboot de tan caldosos resultados. Pero hay mucha maña cinematográfica en esta secuencia, fanfarrias aparte. Y hasta un sanísimo ejercicio de contención, habida cuenta de que rescatar un avión es una hazaña más bien modesta en el universo de Superman. Si fuera por estos cuatro minutos, nadie diría que la película tuvo un efecto devastador en la carrera de su protagonista, Brandon Routh, como no se había visto cosa igual desde lo de Hayden Christensen.
5. El prólogo de Valerian and the City of the Thousand Planets (2017)
No es que Valerian and the City of the Thousand Planets sea malísima; ocurre que tampoco es buenísima y para eso no tiene excusa, tratándose de una adaptación de los tebeos de Pierre Christine y Jean Claude Mézières. Tiene, eso sí, varios tramos estupendos y el opening seguramente es el mejor de todos.
4. El asalto al tren en The Lone Ranger (2013).
Diez minutos de perfección cinematográfica. Lo vamos a repetir: perfección cinematográfica. Es justo señalar que con el Guillermo Tell de Rossini arreglado por Hans Zimmer. Así cualquiera.
3. La estampida de zombis en World War Z (2013).
De nuevo, un gran bluf engordado por un arranque que no estaba nada mal. De nuevo, Damon Lindelof. No insistiremos en la gran, gran catástrofe que fue esta adaptación, pero sí conviene llamar la atención sobre lo magníficas que son algunas de las secuencias de acción de la primera mitad. Quitando a un indespeinable Brad Pitt que se empeña en (y consigue) sobrevivir al apocalipsis zombi con fular, esta secuencia de World War Z seguramente merezca figurar como una de las mejores que ha dado el género.
2. La persecución en la autopista en The Matrix Reloaded (2003).
Y esta es solo una; las hermanas Wachowski, que desde The Matrix no aciertan ni a la de tres, nos han dejado otras persecuciones en otras películas que bien merecerían figurar en esta lista.
1. El combate entre Qui-Gon Jinn, Obi-Wan Kenobi y Darth Maul en Star Wars: Episode 1 – The Phantom Menace (1999).
No podría ser de otro modo, en esto hay consenso: la peor película de la saga Star Wars tiene el mejor combate de la saga Star Wars.
Este artículo tiene dos grandes errores: creer que conocemos la escena en cuestión y confiar en que YouTube guarde por siempre los clips que se adjuntan para darle iluminar el comentario. Seguramente, con el tiempo, los enlaces irán cayendo y ya no tendrá ningún sentido. Yo hubiera preferido una explicación por escrito de lo que hace grande esa escena. Cuando estoy leyendo no suele apetecerme el parar para ver un vídeo a no ser que me pique mucho la curiosidad…
Al menos me ha alegrado que, la escena que he pensado que yo incluiría cuando he visto el título, está en la lista! :) Es la de la piscina de Showgirls.
Buscando para votar la del barco fantasma ¡Y no es una encuesta!
Grandiosa
Y no llegó. Según iba bajando esperaba encontrarla al final del listado. Porque cumplía los requisitos aparentemente: escena memorable en peli no tan memorable. Pues Up no aparece. Será que la película no cumple el segundo de los requisitos para el autor de la selección.
Precisamente esta semana vi Valerian y la ciudad de los mil planetas, y la introducción me gustó tanto que volví a ponerla. Y ahora, he vuelto a verla otra vez.
«24. La masacre inicial en Ghost Ship (2002) ¿Se le ocurre manera mejor de empezar una película? A nosotros tampoco.»
Es evidente que no tenemos los mismos gustos… yo a eso lo llamo «echar por fuera», y justo ahí dejé de ver la película. Algo semejante podría decir de muchos otros elementos de esta lista.
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Rompo dos lanzas!! La menos importante por La Celda de T. Singh. No solo esa escena es alucinante, la película entera lo es!. No merece la descalificación, es pura cinematografía y fotografía y lo peor ni siquiera es el guión sino la J. Lo.
La segunda lanza – y esta sí que sí- es por las hnas. Wachowski… ¿que no dan una desde Matrix?!, pero por favor. Hicieron no solo la mejor película de su carrera sino una de las mejores de la Historia del Cine justo después. Me refiero a El Atlas, claro, no a ese bodrio de Jupiter nosequé. Empiezo a sospechar una conspiración internacional contra ellas, porque no me lo explico.
Lo de que las Wachowski «no dan una desde Matrix» es una afirmacion incluso benevola si tenemos en cuenta que esa fue su primera pelicula mainstream. Yo creo que son un claro ejemplo de «reloj estropeado que da bien la hora 2 veces al dia». Les dejo como beneficio de la duda la serie Sense 8, que no he visto pero de la que me han hablado bien (Aunque acabo por cancelarse, lo cual me da que sospechar)
En cuanto a La Amenaza Fantasma, el que tenga el mejor duelo de la saga no es tan curioso si tenemos en cuenta que, en las antiguas, la espada era lo de menos: La lucha tenia lugar en las mentes de los personajes, tratando de traer al rival hacia tu lado de la fuerza. Visualmente eran mucho menos espectaculares, pero a mi me siguen pareciendo mas interesantes.
El inicio de superman returns, pardiez!
No me entra en la cabeza que en un universo en el que existe El Ataque de los Clones, a día de hoy se siga considerando La amenaza fantasma como «la peor».
Totalmente de acuerdo contigo
Plenamente de acuerdo con la consideración hacia la pelicula «El llanero solitario», la secuencia es buenísima debido a la combinación de imágenes junto con la musicalización, de hecho me gusta ver esos 10 minutos de vez en cuando ya que me agrada la música clásica, si quieren ver otra buena combinación la poseís encontrar en la «carrera del siglo» de Blake Edwards
Si consideramos interesantes las inserciones musicales tal vez podríamos incluir la canción «yo quiero un héroe» y las escenas insertadas de Shrek 2.
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