Como en los buenos cocidos el cine ha extraído su fuerza de echar en la cazuela todo lo que ha tenido a mano, apropiándose con el mayor descaro imaginable de las seis artes previas. De todas ellas, la música ha sido una de sus favoritas. Bien como protagonista en biografías —como la recién estrenada Green Book— e historias de superación personal —La clase de piano, que llegará en unos días— o bien situándola en un segundo plano pero resultando ser un complemento imprescindible para dotar de mayor fuerza a las imágenes.
La música clásica en particular, a la que ambas cintas mencionadas se deben, ha sido saqueada con fervor vikingo y bastan algunas cifras de IMDb para hacernos una idea: Mozart es el más omnipresente artífice de bandas sonoras de todos los tiempos con nada menos que mil cuarenta y nueve películas, seguido de Bach con novecientas setenta y dos, en tercera posición está Richard Wagner con ochocientas sesenta y dos apariciones de su obra en el cine, a continuación llega Beethoven con ochocientas veintiséis, y cierra Chaikovski con seiscientas cincuenta y seis acreditaciones en la gran pantalla. Las composiciones de todos ellos y otros muchos han insuflado belleza a escenas en las que han sonado como música diegética (inmersa en la propia narración) o extradiegética (es decir, los personajes no la escuchan). Así que recordemos a continuación algunas de las más destacadas, eludiendo sin ánimo de desmerecer al que quizá sea el ejemplo más recordado. Voten su favorita o añadan en los comentarios las que deseen.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
«Aleluya» de Händel, en Viridiana
Händel no solo le puso banda sonora a la Navidad, es que ese triunfal «Aleluya» es tan ubicuo que prácticamente llega a sonar en el interior de la cabeza de cualquiera de nosotros cada vez que logramos algo en nuestro día a día. Aquí también la tenemos mientras Enedina y Paco andan buscando setas detrás del sofá, pecando para mejor arrepentirse después. La escena es una maravilla pero no es la única de la película que recurría a la música clásica, aquí tenemos el «Requiem» de Mozart mientras Fernando Rey droga a su sobrina para aprovecharse de ella.
«Sinfonía nº 5» de Mahler, en Muerte en Venecia
Thomas Mann sentía auténtica veneración por el compositor Gustav Mahler, «el hombre que según creo expresa el arte de nuestro tiempo en su forma más profunda y sagrada». En él se inspiró lejanamente para esta historia sobre un escritor que encuentra refugio en Venecia para su sensibilidad aunque acabe costándole la vida (el mismo título ya es un spoiler). La muerte resulta un elemento fundamental para entender el carácter y la obra de Mahler, ya que se le murieron siete hermanos siendo él aún joven y luego una hija. Es esto último lo que incluyó el director en la escena que podemos ver sobre estas líneas, haciendo así más evidente el paralelismo del protagonista con él, que ahora además era compositor. Como remate, además acompañó toda su banda sonora con la «Sinfonía nº 5».
«Variaciones Goldberg» de Bach, en El silencio de los corderos
Cuando la música clásica es diegética a menudo sirve para expresar que el personaje que vemos es culto y sensible. Hannibal Lecter lo era en gran medida, al fin y al cabo comer gente no está reñido con tener una educación exquisita, y esta escena lograba captar como ninguna otra de la película esa doble naturaleza.
«Aria para la cuerda de sol» de Bach, en Seven
Algo de ese contraste anterior entre el salvajismo y la delicadeza pudimos ver aquí también, donde de nuevo se recurre al músico barroco. A lo largo de una narración en tonos muy oscuros, desesperanzada y cruel, esa biblioteca que visita Somerset se convierte durante unos segundos en un remanso de paz. Las ilustraciones de Gustave Doré de la Divina Comedia parecen el acompañamiento perfecto para esta melodía.
«Pequeña serenata nocturna» de Mozart, en Ace Ventura
Amadeus es una de las grandes películas de la historia del cine y cualquiera de sus escenas podría incluirse en este listado, claro que habiendo más de un millar de cintas que han usado su música por qué no buscar un poco más. Sobre estas líneas tenemos un ejemplo, aunque se ve que Jim Carrey y Mozart combinan bien porque han coincidido en más ocasiones.
«Las bodas de Fígaro» de Mozart, en Cadena perpetua
Repetimos compositor en esta historia una idea recurrente: la cultura y el arte como refugio frente a un mundo cruel, necio e injusto. El protagonista ve mejorar su vida cuando es destinado a la biblioteca, a cuya ampliación se dedica en cuerpo y alma. En la escena que tenemos arriba la cárcel deja de ser tan inhóspita durante unos segundos cuando hace sonar la música y, en cierta forma, es el cine el que finalmente le permite evadirse. Cadena perpetua no ganó el Óscar a la mejor película en 1995 y no podemos decir que fuera una injusticia viendo sus competidoras, muy lejos del desolador panorama actual.
«El Bolero» de Ravel, en 10, la mujer perfecta
El protagonista de esta comedia de Blake Edwards es un compositor que queda fascinado por la belleza de Bo Derek, todo un mito erótico de su tiempo gracias en buena medida a esta película, que es la única decente que hizo y en la que esta obra musical le acompaña en su sensualidad. Luego tuvo una trayectoria bastante errática, aquí la vemos coqueteando con un señor bastante conocido hoy en día.
«Adagio de Albinoni» de Giazotto, en Gallipoli
Seguramente en alemán existirá una palabra para definir lo que hizo el musicólogo Remo Giazotto, que a falta de expresión mejor denominaremos antiplagio. Lejos de pretender atribuirse el mérito de una obra ajena, creó una propia y se la adjudicó al compositor del siglo XVIII objeto de su estudio, Tomaso Albinoni. La tristeza que es capaz de generar en el ánimo la hacen idónea para escenas de gran carga dramática, así que desde su publicación en 1958 ha sido empleada en multitud de películas. Desde la depresiva Manchester frente al mar hasta el conmovedor asalto final que veíamos en esta batalla de la Primera Guerra Mundial.
«El lago de los cisnes» de Chaikovski, en Cisne negro
Recurrir al repertorio de los clásicos aporta calidad y permite sortear los derechos de autor, la única desventaja está en quedarse fuera del Óscar a la mejor banda sonora, que es lo que le pasó a esta cinta pese a que parte de ella fuera original, con la autoría de Clint Mansell.
«Sinfonía n.º 9» de Beethoven, en Copying Beethoven
Puede que no haya ninguna otra melodía en el mundo que promueva un estado de euforia como esta, sería imperdonable no acompañarla de imágenes. Lo hizo La naranja mecánica, por supuesto, pero también La jungla de cristal, El club de los poetas muertos y otras muchas películas. Merece la pena fijarnos en esta, pues recoge el momento en que fue interpretada en público por primera vez. No recibió buenas críticas y el personaje que interpreta Diane Kruger simplemente no existió, pero eh, es Diane Kruger, qué más da la excusa para ponerla en mitad de cualquier sitio.
«Obertura de Guillermo Tell» de Rossini, en El llanero solitario
Cuando Rossini compuso la anfetamínica obertura de esta ópera en 1829 no existía el cine de acción ni los dibujos animados, así que es como inventar la bombilla y no tener electricidad. No hay banda sonora más acorde a una persecución de Sam Bigotes a Bugs Bunny o, como vemos en este caso, a una trepidante escena de acción sobre un tren en marcha.
«Tristán e Isolda» de Wagner, en Melancolía
Lo que el viento se llevó, Masacre (ven y mira), El triunfo de la voluntad, De amor también se muere, Romeo + Julieta, El día que Nietzsche lloró, El nuevo mundo… Será verdad eso de que al escuchar a Wagner entran ganas de invadir Polonia, porque cada vez que alguien quiere contar una historia más grande que la vida está claro qué banda sonora va a ponerle. En el caso de una película como esta que ya en su secuencia introductoria muestra dos planetas chocando, lo que corresponde es la ópera que su propio autor definió como «la concepción musical más llena de sangre que pueda imaginarse».
«La Cabalgata de las valquirias» de Wagner, en Apocalypse Now
Ver al Ku Klux Klan arremeter contra los negros liberados de la esclavitud es algo que quizá no termine de encajar en la sensibilidad de nuestro tiempo, pero no se le puede negar espectacularidad a esta escena de El nacimiento de una nación. Buena parte del mérito es la formidable banda sonora que le acompaña: ahí quedó fijado en el imaginario colectivo que una composición tan atronadora está hecha para la guerra. No hay otra que pueda enardecer igual los ánimos, tal como veíamos en Jarhead, eso que estaban contemplando sí era la madre de todas las batallas… así que con ella cerramos esta lista.
Unas cuantas mas :
«En el salón del rey de la montaña» de Grieg en regata de «La Red Social»
https://www.youtube.com/watch?v=FmFhEQLMUBg
«Rinaldo» de Haendel en «Anticristo»
https://www.youtube.com/watch?v=p0CBBlCm6iE
Y la mas estremecedora de todas :
«The Awakening of Jacob» de Penderecki en el final de «Katyn»
https://www.youtube.com/watch?v=Vk8mEs0UHQQ
Carmina Burana en Excalibur
La 7 de Beethoven en el comienzo de «the fall» y el cierre de «el discurso del rey». Maravillosas ambas.
https://youtu.be/QhARR-zmTCE
https://youtu.be/zxew7HJS_Zo
¿Y ninguna mención de ‘O fortuna’ del Carmina Burana, como por ejemplo en «Excalibur»?
Decididamente… ¿Quien hace estas listas?… Vale que no ponga 2001 porque cualquiera de sus escenas es impresionante con una integración absoluta en la pelicula (hasta lygeti, por dios, eso es de sobresaliente)… Pero ni la naranja mecanica, barry lyndon, eyes wide shut.. ninguna ?… En serio?…
Y personalmente me quedo con el funeral de sigfrido en excalibur ( muerte de arturo)… Tambien el o fortuna de los carmina burana esta bien trabado en la pelicula …
¿Dónde está Kubrick?
Albinoni en El proceso, de Orson Welles? Bolero de Ravel al final de Stalker de Tarkovski?
El Adagio para cuerdas de Barber en Platoon.
El intermezzo sinfónico de Cavalleria Rusticana de Mascagni en Raging Bull o en El Padrino III, o donde quiera que lo pongas.
¿Y Fantasía, de Disney? Veo poco cine animado en esta lista.
Ahí va mi pequeño aporte:
De Toro Salvaje el Intermedio de Cavalleria Rusticana en los títulos de crédito y Barcarola de Silvano, las dos de Mascagni:
https://www.youtube.com/watch?v=yXdvq1JZfWA
https://www.youtube.com/watch?v=L2xD-HYTPPI
De Malick el inicio de El Nuevo Mundo con el Preludio de El Oro del Rin (Wagner) y una escena de El Árbol de la Vida (Suite Siciliada de Respighi)
https://www.youtube.com/watch?v=lFkyAD9gS6g
https://www.youtube.com/watch?v=c4Wls5pZlxQ
¿A quién hay que apalear (metafóricamente) por no poner en la lista la Zarabanda de G.F. Haendel en Barry Lyndon?
El inquietante fragmento del Peer Gynt silbado por Peter Lorre en «M, el vampiro de Düsseldorf».
Pardiez, dónde está la “Danza Húngara nº 5” en “El Gran Dictador”????
Propongo Pump and Circumstance en el final de Kingsman, una gozada de escena
Todas son buenas opciones pero falta la Muerte de Sigfrido (Wagner) en Excalibur
https://youtu.be/Mt8Dt9rXl3I
O Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (Vaughan Williams) en “Remando al Viento” de Gonzalo Suárez
https://youtu.be/4bJ-BPz3doA
LA MUSICA NOTTURNA DELLE STRADE DI MADRID
Master and Commander
Me quedo con el Adagio de Samuel Barber en la escena final de Platoon.
Como dice Fernando, Master and Commander. Ese final es inolvidable.
Falta en La Naranja Mecanica la novena sinfonia de Beethoven, habilmente colocada en diversas escenas duras.
Saraband, de Ingmar Bergman. Con música de Bach:
https://www.youtube.com/watch?v=A-M2ELKGRHU
Y de Bruckner: https://www.youtube.com/watch?v=LEn47RKl89A
https://www.youtube.com/watch?v=NIbXeLFLO3o Antichrist
de las pocas veces que la sección de comentarios de un artículo te reconcilia con la humanidad….
gracias a todos.
La selección es de pena, con perdón. Aparte de los mencionados en anteriores comentarios, echo en falta la emocionante interpretación de Boccherini en Master & Commander. Al otro lado del mundo.
Otro de los olvidos imperdonables es la banda sonora de Marie Antoinette de Sophia Cópola, delicada y hermosa. https://www.youtube.com/watch?v=MZKSbUNCwG8
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