L‘art de portar gavardina, de Sergi Pàmies. Ese hombre nunca deja de asombrarme. Por lo bien que escribe y por la sencillez con que hurga en las emociones humanas. Cada uno de los cuentos de este libro es una joya; confieso que alguno de ellos ha estado a punto de hacerme lagrimear y justo después me ha arrancado una carcajada.
En defensa de la Ilustración, de Steven Pinker. Soy adicto a Pinker, me parece. Esta no es su mejor obra y, sin embargo, conviene leerla: aunque algunos de los peores crímenes se han cometido en nombre de la razón, dan más miedo la irracionalidad y la mentira que campean en las sociedades contemporáneas. Un libro balsámico.
Los casos del comisario Croce, de Ricardo Piglia. Sí, esta colección póstuma fue escrita con la mirada (gracias a una máquina llamada Tobii) porque el autor se encontraba ya totalmente paralizado por la enfermedad. ¿Y qué? Lo que cuenta es el resultado: una delicia. Croce es un policía que no usa la lógica, apenas deduce y deja más de un caso sin resolver. Este conjunto de cuentos es maravillosamente inteligente y no cansa por más que se relea, todo lo contrario.
Lost in Math. How Beauty Leads Physics Astray (‘Perdidos en las matemáticas: Cómo la belleza lleva la física por mal camino’), de Sabine Hossenfelder. Esta mujer, estudiosa de la gravedad cuántica, es una polemista profesional. Llevo años siguiendo su blog (Backreaction) y a veces me abochorna su afán de autopromoción. Pero consigue que el lector no iniciado conozca unos debates generalmente reservados a los científicos y, aún más importante, que entienda de qué va la cosa.
La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata. Esta novela tiene más de cincuenta años. Me la recomendó una persona en la que confío y fue un gran descubrimiento. No creo que el argumento sea políticamente correcto: ancianos que se acuestan (bajo reglas estrictas) con mujeres narcotizadas. Me da igual. Qué sensibilidad. Qué placer. Qué maravilla.
El desierto y su semilla, de Jorge Barón Biza. Otra obra que tiene ya sus años. Es una historia real, contada por uno de sus protagonistas. Consiste en una inmersión a pulmón en los abismos más oscuros (a veces también en los más luminosos) del alma humana. Una tragedia que deja sin aliento.
Azul de Prusia, de Philip Kerr. La muerte de Kerr ha dejado huérfanos a los miles de seguidores de Bernie Gunther, el detective socialdemócrata que trabaja para la gente más repugnante del Tercer Reich. Esta novela juega con dos historias, una de ellas en la residencia alpina de Adolf Hitler, y es una de las mejores de la serie.
Una lección olvidada, de Guillermo Altares. Un libro de viajes por la atormentada historia europea, lleno de detalles singulares y de reflexiones inteligentes. Fue un magnífico compañero durante varias noches: los libros se convierten a veces en eso, en buenos amigos.
El orden del día, de Éric Vuillard. Lo leí en francés, traducido será igual de escalofriante. Cuenta el ascenso del nazismo desde un ángulo singular, el de los empresarios. No solo es una novela elegante y una lección de historia: constituye una advertencia sobre la sencillez fatal con que se construyen los peores desastres.
La serie de Mario Conde, de Leonardo Padura. Aquí hablamos de un montón de novelas, nueve, me parece. Conviene leerlas por orden. El protagonista, Mario Conde, nacido y residente en La Habana, empieza siendo policía y acaba buscándose la vida como mercader de libros valiosos. He disfrutado como un político metiendo mano en el poder judicial con estas historias detectivescas tan lentas, tan cálidas, tan humanas.
Precisamente tengo El orden del día encima del bafle del equipo de música esperando a terminar Una noche en el paraíso de Lucia Berlin (se escriben sin tilde las dos).
Gracias por las recomendaciones, apuntadas quedan
Un saludo
Estaba esperando esta lista como agua de mayo, por la diversidad y criterio.
Recomendaría también Una educación, de Tara Westover.
Gracias por estar ahí cada año.
Un saludo
También es de lo más recomendable la lectura de Quédate este día y esta noche conmigo de Belén Gopegui..
Tomada debida nota. Muchas gracias por la divulgación, y felices fiestas.
No creo que el argumento sea políticamente correcto: ancianos que se acuestan (bajo reglas estrictas) con mujeres narcotizadas. Me da igual. Qué sensibilidad. Qué placer. Qué maravilla. eL PROBLEMA NO ES QUE SEA O NO POLITICAMENTE CORRECTO EL ARGUMENTO. lE GUSTARIA USTED QUE CON LAS MUJERES DE SU ENTORNO SE HICIERA ESO?.
Una cosa es la realidad y otra la literatura.
¿Ha leído usted el libro como para opinar o sólo lo hace desde la lectura de una breve reseña del mismo?
Los policías de la moral no distinguen realidad y ficción.
Otro que confunde el tocino con la velocidad. El Siglo de las Luces Apagadas.
Otra recomendación es:
Joël Dicker
La desaparición de Stéphanie Mailer
Como cada año, toca tomar nota de lo que recomienda el maestro. El de Kerr y el de Guillermo Altares los tenía ya preparados, pero he apuntado el de Pamiés, El orden del día de Vuillard y el de Piglia. Da gusto empezar el año con lecturas apasionantes. Gracias, Enric.
Sólo una mujer en su lista y habla de su autopromoción.
Creo que no seguiré sus consejos, encima lo borda con lo de que le da igual que ancianos se acuesten con mujeres narcotizadas, «mucha sensibilidad» No es cuestión de ser políticamente correcto, es violación.
Ya no se podrá escribir literatura bélica o novela negra. Son masacres y asesinatos.
Lo dicen los seguidores de la religión en boga.
Solo un señor japonés, pero haciendo apología de la violacion.
No sé por qué aún no está Enric González en la cárcel, por agresor y racista
Kerr, Padura, Piglia… Defenestrados porque son recomendados por ese sátiro llamado González.
Menos mal que tenemos a la vigía de la posmodernidad para salvar nuestras conciencias.
Ya me extrañaba que no apareciera el típico comentario «sólo una mujer en la lista»…¿Se ha parado usted a ver si hay homosexuales o personas transgénero en esa lista? ¿O cómo es la fe religiosa de cada autor? ¿O de qué equipo son si es que les gusta el fútbol? Creo que en una lista de «lecturas que habría lamentado perderme en 2018» yo lo que espero es que haya buenos libros, y no me importa quién los haya escrito. Si hay una, dos o ninguna mujer es irrelevante, porque la lista no trata de ser paritaria, sino de gustos literarios.
Respecto al comentario de los ancianos, le digo lo mismo que al anterior. ¿Ha leído usted el libro como para opinar o se basa en la breve reseña del mismo que ha realizado el autor de este artículo?
La comprendo. Yo si en una película no aparece un negro, un asiático, un homosexual, un transgénero, un autista y un coleccionista de sellos, no la veo.
Ya puestos, no leamos a Quevedo. Aparte de misógino, era homófobo y antisemita. Lo más reaccionario que hay, vamos.
Arg, me intente leer hace unos meses La casa de las bellas durmientes. No pude llegar a la mitad, lo sordido por muy exquisito y sensible…dificil de digerir. De todas maneras tomo nota del resto de lecturas. Gracias
Yo estoy a mitad de Una lección olvidada ( Viajes por la historia de Europa ), fascinante casi siempre. Habla de cosas que me gustan ( Lisboa, Sicilia, París ) y otras que no me gustan ( Inquisición, Cruzadas ), pero que siempre está bien conocer.
A mí también me gustan estas listas, a veces te ponen sobre la pista de algún libro interesante, por ej, me pasó con La España vacía, hace dos o tres años.
Feliz año nuevo a todos.
Gracias por las recomendaciones y por no hacer caso de cuotas como pìden algunos comentaristas
¿No tenemos ninguna autora?