Que el astuto buscavidas Wyatt Earp siempre supo por dónde iban los tiros lo demuestra el hecho de que saliera vivo del duelo en O.K. Corral, pero muy especialmente que terminara sus días haciéndose un hueco en el naciente mundillo de Hollywood, rodeado de actores, asesorando a directores de wésterns e intentando ver su propia historia en la pantalla. Se dio cuenta de que era allí donde se iban a construir leyendas como la suya y, en un sentido más amplio, la mitología nacional estadounidense en torno a la conquista del Oeste. Ese cine tuvo una banda sonora conocida como «música western», un estilo (con el tiempo integrado en el más genérico country) que recuperaba o versionaba composiciones folclóricas previas… aunque a menudo también las creó, al fin y al cabo cada época inventa una tradición previa a ella, así que hoy en día nos imaginamos a los escoceses medievales con faldas y a los vaqueros cabalgando mientras suena alguna composición de Enio Morricone: no hay sonido que mejor asociemos a todo ese microcosmos que este, seguido muy de cerca por este y tal vez este otro cerrando el podio. Pero más que en bandas sonoras nos centraremos a continuación en canciones, con su letra y melodía, que pueden haber tenido una vida propia al margen de la pantalla aunque realmente no hay una sola de ellas con la que no estemos familiarizados por alguna película del Oeste.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
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«Yankee Doodle»
Si geográficamente es obviamente fácil ubicar el Oeste, en la escala temporal ya no tanto. ¿Dónde situar su origen? Para que fuera posible la expansión de la frontera primero tuvieron que independizarse las trece colonias americanas. Durante los años previos a la revolución las tropas inglesas adaptaron a una melodía europea que se remonta a la Edad Media una letra con la que ridiculizar a sus enemigos, a quienes consideraban unos catetos de clase baja, que creían ser elegantes por ponerse apenas una pluma en el sombrero. Pero la melodía es muy pegadiza, así que no es de extrañar que estos la terminaran adoptando como propia tras añadirle algunos versos para aludir a George Washington. De manera que desde entonces adquirió una fuerte connotación patriótica y, por extensión, acabó formando parte del imaginario vinculado al salvaje Oeste. El cine no la ha pasado por alto pues entre otros ejemplos tenemos en este memorable duelo de banjos en el que podemos ver al recién fallecido Burt Reynolds.
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«Oh Susanna»
Seguimos con el banjo con una canción en el que es mencionado y que fue compuesta a mediados del siglo XIX por un joven de apenas veintiún años (aquí nos enseñan a bailarla). Eran tiempos en los que los derechos de autor no preocupaban excesivamente, así que su éxito inmediato no tuvo límite alguno. Estamos ante la banda sonora no ya de un wéstern, sino del mundo real que este retrató, o al menos de una parte de él: la de la fiebre del oro de California. De hecho son dos películas las que la emplean incluso como título, la que vemos sobre estas líneas de 1936 y otra diferente en 1951. Recientemente sin embargo ha sido de forma indirecta objeto de polémica, dado que la estatua a su autor en Pittsburgh fue retirada hace unos meses al considerar que «glorifica la apropiación blanca de la cultura negra».
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«Ghost Riders in the Sky», de Stan Jones
«¡Yippie ki-yay, hijo de puta!» acostumbra a decir Bruce Willis antes de darle su merecido a algún malhechor en la saga de La jungla. El grito de guerra proviene de los vaqueros que debían pastorear el ganado y esta canción precisamente lo recoge en su estribillo: «Yippie yi ooh / Yippie yi yay / Ghost riders in the sky». Fue compuesta por el que en ese momento era un empleado del servicio de parques nacionales destinado en un lugar tan cinematográfico como el valle de la Muerte, que más adelante pasaría a ser el encargado de ponerle banda sonora a películas como Centauros del desierto. El tema se inspira en otro que seguro que nos suena a todos («When Johnny Comes Marching Home») y tuvo un éxito tan rotundo que ha contado desde entonces con infinidad de versiones, como la que hicieron los Blues Brothers, esta de Johnny Cash o esta otra de Me First and the Gimme Gimmes, aunque la que mejor suena para servidor es una puramente instrumental.
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«Don’t Fence Me In», de Roy Rogers
Siguiendo con La jungla de cristal, cuando el villano le reprocha creerse John Wayne, Willis le replica que en realidad él siempre se ha visto más como Roy Rogers. Se trataba de un cantante y actor que comenzó a destacar en los años de la Gran Depresión y más adelante se centraría en los papeles de vaquero tanto en cine como en televisión. El tema en realidad fue compuesto por Cole Porter, pero fue Rogers quien lo popularizó en la escena que vemos arriba de Hollywood Canteen. Su letra alude a un tema esencial en la mentalidad americana desde Thoreau como es el de la libertad y el contacto con la naturaleza, un ideal encarnado como nadie por el cowboy.
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«I Want To Be A Cowboy’s Sweetheart», de Maddie Leigh
Una de las características de la música wéstern está en su uso frecuente del yodelei, el llamado canto a la tirolesa. Como cabe deducir por el nombre provino de Europa a través de la inmigración y era un recurso artístico que se empleaba vinculándolo a los gritos que debían hacer los vaqueros para pastorear al ganado («The Cattle Call», precisamente, era el título de uno de los temas más conocidos que lo incluían). El anterior cantante fue también una figura destacada en esta técnica como vemos aquí, pero por lo bien que suena y la alegría que transmite hemos destacado la situada sobre estas líneas, una versión de la original de Patsy Montana en 1935 que se puede escuchar aquí.
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«My Rifle, My Pony and Me», de Dean Martin y Ricky Nelson
Dean Martin y Ricky Nelson eran otros dos actores y cantantes que no le iban a la zaga al citado Rogers en popularidad, aunque estuvieran menos encasillados. Dado que compartían protagonismo en Río Bravo era inevitable que aparecieran tocando algún tema, en este caso cuando están asediados dentro de la comisaría, poco antes del tiroteo final, y ante la atenta mirada de John Wayne. Una de las mejores escenas que se han rodado en este género.
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«Big Iron», de Marty Robbins
«Gary Cooper, ese sí que era un americano, un tipo fuerte y silencioso», Tony Soprano no desaprovechaba la ocasión de repetir esta opinión a quien tuviera cerca. No iba tan equivocado, este actor protagonizó nada menos que cuarenta largometrajes ambientados en el Oeste, así que contribuyó decisivamente a fijar en nuestro imaginario ese perfil psicológico, que por otra parte resulta bastante común en los personajes del género. Quizá el silencio aporte más gravedad y misterio, puede que quien hable demasiado en ese entorno no viva largo tiempo y además quien opta por una vida así se entiende que vive a gusto en soledad… sea como fuere esta canción también incide en ese aspecto, compuesta por un actor de wésterns que fue también uno de los más destacados compositores en este terreno.
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«Wand’rin Star», de Lee Marvin
Claro que la soledad puede volverse una carga muy pesada. Esas vidas de eternos nómadas de los pioneros, guiados por una estrella errante y sin poder echar nunca raíces en algún lugar, fueron magníficamente retratadas en La leyenda de la ciudad sin nombre, más concretamente en este tema al que la voz tan grave de Lee Marvin dio profundidad, quien pese a no tener ninguna experiencia como cantante supo estar a la altura.
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«Bonanza», de Lorne Greene
Marvin fue la excepción, pues como estamos viendo lo habitual en el wéstern es que los cantantes y actores se desempeñaran en ambos terrenos sin que pudiera definir qué eran antes. El mismo John Wayne decía que era muy fácil eso de cantar; no parecía hacerlo mal. En el caso de Lorne Greene, publicó media docena de álbumes aunque lo que le lanzó a la fama fue protagonizar la serie Bonanza, a cuya melodía puso voz con una letra que parece un trabalenguas.
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«How the West Was Won», de Alfred Newman y Ken Darby
El Registro Nacional del Cine en Estados Unidos selecciona cada año veinticinco películas «cultural, histórica o estéticamente significativas», aquellas que representan lo mejor del país y definen su identidad, un tesoro que merece ser preservado para la posteridad. Ahí están por ejemplo King Kong, Lo que el viento se llevó y también esta conocida en castellano como La conquista del Oeste: un fresco histórico de casi tres horas que narraba cuatro historias relacionadas entre si en torno a la construcción de la nación estadounidense. Desde luego su banda sonora es sensacional, oyéndola le entran ganas a uno de salir galopando a conquistar lo que haga falta.
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«Dixie’s Land»
La guerra civil americana está presente en incontables filmes del género (como el anterior, sin ir más lejos) de manera que una canción como esta resulta muy útil narrativamente para ubicar al espectador, al fin y al cabo se trataba del himno oficioso de los confederados. Pero más allá de cualquier significado político es un tema pegadizo que gustaba al mismísimo Abraham Lincoln.
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«My Darling Clementine»
La historia de esta canción, que se remonta al reino de Portugal en plena Edad Media, más adelante forma parte también de la historia de España y termina llegando a América, está tan llena de recovecos que merece un artículo propio y aquí lo encontrarán. Centrándonos en la película, su mismo título recoge el de la tonada al menos en el original en inglés (en España se llama Pasión en los fuertes) con la que abre unos originales títulos de crédito y respecto a su trama solo cabe concluir señalando que es todo un clásico: el tiroteo en O.K. Corral protagonizado por Wyatt Earp.
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Por el amor de Dios, falta «Home on the range», de Stephen Foster el «Inventor» absoluto del estilo de música americana como lo conocimos en los western.
Son canciones que suenan en los títulos de crédito, pero son absolutamente imprescindibles en esta lista. High noon, Gun fight in Ok Corral y The hanging tree. Y en dos de ellas sale Gary Cooper.
¿Y qué pasa con Johnny Guitar?
Nada más leer el enunciado de la encuesta me vino a la cabeza sólo una, con la voz más grave y menos melodiosa que pueda imaginar: “I was born …”.
Voy rápidamente a buscarla para votarla. Sabía que teniá que ser una de las opciones, y efectivamente estaba ahí.
La estrella errante, cantada (perdón recitada) por Lee Marvin, llegó a estar #1 en Las listas irlandesas por delante del Let it be.
Magnífico musical-western de Eastwood, poco valorado en mi opinión.
3:10 to Yuma (1957
Además de las versiones que se citan, «Ghost riders in the sky» sirvió de inspiración a uno de los mejores temas de los Doors, «Riders on the storm». Aquí, https://youtu.be/3deQXzV-qTk lo explica un tal Ray Manzarek.
Me hubiera gustado ver «El oro de Mackenna»; entre otros, pero buena lista.
Rawhide, lo demas son tonterias…
Amén
«The girl I left behind». Eso es un clásico. Y si no «Garry Owen»
Echo en falta “Garry Owen” la canción que se convirtió en el himno del 7º de Caballería
Echo en falta otros clásicos como «Johny Guitar»; «The hanging Tree»; «El Paso»; o el «The sons of the pioneers» de Centauros del desierto
Los siete magníficos?
Por un puñado de dolares, Morricone
¿Y qué decir de la versión de Raphael de «Jinetes en el cielo»? https://www.youtube.com/watch?v=iYinoqluR4s
Cabalgando hacia el oeste mi caballo tropezó / con la picha de un gorila que estaba tomando el sol / el gorila enfurecido cuatro hostias le pegó / mi caballo por los aires hijoputa lo llamó / Ooooh Suuusaaanaaaa….
Que poco conocida y que gran película es La Leyenda de la Ciudad sin Nombre.
«Johnny Guitar» de Peggy Lee y «Valle de pasiones» de D. Sazo con las maravillosas Barbara Stanwyck y Joan Crawford.
El virginiano de Percy Faith.
Creo que la musica del ARBOL DEL AHORCAD0 representado por Gary Cooper marca un antes y un despues de la musica en el cine.
la muerte tenía un precio.
los siete magníficos.
SOLO ANTE EL PELIGRO no solo la musica pero tambien el actor marcan una epoca dificil de superar
Butterfly morning, LA BALADA DE CABLE HOGUE.
la verdad es que cualquiera me vale y votaría a la Dean Martin sin pensarmelo mucho pero las dos que más me gustan son:
La canción de Centauros del Desierto (a pesar de los horrorosos vozarrones, la letra y la minimalista instrumentación me ganan).
La brevísima canción que suena de vez en cuando a lo largo del metraje de Jeremiah Johnson también me resulta muy evocadora.
… y bueno, la de la picha del gorila fue un hype en mi infancia!
j
Jeremiah Johnson made his way into the mountains
Bettin’ on forgettin’ all the troubles that he knew
The trail was wide and narrow
And the eagle or the sparrow
Showed the path he was to follow as they flew.
A mountain man’s a lonely man
And he leaves a life behind
It ought to have been different, but oftimes you will find,
That the story doesn’t always go that way you had in mind.
Jeremiah’s story was that kind. . .
Jeremiah’s story was that kind.
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The way that you wander is the way that you choose,
The day that you tarry is the day that you lose.
Sunshine or thunder, a man will always wonder.
Where the fair wind blows.
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An Indian says you search in vain for what you cannot find.
He says you’ll find a thousand ways for runnin’ down your time.
An Indian didn’t scream it, he said it in a song,
And he’s never been known to be wrong.
He’s never been known to be wrong.
Esa lista nace postuma sin este pedazo de imperecedero clásico
https://www.youtube.com/watch?v=JeP_pxYD8Vs
«The Green Leaves of Summer», del gran Dimitri Tiomkin, para la película «El Álamo».
Los 7 magnificos…por favor
De entre estas Big Iron pero a mi gusto se queda alguna en el tintero. Aún así un post muy entretenido.
El tema introductorio de Le llamaban Trinidad es clave, hasta Tarantino lo usaría posteriormente en Django.
«There was a crooked man,
he went a crooked mile,
Well now, he always wore
a crooked smile.
Of all the crooked men
in all the crooked West,
this man was
the crookedest!
There’s a crooked tree
just waiting for him»
«There was a crooked man», de Trini Lopez, de la película de Joseph L. Mankiewicz del mismo nombre que en España se llamó «El día de los tramposos» (¡?)
Para los que nombran Los siete magníficos y las de Leone y Morricone, el artículo habla de canciones, no de bandas sonoras.
Particularmente, añadiría a las presentes cualquiera de las de Dylan (canciones que precisamente compusieron la banda sonora) en Pat Garret y Billy el Niño, quizá el mejor ejemplo de western crepuscular.
She wore a yellow ribbon, por supuesto.
Voté por bonanza sólo porque era la tv que veía mi abuelo.
Jack Straw from Wichita
Cut his buddy down
Dug for him a shallow grave
And laid his body down
Half a mile from Tucson
By the morning light
One man gone and another to go
My old buddy you’re moving much too slow
We can share the women, we can share the wine
Hunter/Weir
«River of No Return» de Marilyn Monreo
La canción de El Tunco Maclovio .
La cancion de El Tunco Maclovio está bien lo mismo que la pelicula.