Acaba de estrenarse en las salas Pacific Rim 2, en unos días llegará Rampage, luego Jurassic World 2 y a continuación la cuarta parte de Predator. En resumen: monstruos gigantes destruyéndolo todo a su paso, comiéndose gente y peleándose con otros de similar tamaño. Para eso están, otro comportamiento resultaría indigno de ellos. Por eso es cosa sabida y cualquier encuesta así lo ratifica que el dinosaurio favorito de toda persona de bien es el Tyrannosaurus rex, ¿quien en su sano juicio iba a preferir a uno manso y herbívoro? De un bicho enorme se espera que sea feroz y solo hay una cosa que supere ese espectáculo y es que sean dos, a ser posible enfrentándose en una lucha sin reglas. De tales gigantomaquias se ha nutrido el cine casi desde sus orígenes, así que aprovecharemos para recordar los ejemplos más destacados. Voten su favorito o añadan algún otro si lo desean.
(La caja de voto se encuentra el final del artículo)
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El mundo perdido
Un amigo de Arthur Conan Doyle sostenía que en el ámbito de las novelas de aventuras ya estaba todo escrito y este, intentando demostrarle lo equivocado que estaba, terminó copiando una ya existente: A Strange Manuscript Found in a Copper Cylinder. Pero la original no debía ser muy buena, así que la de Doyle, El mundo perdido, logró el éxito que la otra no obtuvo y poco más de una década después tuvo su primera adaptación al cine. Corría el año 1925 y la técnica del stop motion hizo posible que figuras de plastilina que sangraban chocolate de taza pasaran por temibles bestias. Aquí teníamos a nuestro dinosaurio estrella en un combate muy desigual contra un triceratops y un pterodáctilo, pero es contra un brontosaurio como el que vemos sobre estas líneas cuando la cosa se pone interesante, hasta llegar a un desenlace inesperado.
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King Kong
Tras la anterior obra suya, el maestro de los efectos especiales Willis O’Brien volvió a mostrarnos una vívida confrontación de un tiranosaurio, esta vez contra el gigantesco gorila protagonista, mientras Ann Darrow lo observa todo desde una posición privilegiada. Tanto bregar contra criaturas antediluvianas y al final será ella quien acabe llevándolo a la perdición en esta imperecedera historia de amor fatal, en la que el monstruo termina convirtiéndose en víctima y la civilización en un entorno hostil del que huir.
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Frankenstein Meets the Space Monster
Los monstruos clásicos del género de terror además de perseguir a inocentes a menudo han sido enfrentados unos a otros con mayor o menor acierto. Aquí tenemos por ejemplo la dura pugna entre Frankenstein y el Hombre Lobo. Pero si cabe destacar una por su originalidad es la que tenemos arriba. El argumento es una maravilla: una guerra nuclear en Marte lo ha dejado sin mujeres, así que la princesa Marcuzan viene a nuestro planeta a raptar a las terrícolas. Al aterrizar se cruzan con un astronauta-robot de la NASA que justo estaba despegando hacia el espacio, y al abatirlo queda cortocircuitado convirtiéndose en un Frankenstein que aterroriza a los locales… hasta que aparece de por medio Mull, un mutante marciano llegado con la expedición invasora. La lucha entre ambos puede verse a partir del 1:11:15.
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Simbad y la princesa
Ray Harryhausen es un nombre que no puede dejar de ser mencionado al abordar estos temas, de hecho merece un artículo para él en exclusiva y aquí se lo dedicamos. En esta cinta de 1958 sobre el marino de Las mil y una noches, yademás de un escenario tan majestuoso como La Alhambra, pudimos ver este formidable combate entre el cíclope y el dragón.
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Hace un millón de años
Una película de la Hammer con Raquel Welch mostrándose en biquini en un cartel que describía «un mundo salvaje en el que la única ley era la lujuria» y con dinosaurios de toda clase a su alrededor, creados una vez más por Harryhausen. Había que estar loco para no querer ir a verla. El acabose es que además esos reptiles gigantes luchaban entre ellos, como en esta escena de un triceratops embistiendo a un ceratosaurus.
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En el corazón de la Tierra
Por desgracia efectos especiales tan entrañables como los anteriores no eran la norma, así que aquí tenemos a dos señores disfrazados de dinosaurios si los dinosaurios fueran jabalíes gigantes. Al menos es pintoresca, y por ahí vemos además a Peter Cushing en esta adaptación de la obra con la que el autor de Tarzán, Edgar Rice Burroughs, quiso seguir la estela de Viaje al centro de la Tierra.
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King Kong Escapes
Aquí no presentamos una escena sino un tráiler, que es tan completo que resume la película entera. Un recurso utilizado con cierta frecuencia es enfrentar a un monstruo con su alter ego mecánico, creado en este caso por el malvado doctor Who. Cabe recordar por cierto que para dentro de un par de años está previsto el estreno de una nueva película de King Kong, esta vez enfrentado a otro viejo conocido, será Godzilla vs. King Kong.
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Godzilla contra Cibergodzilla
Godzilla es un enorme mutante producto de los ensayos nucleares realizados en el Pacífico, esa fue la premisa bajo la que se estrenó en 1954 la película que daría lugar al género de monstruos conocido como Kaiju eiga. En él cohabitan decenas de criaturas cada una con su nombre y características singulares, que participa en diversos crossovers como ahora con los superhéroes. Por ejemplo aquí tenemos a Guiron vs Gyaos o a Gamera vs. Guiron.
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Invasión extraterrestre
Si a una sociedad la expones repetidamente a estímulos como este, normal no te va a salir. Los japoneses llevan años viendo películas así y eso ayuda a entender muchas cosas sobre sus costumbres. Una escena sencillamente inenarrable. Por ahí vemos a Godzilla, Minilla, Mothra, Rodan, Gorosaurus, Anguirus y Kumonga enfrentándose a King Ghidorah para salvar la Tierra de los invasores alienígenas.
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Parque Jurásico
El gato en el hogar, el cerdo en los embutidos y el tiranosaurio en la pantalla, es el orden natural y el día que se cambie estamos perdidos. Spielberg era muy consciente de quién era el auténtico protagonista de la película, así que lo muestra comiéndose a alguien que no nos cae bien para que le guardemos respeto pero no rencor, luego habilidosamente nos distrajo con los velociraptores —afortunadamente lejos del aspecto gallináceo que al parecer debían tener— sin otra intención que permitir a nuestro tiranosaurio hacer una entrada triunfal que sirviera de desenlace, salvando a los protagonistas como el héroe que en realidad es.
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Alien vs Predator
Uno a veces está tentado de creer que Ridley Scott no es que sea un mal director, sino alguien que odia a los espectadores. Las pretensiones religiosas y existenciales de Alien: Covenant además de tener corto recorrido es que simplemente no venían a cuento. No es de lo que la saga inicialmente trataba, no encajan en su atmósfera ni en su espíritu, el artefacto no funciona. Así que en comparación este crossover es un digno sucesor no solo de Predator, sino incluso de Alien. O quizá no la película en conjunto pero al menos sí esta escena, que nos responde a la pregunta largo tiempo rumiada de quién ganaría en una pelea entre ambos.
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Kong: La Isla Calavera
La verdad es que nada aquí tiene mucho sentido: ni el reparto, ni los diálogos, ni los momentos de humor, ni usar bombas incendiarias para provocar pequeños terremotos, ni helicópteros volando tan bajo como para que les arree un mamporro King Kong, ni esa revisitación del mito del buen salvaje (¡a estas alturas!), ni la participación de los humanos en una pelea final en la que sobran. Ahí se bastaban solos el gorila y ese engendro, zarpa a zarpa. Así que si logramos distraernos de todo lo mencionado y nos centramos en ellos dos, entonces la película sí merece la pena.
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Pacific Rim
Concluimos con aquella cuya secuela comenzamos citando. Es conocida la anécdota de John Ford respondiendo a la pregunta de por qué los indios no mataban a los caballos que tiraban de la diligencia y algo parecido podría decirse aquí. De alguna manera tenemos que aceptar la premisa de que no hay mejor manera de combatir a esos Kaiju que llegan de otra dimensión, de hecho por momentos el guion parece que fuera a decirnos «mirad, cualquier explicación racional será una chorrada, aquí hemos venido a ver a robots gigantes peleando contra monstruos, ¿no? Pues ya está». Y eso es lo que tenemos, rodado con notable espectacularidad.
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Las mejor hechas y más impresionantes son los combates de Pacific Rim, al menos de la primera. La segunda aún no la he visto pero no creo que en este aspecto decaiga. Las clásicas Kaiju (en realidad Pacific Rim también lo es), son otro nivel de ingenio, aunque con los medios que tenían tampoco se les puede pedir más: https://rodajesdepeliculas.blogspot.com.es/2017/07/clasicas-peliculas-kaiju-japonesas.html
A mí aún se me siguen poniendo los pelos de punta cada vez que veo esa lucha final del T-Rex con los Velocirraptores y la pancarta «When dinosaurs ruled the earth» cayendo al suelo. Qué grandísima película de aventuras y ciencia ficción fue Jurassic Park y qué infravalorada sigue estando.
Está dificil. Parque Jurásico es mi eleccion final porque es un clásico y una obra maestra. Pero Pacific Rim es toda una oda al genero de los robots gigantes, Kong skull island me pareció francamente divertida, y Alien vs Predator es un delicioso placer culpable para aquellos fans de ambas sagas.
Pues a mi me impresionaron los de Fantasia, al ritmo de Stravinsky