Ciencias

Emoción y éxito en Las Vegas (con el criterio Kelly)

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Ninguna de las personas que intentaron ayudar a John Larry Kelly cuando sufrió un ataque al corazón en mitad de Manhattan hubieran creído que estaban ante el hombre que iba a hacer rica a mucha gente con su fórmula matemática. Y se hubieran mostrado más incrédulos aún de haberles dicho que aquel físico y matemático tejano había participado en duelos a pistola, y conducido coches como doble de cine especializado en carreras, pero que jamás usó su método para ganar un solo dólar.

Kelly había hecho su descubrimiento en los Bell Labs, hoy propiedad de Nokia, y ese es ya un punto de honor en su currículum. Muchos de quienes trabajaron allí acabarían recibiendo el Premio Nobel. Pero incluso quienes no llegaron a ser galardonados con él hicieron aportaciones tecnológicas que han resultado fundamentales para el mundo de hoy. En todos los sentidos, además. Durante una visita que el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke hizo en 1961 a los laboratorios tuvo la oportunidad de escuchar a una máquina cantando «Daisy Bell». Una cancioncilla infantil cuya vocalización había programado John Kelly en un ordenador IBM 7094, creando la primera voz sintetizada. Clarke quedó tan profundamente impresionado que en 2001: una odisea del espacio, su ordenador protagonista, HAL, canta esa misma melodía mientras Dave Bowman lo está desactivando. Igual que lo hace en la película homónima de Stanley Kubrick.

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Pero el sintetizador de voz humana no deja de ser un avance menor en comparación a lo que Kelly estuvo preparando junto a Claude Shannon, considerado el padre de la Teoría de la Información. Gracias a esta base teórica todas las formas de transmisión y almacenamiento de información pudieron eliminar el ruido y las distorsiones, proporcionándonos imágenes nítidas de televisión, sintonías de radio libres de ruido, y grabaciones ópticas de datos e imágenes. A la larga permitiría desarrollar los protocolos TCP/IP que posibilitan comunicarse a los ordenadores y hacen posible la existencia de internet.

Kelly y Shannon trabajaron además en algo que solo tiene que ver indirectamente con esta teoría. Y es que juntos formularon un sistema pensado para optimizar las ganancias en las apuestas, que desde entonces es conocido como criterio Kelly. Con el tiempo sería trasladado también a la inversión bursátil, en algunos casos con mucho éxito. El multimillonario Warren Buffet se ha valido de la aplicación de esta fórmula para conseguir algunos de sus éxitos bursátiles más sonados.

La fórmula tiene varias ventajas, y la primera de ellas es que no hay que ser un nobel para entenderla. Su utilidad práctica consiste en ayudarte a determinar qué porcentaje de tu bankroll, o dinero para apostar, debes destinar a una apuesta en concreto. También ahorra mucho tiempo a la hora de realizar cálculos, ya que puedes limitarte a elegir la probabilidad de ganar, eliminado de la ecuación todos los resultados posibles. Precisamente en este último detalle radica la clave para comprender la formulación matemática de Kelly. Y es que debemos asignar una probabilidad de victoria a, por ejemplo, un equipo de fútbol. Si conocemos su trayectoria, y otras ocasiones en que se ha enfrentado al equipo rival, podremos aventurar qué posibilidades tiene de ganar. Esta es la segunda clave para aplicar el criterio de Kelly con éxito: observar un suceso que se repite muchas veces, y analizarlo hasta poder predecir qué sucederá la próxima vez que ocurra.

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Expresémoslo con un ejemplo propio de las casas de apuestas que podemos encontrar hoy en internet. En un partido de fútbol entre dos equipos de la liga, la casa nos da una cuota de 2,1 y nosotros, al ver su desarrollo, estimamos que la posibilidad de que nuestro equipo gane es del 51,3%. Para saber cuánto apostamos por él aplicaríamos la fórmula de Kelly de este modo:

Bankroll=[(2,1x(51,3/100)-1)/(2,1-1)]x100 = 7,03%

La consecuencia directa es que si hemos decidido apostar un total de cien euros, lo aconsejable es dedicar siete euros a este partido, y los otros noventa y tres dividirlos entre el resto de partidos de la liga, aplicando, uno por uno, el criterio Kelly.

Obviamente la parte más compleja de este escenario es que somos nosotros los que decidimos la probabilidad, y para eso deberemos tener en cuenta muchos factores. Como un cambio de entrenador, nuevos fichajes, bajas por lesión, y similares. Deberemos hacernos eco incluso de las recomendaciones de inversores en bolsa que usan este sistema, huyendo de la euforia o del pánico, y manteniendo un buen equilibrio emocional. Aunque el deporte es básicamente un escenario emocionante, las apuestas deben seguir la frialdad de la cabeza, y no el disfrute emocional del corazón. Al menos si se aspira a recoger ganancias. Como afirma Warren Buffet, muy partidario de este método, las oportunidades del mercado son para el inversor metódico.

El criterio Kelly tiene otra utilidad, y es desaconsejarnos apostar cuando el porcentaje resultado de la fórmula es negativo. Imaginemos el mismo caso que tratábamos para la primera fórmula, pero en un partido de fútbol donde la probabilidad de que nuestro equipo gane es del 63%, y la casa de apuestas nos ofrece una cuota de 1,50.

Bankroll=[(1,89x(51,3/100)-1)/(1,89-1)]x100 = -3,42 %

Vemos que en este caso el resultado tiene un signo menos, y eso nos desaconseja inmediatamente hacer ninguna apuesta, porque lo probable es que perdamos nuestro dinero.

Mucho antes que Buffet lo empleara en bolsa, el socio de Kelly, Claude Shannon, acompañado de su mujer y del también matemático Ed Thorp, demostraron que esta función matemática realmente funcionaba. Recién descubierta la fórmula, y tras negarse su creador a acompañarles, viajaron hasta Las Vegas para asegurarse de que su teoría era aplicable en la práctica. Fue lo que, en términos científicos podríamos llamar un experimento de laboratorio. Que en realidad se convirtió en un metódico fin de semana jugando al blackjack y a la ruleta en el que, literalmente, desplumaron a la banca de la mayoría de casinos, e hicieron una auténtica fortuna. No hay que olvidar, naturalmente, que se guiaron por mentes matemáticas centradas en sus propias teorías. Kelly, por su carácter, se hubiera aburrido, entregándose al alcohol, las chicas, y de haberlas encontrado, las armas y los coches. Precisamente las actividades que le llevaron a morir, por causa de sus excesos en 1965, con cuarenta y un años. A su manera también lo pasó muy bien.

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En el presente, y si se nos ocurre usar la fórmula de Kelly, no debemos olvidar que tan importante como aplicar su criterio es elegir casas de apuestas fiables. Dado que conseguiremos mejores cuotas dividiendo nuestro bankroll entre varias casas, resulta fundamental tener información actualizada y garantizada sobre ellas. Porque además el porcentaje de nuestro bankroll que pongamos en ellas permanecerá un tiempo relativamente largo allí, y debemos tener la certeza de que nuestro dinero está seguro, y de que las prácticas de las casas elegidas son transparentes y están protegidas por la ley.

Pero ¿cómo saberlo? Es posible que en este momento las casas de apuestas se cuenten por miles, con diversas procedencias en países de Europa, América y el Pacífico. Aquellas que son fiables tienen licencia para operar, y por tanto están controladas por un organismo público que se asegura de que cumplen con todas las medidas de seguridad online que rigen en el país. España es conocida internacionalmente por tener una de las regulaciones más exigentes, lo que hace a sus casas 100% seguras y fiables. Pero eso ha contribuido también a que existan muchas, y a que vayan surgiendo otras nuevas.

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Sitios  que analizan de forma continua el mercado de las casas de apuestas, y las características de los bonos de cada una de ellas, facilitan la decisión. Proporcionan no solo información actualizada sobre las casas que ya existen, sino sobre las que van surgiendo, analizando su origen, quién está detrás, y qué garantías aportan. Además de explicar en qué consisten sus bonos, sus diferentes tipos, así como permitir contratarlos directamente desde su página.

Comprender qué es un bono es casi el primer paso que debería dar un usuario. En realidad no es más que una cantidad entregada a cuenta por la casa de apuestas, condicionada al depósito de dinero que hagas en ella, el famoso porcentaje de tu bankroll, y a las condiciones que esa casa te ponga para usarlo. Pero una vez comprendido eso existen cuatro variedades que serán más o menos óptimas dependiendo del tipo de apuestas que van a realizarse. Existen bonos de bienvenida, sin depósito, de recarga, de reembolso. Y también están las promociones de las casas de apuestas, con programas de fidelidad y VIP, sorteos y viajes, torneos, cuotas mejoradas… Y todo ello se multiplica por el número de casas existentes.

Como vemos, la cantidad de información a manejar es sustanciosa, cuando lo que necesitamos es concentrarnos en nuestro método de cálculo y en la información que nos permita fijar el porcentaje ganador para nuestra apuesta, y a partir de él usar el criterio Kelly. Recabar todos los datos de cada casa de apuestas puede llevarnos demasiado tiempo y esfuerzo, mientras que un sitio de referencia nos ofrecerá la información resumida, de forma comprensible y con garantía de veracidad y transparencia. Tan importante por tanto como elegir un criterio de apuestas, sea el de Kelly, o cualquier otro. A menos, claro, que como su inventor, seamos de los que preferimos quedarnos en la teoría, en lugar de la aplicación práctica. Es otro modo de disfrutar de los juegos, y como demuestra el final de John Larry Kelly, con él nada se pierde, ni se gana nada tampoco. Aunque esto tampoco es Las Vegas, y si queremos ser Shannon, debemos jugar con responsabilidad, cabeza, y saber en quién confiamos.

2 Comentarios

  1. Lareon Falken

    Vaya publirreportaje de fomento de la ludopatía en España. En otros reportajes por lo menos teneis la decencia de poner que empresa os lo encargó.

  2. Mnn el artículo empieza bien y tiene partes interesantes, pero es verdad que se puede entrever una sospechosa publicidad encubierta. No sé….

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