«¿Qué te puedo decir? Tú sabes que yo no quise quererte». Velas es una historia robada, la historia de una mujer que nos recuerda a «Margot» de Pereza, una mujer deseada por todos, inalcanzable, un mito, la historia que se esconde detrás del personaje.
Velas nos devuelve a nuestra época universitaria, cuando el ego personal era lo importante, y la falsa fama, y las noches de fiesta, y sentirse querido por personas que haces llamar amigos, pero solo eran conocidos que desaparecían cuando la fiesta llegaba a su fin.
Velas es un tormento, una lucha personal, iniciar un viaje al infierno. No busca un final trágico, memorable y rápido; la autodestrucción se produce a fuego lento, el sufrimiento provoca placer, felicidad, sin la dosis diaria no se puede vivir.
«¿Dónde estarás esta noche?», oigo la primera frase de Margot. Ambas mujeres buscan la gloria de manera distinta. Margot a través del placer, Mónica a través del dolor. La protagonista es una mujer maltratada, esclava de las emociones. No sabe decir no, en su mundo de fama y gloria todo está permitido por un golpe de suerte, estar en el lugar indicado a la hora precisa. No la deseó, no la buscó, es su premio a tanto dolor. Mónica es sufrimiento, tragedia y adicción.
Velas no te dejará indiferente, la querrás o la odiarás, te enganchará o te olvidarás de ella para siempre. No es un libro para leer en el metro de camino al trabajo o mientras esperas embarcar en un avión. Es un libro que se degusta despacio, como el buen whisky durante un momento de tranquilidad, en una habitación silenciosa, en ese espacio reservado a los pensamientos más íntimos que nunca revelas en voz alta.
Velas es descubrir los pensamientos más íntimos de Mónica sin ningún tipo de tabú, tal y como piensa, siente y vive. No la juzgues, si lo haces no podrás conocerla, la tacharás, le pondrás etiquetas y no querrás seguir conociéndola. Mónica no es un ángel, es una mujer frágil y engañada que disfruta con cada nueva fiesta y experiencia. Odia la monotonía, huye de las tradiciones y los convencionalismos.
Velas es un manual de los síntomas secundarios del orgullo, la vanidad, la ambición y la hipocresía, es la cara b de un grupo de música que se deja arrastrar por la fama. Al principio la detestan, luego no pueden vivir sin ella, detonante principal de los problemas entre los componentes del mismo. El grupo es una consulta psicológica, una intoxicación de pastillas no medicadas, una fuente de creatividad que permite componer canciones que atrapan, canciones melancólicas, es el éxito de la tristeza, ir al límite sin importar las consecuencias.
Mónica es una mujer maltratada, no lo niega, lo sabe y acepta. No le importa, tampoco quiere que la juzguen, que la entiendan, no busca un héroe que la rescate, su héroe es su villano. «Ni contigo, ni sin ti», es la expresión que resume su relación con Marleen y Peter, sus parejas, su elixir de vida, su motivo para vivir y disfrutar de un nuevo día.
«¿Dónde estarás esta noche?». Velas refleja la lucha entre el personaje y la persona, la misma que sufrió Sir Arthur Conan Doyle con Sherlock Holmes. «Mientras duraba el concierto, nos convertimos en héroes. Mientras duraba el concierto no éramos Peter y Mónica, éramos Jimi Hendrix y Janis Joplin. Y un rato más tarde, en el frío de la calle, volvíamos a ser Peter y Mónica». A Peter solo le importa la música, sus canciones, la fama es un efecto secundario que le cuesta digerir y del que después no sabe separarse. «Para él era una obligación convertirse en alguien importante, ser famoso, tener éxito», para Mónica «era algo secundario».
«Marleen era un cuerpo dulce y una voz exigente», la vida es como Marleen, dura, exigente, puñetera. A veces te regala una sonrisa; otras, una desilusión. Aun así, Mónica quiere a Marleen, la quiere tal y como es, con sus virtudes y sus defectos. Si decides disfrutar de su diario personal, aparca los prejuicios. Velas no es una historia más de un grupo de música: «Había visto como se emborrachaban después de cada concierto, como se burlaban de los periodistas, como se gastaban todo el dinero en pastillas, canutos y rayas y como se peleaban ellos. Entonces comprendí que no llegarían lejos, pero no por la música, sino por ellos mismos, por su inmadurez».
Velas es Mónica, es Margot, es Marleen, es Peter, eres tú, somos nosotros cuando nadie nos ve. Permítete ser conquistad@, no pongas freno, disfruta la vida que alguna vez soñaste y nunca viviste.
Habrá que leerla…
(No conocía al grupo, por cierto)
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