Jot Down para Movistar +
A día de hoy, lo peor que a una persona se le puede ocurrir gritar en una estancia repleta de gente para provocar el más absoluto caos no es «FUEGO», sino «SPOILER ALERT». Porque la sociedad ha llegado hasta el punto de tomarse tan en serio las ficciones como para considerar cualquier destripe previo no deseado como una afrenta personal al honor.
El profesor de psicología Nicholas Christenfeld comenzó a interesarse por los recovecos de la ficción y sus encantos mientras ayudaba a su hija pequeña a idear una historia para completar sus deberes escolares. Christenfeld intentó explicar a su primogénita que las historias necesitan arcos narrativos, retos que superar y moralejas. Y mientras lo hacía, comenzó a darse cuenta de que quizás todo eso no era cierto, de que no existía ninguna norma real para las historias. «La ficción es algo extraño cuando te detienes a pensarlo. La gente dedica grandes cantidades de su tiempo a relatos que alguna otra persona se ha inventado. Y a mí me interesa descubrir qué es eso que atrae a la gente en las narraciones ficticias» aseguraba. El profesor, junto a su colega Jonathan Leavitt, decidió estudiar y escudriñar las reacciones de varios estudiantes de la Universidad de San Diego frente a diversas historias y sus spoilers correspondientes. El resultado del experimento fue inesperado: aquellas personas a las que se les había destripado previamente un detalle importante de una historia disfrutaron más de los relatos que aquellas otras que llegaron a las narraciones vírgenes de spoilers. Quedaba científicamente comprobado que el spoiler fortalecía la diversión en lugar de rebajarla.
En 2017 el Festival Movistar+ de Series cambia de nombre y partir de ahora pasa a denominarse Spoiler fest. Un festival de entrada libre y gratuita que se celebrará del 20 al 22 de Octubre en las nuevas sedes del evento: Telefónica Flagship Store (Gran Vía 28), Espacio Fundación Telefónica (Fuencarral 3) y Cines de la Prensa (Plaza del Callao 4).
Castillos de naipes y el spoiler en el mundo real
En los noventa una miniserie de cuatro capítulos llamada Castillo de naipes se exhibió por las parrillas de la BBC. Se trataba de un drama político escrito con brillantez (la pluma responsable se llevaría a casa el Emmy por aquel libreto) que se convirtió en uno de los primeros casos en los que un programa de televisión espoileó el mundo real: la serie de ficción arrancaba con la dimisión de Margaret Thatcher y casualmente se estrenó en televisión en el momento en el que la propia Thatcher firmaba el papeleo para renunciar a su puesto como primera ministra del Reino Unido. Castillo de naipes (House of Cards en el original) provocó dos secuelas en forma de miniseries y saltó más allá de la pantalla cuando sus diálogos y expresiones acabaron convirtiéndose en parte del lenguaje político de la vida real.
Veintitrés años después, la idea original renacería en forma de celebrado remake americano, con un House of Cards protagonizado por Kevin Spacey (Frank Underwood), un político demócrata que se columpiaba alegremente entre la psicopatía y la sociopatía, junto a Robin Wright (Claire Underwood). Un programa que heredaba de la serie original los guiones afilados y, sobre todo, la capacidad innata para espoilear la realidad y crear una ficción asombrosamente premonitoria. Porque la quinta temporada de la nueva House of Cards se ideó y escribió antes de que Donald Trump agarrase el volante de los Estados Unidos de América, pero aquello resultaba bastante difícil de creer a causa de las tremendas similitudes entre las tramas desplegadas y las desventuras del nuevo presidente americano. Aquellos capítulos de ficción predijeron multitud de movimientos políticos del caballero del peinado rebelde: el veto a los musulmanes en los aeropuertos, la politización del terrorismo para hacer campaña, las relaciones con Rusia (con un personaje a modo de reflejo de Vladimir Putin), la desacreditación a los medios de comunicación, la implicación del FBI en unas elecciones presidenciales dudosas e incluso la paranoia de un mandamás norteamericano obsesionado por grabar todas sus conversaciones.
En un momento dado Trump y Putin decidieron verse las caras en el mundo real. Y como bien apuntó alguien desde Twitter aquella escena no tenía demasiado de original, ni en la escenografía ni en la situación ni siquiera en los gestos de los actores implicados, porque House of Cards también la había espoileado antes:
El parecido entre Frank Underwood y Donald Trump llegó a niveles tan disparatados que en The Guardian se les ocurrió crear un juego donde el reto era distinguir las frases del presidente real de las sentencias del ficticio. Spacey tuvo que dejar claro en The Late Show with Stephen Colbert que, aunque pareciese increíble, los guiones ya estaban escritos antes de la tormenta Trump. De paso, el actor aprovechó para recordar lo evidente: que su programa tenía mejores guionistas que el panorama político estadounidense actual.
Los logros de The Big Bang Theory también rebotaron hasta contagiar la vida en el mundo real: en 2011, el fotógrafo Denis Riek se tropezó en las costas orientales de Australia con una medusa inusual del tamaño de una uva. Reik remitió las instantáneas de su descubrimiento a la bióloga Lisa-Ann Gershwin, quién confirmó, con la ayuda del taxonomista Peter Davie, que la criatura pertenecía a una especie desconocida. A la hora de bautizar a la recién descubierta medusa, Gershwin optó por homenajear directamente a The Big Bang Theory utilizando una famosa expresión («Bazinga» en su versión original) del personaje de Sheldon Cooper: el animalillo sería denominado «Bazinga Riek», pertenecería al género «Bazinga» y sería la única integrante conocida de la familia «Bazingidae». Aunque quizás el mayor logro de la sitcom es el de haber ayudado en parte a convertir la carrera universitaria de Física en algo molón: el número de estudiantes de Física ha ido aumentando año tras año desde que se emite el programa.
En España lo que se contagió desde las pantallas hasta las calles fue el acento manchego. La banda de tarados detrás de La hora chanante (Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, Julián López, Carlos Areces o Mauro Muñiz entre muchos otros) lograron, desde el 2002 en adelante, salpicar la televisión con un humor muy personal rebozado en nuevos referentes y de rápido calado. Tan influyente como para llegar a modificar el lenguaje popular: tras su paso por la televisión y YouTube, un nuevo léxico donde brincaban palabras como «gatetes», «gañánido», «regulero», «caldofrán», o el inmortal «chanante» se coló en el habla de todas las personas de bien de este país.
La programación del Spoiler Fest de 2017 está compuesta por todo tipo de actividades para el público infantil (visionados matinales, zona de actividades) y adulto (visionados, exposiciones y actividades, talleres, sesiones formativas Centro Universitario de Artes TAI). En las salas de Cines de la Prensa (Plaza Callao, 4) se podrán contemplar varias series en pantalla grande como Big Bang, Oro, Arrow, The Gifted o The Mindy Project así como el documental Los años chanantes. La agenda oficial completa se puede consultar aquí.
Rick y Morty contra la salsa del pasado
La serie de animación Rick and Morty es una de las que mejor ha sabido liarla en otros universos ubicados más allá de la ficción, y todo gracias a una idea en apariencia inocente y anecdótica. La culpa la tiene el primer capítulo de su tercera temporada, un relato donde Rick aprovechaba un paseo por el pasado durante el ocaso de los noventa para hacer un pedido a la cadena de comida rápida McDonald’s que incluyese la salsa Sichuan. Según Rick, aquel condimento era uno de los manjares más exquisitos y efímeros existentes, una salsa que había sido ideada con fines promocionales para acompañar el estreno de la película Mulan en 1998, y que desde entonces no se había vuelto a fabricar. Un aliño que el personaje solo podía volver a saborear al deambular, literalmente, por su propia memoria.
El caso es que aquel lamento animado provocó que alguien importante en el restaurante del payaso Ronald tomase nota de la demanda y ofreciera una sorpresa a los responsables del show: Justin Roiland, cocreador del programa, recibió en julio de 2017 un misterioso cofre con la etiqueta «DIMENSION C-1998M» en la tapa junto al logo de McDonald’s. Y en su interior se encontró con una divertida misiva donde la compañía de fast-food aseguraba haber recuperado un bote de salsa Sichuan a través de un portal interdimensional que apuntaba a un mundo anclado en el 98, un pasaje fantástico que lamentablemente habían acabado sellando para evitar que se colasen por ahí «los collares de conchas y las boy bands». Acompañando a tan simpático escrito se encontraba algo impensabe, una muy generosa botella de salsa Sichuan con instrucciones específicas en su propia etiqueta: «Para uso exclusivo en los restaurantes McDonald’s en 1998 o durante la duración de la promoción, y si acaso de nuevo veinte años después. NO SERVIR a científicos locos viajando con sus nietos adolescentes; a las potenciales versiones no científicas de científicos locos provenientes de dimensiones alternativas; y/o a Jerry».
Naturalmente, el resto del mundo se murió de envida. La disparatada ficción de Rick and Morty había conseguido que una compañía real resucitase una receta que llevaba veinte años enterrada. Poco después, desde la hamburguesería se anunció entre timbales que la legendaria (según Rick) salsa volvería al mostrador de McDonald’s durante un único día, el siete de octubre de 2017. El problema de todo esto es que la cadena infravaloró la devoción de los fans: durante aquella jornada los establecimientos del restaurante recibieron la visita de varios centenares de seguidores del programa y no pudieron cubrir la demanda de salsa Sichuan provocando masas enfurecidas de público con ganas de salsa. En algunos casos los vecinos alertaron a la policía y cuando esta llegó al lugar de los hechos se encontró con una tropa de personas enfadas entonando un «¡Queremos la salsa!».
No subestiméis el poder de las series.
El Spoiler Fest de Movistar + es un festival para seriéfilos a modo de escaparate con las nuevas tendencias de la temporada servidas por Movistar series, Movistar series xtra, Fox, Axn, Tnt, Comedy central, Calle 13, Cosmo, Amc, Fox life, Axn white, Syfy,Sundance Tv, Disney Junior, Canal panda, Nickelodeon, Disney XD y Cartoon Network. Se celebrará entre del 20 al 22 de octubre y la entrada es libre y gratuita. Más información disponible a través de su web oficial, su Twitter y su Facebook.
Mira, tengo 54 años y te puedo decir que nunca me gustó que me contaran el final de una película ni el de una novela. Que ahora le llamen spoiler no cambia el fondo de la cuestión: con 16 años o con 54, mejor no me cuentes la película. También se podría argumentar que los que quieren saber de antemano lo que va a pasar tienen fobia o poca tolerancia a la incertidumbre.
Aunque creo que no viviré el tiempo suficiente para presenciarlo o no, no pierdo la esperanza de que durante mi existencia pueda ver una serie que anticipe si existen o no los extraterrestres, y si existen, cómo són, de dónde vienen, que intenciones tienen etc.. Tambien la versión oficial de cómo nació el universo. Esto último sería sensacional: un montón de guionistas excitados que adivinaron junto a la prueba irrefutable de la comunidad científica. Personalmente me gustaría que fuese: esta inmensidad sin límites no tiene un origen, nadie la creó, nace y muere con sincronía y dura tiempos incomprensibles, eternamente. Con respecto a los otros, hasta ahora y a comenzar de Orson Welles, todas las propuestas me parecieron demasiadas estrafalarias, pero también estrafalario es Donald, así que puede suceder cualquiere cosa. Muy buen artículo divulgativo y de información. Gracias.
…algunos de los que vivimos en directo y con los ojos como platos la secuencia completa del derrumbe de las torres gemelas, jamás hubiéramos aceptado aquel episodio en el seno de una película o una novela, sencillamente por inverosímil. Que aquello me decantara por el abandono definitivo de la ficción en la literatura o la cinematografía, pudo ser… el caso es que la realidad nos nutre de historias increíbles a priori, aventuras maravillosas, material suficiente para prescindir de cuentistas más o menos bien intencionados… y como bien se afirma en este lúcido artículo, el spoiler no tiene cabida en la realidad. El spoiler es la prueba del nueve de la inmadurez social que alimenta la cultura de la ocurrencia