Política y Economía

Cataluña, en busca de garantías políticas: el referéndum del 1 de octubre

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Fotografía: Eric Alonso / Cordon.

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La idea de la nación moderna —y aquí quiero enfatizar el adjetivo «moderna», puesto que el sentimiento nacional en sí mismo es posiblemente anterior al mundo contemporáneo, como se le hace evidente a cualquiera que lea la oración fúnebre de Pericles en Tucídides, que repase el concepto de Israel en la Biblia, o que tome nota de las apelaciones que Maquiavelo hizo a César Borgia para que unificara Italia— nació con la Revolución francesa. Y lo hizo entendida como comunidad de ciudadanos iguales ante la ley, cobijados bajo el paraguas de una administración racional, y gobernados por instituciones con la capacidad de evitar el control permanente del Estado por una parte de la población o del territorio de la nación.

Ahora bien, la articulación exacta de la nación moderna adoptó muchas formas, desde la francesa o franco-jacobina —caracterizada por la uniformidad absoluta— hasta la suizo-cantonal —en un país que todavía permite a sus municipios votar directamente si quieren conceder o no la ciudadanía a un extranjero—.

En Suiza, la articulación de la nación fue relativamente fácil. La guerra civil de 1848, que se saldó de manera prácticamente incruenta, con varias decenas de muertos según las versiones más fiables, terminó con el reconocimiento de una fuerte autonomía a los cantones de la confederación helvética, la paz religiosa y la igualdad lingüística. En Francia, el proceso de construcción nacional fue mucho más costoso. Como describe magistralmente Eugen Weber en Peasants into Frenchmen, la unidad lingüística no llegó hasta la Primera Guerra Mundial, como mínimo. No obstante, para bien o para mal, la construcción de un sentimiento nacional completo se culminó con éxito. En España, en cambio, la revolución nacional fracasó, quedó inacabada. Y hoy en día, más de doscientos años después de la Revolución francesa y de su recepción en la península ibérica, España no ha conseguido llegar al fin hegeliano de la historia: una comunidad nacional sin fisuras, articulada bajo un Estado aceptado como legítimo por todos sus ciudadanos.

Durante todo el siglo XIX, desde las mismas Cortes de Cádiz, aquella asamblea reunida en un trocito de ciudad y ahora mitificada por los patriotas españoles más rancios, hasta la crisis de Cuba, catalanes y españoles buscaron casi siempre cómo articular sus personalidades y sus intereses nacionales. Sin éxito.

Cataluña habría podido acabar siendo española a la francesa: desapareciendo en la uniformidad lingüística y el localismo desarraigado del Village Catalan de la autopista de Perpiñán. O podría haber sido española a la suiza. En este último caso, felizmente integrada en un Estado plurirregional, con la lengua como medio de comunicación oficial y el derecho catalán plenamente reconocidos como a finales del siglo XIX pedía la derecha catalana por boca de Mañé y Flaquer desde el Diario de Barcelona. O como parte de un sistema de federalismo casi municipalista, que era el sueño de la izquierda pimargalliana y de los artesanos anarquistas catalanes, quienes, para evitar emplear el término nación, que les parecía repelente porque lo usaban tanto sus primos carlistas como la derecha española ultramontana, se inventaron conceptos políticos incomprensibles.

En este conflicto sobre el tipo de nación-Estado a construir, la España de matriz castellano-andaluza no consiguió imponer la solución francesa. No pudo, ante todo, porque mientras París ofreció al Midi un trato de iguales (bajo una sola ley) a cambio de renunciar a su memoria, la revolución liberal fracasó en España. Y, por esa razón, porque la fuerza de las armas no es nunca suficiente para forjar un solo pueblo con un solo sentimiento nacional, Cataluña terminó no siendo o, si se quiere, no sintiéndose cómodamente española.

Por su parte, Cataluña tampoco pudo imponer la solución suiza. Turín y Milán unificaron Italia porque Roma, gobernada por el Vaticano, nunca ofreció un proyecto «imperial» para la península. Barcelona, ​​en cambio, capital de un país demográficamente exiguo, no pudo desplazar a las élites reaccionarias, antiliberales españolas del control del Estado. Y no pudo, por tanto, crear un Estado plurinacional y democrático o, simplemente, un Estado donde pudiera cogobernar con otras élites peninsulares sin sufrir restricciones de todo tipo.

Algunos han querido ver en el asesinato del general Prim y en el fracaso de la Primera República el final de un proyecto de reforma integral de España por parte de las élites catalanas (solas o en colaboración con los liberales españoles). La idea es atractiva pero difícil de probar con certeza. Lo que sabemos, en cualquier caso, es que, a caballo entre la guerra de Cuba y comienzos del siglo XX, los partidos catalanes y, más generalmente, la generación de 1901 ya habían renunciado a rehacer por completo el Estado español, al menos como «patriotas españoles» (con un sentimiento regional fuerte conjuntado con una cierta voluntad, al menos entre una parte, de hablar de «nación española» como algo propio). Y que, hecha esa renuncia, habían decidido, enfrentados a una mayoría española lingüística, cultural y espiritualmente unificada, canalizar todas sus energías a resistir hasta lograr que se pudiese proteger su personalidad cultural y nacional.

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El resultado de aquella doble impotencia histórica, tanto por parte de la matriz castellana como del proyecto catalán, para afirmarse plenamente ante o por encima del otro, fue la emergencia de un conjunto de países infelices en la península ibérica. Un conjunto de países con personalidades nacionales diferenciadas y proyectos políticos divergentes que Ortega y Gasset, utilizando un eufemismo propio de un «procesista» catalán, llamó la España invertebrada. Un conjunto de países infelices porque, en vez de mantener entre sí una relación mínimamente fraternal, acabaron coexistiendo bajo una relación desigual entre una mayoría cómoda con el concepto de una España unitaria y una minoría —Cataluña— luchando para sobrevivir como nación cultural y política.

Como nos recuerda Hegel en su Fenomenología del espíritu (capítulo 4, parte A), una relación entre desiguales o, quizás más precisamente, una relación de dominación siempre es una relación infeliz para las dos partes ligadas por esta relación.

Lo es, en primer lugar, para el dominado o subordinado, por varias razones. Ha de plegarse a las exigencias de quien lo ha subordinado. Debe actuar sabiendo que quien lo subordina lo ignora o utiliza instrumentalmente. Debe, si quiere sobrevivir, maniobrar estratégicamente: callando cuando protestar agrava su condición; aprovechando, en cambio, las crisis, insuficiencias y divisiones de la mayoría, cuando aquellas se producen, para conseguir mejorar sus condiciones; sabiendo que todo este comportamiento lo hará siempre sospechoso de deslealtad a la parte o sujeto dominante; e intuyendo que este comportamiento táctico será interpretado por aquel como «doblez», como puro espíritu comercial, proveniente de alguien que se pliega según sopla el viento en cada momento, y que, como tal, será objeto de escarnio.

Ahora bien, esta relación también hace infeliz a la parte dominante porque esta no logra nunca el reconocimiento auténtico, concedido gratuitamente y con plena libertad, de la otra parte que está subordinada. La negativa de esta última a reconocer su valor y sus virtudes le hace reaccionar con la ignorancia y, en algunos casos, con el desprecio hacia el subordinado para ocultar la frustración de no ser amado por lo que realmente es o cree ser (y no por la fuerza que utiliza).

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3.1

En esta relación ninguna de las dos partes es genuinamente libre. Las dos partes están, de maneras diferentes, sometidas a la otra parte.

La única vía, entonces, para trascender ese conflicto y para liberarlas de una condición que atenaza a todos pasa por crear una estructura política en la que cada uno pueda reconocer y aceptar al otro en pie de igualdad. Esta estructura implica, en primer lugar, respetar la voluntad y la autonomía del otro. Implica abandonar el uso de la violencia, de la espada y de la coerción. Supone, finalmente, establecer una relación político-jurídica que garantice, desde la igualdad y la reciprocidad, la libertad y la dignidad de ambas partes.

3.2

La transición democrática y el pacto constitucional de 1978 ofrecieron una oportunidad para, aceptando la realidad plurinacional de la Península, enmendar la relación de desigualdad que había cristalizado definitivamente en el proceso de construcción de España como Estado moderno.

Aquella oportunidad, sin embargo, ha acabado fracasando. Quizás, como se suele decir, porque la Constitución se aprobó en un contexto político marcado por la presencia de la vieja guardia franquista y bajo la mirada vigilante del Ejército. Quizás, quién sabe, porque nuestros ponentes constitucionales, educados en un iuspositivismo ingenuo, más alemán que anglosajón, se contentaron con constitucionalizar un federalismo difuminado y etéreo.

En todo caso, aquella oportunidad fracasó porque no garantizó la posición de igualdad de las naciones peninsulares.

Negando la idea de que varias comunidades nacionales pudieran coexistir como iguales dentro del Estado español, los autores de la Constitución articularon el llamado «Estado de las autonomías» con fundamentos doctrinales absolutamente vagos. Así, reconocieron la existencia de «nacionalidades», sin especificar qué quería decir y en qué medida se distinguía el término de la palabra «regiones», que también emplearon. Y, al mismo tiempo, reservaron para España el título de «nación».

La distribución específica de competencias entre el Estado central y las futuras autonomías siguió la misma pauta de inconcreción y ambigüedad. Nominalmente, la Constitución permitió conceder a los Gobiernos autonómicos competencias amplias e incluso exclusivas sobre una gama considerable de materias legales. Pero, una vez más, otorgó al Gobierno central el derecho de intervenir en cualquier cuestión a través de las llamadas leyes de bases.

Imitando la Constitución de la Alemania Federal y su impronta kelseniana, los ponentes constitucionales depositaron la tarea de resolver todas estas contradicciones, es decir, el poder final de interpretación del sentido exacto de las palabras de la Constitución y de las leyes, en manos de un árbitro político superior, el Tribunal Constitucional. El problema, sin embargo, es que la composición de este árbitro quedó en manos de la mayoría española. Una vez superada la inestabilidad de la Transición, momento en que la izquierda española necesitaba el apoyo de Cataluña, el árbitro teóricamente neutral se convirtió en el instrumento, elegante solamente en las formas, utilizado para reproducir unas relaciones de subordinación que la Constitución debería haber resuelto.

Es cierto que, para blindar las competencias de las autonomías, la Constitución regula un procedimiento que exigía el acuerdo conjunto del Estado central y la autonomía correspondiente para aprobar y modificar los Estatutos de Autonomía. Una vez aprobado y/o reformado un Estatuto de Autonomía por una mayoría cualificada del Parlamento autonómico, es necesaria su aprobación por el Parlamento español y, por último, la ratificación de los habitantes de la comunidad autónoma mediante un referéndum. Este sistema, que algunos han descrito como procedimiento de blindaje de la autonomía catalana, es de por sí defectuoso: las Cortes españolas hicieron uso de su potestad para enmendar el Estatuto hasta forzar a la población catalana a aceptar el texto recortado en una consulta plebiscitaria en la que se ofrecieron unos mínimos que no se correspondían con las preferencias ideales de los ciudadanos consultados.

En cualquier caso, toda esta estructura, débil en mi opinión, de garantías, saltó por los aires una vez el Tribunal Constitucional se erigió como árbitro último del Estado de las autonomías con su sentencia de julio de 2010 sobre el Estatuto de Autonomía aprobado en 2006. A través de esa institución, la mayoría hizo explícita su condición de parte y juez en el juego político peninsular. La relación de desigualdad se hizo evidente con toda su crudeza una vez más. Y Cataluña entró en estado de rebeldía.

Las raíces profundas de la protesta catalana no se encuentran en cuestiones de naturaleza fiscal, no nacen de una queja de falta de servicios e infraestructuras dignas, ni parten de un problema de discriminación lingüística. Esos agravios existen y es legítimo exponerlos y tratar de corregirlos. No obstante, la protesta actual se fundamenta, por encima de todo, en el deseo, generalizado, de crear una relación basada en la dignidad, la igualdad y la libertad de todos.

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La lección fundamental del periodo democrático establecido en 1978 y, sobre todo, de la negociación del Estatuto de 2006, coronada por la sentencia del Tribunal Constitucional, es que la estructura constitucional española no garantiza ningún espacio soberano a los catalanes (como catalanes). Cataluña era y es una minoría nacional permanente, siempre susceptible de ser corregida y laminada por el voto de la mayoría.

Desde la óptica jacobina del ciudadano sin atributos (porque es la ley la que le da atributos, si le da alguno), España es una democracia sin problemas. Esta óptica es, sin embargo, una entelequia: la realidad histórica española y el sentir y la manera de concebirse a sí mismos de modos diversos por parte de los ciudadanos del Estado español nos indican con claridad que hay diferenciación nacional interna. Y que, con la estructura actual, esta diferencia ni queda reconocida ni queda protegida.

¿Quiere decir esto que no hay algún tipo de arquitectura constitucional que permita restablecer y mantener una relación de igualdad entre Cataluña y España sin ser independientes? Los partidarios de una solución federal creen que sí.

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Fotografía: Susana Vera / Cordon.

Para proceder a investigar esta posibilidad, hay que empezar por hacer una aclaración. Los términos federalismo, federación y pacto federal son polisémicos. México, Austria o Suiza se llaman a sí mismos Estados federales, pero sus diferencias constitucionales, a nivel operativo, son extraordinarias. En consecuencia, diseñar y proclamar un Estado federal no resolvería nada si antes no investigásemos cuáles son aquellas Constituciones federales que permiten garantizar la ejecución del pacto federal en los términos acordados por todos sus miembros.

En otras palabras, necesitamos responder a las siguientes preguntas: ¿Existe algún tipo de federación que incluya mecanismos constitucionales para prevenir la explotación por parte de uno o más miembros de la federación del resto de los territorios del Estado? Y, a continuación, ¿es ese tipo de federación posible en España (posible en el sentido de evitar una situación de desigualdad en la relación entre unidades federadas)?

Tradicionalmente, la mayoría de los teóricos del federalismo, preocupados por la relación entre el Gobierno federal y las unidades federadas como la potencial fuente de tensiones políticas en un sistema federal, han reiterado que la única federación que puede funcionar correctamente es aquella que establece una distribución equilibrada de poderes entre Gobierno federal y estados federados: un sistema donde el Gobierno federal no es lo suficientemente fuerte como para explotar los estados federados, pero donde tiene a la vez la capacidad y fuerza necesarias para mantener unida la federación. Esta teoría del federalismo ideal, que propongo llamar teoría federalista de los rizos de oro (en honor a aquella muchachita que no tomó ni la sopa caliente ni la sopa fría) es plausible.

En realidad, la legitimidad y fuerza del Gobierno federal depende, en último término, del grado de apoyo que recibe de algunas o de todas las unidades federadas para hacer valer su posición y mantener la federación unida. Por eso mismo, el éxito o fracaso de una federación en garantizar los derechos de las unidades federadas radica en un lugar diferente: en la naturaleza e identidad nacional de las unidades federadas.

A riesgo de simplificar una realidad necesariamente compleja, a continuación describiré varias (cuatro, en total) modalidades en la configuración de esas identidades y examinaré en qué medida y cómo facilitan o perturban el objetivo federal de preservar la unidad de la federación y la igualdad de las unidades federadas. Considérese, en primer lugar, el caso en que todas las unidades federadas comparten la misma identidad nacional y en donde las divisiones políticas existentes no coinciden con los límites territoriales de las unidades subnacionales (o si lo hacen, son poco intensas). Este es el caso de Estados Unidos en casi todos los momentos de su historia: una sola identidad nacional, con conflictos políticos estructurados en torno a categorías sociales como clase, raza, religión etc., y con esos diferentes grupos políticos y sociales distribuidos de manera relativamente igual en todo el territorio. En esa instancia, la posibilidad de que alguno de los estados de la unión pueda ser marginado sistemáticamente por el resto es muy baja. Las coaliciones políticas necesarias para ganar elecciones, votar en el Congreso y gobernar se organizarán siguiendo las divisorias de clase o religión. Dada su distribución aproximadamente uniforme en todo el territorio, casi todos los estados (o una parte de cada uno de ellos) participarán en las decisiones federales en todo momento. Las coaliciones estrictamente interregionales o interestatales que se puedan formar serán casi siempre temporales y eso reducirá al mínimo el peligro de explotación o discriminación de un parte de la federación a manos del resto. En otras palabras, las garantías de los estados federados, pactadas en la Constitución, se respetarán.

Consideremos, a continuación, el supuesto de un país federal con fuertes identidades territoriales (es decir, donde cada estado federado tiene su propia identidad nacional) y donde los estados federados se encuentran alineados en dos bloques más o menos equilibrados en cuanto a poder. Bélgica, donde valones y flamencos tienen un peso similar, se ajusta a esta descripción. En esa instancia, el mantenimiento del pacto federal se deriva o derivará directamente del equilibrio de poder de las dos partes.

Por una razón no muy diferente, el pacto federal también queda garantizado en aquellos países plurinacionales donde hay varias unidades federales con identidades nacionales particulares y donde ninguna de esas unidades (o bloques de unidades con la misma identidad) representa una mayoría de la federación. La Unión Europa se aproxima a esta situación. En este caso, todas las regiones o bloques de regiones existentes pueden formar coaliciones alternativas entre sí: esto permite que todas tengan una oportunidad similar de participación en la administración de la federación y que puedan, por tanto, bloquear cualquier intento de discriminación o de exclusión permanente. A título de ejemplo, consideremos el caso de un país con tres regiones de peso similar (e identidades diferentes), A, B y C. Para aprobar una ley por mayoría, hay cuatro coaliciones disponibles para hacerlo: AB, AC, BC y ABC. Si A se alía con B para explotar a C, C siempre puede proponer a A un pacto mejor para esta última cargando todo el coste sobre B. Naturalmente, B puede responder planteando a C una propuesta incluso mejor a costa de A. Una vez más, sin embargo, A intentará romper aquella alianza sugiriendo a B o C términos ventajosos para uno de los dos. En definitiva, en este juego de mayorías cíclicas, la posibilidad de mantener un pacto estable entre dos regiones es imposible y la discriminación o subordinación sistemática de una región no es factible.

Todas estas dinámicas no se producen, en cambio, en aquellos casos en que existe una federación plurinacional y donde una de las unidades (o bloque de unidades con una identidad compartida) tiene una mayoría (demográfica) sobre las otras unidades. En este caso, la probabilidad de una situación de discriminación o la explotación de la minoría, fiscal, lingüística o cultural, es considerable. Y, como resultado, la probabilidad de una reacción secesionista y la ruptura de la federación, también. Este sería el caso de España incluso si estableciera un sistema federal sin más.

Para poner remedio al desequilibrio en las relaciones de poder descrito en el último supuesto, y, sobre todo, en aquellos casos en que la minoría tiene preferencias intensas sobre determinadas cuestiones políticas o sociales, los teóricos del federalismo han propuesto a menudo una estructura federal asimétrica, dirigida a compensar la desigualdad demográfica o material existente entre unidades federadas. Esa solución consistiría en ceder a las minorías territoriales competencias extraordinarias o en crear jurisdicciones especiales. En sí mismo, eso supone un avance respecto al modelo federal «uniforme» o simétrico. Una vez más, sin embargo, comparte el mismo problema del resto de los otros tipos de federaciones (y, de hecho, de todos los Estados). Necesita establecer un mecanismo que garantice la aplicación de los acuerdos incluidos en el pacto constitucional inicial, es decir, que garantice la interpretación de las palabras escritas en la Constitución, en el sentido entendido por las partes que lo firmaron y lo aceptaron. Dicho de otro modo, el sistema de federalismo asimétrico solo puede funcionar si el árbitro que dirime los conflictos entre Gobierno federal y unidades federadas, y entre estas mismas, lo hace sin discriminar a nadie. En otras palabras, solamente puede generarse una federación robusta o estable si el árbitro federal no es parte y juez de una decisión o sentencia y no está, por tanto, capturado o secuestrado por un subconjunto de la federación.

¿Es esto posible? Sí, efectivamente, lo es. Basta que las partes afectadas (las unidades federadas) sean copartícipes en la composición del árbitro (el Tribunal Constitucional o Supremo correspondiente). Es decir, que formen parte del árbitro federal en condiciones de igualdad o, en otras palabras, que tengan poder de veto y que, de manera expresamente reconocida por la Constitución, puedan bloquear decisiones lesivas para sus intereses —siempre que, al hacerlo, actúen con la buena fe que requiere el compromiso de cumplir con el pacto constitucional inicial—.

En el caso histórico concreto que nos ocupa, España y el contencioso catalán, esto equivale a hacer posible que Cataluña (una minoría nacional) participe en condiciones de igualdad (con la mayoría) en las decisiones centrales, que pueda ejercer el derecho de veto sobre la actuación del Estado. En suma, la participación paritaria en las instituciones federales o centrales constituye la solución apropiada para evitar que, en un país plurinacional dividido de forma permanente entre una mayoría y una minoría nacionales, la primera subordine a la segunda o lesione sus intereses gravemente.

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En este sentido, el derecho de autodeterminación (la celebración de un referéndum de autodeterminación) es equivalente o, si se quiere, una derivación de este sistema de protección, ya que dota a la minoría nacional de un instrumento que, en circunstancias excepcionales, le permite bloquear o escapar de una situación de abuso constante. El derecho de autodeterminación, como el derecho a la separación matrimonial, constituye un mecanismo a utilizar en aquellos casos en que, ante un tratamiento reiteradamente injusto y ante una situación de constante falta de protección, la parte débil de la relación pueda liberarse de la acción opresiva del resto de la federación. (La esperanza es que, en previsión del posible ejercicio del derecho de autodeterminación, la mayoría se abstenga de lesionar a la minoría y que, por tanto, aquel derecho no se ejerza nunca).

En el caso concreto de España, esto es, en una situación en que el texto constitucional no incluye un sistema de garantías efectivo, el ejercicio del derecho de autodeterminación se aparece como la única barrera efectiva de que disponen los miembros de una minoría frente a la imposición constante de normas generales por parte de la mayoría.

Naturalmente, el derecho de autodeterminación no se puede utilizar de manera frívola o como un arma arrojadiza cuando convenga. Para invocarlo y ejercerlo, es necesario que haya existido un periodo razonable de intentos de negociación entre mayoría y minoría. Es necesario demostrar que la mayoría no ha intentado corregir la situación injusta existente y que, a lo largo de ese proceso, no ha dado muestras de actuar de buena fe. Es necesario, finalmente, que la minoría se muestre favorable, de una manera constante, a ejercer el derecho de autodeterminación (algo que, hay que subrayar una y otra vez, debe diferenciarse de ser o no favorable a la separación).

Todas estas condiciones se dan en el caso de España y de Cataluña en estos momentos. En primer lugar, y ya desde la aprobación de la Constitución de 1978, Cataluña ha intentado persuadir a la mayoría de que, dado el texto enormemente flexible de la Constitución y a la luz de las expectativas creadas en el momento de la Transición, era posible construir una estructura de autogobierno generosa sin violar los principios y la arquitectura de la ley fundamental española. Ese intento de persuasión (y de negociación) cristalizó, finalmente, en la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de 2006. No obstante, como ya he indicado antes, el Tribunal Constitucional (en manos de la mayoría) anuló cláusulas fundamentales de un Estatuto de por sí sustancialmente modificado por las Cortes. Frente a esto se aduce frecuentemente que, dado que los catalanes votaron masivamente a favor de la Constitución, no es aceptable querer desligarse de aquella. Con independencia de las condiciones políticas (no exactamente prístinas) bajo las que se negoció y aprobó la Constitución, el hecho es que la mayoría y la minoría han divergido sobre su acuerdo respecto a la aplicación concreta de la Constitución porque ya de entrada la leyeron de formas diferentes, con expectativas diferentes. Eso mismo, el hecho de que la minoría no previese la introducción de múltiples obstáculos y límites en el despliegue del autogobierno, justifica la demanda de un referéndum y el creciente apoyo a la independencia.

En segundo lugar, las instituciones catalanas han intentado de buena fe reconducir la situación creada (o quizá simplemente revelada por la sentencia del TC de 2010) mediante negociaciones sobre cuestiones concretas, primero, y, finalmente, canalizando las demandas crecientes de la ciudadanía catalana a favor de un referéndum de autodeterminación. Es cierto que la Constitución española no reconoce literalmente el derecho de autodeterminación. No obstante, eso no impide que se pueda ejercer. Como indicó el Tribunal Supremo de Canadá en su opinión sobre la realización de un referéndum en Quebec, «la Constitución no es solamente un texto escrito», sino que «engloba todo un sistema de principios que rigen el ejercicio del poder constitucional… el federalismo, la democracia, el constitucionalismo y la primacía del derecho, así como el respeto a las minorías» que deben gobernar, en última instancia, las acciones de los estados del Canadá y sus relaciones con la federación. A la luz de estos principios, el Tribunal Supremo entendió que, aunque no hubiese un derecho «directo» de Quebec a la secesión, era legítimo y constitucional consultar a los ciudadanos de esa provincia si eso venía seguido de una voluntad de negociación sobre los términos de la separación. Esa misma interpretación generosa puede prevalecer perfectamente a la hora de leer la Constitución española. Ese texto incluye diversas cláusulas que permiten, directamente a las instituciones centrales o, por delegación, a la Generalitat, convocar una consulta sobre la voluntad de los catalanes de permanecer en España o no. Y proceder, en caso de que la mayoría así lo decidiese, a pactar los términos de la separación.

Una interpretación correcta de la Constitución no puede ser nunca literal. Fue esa literalidad la que, en los juicios de Núremberg llevados a cabo por las potencias aliadas tras la Segunda Guerra Mundial, emplearon los jueces y oficiales alemanes procesados ​​por crímenes cometidos contra, entre otras minorías, la población judía o la etnia gitana. Los inculpados se defendieron de los delitos que se les imputaban alegando que se habían limitado a obedecer las órdenes de sus superiores de acuerdo con la legalidad constitucional. Efectivamente, una vez ganó las elecciones en Alemania y tras ser elegido canciller del Gobierno, Hitler procedió a declarar el estado de emergencia de acuerdo con las prerrogativas establecidas por el artículo 48 de la Constitución alemana. Dos meses después, el Parlamento enmendó aquel texto, siguiendo los procedimientos indicados en el mismo texto constitucional, al objeto de concentrar el poder político en el Ejecutivo. Nominalmente, la Constitución de Weimar no fue derogada nunca. Materialmente, es decir, considerada a la luz de los principios fundamentales (democracia, federalismo, etc.) que la inspiraban, sí que la podemos considerar inválida desde el momento en que el Reichstag aprobó la ley habilitante o de autorización de 1933 que ponía el poder de legislar en manos del Ejecutivo. El ejemplo de la Alemania nazi muestra de manera clara que, en el sostenimiento de la democracia, debemos siempre integrar cualquier texto constitucional en un marco conceptual más amplio a riesgo, si no lo hacemos, de vaciar la Constitución de toda validez real.

Si, a pesar de un deterioro de la estructura de autogobierno (respecto a los términos imaginados en el momento de participar en la redacción de la Constitución), a pesar de la existencia de múltiples mecanismos para consultar a los catalanes y para proceder a una renegociación de los términos de su encaje en España, y a pesar de la existencia de una mayoría abultada (el ochenta por ciento) de los catalanes a favor de celebrar un referéndum, la mayoría se opone sistemáticamente a convocarlo (o a permitir su convocatoria), ¿qué alternativa tienen las instituciones y el pueblo catalán? No hacer nada implica sostener una situación injusta. Supone perpetuar la situación de desigualdad que he descrito en la segunda sección de este artículo y que daña por igual (aunque a través de mecanismos diferentes) a ambas partes de la relación. Por tanto, siguiendo el mandato del Parlament elegido en septiembre de 2015, convocar un referéndum de autodeterminación, es decir, una simple votación en la que, de manera pacífica y ajustada al principio de igualdad de una persona/un voto, se pueda decidir sobre el futuro de Cataluña, es legítimo. Esta es una decisión, la de convocatoria y organización de un referéndum, diferente a la de declarar la independencia. Simplemente abre, en mi opinión, la vía para negociar, el día después de la consulta, una solución política a los desacuerdos existentes.

Concluyo recuperando el hilo inicial de este artículo. El objetivo final de este referéndum es el de corregir una situación abusiva. El propósito de la consulta del 1-O es el de restablecer la dignidad de todas sus partes en conflicto, tanto la mayoría como la minoría. El referéndum es, en definitiva, una oportunidad para crear una relación de igualdad que aún no existe y, al fin y al cabo, para liberar tanto a España como a Cataluña de todas las distorsiones y servidumbres que impone una relación injusta.

[1] Este artículo es una adaptación del discurso realizado ante el Institut d’Estudis Catalans el día 11 de septiembre de 2017.

[2] Catedrático de Política y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton. Miembro de la American Academy of Arts and Sciences y del Institut d’Estudis Catalans.

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Fotografía: Albert Gea / Cordon.

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91 Comentarios

  1. Vamos, que básicamente hay que independizarse….de Cataluña.

    • Artur Mas i Menys

      Los Indepes hemos cometido un error estratégico. Ni votar ni ostias, todos a comprar serruchos en servicio estación y a serrar hasta convertirnos en una isla separada. Y en el agua que nos separa, cocodrilos y piranhas.

      Un contrato institucional con Ryan Air para repatriar a todos los Españoles, no pensamos ni aterrizar, los lanzamos en paracaídas sobre Huelva Córdoba y otras casas cuartel de la Guardia naZivil. No pasa nada, la mayoría de esos Espanyoles son Gordos y paticortos. Siempre aterrizan de culo, y entre la guitarra la pandereta y la tortilla de patatas hinchable van bien empaquetados. Ya veras que lagrimones de alegría cuando aterricen en su tierra, los vamos a a hacer super felices!

      • José Serrano

        Claro, claro, la mayoría de los espanyoles son gordos y paticortos… Aterrizan de culo, tortilla y pandereta… Claro, claro ¡Muy sesudo análisis!

      • Pendrechas

        Eres un imbecil. Veremos quien tira a quien de un avión

      • Pobre idiota. Tu no eres independentista y probablemente tampoco seas catalán. Sólo eres un trol que se hace pasar por lo que no es. Alguien que se expresara así en público sería inmediatamente despreciado por todos los catalanes que honestamente aspiran a la independencia.

  2. No es pot dir més clar. Així I tot, ningú en farà cas.

  3. Gloria. Os habeis cubierto de gloria.

  4. Que artículo más bien hilado… desde premisas falsas. Se pretende (muy sutilmente, eso sí…) poner a las dos entidades al mismo nivel, cuando legalmente no es así en absoluto…

    » El objetivo final de este referéndum es el de corregir una situación abusiva.»

    Muy sutil también… ¿Abusiva? ¿Para quien?¿Para la región que más ha prosperado económicamente desde el s. XVIII?¿Que no ha perdido en ningún momento su lengua, y tiene competencias en todos los ámbitos posibles? ¿Se han perseguido las costumbres catalanas en algún momento?

    Por más vueltas retóricas que se le dé, mezclando el sentimiento y una democracia mal entendida, la situación es clara:

    1.- A todos nos somete el mismo marco legal.

    2.- Dicho marco da la soberanía de todo el conjunto de la nación a todos sus habitantes.

    3.- Igualmente, dicho marco contiene en si mismo los mecanismos para cambiar este punto.

    El corolario es claro: un referendum en el que una parte elija algo que compete a todos es ilegal, exactamente igual que robar, matar y no pagar impuestos, entre otras muchas cosas.

    Asi que por lo menos hay dos maneras legales de solucionar esto; un referendum en todo el territorio o que las fuerzas interesadas propongan un cambio de la constitución con lo que consideren. Todo lo demás, humo y espejos para los ilusos…

    • Jack Onalos

      Amigo:
      Para represión sobre Cataluña:
      Lee un poco de historia: mirate la Guerra de Secesión Española y lo que instauro el rey de origen francés que gano la guerra. Fueros sustituidos por los Castellanos, prohibición de la lengua, cierre de las universidades por decenios, cierre del comercio con América,,. Mirate en el siglo pasado lo que hizo «Paquito» al acabar nuestra ultima guerra.

      No soy independentista pero, esto que esta haciendo el actual gobierno central, va contra las libertades de todos, retorciendo las leyes como hace, plantando precedente. Y la libertad de expresión ha de ser sagrada. Y votar es la más importante forma de expresión que hay en democracia.

      • :)

        Guerra de SUCESIÓN Española -> 1714
        «Paquito» -> 1939 a 1977

        Estamos en 2017, han pasado 300 y 40 años respectivamente.

        ¿Que represión hay HOY en Cataluña?

        • Policía política «filtrando»dossiers falsos sobre políticos, finanzas intervenidas desde hace más de 2 años, políticos encausados, funcionarios detenidos, webs clausuradas, 13000 policías y GG.CC. de refuerzo, imprentas registradas, las cuentas de las universidades intervenidas, policías visitando ayuntamientos, policías visitando periódicos y desde ayer visitando colegios e institutos de secundaria. Policía intentando entrar en la sede un partido sin autorización judicial, llevando a la audiencia nacional a concejales por si una frase era apología de la violencia, policías de incógnito detenidos por los municipales mientras cortaban una estelada con una radial ( no es broma, sucedió en un pueblo del Ampurdán hace un par de años). La relación podría ser más extensa.

          • Hola,

            Esto si parece argumentación, gracias. Sobre lo que mencionas, sin ironía:

            Policía política “filtrando”dossiers falsos sobre políticos, -> No conozco el caso ¿De que policía política, dossieres falsos estamos hablando?

            finanzas intervenidas desde hace más de 2 años, -> ¿Te refieres al pseudo control del gobierno del uso del FLA – Fondo de liquidez autonómica? (Con el que acaban de pagar 1800 millones a Cataluña ayer mismo, por cierto)

            políticos encausados, -> Investigados por presuntos delitos, Por orden del Tribunal Superior de Cataluña

            funcionarios detenidos, -> Investigados por presuntos delitos, Por orden del Tribunal Superior de Cataluña

            webs clausuradas, -> Por promocionar una acción ilegal

            13000 policías y GG.CC. de refuerzo, -> En previsión de una acción ilegal

            imprentas registradas, -> En previsión de una acción ilegal

            las cuentas de las universidades intervenidas, -> De esto no tengo información… ¿Puedes ampliar, por favor?

            policías visitando ayuntamientos, -> En previsión de una acción ilegal

            policías visitando periódicos y desde ayer visitando colegios e institutos de secundaria. -> En previsión de una acción ilegal

            Policía intentando entrar en la sede un partido sin autorización judicial, llevando a la audiencia nacional a concejales por si una frase era apología de la violencia, -> Investigados por presuntos delitos, Por orden del Tribunal Superior de Cataluña

            policías de incógnito detenidos por los municipales mientras cortaban una estelada con una radial ( no es broma, sucedió en un pueblo del Ampurdán hace un par de años) -> Así que había personas que trabajan de policía, haciendo algo ¿ilegal?, son detenidos por los municipales, y… ¿Esto es represión? A mi me parecen unas personas deshonrando a una policía, y otro cuerpo haciendo su trabajo bien…

            Sé que las cosas se ven distintas desde la distancia, pero ver represión en estos actos parece ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio… en cuanto se pierde el imperio de la ley, se pierde todo

      • No hubo guerra de secesión, sino de Sucesión.

        Lo que el triunfo de los Borbones quito a Cataluña se compensa con lo que le dio.

        El franquismo (maldito sea) era tan catalán como del resto de España.

        En fin. Los ricos que se revuelven contra los pobres.

    • Si no entiendes que Catalunya és un sujeto nacional y, en conseqüencia, con derecho a la autodeterminación, és que no entiendes nada. És el motivo último de todo el conflicto. Y Catalunya és un sujeto nacional (por lo tanto, con derecho a decidir sobre su futuro) simple y llanamente por la única razón que puede darle esa categoria: porqué la mayoria de sus habitantes quieren serlo; mas allá de historia y leyes, que siempre han de ser un instrumento para el pueblo, y no un fin en ellas mismas…

      • Pendrechas

        Cataluña forma parte de España, y todos los españoles debemos decidir sobre España. Por mucho que pataleis, lloreis, os inventeis la historia, y hagáis lo que hagáis no podéis vencer, porque el resto de España no os va a permitir que venzais

        • Democraticamente, esto lo decide el pueblo, y el pueblo, mayoritariamente, ha decidido autodeterminarse. El resto és imperialismo… un imperialismo ciego y visceral que ha podido demostrarse que resultados os ha dado, durante la historia.

    • Pues le das la razón con tu respuesta, que viene a ser:
      Catalunya es nuestra y hará lo que nosotros digamos, puesto que somos más y por tanto mayoria

      • Democraticamente, esto lo decide el pueblo, y el pueblo, mayoritariamente, ha decidido autodeterminarse. El resto és imperialismo… un imperialismo ciego y visceral que ha podido demostrarse que resultados os ha dado, durante la historia.

    • No soy independentista, pero soy catalán. Tengo día cosas que anotar a tu comentario desde la completa equidistancia, ese término tan de moda, usado por algunos como yo para que ninguno de los dos fervientes bandos le «apedreé». Te contesto a ti para va para todos los que parecen estar en sintonía en este foro al menos en un par de aspectos.

      El primero es sobre quién tiene más conocimiento de la materia. Me asombra que seáis capaces de contradecir a un experto docente que precisamente lleva años estudiando sobre estos y otros temas políticos. ¿Como pretendéis que vuestro conocimiento/experiencia tenga mayor validez que la de un experto? Me asombra francamente.

      El otro comentario es sobre la soberanía de la nación. ¿Porque ha de prevalecer la opinión de los que está por la unión de España en contra de los intereses de los que quieren ser independientes? Y ahí confluyo con este artículo y los nacionalistas catalanes. Porque en España se hace lo que quiere la mayoría «por cohones», sin más argumentos. Tal cual el hombre que no va a permitir que su pareja se divorcie, un estado donde la mayoría puede decidir quién se puede casar con quien, etc. Cada ver veo más claro esto de la feminización de la política, que conste que no soy mujer, ya que al final es cuestión de testosterona. Cataluña es España «por cohones», no vamos a negociar «por mis huevos» y así podemos seguir hasta el fin de los tiempos y nadie se bajará del burro.

  5. Felicidades por un gran artículo de documentación, intentando entender tanto las dos partes del conflicto, así como las experiencias vividas en otras naciones «similares».
    Está claro que sino se intenta entender a la otra parte del conflicto, las consecuencias solo pueden ser devastadoras.
    Esperemos que esto no acabe en sumisión o ruptura.

  6. Un comentario al respecto del petardo de artículo que conviene puntualizar: ¿qué es eso de la mayoría o minoría en el Tribunal Constitucional? Una de sus miembros y presidenta interina es la insigne jurista Encarnación Roca Trías, propuesta en su día por el Parlamento de Cataluña (es decir, representante de la parte afectada, según el artículo), que, entre otras actuaciones, se postuló a favor de declarar inconstitucional el 9N, y varios artículos de la Ley del Parlamento de Cataluña.

    Ya hasta los en teoría «académicos» nos la quieren colar con el asunto catalán, qué cantidad de mentiras. Mucho Princeton, poca objetividad.

    • Hablamos de Pérez de los Cobos, ex-militante del PP? Y la recusación de Pérez Tremps por parte del PP por haber hecho un informe del Estatuto catalán? Roca Trías no estaba durante el «cepillado» del Estatut. Y no sé cuál es tu concepto de minoría, pero 1 de 12 a mi me parece minoría

  7. Imposición? Abuso? Pero esto qué es? Qué cabida tiene un artículo de opinión en esta revista? Hasta aquí tiene que llegar la política? No era esto algo cultural?
    Bien, pues yo me bajo aquí. Si Jot Down permite la propaganda separatista basada en lo opresores y abusones que somos los españoles, me queda claro que esta no es mi web. Dejo de entrar y la borro de mi listado de favoritos.
    Adiós, muy buenas.

  8. Y por cierto, soy partidario 100 por 100 de la independencia de la supremasista Catalunya. Que se vayan de una vez, con todas las consecuencias.

    • Jack Onalos

      No has entendido el articulo: Explica la táctica del gobierno catalán para obligar al gobierno central a negociar, a solucionar el problema catalán, quiera o no quiera, en este caso por las malas (para Cataluña); o es que crees que Europa se quedara quieta, con nuestro país entrando en el grupo de Polonia y Hungría; teniendo ya fuera al Reino Unido?
      La táctica gallega de dejar pasar el tiempo (que todo soluciona), del gobierno Rajoy, no solo no funciona sino que ha empeorado las cosas dejando que el mosto fermente, pase a vino y se pase fermentando hasta llegar al vinagre.

  9. Yo es que hablo todos los días con catalanes (cosas de negocios). De vez en cunado hasta los veo en persona. Y todavía no he visto ninguno postrado, o con pinta de ser abusado, postergado, pisoteado, humillado o robado por mí que soy un pobrecito español.
    Todo el artículo está convenientemente retorcido para llegar a la conclusión de que Cataluña (así en abstracto) tiene todo el derecho a su «autodeterminación (qué bonita y falsa es la jodida palabra). Ya nos enumera el articulista una ristra de hechos históricos que lo probarían . Claro que nos ahorra mencionar que no hay ni un solo estado en nuestro entorno (y como federaciones ahí tenemos a Alemania que lo acaba de negar expresamente, o los EEUU que el último intento de romper la unión acabó como acabó) que reconozca el derecho a separación de una de sus regiones. Eso por no mencionar que nos desliza sibilinamente que si España no es un país moderno (y no me cansaré de repetir que ostentamos los derechos civiles e individuales más avanzados de Europa (los de los «pueblos» no me los creo) es porque se impidió a los catalanes conseguir modernizarnos a los españoles, que en el fondo somos unos paletos y unos fascistas.
    El párrafo con la analogía con la Alemania nazi ya es de traca. Obviando además quién es el golpista ahora.
    En fin más de lo mismo. Justificaciones de ricos que no se quieren seguir juntando con la parte pobre de la familia.

  10. Boris Vian

    Claro, uno lee este texto y ve lo mal que la pasan los catalanes, lo sojuzgados que están. Y además está inducido a creer que en todo el marco jurídico que afecta a España, son los de peor e injusto trato. Nada se dice del País Vasco (¿otra nacionalidad sufriente?), nada se dice de lo ajeno que están los habitantes de territorios más alejados (Canarias, por ejemplo) a entender «pobrecitos, los catalanes, qué mal la pasan», cuando allí sí que hay un agravio comparativo. En defnitiva, un texto fantasma, que pretende «explicar» una solución beneficiosa para todos, cuando en realidad, al leve atisbo de descubrir qué hay debajo de la sábana, se topa uno -sin sorpresa, es verdad- con un acendrado catalanismo que plantea situaciones fantasiosas y soluciones no menos fantasiosas.

    • Jack Onalos

      Otro que no entiende: no estamos subyugados,, estamos cabreados igual o mas que el resto de España, no solo tenemos las razones de crisis, sino que se suman las causas particulares.
      Siempre hago la misma recomendación: veniros a trabajar un año por Cataluña y pagar los impuestos aquí, yo lo he hecho en varios sitios de España y hay una diferencia sustancial.
      Y si entramos en lo personal, yo estoy harto que se metan con la educación de mis hijos, por que venga alguien que no quiera integrarse. Si va un Francés a Madrid o lleva el niño a un Liceo Francés pagando o escolariza su niño en castellano. Aquí es igual, salvo que el Castellano tambien es lengua vehicular, menos pero lo es.

      • Nacho Negro

        Estimado Jack: da la casualidad de que el francés no es lengua oficial en Madrid y da la casualidad de que el castellano si lo es en Cataluña. No existe ningún país en el mundo donde se haya permitido la política de inmersión lingüística que se aplica en la educación en Cataluña. Que un castellano parlante no pueda escolarizar a sus hijos en su lengua materna dentro del territorio español, no es comparable a que no pueda hacerlo un francés.
        Por cierto, el artículo del Carles supongo que tendrá replica antes de 1-0 por parte de alguien tan imparcial como el.

        • Si un suizo aleman quiere escolarizar a su hijo en un colegio publico de Ginebra, tendra que aceptar que el idioma en que se imparten la clase sea en frances.

          Esperas que para que tu hijo pueda ser educado en Catalunya, los catalanes debamos abandonar nuestra lengua en las escuelas. España es pluricultural y plurilingue y hasta que no lo acepteis será difícil llegar a un acuerdo.

          • Nacho Negro

            No espero que Ud. abandone su lengua materna (es la misma que la mía, by the way): el que se pueda escolarizar en castellano no implica que no se pueda en catalán.

            Ya me gustaría a mi que en Cataluña hubiese la mitad de la mitad de la cordura con la que se trata la cuestión lingüística en Suiza.

            En cuanto a lo pluricultural y plurilingüe que es España, es una obviedad. Acepte Ud. que Cataluña también lo es y verá como nos entendemos de miedo.

            Salut i força al canut.

            • jellyfish

              la cordura linguística que usted comenta se debe a la potencia demográfica de las lenguas en cuestión. En el caso del catalán, dada su evidente inferioridad numérica ante castellano y francés, se opta por una clara discriminación positiva, con el fin de mantenerlo vivo. Puede que este objetivo no sea suficientemente importante para usted, y que estime poco problemático reducir esta lengua a la condición de «patois».

              • Nacho Negro

                Supongo que se refiere Ud. a la potencia demográfica del romanche; lengua hablada por unos 30.000 suizos y respetada exactamente igual que el alemán y el francés a nivel estatal.
                Como comentaba con anterioridad, mi legua materna (y paterna) es el catalán y yo nací en el 58, cuando teóricamente arreciaba la prohibición de hablar catalán.
                Ya ve Ud. que el catalán a pesar de la persecución durante 40 años (yo oía misa en catalán, leía comics y libros en catalán y oía canciones en catalán; sin que nadie me persiguiera, por cierto) no ha muerto.
                La discriminación positiva me parece estupenda cuando es necesaria, la que me parece impresentable es la negativa. Para que me entienda Ud.; si discriminamos positivamente para que más mujeres tengan puestos directivos en las empresas (los famosos cupos) no hay porque cepillarse a todos los varones directivos.

              • Lo más gracioso de todo esto es que los malos malotes catalanes que solo hablamos catalán y obligamos a los niños a hacerlo también estamos teniendo esta conversación con Nacho en… Perfecto español. ¿Dónde lo aprendimos? Porque, no sé vosotros, pero yo tengo 29 años y fui a una escuela nacionalista catalana…

          • Nacho., dices que no existe ningún país en el mundo donde se haya permitido la política de inmersión lingüística que se aplica en la educación en Cataluña. Es verdad, oficialmente no, porque no les ha hecho falta. Pero si como medio educativo precisamente para integrar personas en su idioma. La inmersión lingüística está demostrado que es un buen medio para ello.

  11. Boris Vian

    Por cierto, pésimo, como cada vez que se trae a colación en este tema, el ejemplo de Quebec (la constitución canadiense, a diferencia de la española, no plantea la indivisibilidad de su territorio). Pero no me crean a mí, busquen un excelente texto al respecto titulado El ejemplo de Quebec, firmado por Victoria Carvajal.

    • Jack Onalos

      La diferencia es que allí les han dejado ejercer su LIBERTAD DE EXPRESIÓN, votando. No han tenido miedo a las urnas.
      Allí se quedaron cerca del 50%, y no tenían el cabreo que hay aquí.
      En Cataluña no llegaría a eso dado que hay mucho voto de castigo (dirigido al PP y al PSOE) que ultimamente ha votado allí donde más duele al otro.

      • Libertad de expresión??? Desde cuando un plebiscito de independencia es libertad de expresión??
        Si solo es eso que se haga mañana, o que se haga en formato manifestación.

  12. Bueno, si Cataluña esta subyugada al resto de España, que pensaran los extremeños y la gente de Zamora, o los de Huelva. Vaya, España ha conseguido de nuevo lo increíble: que la supuesta colonia oprimida sea mucho mas rica que el 90% dela metropoli. Vamos, que vaya opresión aquella que hace que cada año 22.000 milllones de beneficio vayan de la opresora a la oprimida y agraviada. o que 2-7 padres de la Constitución fueran catalanes, o las leyes arancelarias o el fomento de la Industria en el rincón español mas cercano a Francia. Mirando hacia atrás,nos tuvimos que comer Castilla toda la defensa del Mediterráneo aragonés, con la Unión. En esa época Castilla era pujante y los demás partes del Reino, no. Cataluña estaba deteriorada por la peste y el cierre del comercio provocado por los otomanos y berberiscos.Que decir de cuando nos desangramos en Cuba, cuando las calles de Barcelona se llenaban de banderas españolas y los carlistas campaban por Gerona.

  13. Magnífico artículo

    • Si recibiéramos cada año 22.000 millones de Huelva, Extremadura, Zamora y compañía, HARÍA 20 AÑOS QUE YA SERÍAMOS INDEPENDIENTES. Aquí el tema es que en general no se nos soporta, os morís de ganas de darnos una patada y enviarnos fuera de España, pero como pagamos buena parte de la fiesta, a pesar de no soportarnos queréis que sigamos en España.

      • Último año, 17.000m. lo que viene a ser unas catorce veces el.presupuesto de exteriores español

  14. Jaunzuria

    Tanto el artículo como el propio Proceso en sí están basados en la premisa de que Catalunya sufre algún tipo de opresión por parte del Estado central. No se me ocurren muchos ejemplos de procesos de este tipo en el que la zona/región/nación pueblo que se quiere marchar no sólo sea más rica que el resto sino que lleve 40 años disfrutando de una amplia autonomía, con su bella lengua recuperada y protegida, con su cultura más viva que nunca. Croacia y Eslovenia podrían ser algo similar, en cuanto a riqueza relativa, no así en condiciones políticas, Historia reciente del país, etc. Quizá Quebec, no conozco bien los detalles.
    Un país, España, en el que 2 zonas (quizás 2 y media) de concentración económica, Madrid y Barcelona, se han llevado prácticamente todo, el empleo, la industria, las empresas, la gente cualificada, todo, y resulta que una de ellas te dice que está muy maltratada y que se marcha con el botín, con el nivel económico que ha alcanzado funcionando en común, que no tiene necesidad de seguir pagando gastos comunes y que además en 40 años de amplia autonomía ha construido estructuras de Estado muy eficientes.
    Esto, épica aparte, es California diciendo que se va tras acumular riqueza de medio USA (pero mantengamos el dolar, y fronteras abiertas, porque no os odiamos ni nada), es Piamonte (o Baviera, o el Lyonnais), alegando opresión mientras una persona de Puglia llama a su hijo a ver qué tal le va por Turín, donde se ha ido a vivir porque no encontraba trabajo en casa.

  15. Indignado

    Me uno a la indignación general al ver que uno de mis lugares culturales de referencia, cede a la presión y sinsentido «catalanacionalista». No es este un sitio de política y si lo es, solía hacerlo con originalidad y perspectiva. No dejándose llevar allá por donde sopla el viento. No diré eso de adiós JotDawn porque sé que con el tiempo al igual que muchos catalanes, los redactores caerán en la cuenta de su error y de quien realmente a actuado como un subordinado del poder. Todos nos equivocamos alguna vez.

  16. Un cansado

    Manda carallo. Y empiezo asi para que se sepa que soy gallego y no un «centralista madrileño» o alguna patochada similar. Hacía tiempo que no leía una serie de falacias tan bien hiladas y consistentes. Cataluña ha sido la región más favorecida a nivel de inversión de toda España. La primera línea férrea peninsular? En Cataluña. Proteccionismo en el textil? Por Cataluña. Juegos Olímpicos? En Cataluña. Etc, etc, etc, etc. Vivo en una región con idioma, cultura, idiosincrasia y que ademas fue reino (a diferencia de Cataluña) y que ha sido sistemáticamente machacado porque desde el siglo XV (la nobleza gallega apoyó a Juana la Beltraneja) ha apoyado siempre al bando perdedor. Que fue moneda de cambio para entrar en Europa desguazando su sector pesquero a través de una brutal reconversión industrial. Sin infraestructuras. Y sin peso a ningún nivel. Pero claro, son los pobres catalanes los que viven en opresión y desafectados porque no aceptan los principios de solidaridad y caja única y quieren más y más. Cataluña lleva actuando como una élite extractiva cientos de años a costa del resto de España pero se queja porque, no es suficiente! Así que sólo puedo decir, autodeterminación para Barcelona y el Valle de Arán, banda de hipócritas.

    • La primera via ferrea fue financiada por capital extranjero y a su inaguracion no asistio ningún dirigente del gobierno central. No asi en la segunda linea ferrea.

      Sigo con los favoritismos centenarion a Catalunya que mencionas?

    • Bueno, en el 36 os pusisteis de lado del vencedor, que era gallego. Pero ni con esas os fue bien.

  17. Shackleton

    Que peligro tiene este autor vendiendo este cuento chino en Estados Unidos. Menuda imagen tenemos que estar dando con este «embajador».

    • Jack Onalos

      Oye, espabila.
      -1ª Linea férrea, si, si, pagada por lo empresarios de la zona, y estrenada por el rey de la época.
      -Olimpiadas, vale, promovida por los catalanes y el resto se subio a tren cuando ya corria sola.
      – Infraestructuras: Carreteras colapsadas, o de pago, sin un adecuado mantenimiento, Ferrocarriles colapsados y mas lentos que hace 15 años (por falta de mantenimiento, solo se salva el AVE y no es rentable aunque sea el mas utilizado de la peninsula)
      Tienes razón en la mayor parte. Pero yo como catalán, hijo de emigrantes, me siento mal cuando cruzo el cinca y oigo hablar a mis primos de lo que no conocen. Pasar 6 meses a este lado a ver como se ve la cosa.
      Mientras yo después de 20 años cotizando y pagando el 37% de IRPF, llego al paro solo me ofrecen mierda, y para reciclarme no me sirve nada de los cursos del INEM, vuelvo a la universidad y me tengo que pagar TODO, no hay nada de ayudas para mi o mi familia, mientras que al otro lado del Cinca, mis tios se pagan mutuamente las peonadas de mis primos para seguir cobrando, y no paran de trabajar en las tierras propias. Sin hablar de las rehabilitaciones de casas antiguas con ayudas 50% a fondo perdido pagadas por Europa al ser aréa deprimida. Y yo pagando una hipoteca durante 30 años. Pagamos más cara la luz, la gasolina, el agua,,,,, sigo?
      Soy Catalán, no independentista, pero estamos hasta el gorro que nos tomen por tontos fiscalmente, nos toquen la moral si enseñamos a nuestros hijos como consideramos oportuno, cuidando los símbolos de nuestra cultura (tradiciones, lengua y si me pones Leyes,,), de utilizarnos como motivo electoral hasta en las autonómicas de otras regiones.
      La élite extractiva no esta en los catalanes,,, no te engañes; esta en los políticos y sus amigos, las grandes empresas (que no tienen patria, y como ejemplo «La Caixa» o «Timofonica»), los defraudadores, los especuladores,,,
      Esta bien pagar el que tiene mas para ayudar a los demás, pero sin estrangular al que paga. Ni llamarlo tonto en su cara, como me han llamado. Hay parientes que me aconsejan que emigre a la tierra de mis padres (que no es la mía) porque allí se vive mejor con menos y que ya saldremos adelante trapicheando. Te parece bonito, pues hay más de uno que ya lo ha hecho. Yo tengo amor propio y orgullo. Lo que tenga que ganar, yo me lo curro, que no me lo regalen.

      • Ese infierno de falta de ayudas y que te chupen la sangre y volver al terruño y que todo el mundo en tu misma situación social/laboral viva mejor que tú pasa igualmente a los que hemos trabajado en Madrid, y también lo digo por experiencia… En cuanto al tema de la cultura, y visto desde fuera, claro, yo no tengo la impresión de que nadie que haya querido hacer/vivir en lengua/cultura catalana haya tenido el menor problema, al menos noticias sobre eso aquí no llegan. Vamos, quiero decir que es una situación de explotación pura y dura, con los explotadores agitando a unos explotados contra otros.

      • Yo.no se que le contarán sus primos, pero los números cantan. El interior de España está despoblado, y sus perspectivas son entre Siberia y laponia. No se de donde sale eso de que se vive de puta madre con menos. El problema de fondo es el mismo que tienen todos los paises desarrollados, que existen dos ciudades: Madrid y Barcelona ( que no Cataluña) que se llevan el grueso de todo, y el resto del territorio a proporcionar recursos humanos y materiales.
        Es la colonización del XIX pero interior a cada pais

  18. Jack Onalos

    Buen análisis de la situación a la que hemos llegado.
    Pero aun hay gente que no entiendo lo que lee… o solo lo ha leído a medias,,, o solo el nombre del autor.
    Después de años de la negación total por una de las partes, de la demonización de todo lo que huela al otro, tsumanis de desinformación, intoxicación y deformación por ambas partes. mala hostia, bilis a raudales en los medios más reaccionarios. Son los que han propiciado que el independentismo en Cataluña halla pasado del 17% a mas del 52% en menos de un decenio.
    Son las malas políticas, la falta de tacto, el oportunismo electoral, del pragmatismo de que todo vale para conseguir y mantener la cuota de poder político (otra vez por ambas partes, EXPRESAMENTE, sabiendo que se autoalimentan electoralmente)
    Y eso lo dice alguien que esta EN MEDIO DE TODA ESTA MIERDA, no uno de la meseta que no sabe lo que es esto (solo por oidas). Soy alguien que esta harto de pasearse por el resto de la península solo para que me pregunten los parientes por las tonterias que emiten en FatxaTv. Uno que ya hace mas de 15 años que vio el percal que gastan personajes políticos catalanes (y familiares, amigos y consejeros,,,,sean del partido que sean)
    Y después de todo eso no me extraña que alguien se marque un farol con un poker en la mano para que el otro se ponga las pilas para bajar del pedestal de gracia divina para ponerse a hablar de una vez, para no perder el chollo de tener una de las regiones fuertes económicamente en medio de pozos sin fondo sin ánimos de cambiar el panorama. Solo reaccionan al ver las orejas al lobo.
    Siempre he envidiado esos países luteranos del norte donde la vocación de servicio publico no solo es una expresión vacía, solo para momentos electorales, donde los políticos dimiten solo con que les pillen con una multa de velocidad o un dato falso en el curriculum. Donde aunque pagues muchos impuestos, todo funciona infinitamente mejor. Donde gastan, si es necesario, con la cabeza, no según el deseo del electorado o para ayudar a un «amigo». Son mas sosos, tienen un infierno de clima y una gastronomía que da pena, tienen las tasas mas altas de suicidio, pero a parte de los políticos honrados y la rubias macizas a mansalva, donde reciben a extraño no por lo que aparente o por donde viene, sino por lo que puede aportar a la sociedad; no les envidio nada más, y no es poco.
    Son razones de peso para emigrar de este puto rincón de envidias, mala leche, oportunistas sin moral, ni credo ni nada decente (aunque sean de misa semanal en latín)

  19. Auténtica bajada de pantalones de mi web preferida… aunqur por todo lo que me da gratis seguiré aprendiendo
    Pero este artículo es de traca, tanto que pienso que lo han editado adrede para aumentar el número de visitas
    CIU engañó 30 años al pueblo catalán pactando con don Felipe y don Aznarín mientras se repartía el pastel y ahora vuelven con otro cuento para garantizarse el poder.
    Sí amigos, todo esto va de una panda de muy ricos con ansias de poder político y ninguna dosis de agradecimiento
    Señores, 1/3 de los catalanes somos andaluces de 1° o 2° generación: eso sí que es lecciones de Historia reciente señor Boix
    El olor pútrido de la aporofobia rama de la xenofobia hija del Racismo

  20. Aporellos Oé

    Ho portes clar, Boix, el més cec és qui no vol veure. O no has vist les imatges de la gent acomiadant la guàrdia civil a Càdis, Huelva, Còrdova, etc., al crit de «a por ellos, oé». No hi ha res a fer dins d’Espanya.

  21. CarlosOc

    Traducción al castellano:
    Hemos conseguido una situación privilegiada, con una industria muy fuerte y grandes infraestructuras, y por si fuera poco, disponemos también de una gran situación geográfica. Una vez conseguido esto,para que repartir lo que ganamos con cualquier «vago» andaluz o extremeño? Mejor nos lo quedamos todo nosotros no?
    Como esta suena feo, digamos que nos sentimos oprimidos desde siempre, nos inventamos que una vez tuvimos reino propio y a correr.

    Patético articulo que sería habitual leerlo en cualquier periódico interesado como columna de opinión, pero en JotDown? Si me lo dicen no me lo creo, decepción absoluta.

  22. El artículo está muy bien escrito y aparenta el buscar el beneficio para ambas partes de manera muy elegante, pero está construido para justificar lo que está ocurriendo, en lugar de contar lo que hay y hubo realmente y sacar una conclusión posteriormente basándose en los hechos.

    Decir que Cataluña está oprimida con el nivel de autodeterminación que tiene y con la cantidad de inversión que allí se ha llevado es cuanto menos chocante. La ley española trata a todos como iguales, como en Francia, solo que aquí en los últimos años se ha fomentado la lengua, se ha dado mucha libertad de educación y la ley española trata a todos como iguales, como en Francia.

    Una región oprimida puede ser Extremadura, a la que ni siquiera llega un tren decente y que, como no tiene representación parlamentaria a efectos reales, no tiene fuerza para pedir que alguien se preocupe por ella.

    Una prueba de que Cataluña no estaba oprimida y de que el sentimiento independentista no era tan fuerte es el 17% de personas que habrían votado la independencia, según un comentario anterior a esta entrada.

    El problema es que en Cataluña no se entiende que la Contitución o las leyes del Estado, no solo tienen que permitir que las Autonomías ganen competencias o cambien las leyes a su antojo solo porque allí se voten, sino que, por una parte tiene que haber un equilibrio que haga supuestamente iguales (aunque vemos que no es así, viendo el agravio con Extremadura) a todos los ciudadanos y, por otra, la ley tiene que proteger a todos los ciudadanos españoles, no solo a los catalanes. Si Cataluña quiere un Estatuto que va en contra de los derechos del resto de los españoles o quiere una financiación que perjudica a los demás, de forma que pueda ser injusta, tiene que haber un gobierno o tribunal a nivel Estado que impida esto. No porque algo se apruebe en Cataluña significa que tenga que ser automáticamente aceptado por todos. Si un Estatut dijera que todos los ciudadanos de fuera de Cataluña tienen que pagar un diezmo al cruzar la «frontera» hacia Cataluña, por mucho que se vote allí, eso no puede ser aprobado.

    Y esto es lo que cuesta mucho entender en Cataluña. Por muy beneficiados que hayan sido, por mucho que se respeten su lengua y culturas y por mucha autonomía que disfruten, tienen que entender que en el resto de España también hay seres humanos y los derechos de unos tienen que ser tan respetados como los de los otros. Gracias deberían dar del altavoz que supone tener partidos nacionalistas fuertes en el parlamento nacional y los beneficios prácticos que ello conlleva, una suerte que no disfrutan otros ciudadanos españoles.

  23. «Las raíces profundas de la protesta catalana no se encuentran en cuestiones de naturaleza fiscal, no nacen de una queja de falta de servicios e infraestructuras dignas, ni parten de un problema de discriminación lingüística. Esos agravios existen y es legítimo exponerlos y tratar de corregirlos. No obstante, la protesta actual se fundamenta, por encima de todo, en el deseo, generalizado, de crear una relación basada en la dignidad, la igualdad y la libertad de todos.»

    JAJAJAJAJA. La mejor pieza de humor de Jotdown. ¡MUY BUENA!

  24. Creo que es la primera vez que veo tanta sintonía y homogeneidad en los comentarios de un artículo de este portal. Y eso, para los que pasamos horas aquí (y sabemos que este es un lugar de debate, encuentro y crítica dialogada) indica algo, cuanto menos anómalo.

    Yo, sintiéndolo mucho, también me sumo a la generalidad de los comentarios: me ha extrañado muchísimo este tipo de artículo aquí. Y extrañado he de decir, no para bien.

    Y ojo! no porque esté o no de acuerdo, o me guste o no lo que se dice. No tiene nada que ver con preferencias, sino con una actitud de honestidad crítica.

    No quiero malinterpretaciones: soy un joven becario universitario y nada me produce más admiración que este notable señor, profesor en la Universidad de Princeton. No llega ahí un cualquiera desde luego. Pero hay algo, con todos mis respetos reitero, que me chirría, y es que en el quehacer académico uno espera, cuanto menos, cierto distanciamiento, crítica, e incluso hasta cierto cinismo ilustrado ante las cosas de las que uno habla. Es como ideal emocional del rigor objetivo que, por ser humanos, nunca alcanzaremos, pero al que tendemos con honestidad académica. Cuando sin más preocupación, se cede (como cualquier persona en su ámbito privado hace) a subordinar la sabiduría, investigaciones, prudencia y trabajo académico a una emoción, y todo lo que hemos aprendido y sabemos lo utilizamos sin más ambagajes para justificar dicha emoción…en qué nos estamos convirtiendo? Yo no respondo, para no ofender gravemente, pero cada uno sabrá responder.

    Los artículos de JotDown suelen ser buenos, malos, interesantes, aburridos, con los que compartes opinión, con los que estás en contra. Pero suelen estar escritos con ese ideal de rigor y templanza, no del pendante sino del crítico cultural honesto que es capaz de golpearse a sí mismo en pos de la verdad. Incluso a veces con ese tono satírico, escéptico o cínico del que, sabiendo la gravedad de sus palabras, nos aconseja, después de todo, que no le tomemos demasiado en serio, que después de todo él es, como todos los demás, un simple mortal más.

    Cuando de ese estado pasamos a erigirnos o erigir estaturas regias de ideales y emociones templados en los más duros metales de una lucha que justifica que aportemos nuestros razonamientos como arma, entonces…creo que por muy académico que se sea, esas reflexiones dejan de tener lugar en este portal (y yo iría más lejos, dejan de tener lugar en el ámbiente académico…).

    Saludos cordiales

  25. Jose M Uribe echevarria

    Es la primera vez que aterrizó en este portal,y volvería si los artículos publicados fueran de la altura,profundidad y ecuanimidad del publicado por el Sr Boix.La mayoría de los comentarios,por contra,son a mi entender producto de la intransigencia,y de una visión centralista

    • Jaunzuria

      Tiene usted encima varios comentarios argumentando que regiones como Galicia o Extremadura tendrían más motivos para sentirse agraviadas que Catalunya. Otros comentando que la autonomía catalana es amplia, que su cultura está viva y respetada, y de todo ello usted extrae «visión centralista» o «intransigencia». ¿Ha leído usted algún comentario pidiendo que se anule la autonomía catalana? ¿Que se devuelvan las competencias a Madrid? ¿Que se ponga la sede de la Caixa en La Castellana? Es verdaderamente descorazonador que se pueda llegar a entender así al otro, con el cliché siempre rápido en la mente, todo lo que no sea estar de acuerdo con las peticiones de una parte es centralismo, derechismo, intransigencia y opresión. Así es muy difícil.

      • Pedro Millet

        Se apoya en la evidente falta de integración territorial en España, dónde ha triunfado una idea/mito de nación en esa Extremadura o Galicia que pones como ejemplo, y una minoría ante el resto de territorios que en el entender de muchos y al que me sumo, pide legítimamente una revisión de su relación con la mayoría.

  26. José Serrano

    Lo que es cuestionable es dar por hecho que la identidad catalana excluya la identidad española. España es además de un estado una región geográfica y una entidad cultural en la que se integra Cataluña y en la que se seguiría integrando aunque se independizara. Es similar a lo que le ocurre a un país europeo que no forme parte de la Unión Europea, no por ello deja de ser europeo. Es también poco funcional querer negar el principio jerárquico en la organización de un estado, no es lógico acabar con la supremacía del estado en ciertas cuestiones sobre las autonomías, es un modelo de organización que se da en todos los países, incluso dentro de la Unión Europea la legislación comunitaria prima sobre la nacional. Tampoco tiene mucho sentido que los catalanes, o cualquier comunidad identitaria dentro de España deba tener el derecho a independizarse pero en cambio no pueda ser expulsada por el resto de los españoles. Dicho todo ello creo que la única solución a esta situación es una Ley estatal que incorpore algo parecido al «Artículo 50» TUE, en el que las consecuencias estén detalladamente previstas.

    • A mí no me venga usted con entidades culturales. Si a usted le da miedo la libertad de enfrentarse al mundo como individuo ese es su problema. Pero yo, que he crecido en lo más profundo de la meseta, no tengo ningún miedo a que en mi entidad solo quepa yo, o al menos a que mi cultura sea tan golfa que nadie se atreva a catalogarla como entidad.

      Si usted también ha crecido en la meseta y no se considera directamente de derechas (leáse extremaderecha), seguramente haya tenido la bendición de haberse criado en el desarraigo a la patria, fruto de nuestro pasado fascista. Si por contra, ha crecido usted en una «región histórica», usted habrá vivido ese desarraigo a la patria (grande), pero a cambio tendrá usted un arraigo a su patria (chica). En ese segundo caso, estará usted jodido, y no habrá sido obligado a enfrentarse al frío de la libertad del individuo. Ese explicaría el lío que tiene usted con eso de las entidades.

  27. A veces pienso que para muchos españoles la simple idea que Cataluña se separara de España debe tan espeluznante que hay que negarla como sea, cerrar los ojos y apretar fuerte, no pudiendo abrir siquiera una pequeña brecha en el pensamiento para concebir la posibilidad, solo la posibilidad, de que la reivindicación catalana pueda tener algo, solo algo, de razón.

    Constato que no se puede concebir que un independentista sea a la vez inteligente y buena persona (en la medida en que lo es un ser humano medio). Así, si es inteligente tiene que haber detrás una intención egoista, ruin, intereses inconfesables y mezquinos; si se es persona de bien, la explicación es que es un adoctrinado, un pueblerino, un estúpido dominado por una sentimentalidad infantil. Pero hay más: quienes así piensan (y me da pena pero son la mayoría) suelen tirar en cara a los catalanes que “se sienten superiores”. Se tacha al catalán de imbécil y egoista pero el que lo dice no se siente superior. De verdad que no lo comprendo.

    Es muy triste, pero me cuesta mucho encontrar unas bases mínimas para la concordia y el respeto mutuos si no se pone un poco de imaginación y se aparcan prejuicios.

    • Me entristece esta visión única de lo que debe ser España en la mayoría de comentarios. Dan ganas de discrepar o de irse.

    • José Serrano

      Eso es lo que piensan muchos catalanes, creen sinceramente que al resto de los españoles nos resulta desgarrador que Cataluña se independice, que no podemos vivir sin ustedes… Y sinceramente, la sensación que yo percibo en Madrid es la de hartazgo generalizado y de desear que se independicen. La convivencia ya es imposible porque según parece cada vez hay menos catalanes que se sientan españoles y creo que la mayoría en Cataluña ve lo español como algo ajeno e impuesto. Yo no quiero estar casado con alguien que se quiere divorciar de mí y que me repite incesantemente que le trato mal, que le oprimo, cuando yo creo que he tratado a esa persona con respeto y tolerancia. De verdad le digo que si pudiera votar en este asunto lo haría a favor de que Cataluña se independizara, creo que al igual que el BREXIT será positivo porque no es bueno hacer proyectos comunes con personas que no estén convencidas de ese proyecto. Yo estoy a favor de un referéndum en Cataluña sobre su independencia, ahora, sí le digo que hay cuestiones que hay que negociar y hay consecuencias que tienen que star previstas antes de que esa consulta se celebre. No es justo que las consecuencias estén sólo fijadas por aquellos que se quieran independizar.

  28. Santiago Santiago

    Iba a contestar algo pero viendo el artículo que, en réplica a éste, ha publicado Jot Down, pero en sentido divergente, pues me limito a recomendaros a todos que lo leais. Es de agradecer que la revista ofrezca los dos polos opuestos.

    Lo más triste de todo, a mi entender, es la fascinación que a lo largo de la historia ofrecen este tipo de procesos identitarios nacionalistas en los hombres.
    Lo que se está laminando no es la voluntad del pueblo catalán, sino que es la libertad individual de cada uno sus habitantes para pensar de forma libre y crítica. La comodidad y comfortabilidad de las banderas, de sus colores primarios, el anhelo de una ansiada libertad. Todo con un aroma a puro romanticismo trasnochado …

    • Tienes razón. Esos románticos trasnochados que se envuelven en la bandera española están totalmente demodé.

  29. Topos independentistas recubriendo de name-dropping su ideología en forma de artículo conciliador que justifica una auténtica cacicada. A tomar vientos hoyga.

  30. Gerónimo

    Siempre he pensado que lo que los catalanistas quieren de verdad no es independencia, sino privilegios. Ser ciudadanos de primera en una España donde el resto sean ciudadanos de segunda o tercera. Sentirse mejores, especiales. Tener ellos lo que otros no tienen (por eso les irrita tanto este estado de autonomías donde una Rioja de la vida tiene televisión autonómica. ¿Qué se han creído? Con lo que molaba en los 80 eso de ir de vacaciones fuera de Cataluña y comentar a los locales las cosas chulísimas que echaban por TV3). Aprovechar todo lo que España pueda darles (una posición de mercado privilegiada, un respaldo para ir a los mercados de deuda), sin tener que aportar a cambio más que unas migajas. Pero sin dar cuentas de nada, yendo a su aire cuando les interese. Como ese colega que se escaquea cuando le pides que te ayude con la mudanza, pero se presenta el primero en la fiesta de inauguración del piso.
    Es lo que siempre he pensado, pero de verdad que quiero pensar otra cosa. Por desgracia, los hechos no consiguen persuadirme.

  31. Pingback: ‘El descarrilamiento del procés’, per Eduardo Mendoza i ‘Cataluña, en busca de garantías politicas: el referéndum del 1 de octubre’, per Carles Boix | Bloc de Joan Brunet i Mauri

  32. Lo que sí hay que reconocer es que han conseguido filigranas difícilmente superables.

    Serrat y Coscubiela, Paco Frutos y Jiménez Villarejo, fascistas. Los primos jaeneros de Rufián, unos vagos expoliadores. La tragedia de la pareja suicida de Huelva y sus cuatro huérfanos, la prueba de la inferioridad moral cuasi genética de los andaluces. Artur Mas, el hereu de los esclavistas, merecedor de una cuestacion estilo «Lola Flores». El padre de la patria, un ladrón consumado y su familia, la mafia. El rojo rojo rojo hijo de zamoranos, amenazador heroico con la zapatilla a Rato, pero, de su señorito, un lameculos. Curas y monjas, lo carlista, por el derecho a decidir (ser superiores), musulmanes catalanes, lo posmoderno, por el derecho a decidir (ser superiores ). Los anarcoides de la CUP, trabajando por el nacimiento de un nuevo estado ????.

    En fin, que, como ha dicho Banderas, esto es berlanguiano, aunque yo, más bien, lo veo color fascio: otanista, europeo, con sonrisas, muy muy muy democrático y super-solidario, pero fascio.

  33. Preocupado

    Viendo el posicionamiento de la mayoría de comentarios se hace evidente los 2 mundos mentales irreconciliables existentes. Preocupa que uno de los dos grupos es muy superior en número y al final son los números los que mandan.

    Creo que todo esto llegará hasta el límite que cada parte esté dispuesta a afrontar. Me recuerda a situaciones históricas anteriores en las que la minoría ha acabado perdiendo siempre. Una minoría a la que muchos llaman privilegiada pero que tratan como posesión al mismo tiempo.

  34. Después de leer con detenimiento el articulo y los comentarios no albergo la más mínima esperanza de que el conflicto se resuelva ocasionando mínimos daños a todas las partes, no nos «sentimos iguales». Una tristeza que se imponga el «y tú más» en lugar del diálogo y la generosidad.

  35. Esto solo se solucionará con un referéndum pactado como en Escocia. Después de la represión de estos días y la que vendrá sólo es cuestión de tiempo. Aunque se prohíba el referéndum más tarde o más temprano habrá elecciones y muchos que antes eran indecisos ahora son independentistas. Solo hay que hablar con aquellos que antes votaban a Colau o los comunes. ¿Qué pasará cuando los tres partidos del SÍ se presenten con una DUI en su programa de aquí unos meses y saquen más del 50% de votos? ¿Ilegalizarán a los partidos independentistas antes de las elecciones por llevar algo en su programa contrario a la Constitución? Es un bucle donde España tiene las peores cartas. Si los catalanes resisten (su especialidad a pesar del bombardeo mediático de T5, Prisa, El Periódico, A3, La Sexta, etc) el sentido común se impondrán. Pensad que tampoco se puede abordar un cambio de la Constitución. Los partidos independentistas no colaborarían en la redacción y lo que saldría tendría el sello de C’s y PP y la mitad reaccionaria del PSOE, es decir, que no sería nada atractivo para Cataluña, sería puro folclore. Los catalanes la rechazarían en referéndum. Seguramente convertirían ese referéndum en el referéndum que les prohíben. Los federalistas se encontrarían solos defendiendo una reforma de mínimos. Nada. Cualquier reforma constitucional debe ir después del referéndum. El 1O España prohibirá un referéndum, pero perderá a Cataluña. Y sobre todo a los más jóvenes que se están movilizando como nunca.

  36. Que se vayan de una vez.
    Abogaría por crear una plataforma con el lema «Fuera de Aquí» o «Hay que echarlos».
    Ya estoy cansado de los insultos (ahora resulta que todos los españoles somos fachas) y de los aires de superioridad de esta gente.
    Es la hora de que nos movilicemos para no tener que aguantarlos más.
    Fuera de Europa, sin doble nacionalidad, exigiéndoles la devolución del FLA, con el 50% del tejido empresarial en huida (incluidos los principales bancos), su Barça fuera de la Liga y de la Champions (adiós Messi), con boicot en España (su principal cliente) a los productos catalanes y en una dictadura de corte venezolano.
    Qué planazo, oiga.

    • Descanse, descanse. A no ser que usted viva en Cataluña, puede ignorar este tema del todo, tiene este privilegio. No entre en foros, ni escuche debates ni mire telediarios. Relajese, cierre los ojos, duerma… los catalanes solo existen en su cabeza. Y cuando despierte quizás ya se hayan ido.

    • Me encanta. ¡Qué conciliador y resolutivo, Sr. Cansado! Dan muchas ganas de seguir construyendo un proyecto común después de que alguien te recuerde como puede hundirte si te vas. Firmado – una unionista que fue a votar y que desprecia los chantajes

  37. La UE ha dicho acerca del referendum kurdo que espera una diálogo entre las partes para solucionar el problema DENTRO de la Constitución iraki.
    Lo digo más que nada por poner en perspectiva lo difícil que es el reconocimiento internacional, rayando lo imposible si es unilateral, y del todo marciano si uno esta en el grupo de los poderosos.
    Vamos, que eso de por que quiero y porque puedo es una infantilada

  38. Bob Esponja

    No se puede dialogar con fanáticos.
    Yo salgo a la calle en el Barrio de Salamanca y veo algunas banderas en la calle.
    En Cataluña hasta sacan a los niños del clase para que paseen su estandarte.
    Ese referéndum está inspirado por Macías Nguema.

  39. Pingback: Focus press setmanal número 62 | Taller de política

  40. Pingback: Konstitutionelle Demokratie und Abspaltungsreferendum in Katalonien (III, IV) ~ Voices from Spain

  41. Hoy 12 de Octubre, después de que por fin la otra mitad (al menos) de Catalanes haya despertado, unas cuantas grandes empresas se hayan largado y el Govern y el Parlament hayan hecho un ridículo espantoso…

    ¿Ha vuelto usted ya a la realidad, Sr. Boix?

  42. José María

    Yo tengo dos grandes lagunas en este asunto y apenas encuentro debate o información al respecto.

    La primera es en torno a la definición de pueblo catalán. ¿Quién es considerado catalán en vistas de una posible consulta electoral autonómica? ¿Aquellos simplemente censados, incluso los extranjeros residentes? ¿No podemos participar los descendientes de catalanes residentes en otros lugares de España?

    La segunda es en torno a la ausencia de plan para esa otra mitad (o al menos gran porcentaje) de catalanes que se oponen al procés. ¿Se puede construir una nación con millones de habitantes furiosamente en contra? ¿Qué se hará con aquellos una vez creado el posible estado?

    Corren malos tiempos para la conciliación. Incluso peores para la falta de pedigree racial.

  43. De Girona a chirona

    Holi.

    No se ha dicho nada de un gitano que enseña el miembro por aquí?

    BALLA.

  44. Pingback: Tabarnia: la región ficticia que pone al independentismo frente al espejo de la Ley de Claridad canadiense | Hoy Actual

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