Cayó el décimo Roland Garros para Rafa Nadal. Obviamente, es una barbaridad. Lo más sorprendente es la manera en la que ha conseguido el triunfo: arrollando a todos y cada uno de sus rivales, sin perder un solo set en todo el torneo, sin disputar siquiera un tie-break y a punto de batir el récord de Björn Borg, que ganó la edición de 1978 cediendo solo treinta y dos juegos. El mallorquín —con casi un partido menos, eso sí, por la retirada de Pablo Carreño en cuartos— se quedó en treinta y cinco. Trece entre las semifinales y la final.
Con todo, y aunque Nadal esté llamado a copar todos los titulares, estas dos semanas de tenis en París nos han dejado muchas historias y muy variadas para analizar. Empecemos con ellas:
1. La victoria de Rafa ha de entenderse más allá de los números: su dominio fue aplastante, brutal, agotador para los rivales. Ni un segundo de tregua. Todo esto después de jugar cuatro torneos de la máxima exigencia en seis semanas y ganar tres de ellos. En total, acaba la gira de tierra batida con 4680 puntos sobre 5500 posibles, lo que le vale para colocarse el número dos del ranking ATP y el primero de la clasificación de 2017. Volver al número uno parece cuestión de tiempo.
2. Buena parte del éxito se debe a un componente mental, a esa seguridad en sí mismo que hace a Nadal imbatible sobre tierra batida. Ahora bien, eso no quita para que no valoremos algunos cambios tácticos en su manera de jugar al tenis: el más relevante, la decisión de arriesgar en cada golpe. A los treinta y un años, Nadal ya no está para correr de lado a lado de la cancha y ganar el punto con una derecha desesperada. Lo hace de vez en cuando, de acuerdo, pero como recurso y no como norma. Su tenis es más agresivo que nunca, puede golpear tanto de derecha como de revés a una enorme velocidad y con una profundidad increíble. A la violencia de los golpes hay que sumar una precisión increíble en los ángulos. Es muy complicado jugar mejor al tenis de lo que lo ha hecho Nadal estas dos semanas, sin duda las dos mejores de su carrera.
3. En cuanto al resto del torneo masculino, la verdad es que hubo pocas sorpresas: tres de los cuatro semifinalistas —Murray, Wawrinka y Thiem— repetían con respecto al año anterior y el cuarto en cuestión había ganado el torneo nueve veces. Lo del relevo lo dejamos para otra temporada. El único que se quedó sin semifinales fue Novak Djokovic, inmerso en una terrible caída en picado. Su derrota ante Dominic Thiem, un jugador al que le tenía comida la moral hasta el pasado miércoles, fue durísima, con 6-0 incluido en el último set. Ahora mismo, el serbio parece un jugador perdido que va a necesitar algo más que una dieta baja en gluten. Se comentó que Agassi iba a ayudarle desde el box, pero lo cierto es que el estadounidense solo apareció por París unos días, hizo unos actos benéficos para su fundación y se marchó cuando su supuesto pupilo aún estaba compitiendo.
4. Djokovic baja así al número cuatro del ranking. Delante de él, Murray, Nadal y Wawrinka. Justo detrás, Federer. Los cinco primeros de la ATP ya han cumplido los treinta años y nada hace indicar que la cosa vaya a cambiar para final de año. El único que podría evitar el pleno sería Dominic Thiem, un jugador aún algo irregular pero que es el único de su generación en competir de tú a tú con los grandes. Dos semifinales de Grand Slam seguidas hablan muy bien de él. Hay que tener en cuenta que solo un jugador nacido en los noventa ha disputado una final de Grand Slam: Milos Raonic en el pasado Wimbledon. Obviamente la perdió.
5. Por cierto, el torneo de Raonic estuvo a la altura de su temporada y de su carrera como no espabile. La decisión de abandonar a Carlos Moyà como entrenador no parece haber aportado nada al juego del canadiense, que sigue conformándose con pasar tres o cuatro rondas para acabar cayendo agotado cuando el sol más calienta. En la parte positiva, hubo tres jugadores cuyo rendimiento y actitud sí llamaron la atención para bien: Pablo Carreño-Busta, precisamente el encargado de mandar a Milos a casa en octavos con un 8-6 en el quinto set; Marin Cilic, que en tierra batida no había mostrado gran cosa hasta ahora y tuvo momentos arrolladores, y Andy Murray. El escocés no pudo repetir final, pero luchó hasta el último momento. Después de una temporada mediocre, logró levantar el partido ante Nishikori en cuartos y llegó a ir ganando dos sets a uno contra Wawrinka en semifinales. Wimbledon le espera.
6. La gran decepción del torneo fue sin duda Alexander Zverev. El alemán venía de ganar el torneo de Roma, convirtiéndose de paso en el primer jugador nacido en los noventa que ganaba un Masters 1000. No solo había ganado el torneo sino que lo había hecho paseándose en la final ante Djokovic. Sin embargo, la irregularidad propia de un jugador de veinte años que se maneja mejor en pistas rápidas le llevó a caer en primera ronda. Algo tuvo que ver también que su rival fuera Fernando Verdasco, uno de los peores contrincantes que te puede caer de primeras. Si no, que se lo pregunten al propio Nadal, que perdió con él el año pasado en Australia.
7. La otra cara de la moneda entre los miembros de la pomposamente llamada «NextGen» la ofreció el coreano Hyeon Chung. Hombre curtido en los «challengers» asiáticos, de donde no suele salir nada bueno, por fin ha conseguido destacar en Europa en su segunda temporada en serio como profesional. Con veintiún años recién cumplidos, su gira de arcilla ha sido sensacional. En Roland Garros, refrendó su estatus como gran promesa derrotando fácilmente a Dennis Istomin y a Sam Querrey antes de caer en cinco agónicos sets frente a otro asiático: el japonés Kei Nishikori. Habrá que verle cuando lleguen las pistas rápidas.
8. Hablando de relevo, Nicola Kuhn sigue pisando fuerte: el español de padre alemán y madre rusa consiguió llegar a la final de individuales del torneo junior a los diecisiete años y se llevó de paso el trofeo de dobles de su categoría. Después de los meritorios cuartos de final del pasado US Open, por fin podemos ilusionarnos de cara al futuro, una vez que Jaume Munar no parece acabar de romper.
9. Por lo demás, el tenis español tuvo un torneo más que satisfactorio: Nadal ganó la copa, Carreño se plantó en cuartos y tanto Fernando Verdasco como Albert Ramos como Roberto Bautista llegaron a octavos de final, un resultado excelente. El problema es que el más joven de los tres —Carreño— está a unos días de cumplir los veintisñeis años y no parece avistarse a corto plazo una figura que remplace con garantías a David Ferrer como segundo espada de la «armada española». Un Ferrer, por cierto, cuyo apagarse resulta incluso doloroso.
10. Si en el circuito masculino todo parece bastante parado, el femenino es una fiesta ahora que Serena Williams se ha entregado a la maternidad. La vencedora fue Jelena Ostapenko, una letona de veinte años recién cumplidos y número 47 del mundo. No podemos decir que no fuera una sorpresa, pero lo cierto es que ya llevaba un par de meses jugando de maravilla al tenis sobre tierra batida. Su torneo fue un continuo caminar sobre la cuerda floja: cedió el primer set en la final ante Simona Halep, la gran favorita, y aun así consiguió remontar. Sus últimos cuatro partidos se fueron a tres sets y en ningún momento le tembló el pulso. Los consejos de Anabel Medina, una tenista a la que las lesiones no dejaron mostrar el inmenso talento que acaparaba, han surtido efecto.
11. Lo que no quita para que uno sienta un poco de pena por Halep. Su temporada de tierra batida había sido espectacular, con solo una derrota en casi dos meses. Después de superar unas molestias físicas en las primeras rondas, remontar un partido imposible ante Elina Svitolina en cuartos —la ucraniana llegó a ir un set y 5-1 arriba— y plantarse en la final… la rumana acabó cediendo ante una adolescente. Tendrá que esperar un año más para levantar su primer grande y este tipo de citas no siempre se repiten.
12. En ese sentido, hizo bien Garbiñe Muguruza en aprovechar la oportunidad el año pasado. Su rendimiento en 2017 está siendo insulso. Quizá no un desastre —ella jamás lo reconocería así— pero impropio de una estrella. En 2015 jugó la final de Wimbledon y en 2016 ganó en París. Quizá en 2017 le esperen dos semanas mágicas en Nueva York porque tenis tiene para ello… pero no parece que su cabeza esté en sintonía. Demasiados halagos demasiado pronto. Con todo, insisto, ya tiene su grande, algo que la coloca a la altura de la mismísima Conchita Martínez, así que quizá esta pausa le venga bien… si sirve para algo más que para la autocomplacencia.
13. Más allá de Muguruza, en lo relativo al tenis español, poca cosa. Carla Suárez volvió a llegar meritoriamente a octavos de final y volvió a caer sin oponer resistencia alguna. Nadie más pasó siquiera de la primera ronda.
14. ¿Qué hacemos con Grigor Dimitrov? Empezó el año con unas semifinales en Australia y un par de torneos ganados, todo apuntaba a una resurrección en toda regla… y ya en la primavera estadounidense empezó a venirse abajo para no volver. En París llegó a tercera ronda con cierta facilidad para caer ahí ante Pablo Carreño. El problema no está en caer contra Carreño, que es un excelente jugador, sino hacerlo en tres sets y con esa sensación de apatía que acompaña al búlgaro. Todos seguimos pensando que tiene en su raqueta un grande. Ya no será el dominador que apuntaba de junior pero puede hilar dos semanas maravillosas de tenis y llevarse cualquier título. Ahora bien, con pensarlo no basta, él también tendrá que poner de su parte.
15. Si a Nick Kyrgios no le gusta el tenis, imagínense el tenis sobre tierra batida. Ganó a Philip Kohlschreiber con muchísima facilidad en primera ronda, algo nada sencillo… y en su siguiente partido hizo lo de siempre: ganó el primer set, disputó con cierta desgana el segundo, y como vio que la cosa se alargaba decidió irse del partido y perder 6-1 y 6-2 ante un alérgico de la tierra batida como el sudafricano Kevin Anderson. Kyrgios es joven, de acuerdo, pero la cosa no pinta nada bien.
16. El momento más desagradable de la quincena fue la lesión de Nico Almagro. Poca gente ha luchado con más empeño contra su físico como el murciano, encadenando una recuperación con otra. Consiguió clasificarse para segunda ronda venciendo a otro ilustre lesionado, Marcos Baghdatis, y cuando empataba a un set con Juan Martín del Potro la rodilla izquierda dijo basta entre sollozos. El primero en ir a abrazarle, consciente de lo que es vivir bajo la amenaza constante de la baja médica, fue el propio argentino.
En fin, acaba la tierra batida —o acaban al menos los grandes torneos de tierra batida— y empieza la breve temporada de hierba, para la que vuelven ilustres como Roger Federer, ausente del circuito desde marzo. Será un mes muy intenso que culminará en Wimbledon. Probablemente, el suizo sea el favorito si llega en la misma forma en la que estaba cuando decidió tomarse el necesario descanso… pero Murray parece estar de vuelta, Nadal ha jugado la final cinco veces y a este nivel es imposible descartarle y quién sabe si Zverev o Kyrgios maquillarán su decepción parisina con una exhibición londinense. Ya que los cambios no son precisamente violentos, al menos hay que intentar apreciar los pequeños movimientos del sistema… y seguir creyendo en el futuro, por mucho que el futuro se siga mostrando algo perezoso.
Buen artículo aunque cuando haces mención de los Juniors, solo mencionas a Nikola Kuhn y no le dedicas si quiera una línea al malagueño hijo de padre sueco y madre rusa, Alejandro Davidovich, que sin estar preclasificado se paseo por el torneo hasta que le tocó el australiano , 3 del mundo, que luego venció a Kuhn en la final; casualmente Popyrin fue compañero de dobles de davidovich cayendo en cuartos de final en dobles…Davidovich , con escasos recursos , esta haciendo un campañon; como no tiene sponsors ni recibe ayudas apenas puede desplazarse a jugar torneos, lo que le ha hecho perder puestos de ranking. . Y así las cosas va a un grand slam y planta cara como un campeón
En general muy d acuerdo con el artículo.
Serâ interesante ver la evolucion d thiem, zverov y dimitrov en los proximos meses. Sorprende el desparpajo d los 2 primeros.
A estas alturas apostaria Por un titulo n wimbleldon dl roger o rafa.
De los jóvenes solo confío en Thiem, es estable y mentalmente fuerte, con unos golpes tremendos. A Dimitrov se le está pasando el arroz y Zverev es una incógnita. De Kyrgios mejor no hablar, es un tarambana e impresentable.
Si,coincido contigo,los golpes d thiem son impresionantes aunque ya tiene 23 años mientras q zverov sólo 20 y se le ven muy buenas maneras.
Dimitrov tiene talento, sin duda,xro es evidente q le falta algo.
Kyrgios es el balotelli del tenis, no llegará a nada.
Si tuviese q apostar quien va a tener mejor trayectoria diría q Thiem.
Yo no descartaría a Kyrgios para nada, a poco que madure como persona puede lograr cualquier cosa. Es uno de los tenistas más completos del circuito, si se mantiene centrado. Si Agassi pudo…
Nada que ver, a la edad que tiene ahora Kyrgios Agassi ya había ganado un Masters (actual Copa de Maestros), La Copa Davis y Wimbledon. Agassi no era un tarambana, sino una persona atribulada que odiaba el tenis gracias a la freudiana relación que mantuvo con el su padre. A Kyrgios le faltan 4 tornillos y además se cree una estrella sin haber empatado con nadie.
Se me ha olvidado decir que Thiem ya atesora 8 títulos en todas las superficies, incluyendo la hierba. De no mediar lesiones le veo futuro número 1.
Punto2: Nadal es zurdo, por lo que los golpes de derecha no creo que los haga
Realmente en tenis se llama golpe d derecha al contrario dl reves independientemente d si es diestro o zurdo.
Ya te han contestado respecto al «golpe de derecha». Pero es que Nadal no es zurdo, es un diestro al que su tío enseñó a jugar al tenis con la izquierda para tener esa ligera ventaja competitiva de jugar ante tenistas acostumbrados a jugar contra diestros.
Que Agassi solo estuviera la primera semana con Nole se debe a que Nole contactó con Agassi poco Antes de RG y éste accedió a ayudarle desinteresadamente, sin remuneración, pero que ya tenía en su Agenda varios acontecimientos que no podía cancelar. Nole ya sabía que Agassi se marcharía a mitad de torneo
¿Alguien ha leido «Open» la biografia d Agassi? Hace tiempo q tengo ganas d leerla, dicen q estâ muy bien.
Sí, es excelente, nada que ver con un libro al uso escrito por un deportista, entre otras cosas porque está escrito por Moehringer, premio Pulitzer.
Coincido contigo, la tengo a medio leer. Ya imaginaba que no estaría escrita por él en persona, pero bueno, creo que eso es lo de menos.
El libro se lee rápido y con fluidez, tiene un lenguaje muy sencillo y sin florituras.Y, ni que decir tiene, apasionante para un afcionado.
Ha salido en edición de bolsillo, unos 15 €, no hay excusa.
Tuve la suerte de poder verlo en directo y fue una victoria arrolladora. Rafa jugando lo mas agresivo que nunca le hemos visto, con un reves impresionante y con un gran segundo saque. Ojala tengamos la suerte de que pueda estar sano por largo tiempo y podamos seguir disfrutando de este fantastico tenista, porque si sigue asi la cuenta de Grand Slams va a seguir aumentando despues de estas dos temporadas de sequia.
Muy buen artículo. Poca poesía y mitificación y en cambio una descripción bastante rigurosa