A ojos del espectador actual el cine de la década de los cincuenta difícilmente logra inspirar miedo, sus efectos especiales despiertan más comicidad que otra cosa y sus argumentos resultan previsibles en cada uno de sus giros. Pero a pesar de —o tal vez quizá por— todo ello, resulta particularmente encantador. Como el niño que ya se sabe de memoria el cuento que pide que le vuelvan a narrar, uno se queda absorto ante estas películas a menudo también catalogadas como «serie B», deseando ver aparecer al monstruo que inevitablemente se llevará a alguna joven desmayada entre sus garras. Proviene del espacio, de las profundidades o, más a menudo, es fruto de unas ciencias que adelantan que es una barbaridad, hasta el punto de percibirse amenazadoras al desatar unas fuerzas que luego no pueden controlar. Nos proponemos ahora recordar algunas de estas películas para que vote cada uno su predilecta o añada la que falta a su juicio.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
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El terror del más allá
En una nave que regresa a la Tierra se cuela un implacable alienígena que va acabando uno tras otro con sus tripulantes, se refugia en los canales de ventilación —en los que un temerario personaje se introduce en su búsqueda para quedar escarmentado— y aparentemente nada puede acabar con él, aunque empuñen sopletes esperando al menos amedrentarlo. Finalmente consiguen librarse de ese indeseable visitante poniéndose los trajes espaciales y abriendo la compuerta exterior para que el vacío espacial le dé su merecido. ¿Resulta familiar el argumento? La pasada semana precisamente falleció John Hurt, recordado entre otros muchos papeles por su intervención en Alien, la demostración de que no todos los remakes empeoran al original.
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El hombre del planeta X
Edgar G. Ulmer comenzó trabajando para cineastas como Murnau o Wiene, más adelante trabó amistas con otros como Wilder y terminó siendo reivindicado por Truffaut y Godard. Logró desarrollar un estilo personal a pesar de los escasos recursos que manejaba —esta en concreto se rodó en seis días en los decorados de Juana de Arco— de manera que no es una película equiparable a otras del género y la época. Aparte de la atmósfera más propia del gótico que de la ciencia ficción, el marciano ni siquiera parece el malo de la historia: viene huyendo de un planeta moribundo, el pobre se lleva más palos que una estera por parte de los humanos y la cara de resignado que le han puesto es casi para darle un abrazo.
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El enigma de otro mundo
«¡Mirad el cielo en todas partes, manteneos alerta, vigilad al cielo!», esas célebres palabras con las que concluye recogen el espíritu de su época, en una historia que reciclaba el monstruo de Frankenstein al menos en sus andares y apariencia (aunque en este caso la electricidad le arrebataba la vida) y añadía elementos más novedosos como la fascinación por los ovnis. La versión de John Carpenter en 1982 es mejor, aunque esta ha logrado envejecer bastante bien.
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El increíble hombre menguante
Jack Arnold es un nombre imprescindible del género de terror y de la ciencia ficción en esta década, pues a él le correspondió la dirección de títulos como Tarántula, It Came from Outer Space, Creature from the Black Lagoon y este, que es el más conocido. Los problemas que afrontamos son una cuestión de perspectiva, así que el protagonista se convierte en una especie de Robinson Crusoe de su sótano en dura pugna contra las bestias más feroces. Los efectos especiales resultan asombrosos para la época y el desenlace uno de los más singulares de la historia del cine, si me apuran comparable al de 2001: una odisea en el espacio. Uno se confía creyendo que se restablecerá el orden y triunfará el amor y lo que hay es una aceptación metafísica del lugar del ser humano en el universo.
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La mosca
El vértigo ante el avance tecnológico y científico que se vivía en aquellos años es algo que mencionan aquí los protagonistas en uno de los diálogos y es también la idea fundamental en torno a la que orbita esta fábula con una especie de Gregorio Samsa teletransportado. Estamos ante otro caso en que el remake posterior superó a la original y, también, merece la pena señalar otro final memorable, que podemos recordar aquí.
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El monstruo de los tiempos remotos
Si nos hablan de grandes reptiles llegados del mar debido a ensayos nucleares, criaturas que una vez en tierra destruyen todos los edificios a su paso haciendo huir despavoridos a sus habitantes, inevitablemente pensamos en Godzilla. Dado que el estreno de este monstruo japonés fue en 1954 y el de El monstruo de los tiempos remotos tuvo lugar el año anterior entonces ya sabemos cuál es la copia y cuál el original, que a su vez fue una adaptación de un relato breve de Ray Bradbury.
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La garra gigante
Que a la vista de los ejemplos previos alguien combinase monstruos gigantes y ovnis detectados por una estación del Polo Norte no supone un derroche de la imaginación, pero se le perdona por el aspecto decididamente original de la criatura. Si tenemos en cuenta que con ella pretendían aterrorizar a los espectadores entonces, además de originalidad, tampoco les falta valor.
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El ataque de la mujer de 50 pies
Uno nunca sabe cuándo puede verse expuesto a grandes dosis de radiaciones o ser alcanzado por el rayo agigantador de algún científico loco, en tal caso lo primero sería mantener la calma, procurar no pisar a nadie —pues una disculpa no sería suficiente para alguien que se queda pegado a tu suela— y encontrar algún refugio a salvo de las fastidiosas leyes de la física. Pues de acuerdo a la ley de cubo cuadrado, si alguien aumenta su tamaño diez veces verá incrementado su peso por mil, al multiplicar anchura, profundidad y altura. Eso no habrá tobillos que lo resistan. Afortunadamente ningún aguafiestas fue a molestar a los responsables de esta película con semejantes nimiedades y pudimos contemplar a la protagonista sembrando el caos a su paso mientras buscaba al marido del que vengarse.
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La humanidad en peligro
En unos años en los que la carrera nuclear entre las dos superpotencias parecía imparable y los ensayos nucleares se realizaban al aire libre e incluso cerca de lugares habitados, no era de extrañar que se intentara alertar de que tales costumbres no iban a traer nada bueno. De nuevo la radiación provoca terribles mutaciones y degenera en el ataque de hormigas gigantes.
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La invasión de los ladrones de cuerpos
Seguramente todos lo hemos experimentado alguna vez: algún fenómeno se pone de moda en nuestro entorno sin que logremos ver el motivo, nos sentimos desconcertados al ver el énfasis que ponen en defenderlo personas cuyo juicio hasta entonces respetábamos, pero ahora es como si estuvieran abducidas, como si nos las hubieran cambiado por otras salidas de una vaina y su mente fuera teledirigida. Sí, es la explicación más razonable, dado que la otra sería admitir que estamos equivocados sobre ese asunto. Como suele ocurrir con la ciencia ficción el argumento de esta película se presta a jugosas interpretaciones políticas y filosóficas, vinculadas en parte al contexto de la Guerra Fría pero también trascendiéndolo. De hecho se trata de una idea tan sugerente que ha tenido otras tres adaptaciones al cine y una serie, titulada Invasión.
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El conquistador del espacio
Roger Corman rodó en 1956 esta cinta fiel a los clichés del género, de la que cabe destacar el que probablemente sea el monstruo del espacio más gracioso jamás imaginado.
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Yo fui un hombre lobo adolescente
Michael Landon, actor al que recordamos por las series Bonanza y Autopista hacia el cielo, tuvo aquí su primer papel protagonista. Una de esas películas a las que la etiqueta «clásico» quizá les queda grande pero al menos sí pueden definirse como «de culto», al fin y al cabo inspiró el vídeo musical Thriller de Michael Jackson.
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La maldición de Frankenstein
La productora Hammer no podía faltar en un listado como este, siendo esta cinta en concreto la que inauguró su época dorada. Nada menos que cinco secuelas rodó Terence Fisher para aprovechar el tirón que tuvo esta adaptación de la obra de Mary Shelley que dio comienzo a la ciencia ficción.
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Planeta prohibido
¿Qué tienen en común Shakespeare y Star Trek? La teoría de los seis grados de separación puede aplicarse no solo a las personas sino a cualquier producto cultural si nos ponemos a rastrear influencias, y en este caso el eslabón intermedio sería esta película, libre adaptación de la obra teatral La tempestad, que a su vez sirvió de inspiración al creador de la mencionada ópera espacial. Un joven Leslie Nielsen aterriza como puede en un extraño planeta con su científico loco, su exuberante hija de la que acaba enamorado, un robot que encantó a la audiencia haciéndose muy popular desde entonces y una fuerza maligna surgida del subconsciente.
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Ultimátum a la Tierra
Klaatu es un alienígena kantiano, alguien que valora la razón por encima de todas las cosas y la paz como fin último a alcanzar por toda sociedad, por ello viene a nuestro planeta a avisarnos de que dejamos de escabecharnos unos a otros en sucesivas guerras o nos matará a todos. Lo cual, bien pensado, no parece demasiado racional ni pacifista, pero quizá es solo que rebaja su mensaje para que los humanos podamos entenderlo. La película se convirtió en un clásico del cine, su banda sonora asoció por vez primera y para siempre el peculiar sonido del theremin a la ciencia ficción y tuvo como director a un cineasta de la talla de Robert Wise, que en relación con lo que decíamos antes de que todo está conectado, fue también años después el encargado de dirigir la primera adaptación al cine de Star Trek.
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Buenas y míticas películas. Difícil elección.
El increíble hombre menguante y La invasión de los ladrones de cuerpos. Las dos mejores sin duda.
La verdad es que dos o tres ni las recuerdo pero las dos mejores las tengo claras: O La Invasión de los ladrones de cuerpos o Planeta prohibido. Difícil elección. Al final ha sido la primera, pero por poco. Uffff…
Si sólo fuera por el cartel me quedaba con «El ataque de la mujer de 50 pies». El argumento con más chicha es el de de «La invasión de los ladrones de cuerpos», seguido de «Ultimatum a la tierra». La que no se olvida jamás es «El increíble menguante».
Aunque mi voto hubiera ido igualmente para La Invasión de los Ladrones de Cuerpos…echo en falta otro clásico como: Cuando los mundos chocan (When the worlds collide) de Rudolph Maté (1951).
Mira que la versión de 1978 de Philip Kaufman es brutal…pero me quedaría primero con la de 1956 de Don Siegel.
Rectifico….Esto es como si te dicen qué pastel te comerías antes de una pastelería, si te la dejaran toda para ti.
Los que seais demasiado jóvenes o no las hayáis visto; ya estáis tardando en ver las dos versiones.
Para los no iniciados en el género (perdón por anticipado por no expresarme mejor)…me refería a: La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) de Don Siegel; y a La invasión de los Ultracuerpos (1978) Philip Kaufman.
Comparas con s xxi y..
Deliciosa elección. Yo me quedo con «La invasión de los ladrones de cuerpos» y «El increíble hombre menguante» aunque vamos, pedazos de clásicos cada película de la lista (por interesantes o por ser sólo entrañables)
Planeta Prohibido(1) y La Invasión de los Ladrones de Cuerpos(2), también la del Hombre Menguante(3), como no… aunque el orden da un poco igual…; pero creo que deberíais haber incluido la versión de «La Guerra de los Mundos» de 1953, «Godzilla» (1954) y si me apuráis la versión del 60 de «la Máquina del Tiempo», aunque esté ahí en el límite temporal que habéis establecido…
De la lista he votado por La Invasion de los Ladrones de Cuerpos, pero echo de menos en la lista por el cariño que le tengo a El experimento del doctor Quatermass. Pero vaya puñado de clasicos que habeis puesto
Faltaría «El hombre de los rayos X en los ojos», dirigida por Roger Corman y con Ray Milland, con un final que me dejó marcado de niño…
Science fiction double feature
Doctor X will build a creature
See androids fighting Brad and Janet
Anne Francis stars in Forbidden Planet…
Ultimátum a la tierra …la mejor…y Michael Rennie un actor a reivindicar…si bien la peli atómica es una película que habla del racismo, si, del miedo sl extraño o al extranjero que viene de fuera.
Falta el hobre con rayos x en los ojos, que tambiénttiene un final mítico. no se la pierdan
Gracias por recordarnos que en los años 50 solo se hacía cine en Estados Unidos (y alguna en Reino Unido). Hasta ‘Godzilla’ debo de haberla soñado…
Deberían especificar «película norteamericana» porque Godzilla debe de estar llorando ahora mismo en su soledad. Japón existe!!!
Era difícil elegir, porque la oferta era muy sugerente. Y como dice alguno, echo de menos la trilogía de Quatermass, sobre todo la última y delirante ¿Qué sucedió entonces?
Selección plausible, aunque inevitablemente incompleta. Al final elegí ‘El planeta prohibido’, pero confieso que me costó descartar otras opciones. Y echo de menos títulos como ‘The blob’ con un casi adolescente (cinematográficamente hablando) Steve McQueen.
Ultimatum a la Tierra no solo es la mejor, es la primera del género OVNI y sienta las bases definitivamente en el subconsciente colectivo, planta unas ideas que siguen vives al cabo de tantas décadas. Robert Wisse remató la faena 20 años después con La Amenaza de Andrómeda, que es casi una precuela de la pandemia del COV 19.
Ultimatum a la tierra es mi favorita, es la primera pelicula de ciencia ficciòn que recuerdo, aunque he visto muchas.
¡Gracias!