Jot Down para Endesa
Skype ha tendido a desmonetizar las llamadas a larga distancia. Wikipedia, las enciclopedias. Napster, la industria musical. YouTube empieza a esquilmar la industria audiovisual. Uber, los taxis o los coches con chófer. Y detrás de todo ello, internet: una tecnología, y sus derivadas, que prácticamente ningún escritor de ciencia ficción del siglo XX supo predecir.
Por esa razón, el coche eléctrico es algo más que un cambio del combustible que nos lleva de un sitio a otro. Es también un cambio de paradigma mental, un cambio que lleva aparejados cambios como los que originó el advenimiento de internet y muchas de sus ramificaciones.
De hecho, esta clase de cambios de paradigma, extrapolado al mundo del transporte, empezó con los caballos.
El caballo que se come tu comida
A finales del siglo XIX y principios del XX, el medio de transporte por antonomasia en las grandes ciudades eran los caballos o las calesas. De hecho, había tal saturación de equinos que estos originaban más accidentes de tráfico, porcentualmente, que los que actualmente ocasionan los automóviles. Por si fuera poco, un caballo medio producía unos diez kilogramos de excrementos al día, lo que suponía también un problema de contaminación: volvía insalubres las calles y emitía metano, un potente gas de efecto invernadero.
Incluso los cultivos para los humanos encarecían sus precios debido a la inmensa demanda de los caballos, hasta que llegó el coche, tal y como explican Steven Levitt y Stephen Dubner en su libro Superfreakonomics:
El motor alimentado con gasolina vino al rescate, evitó las inminentes hambrunas y solucionó el acuciante problema medioambiental. Al menos lo hizo durante las próximas décadas. El coche alimentado por gasolina, con el transcurrir del tiempo, también ha empezado a generar sus propios problemas, también de ambientales y de escasez de materia prima.
El coche eléctrico es el siguiente paso lógico. Al igual que Prometeo escaló el Olimpo y le robó el fuego a los dioses, la chispa tecnológica que prendió bombillas y lámparas en el pasado, e iluminó definitivamente un mundo sumido en la oscuridad, ahora podría alimentar nuestra locomoción, convirtiendo el automóvil tradicional en algo tan obsoleto como un caballo: un transporte con lo que desfilar en ferias y eventos regios, o para competir en carreras o exhibiciones, pero poco más.
Con todo, cabe señalar que el coche eléctrico no es históricamente un sucesor natural del coche de combustión interna o del caballo, sino que lo será el coche eléctrico moderno. Por ejemplo, en los albores del siglo XX, los vehículos eléctricos eran muy comunes, y en ciudades como Chicago dominaba la industria del automóvil. Y es que el primer coche eléctrico de la historia ya fue inventado en 1839 por Robert Anderson: en realidad, un carruaje equipado con un motor eléctrico, que alcanzaba los 6 km/h. Si finalmente este medio de transporte fue relegado a la categoría de anécdota fue porque debía transportar sus propias baterías, que resultaban muy pesadas, además de que estas no eran capaces de almacenar gran cantidad de energía y necesitaban mucho tiempo para recargarse.
Actualmente, sin embargo, la eficiencia de los coches eléctricos está creciendo exponencialmente de un modo que recuerda a la ley de Moore en el ámbito de los microprocesadores.
¿Antes muerta que sencilla? No
El coche eléctrico, además de venir al rescate en asuntos meramente logísticos, también supone un cambio de paradigma mental en el que está coadyuvando las nuevas generaciones. Y es que entre millennials y centennials, el coche ya está dejando de ser un símbolo de estatus o una muestra hiperbólica de la cola del pavo real (lo que prosaicamente se denomina coche-polla).
De hecho, no solo está ganando peso el coche como mera forma de trasladarse de un sitio a otro de forma económica, sino que el hecho de tener un coche en propiedad se está tornando demodé. En 2012, casi un millón de estadounidenses ya eran miembros de alguna asociación para compartir coche, tal y como explica Jeremy Rifkin en su libro La sociedad del coste marginal cero:
Más y más jóvenes se unen a asociaciones para compartir automóviles donde pagan una pequeña cuota a cambio de acceder a un automóvil cuando lo necesiten. Al hacerse socios, reciben una tarjeta con un microchip que les permite usar vehículos estacionados en distintos puntos de las ciudades. Los socios reservan los vehículos por internet o mediante aplicaciones para móviles.
En Estados Unidos, un vehículo permanece inactivo el 92 % del tiempo, por término medio: ¿qué sentido tiene una propiedad que apenas usamos?
De hecho, una encuesta reciente sugería que, por primera vez desde que existe el coche, el 46 % de los conductores de entre dieciocho y veinticuatro años de edad estaban dispuestos a prescindir de él a cambio de conectarse a internet. También las nuevas generaciones tienen menos coches, pero más teléfonos inteligentes: en 1998, el porcentaje de jóvenes de diecinueve años que disponían de permiso de conducir en Estados Unidos era del 64,4 %; en 2008, era del 46,3 %. Las marcas preferidas, además, ya no son las de los coches, sino de otras cosas que se consideran más útiles, como Google.
El coche eléctrico, pues, no solo propiciará que la gente prefiera conectarse a internet, sino que el propio coche eléctrico será como internet: un aldea global 2.0 en la que colaborar y compartir.
Los servicios para compartir automóviles, a través de apps cada vez más sofisticadas, también facilitarán el uso del vehículo eléctrico, porque no importará la cilindrada, el ruido del motor o la máxima velocidad alcanzada: sino llegar al sitio a bajo coste. Frost and Sullivan estimó que, en 2016, dos de cada diez vehículos compartidos nuevos eran eléctricos, y uno de cada diez vehículos compartidos en total, y la tendencia tiene visos de seguir aumentando. Es decir, que circulan más coches eléctricos compartidos que en propiedad porque los conductores de coches eléctricos ya piensan diferente.
El rayo eléctrico
Esbocemos la historia de la electricidad como en un trazo arquetípico de un rayo ramificado en el cielo, zig-zag. Además de servir para insuflar vida al monstruo de Frankenstein, las estentóreas máquinas de vapor que habían caracterizado la Revolución Industrial fueron sustituidas paulatinamente por motores eléctricos más silenciosos y eficientes, a la vez que alimentaban el teléfono de Alexander Graham Bell, las bombillas de Thomas Alva Edison o la radio de Guglielmo Marchese Marconi.
En 1986, solo en Estados Unidos ya había casi dos mil quinientas compañías eléctricas, casi doscientas centrales eléctricas municipales y unas siete mil quinientas centrales aisladas que, además, permitieron alargar el horario de trabajo en empresas y negocios gracias al nuevo alumbrado eléctrico, lo que también aumentó la productividad: hay que recordar que las noches, en el siglo XIX, solían ser oscuras: el alumbrado público a gas proporcionaba menos luz que una bombilla moderna de 2,5 vatios.
Irónicamente, fue la propia electricidad la que permitió que el automóvil se democratizara: al electrificar las fábricas, se abrieron las puertas de la fabricación masiva. Lógicamente, la producción pujante de coches, propició que en Estados Unidos circularan de 3,4 millones de automóviles matriculados (año 1916) a 23 millones (año 1930), lo que también hizo que el sector petrolero trabajara a pleno rendimiento, superando al carbón como principal fuente de energía.
Ahora es de nuevo la electricidad, gracias a los nuevos motores eléctricos de los coches, los que transformarán el panorama vigente a nivel industrial, social y medioambiental. Las baterías de los coches autónomos podrán reutilizarse para alimentar nuestras residencias, o viceversa, sobre todo gracias a las nuevas soluciones de almacenamiento de energía como la xStorage o la Powerball de Tesla o las presentadas en España originariamente por Nissan y Endesa.
Los más de mil millones de coches que recorren nuestras carreteras se verán seguramente reducidos a una fracción de ese número gracias a un uso más pragmático y más compartido del vehículo, más 2.0, amén de que gran parte de ellos acabarán en pocos años siendo impulsados por la electricidad, esa chispa que cambió el mundo y que, cual rayo cayendo sobre el Delorean, nos transportará a un futuro mejor.
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Lector habitual de ustedes y con gran respecto por su trabajo. Tocaron mi campo, el de la movilidad urbana, y hicieron un auténtico destrozo. Antes de escribir un artículo de este perfil, una oda al vehículo eléctrico y los sistemas de car-sharing y car-pooling como gran solución de futuro para nuestras cada vez más congestionadas ciudades, por favor, lean 3 artículos del campo antes de escribir esto. Quedaron como auténticos ignorantes. La evolución de la movilidad no es el coche eléctrico, sino el enemigo de la eficiencia de nuestras ciudades. De hecho, la masificación del uso del automóvil ha sido un desastre y sigue siéndolo para nuestras ciudades. Las hicieron más invivibles, las hicieron extender comíendose la tierra [City Sprawl] El automóvil es el modo de transporte más ineficiente en espacio, energía, efecto medioambiental y social; únicamente se salva en horas valle y durante la noche [cuando menos se necesita]. Datos SÍ relevantes:
– ¿De dónde sacarás la energía para todos esos vehículos? ¿Cómo fabricarás/reciclaras/almacenaras las baterías? Soy experto en el campo y ninguna de las grandes marcas me lo acaba de explicar. A duras penas saben que decir con las flotas de buses eléctricos que quieren implementar… imaginense con cientro de millones de automóviles.
– 60 automóviles representan un autobús, 3 autobuses un tranvía y así… El malgasto de energía, espacio y tiempo es atroz.
– Las bicicletas son el modo de transporte más eficiente hasta los 3-5 km’s de recorrido y eficientes hasta los 10 con buena infraestructura [poca inclinación – para eso está la bici eléctrica]
– Los planes de movilidad de las ciudades punteras NO apuestan por el automóvil eléctrico, ni ningún tipo de automóvil, sino transporte público, bicicleta, peatón y, los más adelantados, bicicleta eléctrica.
– Introducción de las tecnologías en la gestión y operación de las ciudades. El tan llamado Smart Cities y Smart Planning.
– Mientras más bombo le pongan a el automóvil eléctrico y no al bus, tranvía,metro y bicicleta alimentados con energías limpias [batería + generación de energía limpia] muy mal vamos.
– Estamos en una lucha contrarreloj contra el vehículo autónomo y eléctrico. La industria y políticos comprados tendrán toda la justificación para mantener el desastre que tenemos hoy día.
Vamos… que podrían haber hecho un fantástico artículo e hicieron esto. Una pena.
Lluis.
Es bastante incoherente tu comentario Ej. criticas el coche eléctrico pero autobús, tranvía y bicicleta si te valen con energías limpias también mencionas la eléctrica. ¿Cual es la mas limpia que conoces? ademas de ir andando ¿Alguna propuesta viable? aprovechamos tus conocimientos e iluminarnos.
Respecto a los datos que aportas y forma de expresar tu dolor. Me han entrado muchas ganas de darte un beso en la frente. Muy de campo.
Madre mía, la comprensión lectora…
El comentario de Luis crítica que el artículo pretenda convencer al lector de que el coche eléctrico el sustituto perfecto al coche de gasolina actual y de que sea la solución magica a todos los problemas de transporte del mundo. Y aporta claramente las razones.
Vuélvelo a leer despacio….
¡Querrás decí mu de Campos!
Se debera regular las dimensiones de los coches en las ciudades, todos minis, o grandes para famillas numerosas y asi nos quitamos muchos problemas, costes energeticos, espacio aparcamientos, incluso menos atascos. El transporte publico, entre otras cosas tiene el inconveniente que los sindicatos con su chantaje lo convierte en algo caro, ademas que cualquier vagabundo maloliente se convierte en tu compañero de viaje. Una red densa de metro en teoria puede solucionar algo. Mas tuneles y aparcamientos subterraneas.Los jubilados que no salgan a la primera hora con sus paseos poniendo el semaforo rojo a los que va a trabajar, o los que pasean el perro. Las escuelas estan mal construidas, las mamas llevan a sus hijos en coche y la escuela no tiene aparcamiento delante por que tiene 5-6 arboles sagrados.
Jesús: Los dos queremos lo mismo.
Judas: Ah sí? Tú quieres la libertad de Israel?
Jesús: No, yo quiero la libertad del alma.
Judas: No, eso es lo que no puedo aceptar, no entiendes lo que quiero decir, primero libera el cuerpo, luego intenta liberar el espíritu. Los romanos son lo primero. No se construye una casa empezando por el tejado sino por los cimientos.
Jesús: Los cimientos son el alma.
Judas: Los cimientos son el cuerpo. Por ahí debes empezar.
Jesús: ¡¡¡No!!!, si no cambias antes el espíritu y varias lo que hay dentro, lo único que harás será sustituir a los romanos por otros y así nunca conseguirás nada.
La última tentación de Cristo, 1988, Martin Scorsese.
El emblema de ENDESA ya huele. Estoy contigo Lluís.
No puedo estar más en desacuerdo. El artículo propone que las nuevas formas de uso compartido de vehículos eficientes de son mucho más económicas que el actual uso de vehículos de combustión interna.
Dando un paso más allá, está claro que también son mucho más eficientes que el transporte público, sea éste de eléctrico ó de combustión interna, puesto que se ahorra en:
Creación de caras infraestructuras: Los túneles son extraordinariamente caros.
Operación de infraestructuras de forma rígida: Los autobuses/metros/trenes funcionan básicamente vacíos (o al 10% de su capacidad) el 80% del tiempo.
Imposibilidad de lograr una tasa de cobertura del 100%: No se puede cubrir el último kilómetro, y si la ciudad es grande, aún peor.
En mi experiencia personal, uso mi coche eléctrico en Madrid para recorrer diariamente unos 50Kms aprox. El coste mensual que ello me supone en mi factura eléctrica es de 15€. ¿Me imagina vd. pagando 54€ al mes de abono transportes y tardando el triple? Por no mencionar que el Consorcio Regional de transportes está subvencionando el 50% del coste real del servicio.
Lo que nos depara el futuro, son servicios de movilidad eléctrica compartidos, que nos permitirían repartir los gastos de amortización y seguro del vehículo. Si los poderes públicos no se dan cuenta de ésto y preparan una oferta en este sentido, serán los actores privados como car2go quienes aprovechen la oportunidad para operar este tipo de flotas con un importante margen comercial.
Bueno, vayamos por partes y ordenadors.
– La filosofía de ir con el coche desde la puerta de casa hasta que te den el pan por la ventanilla no es posible. Es una utopía bien falsa. Olvídese de esa filosofía. Dejemos que lo vendan en los anuncios de coche. Esto no lo dice ya únicamente el presente, sino los CEO’s de los grandes grupos del sector.
Ahí le recomiendo vivir cerca o fomentar el comercio de cerca de su residencia o trabajo. El caminar le dará su capacidad puerta a puerta, sino las soluciones de intermodalidad o un concepto más humano y sano de movilidad el permitirán no tener en tanto aprecio esos 25 segundos que teóriacmente usted considera que ganaría en ese último kilómetro con coche.
– Vamos a ver… tu sacas a todo el mundo que utiliza la fantástica red de transporte público de madrid (sin ironía) y los pones en autos compartidos y, literalmente, la ciudad explota. Literalmente, no cabrían. Seamos serios, por favor.
– Revise la bibliografía reciente respecto a sistemas de auto compartido. Vea cuales son sus principales virtudes y problemas. Vea la real cuota de mercado que son capaces de poder tomar.
– ¿Los sistemas car-pooling son door-to-door?¿Se imagina a todo el mundo dando servicios car-pooling door-to-door de forma masiva en hora punta? Se lo compro si usted vive muy lejos de la ciudad donde trabajo y va con sus amigos del pueblo, pero en pleno centro de Londes hacerlo? El efecto movilidad estorbo típica de la gente estacionando se multiplicaría. Sería un caos.
– Las ciudades tienen que rediseñarse. Si usted viaja 50 km’s para ir y volver a su casa, ese es uno de los problemones de los últimos 50 años. En el caso que sea así, que no es un caso aislado, es causa de una mala planificación urbana, el instinto depredador de las camaras de construcción para sacar plusvalía privada de inversión pública y la priorización de infraestructuras masivas para automóvil, terriblemente caras a nivel de costo marginal y muy ineficientes.
– Las ciudades han crecido de forma brutal, pues, el ser humano no mide sus distancias por km’s sino por tiempo. Adivina que sucedió con las consiguientes autopistas perimetrales de madrid y el origen de las ciudades satélite o los supermercados en los extrarradios [¿Ha oído hablar de los desiertos de comida?]. Todo es causado por este sistema perverso.
– Las capacidades de oferta por kilómetros dirección del transporte público masivo y bicicleta son drásticamente más altas que cualquier modo de transporte por automóvil, compartido o sin compartir.
– Entiendo que tu visión es totalmente individualista, es defendible, pero te aseguro que [en el caso de justificarse por demanda – 40.000 pax/sentido/hora punta] construir el «costoso Metro» es MUCHO pero que MUCHO más barato que hacer los mismos desplazamientos en coche. El costo directo, las externalidades negativas y la falta de externalidades positivas que significa lo justifican con creces. El problema real del metro, es que debe planificarse muy muy bien, pues su tiempo para tenerlo operativo es muy largo 6-8 años y debe estar trazado en zonas con alta estabilidad de demanda [Corazón urbano].
Por otro lado, justo construir metro en Madrid es especialmente barato debido a las condiciones especiales de sus suelos. Es conocida globalmente por ese hecho.
– Este sistema tan milagroso del automóvil compartido, puede aplicarse perfectamente ya en sistemas de transporte publico con sistemas de bus on-demand alimentadores de los corredores de transporte. Buses barrios de tamaños adecuados que hagan al misma función y optimizado para TODOS.
El construir infraestructura de transporte público, como cualquier otro modo, es eficiente siempre y cuando se justifique la demanda y vaya en línea con los objetivos ciudad [¿debo hacer infra o realmente esta configuración urbana que estabilizo no es la adecuada?…Y si esta no se justifica, esta puede complementarse con lineas de buses on-demand alimentadores o sistema de intermodalidad con bicicleta o car-sharing. No se preocupe en ese sentido, las tecnologías sirven para todos por igual. Los planes de operación de sistemas de transprote público cada vez son más ajustados, en tiempo real y buscando la calidad de servicio.
Me gustaría ver ese ojo tan crítico respecto a la infra para TP para el automóvil. No se haría ni una autopista más urbano en una ciudad, a no ser que fueran reconfigurar las vías para corredores BRT.
– Siempre he dicho que la mejor de las infraestructuras para favorecer el transporte público es simplemente darle prioridad en las calles y prioridad operacional en las intersecciones. Eso no cuesta un céntimo de euro, pero si convicción política que es el dinero que más falta.
– Caballero, las ciudades no son para ir en automóvil, son para infinitos más relevantes y eficientes que eso. Todos tenemos más que claros cuales son los nodos de atracción de una ciudad y cuales son los espacios de ineficiencia. Es necesario optimizar el espacio de las ciudades y el automóvil, compartido o sin compartir, es que peor resuelve ese punto.
Creo que hay varios puntos que no respondí y otros que me sobrepasé. Entiendo que no podré convencerte, pero espero haber aclarado algún que otro punto.
Saludos!
Mas claro :impossible
tienes mucha razón, pero los periodistas son expertos de nada, y opinadores de todos, y tb como todos, deben estar al servicio de quien paga… pero algunos son muy listos, y estoy contigo que si se preparan y estudian los temas, les saldrá mejor, pero hay poco tiempo para eso…se lleva mucho la comida rápida…es más barata.
Yo no veo que el artículo hable de que el coche eléctrico sea la solución total, habla de compartir coche y en ningún momento excluye el transporte público, hay veces en las que hay que dejar de ser un radical y querer entender más allá de lo que se dice, el vehículo privado nunca desaparecerá del todo porque nunca se podrá facilitar un transporte público tan completo; compartir coche y el vehículo eléctrico puede solucionar muchos de los problemas que genera el transporte de personas, colaborando, además, con el transporte público.
Ah, yo también me dedico a la movilidad urbana, aunque imagino que desde un punto de vista menos mesiánico que tú.
«En 1986, solo en Estados Unidos ya había casi dos mil quinientas compañías eléctricas…». Supongo que se les ha colado la fecha y se referían a 1896, igualmente interesante artículo :)
De jense d tanta tecnologia y entiendad q el mundo siempre tendra cambios para bien d nosotros los humanos con problemas y soluciones mientras existamos
Pingback: El coche eléctrico va a ser como internet – Jot Down Cultural Magazine | METAMORFASE
Lluis Vidal: el transporte público lleva existiendo como 120 años y no ha solucionado los atascos de tráfico ni el uso del transporte privado masivo. Podemos pensar que es una conspiración del Gobierno y que el ciudadano, como ignorante que es, le gustaría más usar el transporte público pero no se da cuenta.
En las grandes ciudades se nota algo, pero prescindir del coche en la gente que vive en ciudades de menos de medio millón de habitantes (el 83% de la población en España) es imposible.
Decir que la alternativa al coche es que vayamos muchos de nosotros andando o en bici al trabajo pues creo que no merece más comentario. En fin, suerte en tu cruzada profesional.
Ammm… no se por donde empezar, pero mi recomendación es que te mires un poco lo que han hecho en ciudades del norte de Europa. Casi todas ellas de menos de 500.000 hab.
No es cuestión de mi cruzada profesional, son los hechos. Es cuestión de que es lo que viene por delante. Este modelo no tiene salida, ninguna viabilidad y es terriblemente ineficiente en todos los sentidos que puedas darle.
Dale tiempo al tiempo
Estos de Jot Down, se han vendido a las eléctricas! El mal absoluto junto a la Otan, monsanto, las farmacéuticas y el complejo industrial-militar. Ya lo predijo Homer
tal vez el mal absoluto es la política al servicio de amigos y colegas… de lo más ineficiente. Si la OTAN no está, vendría el Putin de ahora o del futuro. Monsanto será un gigante pero hay espacio para muchos distintos en la evolución de la comida, y los transgénicos son tan buenos y tan malos como el resto de alimentos naturales, o salvajes, o «bio-ecológicos», que en realidad son una selección paciente y bastante sabia, llevada por el hombre, desde los alimentos salvajes. Sin las farmaceúticas estaríamos con los remedios «naturales» de chaman@s y curande@s, que en la evolución del ser humano, increíblemente, todavía existen…, y aunque esté absolutamente en contra de las guerras, creo que es inevitable, para este ser humano que somos, que existan, y cómo queremos vencer, o que no nos venzan, desarrollamos lo mejor que podemos las posibles armas, y cuanto más potentes, menos daño directo nos hacemos los más poderosos, pero claro, queremos controlar zonas, por el miedo a que lo controlen los otros, y eso nos lleva a depredarnos…
Muy buen artículo y totalmente de acuerdo con todo lo que dice. Obviamente la producción de energía para alimengar la carga de los vehículos electricos supondrá un reto, pero tambien un negocio muy bien recibido por las electricas. El mayor reto y problema que veo estará en la extracción de materiales necesarios para la produccióde tal cantidad de baterías. Pero reros mayores se han superado hasta llegar a do de estamos.
Me encanta montar en bici pero hablar de ella como el mejor medio de transporte en ciudades es sencillamente rediculo. Y como se ha mencionado el transporte publico por muy eficiente que sea tampoco sirve como unica forma de movilidad en una ciudad. El coche electrico, especialmente compartido junto con, otros medios de transporte (publico, bicicletas…) es una pieza clave en el transporte dd ciudad y para reducir contaminación. Y como medio de transporte particular creo que supondrá una autentica revolución para viajar, reduciendo enormemente los costes.
También trabajo en este campo. El coche eléctrico, a corto plazo, no va a triunfar porque las baterías no dan respuesta. Son muy caras, tienen una autonomía muy baja (400km con una batería nueva y yendo a baja velocidad; unos 100km una vez que la histéresis ha actuado unas cuantas veces), tiempo de recarga de 20-30 minutos; velocidades muy limitadas para un consumo razonable (en Alemania, con velocidad libre, inviable), etc. Y el coche es carísimo aún. ¿Quién compraría un coche con el que debe parar media hora cada 100-200 km, que sólo le sirva para recorridos cortos en ciudad, para el que no va a encontrar estaciones de servicio en cientos de kilómetros? No es la alternativa hoy por hoy. Sólo como segundo vehículo y con cierto esnobismo. Quizá sea una opción dentro de 30 años si se desarrollan tecnologías diferentes (¿transmisión de energía por microondas en modo continuo en vez de baterías?) . Aunque pienso que el motor de hidrógeno tiene más opciones a medio/largo plazo.
Y el transporte público no permite la libertad de horarios y gustos personales que da el coche. Como la cabina telefónica pública ha desaparecido frente al teléfono personal de cada uno. El coche, con sus problemas, guste o no guste, tiene un futuro brillante (excepto que surja un invento de transporte revolucionario, no previsible en menos de 100 años)… la prueba es el crecimiento de coches con motor de combustión anual en el mundo. Para el 2025, se prevé pasar de 70 millones de vehículos de producción anual a 120 millones. Esta es la realidad.
En el de la automoción entiendo, el de la movilidad difícil de creer :/
Alex:
Para trabajar en el sector, te veo un poco desinformado. Está pasando mucho y muy rápido en el terreno de las baterías y la reducción de costes. Vente a dar una vuelta a Oslo.
«Alex», tu padre…
Siempre me ha parecido que el asunto de los sistemas de automóviles públicos compartidos del que se habla en tantos artículos del mismo tono que éste es un mito buenrollista en el mejor de los casos.
Dice que en Estados Unidos (y en tantos otros lugares) el coche particular está parado el 92% del tiempo. No dudo la veracidad de esa aproximación estadística, pero genera un argumentario falaz si no se acompaña de otro dato más relevante: muy probablemente (lo calculo a ojímetro) el 70% o más de esos vehículos sean utilizados SIMULTÁNEAMENTE (las tan odiadas horas punta).
¿Como vas a reducir el uso del coche con esos sistemas si la inmensa mayoría quieren disponer de e a la misma vez? Luego se van a estar parados e infrautilizados igualmente en su gran mayoría. Pues agrupando gente que quiera hacer ese mismo recorrido (similar, se entiende) en esas horas punta. Ya, pues para eso ya se tiene el sistema actua de transporte público, que es mucho más eficiente que no compartir coches como explicó Luís Vidal.
El problema es que la planificación urbana en los países desarrollados ha sido un auténtico desastre durante décadas; os hemos limitado a hacer las ciudades más y más grandes; y permitir que en ellas (y sus periferias) surgiesen zonas enormes centradas se generasen zonas inmensas destinadas casi totalmente a un sólo uso. Así que ahora, por mucho que se quiera, no se puede ir rápido de casa a al oficina, porque están separadas por varios kilómetros. Lo mismo sucede con los trabajadores de la industria, pues los polígonos están a tomar viento, a menudo mal comunicados (de transporte público) y alienados del tejido urbano (una petroquímica no la vas a tener en medio de una ciudad, pero hay multitud de empresas que podrían estarlo perfectamente). Y no hablemos ya de las compras; lo que te ahorras en la factura te lo dejas en tiempo de vida y gasolina cruzando media ciudad para ir al hiper por que es el único que sigue abierto para cuando tú tienes tiempo de algo. ¿Tiendas del barrio? Apenas encuentras en los barrios-colmena de bloques de 30 plantas.
Es bueno y necesario que se sustituya el motor de combustión interna por el eléctrico; pero también debe cambiar la mentalidad de cómo nos desplazamos y sobretodo por qué debemos desplazarnos tanto. No hace muco un diario de cabecera británico suscitó la polémica al presentar un estudio que mostraba como resultaba más barato vivir en el centro de Madrid y trabajar en el centro de Londres (viajando DIARIAMENTE) que no vivir y trabajar en el centro de Londres. Si no cambiamos las dinámicas urbanas y sociales que nos fuerzan a desplazarnos más y más en el día a día, el colapso de las ciudades NO va a desaparecer por mucho que el aire huela a pétalos de rosa.
Hace 10 años el futuro era el hidrógeno y las pilas de combustible pero nunca se alcanzó un rendimiento rentable. Ahora las baterías eléctricas son el futuro porque se tiene la esperanza de que mejoren y se abaraten lo suficiente, pero quizá no se consiga nunca como ha pasado con el hidrógeno.
El coche eléctrico no será quien solucione todos los problemas de contaminación. El transporte público, bicicleta y hasta andar,menos pero también «contaminan». Pero comparado con el uso de combustibles es muchíiiiisimo más eficiente y al menos una solución menos mala. Ojalá no se hubiera abandonado a comienzos del siglo XX, o a finales con el EV1 (Gracias Tesla y otros).Por otro lado nadie lo ha mencionado aquí , pero las energías renovables nos permitirán cerrar el ciclo «well-to-wheel» de una forma mucho más racional y sostenible.
Saludos
Revisa mi comentario respecto a la necesidad de modos de transporte limpios [bateria + generación] :)
Me parecen muy interesantes todas las posturas: la que defiende el artículo (el coche eléctrico compartido es el futuro), la de Lluís (bicicletas y transporte público eficiente) y la de Félix (el coche individual de combustión interna tiene cuerda para rato). Habrá que ver cómo evolucionan la tecnología de las baterías y la del hidrógeno, pero no veo yo que la mejora sea tan «exponencial» como se dice en el texto; hace falta un salto cualitativo brutal como lo fueron los semiconductores para la informática, porque en muchos aspectos seguimos en el siglo XX.
Pero lo más impredecible es el comportamiento humano. El problema no es que la gente viva a 10 kilómetros de su trabajo y que por eso tarde una hora en llegar, sino haber asumido que tardar una hora en ir a trabajar es un límite admisible, de modo que si se produce una revolución tecnológica que permita duplicar la velocidad del transporte no tardaremos menos sino que nos iremos a vivir a 20 kilómetros del centro porque es más barato. Algo parecido está pasando con los motores de bajo consumo: el conductor habituado a gastar 8 litros a los 100 km y que podía permitirse ese gasto ahora no se compra un Megane para ahorrar gasolina, sino un 4×4 que consume lo mismo que su viejo coche. Por eso creo que la respuesta no la dará solamente la tecnología, también la sociología tendrá algo que decir.
La dispersión cada vez mayor ya sucede hoy en día y con un ejemplo muy claro en nuestro propio país:
En grandes ciudades te encuentras montones de profesionales (y no sólo con altos salarios) que viven a tomar viento (incluso en otras provincias) y van a trabajar cada día a la ciudad. Todo por que el coste de la vida cerca de su trabajo se ha elevado tanto que los ha expulsado (y antes de vivir en un piso normalilo en la periferia de la ciudad se compran una casa a igual precio a 100km).
Y con el AVE esa tendencia se ha acentuado en las ciudades con estaciones de dicho tren céntricas. Guadalajara se va a terminar convirtiendo en una «ciudad dormitorio» de madrileños que se compran allí su casa pero se tiran todo el día trabajando en la capital. Y eso tampoco es sostenible aunque estén utilizando transporte público; porque el coste de mantenimiento de un AVE es mucho mayor que el de otras infraestructuras con más capacidad y que permitirían una mayor cercanía y vertebración de la ciudad y su entorno inmediato.
Considerando mi himilde entendimiento del asunto, nadie ha mencionado lo que entiendo puede ser una solución a medio plazo: el sistema de cápsulas en tubo con aire a baja presión como las que está diseñando SpaceX de Elon Musk conocida como Hyperloop. La superposición de los tubos solucionaria la linealidad característica de las carreteras.
Por lo que entiendo estarían pensados para largas distancias interurbanas, no?
Siempre empeñados en limitar la movilidad en vez de agrandarla, ya se que el fin que persiguen los pensadores es hacer que nadie se salga de la fila, que une dos puntos, pero un servidor se empeña en ver que hay más destinos que los que están al extremo de dicha fila.
Cierto pero se podría diseñar para distancias cortas también no?
https://www.cnet.com/es/noticias/elon-musk-empresa-tuneles/
NO lo veo a corto plazo desde un sentido práctico.
El coche eléctrico necesita un sitio acondicionado para aparcar y recargar. Y esa infraestructura en nuestras calles está muy lejos de alcanzarse y de que haya voluntad para ello.
El coche eléctrico ocupa el mismo espacio que uno de combustión, y ya hemos visto que el espacio es uno de los problemas a solucionar. Sencillamente no caben más coches. El uso compartido es una cuestión de mentalidad difícil de asimilar en una sociedad donde se impulsa el poseer cosas, poseer coche. Además, la industria del acero y fabricación no va a frenarse porque si.
Finalmente, el coche eléctrico NO siempre es eficiente, porque depende de como se haya generado la energía que carga las baterías. En muchos sitios la energía proviene del petróleo, y trasportarla y cargar las baterías suma pérdidas. Habría que ver si ahí realmente somos más limpios con un pequeño vehículo bien afinado a gasolina y con el dinero que ahorramos poner paneles solares en casa. Y yendo a votar por los que promuevan un cambio, claro.
Los hyper loop de Elon Munsk seguro que tendrán un impacto en la movilidad al menos a medio plazo.
Sabéis quién predijo este invento?
Futurama
92 % del tiempo sin utilizar. Es llamativo desde la eficiencia. He calculado que el baño de mi casa está sin ocupar el 99,8 % del tiempo. ¿Lo suprimimos? ¿lo pasamos a compartir todos los vecinos de mi calle?
Oye, pues eso de los baños compartidos no me parece mala idea. Me encantaría pillar a la vecinita del 5º en bata recién salida de la ducha…
En todo caso, sería en albornoz y no en bata. Y mejor aún, compartir la ducha y el jabón al mismo tiempo. Como rijoso, te veo aficionadillo.
¡Ay, hija! Estreñida, ¿verdad? A mi me pasa lo mismo, puedo estar hasta tres días sin poner un huevo. En fin…
Pues yo a internet le doy dos años como mucho
Puedes aclarar eso un poco más, porfa…
Luis, por favor, ministro de transporte/infraestructuras en cualquier país ya. O mejor todavía, comisario europeo… así lo arreglamos todo en dos patadas…
«La filosofía de ir con el coche desde la puerta de casa hasta que te den el pan por la ventanilla no es posible». Bueno… pues usted no lo haga si no quiere, pero entienda que el mercado lo demanda. Sólo esa frase le desacredita desde un punto de vista científico, lo siento. Tampoco usamos muchas cosas muchos días, como bien apuntaban, y las tenemos por si acaso. Sin ir más lejos, el seguro médico o la segunda residencia para vacaciones.
El artículo es interesante, se lo parezca a usted o no.
Lluis Vidal, no le conozco pero es usted mi héroe. Tantas veces he tenido que combatir esa patada adelante que es el coche eléctrico en uno contra todos… Voy a quedarme el enlace en favoritos para reusar sus argumentos.
A mí lo único que me molesta de este artículo es lo de Jot Down para Endesa.
Yo creo que los milenials no tienen coche, no por ninguna conciencia energética ni cambio cultural, sino sencillamente porque no ganan lo suficiente para comprar y mantener uno.
Qué va a pasar en el futuro es difícil saberlo. Hasta que no se invente el teletransporte el problema de recorrer el espacio en un tiempo determinado sin atascarlo todo va a estar ahí y es uno de los problemas más gordos que ha tenido desde siempre la humanidad, aún pendiente de resolver del todo.
Muy bien el artículo, pero no da ni una, ¿de dónde va a salir tanta electricidad?, ¿Dónde y cómo se van a fabricar tan ingentes cantidades de baterías?, ¿Es de verdad lo que espera y piensa la persona que ha escrito el artículo?. El futuro siempre nos sorprende con giros lógicos y sujetos a la física y la realidad.
otromas, deberías leer un poco más arriba de donde empezaste: toda esa electricidad va a salir de Endesa, y para nada será barata.
Este verano estaba con mis amigos y medio de coña les sugerí que el Gobierno debía prohibir que circularan vehículos en los que viajaran menos de dos o tres personas. Elon Munsk sugiere unos impuestos mucho mayores a los hidrocarburos que conviertan el hecho de circular en coches de gasolina/diesel en un auténtico lujo. Desde luego con la primera opción se crearía un nuevo puesto de trabajo que sería el del «acompañador». En cada garaje, en cada semáforo, en cada cruce,…, esta figura permitiría que pudieras utilizar el coche a cambio del transporte o de un precio. ¡En España a lo mejor hasta reducíamos los índices de paro! :)
Donde dice Tesla Powerball creo que tendría que ser Powerwall…
Muy buen artículo ;)
Lo que más me ha gustado del artículo es que el futuro no lo predicen ni los mejores autores de ciencia-ficción (igual revisando a Jules Verne, quien tanto acertó, se pueda encontrar en alguna parte de su obra la idea de Internet, pero ahora me da pereza), aunque ese tipo de literatura tenga como fin, aparte de entretener, la crítica del presente. Aun así, en un porvenir robotizado, podría no ser necesario ir a trabajar al centro de las ciudades, o trabajar, o ciudades, o nosotros…
Vivo en Japón y trabajo en gestión y desarrollo de proyectos sustainable Smart City, Smart Town y fotovoltaicos:
La transición al coche con motor eléctrico de hidrógeno o híbrido, es el paso siguiente, en las etapas del desarrollo de la movilidad como eje fundamental del avance de la humanidad a un sistema auto-sostenible y amigable con el medio ambiente.
El artículo está muy bien planteado, además de ser recreativo y está centrado en una realidad inevitable y que ya estamos viviendo.
El coche eléctrico es solo un componente del concepto de movilidad hacia donde nos dirigimos en el desarrollo de las ciudades Smart City, Smart Town, Smart House
https://www.facebook.com/luisjaime.jaramillocardenas/posts/10154157506948994?pnref=story
El coche eléctrico es una realidad cada vez más visible en el día a día. De todas formas tendrá que convivir con el resto de opciones que todavía están en circulación hoy en día como el transporte público o los utilitarios de gasolina.
No me cabe la menor duda, de que el coche eléctrico es el camino que debemos de tomar más pronto que tarde. Nuestro planeta no va a soportar este ritmo por mucho más tiempo.