En 1970 los Monty Python escribieron un sketch titulado «Dirty hungarian phrasebook» para el duodécimo episodio de la segunda temporada de Flying. En el gag un turista húngaro intentaba comprar en un estanco ayudándose de un diccionario húngaro-inglés de frases útiles, pero como el contenido del libro era incorrecto, solo conseguía construir sentencias disparatadas y alusiones sexuales incómodas hasta provocar que el incidente acabara saldándose con una agresión y una detención. La broma continuaba con el editor del diccionario siendo juzgado por permitir que se publicase una obra tan potencialmente peligrosa, y declarándose en principio «no culpable» y poco después «incompetente». En el sketch el contenido del diccionario provocaba que un turista invitase a un desconocido a acariciarle las nalgas, cuando en realidad estaba intentando preguntar por una dirección, y que otro le espetase a un policía londinense un «Mis pezones explotan con deleite» durante su detención. La idea de que un libro de consulta tan necesario como un diccionario pudiese llegar a contener información no solo completamente errónea, sino además burlona y gamberra, resultaba una ocurrencia descacharrante y maquiavélica porque a ese tipo de producto impreso se le suele adjudicar una precisión absoluta.
Más de cuarenta años después las cosas han cambiado mucho en lo que respecta a la manera que tiene la sociedad de masticar la información. Hoy las consultas no arrancan en un índice y sí en un casillero coronado por la palabra «Google», y los textos enciclopédicos no se limitan al tamaño físico de las hojas de celulosa y se enlazan entre ellos a base de links estratégicos. Un nuevo modo de consumir información que resulta más dinámico y tiene la ventaja de vivir en constante actualización, pero cuya velocidad de creación y destrucción de contenido implica la posibilidad de que la desinformación asome la cabeza con más facilidad por culpa de noticias erróneas, hackeos o de aquel cafre que editó la Wikipedia para descubrirle al mundo que Gary Oldman en realidad es una jirafa si uno lo mira muy de cerca.
Wikiality
Antes cada persona tenía derecho a tener su propia opinión, no sus propios hechos. Pero ese ya no es el caso, los hechos ya no importan. La percepción ahora lo es todo, es la certeza. (Stephen Colbert, entrevista con The Onion A.V. Club).
Hace diez años Stephen Colbert elogiaba desde su programa (The Colbert Report) al portal Wikipedia por haber concebido y empollado con éxito lo que él denominaba «wikiality»: un nuevo tipo de realidad que se generaba cuando un hecho inventado era apoyado por las suficientes personas como para acabar convirtiéndose en una verdad innegable. Para demostrar la existencia de esa wikiality Colbert se conectó durante el show a Wikipedia y revisó el artículo dedicado a The Colbert Report con la excusa de despejar la duda de si su programa se refería normalmente al estado de Oregón como «el México de Washington» o como «la Canadá de California». Tras descubrir que en realidad el presentador utilizaba indistintamente ambas denominaciones Colbert se dedicó a editar la página para eliminar ambos datos y sustituirlos por uno nuevo que aseguraba que en su programa siempre se aludía a Oregón como «el Portugal de Idaho».
La gamberrada tuvo bastante gracia y el cómico la llevó más allá: bromeó asegurando que no creía que George Washington hubiese tenido esclavos y convirtió dicha afirmación en un hecho dentro del universo wikipédico al editar, en unos segundos, la entrada sobre el primer presidente de los Estados Unidos para añadir al final un «In conclusion, George Washington did not own slaves». Justo después animó a los espectadores a conectarse a la famosa enciclopedia online y convertir en realidad un dato falso que se acababa de sacar de la chistera: que la población de elefantes se había triplicado de manera repentina. Ocurrió lo esperado, y durante unos minutos George Washington fue slavefriendly y los paquidermos vieron cómo se disparaba su vida sexual de golpe. Desde Wikipedia bloquearon el usuario del presentador, pero tuvieron que enfrentarse a una legión de editores obsesionados por multiplicar el número de elefantes del planeta y finalmente acabaron poniendo un candado total a una veintena de páginas habitadas por animales con trompa.
Todo aquello de la wikiality enlazaba sin mucho problema con otra palabra que el mismo Colbert había acuñado un año antes: «truthiness», o la capacidad de establecer conceptos o hechos que uno cree o desea que sean verdad en lugar de conceptos o hechos conocidos por ser verdad. Es decir, exponer algo como una verdad porque al orador le sale de las gónadas, sin analizar en ningún momento las evidencias, la lógica o los hechos reales. El comediante consideraba que ambos términos ficticios, wikiality y truthiness, caminaban de la mano y que la propia Wikipedia era muy susceptible de sufrirlos al permitir que cualquiera modificase los contenidos a su antojo. Colbert rebozaba su discurso con su sátira habitual, pero estaba claro que generaba bastantes dudas sobre la fiabilidad de la información libre y su efectividad para enfrentarse a troleadas como las suyas.
Un año después el presentador invitó a su programa a Jimmy Wales, fundador de Wikipedia, para una divertida entrevista donde, tras recordarle que había sido bloqueado de su enciclopedia online acusado de vandalismo, le preguntó si en un medio que perseguía democratizar la información el mismo concepto de vandalismo no podría ser interpretado como un acto de libertad de expresión. Obviamente Wales opinaba que no, y lo cierto es que se le veía bastante sincero a la hora de explicar que el objetivo de su empresa era construir un tipo de acceso a la información fiable y gratuita para todo el mundo. La breve entrevista estaba plagada de más coñas que cuestionaban la potestad de los editores para modificar el contenido y finalizaba con los interlocutores preguntándose si en aquel preciso momento los televidentes más ociosos se estaban dedicando a liarla en los artículos de Wikipedia que ellos mismos habían mencionado durante la cháchara.
En 2015, Jamie Bartlett, un redactor del periódico británico Telegraph, explicaba que durante un tiempo la entrada de Wikipedia dedicada al estilo de natación mariposa contaba lo siguiente sobre los orígenes del mismo: «Henry Myers pudo haber nadado en este estilo por primera vez en 1933 en el Brooklyn YMCA, aunque también pudo haber sido inventado treinta años antes por Jack Stephens, quien afirmó haber diseñado el movimiento en una piscina pública de Belfast». Lo gracioso es que Bartlett reveló que aquel Jack Stephens mencionado como posible creador del estilo de natación en realidad nunca había existido y solo se trataba de una broma que llevó a cabo un amigo suyo, una mentira que pasó desapercibida para el resto del mundo durante más de dos años a lo largo de los cuales no solo estuvo expuesta como cierta en la enciclopedia digital, sino que incluso llegó a ser mencionada en algún periódico, que obviamente había tirado del Google como método de investigación.
El caso Colbert y el experimento del colega de Bartlett construían unas anécdotas graciosas que servían para discutir la neutralidad de la red en proyectos con un carácter colaborativo tan abierto como la propia Wikipedia. Se trataba de una cuestión interesante que adquiría más importancia cuando se convirtieron en noticia los supuestos chanchullos de Microsoft a la hora de untar a un redactor de Wikipedia a cambio de que favoreciese sus productos, un incidente que también se trataría en The Colbert Report. Pero lo cierto de todo es que, aunque parecía sencillo colársela a los porteros que velan por la integridad de Wikipedia, la enciclopedia siempre ha dado la impresión de tener una comunidad que se toma el asunto de controlar el vandalismo muy en serio. Por eso mismo, las putadillas de los graciosos o los datos con información no verificada tampoco suelen durar mucho antes de que algún wikipedista los volatilice. Al menos en la versión anglosajona, porque en la edición en español aún hay bastante por barrer.
Que el ritmo no pare
Las biografías de celebridades de la cultura pop siempre han sido uno de los objetivos más sabrosos en el arte de editar con sorna. En un momento dado las páginas de la Wikipedia definieron a Charlie Sheen como «mitad humano, mitad cocaína», a Jeremy Renner como «Actor, productor cinematográfico, músico y velociraptor», a Willie Nelson como «el Snoop Dogg de la música country», y Ernesto «Che» Guevara era un magnate de las camisetas. También se afirmaba que Emma Stone había caído del cielo, que The Black Eyed Peas habían ofrecido una actuación en la Super Bowl del 2011 más lamentable que «una obra de instituto», que si la música house hubiese existido en 1930 probablemente la Segunda Guerra Mundial nunca hubiese tenido lugar, que Eminem le ponía voz a Bob Esponja, que el Capitán Planeta listaba mullet entre sus superpoderes, que los Jonas Brothers tenían unas notables verrugas genitales, y que las ocupaciones de Beyoncé eran «Cantante, letrista, modelo, actriz, pateadora, luchadora callejera y problema número 100 de Jay-Z».
En el año 2011 Esperanza Spalding se llevó a casa el Grammy a la mejor artista revelación, un premio al que también estaba nominada gente como Florence and the Machine, Drake o Justin Bieber. Las y los fans de este último se tomaron el asunto bastante mal y se colaron en la wiki para dejar en el perfil de la prodigio del jazz cosas tan de believers como un «JUSTIN BIEBER SE LO MERECÍA, MUÉRETE EN UN AGUJERO, ADEMÁS ¿TÚ QUIÉN COÑO ERES?». En la serie Rockefeller Plaza, un episodio tenía a Jenna buscando información en internet sobre Janis Joplin para interpretarla con fidelidad en un biopic. Y en dicho episodio, otro de los personajes modificaba el perfil de Joplin en Wikipedia añadiendo sandeces del tipo «tenía miedo a los retretes» o «iba corriendo a todas partes» para putear a Jane y su método de interpretación. En el mundo real algún fan del show muy sutil se coló en la página de Janis Joplin y añadió que la mujer iba acelerada por la vida y tenía pánico a los retretes. La entrada para Batman llegó a lucir el siguiente texto: «DUN NUH NUH NUH NUH NUH ¡BATMAN! DUN NUH NUH NUH NUH NUH ¡BATMAN! DUN NUH NUH NUH NUH NUH ¡BATMAN! DUN NUH NUH NUH NUH NUH ¡BATMAN!». En España, en los dominios de Twitter, un usuario le tomó el pelo a Josef Ajram haciéndole creer que iba a ser parte de una campaña de Nocilla. El asunto dio para unas risas y se convirtió en un incidente conocido en las redes sociales como «Nocillagate», pero lo más simpático es que la broma acabaría salpicando a la mismísima Wikipedia cuando alguien tuvo el detalle de añadir la palabra Nocilla al título de todos los libros publicados por Ajram.
Los políticos eran otras de las dianas favoritas de los vándalos de Wikipedia por razones obvias: el perfil de Tony Blair sufriría numerosas modificaciones durante 2006 como consecuencia de su apoyo a la guerra de Irak y cosas como «de adolescente adornaba las paredes de su habitación con pósteres de Adolf Hitler» asomaron de tanto en tanto por su biografía. La foto del político británico Jeremy Corbyn del Partido Laborista fue sustituida por una de Jesús con un corderito en brazos. En 2011 alguien decidió que no era mala idea ilustrar la entrada «Libelo de sangre» colocando la foto de Sarah Palin bajo la palabra «antisemitismo». En 2007 los responsables de la enciclopedia libre se encontraron con que alguien había escrito en el perfil de Fidel Castro que era un «transexual reconocido» y tras rastrear la IP descubrieron que el texto se había modificado desde los ordenadores de las fuerzas militares estadounidenses instaladas en Guantánamo. En 2015 alguien borró toda la información en la página de Donald Trump para sustituirla por la frase «Seamos sinceros, a nadie le importa». Grant Shapps, político británico miembro del Partido Conservador, la cagó por tonto a la hora de pulsar el botón editar: se dedicó a tunear los textos que se referían a él abrillantándolos y eliminando todo aquello que le dejaba en mal lugar y cuando le pillaron declaró que solo trataba de aportar veracidad a los datos.
Pero lo cierto es que no es el único miembro del mecanismo político que se dedicaba a magrear wikidatos: desde la red del Gobierno británico alguien escribió en Wikipedia que una conocida presentadora deportiva (Des Lynam) había fallecido aplastada por una bola de nieve gigante, que el dj Chris Evans era un «ñordo pelirrojo» y su primera mujer una «vaca estúpida», y que Liam Gallagher era en realidad un «cyborg transgénero». También se utilizaron redes gubernamentales para eliminar escándalos de las biografías de varios políticos y una persona acabó siendo despedida por utilizar dicha red para hacer mofa de la entrada que cubría la Tragedia de Hillsborough donde murieron noventa y seis aficionados del Liverpool.
A Ted Kennedy lo mataron con antelación: en enero del 2009 sufrió un ataque durante la investidura presidencial de Barack Obama e, inmediatamente después de haber sido conocida la noticia, un usuario (de nick sospechosísimo: se llamaba «Gfdjklsdgiojksdkf») editaba la biografía del hombre para listarlo como cadáver. El dato erróneo tan solo duró unos minutos online porque algún wikipedista atento subsanó el error rápidamente, aunque lo cierto es que el político tampoco duraría mucho más y acabaría falleciendo unos cuantos meses más tarde a causa de un tumor. De rebote aquella situación también afectó al perfil en internet del senador Robert Byrd, quien abandonó el evento cuando a su amigo Kennedy le dio el ataque y, como consecuencia, también fue declarado muerto por algún otro editor de la enciclopedia bastante cabrito o desinformado.
El trece de octubre de 2016 alguien se paseó por la página dedicada a Hillary Clinton y plantó en el lugar una foto inapropiada, animó a los lectores a votar a Donald Trump y a enviar fotos de culos de chicas, y firmó como la asociación de negratas gais de América. Encantador todo.
También en Wikipedia se pudo leer en algún momento que el libro infantil Spot the Dog había sido escrito por Ernest Hemingway bajo seudónimo y que Muerte en la tarde (que realmente sí era una criatura de Hemingway) trataba sobre «las ceremonias y tradiciones de las putas españolas» en lugar de sobre el mundo de los toros. A Platón en cierto momento se le describió como un «antiguo hawaiano, hombre del tiempo y surfista» y la página de Leonardo da Vinci sufrió uno de los ataques más inusuales y extraños: alguien la editó y escribió en ella un «LAS PELOTAS GRANDES SON SABROSAS» en gloriosas mayúsculas.
En 2014 los geniales Venga Monjas estrenaron en internet Briel: genio y bocina (Behind M83), una pieza de investigación que descubría que el auténtico talento tras el hit «Midnight City» de la banda M83, aquel tema que tiene casi cien millones de visualizaciones solo en YouTube, era un integrante del grupo llamado Briel que ejecutaba el bocinazo característico de la canción a base de hacer pitar unos globos de fiesta. Alguien tomó nota del asunto y en la Wikipedia en español aquel Briel se coló entre los miembros oficiales de la banda.
Wikimedidas
En Wikipedia se producen una media de quinientas mil modificaciones diarias, la web incluso tiene un listado propio de aquellas páginas que han sufrido la mayor cantidad de vejaciones. Entre ellas hay unas cuantas que destacan por atraer constantemente a una gran cantidad de gamberros, se trata de las relativas a Justin Bieber, Irak, Donald Trump, Jay Leno, Kazajistán, Real Madrid CF, Coldplay, Hanson, Nirvana, Naruto, The Colbert Report (esto no debería pillar a nadie de sorpresa), John Kerry, Ariel Sharon, la mierda, el escroto, el hígado, los pezones, el Ford Mustang, Borat, Jersey Shore, todos los géneros musicales conocidos, Macintosh, el papa Juan Pablo II o la palabra «castores», que en las Américas tiene una segunda acepción sexual similar a la que aquí tiene la palabra «conejo», algo que por lo visto provoca que sea objeto de ediciones por gente que se considera muy ocurrente.
Wikipedia también alberga una página titulada «Wikipedia: adelante, vandaliza» que, curiosamente, se aleja del tono general que suele utilizar la propia enciclopedia, aunque para evitar males mayores advierte en su cabecera que se trata de una entrada humorística. El texto de dicha página comienza de este modo: «¿Disfrutas del vandalismo? ¿Estás aburrido? ¿Es tentador? ¿Es divertido? ¿Quieres hacerlo solo por la emoción del asunto? ¿O estás enfadado? Entonces, adelante, vandaliza la página que te apetezca. Puede que la de un artista, un político o la página de cualquiera, pero no este artículo. La única regla de este juego es que no podrás hacerlo a ninguna de las páginas que muestran un candado plateado en el borde superior derecho de la entrada, como el de este artículo». El tono gallito de la entrada choca por ser poco común con el protocolo wikipédico habitual, pero era comprensible que a la hora de encarar las gamberradas optasen por permitirse la socarronería. La entrada además explicaba las medidas a tomar contra el usuario que anduviese tocando las pelotas, el vándalo más travieso podía acabar con su cuenta bloqueada, su historial de wikipedista ensuciado para siempre y, en caso extremo, completamente baneado del lugar.
La entrevista entre Colbert y Wales finalizaba con el fundador de Wikipedia insinuando en broma que a lo mejor se veía obligado a cerrar durante unos cuantos días la Wikipedia en español por culpa del cómico (Colbert había hecho un chiste a costa de los lectores de la enciclopedia en español al sugerir que a lo mejor deberían de aprender inglés). El comediante cerraba la conversación afirmando que en el fondo Wikipedia era «algo asombroso, el primer lugar que miro cuando voy en busca de conocimiento… o cuando quiero inventarme algo».
En algún momento de la historia de Wikipedia un usuario anónimo se acercó a la entrada «Realidad» de la misma enciclopedia y sustituyó el texto por una frase: «La realidad se ha convertido en mercancía».
Muy diver el articulo, me he reido un buen rato.
Un buen ejemplo de wikiality o truthiness, seria J. M. Aznar asegurando que en Irak había armas de destrucción masiva. O sea, exponer algo como una verdad porque al orador le sale de las gónadas, sin analizar en ningún momento las evidencias, la lógica o los hechos reales.
( Bien, vale, no soy muy original ).
Hace poco consulté la entrada de Wikipedia sobre Carrero Blanco. Como causa de la muerte figuraba «aerofagia». Desgraciadamente no se me ocurrió hacer una captura de pantalla.
A mí me encanta la foto de portada del cómic Asterix en los juegos olímpicos
El problema de fondo va mucho más allá de lo que se refleja en este artículo, y como muestra el siguiente ejemplo que detallo.
Dentro de las políticas de edición de wikipedia está la de que la información debe estar referenciada, sirviendo como referencia por ejemplo un enlace a la web de un periódico, pues bien hace un tiempo a alguien se le ocurrió incluir dentro del artículo sobre Telmo Zarra que este era de ascendencia gitana, y esa información quedó en el artículo sin ningún tipo de referencia pero sin ser retirada por ningún editor porque basicamente no creo que haya mucha gente interesada en este buen hombre. La gracia viene cuando un periodista que iba a redactar un artículo sobre zarra decidió «inspirarse» en la información recogida en la wiki, con lo cual estaba dando veracidad a ese dato que por otra parte no era correcto. Pues bien finalmente le costó a un sobrino de Telmo remover Roma con Santiago para que la información finalmente fuera eliminada.
Da miedito el tema…….
Todo dios come setas (es un pelín exagerado, acaso), y eso sí que es chungo. Primero, hongos parecidísimos difieren en lo esencial para el ser humano (unos son inocuos y los otros, letales). En segundo lugar, los compramos donde nos pilla: en el mercado, en el supermercado, en latas, frescos, procesados… y nadie sabe qué micólogo se ocupó de clasificarlos, desinfectarlos y meterles un sellito de «consúmase sin precaución». Tercero: una tremenda cesta llena a rebosar de suculentos boletus pudo estar en contacto con un único espécimen de seta tóxica y adiós los Alpes, todo contaminado de venenosos efluvios. Cuarto: leemos la prensa cada día, vemos los telediarios, los debates políticos y el resultado de las encuestas. Y después de todas esas pruebas de nuestra temeraria confianza, ¿vamos a meternos con la pobre y querida Wiki porque sea traviesa, errónea o inexacta? Venga… si queda de muerte en nuestros revoltillos de información y no nos va a cobrar nuestro peso en oro si le damos un voto de confianza.
Mi única experiencia editando wikipedia fue cuando decidí poner en la entrada hispana de Chester Himes la correspondencia de las novelas, que figuran en inglés, con las traducciones publicadas en español (casi todas las novelas de su primera época social y su biografía las editó Jucar allá por los ochenta y luego nadie más), y al poco (al ir a añadir la bibliografía de Akal, que publicó unas pocas de la serie de Harlem) vi que no sólo me habían borrado las que yo había puesto perfectamente referenciadas sino que habían listado mal alguna de las que estaban antes de que yo metiese mano. Tras eso y comprobar lo bien redactada que está la entrada «Tecnócrata» en inglés y la mierda escasa y politizada que entonces (hoy ya un poco cambiada) se podía leer en la wikipedia española me he pasado a leer wikipedia en inglés, si hace falta, y a contrastar hasta donde pueda los datos.
Por supuesto esto es respecto a las entradas que están al alcance de los humanos no excesivamente especializados, que haya fallos en datos verdaderamente técnicos es de lo más normal pero no ya en wikipedia sino en otras fuentes de internet, incluso oficiales, y como ejemplo me viene a la cabeza la entrada de la Euroorden u Orden Europea de Detención y Entrega que está completamente incorrecta en la wikipedia porque está completamente incorrecta en la propia página del Ministerio de Justicia, ya que no se debieron enterar que se cambió todo de arriba a abajo al sustituir la legislación hasta entonces vigente por la Ley 23/2014, de 20 de noviembre, o que Rumanía y Croacia son países que la han ratificado y la usan.