Arte y Letras Filosofía

Esto es absurdo

Albert Camus, por Eduardo Pola. (DP)
Albert Camus, por Eduardo Pola. (DP)

En cualquier esquina la sensación de absurdo nos golpea la cara. En 2014, durante la manifestación del Primero de Mayo en Sevilla, tres mujeres llevaron, a modo de procesión, un coño insumiso de cerca de dos metros de altitud. En noviembre de 2015 un espectador invadió un campo de fútbol, se sacó el pene e intentó golpear con él a la árbitro asistente durante el partido correspondiente a la Segunda División Andaluza Sénior que enfrentaba al CD Abes y al Gabia CF. En 2014, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, concedió la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía a Nuestra Señora María Santísima del Amor. En 2011 un internauta convocó a través de la red social Facebook una fiesta rave en el aeropuerto de Castelló, abierto al público y sin aviones, y más de seis mil personas se apuntaron a esta concentración. La vida es compleja, mezcla lo normal y lo absurdo en combinaciones a menudo desorientadoras.

Lo absurdo es una parte inseparable de la condición humana. Si rechazamos la ayuda engañosa de la religión o de la filosofía existencialista, entonces tenemos que reconocer que el mundo es un caos, una anarquía, un universo despojado de ilusiones donde el hombre es un extranjero, un extraño, un absurdo.

Inevitable no pensar en Albert Camus, claro, que insistía en que siempre hay que mantener una distancia irónica entre un significado inventado de la vida y el conocimiento de lo absurdo de esta misma vida, no sea que el significado ficticio tome el lugar del real. Una idea interesante, sobre la cual mi opinión personal es que la vida es demasiado corta para preocuparse por ello.

Así que vayamos a lo más grueso. Muchas personas creen que el problema filosófico fundamental radica en la siguiente pregunta: ¿cuál es el sentido de la existencia? Albert Camus pensaba que la vida no tiene sentido y por lo tanto hay algo profundamente absurdo en la búsqueda humana de encontrar un significado. Ciertamente la religión parece proporcionar comodidad a muchas personas, pero esto no sirve para darle un significado genuino a la vida porque se trata de una ilusión. O Dios existe o no. Si no existe, entonces es obvio por qué no puede ser el origen del sentido último de la vida. Pero si Dios existe, teniendo en cuenta todo el dolor y el sufrimiento que hay en el mundo, la única conclusión racional acerca de Dios es que es un imbécil o un psicópata. Por lo tanto, la existencia de Dios solo puede hacer la vida más absurda, no menos.

Aceptemos pues que la vida es absurda y buscarle sentido más absurdo aún. ¿Cómo vivimos si asumimos que la vida es así, que nunca podrá tener un significado? Esta es precisamente la pregunta que Camus se hace en su famosa obra El mito de Sísifo. Él dice que solo hay una solución realmente seria a este problema filosófico, y es el suicidio. Seguramente sea la única respuesta racional a lo absurdo de la vida. Solo que es probable que no sea la más agradable. Antes de que el lector se deprima del todo, pensemos en algunas de las posibles soluciones al problema. Vamos a suponer, como Camus, que buscar el sentido de la vida es absurdo. Vamos a admitir también que cualquier disquisición que intentemos para encontrarle un sentido al mundo va a ser en vano. Todo nos lleva a callejones sin salida, por así decirlo. ¿Cómo podemos evitar la conclusión de que el suicidio sea la respuesta? Pues en que el héroe absurdo no se desespera, abraza abiertamente lo absurdo de su condición. Sísifo, condenado por toda la eternidad a empujar una roca por la pendiente de una montaña solo para que ruede hasta el fondo una y otra vez, reconoce plenamente la inutilidad y falta de sentido de su tarea, pero de buena gana empuja la roca por la montaña cada vez que rueda hasta abajo.

Ya sé que no parece una solución, pero seamos serios, tengamos una confrontación honesta con la sombría verdad y, al mismo tiempo, posicionémonos desafiantes negándonos a que la verdad nos destruya la vida. Lo absurdo no es una huida de la realidad, como plantea en cierta manera Nietzsche en sus teorías al respecto, sino una aceptación de la verdad y una reacción de supervivencia. Tal vez mi comprensión de las teorías de existencialistas, fenomenológicas, postestructuralistas y posmodernas sea limitada (confieso que ni siquiera sé lo que significan exactamente alguna de estas palabras), y seguramente mi conclusión no resulte reconfortante, pero se puede resumir en: esto es lo que hay.

¿Podemos vivir en un planeta absurdo? Este es un mundo donde se sigue matando en nombre de un Dios de bondad y donde la mitad de la riqueza es propiedad de menos de cien personas. Se necesita una dosis importante de mala fe para negar lo absurdo de nuestra sociedad. Así que sí, sí es posible vivir en un mundo absurdo y de hecho no se está tan mal.

Tampoco nos queda otra. Etimológicamente, absurdum significa contrario a la lógica aceptada. ¿Un mundo completamente lógico sería más habitable? No, estoy convencido de que los implacables hombres lógicos finalmente mueren de aburrimiento. Uno puede preguntarse lo que queda del deseo humano si seguimos las enseñanzas de los epicúreos y estoicos, que nos seducen por su lucha común contra el sufrimiento humano, considerando absurdo evitar seguir los preceptos racionales y razonables. Pero ¿el sufrimiento se debe evitar siempre? Hemos aprendido más sobre nosotros mismos del sufrimiento que de la felicidad. Lo absurdo es lo que nos ayuda a soportar la banalidad de la vida cotidiana. Incluso diría que no hay nada más hermoso que el absurdo amor a tu enemigo, un absurdo que Cristo vivió hasta su extremo. Credo quiam absurdum, las famosas palabras de Tertuliano, esconden bajo su apariencia extravagante una verdad fundamental: el hombre no debe ser esclavo de la lógica.

¿Debemos, pues, en nombre del sufrimiento o de la locura que le espera al que desea lo imposible, al absurdo, al absolutamente irracional, negar la posibilidad de que ese deseo nos permita evolucionar a mayores cuotas de satisfacción?

Lo absurdo vive en la intersección de significante y significado, en una brecha destructiva; consiste en plantear un conflicto permanente, es una contradicción y una lucha. Gracias al absurdo empecinamiento en nuestros deseos rompemos techos de cristal. ¿O es que la imposibilidad es objetiva? Lo que es imposible hoy en día puede no serlo mañana, y si no lo es, será gracias al deseo absurdo de alguien. Sí, es absurdo desear lo imposible, pero no hay nada imposible si somos lo bastante absurdos para desearlo.

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10 Comentarios

  1. Funestini

    Ciertamente, todo es absurdo haya o no haya dios. Pensar demasiado en estos temas me aboca a la desesperación y creo que es algo extensivo al resto de la gente. Tan demencial es pensar que no hay nadie detrás de todo ESTO como que hay un «creador» o quizá esto sea peor todavía. El suicidio lo contemplo con buenos ojos siempre que se nos dieran facilidades para un deceso tranquilo, dulce y sin sobresaltos y no como ahora, que hay que arrojarse desde un décimo y acabar horriblemente desnortados en el pavimento. O atacar a un policía para que su compañer@ nos acribille mientras saltamos a la via por la que llega el AVE con el fin de asegurar el tiro.

  2. López Brea

    Interesante comentario. Se lee con facilidad, de un tirón. Tan fácilmente se llega al final del artículo que uno no sabe a qué conclución llega su autor. Si es absurdo este mundo o no y qué solución tiene o propone en cada caso. Mañana a plena luz del día lo volveré a leer.

  3. Una vez aceptada la inevitabilidad de la muerte como el final poco grandioso de algo que nunca lo fue demasiado, lo que queda no es la autoflagelación que nos castiga por no ser más que lo que somos sino la libertad para disfrutar como mejor podamos de ello.

    • Mike Leroi

      Brutal Candwell. Esto es sintesis y lo demás tonterías…
      Me ha gustado el artículo, te pone en perspectiva cuando empiezas a divagar demasiado sobre la vida.

      Saludos.

  4. Creo, en contra de la cita del autor, que en Nietzsche, la grandeza, el atractivo, la fuerza, la voluntad de poder de la vida està precisamente en el absurdo de ella, su finitud infinita (eterno retorno).

  5. Juan Antonio

    Nacer es un accidente buscado.
    Morir otro,pero no deseado (al menos estando con lucidez)
    Entre nacer y morir,está el vivir.
    Y vivir,puede ser maravilloso u horroroso dependiendo de la diosa Fortuna y que ella y los múltiples dioses que el hombre ha ido creando
    Te vayan dando sus pares y sus nones.
    Lo absurdo del vivir,sería no querer vivir.
    Si ya estás,por qué no desear estar!!

    El ser humano es un caos maravilloso con destellos de locura y cordura.
    Quiere cosas imposibles y muchas veces,las logra con un rasgo de inteligencia que parece llegarle de algo superior.
    Entonces se entra en el campo de la fe.
    Si tienes fe,vivirás sin esperar,al contrario de vivir para esperar.
    Quien nada espera nada teme.
    Si esperas te desesperas.
    Vivir es asumir que hay que morir y entre todos nos vamos matabdo poco a poco sin apenaa darnos cuenta.
    Vive y deba vivir,ese es el problema y su solución.

  6. Se puede hacer la distinción de mundo (humano, digamos que contemporáneo e histórico) y la existencia. ( sea lo que sea la existencia del todo, más allá de lo humano y su percepción.)

    El mundo ( humano) es absurdo, irracional como nosotros pese a nuestras puntuales racionalidades. La existencia ( más allá de la humana, es decir, del todo, del universo, sea lo que sea) podemos considerar o «creer» que la ha creado un Dios, que Es una torre de tortugas sin fin, creer que es una casualidad….. o que es absurda, pero esas cosas sólo son nuestras creencias, en ningún caso evidencias. Podemos creer que todo es absurdo, pero sólo creerlo…..y respecto a nuestra propia vida y nuestro mundo diarío por desgracia tenemos evidencias claras de que es muy absurdo.

  7. ¿Qué fuerza la búsqueda de una razón? ¿Por qué no hay claridad?
    ¿En lo más íntimo y difícil de reconocer, que estamos haciendo, que buscamos?
    ¿Qué es la belleza? Non la apreciación intelectual de una obra de arte, si no eso que adviene en momentos de quietud, mirando el cielo o las estrellas, que parece no venir de ninguna parte.
    ¿Es la vida todo apetitos, ambiciones, prestigio, posesiones, distracciones, apego? ¿No vivimos empapados de esto? Todo esto ocupa mucho espacio. ¿Y si nos quedamos un rato en silencio? ¿No sientes esa tensión por debajo de tu cuerpo? ¿Sientes necesidad de moverte hacia alguna parte? ¿Qué está pasando?
    El ciego puede tener más conocimientos que tu sobre la luz, pero un ciego no puede conocer la luz.
    Te invito a seguir indagando.

  8. Nada es absurdo. El principio es falso. Simplemente todo es real y así debemos vivirlo. Cada cual que haga de la realidad su lugar de paso. No es tan complicado si se piensa un poquito.La realidad,tu cuerpo y tu mente (todo es el mismo paquete) es lo único que te acompañará los días de tu existencia. Resumiendo, tú mismo con tu mecanismo. Carpe diem.

  9. Pingback: Càstigs infernals - Batecs Clàssics

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