José Luis García Pérez (Granada, 1974) relata con entusiasmo las nuevas fronteras que el ser humano está empezando a transgredir mediante el uso de la biología molecular y de su aplicación más inmediata, la biomedicina. Los nuevos conocimientos adquiridos en los últimos años en este campo, tales como la tecnología CRISPR, la biología sintética, la epigenética o la inestabilidad genómica, están cambiando la concepción del ser humano y replanteando el concepto de vida a marchas forzadas. Este científico granadino fue seleccionado en 2012 por el prestigioso Instituto Médico Howard Hughes, sumándose a un exquisito grupo de investigadores que están llamados a cambiar, en las próximas décadas, el mundo que nos rodea con sus avances científicos. Su investigación se centra en el estudio de los elementos genéticos móviles, que interfieren con enfermedades de toda índole, desde cáncer a párkinson, y cuyo entendimiento nos servirá para diseñar nuevas estrategias terapéuticas que permitan erradicar o cronificar un buen puñado de patologías, así como empezar a comprender el funcionamiento íntimo de la memoria, entre otros retos que todavía ni alcanzamos a soñar. Asegura que veremos curada la diabetes en breve.
¿De dónde te viene el gusanillo científico? Porque sé que tu padre es médico.
Sí, mi padre es oncólogo. Mi vocación creo que es tardía porque no tenía claro qué carrera estudiar. Acabé el instituto, sabía que tenía que sacar nota en selectividad y sabía que me gustaba algo relacionado con la «bio», pero tampoco sabía si era la química, si era la física, si la farmacia, si la medicina… Total, que hice selectividad, y lo hice lo mejor que pude, pero la nota no fue muy buena y no me dio para entrar en Medicina, porque hubo una nota de corte alta ese año. Así que me iba a matricular en Química, pero mi cuñado, que iba a estudiar Odontología y tampoco entró, me dijo que me matriculara con él en Farmacia, que allí hacían mejores fiestas [risas]. Por eso estudié Farmacia, no por otro motivo. Estudié primero y me enganché a la ciencia haciendo las prácticas de biología, cogiendo la piel de cebolla y tiñéndola con giemsa para ver los cromosomas y pensaba «soy capaz de hacer algo útil con las manos y realmente obtener algo que se puede analizar»… Creo que fue ahí cuando me vino el gusanillo del laboratorio. Después, leyendo la Gaceta Universitaria en papel, ya en el siglo pasado, vi un anuncio de un departamento de Química Orgánica que estaba haciendo fármacos contra el cáncer y me resultó llamativo, también por la faceta de mi padre, aunque mi padre no quería que ninguno fuésemos médico ni nada por el estilo. Fui al departamento y me puse a trabajar como alumno interno durante tercero, cuarto y quinto de Farmacia, haciendo síntesis química, y ahí vi que el trabajo de laboratorio me gustaba, lo que pasa que la química me resultó un poco aburrida y en cuanto pude me cambié a la biología.
¿Te sigue gustando estar en el laboratorio o haces básicamente trabajo de gestión?
Hago trabajo de gestión para mi desgracia, pero me encantaría estar en el laboratorio. La verdad es que lo piso poco. A veces he intentado hacer experimentos. En mi laboratorio me puedo permitir el lujo más o menos de disfrutar de la ciencia, pero no tengo tiempo para ponerme a hacer experimentos, ojalá lo tuviese.
Luego haces la tesis en Biomedicina en el Instituto López Neyra, en Granada, y empiezas a trabajar con tripanosoma.
Sí, es lo que te comentaba. En la carrera estuve colaborando en el departamento de Química Orgánica Farmacéutica haciendo síntesis de compuestos, pero era un poco aburrido. Salió la oportunidad de solicitar becas que tenía el CSIC de iniciación a la ciencia, así que la pedí. El proyecto era superchulo, consistía en hacer una vacuna contra el parásito Trypanosoma cruzi. En el laboratorio estaba buscando antígenos, hay una forma infectiva y una forma no infectiva de humanos, y mirabas qué diferencias hay, qué le hace la vacuna, y mirando su genética sale esa cosa que se llama retrotrasposón, y en ese momento yo no sabía lo que era. Lo había estudiado muy someramente en Biología y Microbiología, pero tras cinco años diciendo que el ADN no cambia me encontré con que hay un trozo de ADN que está saltando en las células y que cambia bastante más de lo que creemos. Me gustó mucho eso, hablé con mi supervisor y él me dejó hacer la tesis sobre elementos móviles.
Entonces la tesis fue sobre elementos móviles del genoma de tripanosoma
Sí. Fue una experiencia horrible porque como modelo es terrible; el tripanosoma no tiene ni promotores, ni señales de poliadenilacion, ni intrones, es muy difícil meter ADN dentro. Pero bueno, algo hicimos, conseguimos clonar un trozo, demostrar que tenía actividades enzimáticas, etc.
Cuéntanos qué es la inestabilidad genómica.
La inestabilidad genómica es uno de esos conceptos que es bastante más frecuente de lo que creemos. En los genomas están los genes, que son las instrucciones, y la verdad es que esa parte es bastante estable. Ahora, el resto del 98% de ADN es bastante más inestable de lo que pensamos. La inestabilidad genética per se creo que es fundamental para el desarrollo de la complejidad biológica. Lo sorprendente es que todo eso lo hacemos durante la vida de un individuo a unos niveles bastante más altos de lo que pensamos. Y te doy simplemente un ejemplo: entre las cosas que hacemos con el pez cebra es estudiar cómo ese trozo de ADN se mueve, y lo hace con muchísima frecuencia en el cerebro. Y los últimos números, si te los quieres creer, dicen que un cerebro humano a lo largo de la vida tiene 1011 neuronas, con 1015 conexiones entre ellas y cada neurona va a tener como mínimo entre 15 y 20 trozos de ADN que se han movido de un sitio a otro. Si matemáticamente modelas eso con números te das cuenta de que es un sistema que genera variabilidad genética, pero que te asegura que no vas a poder diseñar dos cerebros que sean iguales, porque el proceso de movilidad de esa secuencia es completamente azaroso.
Y claro, ese salto de elementos móviles, que imagino son somáticos, evidentemente están asociados a enfermedades si se interrumpe un gen. ¿En principio pueden causar cualquier tipo de enfermedad?
Sí, efectivamente, eso es lo sorprendente. Durante años nosotros sabíamos que cuando ese trozo de ADN móvil se mueve, en células germinales o durante el desarrollo embrionario, al principio, muy tempranamente, si se interrumpe un gen esa persona va a nacer con una enfermedad genética. Ahora nosotros hemos evolucionado a cosas muy útiles como mamíferos, por ejemplo tener dos copias de cada gen. Eso está muy bien porque ese trozo de ADN que se mueve y que desactiva un gen siempre te va a dejar la otra copia, con lo cual aunque se mueva con bastante frecuencia probablemente no sean muy peligrosos. Ahora, son fuentes de enfermedades cuando impactan en tu genoma que se hereda, es decir, eventos de movilidad en células germinales o durante el desarrollo embrionario. Lo del somático en cerebro es una cosa que pilla por sorpresa; no tiene sentido ninguno porque si tú eres un elemento móvil, tú solamente quieres estar presente en el genoma de esa especie hasta el infinito, entonces ¿para qué haces eso? Acumulas inserciones en células germinales o durante el desarrollo embrionario para seguir perpetuándote en la especie. El hecho de que tú generes cambios genéticos en el cerebro no tiene ningún sentido desde el punto de vista de los elementos móviles, porque esos trozos de ADN, esas nuevas copias no pasan a la siguiente generación porque el ADN somático no se hereda, y es lo gracioso de esto.
Es una analogía exactamente igual al sistema inmune. El sistema inmune, es decir, la generación de anticuerpos, por ejemplo. Nosotros somos capaces de generar un anticuerpo contra cualquier cosa, hasta compuestos que ni siquiera existen, completamente artificiales y eso también lo hace un elemento móvil curiosamente, un trasposón que se ha domesticado para romper el ADN solamente en esos trozos de inmunoglobina. Pues algo parecido, parece ser, es lo que ocurre en el cerebro, y esto está generando muchísima variabilidad en el cerebro y no tiene que ser ni buena, ni mala, ni regular, pero lo generas porque te asegura que no haya dos cerebros que sean iguales, y esto es muy importante para la especie porque si el pensamiento fuese heredable sería peligroso. Por ejemplo, una tendencia psicópata o asesina, sería negativa para la especie, o cualquier tipo de cambio en el comportamiento sexual. Entonces, tener la capacidad de generar mucha variabilidad sin que quede huella en el genoma heredable es una ventaja, desde luego, y la teoría dice que son los elementos móviles los que están haciendo eso a día de hoy en el cerebro.
Y LINE-1, que es tu línea principal de trabajo, ¿es un elemento móvil?
Es un elemento activo muy sorprendente, porque la magnitud de su contribución en el genoma es bastante notable. Uno de cada cinco nucleótidos de nuestro genoma es un LINE, y no solo eso, uno de cada tres nucleótidos que tenemos en nuestras letras se ha generado por la actividad del LINE. Es decir, más del 50% de nuestro genoma, y hay gente que piensa que hasta el 70%, se deriva de la acumulación de estas nuevas copias. Pero en el caso de los LINE, ellos no se cortan en un sitio y se pegan en otro sitio, ellos se copian y pegan, igual que cuando tú estás en el ordenador y estás escribiendo un texto y lo copias y lo pegas en otro sitio: eso es lo que hace que el genoma vaya aumentando en tamaño considerablemente. De los LINE, por ejemplo, cada célula del cuerpo humano tiene 500 000 copias, que se han ido asentando a lo largo de la evolución, desde que éramos una sola célula hasta que somos un organismo mamífero. Lo impresionante y lo curioso es que todavía se siguen moviendo, y de hecho de media todos los seres humanos tenemos entre 80 y 100 trozos de ADN activos o elementos LINE que son capaces de moverse en el genoma, y que pueden hacer perrerías, como por ejemplo generar enfermedades de tipo hereditario, como puede ser la hemofilia, la distrofia, el cáncer, la ceguera nocturna… Cualquier tipo de enfermedad, porque se mueven al azar. Aparte de eso tienen un componente de biología normal en el cerebro, y luego tienen otra cosa que todavía no se sabe bien, y que es como lo del huevo y la gallina, y es el asunto de su movilidad en cáncer. Los elementos LINE se regulan por metilación. La mayoría de células del cuerpo tienen los elementos LINE muy metilados. En cáncer, como las células se dividen tan rápido, se empieza a perder la metilación y empieza a haber derepresión (proceso que activa la expresión de un gen) de los LINE, y estos se empiezan a mover; es como ganar la lotería, cuantos más cupones compres más posibilidades tienes. Si tienes más trozos de ADN moviéndose en tumores de una manera todavía más desorganizada, se van a desactivar más genes y los tumores que generen serán más agresivos.
¿Cuándo te surge el interés por LINE-1?
Fue durante la tesis.
Y en Michigan ¿qué hiciste?
En Michigan lo que hice fue superar mi frustración [risas], y me cambie a un modelo mamífero ya que era el único sistema donde se podían hacer experimentos con LINE-1. Ya te digo, yo entré en ciencia para crear una vacuna y buscando un antígeno me encontré esa cosa del trasposón, un LINE del tripanosoma que me encantó. Porque es lo que decía antes, llevaba cinco años oyendo que el genoma era estable y te das cuenta de que eso no es así, me encantó eso de que los genomas no fuesen tan estables y entender un poco de por qué eso es así. Desde un punto de vista de diseño no es muy bueno que te cambien continuamente las instrucciones de algo. En Estados Unidos empecé a trabajar con el elemento LINE-1 en un sistema mamífero, donde se podían hacer muchísimos experimentos. También tuve la suerte de que allí se estaba empezando a trabajar con células madre embrionarias. La teoría decía que los elementos LINE que se heredan se acumulan en células germinales (esperma u ovocito) y durante el desarrollo embrionario temprano. Entonces montamos un proyecto muy sencillo a partir de células madre que parecen como un embrión humano: observar si hay actividad de LINE, y caracterizamos la expresión y la movilidad, lo que ha sido bastante importante en el campo. Nos ha permitido, sin estar trabajando con células HeLa, o células cancerosas transformadas, que son difíciles de interpretar en los experimentos, tener un modelo fisiológico donde entender los efectos de la movilidad de LINE.
¿Podías utilizar células madre embrionarias en Estados Unidos?
Sí. Yo me fui allí en el año 2002. Las células embrionarias llegaron en 1998, y automáticamente se prohibió su uso. En el año 2002, debido a muchas presiones de gente con enfermedades y al potencial que eso tiene, se inició una cosa muy curiosa, un Pilot Project, algo genial que tienen los americanos, que es que invierten millones de dólares en las universidades más o menos decentes como en Harvard, en University Michigan, donde yo estaba, en Stanford… para ver si la gente tiene realmente interés y puede hacer algo con la células madre embrionarias. Ten en cuenta que cuando yo llegué allí me encontré una habitación vacía, con 200 000 o 300 000 dólares de presupuesto, una cabina y dos viales de células, y nadie sabía qué hacer, nadie había trabajado nunca con ellas. Aquello resultó bastante frustrante también, pero al final se consiguió. Evidentemente no solo hice eso, hice otras contribuciones. Digamos que se podía trabajar de una manera más dinámica, pero el tema de las células madre lo empezamos allí y he aprendido mucho tanto de crecerlas como de manipularlas genéticamente..
Luego empezó la restricción para trabajar con células madre embrionarias.
La restricción existió desde finales de los años noventa hasta el año 2002-2003. En 2003 el gobierno federal decide que se puede hacer investigación con células madre, lo que pasa es que luego cada estado es un poco independiente y según dónde estés tienes más o menos restricciones. Yo estaba en Michigan, y Michigan era más o menos abierto, entonces se podía hacer algo de ciencia con células madre embrionarias. Después surgen las células madre reprogramadas y eso ha explotado, y ahora en casi todos los estados se acepta la investigación con células madre. En nuestro país también, aunque se nota el cambio de PSOE a PP. Se nota muchísimo, en restricciones por ejemplo, o en cosas absurdas como el uso de las células madre embrionarias. Las células madre embrionarias ya son un sustrato comercial. Nadie va a destruir más embriones. El daño ya se hizo. Es cierto que para generar una línea de células madre tienes que destruir un embrión, pero eso ya se hizo hace más de diez años
¿Cuál es la alternativa a tener un embrión congelado?
Hay una desconexión increíble y eso también está publicado. Nosotros hemos hecho trabajos con embriones humanos también, y tenemos un estudio que esperamos que aceptan en Nature. Hemos hecho secuenciación masiva de células individuales de un embrión humano, y lo que vemos a ese nivel es que ya se están moviendo los elementos móviles. Justo después de la fertilización y en el estadio del blastocito sacamos células individuales, le hacemos single cell genomics y comparamos el número de elementos LINE. Pero hay una desconexión terrible entre el número de embriones que hay y luego la realidad. La ley de reproducción asistida dice que tienes que hacer diez embriones, dos se le ponen a la mujer, se suelen buscar entre siete a cinco, y después de cinco años la persona recibe una llamada y tiene tres opciones: una, empiezas a pagar por los costes de nitrógeno líquido (por tener a tus hijos congelados). Dos, se los das a otra pareja que no puede tener hijos. Y tres, se los das a la ciencia… Y lo curioso, y eso se publicó en la revista Cell Stem Cell, la estadística española dice que el 95% de las parejas lo donaban a la ciencia.
¿Eso no es normal en el resto del mundo?
No, no es tan normal. La gente no quiere seguir pagando porque ya tiene su niño, y dicen «¿por qué voy a tener que pagar por tener a otros hijos congelados?». Nadie le quiere dar sus niños a otras personas y todo el mundo piensa en la ciencia como algo relativamente bueno.
¿Dan la opción de destruirlos?
No se puede, no existe esa posibilidad.
¿El problema solo existe en España o en general en occidente?
Sé que existe en España. En el resto del mundo creo que es más o menos lo mismo. Lo curioso es que después de esta crisis muchos centros de fertilización in vitro están llenos de tanques de nitrógeno con embriones con lo que nadie puede hacer nada con ellos, porque la gente los dona a la investigación y eso es un problema del dueño de la clínica de fertilización, ya que tiene que encontrar científicos que los quieran utilizar. ¿El problema cuál es? En realidad son dos. Primero que tienen que aprobar éticamente su uso, y ahora mismo es absurdo. Yo conseguí una autorización ética para trabajar con embriones humanos en al año 2009, cuando éramos socialistas, y me costó un año y medio de peleas. Ahora mismo es absurdo. He tenido problemas en un proyecto europeo simplemente por utilizar células madre embrionarias que son comerciales. Y por eso tienes problemas. El otro problema es la financiación. Europa permite la investigación pero no financia y te tienes que buscar la vida de alguna forma o manera.
¿Entonces en qué modelos te refugias?
En el pez cebra. Esto del cerebro lo descubrimos de pura casualidad. No tenía sentido que los elementos LINE se moviesen en el cerebro. Una cosa curiosa, un estudio que acabamos de terminar ahora, es que están restringidas al cerebro, no entendemos muy bien el por qué, pero yo cojo células madre neuronales, células madre mesenquimales, hematopoyéticas… y comparo dónde hay expresión y dónde hay actividad y es exclusivo del cerebro. Eso dice que podemos estar haciendo algo o podemos modular el pez cebra, le puedo quitar todos los LINE y puedo hacer que salten más o que salten menos, y que salte cuando yo quiera y ver si eso tiene algún impacto funcional en el cerebro. Pensamos que en memoria. ¿Y por qué en la memoria? Es muy sencillo, porque tiene que ser algo que esté conservado entre una mosca, un pez cebra y un mamífero y no puede ser algo muy específico como el lenguaje o algo así. Además porque la zona donde encontramos la expresión de los LINE se llama subventricular zone, o giro dentado, que es donde se sabe por experimentos superconflictivos que se acumula en la memoria. En los años cuarenta, cuando alguien tenía epilepsia, le hacían un agujero en el cerebro y con un catéter le quemaban la subventricular zone y algunos salían sin epilepsia, otra gente no, e iban y le hacían lo mismo en el otro hemisferio. Cuando quitaban las dos subventricular zone pasaba una cosa muy curiosa: era como en el día de la marmota, recordaban todo lo que te había pasado hasta ese día, tienían memoria a corto plazo, pero al despertar al día siguiente no recordaban nada, no eran capaces de generar nueva memoria. Pues justo en ese nicho es donde más expresión y más actividad hay de los LINE. Entonces el modelo nos dice que los LINE simplemente marcan neuronas que han pasado por un proceso de aprendizaje, generando un cambio genético, como una especie de código estúpido y absurdo en el que puedes marcar la neurona y diferenciarla de la neurona que esté al lado. Y ten en cuenta que hay 1011 neuronas y 1015 conexiones. Para toda esa clase de experimentos utilizamos el pez cebra, que es genial, porque aunque es muy diferente de un ser humano, en lo que respecta a los elementos LINE es muy parecido.
O sea, hay más acumulación de elementos LINE en zonas relacionadas con memoria.
Sí, esa es una teoría que tenemos. A ver dónde va a llegar, porque se sabe que están asociados con síndrome de Rett, con ataxia telangiectasia y con esquizofrenia. Es decir, en esas enfermedades algo va mal y entre otras cosas los LINE también van mal. ¿Son causantes de eso? No, pero no ayudan. Es como el cáncer, en el cáncer tienes mutaciones que hacen que una célula se divida más rápido, empieza a desmetilarse y tienes esos trozos de ADN que son capaces de moverse e interrumpir otro gen y lo desactivan. Un LINE no te va a generar un cáncer, es muy raro, pero no ayuda a que ese cáncer sea controlable. Algo así puede estar pasando en el sistema nervioso central con las enfermedades neurodegenerativas.
¿Ha habido cambios en los últimos años sobre la concepción del genoma humano?
Sí. La ciencia y la vida es tan extraña… Los elementos móviles los descubrió una mujer en los años cincuenta, que se llamaba Barbara McClintock, con el maíz, y entonces no se sabía nada de herencia genética. Entonces esta mujer hizo esa observación de que el grano de maíz cambiaba de color por la movilidad de un trozo de ADN, y a eso lo llamó elementos controladores, y dijo que eso lo iba a explicar todo. Por lo visto era una persona bastante peculiar, que trabajaba ella sola, era mujer (y además homosexual) en los años cincuenta, en una sociedad muy machista. Tras su descubrimiento, otros científicos hombres no se tomaron muy bien que esa mujer hubiera descubierto cómo funcionaba la biología, y luego hicieron la observación de que esos trozos también están en el ratón y un ratón es muy diferente de una planta, y que eso no puede servir para nada, así que es ADN basura, y ya está, y ahí se ha quedado el dogma.
Cuéntanos que es la epigenética.
La epigenética es una cosa bastante complicada, está por encima de la genética y son todos esos cambios que tiene que no son de la secuencia de letras, pero que influyen en la capacidad de esa secuencia de letras de hacer un proceso biológico u otro. Este es otro campo que está en explosión total, y curiosamente uno vuelve a sus orígenes de tripanosoma. Hace poco se descubrió una modificación del ADN que se llama 5-hidroximetilcitosina, que es muy prevalente en el cerebro. Pues esa era una base que ya se conocía en tripanosoma, y se pensaba que era una cosa rara de tripanosomas y no se sabe cómo va a terminar este tema en mamíferos. Este año se ha descubierto, y publicado en Nature, otra que es una metilación de una adenina que también está relacionada con cambios en la expresión de genes. La epigenética es un campo que todavía está en su infancia, ni siquiera sabemos todas las modificaciones que tienen las histonas, que son esas proteínas que interaccionan continuamente con el ADN para regular su accesibilidad, y permitir la expresión de genes. Y el problema es que sabemos lo que es un genoma y podemos decir que eso es un genoma normal. ¿Por qué normal? ¡Porque esos cuatro individuos parecen normales! Aunque creo que el concepto «normal» no existe. Lo que no sabemos es lo que es un epigenoma normal, y te pongo un ejemplo volviendo a la fertilización in vitro. Se sabe que todos los niños que han nacido por un protocolo de fertilización in vitro tienen un epigenoma diferente a niños nacidos de manera natural. ¿Qué significa eso? Nadie lo sabe, no se sabe lo que es un epigenoma normal, y es difícil de saber porque ni siquiera sabemos los cambios que puede haber, por lo que no puedes medirlos ni saber qué es la normalidad. La epigenética es muy interesante porque te permite explicar cosas que no tienen explicación.
Empieza a haber fármacos relacionados con la epigenética en el campo del cáncer. ¿Esos fármacos tienen utilidad?
Sí. Para el mieloma múltiple se utiliza una droga que disminuye la metilación. La cuestión es que como consecuencia se están activando todos los elementos LINE. Estás intentando curar el tumor de esa persona, pero le estás activando otros agentes mutagénicos internos. Funcionar, funciona, y como esa van a salir muchas más. La epigenética es clave, cuando no puedas cambiar algo en las letras tienes que hacer algo más, y algo más es la epigenética, lo que te permite que una misma secuencia de letras, por ejemplo, haga que la exprese en mi tejido hepático y no la exprese en mi sistema nervioso central. Lo que pasa es que la falta de conocimiento de base es bestial.
¿Por qué este tipo de cosas se descubren normalmente en el campo del cáncer?
Porque hay mucha gente investigando en el cáncer.
También hay mucha gente investigando en las neurodegenerativas y la epigenética en neurodegenerativas está mucho más en pañales que en el cáncer, por ejemplo.
Sí, es cierto. Lo que pasa es que en el cáncer ha habido cambios genéticos y quizás no sea lo que ocurre en neurodegeneración. Yo creo que históricamente más en cáncer, también desde el descubrimiento del p53, el gen supresor de tumores, que por cierto se descubrió malamente, por así decirlo. El p53 es un gen supresor de tumores que se descubrió como un oncogen, porque la forma en que se clonó era la forma mutante. Muy desde el principio te das cuenta de que la mutación es la clave en cáncer, pero no solo eso, también es la modificación genética, el metabolismo, etc.
Tú ya veías cambios genéticos en tripanosoma cuando hacías la tesis. No obstante, a cualquiera que le cuentes que estás trabajando en un parásito igual no le resulta muy sexy. Es mucho más sexy trabajar en cáncer, pero al final se demuestra que tiene sentido trabajar en modelos básicos.
Sí, absolutamente. Hemos aprendido cosas en tripanosomátidos y en bacterias que pensabas que eso no iba a pasar nunca en una célula de mamífero, o en una planta. Las plantas es es ese tipo de cosas que parecen muy raras y que luego no son tan raras. Hacen lo mismo que los mamíferos, pero lo hacen de una manera ligeramente diferente, y no es tan fácil de apreciar pero la investigación en un organismo modelo es clave. Ahora estamos viendo esos movimientos superaplicados, donde todo lo que tenemos que hacer es generar dinero para mañana, pero no existe ciencia aplicada ni ciencia básica. El otro día lo hablábamos de las CRISPR. Imagínate que quieres atraer dinero de una compañía o un inversor y dices que vas a estudiar el sistema inmune de una bacteria (CRISPR), o llega un tipo como yo que quiere ver si el ADN basura no es tan basura, u otro proyecto relacionado con cáncer o neurodegeneracion… Pues es normal que se elija neurodegeneración y cáncer, que tiene más sentido, que es un concepto más cercano a nosotros, que sufrimos durante nuestras vidas estas enfermedades, personalmente o en familiares. El descubrimiento al final lo hacen en esas dos o tres personas aburridas que están estudiando el sistema inmune de la bacteria y han descubierto los CRISPR y la revolución que eso significa.
Cuenta qué es CRISPR.
Con esto estamos viviendo una revolución como con los teléfonos móviles. La eficiencia con la que funciona abre un gran campo de investigación, a ver dónde llegamos. China empezó a modificar embriones humanos genéticamente y ya los han modificado con la tecnología de CRISPR. Es un sistema que permite cambiar tan solo una letra, entre otras cosas, en el sistema inmune de la bacteria. La bacteria tiene que reconocer que hay otra bacteria enemiga que no le interesa y lo hace mirando cosas de su código genético. La bacteria no tiene núcleo, el ADN está accesible. Entonces las moléculas CRISPR permiten identificar una secuencia, y eso se sabía desde hace bastante años, pero nadie sabía muy bien cómo funcionaba. Básicamente ha sido por la aportación que ha hecho Emmanuelle Charpentier. Ella ha descubierto cómo funciona su mecanismo y luego está el visionario de Zhang en Harvard, y Jennifer Doudna. Por ejemplo, Zhang quiere hacer terapia génica, quiere curar una enfermedad genética y ha trabajado en CRISPR por su frustración pura y dura. Quiere cambiar un nucleótido y no hay manera de hacerlo fácilmente, y como todas las tecnologías, antes se podía hacer con los zinc finger o con las TALEN, pero son experimentos que costaban 20 000 dólares y no tenías certeza de que iba a funcionar. Y llega el CRISPR que te lo puede hacer por 60 euros, y sabes que te va a funcionar en el 90% de las células. La clave está en esas dos personas visionarias que se dieron cuenta lo útil que sería eso en un organismo mamífero y no en una bacteria. Como Fleming cuando vio que se le había contaminado la placa, no crecía la bacteria, y podría haberla tirado, pero se dijo: «este experimento ha salido mal pero puedo darle a esto algo de utilidad».
Para ti los visionarios son Charpentier, Doudna y Zhang, pero quien descubrió todo esto fue Mojica.
Sí, Mojica. Lo descubrió este investigador español que trabaja en la Universidad de Alicante y unos japoneses. Mojica hizo un descubrimiento bastante claro, de hecho cuando se dio cuenta junto a los japoneses de que eso existía en la bacteria elaboraron una serie de teorías para ver si podía funcionar, y efectivamente era un sistema inmune de la bacteria. El problema era que nadie sabía cómo funcionaba a nivel molecular y eso sí lo logró Charpentier, que llevaba trabajando quince años en eso. Hay que purificar las proteínas, ver qué hacen, dónde se pegan, etc. Y ella ha sido capaz de desgranar cómo funciona ese sistema, con los visionarios Doudna y Zhang, pero son visionarios porque están frustrados, porque llevan años en sus laboratorios intentando hacer terapia génica sufriendo algo que no funciona. Cuando existe una necesidad el ser humano tiene una capacidad increíble para aprender estas cosas.
Charpentier estaba en el más profundo de los ostracismos y ahora se ha convertido en una superestrella de la biología molecular y candidata al Premio Nobel, junto con Doudna.
Sí, es cuestión de tiempo que se lo den. Tiene el tema feo de las patentes, porque están peleando Harvard y California, pero deben darle un Premio Nobel a ella, a Doudna y a Zhang. Este año le han dado el premio Princesa de Asturias a Charpentier y a Doudna. Los Premios Nobel pasan a ser como una especie de un club privado, te nominan otros nobeles. Yo conocí a un investigador en California que descubrió que las neuronas del cerebro se dividen, se llama Fred Gage. Quiere ganar un Premio Nobel, porque cree que lo que él ha hecho lo merece, pero nadie te va a llamar a tu laboratorio por muy famoso y buen científico que seas. La manera de hacerlo es ir a centros donde haya premios nobeles vivos que opinen y decirles «mira la belleza de lo que he hecho». Si no no se van a acordar de ti. Es así como funciona, es muy corporativista, y yo lo veo en la Howard Hughes. Se protegen unos a otros, se creen que eres de un club selecto, pero eso te ayuda mucho. Es networking.
Entonces no tendremos un nobel español próximamente.
Nunca se sabe, ojalá se lo dieran, pero lo veo difícil.
Se habla mucho de las aplicaciones que tiene el CRISPR y la edición génica en general. ¿Qué es lo más extravagante que has escuchado en la aplicación?
Pues quizás lo que estamos haciendo nosotros, diseñar una célula y un pez que no tiene elementos LINE activos. Y para eso lo que hago es utilizar CRISPR, porque CRISPR tiene la capacidad de corregir un nucleótido, para solucionar algo o para estropearlo. Lo que yo voy a hacer es estropearlo. Voy a estropear y quitar todos los trozos de ADN que se puedan mover de un sitio a otro. Aunque tengamos 500 000 copias solo son ochenta o cien los que se mueven, y yo los puedo identificar. ¿Y por qué soy bastante optimista en esto? Porque hay un investigador de Harvard, George Church, que ha hecho mucho por CRISPR y es muy bueno en genómica, y trabaja con cerdos. El cerdo se parece mucho a los seres humanos, el tamaño de los órganos es muy parecido, pero hay un problema que tiene el cerdo que nosotros no tenemos. El cerdo tiene retrovirus endógenos activos, por eso se ha dejado de investigar en xenotrasplantes. Tú le puedes meter el corazón de un cerdo a una persona, pero le vas a generar una infección por esos retrovirus endógenos. Lo que ha hecho este hombre ha sido quitar eso, todos los retrovirus endógenos que hay en el genoma del cerdo, que eran unos sesenta y pico, y los ha conseguido quitar todos. Los LINE, lo que yo estudio, son unas 500 000 copias sobre el 50% de los genomas, yo no puedo hacer eso, me tengo que centrar en lo que se mueve. Pero este hombre ha generado un cerdo transgénico que no tiene retrovirus endógenos activos, por lo que se podrían hacer trasplantes de una manera mucho más segura. Esa es por ejemplo otra aplicación de las CRISPR. No es curar una enfermedad, es un solo nucleótido, pero al final es superútil.
Yo había leído que se había modificado por CRISPR un mosquito que no trasmitiera malaria, ¿es así?
Efectivamente. A mí me recuerda como cuando le dieron el Premio Nobel a Yamanaka por las células madre reprogramadas. ¡Es que es tan fácil de hacer! Nosotros vamos al laboratorio y cogemos un fibroblasto, un trocito de piel, le pones cuatro genes y lo conviertes una célula madre. Lo importante del CRISPR es que es tan fácil de hacer, como la PCR, incluso más sencillo que la PCR.
Los CRISPR, al ser tan fáciles de utilizar, no podrán controlarse a nivel ético como las células embrionarias, ¿no?
Sí, sí se van a controlar. De hecho ahora hay mucha discusión en esto. Por ejemplo en China ya ha empezado a modificar genéticamente embriones humanos con la tecnología CRISPR. Se puede reconfigurar un embrión, se puede diseñar el color del pelo, el color de los ojos, variantes genéticas que tú sospechas que son buenas para algo. Y seguro que lo están haciendo porque este tipo de investigación es muy agradecido cuando las cosas salen.
Entonces en el estudio con gemelos, ¿estos no son idénticos precisamente por el LINE?
Efectivamente. Eso es otra de las cosas que nos hemos dado cuenta. Nosotros sospechábamos, como en el cerebro, que el ADN de tu cuerpo no es el mismo en todas las células, lo que no sabíamos era que eso ocurre ya desde la fertilización, y ocurre de hecho incluso antes de que eso tenga actividad transcripcional. Hay RNA de LINE que se transmiten por el ovocito o por el esperma del padre y generan cambios genéticos, y te hacen ser un puzle. Los LINE hacen que seamos genéticamente diferentes y eso afecta a la regulación de todos los genes, que no es la misma en todo el cuerpo humano por la actividad de los elementos LINE. Y con los gemelos igual. Gemelos hemos conseguido secuenciar y vemos que son diferentes. Otra cosa que hemos descubierto en esto que tampoco lo esperábamos es que hay mucha acumulación de elementos LINE en placenta, tampoco sabemos por qué, porque la placenta es un tejido que está ahí, hace su función y luego desaparece, y ocurren cambios genéticos en ella y no se sabe el por qué.
¿Cuándo vamos a ver una aplicación médica de CRISPR?
Muy pronto. Posiblemente para enfermedades monogénicas. Y yo creo que en la fibrosis quística, porque tiene una facilidad de aplicación, un virus con un CRISPR que te corrige una mutación. Va a pasar en fibrosis quística y sobre todo también en degeneración de la mácula en el ojo, donde es muy fácil acceder con un colirio. Creo que la fibrosis quística será una de las primeras que se pueda curar, curar de verdad. Igual que las enfermedades del ojo, es un sitio que se accede muy fácil, y también en enfermedades hematológicas como anemia de Fanconi y otras enfermedades monogénicas. También depende de cuánto daño se haya hecho, porque algunas veces hay nueve meses en una caja oscura y no sabes lo que está pasando ahí y cuando la persona nace ves que tiene una enfermedad genética y que hay daño que ya es irreparable. Por ejemplo, en la ataxia telangictasia, otra enfermedad que quizás se puede curar con este tipo de edición de CRISPR, tú no desarrollas un cerebro organizado, con lo cual no puedes arreglar eso, algunas cosas se van a poder arreglar bien y yo creo que la fibrosis quística es una de ellas, que eso es simplemente que te falta un canal de cloro y si eres capaz de activarlo las personas empiezan a hacer una vida normal.
¿Y las enfermedades más complejas?
Pues será más difícil. El problema de las enfermedades complejas lo vemos un poco como las epigenéticas, nunca se sabe qué genes son los que la generan. Ahora que han pasado muchos años se han analizado los SNP (polimorfismos de una secuencia de los genomas), y de una manera muy fácil se está revisitando todo y usando la secuenciación de genomas completos. Antes solo hemos mirado el millón y pico de SNP que había, ahora miramos los tres mil millones de letras porque has perdido mucha información genética. La gente estaba buscando los cambios en genes, pero es que la mayoría de los cambios no estaban en los genes, de hecho nos hemos encontrado muchos cambios en trozos de elementos móviles. No se sabe si significa algo. El problema de las enfermedades multigénicas es que ni siquiera sabemos qué multigenes son los que hay que tocar pero con tiempo se podrá hacer y también los balances de los genes que es otro problema.
¿Hay restricciones éticas en el uso de CRISPR?
Yo creo que sí que tiene que haber. Sobre todo por el bien de la ciencia y por el bien de la humanidad, porque te acercas un poco a la eugenesia y al pensamiento nazi. Utilizar un embrión para hacer algo que tú crees que es mejor que otro pues es una cosa un poco conflictiva.
¿Se va a hacer en Europa?
En Europa somos bastante conservadores. Esto lo va a marcar un poco Estados Unidos y China. Ojo, en China antes no jugaban y ahora juegan. Cambridge tenía un centro de investigación entero en Inglaterra desde hace treinta años, un centro financiado por el MRC, para cristalizar el ribosoma. Y de buenas a primeras lo han hecho los chinos. Y nadie lo sabía y han sido dos o tres postdocs chinos que dejaron ese centro, se fueron a China, sabían lo que tenían que hacer, tenían el dinero y de repente te encuentras cinco artículos en Science de la estructura del ribosoma. Antes marcaba mucho Estados Unidos y Europa. Nosotros siempre hemos sido más legisladores, más lentos. Ahora va a marcar Estados Unidos y China también, porque manda mucha gente fuera y no tienen problemas de financiación, ellos tienen el dinero que quieran. El problema lo tienen con el personal, te dicen que tienen a cuarenta estudiantes de doctorado por laboratorio pero solo tienen dos postdocs. Cuarenta estudiantes de doctorado es la criminalidad de la ciencia, o sea cinco personas hacen el mismo proyecto y solo se lo va a llevar una, y están ahí veinticuatro horas al día matándose vivos y el problema que tiene China es que no son capaces de atraer a otros científicos.
¿Australia también es un buen sitio?
También es un buen sitio, de hecho tuve una oferta para irme a trabajar allí. Australia está siendo muy inteligente, porque ahora mismo hay una frustración científica en Estados Unidos y en Europa. Hay poco dinero para la ciencia, hay mucha competitividad, etc. Y en Australia te ofrecen un sueño de científico. Tuve una oferta muy buena y estuve considerando irme el año pasado ¿Pero qué te dan? Pues aparte de muchísimo dinero para ti, muchísimo, una cosa que no es normal. Yo no sé qué haría con tanto dinero, ni creo que se tenga que pagar tanto a un científico. Pero lo que más me atraía a mí es que te dan 500 000 dólares al año para tu laboratorio durante diez años y no hacen preguntas. Esa gente está apostando para la ciencia.
Dicen las malas lenguas que cuando dan una ERC a un científico, luego la institución maneja el dinero a su antojo. ¿Te ha pasado?
Claro, y esto te hace llevar una vida miserable por el tipo de gestión que yo sufro aquí. En mi caso en concreto y en el caso andaluz con tanto escándalo como los ERE, cursos de formación, etc., vivimos en un pánico de que esto esté pasando en todas las consejerías ¿Y qué se hace? Pues prohibirlo todo. Entonces no puedes gastar el dinero malamente si no te lo puedes gastar. Yo con mi ERC he sufrido cosas absurdas. Por ejemplo, para comprar una pantalla de ordenador he tardado seis meses, y además lo estoy pagando yo con mi propio proyecto y he tenido que hacer catorce escritos porque no está en los bienes homologados de la Junta. Cada vez que te hace falta comprar una herramienta o pagar una factura te encuentras con los mismos problemas. También trabajo en Edimburgo, donde tengo una posición, por ahora a tiempo parcial, pero ya veremos. Pero es que yo no me quiero ir de aquí. Me vine de Estados Unidos porque creo que aquí se pueden hacer cosas muy decentes. Y cuando me vine en el año 2008 se podían hacer cosas muy buenas. Y había mucho más dinamismo, aunque quizá nos estábamos pasando un poco de optimistas. Pero ya hemos aprendido, y vamos a ser un poco más cautos. Aquí en España las universidades forman muy bien a la gente, yo he trabajado con personas de varios países y los españoles están bien formados en general en el nivel de grado. En nivel de doctorado es muchísimo mejor Estados Unidos o Inglaterra. Pero nosotros tenemos una formación envidiable. Yo trabajaba en Estados Unidos con gente que estudiaba Medicina y tenían asignaturas como Historia del Cine Americano y cosas así. Es decir, su formación está basada en la responsabilidad de las personas y son niños, ellos quieren ir de fiesta y aprobar. Si no te obligan a estudiar Anatomía 4.0, pues entonces vas a estudiar Historia del Cine porque te dan los créditos. Su formación es tan libre que no es homogénea.
Si tienes una posición a tiempo parcial en Edimburgo, si Australia prácticamente te pone un cheque en blanco… ¿Qué haces en España?
Quiero seguir aquí porque soy muy cabezón y no quiero tirar la toalla todavía en España, me niego. Edimburgo está muy bien, y tengo al suerte de poder ir desde Málaga porque cojo el Málaga- Edimburgo,.
¿Cuánto tiempo pasas allí al mes?
No mucho, depende, el mes de junio he estado aquí y en julio he ido un par de semanas. Allí estoy contento, son gente como nosotros y hay muy buen ambiente en el centro de ciencia básica, que es donde trabajo.
¿Te afectará el Brexit?
Pues seguramente. Pero tampoco se sabe muy bien lo que va a pasar con el Brexit. He oído de todo, desde que si van a hacer un segundo referéndum, y que en este caso Escocia se saldría antes… No se sabe cómo va a acabar esto. La han liado parda.
¿Cuál es la proyección de la ciencia aquí en España a corto plazo?
Tengo un carácter muy optimista, creo que hemos pasado lo peor de la crisis y, aunque nuestros gobernantes no sean las personas que para mí merezcan los mayores respetos como seres humanos, creo que tienen la capacidad para darse cuenta de que la investigación es la clave de un país, y en un país que no tiene recursos naturales como el nuestro te tienes que ir al talento de tu gente. Y se nos acaban las playas y se nos acaban los equipos de fútbol.
No hay ningún partido político que haya propuesto un plan para la ciencia en las elecciones que hemos tenido hace poco. ¿De dónde viene tu optimismo?
Porque yo he visto lo bien que funcionan otros sistemas. Una de las claves para que el sistema científico funcione bien es que esté lejos de la política. No puedes estar pegado a la política ni estar influenciado por asuntos políticos, que son muy cortoplacistas, de cuatro o cinco años. La ciencia tiene que estar protegida por programas que duren por lo menos veinte años. Si decidimos que vamos a hacer investigación en cáncer, o en neurodegeneración o en desarrollo sostenible de nuevas energías, hay que hacerlo a veinte años. La ciencia está viva continuamente y con cuatro años no vas a llegar a ningún sitio. Nuestra política es lo que hace que nuestro sistema científico sea muy débil. Por ejemplo, en la época de bonanza hacíamos todo, ciencia básica y aplicada, y ahora como no hay mucho dinero todos tenemos que hacer aplicada, pero es que la gente que se ha formado en ciencia básica sabe hacer solo ciencia básica y son terribles haciendo ciencia aplicada, no tiene sentido.
Hay que hacer un ejercicio importante para explicar que, cuando tú vas a hospital y te aplican una técnica, esta técnica ha sido desarrollada previamente por alguien en un laboratorio de ciencia básica.
Por eso soy optimista y por eso es por lo que creo que nuestro país va a cambiar en ciencia. Las iPS por ejemplo: Yamanaka ya está haciendo ensayos clínicos en Japón y llegará un momento en que habrá japoneses que se hayan curado de párkinson. Las neuronas se hacen in vitro muy fácil, y la sustancia negra es un sitio donde se pueden meter muy fácil, y es cuestión de tiempo hasta que este tío dé con el número de células, dónde hay que ponerlas y cuándo hay que ponerlas para que mejore algo. Eso no va a ser un medicamento que tú vas a poder comprar en un país como el nuestro, que somos muy ricos y muy europeos. Esto va a hacer que se mueva, no queda más remedio, la gente va a reclamar eso porque es una terapia y tú no puedes comprar células, vas a tener que generarlas tú en el laboratorio de tu empresa y tiene que haber gente de todo tipo. Porque la sociedad lo va a demandar, porque cuando tú le digas a la gente que en Japón se puede curar el párkinson lo van a querer. Sobre todo en países desarrollados como somos nosotros.
¿Qué diferencia hay entre ciencia básica y ciencia aplicada?
Todo es ciencia. Cuando hay que hacer distinción entre ciencia básica o ciencia aplicada es a la hora de financiar. Cuando alguien decide que es muy básico y no se financia ahora, ahí es donde viene el problema. Hay que explicar muy bien que el CRISPR, el tripanosoma y el ADN basura están dando a diez o quince años las perspectivas de aplicación de una tecnología que ni soñábamos. Porque vamos a una velocidad increíble como con los teléfonos móviles, que hace años no existían y ahora no somos capaces de hacer nada sin un teléfono móvil. Lo mismo le ocurre a la ciencia con CRISPR. La clave es que un teléfono móvil funciona y CRISPR funciona. Hay cosas que se pueden hacer como las TALEN, cambiar un nucleótido sabíamos hacerlo, pero debemos ser realistas porque hay una cantidad de esfuerzo y el funcionamiento era tan pobre que nadie se planteaba eso. Para mí la revolución de las CRISPR es que funciona.
¿No se crea una industria alrededor de eso? Por ejemplo, ¿se puede formar uno como técnico de laboratorio y puede utilizar un CRISPR, o para hacer eso tienes que hacer la carrera universitaria?
Se podría hacer la parte técnica. De hecho tengo compañeros que lo están haciendo. Por ejemplo, si tú quieres hacer una mutación de CRISPR tienes dos opciones. Hay una página donde están todos los plásmidos de libre acceso para la comunidad científica y para la empresa, tú simplemente pagas los costes de envío que son treinta euros, y recibes un plásmido, y luego vas a una compañía y compras dos oligonucleótidos que te cuestan diez dólares, los pones juntos y tienes tu reactivo. Eso se lo metes a una célula y haces tu mutación; eso lleva un periodo de dos semanas y requiere un conocimiento. Hay empresas que hacen eso para ti y te da al final el tubito que tú quieres por muy poco, tú pagas cuatrocientos dólares, y es casi mejor hacerlo con una empresa que por tu personal. La única diferencia es que si tú sabes cómo hacerlo puedes manejar un poco mejor el sistema, que es la clave y ahora mismo hay una disciplina de esta ciencia que es la bioinformática y se necesita gente que tenga capacidad de manejar muchísima información. Por ejemplo, la clave de la reprogramación de conseguir células madre embrionarias llevó bastante tiempo destruyendo los embriones, y decían que para tener una línea de células madre tenías que destruir doscientos embriones y eso asusta a cualquiera. El hecho de que tú puedas coger un trozo de piel cualquiera y que funcione es la clave, porque descubrimientos hay muchos pero luego tienen que funcionar.
Toda la problemática que había con las células madre ahora tienen poco sentido con las células iPS, ¿no?
De todas formas eso no es tan cierto, nosotros las utilizamos y la verdad es que las células madre son muchísimo mejores que las células iPS, no diferencian igual de bien, es una cosa aberrante desde luego.
¿Has vivido en España cainismo con tus compañeros?
Sí, pero eso es más antiguo. En un centro como este es una ventaja, no existe eso, en los centros nuevos no. Yo creo que la guerra de eso fue la contratación blanda, la gente aquí no se puede dormir en los laureles, aquí no hay ningún funcionario, aquí o trabajas o trabajas, eso hace que tu tiempo lo pongas donde lo tienes que poner. Cuando yo hice la tesis en el CSIC había gente que estaba enfrentada visceralmente con otras personas y se gastaban putadas. Por ejemplo, ver que se apagaba el ultracongelador de otro durante la fiesta de Navidad y no hacer nada. Y no es leyenda urbana porque pasa. Y eso es porque la gente tiene demasiado tiempo libre. La ciencia es una carrera muy frustrante. Y si te puedes dedicar a joder a otro lo vas a hacer. Lo hacemos continuamente revisando artículos y proyectos de otros. Es muy triste.
Respecto a las fronteras de la ciencia, ¿cómo ves el tema de la biología sintética? Porque ya se ha generado una bacteria sin genes en el laboratorio.
Realmente tiene una mínima carga genética y lo curioso es que aun así no se pudo hacer porque un elemento móvil saltó. En el paso final tienes que pasarlo por una bacteria y en ese momento un elemento móvil se le metió, pero vamos, creo que la biología sintética va a ser muy importante porque es como un Lego. Tú ves un castillo hecho de Lego y está genial, pero luego quítale las piezas y date cuenta de verdad de lo que hace falta para hacer el castillo. Es lo fundamental para que entendamos cómo se genera la vida, porque todo eso del ADN basura es relativo. Habrá parte que sea de ADN basura pero otra parte seguramente no sea ADN basura. La biología sintética tiene mucho sentido. Para mí tiene dos puntos de vista muy atractivos hacia la humanidad. El primero, porque generas algo sintético, generar vida sintética y una nueva especie es bastante atractivo, órganos o lo que tú quieras, y además entiendes muy bien cómo funcionan las cosas. Vas quitando cosas y si funciona pues es que no servirá para nada lo que has quitado. Esa es la clave, que tengas un número mínimo de genes que te permitan hacer algo, llámalo vida o llámalo ruta biológica o lo que sea. Lo vamos a poder entender mucho mejor, y no solo eso, sino cómo se regula. A mí la biología sintética me encanta, muchos de los biólogos sintéticos son gente de levaduras que inventaron el concepto de «letalidad sintética». Empezaron a quitar genes y veían que las levaduras estaban vivas. Y era muy raro. Entonces empezaron a hacer combinaciones de genes, donde quitando el gen A y o el gen B las levaduras pueden vivir, pero si quitas los dos no, y eso es la letalidad sintética. Lo que tú haces es quitarle complejidad a un sistema para poder entenderlo. A mí me encanta la biología sintética, me encantaría trabajar en eso, te lo digo de verdad.
En otros países se valora mucho que el científico sea divulgador. ¿Los investigadores deben hacer divulgación de base?
Sí, es nuestro trabajo. Yo creo que la gente debe de saber qué es lo que hacemos, ya que lo están pagando con sus impuestos. Mi madre no es científica y me pregunta qué hago. Creo que la divulgación es clave, que la gente entienda qué es lo que hacemos y que enseñemos la ciencia a la ciudadanía lo máximo posible. Yo participo en un programa de institutos en Rusia, en parte también porque haces tus pinitos, porque infectas con el virus de la ciencia y a ver dónde llega esa gente. A mí me hubiese encantado que me lo hubieran hecho cuando estaba en el instituto. Suelo ir a todos los sitios donde me llaman.
¿Qué área de la ciencia, que no sea la tuya, te atrae como lector o te interesa?
La biología sintética me fascina. Y hay dos cosas que quiero hacer, una es hacer un año sabático y aprender bioinformática, porque se está poniendo ahora a un nivel donde yo podría hacerlo, ya que lo más difícil es tener que creer en algo que tú no has hecho y tener que confiar en otras personas. Por ejemplo, cuando dejas de hacer experimentos te vienen y te dicen «he hecho esto y me sale esto», y tú te lo tienes que creer, o no. Y la bioinformática se utiliza cada vez más para ver secuencias repetidas, secuencias con genomas… Necesito saber eso y me genera demasiada inquietud. Tengo un bioinformático contratado porque lo necesito. Pero lo que más me gusta es la biología sintética y la sigo, más que la oncología, y me encanta porque creo que tiene mucho atractivo para entender de verdad conceptos básicos de la biología.
¿Qué nos espera en la biología molecular en los próximos años?
Vete a saber. Yo creo que es muy difícil, porque nadie hubiese podido predecir los CRISPR. Los problemas que generan mucha frustración creo que van a recibir la solución más notable. Yo creo que la impresión de órganos es algo que va a pasar más pronto que tarde, no es biología molecular per se, pero las impresoras 3D y la capacidad que tengamos de hacer eso con células es cuestión de tiempo.
Los problemas inmunológicos, ¿ya no se necesitarán inmunodepresores si utilizas la impresión de órganos?
Si lo haces con tu base celular es más fácil que quitar todos los genes del sistema inmune. Creo que más pronto que tarde se va a poder hacer el coger un trozo de piel y crear un páncreas, por ejemplo, o cosas minúsculas. La diabetes va a ser lo primero, te meterán un bolita de células dentro de un plástico debajo de la piel y durará equis meses. En lugar de estar pinchándote insulina todos los días te pondrán las bolitas y eso será biodegradable, porque el problema de la diabetes es que esas células que producen insulina las has quitado tú y las que te pongan las va a quitar también, pero si consigues cronificar eso es muy ventajoso. Tengo el convencimiento de que se podrá curar en breve.
Pingback: China ya ha empezado a modificar genéticamente embriones humanos con la tecnología CRISPR
Pingback: Texto casi Diario » Blog Archive » José Luis García Pérez (Entrevista publicada por Javier S. Burgos): “Tras cinco años diciendo que el ADN no cambia me encontré con que hay un trozo de ADN que está saltando en las células y que c
Enhorabuena por el artículo. He tenido que consultar que era un CRISPR pero da gusto leer cosas que te hagan aprender, que supongan un reto y que salgan de la simplificación (y mediocridad por no hablar de las burradas que publican por falta de un mínimo conocimiento técnico científico y de una revisión adecuada) de los suplementos de ciencia de los periódicos. Es muy necesario dar a conocer más a fondo el trabajo de los científicos, es la única forma de que la sociedad española valore su trabajo y entienda que es necesaria la inversión en ese campo. Con programas de inversión serios a medio plazo, anda que no podríamos rescatar nosotros doctores españoles emigrados a equipos de alto nivel por el mundo…
Tremendo. Me ha costado lo mío hacerme a la idea de las implicaciones que conlleva este salto científico y tecnológico, pero he disfrutado como un gorrino.
Aquí tenéis un buen vídeo que explica CRISPR:
https://www.youtube.com/watch?v=jAhjPd4uNFY
he disfrutado muchísimo de la entrevista aunque no haya entendido todo, gracias!!!!
Pingback: EN LAS FRONTERAS DEL ARTE (xvii) | RuiValdivia
Pingback: EN LAS FRONTERAS DEL ARTE (xvii)
Pingback: Estereotipo, mímesis y representación
Me ha interesado muchísimo la entrevista para conocer la actualidad de ésta línea de investigación, veo que ha avanzado mucho. Admiro y agradezco el tiempo que el Doctor José Luis García dedica a su trabajo y estoy de acuerdo en que informar a la sociedad de éstos avances no solo es interesante para que los ciudadanos apliquemos éstos conocimientos novedosos, sino para que veamos la utilidad del dinero que pasa a la Investigación, y nos concienciemos de que, desgraciadamente todavía, en España es muy poco. Enhorabuena por su trabajo Doctor