¿Cuál es la mejor película en torno a los Juegos Olímpicos?

Faltan apenas unos días para que comiencen y las noticias estos días no han podido ser más prometedoras: la delegación de Australia huye de una Villa Olímpica que las autoridades reconocen que está aún sin terminar, el Gobierno brasileño rompe el contrato con la empresa que se iba a encargar de la seguridad, unos manifestantes apagan la antorcha olímpica en lo que acabó en disturbios y a nadadores y regatistas se les anuncia que afrontarán un desafío añadido durante las pruebas que no se le hubiera ocurrido ni a Takeshi Kitano. Así que estos juegos prometen ser tan espectaculares como siempre e incluso más, pero quizá a la manera en que a uno le dicen «estás dando un espectáculo» cuando en plena euforia etílica se deja llevar por la música. Estaremos atentos. Mientras esperamos podemos calmar la impaciencia recordando aquellas películas que mejor han abordado este gran evento deportivo. Voten y añadan alguna otra si lo desean.

(La caja de voto se encuentra al final del artículo)

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Olympia

La retórica en torno a los «valores olímpicos» y la puesta en escena de este acontecimiento internacional tiende a ser un tanto grandilocuente, característica de la que por su parte el nacionalsocialismo también iba bien servido. Así que si juntamos ambos y Leni Riefenstahl se encarga de filmarlo el resultado será cualquier cosa menos aburrido. En el momento de su estreno en 1938 cautivó al público, aunque visto hoy día no nos llamará tanto la atención por la sencilla razón de que el lenguaje cinematográfico adoptó desde entonces todos los recursos de estilo que en este documental fueron tan innovadores. Consta de dos partes, Festival de las naciones y Festival de la belleza, comenzando con imágenes de las ruinas y esculturas atenienses que enlazan con esbeltos cuerpos desnudos que simbolizan el ideal ario y olímpico. A continuación cada prueba se narra dotándola de tensión dramática, intercalando las reacciones del público con cada proeza deportiva en las que además se jugaban el tipo, como por ejemplo el salto con pértiga sin colchón debajo. Sí señor, eso era atletismo y no lo de ahora. El documental termina con la ceremonia de clausura, mostrando el efecto visual conocido como «catedral de luz» que ideó para los grandes eventos nazis el arquitecto y posterior ministro de armamentos Albert Speer, usando para ello potentes focos antiaéreos.

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Múnich

La atención mundial que suscitan unos Juegos los vuelven muy atractivos para cualquier grupo terrorista, y es lo que pasó en los de 1972. El secuestro y asesinato de once atletas del equipo israelí por la organización palestina Septiembre Negro desencadenó como represalia la operación Cólera de Dios por parte del Mosad. Todo ello fue retratado con toda su crudeza y sin maniqueísmos en esta magnífica película de Steven Spielberg, en la que demostró, una vez más, que sabe dirigirse al público adulto con tanta habilidad como al infantil.

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Carros de fuego

Lo que no se distinguiría de cualquier telefilm perdido en la parrilla fue bendecido por una sintonía inmediatamente reconocible y ya ven, poco menos que un clásico. Dos corredores ingleses de personalidades y orígenes muy distintos se entrenan para competir en los Juegos de París de 1924. Eso es lo que nos cuenta y, pese a que la narración resulta bastante más lenta que sus protagonistas, logró el Óscar a la mejor película (¡arrebatándoselo a En busca del arca perdida!). No podemos dejar de mencionar la parodia que hizo de ella Rowan Atkinson en la ceremonia de apertura de 2012.

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Invencible

Louis Zamperini tuvo una vida tan larga como intensa, pues en sus noventa y siete años tuvo ocasión de participar en los Juegos Olímpicos de Berlín, en los que conoció personalmente a Hitler, más tarde combatió en la Segunda Guerra Mundial y su avión fue derribado, sobrevivió en una balsa a la deriva durante cuarenta y siete días y a continuación fue capturado por los japoneses, que lo utilizaron como esclavo hasta el final de la guerra. Semejante historia pedía a gritos ser llevaba al cine y Angelina Jolie se llevó el gato al agua en esta cinta rodada con oficio y que cumple las expectativas.

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Apartamento para tres

Cary Grant es una de las grandes estrellas de Hollywood de todos los tiempos (sobre él y sus circunstancias pueden leer más en este artículo), participó en setenta y seis películas, siendo esta la última de todas ellas. Está ambientada en los Juegos de Tokio de 1964 y es un refrito algo flojo de The more the merrier.

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Tokyo Olympiad

Este documental de Kon Ichikawa está considerado como uno de los mejores rodados sobre el deporte y se centra también en dichos juegos, que podrían considerarse los primeros auténticamente modernos. Fueron retransmitidos por primera vez en color, en ellos comenzó a utilizarse la informática y supusieron un gasto astronómico para el país que los acogió, lo que terminaría convirtiéndose en norma. Pueden ver aquí una versión recortada del original, que duraba ciento setenta minutos.

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Foxcatcher

Dave Schultz fue un destacado combatiente de lucha libre que obtuvo el título de campeón del mundo en cuatro ocasiones y ganó la medalla de oro en Los Ángeles 1984. Una brillante trayectoria que se torcería irremisiblemente cuando logró el mecenazgo del multimillonario John Eleuthère du Pont, quien terminaría asesinándolo a tiros en 1996. Semejante historia estaba claro que terminaría llevándose al cine y lo hizo con esta versión en la que el grandísimo actor Steve Carell aparece irreconocible, en un papel muy alejado de su registro habitual. El hermano de Dave vio la película y dijo al respecto: «I hate it. I hate it. I hate it. I hate it. I hate it. I hate it. I hate it». Lo que traducido al castellano viene a significar que no es partidario.

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Pentathlon

Gestas deportivas, la RDA, neonazis, Dolph Lundgren… con esos ingredientes necesariamente te sale una obra maestra, pero si todavía quedara alguien reticente vean su tráiler, vean. Canela fina.

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El milagro

La invasión soviética de Afganistán había elevado considerablemente la tensión de la Guerra Fría, lo que desembocó en el boicot estadounidense a los Juegos de Moscú en 1980. Por aquel entonces los juegos de invierno se celebraban el mismo año que los de verano, de manera que en esa edición tuvieron lugar en Lake Placid, Estados Unidos, y la URSS sí decidió acudir. Su equipo de hockey sobre hielo era considerado imbatible, así que su derrota ante el equipo americano fue considerada una gesta patriótica, un milagro, tal como indica el título de su adaptación al cine.

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Astérix en los Juegos Olímpicos

¿Qué era la RDA sino una pequeña Galia que lograba formidables éxitos olímpicos gracias a su poción mágica? Incluso tuvo su particular Obélix en Heidi Krieger, que en cierta forma se cayó en la marmita de esteroides transformándose para siempre en Andreas. Así que resulta un tanto desconcertante que con estos personajes se nos pretenda inculcar ahora que doparse es malo y el justo ganador sea quien no tenga la lengua azul por el brebaje de Panoramix. En cualquier caso la película fue un enorme éxito de taquilla.

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