Cine y TV

Juego de Tronos VI: vientos de infierno (parte II)

Cuando vas a las fallas. Fotografía: HBO.
Cuando vas a las fallas. Fotografía: HBO.

(Atención: este artículo contiene SPOILERS)

Lo prometido es deuda, y un Lannister siempre paga las suyas. Después de repasar ayer los siete puntos flacos de la sexta temporada de Juego de tronos vamos hoy con la segunda parte de nuestra revisión anual, ahora con los siete grandes aciertos. Repetimos: spoilers, muchos. Si no ha acabado la temporada o el último libro de la Canción de hielo y fuego, mejor venga otro día. Como dijo Ellaria Arena, el que avisa no es traidor.

1. Hold the door

Cuando eres la única que no tiene poderes y se te queda la cara que se te queda. Fotografía: HBO.
Cuando eres la única que no tiene poderes y se te queda la cara que se te queda. Fotografía: HBO.

Preste atención, que le vamos a poner deberes.

Tiene usted que filmar una secuencia de acción decisiva en la serie de fantasía más vista de todos los tiempos y tiene que hacerlo con los siguientes elementos:

-Una especie de zombis.

-Una especie de superzombis que controlan a los zombis normales mediante una especie de wifi mental que tienen, o algo así.

-Una especie de duendes mágicos pero que tiran granadas.

-Un señor mayor que también es un árbol y que hace viajes astrales.

-Un niño que en ese momento está con el señor mayor viajando atrás en el tiempo para ser testigo de cómo a un señor grandote le da un perrenque.

-El señor grandote, que también está aquí, no te lo pierdas.

-Una muchacha que es la única normal y que está flipando no, lo siguiente.

Remedando a Ian Malcolm, ¿ve usted algún dinosaurio en su parque de dinosaurios? ¿Ve usted algo estrictamente fantástico en esta secuencia de fantasía? A lo mejor lo parece, porque todo el mundo va vestido como los que venden jabón artesano en los mercados medievales. Pero no. Es demasiado Ubik, demasiado Minority Report, demasiado Terminator. Por no hablar de que la gente se muere como en Matrix. Pista: es ciencia ficción. O no: es fantasía, pero contada con el lenguaje y los convencionalismos del lenguaje de la ciencia ficción. Y además, en avalancha. Eclosionando repentinamente y precipitándose en un gran aluvión. Ah, y con chimpún, porque encima hay chimpún. Al final de todo conocemos el esperadísimo background de un personaje muy querido por los espectadores mediante un flashback de efecto retroactivo, ahí es nada. Y después sacrificarlo. Y procurando que dé pena, claro.

Cuando tus amigos son LA MIERDA. Fotografía: HBO.
Cuando tus amigos son LA MIERDA. Fotografía: HBO.

Otros no podrían, pero D. B. Weiss y David Benioff lo han hecho. Y considere la dificultad. Habría sido una conquista simplemente que la secuencia no quedase mamarracha, y que en este punto no estuviésemos todos hablando del momento en el que a Juego de tronos se le salió la cadena. Solo con eso, notable alto. Si encima se considera que todo en esta secuencia está bien, sobresaliente y gran tirada de cohetes. Los adaptadores no han hecho solamente cumbre; han hecho cumbre y sobre la cumbre han hecho malabares, equilibrismo y el número de la cabra. Se han visto secuencias más espectaculares en Juego de tronos y más complejas técnicamente, sin duda. Pero en seis temporadas seguramente ninguna mejor que esta demuestra su tronío como guionistas y su grado de ambición como narradores, no tan frecuente en televisión. Medio aplauso.

2. El huevo de Colón George R. R. Martin.

Y el otro medio se lo dedicaremos, ex aequo, a George R. R. Martin. Pero antes de hacerlo le vamos a pedir que haga memoria. ¿Recuerda usted aquel acertijo que Varys planteaba a Tyrion en la segunda temporada, y en Choque de reyes, sobre un rey, un sacerdote y un hombre rico que compartían habitación con un mercenario? Cada uno de ellos le pedía al asesino que matase a los otros dos. ¿Recuerda quién vivía y quién moría?

A George R. R. Martin le gustan los acertijos. A George R. R. Martin, concretamente, le gusta plantearnos acertijos. En cierto modo Juego de tronos es precisamente eso: un grandísimo acertijo. Porque funciona igual que uno. Martin nos sirve los personajes y su circunstancia y con eso debemos adivinar el resultado.

Hodor era un buen ejemplo, y por cierto uno de los que más nos traían de cabeza. Si las teorías de los seguidores en torno a la identidad de Jon Nieve, Benjen Stark o Jaqen H’ghar abarcaban todo el espectro de lo peregrino antes de consumarse la sexta temporada, las de Hodor ya eran directamente de aurora boreal. Que si era una especie de dios, que si un gigante, que si ser Duncan el Alto redivivo. Todas propuestas a partir de las circunstancias aportadas por Martin —hay un personaje, este personaje solo dice una palabra como resultado de un trauma y esta palabra es «hodor»— y de la pregunta implícita: ¿cuál fue ese trauma?

Cuando representas el mayor desafío en la historia del doblaje. Fotografía: HBO.
Cuando representas el mayor desafío en la historia del doblaje. Fotografía: HBO.

Todas las teorías se equivocaban, menos una. E incluso esa acertó, pero solamente en parte.

Alguien, no se sabe quién, adivinó hace tiempo que Hodor habría tenido que verse forzado a aguantar una puerta, y que en el curso de aquella empresa habría perdido la cabeza. Desde entonces Hodor solo dice eso, «hodor», por «hold the door». Aunque se manejaban muchas posibles ubicaciones, la teoría más repetida decía que había ocurrido en Invernalia. Aguantando una puerta, Hodor habría ayudado a Lyanna Stark a que escapara para reunirse con Rhaegar Targaryen. De esta manera, el mozo de cuadras sería el único testigo, convenientemente mudo, de que la hermana de Ned Stark no fue raptada por el príncipe Targaryen, sino que ambos huyeron juntos. No ocurrió así, como sabemos solamente ahora. Y de hecho no «fue», sino que «sería». O «iba a haber sido», por decirlo con precisión. El hecho ocurriría en el pasado y el futuro. En la cueva del Cuervo de Tres Ojos y en Invernalia. De alguna manera sorprendentemente verosímil, en ambos momentos a la vez. Palabra clave: verosímil.

El acertijo de los tres hombres no tenía una solución, como seguramente recuerda. Ninguno era el más poderoso, ni siquiera el propio mercenario, y no puede anticiparse quién vivía y quién moría en esta situación hipotética. «El poder reside donde los hombres creen que reside», acababa revelando Varys entonces. «Es una farsa, una sombra en la pared». Esa era la respuesta, o lo más parecido que tenía a una. Es trampa, dirán algunos. Y no lo es. Solo ocurre que el acertijo no era una acertijo, era una lección. Y precisamente eso, su verdadera naturaleza, era lo que constituía el acertijo.

Y Hodor, ahora lo sabemos, era un enigma parecido. En una ficción el tiempo es una farsa, le ocurre lo que al poder de la otra parábola: que no existe por sí mismo, solo porque creemos que lo hace. Y llegado el momento preciso Martin ha hecho que dejemos de creerlo, y lo ha conseguido con una maniobra terriblemente sencilla: cambiando de lenguaje. Suspender la causalidad del tiempo no se contempla en la lógica de la fantasía pero sí en la de la ciencia ficción. Paradojas, loops, matar al padre. Lo hemos visto en innumerables películas y libros del género. Pero eso es trampa, dirán algunos de nuevo. Era imposible anticiparse completamente al acertijo de Hodor, así que no era un acertijo. Y no, no lo era. Era una lección, pero eso no significa que fuese trampa. Como no lo era ir a las Indias por el Atlántico. Chafar un huevo por debajo, sin romperlo, y así conseguir que quede de pie. Y ubicar el pasado del personaje en su futuro, sin más. ¿A que era sencillo? Bien, solo teníamos que haberlo adivinado.

3. R + L = J

Cuando Paradores Nacionales tiene retenida a tu hermana. Fotografía: HBO.
Cuando Paradores Nacionales tiene retenida a tu hermana. Fotografía: HBO.

Y no del todo distinto de lo anterior es lo que reseñaremos como siguiente gran acierto de la temporada: la revelación de la verdadera paternidad de Jon Nieve.

Esta vez sí había respuesta, nada de mind games traicioneros. La cacareada tesis «R + L = J» —es decir, «Rhaegar + Lyanna = Jon»— ha sido, con mucho, la gran teoría acerca de Juego de tronos, la que ha encendido más debates y ha hecho correr más ríos de tinta. Y cuando Brann visitó de nuevo la Torre de la Alegría en el capítulo final de esta temporada, quedó formalmente confirmada —si le hace dudar que Lyanna solo lo susurrase, sepa que la HBO se ha preocupado de reafirmarlo expresamente con esta supersencilla infografía—. Y no después de seis años, que son los que lleva emitiéndose la serie; después de veinte, que son los que hace que se publicó el primer volumen de la Canción de hielo y fuego. Mucho tiempo para que los seguidores más veteranos elucubrasen con todas las posibilidades y consiguiesen anticipar la verdad. Y mucho para que el propio George R. R. Martin se sintiese entonces tentado a dar marcha atrás y establecer otra paternidad para Jon Nieve, una que sorprendiera más a la parroquia. Podría haberlo hecho, claro que podría. Esto es ficción, determinismos ni medio. Y los Tronos han cambiado mucho desde su esbozo original. Pero no lo ha hecho. Pese a los intereses de miles de millones de euros que median ya en Juego de tronos, y pese a la posibilidad de alargarse más y hacer todavía más millones, Martin se ha mantenido fiel a la R + L = J. Si eso no es respetar al telespectador, al lector y a la propia obra, entonces ya no lo es nada.

Cuando uno entra con buen pie en la vida. Fotografía: HBO.
Cuando uno entra con buen pie en la vida. Fotografía: HBO.

Así que sí: Lyanna Star concibió un hijo del entonces heredero al Trono de hierro, Rhaegar Targaryen, y ese niño se crió en Invernalia con el nombre de Jon Nieve y el estatus de bastardo. Da igual que Nieve fuera fruto del amor —lo más probable— o de una violación —como sostiene la historia oficial de Poniente—; el caso es que Robert Baratheon, que precipitó el destronamiento de la dinastía Targaryen para recuperar a su amada Lyanna, no toleraría la existencia del pequeño. Ya supimos de sus pocos escrúpulos con estas cosas. La única manera que tuvo Ned de salvar a su sobrino y de legitimar la causa Baratheon fue hacerlo pasar por su propio hijo bastardo ante todos los ojos, también los de Catelyn. Y cuando el niño se hizo mayor, la única manera de mantenerlo definitivamente alejado del Trono de hierro y del peligro era dejar que ingresara en la Guardia de la Noche. Por esa razón, cuando ambos se separaron en la primera temporada de Juego de tronos, Ned no mentía al decirle a Jon que era un verdadero Stark y que llevaba su sangre pese a no llevar su apellido. Y por eso le prometió que la próxima vez que se vieran le hablaría sobre su madre, algo que seguramente también se proponía cumplir. Ned confiaba en que, para entonces, Nieve habría entonado el juramento de la Guardia —«no tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos. No llevaré corona, no alcanzaré la gloria»—, y debería ya obediencia de por vida a sus votos.

Pero muchas cosas han cambiado desde entonces, y más muchas más lo harán a partir de ahora. Muchos seguidores de Juego de tronos piensan ya que Jon y Sansa, que son primos y no hermanastros, acabarán casándose, incluso enamorándose y concibiendo hijos. Otros sostienen que lo más probable es que Jon haga eso con su tía, Daenerys, dando continuidad a la costumbre Targaryen de casarse y concebir con miembros de la propia familia —y que tal puede deducirse ya de la abrupta marcha de Daario Naharis en el último capítulo de esta sexta temporada—. ¿Importan mucho estos detalles? No. La Stark-Targaryen es ya una alianza de facto, encarnada físicamente en la figura de Jon Nieve. No hace falta una unión; la unión ya tuvo lugar y él es el resultado. Y eso tiene ya implicaciones inmediatas en lo que veremos en la séptima temporada, y seguramente en el propio final de Juego de tronos.

Cuando ibas a petarlo pero al final ya veremos. Fotografía: HBO.
Cuando ibas a petarlo pero al final ya veremos. Fotografía: HBO.

La mayor de todas, que en Poniente no hay tres bandos en contienda, sino dos. Uno de ellos es el combo Stark-Targaryen, representado políticamente por Daenerys Targaryen, Sansa Stark y Jon, que pertenece a ambos linajes. Por los acontecimientos que se han precipitado ya al final de esta sexta temporada sabemos además que la mayoría de las grandes casas que quedan en pie se han sumado a la causa de la restauración Targaryen —la facción Greyjoy representada por Yara y Theon, y más que presumiblemente también los Tyrell y los Martell— o han jurado lealtad a los Stark —incluyendo vasallos como los Mormont y los Glover, entre otras casas del Norte, y a los parientes directos: los Arryn del Valle y los Tully de Aguasdulces—. Además de reunir todas esas lealtades, el combo Stark-Targeryen suma las fuerzas de los salvajes del Pueblo Libre, leales a Jon, y de los dothraki, leales a Daenerys. Los Stark ocupan ya Invernalia. Rocadragón, el histórico fuerte Targaryen, pilla de camino a la flota de Daenerys y está vacante desde la muerte de Stannis y Shireen Baratheon. Y tienen tres dragones. Detalle tonto: siendo de sangre Targaryen, también Jon puede cabalgar uno. Y hay muchos que creen conocer ya la identidad del tercer jinete.

Después de la caída de las casas Frey y Bolton, el otro bando lo constituyen solo los Lannister. Y políticamente solo le queda un representante: Cersei.

4. V de Vendetta

Cuando en tu mente suena Tchaikovsky. Fotografía: HBO.
Cuando en tu mente suena Tchaikovsky. Fotografía: HBO.

Y por ahí llegamos a otro de los grandes aciertos de la temporada: la entronización de Cersei Lannister. Y el hecho de que nos haya conseguido pillar a todos —o a una mayoría— por sorpresa.

Como para no. No hace tanto, cuando Varys quiso decir lo peor que se podía decir acerca de Petyr Baelish, dijo que sería capaz de quemar un país con tal de ser rey de las cenizas. Y aquello era solamente una forma de hablar. Pero Cersei Lannister acaba de hacer algo muy parecido a eso mismo, y quizá no debería sorprendernos. Cersei solo es capaz de discurrir literalmente, como dice John Cleese que corresponde a los idiotas. Su padre, por ejemplo, lo sabía. «No desconfío de ti porque seas mujer —le dijo Tywin a su hija en cierta ocasión—, desconfío de ti porque eres menos inteligente de lo que piensas». Y los espectadores debimos haber seguido su ejemplo y desconfiar también.

Ahora lo vemos claro, por supuesto. Ella no pulsaría resortes sutiles, ni neutralizaría conjuras ni armaría después complejas conspiraciones. Qué va. No sabe, no puede. No quiere. Ella jamás desollaría un ciervo tras matar Baratheons, no quemaría una piel de lobo luego de decapitar a la casa Stark, ni se dedicaría a machacar peces después de masacrar Tullys. Eso es maquiavélico, y ella no es maquiavélica. Es literal. Es honesta. Es mala como un dolor y más burra que un arado. Y lo que es peor: era la única que no quería para sí el Trono de Hierro. Y eso la convertía en la más firme y la peligrosa de todos sus aspirantes.

—Nosotras las madres hacemos lo que podemos para mantener a nuestros hijos alejados de la tumba —recordaba Lady Olenna entre los mármoles solemnes del Gran Septo de Baelor—, pero ellos parecen anhelarla. Los bañamos de buen sentido y les resbala como la lluvia sobre las alas.

—Y, aun así, el mundo les pertenece —contestaba entonces Cersei.

—Un arreglo ridículo, a mi entender.

Bum. Y ese mismo septo voló por los aires. Quién es ahora la ridícula, vieja pajarraca. Quién la brillante estratega. El mundo no pertenece a los hijos; pertenece a mis hijos. Tanta sabiduría, tantas espinas, y aún no has aprendido que las guerras no existen, solo los determinantes posesivos. Mira ese cuervo blanco. El invierno no se acerca; el invierno ya está aquí. Y yo quemaré un país con tal de que mis hijos sean reyes de sus cenizas.

Cuando eres lo mejor que ha habido desde Angela Channing. Fotografía: HBO.
Cuando eres lo mejor que ha habido desde Angela Channing. Fotografía: HBO.

Es la única cualidad redentora de Cersei, advirtió Tyrion. El amor por Joffrey, Myrcella y Tommen. Eso y sus pómulos. Y en su entendimiento literal de las cosas, lo de menos es que sus hijos hayan muerto. Puede quererse igual a una estatua en una cripta, como Robert quería a una más de lo que la quería a ella misma. Se puede seguir siendo regente en nombre de los hijos perdidos, aunque a los ojos del mundo el título tenga que ser de reina. Y reinar sobre las cenizas convertida en una leona enajenada. Probablemente, ni el dragón ni el lobo blanco podrán con ella, solo los otros leones. Uno la quiere, y no podrá hacerlo. El otro también la quiere, pero ya mató a un rey por la espalda, y lo hizo por mucho menos que esto.

5. El noveno episodio

Empecemos por lo evidente: entre esta gran tomadura de pelo y esta maravilla no hay color. En lo concerniente a las batallas, Juego de tronos ha ido de cero a cien. Allí donde más renqueaba es precisamente donde más brilla ahora. Ni todos los realizadores se proponen recorrer ese camino ni mucho menos todos consiguen hacerlo. Así que sí: con «La batalla de los bastardos», Weiss y Benioff han conquistado otro ochomil, quizá el último que les faltaba antes de su ascenso final al Everest. Y han demostrado algo que debe probarse constantemente, porque constituye la clase de obviedad que se olvida con frecuencia: cuando se hacen bien, hay cosas en las que un libro nunca será superior que su adaptación en la pantalla. Y se nota el esfuerzo de Weiss y Benioff por morder precisamente ahí. Nunca hasta ahora habíamos visto en Juego de tronos un despliegue de producción mayor y nunca antes una realización tan ambiciosa, tan solvente y tan lírica. Eso debe reconocérsele también a Miguel Sapochnik, director del capítulo y del excelente capítulo final y artífice también de la estupenda batalla de Casa Austera en la temporada anterior. Por qué no dirige él toda la serie, o todo lo que le dé tiempo, es algo que todavía nos preguntamos.

Cuando vas a un concierto de Slayer. Fotografía: HBO.
Cuando vas a un concierto de Slayer. Fotografía: HBO.

PERO. Pero. ¿Es el 06×09 el mejor capítulo en seis años de Juego de tronos, como se viene oyendo desde el mismo momento de su emisión? Quizá es decir demasiado. Mire usted estos seis minutos de El Señor de los Anillos, y son solamente seis. Hágalo, en serio. En ellos encontrará cumplidamente casi todo lo que vimos en la doble batalla en Mereen e Invernalia, y hasta en el mismo orden. No es que eso esté mal, obviamente. Que le pregunten a Propp. Pero si se calca con tanta fidelidad una coreografía tan tradicional en el género, tan vista y tan bien conocida, el espectador anticipa los acontecimientos. Lo dijeron con mucha precisión en The Atlantic a la hora de reseñar el episodio: «Como resulta ya típico últimamente, el show eligió la ruta más obvia, que luego ejecutó con maestría cinematográfica y una dosis justa de suspense». En otras palabras: «La batalla de los bastardos» fue algo impresionante pero no chocante en una serie que habitualmente es chocante, y no tanto impresionante. Como cambio resulta refrescante, sí. Pero eso no es aspirar a la excelencia, y por tanto tampoco es conseguirla. ¿Recuerdan El despertar de la fuerza? Pues eso. Cuando quieran ejecutar con virtuosismo y a la vez sorprender, y encima consigan ambas, entonces sí. Pero eso es algo que seguimos esperando.

6. El cuarto episodio

Y dirá usted: ¿cuál fue el cuarto, que tengo ya la cabeza loca y no me acuerdo? Y yo le digo: ajajá, querida amiga. Exacto. Esa fue parte de la hazaña: hacernos piruetear sin que nos diésemos cuenta.

Y eso que la pirueta tenía tela. Le recuerdo: en este episodio convergieron algunas tramas y otras solo giraron, pero lo hicieron todas a la vez y con una misma forma: el reencuentro de los hermanos largamente separados. Sansa y Jon, Margaery y Loras y Theon y Yara. Para más complicación, se omitieron completamente las tres tramas principales en las que no se involucraba aún ningún otro par de hermanos —las de Arya, Bran y Sam— pero se conservó la de Jaime y Cersei, a quienes veríamos físicamente reunidos, como a los otros tres pares, en su caso para urdir la conjura contra el Gorrión Supremo. Si eso no es forzar, que baje R’hllor y lo vea

Cuando algo te recuerda a La guerra de las galaxias. Fotografía: HBO.
Cuando algo te recuerda a La guerra de las galaxias. Fotografía: HBO.

Otros más evidentones nos habría contado expresamente que hoy la función iría sobre hermanos, pero Weiss y Benioff no lo hicieron. Regardé la gilipolluá, que dirían los profetas: ni siquiera era este capítulo el que titularon «Blood of My Blood», sangre de mi sangre. Ese fue el sexto. Los realizadores no querían llamar la atención sobre esta concatenación de reencuentros en el cuarto, y por eso ni lo titularon así ni trazaron paralelismos entre las secuencias en las que ocurrían. Simplemente las reunieron todas en un mismo episodio, le dieron cuerda al reloj y la dejaron funcionar. A ver qué pasaba.

Y algo pasó.

7. Choque de hermanos

Aunque antes de comentarlo, se impone hacer un inciso. Con demasiada frecuencia se olvidan las virtudes narrativas del cine y la tele, como hemos más arriba. En particular cuando hablamos de adaptaciones de libros. Y se da por sentado que el libro era mejor porque, je, el libro siempre es mejor. Pero existen técnicas meramente narrativas habituales en las pantallas, exigentes y meritorias, que no suelen encontrarse en los libros. Ejemplo: el montaje. Tiene un papel protagonista en la narrativa audiovisual, entrecortando y desnaturalizando la continuidad, mientras que a su correlato en la literatura (la estructura) solemos pedirle justo lo contrario: que actúe discretamente y se pliegue al objetivo de contarnos la historia de la forma más naturalista. Excepciones hay muchísimas, por supuesto. Esto no es una ley, es algo que ocurre en los libros y las películas que recurren al estilo más convencional, habitualmente por su vocación comercial. Y Juego de tronos es un ejemplo singularmente claro de esta diferencia. En los libros la historia se cuenta mediante capítulos focalizados en un personaje, relativamente largos y habitualmente sucesivos, sin solaparse. Pero Juego de tronos, la serie, es capaz de enmendar esa ausencia de sintaxis, y elige hacerlo, simplemente recurriendo al lenguaje cinematográfico de toda la vida: las secuencias se alternan entre sí, y con la forma de hacerlo nos cuentan también cosas. ¿Por qué es mejor esto, se preguntará usted llegados a este punto del párrafo más soporífero que se recuerda en la historia de Occidente? Respuesta: porque se consiguen efectos. Efectos que no se consiguen en los libros de la Canción de hielo y fuego. Y eso es enriquecedor.

Cuando lo tienes que hacer tú todo porque tu familia es de traca. Fotografía: HBO.
Cuando lo tienes que hacer tú todo porque tu familia es de traca. Fotografía: HBO.

Eso fue lo que Weiss y Benioff consiguieron en este cuarto capítulo, y además con elegancia. Entrecortado y reordenando sucesos, hicieron que apareciera un tema. No porque ningún título lo anunciase, sino porque se consiguió invocar verdaderamente. La lucha de quienes comparten la sangre contra quienes lo hacen solo figuradamente —como los dothraki a quienes atacaba Daenerys, también en este capítulo, y los «hermanos» de la fe contra quienes se conjuraban, también en este episodio, Jaime y Cersei—. A todos estos pares de hermanos les han desplazado del poder, de una manera o de otra. Y en menos de una hora los veremos a todos, Starks y Lannisters, Greyjoys y Tyrells, replegarse y proyectar su ofensiva para reconquistarlo. Sangre contra lealtades, hermanos contra hermandades. Y lo hacen acudiendo y reuniéndose en su punto de partida figurado, en su casilla de salida narrativa: el Castillo Negro, Pyke y Desembarco del Rey. Incluso Daenerys —que constituye una excepción porque obviamente no se puede reunir con Viserys— reedita su triunfo sobre los dothraki y vuelve a ganarse un khalassar por la vía de la mascletá. Y lo hace, y para estos casos se inventó la palabra «inopinado», en Vaes Dothrak.

Pura filigrana, casi relojería. Y mucha anticipación. Poco después sabremos que algunos de estos hermanos no lo son realmente, y que algunos pares mantienen lazos de sangre entre sí. Weiss y Benioff tuvieron que darse mucha maña para que todos estos acontecimientos convergieran en un punto, pero casi merece más celebración que supieran contenerse y no nos restregaran por la cara la hazaña formal, y en lugar de eso dejasen obrar su efecto. ¿Recuerda cuando Daenerys decía, a punto ya de acabar la temporada, «nuestros padres eran hombres malvados, los de todos los aquí reunidos»? Se diría que usted y yo ya intuíamos el cariz decididamente generacional que acaba de adquirir el Juego de tronos, pero no se engañe; se nos había dicho ya, solo que no verbalmente. Por eso, cuando haya que trazar el punto de inflexión de Juego de tronos, la ubicación precisa en que se acabó el nudo y empezó el desenlace, tenemos la intuición de que será exactamente ahí: en el cuarto capítulo de la sexta temporada. A partir de ahora, todo irá encajando solo.

Cuando llegas a la sección de comentarios. Fotografía: HBO.
Cuando llegas a la sección de comentarios. Fotografía: HBO.

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33 Comentarios

  1. «Si no ha acabado la temporada o el último libro de la Canción de hielo y fuego, mejor venga otro día.»

    Un poquito atrevida esta afirmación. Gran parte de lo visto en esta temporada no ha sido leído aún. En parte porque las tramas no tienen nada que ver o han tomado sendas y ubicaciones distintas, y en parte porque directamente se trata del contenido de «Vientos del Invierno», el sexto libro de la saga que sigue «en proceso». En ese sentido, esta temporada pasará a la historia por ser la adaptación de una novela que aún no ha sido publicada. Una experiencia novedosa para los lectores asiduos, que, por primera vez, podían encontrarse ante grandes sorpresas en la trama y cada capítulo resultaba una (casi) verdadera incógnita. Así ha sido, y son precisamente los grandes aciertos que se listan en este artículo los que seguramente son celebrado por los lectores y los «sólo televidentes».

    Retomando el hilo: lo correcto sería hacer un aviso de «spoilers» para todos los que no hayan visto completa la sexta temporada de Juego de Tronos, al margen de las novelas, que han quedado argumentalmente atrás.

  2. ¿De verdad se ha confirmado la teoría R + L = J? Sabemos quién es la madre de Jon Nieve, pero de su padre nadie ha dicho ni pío. Es más, hay gente (un poco despistada, todo hay que decirlo) que llegó a pensar que su padre seguía siendo Ned Stark (otro incesto) o incluso Robert Baratheon. Creo que la confirmación de quién es realmente, y las implicaciones que tendrá para el futuro de la historia, tendrán que esperar a la próxima temporada. Aunque la respuesta es bastante obvia.

    • Spiderman_etc

      Si has leído bien y con atención, el artículo nos enlaza a un gráfico oficial en el que se confirman los parentescos.

      • Ya, pero es que no es en gráficos oficiales donde se tiene que confirmar el parentesco de los personajes, es en la propia serie, y que yo sepa esta temporada el nombre de Rhaegar Targaryen y la verdadera relación que tiene con Lyanna Stark no se ha mencionado ni una sola vez. Dicho de otra forma: si no llega a ser porque la teoría R+L=J ya la conoce hasta mi madre, aquí casi nadie se hubiese enterado (viendo la serie) de quién es el padre de Jon Snow.

        • Yo creo que no quedan ya dudas: el hecho de que Sir Arthur Dayne estuviera protegiendo a Lyanna y se perdiese la batalla en El Tridente luchando por Rhaegar es prueba suficiente.

    • Esto se supone que lo ha publicado HBO. A mí también me quedó la duda, pero esto parece que lo despeja todo: http://www.makinggameofthrones.com/production-diary/got-connections-ned-promise-tower-of-joy-infographic.

    • A mi me parece más que obvio que si Lyanna pide a Ned que proteja al niño es por una única razón: es hijo de Rhaegar y, por lo tanto, una amenaza para la ambición al trono de Robert. Si Jon hubiera sido hijo de un noble cualquiera o de un plebeyo no hubiera tenido ese problema.

  3. Cao Wen Toh

    Muy buen artículo. De acuerdo en que el momento ‘Hodor’ no sólo es formalmente vanguardista y está montado con precisión relojera: es que resulta el más emocionante de toda la serie; al respecto, y sin que venga mucho a cuento, señalar que el ‘huevo de Colón’ no es más que otro acertijo pero que la solución no es como se cree cascar un extremo, lo que en mi barrio llamábamos de niños ‘hacer trampas’: el enigma se resuelve con una aplicación práctica de la rotación de los cuerpos esféricos (como nuestro planeta, no así el Mundodisco); si el huevo está cocido se le puede hacer girar sobre su eje vertical, y así se mantendrá ‘de pie’ durante el tiempo que dure el impulso (la gracieta está en darle a la otra persona un huevo crudo para que lo intente en vano).

  4. Enriquitaun

    Bueno, la serie no está mal, diría que nada mal.Pero cuando yo lo comparo con el libro,se pierde lo mejor que tiene canción de hielo y fuego. El desarrollo de los personajes,como cambian su mentalidad dependiendo de los acontecimientos,los acertijos que te mete en pequeñas conversaciones donde se comenta cosas que pasan dos libros después y que siquiera te habías parado a pensar. Además de darte la posibilidad de alargar y disfrutar mucho más esos momentos tan sorprendentes que se dan en la saga.

    Pues eso,si quieres una obra de arte con la mayor maestría en género de fantasía,mejor lee los libros. La serie es un complemento,aunque cada vez la veo mas previsible y espero que los libros no sean así,si no,será un fiasco.

    ?

    • Winterishere

      El argumento de que el libro es siempre mejor ya está demasiado trillado, todos sabemos que hay cosas del libro que se han perdido (algunas necesariamente al adaptarlas al lenguaje audiovisual, otras más discutibles, es cierto) pero es innegable que en la serie se ha alcanzado un nivel de maestría visual y narrativo pocas veces visto en una serie televisiva. Y es evidente que si la opinión general fuera que «no está mal» la serie habría pasado sin pena ni gloria y ninguno aquí estaríamos comentado este artículo, o no si quiera se escribirían artículos!

  5. Un articulo mucho mas ligero para la lectura que el I, gracias Ruben

    Si, la batalla del abismo de Helm es claramente la mejor escena de guerra de «ciencia ficción / edad media» el 6×09 es un resumen cortito en campo abierto

  6. En general muy deacuerdo con todo lo que se puso como positivo Aunque concuerdon con que el 6×09 le subieron el hype por las nubes pero no era ni tan impresionante como prometían por eso el ejemplo del señor de los anillos.

    Me habria gustado más que hablaran de tramas en concreto, porque cosas como arya y la triunfalista trama de daenerys me sorprende que no las mencionen por ningún lado.

  7. La Abuela Rusa

    Magnífica la serie de dos artículos. Era difícil. Aunque claro, en este tipo de cosas, uno suele alabar al autor cuando coincide con sus propias ideas.

    Muy acertadas han sido especialmente las referencias a la superioridad del lenguaje televisivo en determinadas circunstancias -como en el artículo de los errores hay su momento para las ventajas del lenguaje escrito. Lo que sería de agradecer -sí, Enriquitaun, es para ti- es que alguna vez dejéis de mencionar lo que nos perdemos por no leer los libros. Hay gente para todo. En mi caso prefiero una serie que un libro, qué se le va a hacer, uno es así de bruto. Solo leo libros de no ficción. Hace fácilmente 15 años que no leo ningún libro de ficción. Así he salido, respondón e inculto -tómatelo como una crítica no personal, sino más como un desahogo.

    Aún así, creo que especialmente esta temporada se ha abusado muchísimo de querer contar 10 historias por episodio. Como siempre, con la excepción del cuarto episodio, han funcionado mejor los episodios que se han centrado en pocas tramas.

    • Si ves en las comparaciones – inevitables – entre los libros y la serie una admonición con tonito de superioridad acerca de cómo los libros son mejores que la serie y los que los hemos leído somos superiores al resto, me temo que esa voz está solo en tu cabeza.
      Por otra parte, los únicos libros de no ficción que conozco son los libros de texto y los manuales de instrucciones. La autoayuda y psicología es novela romántica, los libros de historia son novela histórica y la filosofía y el ensayo es ficción es su vertiente más gafapasta y aburrida, así que probablemente llevas quince años leyendo ficción. La llaman «no-ficción» a ver si consiguen que así alguien se la crea.

  8. La batalla de los bastardos está bien cuando cierra el plano sobre los personajes – Jon, principalmente. A vista de pájaro pierde bastante, con ese muro de cuerpos que aparece de la nada y esas maniobras telegrafiadas ante las que nadie parece reaccionar a pesar de verse venir desde media hora antes.
    Por otra parte, la teoría R+L=J nunca existió. Cuando lees el libro por primera vez, entre tanta trama, tanto personaje, tanto nombre extraño y tanto detalle es fácil que se te escapen cosas que no se dicen explícitamente, como la homosexualidad de Loras o la identidad de los padres de Jon Nieve. Pero si te molestas en releer los libros la verdad no es que esté tan escondida. La visión que aquí han puesto en ojos de Bran en el libro la conocías desde el principio por boca de los recuerdos de Ned. Su llegada a la torre, su combate con la Guardia Real al que solo sobrevivieron Jojen Reed y él, y cómo encontró a Lyanna sangrando en la cama.
    «¡Prométemelo, Ned!» No sabemos qué le promete, pero sabemos que Lyanna lleva más de un año secuestrada por Rhaegar Targaryen, que ha muerto en la batalla del Tridente. ¿Quién ha herido de muerte a Lyanna Stark, entonces? ¿O qué otra cosa puede hacer que una mujer se desangre en su propia cama? ¡Ah, vaya! Pues oye, blanco y en botella. «¡Prométemelo, Ned!»
    Por eso Martin no se ha retractado de su idea inicial. Es que no puede, o en palabras de Bunbury «si te quieres echar atrás/tienes mucho barro que tragar».
    El capítulo del portón supuso una pequeña satisfacción para mí porque yo tenía la teoría de que los caminantes blancos eran una creación de los hombres del bosque, como se confirmó. Lo de Hodor, la verdad, es que nunca me había preocupado; será un personaje entrañable, pero no reseñable. Eso sí, el combate contra los espectros fue emocionante pero increíble, como la batalla de los bastardos.
    En las novelas, los zombies son clásicos: lentos y torpes, pero casi indestructibles. En la serie les han dado un aire de infectados modernos, pero claro, en la serie el tiempo pasa mucho más rápidamente y el pequeñín Bran se ha transformado en un morlaco de ochenta kilos de peso que ni con toda la suspensión de incredulidad del mundo te crees que Meera puede arrastrar a más de cincuenta metros de la puerta que Hodor no consigue mantener cerrada ni medio minuto. Menos mal que el fin de capítulo los salvó y siempre puedes creerte que el rescate de Benjen/Manosfrías ocurre justo ahí mismo.

    • Estoy de acuerdo con la teoría R+L=J, muchos aficionados siempre creímos que tal teoría era R+L=J pero siendo la R de ROBERT Baratheon, motivo por el cual Jon es Moreno a diferencia de Vyseris o Jeoffrey. Pero esto no son los libros, es otra historia alternativa con los mismos personajes y trasfondo.

      • En el momento del nacimiento de Jon hace más de un año que Lyanna permanece secuestrada y apartada de Robert, así que difícilmente.
        Además, la base de toda la investigación genealógica de Lord Arryn consiste en descubrir que el gen del cabello rubio es recesivo, o sea, que siempre que se emparejan un rubio y una morena (o un moreno y una rubia) los hijos tienen el pelo negro. Lyanna Stark tenía el pelo negro; da igual quién fuese el padre.

        • Pues según esto que acabas de decir podemos deducir que el Aegon Targaryen de los libros (rubio platino siendo hijo de Rhaegar Targaryen y Elia Martell) es más falso que una moneda de 20 euros. Interesante…

  9. Pues a mi, lo de «hold the door» me dio vergüenza ajena.

    • Edu_Stardust

      Pero el descubrimiento que hace Lord Arryn sobre el cabello rubio recesivo es sobre los Lannister,,,, no sobre los Targaryen (y su pelo platino)

      No se nos explica (al menos en la serie de tv, no he leido los libros) si el gen del cabello «platino» de los Targaryen es recesivo o dominante… no sabemos nada al respecto

      Esto de los genes dominantes y recesivos es complejo de explicar y no estoy muy puesto en ello, la verdad.

      Pero lo que quiero decir es que los Targaryen podrían tener, pues, hijos tanto morenos como «platinos»

  10. Me ha encantado el artículo. Éste y el anterior. Ahora esperaré con ansias la nueva temporada de GoT no sólo por la serie en sí, sino también por este tipo de resúmenes.

  11. Sólo por el texto que acompaña a las fotos ya merece la pena.
    Ya que estamos aquí, ¿alguien sabe cuando c****es saldrá el nuevo libro?

  12. Tengo una duda que no sé si alguien me podrá ayudar. Soy uno de tantos que lee los libros y ve la serie. Sin embargo, al contrario de muchos – por lo que veo- soy incapaz de situar qué diferencias hay a día de hoy entre serie y libros. En mi cabeza tengo mucho más claro lo que ha ocurrido en la serie porque es más reciente, es más constante y porque lo audiovisual facilita la memoria pero no me ocurre así con los libros, el cual me leí el último hará ya 4 años. Alguien sabe de alguna web o similar donde explique las diferencias entre ambos «mundos» o al menos donde están los libros? Si no, cuando salga el 6º libro me temo que me costará leerlo por no estar situado. Gracias a todos.

    Para acabar, me gustaría hacer 2 reflexiones. (1) Para mí ésta sí ha sido la mejor temporada de la serie porque esa nota tan alta, aunque tal vez sea algo inferior a la que le dábamos a las primeras 2 temporadas, la consigue con unas expectativas inmensas y, si algo he aprendido, es que lo más difícil que existe es cumplir expectativas o, como suelen decir, lo difícil no es llegar sino mantenerse. (2) Mi segunda reflexión tiene que ver con los spoilers. Están claramente sobrevalorados. Entiendo que es mejor no saberlos y que hay momentos – un libro de Agatha Christie, por ejemplo – en los que es necesario no conocer el final. Pero en general, si un libro-peli-serie necesita de los spoilers para vivir, mal vamos. Cuantas películas o libros nos sabemos el final – hablo en los que hay algo sorprendente, no de paseando a Miss Daisy ;) – y sin embargo aceptan una segunda o tercera lectura sin problemas. Vivid con spoilers, no es tan grave!!!

    Gracias a todos

  13. Luis Llebrez

    3. R+L=J: Pues si, al final el secuestro fue huida y la violación amor. Lo que no tengo yo muy claro es que esa fuera la primera hipótesis de GRR Martin, al principio de los libros no hay ninguna pista de que esta teoría fuera la cierta, y es posible que al surgir esta teoría entre los seguidores de JDT, el propio Martin maniobrara para que se hiciera realidad. Recordemos que el final está por escribirse.
    Respecto a Sansa+Jon, seria bonito. Pero no nos podemos olvidar de Petyr Baelish que ayudo a que ganaran los buenos y que tiene una deuda que cobrar y mucho me temo que el precio es la propia Sansa. ¿Aceptaria Sansa a ser señora del valle y que sus hijos Baelish gobernaran donde lo han hecho los Arryn?.
    Con las alianzas que se han producido lo menos importante ya son los Lannister. Jaime no se va a quedar tan tranquilo despues de ver a su hermana-amante coronada como reina despues de que esta fuera la responsable de la muerte de su último hijo. Sospecho que despues de una encendida discusion Jaime se va a ir a Roca Casterly a recomponer los dominios Lannister dejando a su hermana sola ante Danaerys y sus aliados sureños que no van a necesitar mucho esfuerzo para hacerse con Desembarco del Rey.
    Yo la gran batalla final la veo, como siempre, entre el norte y el sur. Por el norte me gustaria ver al binomio Sansa-Jon como reyes en el norte y por el sur Daenerys+Tyrrel+Martell+Greyjoy. Aunque no nos podemos olvidar de los caminantes blancos. ¿Seria posible un Westeros dividido entre el norte y el sur pero unidos para hacer frante a los caminantes blancos?. Yo lo veo bastante probable. Ya veo a Daenerys, Jon y Tyrion montados sobre sus dragones achicharrando el ejercito zombi de caminantes blancos.

  14. Interesante. Pero estos «análisis» siempre se centran solo en el guión. Que sí, que vale, es el esqueleto en el que sustenta el desarrollo de la historia. Pero no sé, no estaría de más valorar también aspectos como el colosal trabajo de Ramin Djawadi en la música, o interpretaciones como las de ese pedazo de actor que es Liam Cunningham.

  15. a mi me chifló el vestidaco dunesco-vestida-pa-matar de la Cersei. Por otro lado no me quedó muy claro lo que le hace el Frankemountain a la sor-septa…cosquillas en la barriga?

  16. Daenerys y Jon son hermanos, no tía-sobrino!

    • Edu_Stardust

      Daenerys es hija de Aerys y si se aclara que Jon es hijo de Raeghar entonces serían primos
      (no tia y sobrino como dice el artículo)

  17. Edu_Stardust

    Glups! …… me rectifico a mi mismo. Rhaegar era hijo de Aerys, por tanto si que Danerys y Jon serían tia y sobrino.

    • JuanDiek

      Madre mía que empanado, no sé porque se me había cruzado un cable y pensaba que Daenerys era hija de Raeghar. Mis disculpas.

  18. La batalla de los bastardos me gustó la actitud de John saliendo al galope a las fauces del enemigo para salvar a su hermano, olvidandose de que estaba al mando de su ejército. Estupido, imbécil, pero coherente con su personalidad de llanero solitario con poco apego por su propia vida. Pero una cosa es John y otra que el resto de los «comandantes» actuasen igualmente de forma estúpida, después de pasarse toda la noche discutiendo que no tenían ninguna posiilidad en un choque directo y salieran corriendo como chavales a la salida de un colegio detrás de John. Ni eran tal leales con John, ni tan estupidos, ya me entendeis. El cliché de la caballería salvando a todos en el último minuto está ya tan mañado que era hasta predecible. Una virtud de Martin es que los personajes mueren como consecuencia natural de sus acciones y John tenía que haber muerto ahí mismo ensartado en veinte flechas y atravesado con una lanza de caballería y dejar que fuese su hermana quien se convirtiese en la nueva reina guerrera. Habría sido un giro interesante en el personaje y habríamos tenido un trio de amazonas para la nueva temporada.

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