Esta es una pregunta que cualquier amante de la música se habrá formulado alguna vez: ¿qué hubiesen hecho los Beatles si la banda no se hubiese disuelto? Sabemos lo que hicieron sus componentes por separado, pero ¿nos hemos perdido canciones mágicas que se quedaron por nacer? ¿Hasta dónde podía llegar su inspiración cuando estaban juntos en un estudio? Quién no hubiese querido otro disco de los Beatles, claro. Aunque estas preguntas son el resultado de un anhelo poco realista. No estaban destinados a durar. Quizá por saber que el mundo entero los estaba observando cada vez que editaban un nuevo disco, eran muy conscientes de la imagen que proyectaban como entidad musical. No me cabe duda de que, sobre el papel y en cuanto a estilo, hubiesen encajado también en los setenta y sin problemas, pero cuando los miembros de un grupo están hasta las narices es difícil que el nivel de creatividad se mantenga. ¿Hicieron todo lo que tenían que hacer? ¿Podrían haber hecho más? Creo que no.
En sus once años de existencia los Beatles trabajaron a un ritmo que muy pocas bandas de rock han podido sostener. Incluso sus comienzos fueron frenéticos: entre 1960 y 1962 se dejaron la piel ofreciendo conciertos en garitos de mala muerte, dos o más veces por noche, tanto en Inglaterra como en Alemania. La fama no les trajo vacaciones: de 1963 hasta 1966 grabaron siete álbumes (¡siete!), a la vez que se embarcaban en agotadoras giras. De entre las bandas conocidas de los años recientes, ninguna se ha acercado ni de lejos a semejante productividad y menos con tan sostenido nivel de calidad. Es verdad que desde entonces y por el resto de su breve carrera no volvieron a girar, pero grabaron cinco discos más, algunos de ellos bastante complejos, en aquellos últimos cuatro años. En su andadura también tuvieron tiempo de protagonizar tres largometrajes y ponerle voces a un cuarto. Con independencia de que le gusten a usted o no los Beatles, tendrá que reconocer que el 99% de los artistas actuales se hundirían con semejante carga de trabajo. Lo hacían todo con todo el planeta pendiente de cada uno de sus pasos, así que no resulta extraño que la tensión se acumulase hasta hacerlos detestar la rutina en la que se habían metido. Hacia 1968, cuando grabaron el famoso «álbum blanco», ya estaban hartos los unos de los otros. Después de aquel ambicioso disco, como ya no hacían giras ni tampoco necesitaban más dinero, la motivación para continuar se reducía a la costumbre. Afrontaron de tan mala gana la grabación de la banda sonora de la película Yellow Submarine que del resultante disco doble casi una mitad estaba ocupada por piezas orquestales compuestas por su productor, George Martin. Tal vez el resto del mundo les amaba, pero los Beatles estaban asqueados de ser los Beatles. Como sabemos, la situación se enrareció todavía más cuando una antigua ley no escrita, la de no llevar a sus parejas a los ensayos o sesiones de grabación, empezó a ser quebrantada por John Lennon, que se presentaba con su nueva e inextricable novia, la artista japonesa Yoko Ono. No voy a repetir el tópico de que Yoko Ono fue la principal responsable de la ruptura de los Beatles, porque eso es sencillamente una estupidez. Incluso aunque ella no hubiese existido, la banda estaba condenada a desaparecer. Eso sí, también cabe decir que si conocen ustedes de cerca a algún grupo musical, aunque sea de su barrio, intuirán que la presencia invasiva de Yoko difícilmente podía contribuir a suavizar el ambiente.
En 1968 el resto del mundo quizá no lo preveía, pero dentro del grupo ya notaban que el fin estaba en la lontananza. Como digo, una de las facetas más admirables de los Beatles era la consciencia de su propia leyenda, e inmersos en aquella vorágine de popularidad demostraron tener una sorprendente percepción de su propia historia y cómo debían cerrarla. Digo sorprendente porque no es algo que se vea a menudo entre artistas con tanto éxito. Es decir, no me parece mal que los Rolling Stones hayan continuado si eso les hace felices, pero busquen cualquier lista de sus diez mejores discos y difícilmente encontrarán alguno posterior a los años setenta. Pienso que su último álbum en estudio realmente bueno fue Tattoo You, y ese fue publicado ¡en 1981! Led Zeppelin se separaron cuando murió su insustituible batería John Bonham, pero para entonces ya habían estado dando muestras de agotamiento creativo en estudio y de una muy irregular forma en directo. Algo parecido pasó con The Who: también perdieron a un batería insustituible, Keith Moon, e intentaron seguir adelante. Pero ya era tarde, porque incluso antes de aquella trágica muerte el grupo ya daba muestras de que su creatividad estaba flaqueando. Eso sí, hay que decir que The Who sí mantuvieron todo su poder escénico hasta semanas antes de perder a Moon (¡ah!, cualquier excusa es buena para colar un enlace a esa actuación). Pero bueno, son algunos ejemplos de algo que es normal en los grupos de rock, rara vez formados por gente de disciplina monástica. Las giras, las drogas, la presión, los roces de la convivencia, el cansancio… hay un montón de factores que limitan la etapa más brillante de esas bandas a cierto número de años. Pues bien, la prueba de que los Beatles se separaron a tiempo es que si llegaron a grabar una buena despedida (Abbey Road, aunque no fue publicado como tal despedida) fue porque pusieron la atención merecida en lo que sabían su última grabación. Su anterior intento casi había conseguido que el grupo saltase en pedazos.
Precisamente para evitarlo, fue Paul McCartney quien tuvo la idea de grabar un disco que los llevase de nuevo a sus raíces: el rock ‘n’ roll. Pensó que aquello podría elevar el espíritu de la banda y devolverlos a donde años atrás habían pertenecido: los escenarios. Por entonces llevaban años componiendo y grabando piezas complejas, enriquecidas por las aportaciones de George Martin, pero que en muchos casos no hubiesen podido tocar en directo de haberlo pretendido, al menos no sin contratar a otros músicos, cosa que por entonces no se estilaba demasiado en una banda famosa. Cierto, el mundo estaba cada vez más fascinado con la genialidad de su música: críticos, intelectuales y no digamos otros músicos analizaban con suma atención todo lo que publicaban, pero ellos mismos se sentían alienados. Además, el sector más rockero del grupo (Lennon, básicamente) empezaba a estar harto de refinamientos. Durante una grabación, cuando George Martin estaba maquinando alguno de sus arreglos grandilocuentes, Lennon resumió su opinión con una frase lapidaria: «esto no me parece muy rock ‘n’ roll». Pues bien, la idea de McCartney era retornar a lo básico, a ellos cuatro haciendo música con sus instrumentos… y poco más. El volver a hacer las cosas de manera natural les permitiría plantearse volver a hacer giras. Desde que se hicieran famosos los Beatles no habían tenido apenas ocasión de disfrutar sus propios directos. Convertidos en la primera superbanda de estadios, la tecnología sonora y los equipos de producción todavía no estaban preparados para recintos tan enormes, amén del consabido hecho de que los chillidos de las fans femeninas eran tan atronadores que los Beatles acostumbraban a tocar casi sin escucharse, y aquellas fans son la principal causa de que no tengamos apenas grabaciones audibles de sus conciertos durante sus mejores años de directo. Las raras veces en que disfrutaron de un sistema de monitores acústicos sobre el escenario, como sucedió en algunos conciertos estadounidenses, demostraron que eran una fantástica banda en vivo, sólida como una roca. Hasta cuando cantaba Ringo (magnífico batería, pobre vocalista), como podemos comprobar, más o menos, en las endebles grabaciones contemporáneas:
Así que cada cual a su manera, tanto McCartney como Lennon, que eran los que cortaban el bacalao en la banda, miraban con añoranza aquellos tiempos en que eran cuatro tipos tocando canciones sencillas en un escenario. Habían sido buenos en eso. ¿Qué tal hacer una nueva gira, ahora que, presumiblemente, el público les escucharía en vez de gritar como descosidos? El proyecto propuesto por McCartney fue tomando forma cuando se plantearon grabar un documental del proceso de creación de ese nuevo disco que sobre el papel tenía que ser más rockero, ya que lo grabarían prácticamente como en un directo, con pocos añadidos más que un teclado. Aquel documental, emitido en televisión, podría servir para anunciar una nueva gira. Si tenían alguna duda sobre si aquel era el camino a seguir, del otro lado del Atlántico les llegó la confirmación de que podían estar en la buena dirección: a finales de 1968 la televisión estadounidense emitió un espectacular programa especial que debía servir para publicitar el retorno de Elvis Presley a los escenarios. Funcionó, porque mostró a un Elvis que, pese a haber estado perdiendo el tiempo en Hollywood, seguía en gran forma y tenía incluso más carisma escénico que en sus inicios. El triunfo de Elvis con aquel programa marcaba el camino a seguir. Así que los Beatles, al principio, se tomaron el asunto con la actitud correcta. De hecho estuvieron a punto de convertirse en algo así como la primera banda punk… ¿Recuerdan ustedes la canción «Get Back» y su estribillo, «Vuelve a donde una vez perteneciste»? Pues bien, en su versión original era una afilada ironía sobre los políticos conservadores británicos y la política contraria a la inmigración. Lo de «get back where you once belonged» hablaba nada menos que de los extranjeros; aquella versión original hoy es conocida por una de las frases que McCartney pronuncia en el tema: «No Pakistanis». Y bueno, no me negarán que sabiendo esto la canción obtiene toda una nueva dimensión:
No se atrevieron a grabarla con esa letra, claro. Y con buen criterio, porque si aún hoy la gente duda de si los Beatles eran unos xenófobos de incógnito, imaginen el escándalo que hubiese provocado en aquella época. Como suele decirse, la ironía no funciona en la radio. Y tampoco necesitaban demostrar que podían grabar temas cafres con espíritu gamberro (total, ya habían editado «Helter Skelter»). Pero lo cierto es que después de aquellos jugueteos iniciales la diversión duró poco. La mayor parte de los días de ensayos pudieron comprobar que la antigua química en vivo había desaparecido después de varios años sin pisar juntos un escenario. Además, las tensiones y el mal rollo no tardaron en reaparecer. También reapareció Yoko Ono, que no se despegaba de Lennon ni con agua caliente; por lo demás, ambos andaban también pegados a la heroína. Los ensayos transcurrían en un ambiente de caótica dejadez. Las discusiones eran frecuentes y el sonido no era bueno. El habitualmente pacífico George Harrison, hasta las narices de las peleas de ego entre Lennon y McCartney, amenazaba constantemente con dejar el grupo y estuvo a punto de hacerlo cuando abandonó los ensayos, en principio para no volver. La cosa estaba tan desestructurada que John Lennon, todo sensibilidad como de costumbre, propuso fichar a Eric Clapton en su lugar (al final consiguieron convencer a Harrison para que retornase). Mientras sucedía este tipo de cosas, Ringo Starr contemplaba el panorama con expresión escéptica. Todo esto pudo verse más tarde en el atroz documental Let It Be, una película fallida que en otras manos pudo haber sido uno de los documentales definitivos del siglo XX, pero que terminó siendo una oportunidad perdida. Con todo, aunque se quede corta para lo que podría haber ofrecido, la película Let It Be es la única manera de echar un vistazo —convenientemente recortado, claro— a la dinámica interna del grupo por entonces. Y, la verdad, el panorama era desolador. Vemos a unos Beatles con caras largas ensayando de mala manera algunos nuevos temas, y con mejor cara —pero no mucha mejor compenetración— algunas versiones de sus ídolos adolescentes, mientras Yoko Ono vigila con mirada vidriosa y el genial Billy Preston, con toda su buena voluntad y una sonrisa inexplicablemente perenne, intenta desde su teclado extraer algo de diversión del hecho sin duda excepcional de estar ejerciendo como quinto Beatle. Comprobamos que los Beatles estaban fuera de forma y no se parecían ni remotamente a la gran banda de directo que habían sido años atrás. Eso sí, rescataban parte de su antiguo poder, al menos por un momento, para no decepcionar en el famoso concierto que dieron sobre el tejado de la sede de Apple, que fue imperfecto, pero convincente y por momentos incluso mágico. No hace falta decir que Preston ayudó a elevar el resultado (¡ese tipo hacía verdadera magia con su teclado!), pero la manera en que se crecían en vivo casi hace olvidar el suplicio en que se había convertido la grabación de aquellas mismas canciones:
Así que ya antes de que el mundo viese este documental, los Beatles tuvieron claro que el experimento de retornar a las raíces no había funcionado. Es decir, de aquellas sesiones salieron varios temas con vocación de clásico, claro, porque eran los Beatles, su época más gloriosa aún estaba muy cercana (tan cercana que desde fuera resultaba imposible decir que ya había terminado) y su apoteósica creatividad todavía no se había extinguido. Pero aquello que McCartney había pretendido conseguir, una resurrección del espíritu original de la banda, nunca llegó a suceder. No estaban preparados para una gira, ni les quedaban demasiadas ganas de volver a pisar los escenarios juntos después de aquellos infernales ensayos y grabaciones en donde el sonido había sido malo y el ambiente todavía peor. El álbum resultante quedó abortado y estuvo a punto de no ver la luz jamás. En cuanto al documental, la televisión nunca llegó a emitirlo. Sí se estrenó más tarde en cine, cuando ya la separación era inevitable, aunque hoy sigo preguntándome cómo permitieron que viese la luz; supongo que sencillamente ya les importaba un pìmiento y pensaban en sacarle algún dinero extra. Porque, si exceptuamos el concierto del tejado, el resto del film muestra un grupo agotado y en un mal estado de forma que llega a ser embarazoso en algunas secuencias.
Aquel fue el primer momento en que los Beatles pudieron haberlo dejado. Y creo que lo hubiesen hecho si el resultado de las sesiones del Let It Be no les hubiese espantado, sobre todo a Lennon, que lo calificó como «un pedazo de mierda mal grabado». Insisto, las canciones eran buenas, pero no cumplían los estándares de sonido que ellos mismos se habían propuesto mantener. Entre tanto, decidieron retornar con su antiguo productor George Martin y grabar otro disco que, esta vez sí, fuese una despedida decente. Esto era lo que mostraba la buena percepción musical que demostraron, más en un nivel de popularidad y prestigio que suele nublar las mentes de casi todos los músicos de éxito. George Martin les entendía y les dio un sonido perfecto; tan perfecto, que algunos críticos desdeñaron el álbum por sonar demasiado artificial. Pero bueno, en Abbey Road los Beatles volvieron a aportar canciones de primer nivel. Había varias a medio hacer, pero las unieron en un medley… e incluso eso funcionó de maravilla. El disco, además, demostraba que como compositores no habían perdido toda su inspiración, ni mucho menos. Lennon estaba tendiendo más a un blues rock algo más oscuro, y McCartney se acercaba al rock progresivo, lo cual significaba que los Beatles se alejaban del formato más suave (si exceptuamos «Because» de Lennon). Eso sí, hablando de suavidad, George Harrison tomó el relevo en la composición de melodías inmortales y sorprendió al mundo con «Here Comes The Sun» y sobre todo con «Something», que tras ser publicada tardó bien poco en ser considerada una de las grandes canciones del siglo XX (artistas como Elvis Presley o Frank Sinatra no tardaron en añadirla a sus respectivos repertorios). Abbey Road, el último disco grabado por los Beatles, se publicó en septiembre de 1969. Fue un éxito enorme, como cualquier cosa de las que habían hecho, pero sobre todo era una despedida poderosa que convencía a los cuatro miembros del grupo. Aunque ninguno había dado el paso de marcharse, excepto las espantadas de Harrison, veían que la ruptura iba a ser cuestión de tiempo. Por descontado es un disco maravilloso, pero leyendo entre líneas se advierte que los Beatles no daban para más. Por un lado está el hecho de que usaran, aunque muy bien, fragmentos de canciones por terminar, lo cual era señal inequívoca de que no las iban a reservar para otro álbum porque ya no habría otro álbum. Por otro lado, como decía, los críticos de la época no dejaron de notar que estaba muy producido para emular la sensación de que los Beatles volvían a ser impecables tocando juntos. Y algo de eso había, porque precisamente lo que pretendían evitar era el irregular resultado de su disco anterior, que habían considerado fallido.
Eso sí, el disco anterior, el que había nacido con el título de Get Back, no estaba muerto todavía. Las canciones no eran malas, pero no conseguían obtener un disco que considerasen publicable. El grupo había estado reuniéndose para regrabar algunas de aquellas canciones, intentando encontrar el balance adecuado, pero seguían sin estar convencidos de que el resultado mereciese la pena. Como consecuencia, el desinterés era creciente. John Lennon ni siquiera acudió al estudio cuando volvieron a trabajar en «I Me Mine», el tema de Harrison. La banda estaba dejando de existir y sus miembros parecían ahora más ocupados en sus respectivas grabaciones en solitario. El último intento de rescatar aquel disco perdido fue entregárselo al legendario productor Phil Spector para que lo convirtiese en algo digno de comercializar. Esto fue sin duda iniciativa de Lennon, quien más lo admiraba; de hecho lo había contratado como productor de alguno de sus primeros singles en solitario, «Instant Karma», donde se reproducía el famoso «muro de sonido» catedralicio de Spector. Aquella canción de Lennon había sido el resultado de un proceso similar al que los Beatles habían intentado sin éxito. Es decir, Lennon la había escrito y grabado en un solo día, para tenerla publicada menos de dos semanas después. Era la simplicidad y crudeza básica en la grabación (hoy puede oírse por ahí una versión no producida, que recuerda al sonido de los ensayos en el documental Let It Be) unida al tratamiento grandilocuente de Spector. La idea, supongo, era conseguir algo parecido para el disco abortado. De todos modos, a ninguno de ellos les importaba ya demasiado. Eso sí, cuando Phil Spector les presentó el resultado, las canciones estaban recubiertas de capas y capas de orquestación, algo que horrorizó a McCartney —y eso que era el más orquestal de los Beatles en su visión musical— pero que Lennon aprobó como una manera de rescatar el material. En cualquier caso, los Beatles ya habían dejado de existir, como McCartney anunció, poco antes de que el penúltimo disco que habían grabado se editase como su último álbum oficial, Let It Be. Poco después se estrenó el documental, que pese a su pésima calidad cinematográfica permitía que el público entendiese por qué los Beatles habían dejado de existir.
Así pues, Let It Be fue grabado de mala gana, publicado a destiempo y sin interés por parte de sus autores, y Abbey Road había sido un esfuerzo a la desesperada por rubricar una andadura de manera digna, aunque haciendo el trabajo justo. Pero queda la pregunta: ¿y si…? A fin de cuentas, tanto McCartney como Lennon escribieron algunas canciones grandiosas en los años inmediatamente posteriores a la disolución de los Beatles, y Harrison, sin llegar al mismo nivel, seguía componiendo cosas más que respetables. El problema no era que su inspiración como compositores hubiese desaparecido, sino que no bastaba con escribir un puñado de canciones y grabarlas para tener otro disco de los Beatles. Al menos un disco digno de su herencia. Buena parte de la magia de la banda había consistido en que, aunque aportaban temas por separado, los habían trabajado juntos. Los arreglos propuestos por ellos cuatro, y por George Martin, habían elevado casi cada canción por encima de lo que hubiesen conseguido por separado. Además, la competición por destacarse dentro del grupo en una época en que los tres compositores de la banda estaban en estado de gracia, les había llevado a dar lo mejor de sí mismos. Pero aquella necesidad de competir en un entorno de creatividad compartida se había extinguido. No tenían ganas de trabajar juntos. En otros grupos, la composición musical suele ser tarea de un único miembro, o de uno que predomina claramente sobre los demás. En The Who nadie rechistaba cuando Pete Townshend se presentaba con una canción, porque los discos de la banda eran básicamente su música más alguna aportación extra. En los Kinks era Ray Davies quien aportaba el material, como John Fogerty en Creedence Clearwater Revival. En los Rolling Stones está el binomio Jagger-Richards porque Jagger escribe las letras, pero todos sabemos que la mayor parte de su mejor música la ha compuesto Keith Richards por su cuenta. En los Beatles, sin embargo, había dos titanes de la composición y un tercer compositor lo bastante bueno como para haber liderado su propio grupo. Sus respectivas visiones estaban destinadas a chocar, y chocaron. Cuando Lennon fue asesinado en 1980, los antiguos roces apenas estaban empezando a resolverse y desde luego parecían muy lejos de considerar siquiera la idea de reunir a los Beatles para otro disco. En realidad, si no se hubiesen separado creo que hubiésemos asistido a una serie de álbumes mediocres con sus ocasionales perlas, en donde se hubiesen limitado a aportar algunos temas (quedándose los mejores para sus respectivos discos en solitario) y dejar que el resto del trabajo lo hiciese un productor por su cuenta, al modo de Let It Be. Pero claro, sin las canciones de Let It Be. Me cuesta mucho creer que en semejantes circunstancias no hubiésemos tenido que ignorar muchos discos de los Beatles, o bien dedicarles tibios elogios más por etiqueta que por convicción, como cada vez que los Stones publican nuevo material en estudio.
La música rock tiene apenas décadas de existencia, y de hecho varios de sus pioneros continúan con vida (Fats Domino, Chuck Berry, Little Richard, ¡todos de rodillas ante ellos!) pero ha sido una vida lo bastante larga e intensa en publicaciones como para que hoy sepamos ya que el periodo mágico de buena parte de sus artistas es breve. Eso no significa que no puedan publicar buenos discos en cualquier momento de sus vidas, pero, sinceramente, cuando repaso mentalmente la discografía de mis favoritos, casi todas sus obras maestras suelen concentrarse en un periodo que pocas veces supera una década. Y más si se trata de un grupo, con la dificultad añadida de tener que lidiar entre ellos a nivel interno. Pues bien, los Beatles tuvieron su década y no se me ocurre la manera en que podrían haber alargado su magia en el estudio. Eran una máquina que se había quedado sin combustible y cuya estructura se estaba desmoronando. Así que su final, que llegó a tiempo por los pelos, embellece su leyenda. Y esa es una de tantas cosas grandes acerca de aquel ente inigualable. Ya saben, incluso la mejor película puede terminar arruinada con media hora de mas. Así que, cuán idóneo para los Beatles que los Beatles dejasen de existir en 1970. Eso terminó de hacerlos inmortales.
Excelente artículo. ¡En serio!
Después de pasar meses o incluso años de no escucharlos, vuelvo (de casualidad) a hacerlo y no puedo evitar recordar que son LA banda definitiva, es comparable a lo que debe vivir alguien se sabe cercano a morirse, y (cualquiera sea su opinión o relación con lo espiritual o religioso) se ve obligado a preguntarse por última vez si cree en Dios o no. Después de pasarme años escuchando a 2pac y a Biggie, a Vangelis, Daft Punk y Kraftwerk, a The police, The Clash y los Sex pistols, a los Who y Pink Floyd, a los Smiths y the Cure, a Nirvana, Blur y Oasis, a Michael Jackson y Freddie Mercury, a Bowie y a Dylan; después de pasarme años lejos de los Beatles, cuando por fin me los cruzo de nuevo es como volver a cruzarse con la imagen de Dios. Cuando naci a mi tio le permitieron poner el álbum blanco en el quirófano durante el parto; tengo decidido reencontrarme con John, Paul, George y Ringo los últimos minutos de mi vida.
Tu magnífico comentario es un muy bello tributo a la mejor banda de la história. Me ha encantado Mat.
Gran artículo y gran comentario por tu parte. Gracias. Juntos fueron insuperables. Por separado nos dieron grandes momentos.
Maravilloso artículo, pero un breve apunte de beatlemaniaca purista:
cuando dices que «en su andadura también tuvieron tiempo de protagonizar tres largometrajes y ponerle voces a un cuarto» me imagino que con el «cuarto» te refieres a Yellow Submarine… pero los Beatles no doblaron a sus personajes en la película!
Seguramente los seguidores de los Beatles son los únicos que no conocen la decadencia de su grupo. Se separaron alrrededor de los 28 años en el zenit de su creatividad. Esto hizo crecer aún más su leyenda y pasaron de ser los mejores músicos de la história a, practicamente, dioses.
Con perdón de los aquí presentes, Los Beatles no son los mejores músicos de la historia, tal título podría ostentarlo Bach, o Mozart, o tal vez Beethoven.
Si has querido decir que son los mejores músicos de música popular, entonces sí coincido contigo.
Simplemente por no perder la perspectiva.
Exacto, y dentro de la música popular, entre los mejores,
Exacto. Los mejores musicos de musica popular.
Con una influencia sobre la sociedad de su epoca, sin parangon. Pioneros en varios aspectos que ahora nos parecen normales, como los fans, las giras multitudinarias, las giras en los USA.
Hay un antes y un despues de The Beatles. Son irrepetibles, por el momento en que surjen y el momento en que sevan.
Y además de todo esto, eran unos compositores buenisimos y sus canciones son eternas…
«Los mejores» es muy exagerado. Hay muchos excelentes en la sombra durante esa época, algunos que claramente influyeron en los Beatles, y otros tantos después. Es cierto que tiene que ver con la época y que fueron pioneros en aspectos socioculturales y exteriores a lo musical, como señalas, para mí más negativos: cómo vender una imagen de marca, el mito y el famoseo. Me quedaría quizás en el modo de hacer discos a partir de Revolver.
Es cierto, algunos influyeron en los Beatles. Pero todos los que vinieron después se influyeron por ellos. No hubo género alguno que se les resistiera. Tal como dice el artículo nadie podía tener su gran capacidad creadora en un espacio de años tan corto. Nadie transformó una sociedad como lo hicieron ellos. Nadie hizo soñar como lo hicieron ellos. Y pocos evolucionaron tanto en tan poco tiempo como hicieron ellos. Mi segundo grupo favorito es sin duda Pink Floyd. Pero aún así, aunque casi me parezca imposible cuando escucho algo suyo, están un escalón por debajo de ellos.
Primero una palabra de homenaje a George Martin, que contribuyó al milagro de Los Beatles.
A estas alturas me parece fuera de toda duda que la música de TB es inmortal; sí como la de Bach o la de Mozart (otros dos milagros). Hacer un ranking no tiene sentido, estas cosas se miden por la influencia extraordinaria que han tenido (ahí superan a todos en la Historia) y, ante todo, por el escalofrío que produce su música.
Se pueden hacer análisis musicológicos (interesantísimos): fueron sin duda los más experimentales, los más audaces, los más vaiados y más prolíficos. Pero sobre todo conmueven y siguen conmoviendo como nadie. Han superado la prueba del tiempo y la moda. Son también clásicos de la MÚSICA (popular o no).
Con ánimo de polemizar y copiando una frase que le hoy una vez a Julián Hernández por la radio: ¿Por qué narices me tiene que gustar la música que oían los príncipes austrohúngaros si soy de Carabanchel?
Yo desde luego amo a los Beatles
Un apunte sobre los puristas:
El arte en general es un concepto complejo en su valoración.
¿ Por qué consideras Bach mejor que Paul McCartney a la hora de componer?
Porque tienes una perspectiva mediatizada que considera la musica clásica como el arte supremo en la composición musical. ( se prima el estilo sobre el producto y ni todo Bach es bueno ni todo McCartney es sublime)
Esta consideración se da sólamente en el ámbito de la musica. En el ámbito de la pintura se valora la obra y esta pasa a ser una obra maestra independientemente de la época y el estilo .
No existe la dicotomia pintura clásica y pintura popular.
Y los Beatles tienen auténticas obras maestras musicales abarcando una mayor variedad estilística que el encorsetado Bach, que por supuesto es un genio , pero también hacía variaciones sobre algunas obras maestras suyas para cobrar sus royalties. ( y estas no son tan buenas)
Sin querer polemizar, Bach es el padre de la armonía (moderna) tal y como la conocemos. Ya lo que hizo fue revolucionario y lo que ha venido después no habría sucedido sin él.
Dicho lo cual, los Beatles me parecen una banda inmensa, su trascendencia ha sido crucial, no solo en lo musical sino también en lo social. Y tuvieron la increíble visión de dar un giro a su sonido (lo apuntaron ya en Rubber Soul) ,a su manera de componer y sobre todo a entender el estudio de grabación como un instrumento más. Con la inestimable ayuda eso sí de otros dos genios en lo suyo como fueron George Martin en la producción y arreglos y Geoff Emerick como ingeniero de sonido.
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a mi me surgen las preguntas si hubieran seguido…¿cómo les hubiera influido el punk?¿y el new age? y el grunge?
Esas corrientes no les hubiesen influído en nada. En cambio, los 80, los habrían destrozado. No hay más que escuchar los discos de un Mc Cartney o Harrison en ese período en el que las estrellas de los 60, 70 se encontraron en plena zozobra en cuanto buscaban llegar a un público mayoritario. Y otro apunte, quizás Lennon hubiese sido el único que se hubiese acercado a algo un poco más experimental (Prog rock, Cosmik Rock, Kraut Rock, No wave o electrónica).
Magnífico escrito, y hoy precisamente que se conoce la muerte del entrañable George Martín. RIP. Lo que se afirma aquí tiene su buena dosis de verdad, los grandes grupos de rock (pop) no han podido superar los 10 años de constante carrera en alza en cuanto a calidad musical sin dar signos de decadencia. Les pasó a los Who, a los Rolling les llegó a los 5 años, a U2 otro tanto, King Crimson dio la campanada inicial y pare usted de contar, Pink Floyd sin Barret el mismo período de 10 años. Yes con sus altibajos. Led Zeppelin arrastrándose penosamente después del Physical Graffitti. En verdad después de la separación, Paul McCartney sería quien mejor solidificó su carrera, a Lennon le costaría otra década afianzarse. Que pena que se separaron los Beatles, pero vista la experiencia, fue mejor así.
Siguiendo una línea de ideas sueltas respecto de la lectura de este artículo: 1.- Como bien se apunta media hora de más puede hacer que una buena película se vaya al retrete y para botón de muestra ahí está 2001 Odisea del Espacio de Kubrick. 2.- Los Beatles no podrían haber tocado todo su material en directo porque en aquella época esa tecnología apenas evolucionaba como lo probaron los conciertos de Monterey Pop, Woodstock y el Isle of Wight, les pasó a Pink Floyd para poder replicar en vivo su Dark Side of The Moon. 3.- Hablando de álbumes con sonido «perfecto», efectivamente Abbey Road es perfecto, como lo fue el mencionado de Pink Floyd y años más tarde el OK Komputer de Radiohead, todos ellos tachados de sobre producidos, bien, me pongo a pensar, que si el álbum Ceremony de Spooky Tooth hubiese estado así de ‘sobreproducido’ hoy estaríamos ubicándolo al mismo nivel de In The Court of The Crimson King. 4.- Una patética historia de lo mal que estaba la relación entre los Beatles, es cuando Ringo Starr se va de los ensayos y amenaza con no volver, pasados unos días regresa porque nadie se preocupó por irle a buscar!… 5.- Aquel concierto que se menciona de Elvis Presley nos mostró gran parte del poder y el carisma natural que poseía, desgraciadamente no duró mucho, enseguida empezaría su mal estado de salud y su decadencia absoluta.
Apuntes: Barret solo firmó en Pink Floyd los tres primeros discos, y aunque me encanta Barret y su periodo en Floyd es osado afirmar que el legado de Floyd se acabase con él: «Dark, side…», «Animals», «Meddle». King Crimson tiene discos excelentes durante toda la década de los 70 y en los 80, «Discipline» fue uno de los mejores discos de la ´década. No fue culpa suya que el rock prog fuese descreditado por un mainstream que se inventó el «punk» (como si no hubiese existido antes de los Sex Pistols) y la «new wave para sobrevivir. Ni Lennon ni Mc Cartney necesitaron solidificar su carrera, eran mitos vivientes antes de publicar discos (algunos muy buenos a principios de los 70) en solitario,
De 2001 no sobra absolutamente nada. Los grupos en directo, cuando tienen un buen directo, no buscan «replicar» los albumes de estudio.y ahí tienes el Live at Pompeii de los Floyd, porque no necesitaron esperar a Dark Side para innovar en estudio y también en directo.
Hola Myrha, en ningún momento impliqué que el legado de Pink Floyd acabase al salir Barret, al contrario, su época más creativa se revela a partir de Dark Side ligando 4 álbumes sobresalientes por decir lo menos. Y lo que dices es cierto el progresivo fue relegado injustamente en aras del mainstream. El progresivo italiano por ejemplo es hermosisimo y casi desconocido en su totalidad. Respecto del avance de los sonidos en directo, hubo algunos pero no era la generalidad, aún era deficiente, los Who en Wight por ejemplo sonaban fenomenales, pero esa clase de grupos eran garbanzos de a libra. Escucha las versiones que existen de algunas canciones antes que se publicara Dark Side, además de inacabadas no se acercan a la brillantez que adquirirían poco después, hablando del sonido en directo. Lo de Kubrick no tiene vuelta de tuerca, pero eso sería motivo de otro debate. Saludos.
Yep, Goblin, los Marconi y cia: si te gusta ese sonido te gustará este disco de los escandinavos Morte Macabre: https://www.youtube.com/watch?v=VVN961z32tw Bueno, a mí, el Live at Pompeii me parece fabuloso, Zappa en aquel tiempo, tremendo, como Soft Machine e incluso Black Sabbath, que sonaban mucho mejor de lo que suenan hoy, por no hablar de toda la escena alemana, de los primeros Tangerine Dream o Kraftwerk hasta Can.
Me parece un poco osado por tu parte decir que a 2001 le sobra 30 minutos. Es una pelicula que toda la critica desde su estreno ha elogiado.. la musica, la fotografia, el guion…
Debo corregir tu comentario Myrha: si hablamos de álbumes, no de singles, Syd Barret solo aparece en el primero de Pink Floyd, «The piper at the gates of dawn». En el segundo, en que el puesto de guitarra solista ya está ocupado por David Gilmour, solo aparece un tema de Barret, «Corporal Clegg». A partir de 1968 Barret es solo un fantasma que revolotea en las mentes de un grupo que está despegando hacia el infinito.
Es difícil expresar lo grandes que fueron y los caminos que dejaron abiertos para los que vinieron detrás (hubo uno que decía que no hacía pop porque ellos ya lo habían hecho todo). Encima lo dejaron en todo lo alto. Un «ahí queda esoW en toda regla.
Y por cierto, sirva el artículo como homenaje a George Martin, que fue una pieza clave en todo el engranaje.
Hola Emilio
Estupendo articulo pero si me permites:
-No es justo el comentario de que Elvis estaba perdiendo el tiempo en Hollywood; seguramente el cantante más explotado de todos los tiempos sea Presley. Repasando su ritmo de peliculas, discos… sólo hay una palabra: Inhumano.
-Creo recordar que Yellow Submarine era sencillo, una cara Beatles y la otra Orquestal. La «otra» banda sonora si fue originalmente un doble EP: Magical Mistery Tour.
-Ya que comentas de los Stones, precisamente hoy escuchando su Voodoo Lounge sigo pensando que es un disco más que decente. Lo mismo para A Bigger Bang.
Un saludo.
Me encanta el album let it be.
No sería más correcto decir ¿Habrían podido durar más?
Los Beatles me sugieren tres ideas:
Primero: que son una banda que trasciende a su época y que su ciclo evolutivo es perfecto, era mejor acabar ahí. Son LA banda. El pobre Brian Wilson debe tener pesadillas con ellos.
Segundo que los grandes álbumes ya no existen. Me temo que desde hace décadas.
Tercero, que no hay grandes álbumes desde que la música se ha comoditizado, ya no creo que sea posible ver algo así de nuevo. Una lástima.
¡Gran artículo, he disfrutado leyendo!
Brian Wilson se sostiene a sí mismo, no necesitó a los Beatles, creo que fue más bien al revés (Pet Sounds aparece antes de las innovaciones en estudio de los Beatles), para seguir siendo un genio hoy. Y claro que hay grandes discos hoy a poco que se investigue. La música sic. no se a vuelto acomodaticia, ha sido la industria y el mainstream quienes lo han hecho, pero ya lo hacían en los 70. Y claro que no verás algo así de nuevo, ni falta que hace; verás otras cosas, si tienes mirada para verlas.
A los Beatles les interesaba mucho el rock duro. John Lennon afirmó que los principios del rock metálico están en «Ticket to ride» y se sabe también que «Helter Skelter» fue compuesta como una réplica contra el sonido de The Who. Los tres últimos álbumes de los Beatles son mas pesados en sonido que los que hicieron entonces sus mas cercanos rivales los Rolling Stones, aunque por ser mas melodiosos y mejor producidos, la gente no percibe que muchas canciones del Album Blanco, Abbey Road y Let it be son de lo mas pesado hecho en rock a fines de los 1960’s, mientras Yellow Submarine es juzgado como una oveja negra en su obra.
Tanto Yellow Submarine como el concierto de Let it be son eventos de enero de 1969 y en ese mismo mes aparece otro grupo con sonido innovador y aún mas pesado: Led Zeppelin, cuyo primer disco es magnífico aunque de modesto éxito y cuyo segundo disco, celebérrimo, coincide con Abbey Road de los Beatles en publicación, superándolo, retrocediendo y compitiendo los dos álbumes por el primer lugar durante semanas. Y un desafío así no lo habían experimentado los Beatles hasta entonces, menos de una banda advenidiza.
Suponer que los Beatles huyeron ante Led Zeppelin parece muy aventurado máxime ante el culto a la personalidad dedicado a los Beatles, que supera cualquier otro caso en la historia del rock. Pero el sorprendente desafío, el nuevo sonido y todo lo que ello auguraba en el ambiente musical, pudo convencer a los Beatles para retirarse en plena gloria, en vez de entrar a los 70’s para languidecer hasta caducar y separarse de todas maneras, pues habían perdido la motivación para seguir juntos.
Es curioso que el Rock ácido muere a fines de la década de los 1970’s, primero cuando Led Zeppelin, ya en su turno de agotamiento creativo, cede ante el auge de otro grupo, los Bee Gees, ya conocidos y que el público percibía, revancha del destino o del mercado, muy parecidos a los Beatles, tanto como para ponerlos de moda otra vez, inspirando expresiones tipo «El alba y el ocaso del rock», Y, al final, en 1980, mueren John Lennon y John Bonhan, con semanas de diferencia: Los Beatles no volverán, Led Zeppelin debe separarse para tampoco volver y los Bee Gees declinan para siempre, como para consumar «el ocaso del rock».
«ero el sorprendente desafío, el nuevo sonido y todo lo que ello auguraba en el ambiente musical, pudo convencer a los Beatles para retirarse en plena gloria, en vez de entrar a los 70’s para languidecer hasta caducar…»
No creo en modo alguno que la separación fuera debida a un plan, y mucho menos miedo a los desafíos futuros. Los Beatles ya habían demostrado sobradamente su capacidad para afrontar nuevos retos y, en caso que las disputas entre ellos no hubieran existido, seguramente los hubieran afrontado como una motivación. Para mí los últimos 3 o 4 años fueron lo mejor de los Beatles, y ni siquiera pienso que Let it be fuera algo fallido (bueno, lo pienso porque así lo pensaban ellos y ellos mejor que nadie lo saben), pero para mi es un placer escuchar Let it be aunque sea algo diferente a lo último que habían hecho (o que harían con el Abbey Road). Sin embargo estoy de acuerdo con el artículo acerca de la duración de la curva ascendente en la creatividad de los grupos. Es muy posible que a partir de allí vinera una curva descendente, pero ¿a cuantos de vosotros os hubiera gustado que hubieran corrido el riesgo?
Enhorabuena por tan buen artículo, es un placer para un beatlemaníaco poder leer artículos tan extensos y tan bien escritos como éste
Creo que los Beatles tenían un sello propio, hiciesen lo que hiciesen, y que a principios de los 70, ese sello iba a funcionar mucho menos. Pink Floyd, Soft Machine y toda la horda de Canterbury les llevaban a sendas que ya no dominaban. Lennon fue un poquito más lejos con los dos albumes de la Plastic Ono Band, y Mc Cartney y Harrison siguieron haciendo de Mc Cartney y Harrison en los 70.
Yo hubiese escrito «en lontananza» y el uso de «inextricable» parece un ejercicio de cosificación. Por lo demás, aunque el asunto es muy conocido, no deja de ser interesante.
No se de que se sorprende el articulista. Todos los grandes del pop-rock, y los Beatles no son la excepción, han tenido su periodo de mayor y mejor creatividad en los 8 o 10 primeros años de existencia. Luego ni su momento ni su energia creativa es ya la misma, Aparecen nuevas tendencias musicales y no les resulta facil adaptarse a los nuevos y cambiantes gustos. The Beatles seran por siempre eternos, cierto. Pero no lo es menos que nada envejece tan pronto, como la música joven .
Lo curioso de «la decada creativa» y sus grupos ejemplo, The Beatles duró menos de eso lo que duró como grupo, de Mozart y demás, yo no los vi tocando, de Zepelin la confirmación d que no se podia hacer lo mismo en estudio y en vivo, y creo q en creatividad no hay comparacion, ya que aunque sea tarde, pero al fin se confirmó q abusaron del fusil con mas de una decena de temas: you shock me,stairway.. Y mas
El muy sentido comentario de Mat, ha activado en mi cerebro sensaciones que siempre han estado ahí aunque adormecidas a veces por el paso del tiempo y por los nuevos “hallazgos”.
Siempre fui un niño de aquellos que se quedaban con todas las musiquillas que escuchaba por la radio en los años 50 y lo mismo valía para la música del cine y el mismo cine también (las películas). Junto con los tebeos y los libros eran mi vía de escape de una realidad que ya intuía tenebrosa.
Mi primer contacto con los Beatles fue escuchar directamente su música en la radio por las mañanas, cuando desayunaba justo antes de salir como un cohete hacia el instituto. Nunca había oido su nombre ni sabía nada de esos “escarabajos” como eran llamados erróneamente al principio, en España. La sensación que tuve la primera vez que los oí cantar fue de completa alucinación; yo no estaba influido por ninguna campaña de marketing aunque realmente eso era lo que se estaba haciendo ya con el grupo pero el caso era que, personalmente, no supe nada sobre ellos hasta después de haber “sentido” su música. Creo recordar que esto fue a finales de la primavera u otoño de 1963 -he preferido no tirar de internet, hablando de memoria sobre este asunto y podría estar errado en las fechas y otras cuestiones- y los temas eran “Please, please me”, “Twist and shout” y“I saw her standing there”, entre otras maravillas. Para mí eran como “chutes” de adrenalina que me impulsaban a salir y comerme el mundo – tenía trece años- y desde entonces, los Beatles han formado parte sustancial de mi vida, no cansándome nunca de escucharlos, a veces, varias horas. Durante la década de los sesenta, los únicos vinilos que tuve en mi tocadiscos además de la banda sonora de “West side story” – los discos eran carísimos y más para un adolescente- fueron sus elepes, machacados hasta la extenuación. El primer L.P. que adquirí fuera del monopolio beatle, fue “Bridge over troubled water” de Simon y Garfunkel en el verano de 1970 y fue como una especie de desvirgamiento musical al que siguió el “Santana” (el de el león) y ya a partir de ahí, la inmersión de lleno en la música popular de una época de oro, lo que me hizo pensar en un primer momento que había exagerado con mi devoción hacia los “Fab Four” habiendo tantísima cosa buena por el mundo. ¡Soberbia de juventud que se vio arrumbada cada vez que volvía a escuchar a los chicos de Liverpool!
Como a Mat, me ha pasado que teniendo en mi cabeza miles y miles de canciones y variados temas musicales de cientos de intérpretes y compositores a lo largo de los años, siempre vuelvo a beber de esta fuente inagotable que son los Beatles para mí; ya sé que para otras personas serán otros los filones de los que extraerán su oro y que lo mío tampoco es nada del otro mundo, pero ¡qué le voy a hacer, si estoy marcado para siempre!
“That’s life”, que cantaba Sinatra…
Send me a postcard, drop me a line Stating point of view Indicate precisely what you mean to say, Yours sincerely, wasting away…
Para nada de acuerdo con el análisis de Abbey Road del artículo: ¿Dónde se acerca Macca al Prog Rock? ¿En qué canciones? Casi cualquiera de los temas que Lennon firma en ese album se acerca más al rock prog, incluyendo «Because» que de «formato suave· no tiene nada. «Sun King» y sobre todo I want you son ejemplos plausibles de ello…O es que no entiendo qué es el rock progresivo…
No tengo dudas que los Beatles son el grupo más importante e influyente de la historia.Ni Elvis,ni los Rolling y mucho menos Brian Wilson y demás del que la mayoría de la gente solo recuerda un disco,por bueno que fuera.Coincido con alguien que el Voodoo Lounge de los Rolling es un pedazo álbum y discrepo tanto parabién para los Led Zeppelin,cuando ha quedado demostrado que son unos plagiadores,y lo digo con dolor!!Sólo hay un grupo equiparable a los Beatles,se llaman Queen,eternamente infravalorados,con el mejor cantante de la historia,con himnos generacionales,con discazos en los 70,80 y 90 con la enorme despedida que supuso el Innuendo (no cuento Made in Heaven).Del Killer Queen a The Show Must Go On pasan casi 20 años y entre medias,Bohemian Rhapsody,I Want It All,I Want to Break Free etc,etc,etc!!
Es que lo que recuerde la «mayoría » de la gente tiene poco peso en términos musicales. Solo la gente que no se interesa por la música piensa que los Beach Boys con Wilson solo parieron un álbum extraordinario. Quizás hay que mitificar menos y escuchar más, y si es posible más variado.
Te lo podría certificar quizás el admirador más ilustre que tuvieron, un tal Paul Mc Cartney, y otro llamado George Martin: https://www.youtube.com/watch?v=CnVyCuc9_P8
Quizás haya que respetar más los gustos y opiniones de otras personas y dejar de dar carnets de elitismo musical y no soltar frases tipo «sólo la gente que no se interesa por la música» a gente que no conoces,desconociendo pues la cantidad y variedad de música que ha escuchado y el interés que tiene en la música.
Creo que los beach Boys estuvieron al nivel de los Beatles en los 60 ,con solo escuchar Pet Sounds,Today y smile te das cuenta y creo que Paúl lo sabía ,lamentablemente Brian Wilson se hundió en la locura y los beach Boys no pudieron seguir con esa calidad musical hasta años después
Ok, probablemente lo dejaron en el mejor momento y hubieran sacado discos mediocres (ay los 80) pero puestos a elucubrar, imaginaros por un momento que hubieran aguantado juntos y que la banda se recuperase de sus tensiones (con Lennon vivito y coleando).
En estas circunstancias quizá hubiéramos visto una gloriosa resurrección como la de Dylan en la pasada década o giras muy disfrutables como las de los Rolling Stones o Neil Young…Un pasote vamos.
Estoy de acuerdo prácticamente en todo lo que dice el artículo; efectivamente, el dejarlo en ese momento probablemente fue el cierre perfecto. Pero, por otra parte, estoy seguro que si hubieran solucionado sus problemas de convivencia ( p.ej. con un parón de un par de años ), podrían haberse mantenido al mismo nivel y dejado varias obras maestras más por lo menos durante la decada de los setenta.
Es un comentario plenamente lúcido y de hecho, plenamente dentro de lo que George Harrison proponía a la banda (y con aprobación de Lennon).
De hecho, durante las sesiones de Enero del ’69, Harrison propone el realizar álbumes y actividades por separado en paréntesis acordados y regresar a de tiempo en tiempo a contribuir como banda. Sin temor a que ello se entremezclase con las actividades del grupo. Incluso afirmó, correctamente, que todo ello ayudaría a mantener el espíritu Beatle.
Me atrevo a afirmar que esa era la dirección que eventualmente llevarían. Sin embargo, el infierno creado or otros, los intereses y realidades económicas y los compromisos y obligaciones que todo ello creó, no permitió una toma de distancia sana, objetiva. El documento único firmado por los cuatro en 1962, se transformó en cuatro tres tomos de por lo menos 500 folios cada uno, para poder separar sus actividades. Siempre quedó el gusanillo del retorno, incluso, hay un documento legal depositado por Lennon en NY en 1980, en un juicio en contra de un show en Broadway que no estaba aprobado por ellos. Afirmaba en el affidavit que la existencia de ese show podía afectar los planes firmes de regreso de la banda en un futuro cercano. (el documento fué publicado por Rolling Stone a inicios de 1981). Si duda se separaron cuando aún tenían mucho, muchísimo que dar y proponer.
Me temo que las voces de la película Yellow Submarine las pusieron actores, no JPGR y que la banda sonora no era un álbum doble.
Buena y seguramente acertada reflexión, con el único pero de que creo que es un poco injusta con Harrison post-Betales. Lennon hizo dos discos magistrales pero después nada del otro mundo, y Macca también una obra maestra pero antes y después una cantidad de bazofia bastante considerable. En todo ese tiempo Harrison hacia muy buena música. Hablo de los 70, claro. Lennon grabó sus últimos temas con Cheap Trick y seguramente hubiera hecho más cosas interesantes en los ochenta, como decía alguien por ahí. Macca, mejor no meneallo (pero lo vi en directo en 2012, absolutamente brutal, y todavía con bastante voz).
…Ringo es buen batería… los directos de The Who suenan bien… 2001 Space Oddisey no se hace larga…
… vaya tardecita de revelaciones que me estáis dando…
Como chiste, está muy bien eso de que «tanto McCartney como Lennon escribieron algunas canciones grandiosas en los años inmediatamente posteriores a la disolución de los Beatles, y Harrison, sin llegar al mismo nivel, seguía componiendo cosas más que respetables».
¿Ha escuchado usted el All Things Must Pass? Si es así, el calificarlo simplemente como una cosa más que respetable es para poner su criterio musical en cuarentena. Harrison dejó a Lennon y McCartney por los suelos con ese disco tras la disolución de The Beatles.
Desde luego, rubricaron un final al alcance de sólo la mejor banda de la historia. Y quien lo dude, ahí están The Rolling Stones como el gran ejemplo de cuándo no saber parar
El problema de Harrison, que compuso grandes temas con los Beatles, es que sólo tiene ese álbum destacable y, además, su «Sweet Lord» es un plagio descarado de «He’s so fine» de The Chiffons,por el que fue denunciado y exculpado misteriosamente.Siento si se cae un mito,como decía antes,lo mismo me pasó con los Zeppelin
El problema, Miguel, no es tal problema. All Things Must Pass “ese sólo album destacable” ¡es triple! y claro, todo eso sin contar que además Harrison fue uno de los gloriosos Traveling Wilburys (junto a Jeff Lynne, Roy Orbison, Bob Dylan y Tom Petty; ahí queda eso). Por otro lado, con Sweet Lord no hay misterio: He’s So Fine” de Ronald Mack, y no de The Chiffons, que sólo la cantaron. El tema se resolvió con Harrison comprándole a Allen Klein -sí. el último manager de The Beatles, piedra de toque de la bronca de Paul McCartney- la empresa que tenía los derechos de He’s So Fine.
No veo yo que cambie mucho la cosa que «All things Must pass» sea un disco triple.Sigue siendo el único disco destacable de Harrison,a algunos les gustará más y a otros menos.Pero es algo objetivo que uno de sus temas más conocidos es un plagio,de Ronald Mack o The Chiffons (eso no es importante en este caso),y aunque desconocía ese acuerdo al que se llegó,sin duda fue para no dejar en evidencia a Harrison y se olvidara la cosa a cambio de un buen dinero,pero no deja de ser un plagio y descarado.Lo de los Travelling Wilburys fue una reunión de amigos,y grandes músicos por supuesto,que duró un par de años,pero no creo que ninguno de ellos pase a la historia de la música por pertenecer a ese grupo.Estuvo bien para los que pudieron verles en directo y para ellos que se lo pasarían genial,que es lo que sucede con estos súper grupos.Con esto repito que para mí,algunos de mis temas preferidos de los Beatles son de Harrison,pero en general no está a la altura de Lennon y Mcartney ni mucho menos.
Los que adoramos a Hendrix, a los Zeppelin, a Dylan, y los sabemos únicos e irrepetibles, incomparables, aún así nos irritamos bastante cuando alguien se pone a colocar a los Beatles junto a cualquier otra cosa.
Siéntese vd. con una pequeña antología del grupo, que para merecer tal nombre tendría que incluír 40 canciones (discos como Sgt. Peppers no pueden ser troceados), y dígame qué otra banda puede ofrecer semejante milagro. (Solo se puede deber a la ignorancia de algún crítico novel el hecho de haberlos comparado con… ¡Oasis o Blur!).
En fin, resumiendo. Ariel Rot, en la SER, observaba que el mejor grupo de rock de la Historia habían sido los Rolling. Porque los Beatles, añadía, simplemente «son otra cosa». En su mundo solo están ellos, complejos y reconocibles al mismo tiempo, con la capacidad de experimentar y llegar simultáneamente al corazón.
Nadie ha vuelto a hacerlo. Y nunca se sabe, que los panteones están para destruirse, pero… parece improbable que alguien llegue ahí. Entre otras cosas porque The Beatles también son su propia época, cuando el mercado aún no se había tragado la libertad. El mundo se ha vuelto un producto. Oscuro.
Estupendo Patricia. 100% de acuerdo ;)
Algún grupo tuvo que ser el más experimental, alguno el más variado, alguno el más prolífico, alguno el más influyente, …alguno el más conmovedor. El milagro es que un grupo fuera todo eso a la vez.
Excelente resumen. Gracias
Perfecto, doña Patricia. No se puede estar más acertado.
Durante años en casa de la abuela se escuchó música de Los Beatles, desde la mañana hasta la noche. Los sábados igual, aunque MÁS alto. Y eso que en Cuba, en aquellos años, era muy peligroso escuchar su música. Te podían considerar un “desafecto” a la Revolución… Era música en inglés, “la lengua del enemigo” y, entonces, estabas muy jodío. La Abuela y Los Beatles :http://goo.gl/NzcX1r
Al autor ( Emilio de Gorgot ), acabo de leer en JD en papel, último numero aparecido, su artículo sobre L. Young e I. Strawinsky: me ha encantado, un artículo excelente, no conocía la relación del segundo con el primero, y me ha parecido interesantísimo. Mis felicitaciones.
Gran metedura de pata: no es Lester Young, sino Charlie Parker, mis disculpas.
Los he confundido porque ambos eran drogadictos y hombres con problemas personales y una vida ajetreada. También, hay que decirlo, uno no es un especialista en estos temas.
Claro mi arma! Tu eres espeliazista en jotas leonesas!
Es cierto, escucha esta:
Como el perro el hortelanooo
son los amos de mi tierraaaa
ni se atreven a salvalaaaa
ni nos dejan defendeeeelaaaa…
¡¡¡OLE!!!
La música no deja de serlo por no pasar por un formato escrito en su proceso; el formato escrito minimiza diferencias entre distintas ejecuciones de la misma pieza manteniendo sonidos en rangos programados, pero no garantiza la belleza de la composición, que está en la mente del observador. Y así como hay mal jazz y mal rock, también hay mala música clásica, aunque la mayoría de la gente no se atreva a criticarla o, símplemente, a reconocer que no le gusta una composición particular de un prestigiado maestro.
Entonces, no es justo trasladarse a las cortes de la Europa dieciochesca o la Rusia Zarista para, invocando la memoria de Vivaldi, , Bach, Mozart, Wagner o Chaikovsky, disminuir méritos de los Beatles, los Stones, los Zeppelin o Bowie.
Además, no solo la realeza oía esa música de grandes maestros, también la oía el pueblo, aunque mas limitadamente, claro, por no tener acceso a las cortes y no existir radios ni discos, debiendo conformarse con la música sacra de las iglesias, y funciones de música profana en teatros baratos que esos mismos maestros ofrecían gente común que abarrotaba esos sitios. Mucha música clásica fue bailada y no solo en las cortes aristocráticas.
Se afirma que el elitismo de la música clásica inicia en el siglo XX con la música atonal, por que muchos compositores proponían que la música no necesita expresar ideales ni emociones, sino solo música, tal como sucedía con la pintura, que se independizaba de la realidad para expresar solo forma y color.
Pero la música popular, tan dinámica y espontánea, llena una necesidad, por algo existe y genera tanto negocio desde que la tecnología permite conservar y reproducir el sonido. Y también es arte puro tanto como la música clásica, pues tampoco es útil mas que por el placer de oírla, aunque sea comercial, pues sigue siendo esencialmente hedónica y la que se oía en los palacios también era comercial, la nobleza pagaba por ella y los músicos vivían de eso; solo era otro contexto de mercado. La música clásica también ha sido comercial, siempre ha sido un negocio por si misma y también hoy vende: Von Karajan vendió 300 millones de discos y competía con Leonard Berntein y Karl Bohm, aunque no conozco cifras de estos últimos.
Así que si alguien quiere colocar en su lista personal de obras cumbres al Abbey Road junto con Las Cuatro Estaciones, al Ziggy Stardust junto con la Noche Transfigurada o Aqualung junto con las Variaciones Goldberg,
¿ Por qué no ?
En realidad la historia contada tiene impresiciones importantes.
Está mezclando la historia de A Day in the life con la grabación de All You need is love è incluso con la The I am the walrus.
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Que dificil saber como seria un disco mas o dos, tambien pensar que ellos no haciàn la suya mas allá de la transformación de los 70, es evidente que la separación fortalecio el mito, le paso a Paul con John con su muerte prematura. De cualquier manera lo hecho hecho esta, nadie los superó; ni Zeppelin, ni Pink ni los Rolling, que aprovecharon su revolución. Me imagine muchas veces como seria su continuación pero simplemente no se puede saber
Quize decir hacian la suya, no me los imagino preocupados por otras bandas
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He puesto un par de réplicas con el Nick «Emilio», sin darme cuenta que el autor del artículo se llama así. A partir de ahora soy Emilio R. Lamento si alguien se ha confundido.
Este post resume perfectamente lo que pienso y siento con los Beatles. Están fuera de categoría, son otro mundo.
Puestos a jugar sería interesante elucubrar sobre que temas de los Beatles en solitario se podrían juntar en un disco para hacer un gran disco Beatle. Supongo que todos concidiríamos en seis o siete grandes temas, en los restantes habría opiniones para todos los gustos.