¿Quién se manifiesta para celebrar una decisión del Gobierno? ¿Cuántos, salvo el propietario del local y su familia, escriben una reseña en Google Maps para decir que el trato fue correcto y quedaron satisfechos? ¿Alguna vez en la historia de la humanidad la conversación en torno a una persona ausente se ha centrado en elogiar sus virtudes? Dice el proverbio que una alegría compartida se transforma en doble alegría y una pena compartida, en media pena. Mentira. Una pena compartida es también una doble alegría y criticar, quejarse y tronar pidiendo explicaciones al mundo es la sal misma de la vida. Por todo ello no es de extrañar que la frustración sexual y la soledad hayan sido el ladrillo y el cemento de buena parte de la música contemporánea. Se ve que nada como un rechazo amoroso para que entren ganas de cantar expresando lamento y preguntando por qué, por qué, por qué. Algunos artistas llegan a parecer una calamidad viviente, un Calimero encarnado a punto de reventar de pena y rencor, y de ellos va nuestra pequeña selección junto a la canción más distintiva al respecto del grupo o solista. Naturalmente la lista es interminable, así que les animamos a que añadan sus favoritas.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
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«La estación de los amores», de Franco Battiato
Con esa mirada castigadora y el prodigioso don para el baile que exhibe en este vídeo cuesta imaginar que alguna chica se le pueda resistir, pero de ello es de lo que trata aquí el que es uno de los mayores cantantes que ha dado Italia. «Si pienso en cómo he malgastado yo mi tiempo / que no volverá, no regresará, más» es un lamento existencial que evoca en un sentido amplio la expresión latina carpe diem, pero si nos atenemos al asunto amoroso entonces remite a otra locución, esta anglosajona, friend zone.
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«Rata de dos patas», de Paquita la del Barrio
Cuando las expectativas son tan altas como las que suelen darse en el amor, la traición puede generar un odio de intensidad equivalente a la atracción previa. De ello canta esta gran artista veracruzana que parece la esposa del capitán Haddock en proceso de divorcio. Cada canción suya es como un océano de bilis del que emerge rompiendo la superficie con la potencia de un rorcual.
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«How soon is now?», de The Smiths
David Bowie dijo en cierta ocasión que había tenido tanto sexo y drogas que le sorprendía seguir con vida, a lo que Morrissey replicó que había tenido tan poco de ambas cosas que se sentía igual. Quién sabe si el origen de esa frustración sexual está en la timidez, ese pequeño saboteador interno que previniéndonos tan enfáticamente de la posibilidad de fracaso termina haciéndolo realidad, tal como cantaba en «Ask». A dicha «timidez criminalmente vulgar» de la que se proclama hijo y heredero, que le impedía satisfacer su necesidad de ser amado, también alude en la canción más señalada del grupo que le dio a conocer.
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«I’m Throwing My Arms Around Paris», de Morrissey
Una vez disuelta la banda Morrissey continuó como solista con notable éxito. De él se ha dicho que odia a todas las personas que conoce y temas como «We Hate It When Our Friends Become Successful» desde luego no debieron sentar demasiado bien a sus amigos, en caso de tener alguno. Afortunadamente para él no se gana la vida escribiendo libros de autoayuda sino canciones, y en ellas continuó retratándose como un alma en pena, clamando cual Quasimodo que «he decidido que voy a extender mis brazos alrededor de París porque solo la piedra y el acero aceptan mi amor». Que alguien le regale un peluche…
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«Tía, vete a cagar», de Espasmódicos
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Así definió Lope de Vega la naturaleza esquiva del amor y esta banda de punk madrileña surgida a comienzos de los ochenta vino a decir lo mismo pero con otras palabras.
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«When Will I Be Loved», de Everly Brothers
Este dúo de rockabilly estaba formado como su nombre indica por dos hermanos, originarios de Iowa, que se dieron a conocer en 1957 con «Bye Bye Love», donde contaban cómo su novia se había ido con otro y entonces abrazaban la soledad entre lágrimas. Tras esa ruptura amorosa entraron en una fase de furia onanista reflejada en su conocidísima «All I Have To Do Is Dream». Ya decían los antiguos con gran sabiduría que «semen retentum venenum est», pero llega un momento en que no es suficiente, así que en 1960 el sencillo incrustado sobre estas líneas, «When Will I Be Loved», expresaba su frustración por los reiterados desengaños, rechazos y maltratos que habían recibido y su anhelo por lograr finalmente ser amados.
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«Sad and Beautiful World», de Sparklehorse
El primer álbum de esta banda fue Vivadixiesubmarinetransmissionplot, que como título es original y promete. La letra no alude explícitamente a un rechazo, ruptura o pérdida, pero el estado de ánimo que transmite es inequívocamente ese. No sabemos si Mark Linkous recibiría muchas calabazas a lo largo de su vida, pero desgracias no le faltaron dado que primero perdió la movilidad de las piernas debido a una sobredosis durante una gira europea con Radiohead y unos años después, en 2010, se suicidó. Nos queda su música, que no es poco.
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«Piece of My Heart», de Janis Joplin
Janis Joplin tuvo un final igualmente desdichado muriendo a los veintisiete años, como tantos otros músicos, pero antes le dio tiempo a mantener unas cuantas relaciones que en algunos casos le romperían el corazón.
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«I’ve Been Loving You Too Long», de Otis Redding
Aún con más tierna edad nos dejaría Otis Redding, aunque esta vez y para variar no fue una sobredosis sino un accidente aéreo. Esta canción es justamente celebrada como la pequeña maravilla que es, pero si indagamos en su letra vemos una mala actitud por parte del autor, tal vez debido a su juventud: ella lo quiere dejar, pero él se niega a aceptarlo e incluso se pone de rodillas suplicando. No hombre, no, contacto cero y apúntate al gym.
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«Wicked Game», de Chris Isaak
El vídeo provoca una envidia insana pero la letra rezuma el desengaño de quien ya ha vivido esa historia antes y sabe cómo termina.
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«The House Where Nobody Lives», de Tom Waits
Tom Waits explicó en cierta ocasión que un caballero es un hombre que sabe tocar el acordeón pero no lo hace. Eso es una definición y no las de la RAE. Solo queda inclinar la cabeza y admitir que estamos ante alguien que realmente sabe, así que prestemos atención a las metáforas de esta canción acerca de que, nos dice, toda casa en la que hay amor es un palacio.
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«Y cómo es él», de José Luis Perales
Circula la leyenda urbana de que la protagonista de esta historia era su hija, una lectura muy sugerente que transforma el tono romántico en algo más próximo a Psicosis o La matanza de Texas. En una entrevista Perales lo desmintió de forma rotunda y explicó que originalmente la compuso para Julio Iglesias, por aquel entonces en fase de divorcio de Isabel Preysler. Así que la respuesta actualizada al título es «uno que tiene un premio Nobel».
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«I Want You», de Elvis Costello
Y por último, aquí tenemos una letra bastante similar a la anterior en torno a los celos. De nuevo esas preguntas que martirizan al protagonista para intentar comprender por qué ha sido sustituido, y si al menos una vez terminada aquella relación puede conservarse en el recuerdo como algo único e irrepetible: «I want to know the things you did that we do too».
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Los de Manos de Topo siempre están en drama de desamor frenético.
Que no esté J en esta lista debería ser penado con la cárcel.
correcto, tiene muchas, pero en concreto «segundo premio» es tremenda!!.
Forget her – jefe buckley
Canción de desengaño amoroso antonomasica
Esta lista es incoherente si no incluye a David Coverdale de Whitesnake. El calabazero más calabazado del rock.
Criminal la ausencia de Héctor Lavoe. «Juana Peña» y «Un amor de la calle».
Por sus canciones el que más calabazas ha tenido es Alex Ubago, ¿acaso habéis escuchado algo suyo que no den ganas de acabar con su sufrimiento? (Y con el de quien lo escucha voluntariamente, ya que estamos, no nos quedemos cortos haciendo el bien)
Ningún grupo rezuma más desengaño que los planetas en ‘y además es imposible’ y en ‘pesadilla en el parque de atracciones’
Cualquier lista es incoherente por su propia naturaleza, pesaos…. ¡dejad de dar el pelmazo! Falta bla, bla, ñi, ñi…
Enrique Urquijo
Amy Winehouse en «Back to Black». UFF.
Gloria Gaynor
Rata de dos patas….! Solo por lo que me reí tiene que ganar esta!!
Adele. No sé si la que más veces han dejado o la que más tarda en superarlo, pero para el caso, nos da lo mismo.
Pingback: Canciones de amor | Cosas.
And you treated my woman to a flake of your life
And when she came back she was nobody’s wife.
……
And what can I tell you my brother, my killer
What can I possibly say?
…
If you ever come by here, for jane or for me
Your enemy is sleeping, and his woman is free.
Leonard Cohen – Famous Blue Raincoat
Diamonds and Rust. El amor perdido por antonomasia. Si me apuras incluso acepto la de Judas Priest, pero que no esté este tema en una lista del rechazo y el desamor es punible.
malú, que o la han dejado o la están dejando. lo pasa mal ella y nosotros.
La Gran Broma final de Nacho Vegas, Turnedó de Iván Ferreiro y Gavilán o Paloma de Pablo Abraira.
Esta lista es infinita. Como venía a decir el protagonista de High Fidelity, ¿Escucho pop porque estoy deprimido o estoy deprimido porque escucho pop? Y continuaba: Nadie se preocupa por los jóvenes que escuchan miles – literalmente miles – de canciones sobre corazones rotos, rechazo y el dolor, la miseria y la pérdida» . Pues eso.
«Whipping Post», de los Allman Brothers. Pocas cosas he oído más angustiosas en una canción como esto:
Sometimes I feel … sometimes I FEEL
Like I been tied to the whipping post!
TIED to the whipping post!
TIED to the whipping post!
Good Lord, I feel like I’m dyin’…
Siempre he dicho que la chica de La oreja de Van Gogh ha tenido el mismo desamor durante veinte años. Pobre. Su mala músca tampoco debe ayudar.
Pimpinela. Esos si que sufrian.