Cine y TV

In memoriam: Alan Rickman

Imagen: View Askew Productions.
Imagen: View Askew Productions.

La semana empezó fea y se está empeñando en ir a más. Primero David Bowie y ahora Alan Rickman, como si acaso estuviéramos sobrados de genios en el mundo y nos pudiéramos permitir tanta pérdida en tan poco tiempo. Puede que la culpa sea nuestra por pedir insistentemente a la muerte que se lleve a los malos ya que de todos ellos, de los malos, Rickman fue el mejor, si disculpan el juego de palabras.

Porque lo suyo era bordar a los malvados como solo alguien divertido y juguetón puede hacerlo, ya que a veces es necesario que el actor no se tome demasiado a la tremenda esos personajes: un villano memorable requiere mucho más que una cara seria y una pose misteriosa, como bien entendieron Robert Mitchum, Bette Davis, Anthony Perkins o Jack Nicholson. Han pasado casi treinta años desde que Hans Gruber, el malo malísimo de Die Hard (a. k. a. La jungla de cristal en España y Duro de matar en Hispanoamérica) le diera la fama merecida a Rickman. Todo ese tiempo, sin embargo, no ha sido suficiente para empañar el carisma del personaje, cuya principal virtud es ser más cabrón que todos los villanos de James Bond juntos y al mismo tiempo una parodia de todos ellos. El guion sabía sacar punta a esa dualidad, pero se necesitaba un actor que supiera mezclar las dosis adecuadas de flema y humor ingleses para que el público estadounidense se incomodara al escuchar al malo de la peli diciéndole a John McClane:

—Sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo. ¿Quién eres? ¿Otro americano más que vio muchas películas de niño? ¿Otro huérfano de una cultura en bancarrota que cree ser John Wayne o Rambo?

Tras algo así, era lógico que se le abrieran las puertas del estrellato a base de interpretar malvados. Fue el sheriff de Nottingham en aquella versión de Robin Hood en la que nunca entendimos que Lady Marian prefiriera quedarse con Kevin Costner, pero el papel por el que el gran público le conocerá siempre será Severus Snape, a quien interpretó durante toda la saga cinematográfica. Que algunas de las películas sean un poco flojitas no quita para que todas ellas tuvieran una receta secreta para que los fans siguiéramos acudiendo en masa: la voz grave, la dicción serena, el porte oscuro y el secreto oculto del eterno candidato al puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras de Hogwarts.

Pero sería injusto recordarlo solo por esos papeles. Como buen actor inglés, la versatilidad de Rickman tanto en la pantalla como en la escena le permitió enamorarnos haciendo lo que le pareciera en cada momento. El coronel Brandon llevando en brazos a Marianne Dashwood (Kate Winslet) en Sentido y sensibilidad. Metatron, también conocido como la Voz de Dios en Dogma de Kevin Smith, mostrando con resignación una vez más su falta de genitales para demostrar que, en efecto, es un ángel. Menos sabido es que fue el vizconde de Valmont en el estreno de la adaptación teatral que Christopher Hampton hizo de la novela del siglo XVIII Las amistades peligrosas, adaptación que sería llevada al cine para mayor gloria de John Malkovich. Por hacer, Rickman hizo incluso una versión radiada para la BBC de Bodas de Sangre, de García Lorca, en la que interpretaba a Leonardo. Y no podemos terminar este repaso sin hablar del marido bobalicón, despistado e infiel que provoca una de las escenas más tristes de Love Actually. Hoy todos somos un poco Emma Thompson, llorando por culpa de Alan Rickman delante de un espejo mientras nos preguntamos qué será de nuestra vida a partir de ahora.

Llama la atención que alguien como él nos fuera tan cercano a tantos. No era una estrella mediática, su vida fuera de la pantalla estaba alejada del neón y el papel cuché, no era carne de meme ni se prodigaba en las redes sociales. Y sin embargo, cualquier amante del buen cine le tenía en ese reducido grupo de intérpretes cuya sola presencia en una película nos garantiza su calidad. Aunque es posible que algo tenga que ver, sin que durante todos estos años nos hayamos dado cuenta de ello, con su calidad humana. Tras su muerte estamos teniendo la oportunidad de leer las palabras de amor y admiración de todos aquellos que tuvieron la suerte de trabajar a su lado. De hecho, y si aún no han tenido la ocasión, echen un ojo a lo que han escrito Daniel Radcliffe o Kevin Smith, que se despide del actor inglés de este modo tan emotivo:

Para mí nunca fuiste Snape tanto como el mismo Harry Potter adulto: un mago bueno que era capaz de hacer magia usando simples palabras. Era un enorme caldero de victoria este tío. Le echaré de menos toda la vida. Descansa en paz, Voz de Dios. Ya estás de nuevo en el cielo del que viniste.

Ambos testimonios hablan de alguien entrañable, leal y generoso con sus compañeros, pero esa calidad humana de la que hablábamos queda mejor reflejada en la nota que el mismo Rickman escribió a J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, al terminar de grabar la última secuencia de Snape. Pocos actores tienen la oportunidad de interpretar un personaje tan carismático durante ocho películas, pero lo que le agradeció a la escritora está más relacionado con lo que supuso de experiencia vital para los tres niños que para aquel entonces ya eran actores consagrados.

Dicen las enciclopedias que la reina de Inglaterra es Isabel II, esa señora entrañable que lleva sombreros extraños y no parece estar interesada en dejar el turno a su hijo. Pero eso es solo un título. Los que admiramos el arte de la pérfida Albión sabemos que por aquellas tierras los verdaderos monarcas campan a sus anchas por escenarios y platós. Aún podemos gozar de Ian, de Maggie, de Michael, de Helen, de Ben, de Judi, de Derek, de Emma, de Bill, de Imelda, de Kenneth, de Vanessa y de tantos y tantos otros de los que no diremos apellidos para no darle más ideas a la maldita muerte enamorada a la que no perdonaremos jamás. Como reza el lugar común, tras las muertes de David y de Alan todos estamos un poco más huérfanos. Pero pocas veces hemos tenido tan clara la certeza de que ahora Gran Bretaña es un poco menos grande, de que ahora el Reino Unido es un poco menos reino.

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9 Comments

  1. anonimo

    Descanse en Paz este grandísimo actor.

  2. WallaceBallantine

    Enorme actor. Le recordaré siempre con un cariño especial por su papel en «Héroes fuera de órbita». Y por su grandioso sheriff de Nottingham.

  3. Maestro Ciruela

    Esta noche nos «ponemos» en casa «Un vaquero sin rumbo», en donde interpreta a un terrateniente australiano hijo de perra como sólo él sabía hacerlo. Enfrentado a Tom Selleck que por cierto, también está muy bien en su papel.
    Los actores de cine nunca mueren del todo, están siempre con nosotros a través de sus recreaciones. Algo es algo…

  4. Androide

    Por el martillo de Grabthar y los hijos de Worvan serás recordado. Gracias Alan.

  5. Pingback: ¡Feliz fin de semana! | Cosas Molonas | DIY Blog

  6. The way to dusty death. Out, out, brief candle!
    Life’s but a walking shadow, a poor player
    That struts and frets his hour upon the stage,
    And then is heard no more. It is a tale
    This Booke
    When Brass and Marble fade, shall make them look
    Fresh to all Ages.
    Who walked in every path of human life,
    Felt every passion; and to all mankind
    Doth now, will ever, that experience yield
    Which his own genius only could acquire?
    «Do not be afraid to slow changes, just be afraid to stand still»

  7. John McTiernan, director de esa pedazo de película llamada «Jungla de cristal», también se acuerda de Rickman:

    «Oh Lord, I am truly shocked. Alan was such a lovely man, and far too young for news like this. It was a privilege to work with Alan. Even with his newness to film in Die Hard, Alan was the personification of a true actor, passionate about his craft, ever improving his art – all intertwined with a sense of humor. He was a man of character – dedicated, possessed a loving heart, and believed the world could be a better place and the world, indeed, was a better place with him in it. My thoughts are with his wife and family who have suffered such a loss. Rest in peace Alan, there’s a piece of you that will always be with us.
    -McT»

  8. Otro ejemplo de la extraordinaria cantera de actores y actrices británicos, que, comenzando en el teatro dan el salto al cine, o compaginan las dos escenas. Lástima que aquí, España, tantísima gente se pierda su portentosa voz por culpa de ese fraude conocido por doblaje.

  9. Pelicula para mí más que interesante y que ningún articulo ha parecido destacar después de su muerte es «Sweeney Todd». Muestra de la polivalencia y el talento de Rickman, haciendo gala de su vozarrón, y contando el film además, con una estética que le iba de perlas a este actor.

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