He corrido mucho varias veces en mi vida, casi siempre para escapar de alguna amenaza o para no perder un tren o un avión. Correr es algo natural. Nuestros antepasados corrían para cazar y para escapar de los animales y así salvar sus vidas. Para eso fue lo que yo recuerdo de las únicas veces que corrí de verdad, la primera tenía unos doce años y fue mi primera hazaña deportiva y vital: correr hacia arriba por un pinar y acabar subida a un pino al que nunca hubiera podido trepar sin ayuda. Mi coach fue un cerdo que se escapó de su caseta en mitad del campo cuando lo iban a vacunar (o quién sabe qué) y que salió chillando como loco. Al verme debió de pensar que yo tenía la culpa de todo y empezó a perseguirme a una velocidad a la que nunca imaginé que podía correr un cerdo. Recuerdo a mi padre gritando: «¡Corre, corre, correee!». Después nos fuimos a casa y sentí que estaba orgulloso de mí, cosa que le duró toda la vida. Siempre estaré agradecida a aquel cerdo.
Correr rápido o durante mucho tiempo es una ventaja evolutiva obvia. Por lo tanto, los cambios genéticos que han supuesto una mejora en cualquier aspecto de la carrera se han mantenido en algunas tribus y sus descendientes y la técnica se viene perfeccionando desde hace miles de años. Como explica el científico Jordan Santos, una predisposición genética influye en que la subtribu de los nandi (dentro de la tribu de los kalenjin) sean mejores corredores de fondo, y los eritreos y sudafricanos tengan mejor economía de carrera. Los bosquimanos son también corredores de fondo extraordinarios. Hay un precioso vídeo de la BBC que muestra una jornada de «caza por persistencia» del kudú por un grupo de bosquimanos. Es impresionante ver cómo se organizan, cómo corren por el desierto del Kalahari durante horas con sus piernas flacas y flexibles mientras analizan el viento y las huellas. La colaboración, la inteligencia, la estrategia, la administración del esfuerzo, una prueba de resistencia que finalmente acaba con la derrota por agotamiento de un animal más veloz y potente que ellos y que desde el principio se muestra inquieto y angustiado, intuyendo su destino. El respeto y el agradecimiento que muestra el cazador vencedor al animal derrotado es conmovedor. Sabe que le debe al kudú la supervivencia de los suyos.
Pero ahora todo el mundo corre por correr, porque les gusta y porque sienta bien. Y eso no es correr, eso es hacer running. Desde hace unos años se ha puesto de moda y ahora hay millones de personas que hacen running, muchos se apuntan a maratones e incluso hay algunos que los acaban.
Dicen los runners que hacer running hace que su vida sea mucho mejor, no solo porque están más sanos y más guapos, sino por muchas más cosas; es una de las mejores terapias para reducir el estrés, ponerse de buen humor, es un potente ansiolítico y antidepresivo y también mejora la capacidad intelectual. A muchos les ha servido para no matar a su jefe al día siguiente o para mantener su matrimonio más o menos estable. En la película Shame (Steve McQueen, 2011) se ve muy bien la utilidad del running para superar una situación emocional complicada. Durante los dos minutos que dura la escena de Michael Fassbender corriendo por las calles de Nueva York iluminadas con las luces de la noche, se siente intensamente la agresividad y la tensión, pero la imagen de Brandon corriendo casi con suavidad, acompañado por la música, equilibran el dramatismo y poco a poco transmiten al espectador la liberación del estrés del protagonista.
Para mucha gente el running tiene las virtudes que le han atribuido grandes personajes al champán; es apropiado cuando nos va bien y cuando tenemos problemas, solos o en compañía, «el champán es indispensable después de cualquier batalla», según Napoleón, «si las ganas, para celebrarlo y si las pierdes, para olvidarlo». Y es recomendable en cualquier estado de ánimo o estado amoroso, como lo era el champán para Coco Chanel: «Solo lo bebo en dos ocasiones. Cuando estoy enamorada y cuando no lo estoy». La popularidad del running es indudable; hay runners políticos, estudiantes, empresarios, empleados, científicos, académicos, escritores… De runners se han hecho buenas películas y se han escrito muchos libros, incluso poemas. Un ejemplo es la maravillosa descripción de la personalidad de un corredor convertido en atleta profesional que hace Jean Echenoz en su libro Correr, sobre Emil Zápotek. El escritor Haruki Murakami es un runner convencido. Correr le inspira las genialidades surrealistas y algo pesimistas —menos mal que corre—. Tal vez la emoción de sus relatos, su capacidad para transmitir el amor, la soledad o el humor, surjan durante sus carreras. Actualmente, Murakami participa en maratones y triatlones, aunque no empezó a correr hasta los treinta y tres años. A esa edad, o incluso más adelante, es cuando muchos deciden probar con el running, ya sea porque se sienten fondones, porque los amigos o amigas lo hacen, porque lo recomienda un médico, porque se enamoran de un runner o porque necesitan dar un cambio a nuestra vida en crisis. Según Manuel Rabadán, médico especialista en fisiología del Centro de Medicina del Deporte, es muy importante empezar a correr (o a hacer cualquier deporte) poco a poco si no se está entrenado, sobre todo a partir de «una cierta edad» (se refiere a más de treinta y cinco años). Una vez se consigue una forma física aceptable se puede incrementar la distancia y la velocidad sin problema y hasta contárselo a los amigos. El running es saludable para la gran mayoría de las personas y produce una sensación de bienestar general, mejorando el humor, el optimismo, la energía. Correr por un bosque o por la ribera de un río te hace sentir que vivir es maravilloso. Además es gratis; no se puede pedir más.
Rabadán:
El running, ejercicio dinámico que implica la activación de grandes grupos musculares, practicado como ejercicio aeróbico, es decir a intensidad moderada y durante un tiempo prolongado, induce adaptaciones morfológicas y funcionales en el organismo que se traducen en una mejora de la capacidad funcional, lo que llamamos forma física. A partir de seis a ocho semanas de entrenamiento se podrían apreciar cambios fisiológicos como una mejora en el consumo máximo de O2 (VO2max de un 5 a un 30%) y en las personas más entrenadas se desarrolla progresivamente una hipertrofia fisiológica cardiaca (aumento del volumen de las cavidades cardíacas y del grosor de los espesores parietales dentro de límites fisiológicos, es decir de una forma armónica) así como un aumento de la capacidad vascular y otras modificaciones que se conocen como «corazón del deportista». Estas adaptaciones se traducen en bradicardia sinusal (disminución de la frecuencia cardiaca en reposo), menor taquicardización a diferentes velocidades de carrera, un incremento de la capacidad vascular periférica (mayor capilarización a nivel muscular) y un efecto hipotensor. Además se producen modificaciones en el funcionamiento del aparato respiratorio, mejorando la capacidad de la musculatura y aumentando la ventilación pulmonar máxima, y en el metabolismo, adquiriendo mayor capacidad para utilizar los ácidos grasos como sustrato energético.
Así pues, si se practica correctamente, el running es muy beneficioso para el corazón, pero en general se toman pocas precauciones antes de practicarlo. Las pruebas médicas y fisiológicas que se aconseja realizar a los runners nos las explica Manuel Rabadán:
A partir de un cierto nivel de intensidad y tiempo (por ejemplo, una media maratón) es importante hacerse un reconocimiento médico deportivo, incluyendo una historia clínica, un electrocardiograma de reposo y una prueba de esfuerzo con análisis del intercambio de gases respiratorios (ergoespirometría). La prueba de esfuerzo permite valorar cómo es la respuesta del organismo al ejercicio tanto desde el punto de vista cardiovascular y respiratorio como metabólico. En ella determinamos, entre otros parámetros, el consumo máximo de oxígeno, los umbrales aeróbico y anaeróbico y la capacidad de recuperación en el postesfuerzo. Con esta prueba y la información del resto de la valoración médica, se pueden hacer recomendaciones y planes de entrenamiento de forma individualizada para optimizar los beneficios para la salud o el rendimiento deportivo.
En lo que tampoco debemos ahorrar para correr es en unas buenas zapatillas que tengan suficiente amortiguación, sean estables y flexibles y con buena ventilación. Un estudio del apoyo plantar tanto estático como dinámico nos permitirá conocer posibles alteraciones en la pisada que requerirá en algún caso plantillas o zapatillas especiales (por ejemplo para una pisada pronadora o supinadora).
Hay muchos voluntariosos y apasionados entre los runners. Algunos deben de estar muy, muy estresados, teniendo en cuenta el ímpetu con el que se ponen a recorrer calles y parques, que con el tiempo se quedan pequeños, y pasan a atravesar bosques y a subir montañas. Hay competiciones que consisten en dar una vuelta al Mont Blanc, en un recorrido de trescientos kilómetros y veintiséis mil metros desnivel durante varios días, durmiendo solo periodos de veinte a cuarenta minutos. La verdad es que desde el punto de vista de la salud estas competiciones pueden ser peligrosas, y en todo caso hay que estar muy en forma y muy seguro de tener el corazón en perfecto estado.
Pero la gran mayoría de los runners son personas normales que cuando no están corriendo no parecen tener nada raro. Más aún; son gente como la que muchos querríamos ser, sobre todo cuando los vemos llegar tan cansados y tan felices con sus camisetas sudadas y la cara roja. Ay, si yo no tuviera la rodilla machacada. Me dan envidia los runners, seguro que sería mucho mejor si corriera. Y hablando de rodilla, este es el punto flaco del running. Según Rabadán la carrera lleva consigo un gran impacto articular y por lo tanto no es muy respetuosa con las articulaciones, especialmente con las rodillas y los tobillos:
La cuestión es, como en tantas cosas en la vida, una cuestión de dosis de carrera. Yo llevo corriendo con regularidad desde jovencito. He corrido dos maratones, varias medias maratones y muchas carreras populares de menor distancia. No recuerdo haber tenido ninguna lesión importante. Es cierto que si corro varios días seguidos me molestan a veces un poco las rodillas, pero es tolerable, y si corro en días alternos no tengo ningún problema. Un buen calentamiento con estiramientos y una vuelta a la calma progresiva tras entrenar es fundamental. Aun así, haciendo todo perfecto, hay personas que tienen más predisposición a lesionarse.
Después de todo esto, si usted se pregunta si debe hacerse runner le diría que sí, que no se lo piense dos veces y pruebe. Quizá el running no es para todo el mundo pero no lo sabrá hasta que no lo intente. Quizá le aburra al principio, seguro que un poco sufre, pero puede que le coja el gustillo y se aficione. Eso sí, cuidado porque tiene su gancho y se hace adictivo. ¿Que le da pereza? Esa es la peor excusa, no sea vago. ¿Que está un poco enfermo, un pequeño catarro por ejemplo? Vaya corriendo a su centro de salud, haga un par de estiramientos y vuelva corriendo a casa sin esperar su turno. Seguro que ya se encuentra mejor y tal vez esté curado. ¿Que no tiene cinta para sujetarse el pelo? Eso sí que es un problema; deje de correr inmediatamente.
La solución a las lesiones articulares: correr «minimalista». Desde que cambié mis zapatillas (con cierto proceso de adaptación, eso sí) no vuelto a tener molestias ni en las rodillas ni en la espalda.
Los runner solamente sirven para las empresas que venden zapatillas.
Curioso que se nombre a los bosquimanos y después la imperante necesidad de usar zapatillas con buena amortiguación. ¿Estos también las usan?
Como bien dice jon, correr minimalista (o aprender a correr, simplemente) puede ser una solución a los problemas articulares.
A Diego. Lo que comentas es verdad para los «runners». Yo, como corredor (yo diferenció a «corredores» de «runners») y minimalista, no me preocupo demasiado de las zapatillas.
la competición que consiste en dar la vuelta al Mont Blanc, es el Ultra Trail del Mont Blanc, y no son trescientos kilómetros, son 100 milas, es decir, alrededor de 160 km. Pero llevas toda la razón que estas competiciones ya exigen una preparación física y mental más exigente y concreta.
Hay bastante basura en este artículo. Como ya han insinuado algunos, las zapatillas con amortiguación son lo peor para cualquier corredor. En vez de evitar lesiones, las causan, porque cambian la posición natural del pie. Pero bueno, para los «runners» es mas importante una zapatilla impresionante…
Recomiendo leer «Born to run», de Chris McDougall, un libro increiblemente multifacético, sobre correr, evolución humana, tecnología, una tribu de corredores natos en México, y los bosquimanes, entre otros muchos temas…
Es jodido ver que, dos artículos sobre el deporte más sencillo del mundo, terminan en jotdown cogidas por los pelos de la tendencia, el barefoot y Murakami. El del 1 de Smart era aún más laxo. Pero hay que hablar de ello. No es el deporte mejor tratado en la revista.
Me ha gustado este artículo. Sobrio y con sentido del humor. Y algo bueno, no es de un fanático del running o de correr o de como quieran llamarlo algun killer que comenta. Que ya son ganas de hacer fuego por hacer fuego. Y es que, como en casi todas las actividades humanas, los hay que corren y parece que son los reyes del running (o como quieran llamarlo) y lo saben todo y nadie puede decir nada sobre eso porque «a ellos se lo van a decir». Qué gente más patética la verdad. Y si no corres descalzo, no estás corriendo. Nos han jodido! Estos yihadistas del running (o de lo que sea) deberían hacérselo ver porque un problema de autoestima sí que parece que tienen.
Salud
Acabo de leer el artículo, en la oficina, y salgo a la calle pensando en él. Me ha gustado, sí, me digo mientras a escasos 100 metros veo detenido en la parada un autobús de la línea que me lleva a casa. Si me diera una carrera, llegaría a tiempo de cogerlo. Me ha gustado el artículo por lo mismo que comenta Javier: informa sin fanatizar y sin caer en excesos de proselitismo. Por lo que leo en otros comentarios, plantea problemas sin duda arduos – yo, lego en la materia, me inclinaría por correr específicamente bien calzado- Además, en ocasiones el artículo aborda el tema con estimables dosis de ironía y humor, sigo pensando mientras llego a la parada y espero el siguiente autobús. Pasan con aceptable frecuencia, el tiempo es apaciblemente otoñal y, por lo demás, no tengo prisa.
Gracias por vuestros comentarios. Roberto, la carrera a la que me refería del Ultra Tail del Mont Blanc es la más larga, la PTL (La Petite Trotte à Léon), que según la info de la Web es de 290 Km. Aunque tienes razón en que la UTMB es la clásica y son 170 Km . Aquí está toda la info de las 5 carreras
http://www.ultratrailmb.com/es/page/104/Las%205%20carreras.html
Para los interesados en estos ultra trails, os recomiento el artículo de Luis Rivas, que os transportará directamente a los Alpes http://www.elmundo.es/deportes/2014/09/04/5408874ae2704e12188b4585.html
Y para los interesados en la referencia a Jordan Santos, aquí va el artículo en el que habla de esto http://bjsm.bmj.com/content/47/9/545.long
Con respecto a los defensores del barefoot, como bien decís, se necesita una adaptación
Perdón, no es Luis Rivas sino Luis Arribas (por favor, corregidlo). Gracias1
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