En estos días me entristece otra cosa: la rotundidad.
Mucha gente parece saber quién es el culpable de la barbarie y cómo habría que actuar para atajarla. Para unos el culpable es el islam, la religión y hasta el machismo. Para otros la responsabilidad es de los gobiernos de Occidente o de Occidente al completo. Hay personas convencidas de cerrar las fronteras y otras que creen firmemente que los bombardeos franceses también son terrorismo. Entre tanto comentarista vigoroso, me pasa como a Enric Gonzalez, que me siento un pusilánime.
Pero entonces me viene a la cabeza una frase de H. L. Mencken: «Para cualquier problema complejo hay siempre una solución clara, simple y equivocada».
No puedo creer que masacres como la de París tengan una causa nítida e incontrovertible. Y solo encuentro unos culpables evidentes: los asesinos. Deshilar la culpa más allá me incomoda porque siento que la diluye. El extremo es decir que se ha fallado a gente que no ve otra salida que inmolarse. Yo asumo que a los terroristas les influyó su infancia, su barrio, ciertas políticas, ciertas tradiciones, un viejo conflicto y hasta la ignorancia de miles de parejas que nos besamos en plena calle. Infinitos sucesos tejen un fractal de causas y consecuencias… del que no sé sacar nada en claro.
Pero las personas adoramos las explicaciones simples y claras.
Nuestro cerebro está equipado para buscar relaciones causales: infiere (e inventa) motivos e intenciones automáticamente. Los niños lo hacen. Ese mecanismo ha evolucionado porque es útil, pero tiene un precio: rechaza la ambiguedad, suprime la duda y exagera el valor de la coherencia.
Esto explica una paradoja que sufrimos estos días y que Montaigne observó hace quinientos años: «Nada se cree tan firmemente como aquello que menos se conoce».
Nos pasa a todos, la ignorancia nos hace osados. Cuando las personas juzgamos si una explicación es convincente pesa más su coherencia (que las piezas encajen) que la cantidad de información (que sean mucha piezas). Por eso las explicaciones poco informadas nos resultan más convincentes. La matanza de París es consecuencia del imperialismo que sembró su semilla, o de un multiculturalismo incompatible con nuestros valores. Son argumentos simples y claros. Si añadimos más elementos las explicaciones se vuelven más matizadas, más vagas… y acaban por resultarnos menos convincentes aunque estén más cerca de la verdad.
Las personas adoramos las explicaciones fáciles. Esa es posiblemente una de las piezas detrás de la barbarie. El fundamentalista, en su mirada del mundo, tiene certezas absolutas. Utiliza la religión, la idelogía o la tradición como una fuente inagotable de respuestas rotundas. Así construye una visión reducida del mundo, con muy pocas piezas, pero con una coherencia totalitaria que satisface algo primitivo que habita en nosotros.
Las alternativas a la rotundidad son menos satisfactorias.
Lo desconocido nos asusta y la complejidad nos agota. Nos ocurre como a los niños cuando descubren el mundo. Para ellos es un lugar incomprensible y caótico donde las cosas ocurren sin causa conocida. Es fascinante, pero es complicado y a veces da miedo. Todo necesita ser aprendido aunque muchas preguntas no tienen respuesta. Por eso cuando buscan confort, los niños regresan a lo conocido. Por eso quieren ver siempre la misma película y escuchar el mismo cuento cuando cae la noche. Los niños eligen un relato cerrado y que conocen bien —la antítesis del mundo— porque allí ni somos pequeños ni somos vulnerables.
Pingback: Por qué necesitamos explicar la barbarie
Por favor, este artículo a las escuelas, y el de Enric González.
Yo no solo me siento un pusilánime, sino que me aqueja una terrible intuición, la misma que habrán sentido muchos antes que yo. Vivimos en medio de la tormenta y no tengo el paraguas maniqueo, solo dudas. Cuando los paraguas deriven en cuchillos, caeré de los primeros.
Elhecho de que muchos sean,o seamos ignorantes de un tema, no quiere decir que todos lo sean y que todas las explicaciones estén erradas. Hay muchos, desde el conocimiento, tratando de expicar de alguna forma la situación, por que así y sólo así se podrá llegar a una solución. Entiendo su ignorancia, pero eso no quiere decir que por que usted es un ignorante en la materia, todos los son. Si lo analiza bien, el que se deja llevar por una posición simplista es usted
Es lo más sensato que he podido leer durante estos días. Aleccionador para las masas tan sobradamente equivocadas en TODO.
Cuánta verdad lleva el autor. Sin embargo, ante la aversión a la ambigüedad, dificilmente podemos quedarnos cruzados de brazos. Por lo que, considerando que las respuestas fàciles y simplistas son remaches, tapones de tela, lo único que queda por hacer es informarse bien. No esperando llegar a una explicación unívoca, mas sí a una que nos permita un marco lógico de lo sucedido.
Muy bien.
Ocurre, que quedarse en la simplicidad de las posibles respuestas, nos lleva a la autocomplacencia y la ignorancia, lo que conlleva que por nuestra desidia se vuelvan a repetir los acontecimientos. Un bucle, sin fin. Y mortal
Si si hombre, los culpables somos los que no entendemos el islam y su esencia. Desconocemos su nobleza y sus matices. El islam con el judaísmo, problemas. El islam con el catolicismo, problemas. El islam con la paella, problemas. Trataré de exponer desde mi simpleza, desde mi frágil cascarón de huevo edificado desde mi minúscula inteligencia mi vision del islam: no hay islamistas moderados.
¿Por qué insistir en generalizar? No entiendo, perdón.
«La ignorancia lleva a la indiferencia, y la indiferencia es un inmenso desierto donde una nación entera puede perecer» Pearl S.Buck
Al mirar la foto de el artículo ‘concentración solidria de islamistas en Gaza’, las lágrimas ruedan, el corazón se estruja, comprendemos de un solo golpe de vista, que los practicantes del islam son todo tolerancia y respeto a los derechos de los demás. Aquí otra frase célebre de otro hombre pensante «La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal sino por las que se sientan a ver que pasa»… Esto de las frases, es muy de mirarse.
Bueno, supongo que porque preguntarnos el porqué de las cosas, es una de las causas `por las que la especie humana ha llegado a la cima de la pirámide evolutiva.
A la izquierda, imposible de cuestionar el islam al tratar el problema yihadista a causa de la corrección política.
A derecha, imposible intentar explicar la generación compleja del asunto sin ser acusado de complaciente o tolerante con el yihadismo.
La ideología dominante sabe colarse bien por todos los resquicios.
No es una cuestión de ideologías (que es precisamente con lo que buscan entretenernos y enfrentarnos, muy eficazmente, por cierto), ni siquiera de creencias religiosas (los yihadista son sólo tontos útiles), es una cuestión de poder (recursos materiales -> recursos económicos)
Si realmente querías decir «islamistas» y no «musulmanes», por supuesto que no hay islamistas moderados ni terroristas pacifistas ni vegetarianos omnívoros.
Este artículo ha hecho acordarme de la serpiente ouroboros (la serpiente que se muerde la cola).
Cito:
«Las personas adoramos las explicaciones fáciles. Esa es posiblemente una de las piezas detrás de la barbarie. El fundamentalista, en su mirada del mundo, tiene certezas absolutas. Utiliza la religión, la idelogía o la tradición como una fuente inagotable de respuestas rotundas. Así construye una visión reducida del mundo, con muy pocas piezas, pero con una coherencia totalitaria que satisface algo primitivo que habita en nosotros.»
Nuestra forma de explicar los hechos retroalimenta los hechos en si. ¿No somos acaso nosotros los creadores de estos monstruos? ¿Qué trata de decirnos el mundo? ¿Qué parte de nosotros mismos clama por hacerse consciente?
La tentación de apelar a una maldad abstracta e insondable («el horror» de Kurtz) me parece pura metafísica y un intento de atribuirle esterilidad al debate, como diciendo que lo que importa es acabar con los bárbaros sin preguntarse las causas. Bien al contrario de lo que sugiere el artículo, esta es la que me parece la salida cómoda (para el poder y desde luego para uno mismo).
Todo terrorismo, incluso el más bárbaro, tiene explicaciones políticas detras. Y decir esto no es estar justificándolo ni «diluyendo la responsabilidad», sino tratando de comprender cómo acabar con él y cómo no repetir las barrabasadas que hayan podido ser el caldo de cultivo de los marginados de la sociedad para convertirse en «bárbaros».
Me había interesado el comienzo, pero ha sido bastante decepcionante en su conjunto. Hay que reconocerle, eso sí, el valor de la originalidad en tiempos de maximalismos, pero poco más. Me gusta también lo de las piezas, es interesante.
El argumento, central, por el contrario, es tan endeble que a poco que lo estires, se deshace. Debemos renunciar a comprender cualquier fenómeno social complejo e instalarnos en la ambigüedad permanente para no caer en ilusiones infantiles? O estamos confundiendo los mensajes propagandísticos de los media como si fuera la única explicación que maneja para el mundo entero, ex esto el autor, claro?
No acabo de comprender por qué, en los periodos interguerras, no nos organizamos nosotros -quienes no damos miedo-, frente a quienes sí lo dán. Quiero decir que es en estos momentos más «calmados» cuando deberíamos establecer los mecanismos para imposibilitar las guerras, las xenofobias, etc. El único problema es que estos payasetes están entre nosotros: son nuestros hermanos, padres, tíos, etc.; juegan con la vida, pero no como lo hace un fresco «vividor» juerguista, asumiendo él todo el riesgo, sino que a la vez juegan con los demás, presionándoles con sus ideas políticas, religiosas y demás. La respuesta, evidentemente, es la educación (en el sentido amplio del término), pero eso es de mucha complejidad y, al parecer, los poderes fácticos no están por la labor. Así que yo propongo la creación de unas entidades activas que aplaquen las gilipolleces «que dán miedo», las que no te permiten libertad, las tradiciones encorsetadoras, las frases de boca ligera (sobre todo cuando hablan del prójimo), etc., mientras estamos todavía en periodos de «calma». De hecho es lo que tengo pensado en cuanto mi situación se estabilice un poco. Crear esos grupos para tratar de aplacar a esos imbéciles («amigos», tíos, hermanos) que nos amargan la vida con sus teorías de infelicidad. Los pensaba llamar Grupo De Sentido Común, pero esto estaba pernsado «sólo» para acciones concretas de resolución de problemas (ej.: un paso a nivel que mata una persona cada año en determinado pueblo), pero parece que lo mejor es dedicarlos a lo ya comentado, ó sea, el objetivo de «parar los pies» a los «boca ligera» e impedir así la creación de «caldos de cultivo» que nos lleven a más guerras. ¿Quién se apunta? (yo no soy nadie, sólo un respetador sin NINGÚN interés ni egoísmo, salvo los obvios del ser humano) . [email protected]
Recuerdo una frase que repetía un profesor que tuve en el colegio: «Sólo los tontos no tienen dudas».
Estar firmemente convencido de algo es estar equivocado.Pero hay ocasiones-y estoy firmemente convencido de ello-en que es necesario estar equivocado.
Es difícil mantener la cabeza fría y contenerse ante los atroces atentados de París, porque se toma el todo por la parte y acabamos criminalizando a toda la civilización musulmana. No es menos cierto que el Islam, incluso en sus versiones más moderadas, no ha sabido despojarse de ciertas prácticas que lo hacen incompatible con la sociedad occidental, como la vigente condena que pesa sobre el bloguero saudí Raif Badawi por criticar al oficialismo, o la imposición del velo a las niñas en los colegios, algo que Francia precisamente prohibió. O la poligamia, o la intolerancia hacia los homosexuales… La forma de integrarlos es adaptándolos a nuestras costumbres respetando sus ritos en su esfera privada, de la misma forma que un occidental ha de observar las leyes y costumbres que rigen en el mundo islámico si quiere convivir con ellos.
Todas las creencias dividen a la sociedad, a la humanidad, por mucho que pretendan representar a la unidad. Por eso, seguir una religión, al igual que a un partido político, pertenecer a una nación, etc, es ser el enemigo de la humanidad entera, crear el centro y la periferia, los otros, inevitablemente. Esta tendría que ser la educación básica, comprender la libertad de no pertenecer y etender que donde hay división habrá conflicto, tan simple como esto. Al hilo de esto recomiendo este libro, http://goo.gl/ktqYFq para comprender mejor la naturaleza del conflicto, relacionado con el poder, o sea, la separación y el fomento de la misma.
Soy musulman y he nacido aqui en España.Soy la 3°generacion en este Pais.Me ha gustado el articulo, aunque no lo comparto del todo, es de lo mas sensato que he leido.Aunque el articulo no aborda el origen de los problemas o la solucion, sino las reacciones y la forma de ver el problema.Para mi el origen del problema es muy sencillo , la solucion muy compleja.La falta de justicia social y politica en todos las regiones no solo por parte de occidente sino tambien y especialmente en el mundo musulman.
Necesitamos explicar la barbarie porque si ya de por sí es un engorro morir, imagina lo que debe ser que te maten -o maten a alguien a unos metros de ti- sin ni siquiera entender el motivo. Y porque tenemos miedo. A que nos asesinen, a que nos impongan unas medidas de seguridad que limiten nuestra libertad, a no saber en quién se puede confiar.
Es cierto, es complejo analizar el fenómeno del integrismo, y en una época en la que se esperan respuestas inmediatas es fácil precipitarse y meter la pata. Aunque en este caso, Francia no está haciendo nada nuevo al bombardear al ISIS, lo lleva haciendo junto con USA, Canadá y otros países desde hace más de un año. Otra cosa es que hubiera una intención real de hacer daño, dados los pobres resultados. Es complejo analizar lo que está ocurriendo porque no es sólo el integrismo, son las políticas sobre inmigración, es el esquema multicultural que se ha impuesto, son los intereses e injerencia de Occidente en Oriente Medio -sea con intervenciones armadas directas, primaveras árabes, o insurgencia terrorista-, los intereses de los propios países en la zona, los conflictos entre los chiitas y suníes y el wahabismo de Arabia Saudí, el torticero papel de Turquía, el proceso psicológico y el contexto sociológico que debería explicar cómo alguien sin fe ni contacto con el integrismo musulmán es capaz de inmolarse al cabo de unos meses… No hay una explicación a lo que ha pasado en París que se pueda resumir en un párrafo, pero lo peor es que ni siquiera hay intención de hacerlo. Y este artículo parece apuntar en esa línea.
No hay intención de explicar esa complejidad porque desde los gobiernos occidentales nos quieren menores de edad, no puedes formarte una idea sólida de lo que ocurre porque si recurres a los medios de comunicación de masas sólo vas a encontrar versiones interesadas: Sadam Husein, Gaddafi, y tantos otros fueron «buenos» hasta que dejaron de serlo; los paramilitares en Ucrania son indignados aunque en otras partes se les llame terroristas por hacer lo mismo; al-Assad es un tirano que tiene a su pueblo oprimido pero ha aguantado cinco años de guerra con su apoyo, mientras nunca se habla de las tiranías del Golfo; nos hablan que los refugiados son familias sirias que huyen de la guerra cuando sólo hay un 20-25% de sirios, y en conjunto ni siquiera hay una mayoría de mujeres y niños, sino de hombres en edad laboral… Los ejemplos son infinitos.
En realidad no interesa que nadie se aventure en la complejidad que conduce a atentados como el de París, pues supone indagar en lo que no se conoce e irremediablemente cuestionar lo que se conoce: No es lógico que no se pueda discutir públicamente sobre qué modelo de multiculturalidad queremos sin que te llamen fascista/racista/xenófobo, no es lógico que se linche en los medios y redes a un cardenal por decir que entre los refugiados pueden colarse terroristas -algo que a día de hoy ni siquiera está claro: ayer tarde la fiscalía lo confirmaba. y al mismo tiempo los medios publicaban un listado donde sólo aparecían belgas y franceses-. No es lógico que a estas alturas no se haya hecho una lectura distinta de lo que han supuesto las primaveras árabes. Ni siquiera me parece sano que ante lo que esté pasando el mensaje unívoco sea «poner la otra mejilla», o dejar de actuar dado lo complejo del tema por temor a equivocarnos. No creo que el odio sirva para construir, claro que no, pero también sé que algo tenemos que hacer para defendernos de él, más allá de levantar las manos al aire y lanzar flores. Y también sé que el mensaje que transmite este artículo nos conduce directamente al siguiente atentado.
Kiko, cuando descansas? En hora buena.
En el 2001, cuando el fenómeno de la inmigración a Europa apenas tenía repercusión, cayó en mis manos un libro de Giovanni Sartori, filósofo-ensayista comunista, «La sociedad multiétnica», que por entonces me pareció un tanto exótico aunque muy bién armado. He vuelto a él varias veces y, en ésta ocasión, me lo he vuelto a leer entero. Tan adelantado, dresprejuiciado, desapasionado y brillante q cuesta creer hubiera visto tan claro cómo, cuando y por qué iba a estallar por los aires (nunca mejor dicho) el irreconciliable problema. Se lo recomiendo encarecidamente y en serio imprescindible. Saludos.
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Que imágen tan hermosa la de Antonio del paraguas que se convierte en cuchillos. Estoy viviendo en Inglaterra, un país con una mezcla étnica, cultural y religiosa muy intensa desde hace muchos anos, que también ha sufrido atentados y esta en el punto de mira y no veo esa histeria , esa abundancia de «especialistas» que de la noche a la manana «conocen» perfectamente el pasado, «analizan «certeramente el presenta y tienen la» solucion» correcta para el futuro , como veo que esta ocurriendo en España.
Hay cristianos moderados? O los únicos cristianos moderados son los que no hacen ni caso de lo que dice la Biblia. ? El Coran, si quitamos la parte relativa a normas de organización socio_ política de la Umma, es una copia, mala, pero copia de la Biblia y el hecho de que el poder del fundamentalismo cristiano haya ido descendiendo a lo largo de los anos no se debe a un cambio de la religión. Hay están los fundamentalismos americanos o lo que dicen algunos obispos españoles o la evolución que esta teniendo la muy católica Polonia. El cristianismo no está tan lejos de otros ismos. Lee a S. Pablo, S Agustín, S. Bernardo de Clara val, etc. Todos santos.
El fundamentalismo cristiano desapareció en su mayor parte con la Ilustración. Y digo desapareció porque comparar fundamentalismos redneck, lo que digan unos obispos que viven en su burbuja o lo de Polonia con cualquier país que se rige por la moral islámica y sigue lavando cerebros es una comparación torticera. Los fanatismos cristianos son problemas locales y de menor alcance. La herencia cultural de la religión cristiana en Occidente está bien lejos del mandato moral y de la represión del Islam en Oriente. Incluso en países islámicos moderados hay peña como Erdogan que va de demoislamista y está bastante lejos de un democristiano cualquiera en términos de derechos civiles. Cualquiera lo puede ver
El Islam también tuvo su propia Ilustración. Otra cosa es que ocurriera bajo la colonización, y fueran precisamente las potencias coloniales las que crearan Estados con líderes autoritarios que utilizan la religión y el analfabetismo con fines puramente políticos. No hay un sólo Islam, gracias a Dios. El fenómeno del jihadismo es demasiado complejo como para reducirlo a una explicación simplista y rotunda, demasiado basado en la teoría del choque de civilizaciones.
Gracias por el artículo, aunque por lo que he visto, el autori ha sido igual de rotundo afirmando conocer la motivación de los terroristas (atacar a Occidente y sus símbolos).
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