Seguramente no haya carteles más originales que los realizados en Polonia, aunque presentan el pequeño inconveniente de hacer que todas las películas parezcan del género de terror… Un buen póster debería ser capaz de transmitir de un vistazo algunos aspectos fundamentales acerca de aquello que anuncia —su género, sus protagonistas, el público al que va dirigida— y a estas alturas la industria del cine ya ha elaborado una semiótica en torno a una serie de clichés de los que hablamos en su momento. En esa tensión entre la originalidad y la eficacia descriptiva unos pocos carteles logran convertirse en pequeñas obras de arte por sí mismos, han llegado a resultar icónicos y adornan las paredes de nuestras casas e incluso se convierten en objetos de coleccionismo que alcanzan cientos de miles de euros en subastas. Naturalmente resulta difícil en muchos casos llegar a distinguir si uno de ellos nos atrae porque es la película la que nos gusta; es lo que intentaremos a continuación, aunque por supuesto cada lector es muy libre de votar según el criterio que le plazca así como de añadir otros ejemplos si lo desea.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
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El gabinete del doctor Caligari
En 1920 las campañas de marketing de las grandes producciones actuales eran algo inimaginable, pero ya se hacían estupendos carteles como este. La película, que ya ha pasado a ser de dominio público, pueden verla aquí.
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Metrópolis
Schulz-Neudamm fue el responsable de este ejemplo de art déco, con esa robot ante la ciudad futurista al borde de la revolución (puede verse aquí). Un cartel del que hoy día solo quedan cuatro copias originales. Una de ellas en manos al parecer de Leonardo DiCaprio, mientras que otra fue subastada hace tres años por 1,2 millones de dólares.
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King Kong
Como vemos, los carteles que se imprimieron en su día para promocionar clásicos del cine como este son hoy en día apreciadas piezas de coleccionista, uno como el situado sobre estas líneas llegó a venderse hace unos años por 244.500 dólares. Su autoría se atribuye a Carroll Clark y Alfred Herman.
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Lo que el viento se llevó
Ya nadie se acuerda del anodino cartel original desde que en 1966 Tom Jung y Howard Terpning crearan este otro mucho más arrebatado, con Rhett Butler cogiendo en brazos a una entregada señorita Escarlata cuyas enaguas intuimos que acabarán echas jirones unos segundos más tarde.
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La invasión de los hombres del espacio
El género de serie B de los años cincuenta contiene una apreciable cantidad de cintas a las que catalogar como obras maestras sería quizá exagerado, pero desde luego son muy entretenidas. Ahora bien, para sus carteles sí que es justa dicha etiqueta: El hombre del planeta X, Planeta prohibido, El monstruo de los tiempos remotos o la que ven sobre estas líneas.
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El ataque de la mujer de 50 pies
Reynold Brown fue el ilustrador responsable de los pósteres de grandes clásicos del cine cargados de solemnidad como Espartaco, Rey de reyes o Ben-Hur. Pero también dibujó los de películas de ciencia ficción que le permitieron dejar volar la imaginación como Tarántula o el que vemos arriba, sencillamente espectacular, con esos hombrecillos que desde su posición pueden contemplar algo que escapa a nuestra ángulo.
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La naranja mecánica
Bill Gold es el más grande ilustrador de carteles que ha dado el cine y si echamos un vistazo a las películas para las que ha trabajado el listado es impresionante: Casablanca, El sueño eterno, Extraños en un tren, Un tranvía llamado Deseo, Gigante, Esplendor en la hierba… Y así podríamos seguir, pero lo más curioso es que no se quedó anclado en un estilo clásico sino que fue modernizándose al ritmo en que el cine lo hacía. Este cartel que creó para La naranja mecánica es un buen ejemplo de ello.
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El exorcista
Y aquí tenemos otro. Gold no quiso utilizar lo que habría sido el recurso fácil de mostrar a la niña poseída, lo que habría privado al público de ir descubriendo su progresivo deterioro. En su lugar muestra la silueta del exorcista frente a la casa, con una luz muy potente desde una de sus ventanas que nos indica que algo gordo está pasando allá.
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Alien
Y como no hay dos sin tres aquí otra brillante creación de Bill Gold. Sobre Alien ya hablamos aquí y el cartel es otro acierto añadido a los mucho que tiene la película. Ese huevo flotando en la oscuridad eclosionando, insinuando sin mostrar, juega con el miedo del público a una amenaza que no podemos ver tal como hacía también la narración. Elegante y misterioso, queda mucho mejor que otras alternativas que se barajaron. Por otro lado, mencionábamos al inicio los carteles polacos y a falta de información sobre su autor nos queda la intuición de que de pequeño se cayó en una marmita de LSD. Del que hizo para esta película, sin llegar al nivel del original, hay que reconocer que también acojona, con esa caja torácica con ojos que tampoco es que guarde mucha relación con el protagonista, pero bueno, ya debía de tener la idea y mejor aquí que en Kramer contra Kramer. Este curioso engendro incomprensiblemente no hizo un cameo en Prometheus y la verdad es que no hubiera desentonado en el conjunto.
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Apocalypse Now
No podía faltar un cartel del tipo conocido como «cabezas flotantes», obra del ilustrador Bob Peak, autor de otros como el de Excalibur en el que podemos reconocer su estilo. En el centro y en primer plano tenemos la cara de vinagre de Marlon Brando, que apenas salía en los últimos minutos pero era sin duda el gran protagonista del film y al fondo, con sus siluetas superpuestas al sol, los helicópteros de su escena más celebrada.
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Manhattan
Si preguntásemos por los nombres de la infinidad de directores que han retratado Nueva York, probablemente el primero que la mayoría diría es Woody Allen. Si quisiéramos saber su película más característica nos responderían que Manhattan. Y si finalmente pidiéramos a nuestro interlocutor que nos indicara qué escena recuerda mejor, seguramente mencionaría la del protagonista junto a Diane Keaton sentados frente al puente de Queensboro visto desde Sutton Square. Esa imagen es por tanto la decantación pura del Nueva York cinematográfico y es la que con gran acierto se escogió para este memorable cartel, que desde entonces ha sido imitado u homenajeado en innumerables filmes posteriores.
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Tiburón
Una chica nadando inconscientemente a punto de ser devorada por un enorme tiburón que surge de las profundidades. Una imagen que expresa con sencillez y espectacularidad el argumento de la película que lanzaría a Spielberg a lo más alto.
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Per Aspera Ad Astra
Una película con semejante cartel no puede ser mala. Cine soviético de ciencia ficción de 1980 con su buena dosis de carga propagandística, droga dura.
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E.T., el extraterrestre
Hay varios carteles de E.T. de los que el más gracioso es, cómo no, el polaco, pero los dos más conocidos son el de los dedos tocándose y este otro con Elliot y el extraterrestre volando delante de la luna, que pasó a formar parte del logo de la productora Amblin.
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Pulp Fiction
James Verdesoto es un ilustrador de origen ecuatoriano autor de más de cuatrocientos carteles que incluyen títulos como Ocean’s Eleven, Notting Hill, El último samurái o El paciente inglés. Pero ninguno de ellos se aproxima al formidable éxito que ha logrado este, todo un icono contemporáneo del que se han vendido un gritón de copias que representa de manera ingeniosa una portada de una novela pulp a las que alude el título.
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American Beauty
La escena más característica de la historia era esa fantasía del protagonista con la amiga de su hija desnuda rodeada de pétalos de rosa, de manera que la compañía Pulse Advertising desarrolló este cartel que juega además con una alusión a la sexualidad adolescente. Tradicionalmente la virginidad ha sido vinculada a una flor que poseía la doncella y que una vez abierta es polinizada, en el momento del llamado precisamente «desfloramiento».
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La amenaza fantasma
La película podrá gustar más o menos (más bien menos) pero este póster es una maravilla. Como es habitual en los últimos años hubo varios teasers y avances de todo tipo para crear expectación antes de su estreno. En este vimos expresada de forma sencilla y eficaz un aspecto fundamental de la trama, empleando un elemento tan característico del universo de Star Wars como el clima soleado y desértico del planeta Tatooine, que permite crear esa sombra de Anakin con la forma del futuro Darth Vader en que se convertirá.
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¿Y Drew Struzan? ¿Ni una mención? ¿»The Thing»? ¿»Indiana Jones and the Temple of Doom»? ¿»The Goonies»? ¿»Big Trouble In Little China «? ¿»Torrente 3»?
Fre
Hablar de cartelismo y no nombrar a Struzan!!! Que huevos!!!
Pero, bueno, ¿ningún cartel de Saul Bass? Aquí tendría que estar, al menos, el de Vértigo y Anatomía de un asesinato.
Si no me equivoco, de Struzan es el cartel de la Amenaza Fantasma
Pues te equivocas. Ya no porque sea una foto (retocada), sino porque a poco que uno conozca el estilo de Struzan, ni parecerse.
No sabía que ese cartel de Lo que el viento se llevó no era de 1939 sino treinta años posterior. Entonces su aparición en un plano de una escena en El imperio del Sol de Spielberg es un total anacronismo…
Por cierto que sería una buena idea que alguna vez dedicaran un artículo a ese tipo de errores en el cine (pseudo) histórico, o en el de la tv.
Vuestro etnocentrismo y vuestros prejuicios pequeñoburgueses os impiden apreciar el glorioso cartelismo norcoreano:
http://www.pri.org/stories/2015-02-10/what-american-found-out-north-korean-film-festival
Yo voto por este del neorrealismo catalán. Se sale. http://www.libreseiguales.es/media/2015/09/unnamed5.jpg
Estoy de acuerdo falta Anatomía de un asesinato y Viaje con mi tío de Ja que Tati
El de «La semilla del diablo» siempre me ha parecido espectacular.
Coincido en que se echa de menos a Struzan y Bass.
De los últimos tiempos, el que más me gusta es éste:
http://blogs-images.forbes.com/markhughes/files/2015/04/Batman-v-Superman-poster-3-1940×1383.jpg
Caro Diario. Lo tengo en el comedor de casa.
…error garrafal.
Creo recordar que el diseño total del cartel para «La naranja mecánica» (y no sólo el dibujo) es del ilustrador británico Philip Castle, no de Bill Gold.
Castle trabajó otra vez más con Kubrick, creando el cartel de «Full Metal Jacket»
«The artwork of the now-iconic poster of A Clockwork Orange was created by Philip Castle with the layout by designer Bill Gold.»
https://en.wikipedia.org/wiki/A_Clockwork_Orange_%28film%29
…para más detalles:
http://www.designcurial.com/news/airbrushing-history-4159971/
Ah!… y uno de mis favoritos: «Supervixens», la de Russ Meyer, mucho más icónico que el de Pulp Fiction.
…y por último, me sumo a los lamentos por la ausencia de Saul Bass. Imperdonable.
Mon Oncle (1958), de Jacques Tati:
http://www.imdb.com/media/rm4027621120/tt0050706
Los dos primeros sin duda y a mi juicio, el de Caligari podría medirse con el famoso cuadro de El grito de Munch.
De los que no están incluidos, añadiría el de la Warner bross, The Jazz Singer, de All Johnson, creo que es la primera película sonora (sin diálogos, sólo música). Os dejo enlace:
http://www.bazarbizarro.es/index.php?id_product=65&controller=product
Hay otro guiño muy sutil en el cartel de American Beauty. La»American Beauty» hace referencia a una variedad de rosa que no tiene espinas, pero que tampoco huele, algo así como las vidas de la película, aparentemente perfectas pero sin ninguna sustancia. Es esa rosa sin espinas que aparece en el póster. Pero al mirar de cerca (el tagline de la película, «…look closer») comprobamos que el ombligo es en realidad una nariz, oliendo la rosa sin olor.
Muy interesante! Sabía lo de la flor inodora, pero desconocía el detalle del ombligo.
Ole Guille! Aquí ya aprendemos algo, no con los eternos indignados porque faltan sus representantes en las listas
Con excepción del cartel de El Exorcista todas me parecen feas con F Mayúscula, respecto de la nariz que huele, yo miro una oreja. No es eso más lógico?.
Pingback: ¿Cuál es tu cartel de cine favorito?
¿2001? ¿Blade Runner? ???
Opino lo mismo que alguien más arriba. Una lista de carteles de cine sin ninguno de Saul Bass está coja antes de empezar, aunque es algo tan manido que al final todas las listas repiten más o menos los mismos carteles. De él me faltan Anatomía de un asesinato, West Side Story o Vértigo. También incluiría El Padrino por su icónica tipografía, El silencio de los corderos, El Graduado, Taxi Driver, Tiburón…
Tiburón está incluida en la lista.
De acuerdo, todo empezó con Saul Bass.
MI recuerdo queda en ‘El hombre del brazo de oro’
Metrópolis
Desde luego, si no hay ninguno de Saul Bass es que el que ha confeccionado este reportaje lo ha hecho deliberadamente, ya que es imposible que no lo conozca. Ya están citados más arribas. El de Vértigo cuelga de una de mis paredes.
Y el de Blow-Up?? Con lo mítico que es…
Se me escapa el sentido de estos post en los que los comentarios de los lectores son más interesantes y acertados que los del autor.
Yo me quedo con el estilo modernista de Chinatown, y con el que hizo Saul Bass para 1,2 y 3 de Billy Wilder
Cyrano de Bergerac….