¡Están vivos! (They Live, John Carpenter, 1988)
En una década maravillosa para el cine de John Carpenter (La niebla, La cosa, Golpe en la pequeña China, Christine, Starman, 1997: Rescate en Nueva York… ) con desiguales resultados de taquilla pero casi sin excepción laureadas hoy con el sambenito de películas de culto, cae en las manos del director el cómic Nada de Bill Wray, historia adaptada a su vez del relato «Eight o’clock in the morning», de Ray Nelson. Un Carpenter tocado por las musas ve el potencial de la historia sobre dominación alienígena e hipnosis colectiva y decide llevarla al cine, puesto que encaja muy bien en su filmografía más bien de izquierdas y de ciscarse en el sistema.
En la película, un joven desempleado y con mullet experimenta lo que ahora llamamos movilidad exterior, esto es: se ve obligado a echarse la mochila al hombro y vagabundear de ciudad en ciudad buscando trabajo. Se ve que no vino la PAH a ayudarle con el desahucio, de modo que cuando por fin consigue curro, tiene que irse a vivir con otros trabajadores a un poblado chabolista. Con estas circunstancias, ya os pongo en antecedentes, no es que esté precisamente feliz y contento. El tío del mullet, que en otra vida podría haber sido luchador de wrestling (a la sazón, Roddy Piper), tiene muy malas pulgas.
Para colmo, en el poblado chabolista hay un lío de resintonizar las cadenas de la tele, y cuando están viendo Gran Hermano VIP se les cuelan emisiones de La Tuerka. Lo importante empieza cuando en una de las asambleas ciudadanas, a uno de los círculos se le olvida una caja de gafas de sol del Alcampo. El papel que ejercen las gafas de sol es el mismo que la pastilla azul de Matrix: una vez colocadas sobre las narices, puedes ver la realidad tal cual es, alcanzas un grado superior de consciencia. Para darle mayor énfasis, el director utiliza el blanco y negro para estas escenas, sin duda las más relevantes de la película, logrando un efecto que no dejará de sorprender al espectador que se asome al filme desde nuestro 2015. Gracias a las gafas de sol, que bloquean la señal hipnótica, el joven y musculado protagonista desenmascara a la casta: invasores del espacio, tíos muy feos que parecen tener chuletones pegados donde nosotros tenemos la cara, que han adoptado apariencia humana y que se están pegando la gran vida esclavizando a la humanidad mediante el capitalismo, el consumismo y los medios de comunicación. Je. Una tesis de plena vigencia hoy, pero con un chuletón pegado a la cara, vaya.
Resulta que el dinero, los periódicos, los anuncios del metro, contienen mensajes subliminales que las gafas de sol del Alcampo dejan al descubierto: obedeced, consumid, seguid dormidos, no protestéis, reproducíos, comed más verduras, lavaos los dientes, no piséis lo fregao…
Este sesudo alegato, más en la línea de Orwell y Huxley, y que entronca con una de las ramas de la ciencia ficción clásica, en la que el alienígena es malvado y un enemigo a combatir, se mezcla inmediatamente con la esencia del cine de Carpenter que todos amamos y apreciamos; amparándose en la idea de que la casta la forman en realidad seres de otro planeta, Carpenter avanza la que le parece la única solución posible: liarse a hostias. De modo que a nuestro joven del mullet, en la versión doblada al español, se le hinchan las pelotas (sic) con la subida del IVA y las retenciones y la prima de riesgo y la deuda externa, y en la original en inglés podemos oírle pronunciar una frase mítica de la película y del cine, mil veces homenajeada y parodiada, incluso por los geniales guionistas de The IT Crowd: I have come here to chew bubblegum and kick ass… and I’m all out of bubblegum. «He venido a mascar chicle y patear culos, y se me está acabando el chicle», dicho lo cual procede a liarse a tiros. Pero semejante lucha social no puede llevarla a cabo un individuo en solitario. Le toca convencer a un colega de que se ponga las gafas de sol en la que es la secuencia más recordada del filme: una espectacular coreografía de puñetazos de diez minutos, para la que los actores invirtieron un mes de ensayo. Juntos, acuden a los círculos, y deciden en asamblea popular liarse a tiros con todo. Ahí empieza lo bueno, claro.
Como dice el filósofo esloveno Slavoj Žižek en su Manual de cine para pervertidos, esta es una de las grandes obras maestras olvidadas de Hollywood. Qué mejor momento para recuperarla que ahora mismo. Obedece. Y no me pises lo fregao.
Artículo extraído del libro Jot Down 100: SCI-FI disponible en nuestra store y en nuestra red de librerías.
La única película excelente de Carpenter es The Thing, el resto de su cine está totalmente sobrevalorado.
El primer comentario, y ya tenemos al cuñao de turno. Para esto, mira, mejor que los cierren.
Gracias por abrirnos los ojos, hacen falta más tíos que sepan de esto como tú… Por cierto, quién eres para desacreditarnos a todos los que lo sobrevaloramos? Sabes más que nosotros? La tienes más gorda?
Después de la contestación al típico cuñado español que sabe más que nadie, de lo que he visto de carpenter me parece de lo más flojo, y la escena de la pelea entre ambos la veo arrítmica y falta de tensión. La mala traidora guapísima eso sí.
La peor película de Carpenter es The Thing, el resto de su cine está totalmente infravalorado.
Carpenter es como el Mesias de los nulos para el cine.
El cuñadismo es un mal endémico aquí pero en JotDown, una plaga; cuánta razón, nombre. :
Pero la pelea de Están vivos es antológica y la película entera una delicia. Cuestión de gustos.
«cuando están viendo Gran Hermano VIP se les cuelan emisiones de La Tuerka» :D :D Olga, me quito el sombrero.
Personalmente al cine de Carpenter le tengo reservado un espacio destacado en mi memoria por los buenos momentos que me ha hecho pasar. Dicho esto es un director que, a mi modo de ver, le pasa una cosa curiosa y es el hecho de que alterna de notables a excelentes películas ( «Asalto a la comisaría del distrito 13», «La noche de Halloween», «1997: Rescate en Nueva York», «La cosa», «En la boca del miedo») con auténticos bodrios resueltos de la manera más chapucera («Fantasmas de Marte», «2013: rescate en L.A.», «Vampiros»). No se me ocurre mejor ejemplo de esto ultimo que «Están vivos» donde una premisa cojonuda es malograda por una realización desganada con errores de principiante como ese más que discutible casting ( D.E.P. el bueno de Roddy Pipper pero reconozcamos que como actor no dejaba de ser un cacho de carne inexpresivo y… ¡¡encima es el prota!!), secuencias arrítmicas como la inacabable pelea con Keith David (me recordaba al irritante numerito musical de Harpo en medio de cualquiera de las películas de los hermanos Marx) o ciertos recursos estilísticos ochenteros que ya empezaban a estar desfasados en su año de estreno (esos tiroteos más propios del equipo A). No obstante queda para la memoria esa sugerente alegoría que, por desgracia, esta más de actualidad que nunca.
Larga vida pues a John Carpenter.
¿El libro cuándo se puede descargar de la web?
Hola. Lo tienes en versión pdf aquí: http://www.jotdown.es/store/#!/Jot-Down-100-SCI-FI-Versi%C3%B3n-PDF/p/48331464/category=2470184
Un saludo.
Muy bien todo, excelente articulo, pero!… Que joder! No podrían haber puesto en el encabezado: SPOILER! Han revelado toda la trama…
La acabo de revisitar y la verdad es que me lo he pasado bomba. Muy ochentera, con ese Mullet y esos tiroteos pasados de rosca, pero es una película plenamente disfrutable. Me ha encantado el ritmillo que le imprime Carpenter y esa Banda Sonora presente a lo largo de todo el metraje.
Y en mi opinion Pipper está genial. Era el o Kurt Russell en esta película. No había sitio para ningún otro.
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