Toda generación tiene la misión atávica de cargarse al padre, ya sea este el inquietante progenitor de Franz Kafka o el fascinante Darth Vader. Pero el proceso de demolición de la figura del pater familias jamás había alcanzado las cotas de destrucción diseñadas por los guionistas y dibujantes de las series de animación contemporáneas. Si uno pensaba ingenuamente que a estas alturas el grado cero de la inteligencia lo marcaba el entrañable Patricio Estrella, compañero de aventuras de Bob Esponja (otra lumbrera: en un episodio en el que Fondo de Bikini se transforma en el Lejano Oeste, los dos colegas cantan a dúo sobre el escenario de la Krusty Kantina la entrañable tonada «Somos idiotas»), basta con encender al azar uno de los nueve canales infantiles de la oferta televisiva para toparse con un espécimen que sobrepasa holgadamente ese punto de no retorno y de aniquilación de las sinapsis neuronales: el padre de los dibujos animados. Es el gran necio de nuestra época, ha viajado hasta el fondo mismo del Homo sapiens y, lo que es más, ha tocado ese fondo con sus propias manos.
El padre idiota de nuestro tiempo, hay que admitirlo, ha tenido notables precursores en las ya míticas series de animación de los noventa. Los pioneros en este decadencia masculina son sin duda dos iconos (y tal vez héroes) finiseculares: Homer Simpson y Hiroshi Nohara. Borrachines y vagos vocacionales, ambos tienen más cerveza que glóbulos rojos circulando por sus venas. La única aspiración conocida del padre de Shin Chan es escaquearse todo lo que pueda en el trabajo y tomarse unas copas al salir de la oficina mientras otea el paisaje femenino, aunque luego nunca lleva a término sus fantasías sexuales y se conforma con llegar a casa tambaleándose. Y qué decir de Homer, al que Matt Groening bautizó así con una crueldad inaudita (en los países hermanos de América le llaman directamente Homero) para luego ponerlo a los mandos de la central nuclear de Springfield. Algunos lo ven como una crítica radical al macho alfa o WASP estadounidense, pero yo creo que Homer es en sí mismo algo así como el hundimiento del Titanic de la inteligencia humana. Y cuando las neuronas se han largado en los botes salvavidas, ya no nos queda ni la orquesta tocando en cubierta, sino Homer acodado en el bar de Moe, trasegando una cerveza tras otra y soltando frases estúpidas y políticamente incorrectas. La idiotez de Homer es inabarcable, océanica. Es como uno de esos continentes inexplorados que los mapas antiguos apenas describen con una leyenda: «aquí hay dragones».
Pero Hiroshi Noara y Homer Simpson solo fueron los fundadores de una subespecie, el padre corto de mollera, que se ha perfeccionado hasta límites insospechados con las series del nuevo siglo:
Padre de familia
Peter Griffin está por deméritos propios en este ranking a vuelapluma de grandes padres memos de la modernidad. Aunque en dura competencia con su hijo Chris, el progenitor es de lejos el más bobo del clan Griffin. El perro (H. Brian), una mascota que lee y va al psiquiatra, es el gran intelectual de la casa junto al pequeño Stewie, un bebé demasiado listo que utiliza su talento innato para hacer el mal. Peter tiene por costumbre, cómo no, beber cerveza y destrozar la propiedad de sus vecinos, para lo que en una ocasión se compra un tanque (cargado de munición) y otro día se trae una jirafa del zoo y la aparca en el jardín. Entre sus hazañas también consta el asesinato del Oso Yogui en un dramático episodio que hace estremecerse a los que crecimos merendando con Bubú y su compañero de andanzas.
Peppa Pig
Una de las estupideces más habituales de los padres de dibujos es volver a comprar sus propias posesiones en los clásicos mercadillos que se organizan cada dos por tres en Estados Unidos. La comete Peter Griffin y también el padre de Pepa Pigg, que por no tener, no tiene ni ni cerebro ni nombre, y es, simplemente, Papá Pig. Sucede el día que recompra su costroso sillón de orejas —que previamente, y a sus espaldas, había donado la señora Pig— por una pequeña fortuna en el rastrillo escolar montado para recaudar fondos con el fin de arreglar el tejado de la guardería. Papá Pig sabemos que va y viene de la oficina para regresar a su casa en la colina, pero no entendemos muy bien a qué se dedica. Al menos es un hombre de vida ordenada, nada que ver con los padres cerveceros y rijosos de las series americanas o japonesas. El toque británico es lo que tiene. En una entrega, el señor Pig intenta colgar un cuadro en la pared del hogar y se lleva por delante media casa a martillazos. Cuando intenta ocultar los destrozos, con la ayuda de Peppa y George, la cosa se pone mucho peor y por momentos parece que Papá Pig es el mismísimo Mr. Bean. Lo suyo no son las manualidades, pero tampoco las intelectualidades. Le salva que tiene sentido del humor y casi todos los episodios acaban con la familia descojonándose de risa por los suelos (o saltando todos juntos en un charco de barro, depende).
Sanjay y Craig
Sanjay Patel y su serpiente parlanchina Craig protagonizan una serie irreverente, suburbana y de crudo realismo. El padre de Sanjay, Vijay Patel, regenta una tienda de electrodomésticos y reparaciones. No es precisamente lo que se llama un personaje popular en la ciudad y, de hecho, para sobrevivir al instituto tuvo que fabricarse un robot, Fiestabot, para tener un colega con el que amenizar los guateques. En uno de los episodios, para poder colarse en la fiesta de los Dickson, Sanjay y Craig rescatan a Fiestabot del almacén paterno y se lo llevan puesto. Pero Fiestabot, como los genuinos fiesteros, no sabe parar, y en su frenesí acaba por arrancar el tejado de los Dickson. Patel padre tiene que presentarse, ataviado con unos extraños calcetines y un gorro indescriptible, para enfrentarse al robot con un estrafalario baile. Moraleja: si tienes que fabricarte un Fiestabot para superar tu adolescencia, igual resulta que eres un pelín panoli.
Los padrinos mágicos
Las neuronas no abundan en esta serie con aire años sesenta. Timmy Turner es un niño a quien el azar ha regalado unos padrinos mágicos —Cosmo, Wanda y el bebé mágico Poof— que viven camuflados como presuntos peces de colores y que se dedican a cumplir todos sus deseos. El teorema fundamental de los dibujos animados, según el cual la madre y la hija son las más listas de la familia y el padre es siempre el más corto del clan, se cumple aquí a rajatabla: es tonto el padre de Timmy, e incluso Cosmo, el padrino mágico. El señor Turner lo mismo se casa con un arbusto que se cree un castor y se pasa el día mordisqueando los árboles del jardín. No mucho más espabilado es Cosmo, que a veces no recuerda ni quién es, pero Wanda y Poof van sacando a todos de los entuertos en los que se meten un día tras otro.
El asombroso mundo de Gumball
Con permiso de Hora de aventuras (donde asistimos a un conflicto freudiano o shakespeariano entre el perro Jake y el fantasma de su padre), Gumball es la mejor serie de animación de la televisión actual. Un tesoro. Una delicia. Una obra de arte que, si el mundo fuera ese lugar justo que un día nos vendieron allá en la niñez, debería estar colgada en algún museo para que los visitantes se sacaran selfis delante de la pantalla. Un gato azul llamado Gumball y un pez mutante que responde al nombre de Darwin (y que salta de la pecera al mundo exterior para pasar de mascota a hermano y mejor amigo del felino) protagonizan estos episodios donde la animación se mezcla de forma magistral con elementos reales, para dar a luz un instituto en el que comparten aulas fantasmas, dinosaurios y todo tipo de seres al margen de eso que conocemos como realidad (ejem). Como manda el canon de los dibujos contemporáneos, la madre es una astuta trabajadora (en la fábrica de arcoíris) y la hermana de Gumball y Darwin, Anais, es superdotada. What else?, que diría Clooney aferrado a su café solo.
Richard Watterson, el padre de Gumball, literalmente se baba. Es un conejo (se trata de una familia multirracial donde los conejos conviven con los gatos y un pez) cuya única aspiración en la vida es sentarse en calzoncillos en el sofá, devorando frituras grasientas y bebiendo cantidades industriales de soda y otros brebajes insanos. Hasta ahí, lo normal en un varón occidental del siglo XXI. Pero su inteligencia roza mínimos históricos y le lleva a despeñarse por todo tipo de situaciones surrealistas. En un episodio, los niños le hacen creer que tiene poderes mágicos gracias a una varita que viene con los cereales y en otra entrega gana por goleada un concurso de vagos. Es incapaz de conseguir un trabajo después de llevar a la quiebra a su antigua empresa, y hay un capítulo en el que descubrimos (otra genialidad del guion) que en realidad es mejor que Richard Watterson no trabaje, porque si algún día volviese a sentarse en un oficina el universo se autodestruiría (glups).
En un capítulo que ya tiene hechuras de clásico, la madre se tiene que ir a trabajar (el arcoíris es muy exigente) y, como no hay clase, deja a sus criaturas a cargo del denostado pater familias. Su excursión al centro comercial es antológica. Los niños llegan en pijama, obviamente sin lavar ni peinar, y el padre, para no ser menos, comparece en calzoncillos y con solo una gabardina por encima. Richard se dedica a recorrer los pasillos usando el carrito de la compra de patinete y, tras comerse todas las muestras promocionales que le ofrecen en el híper y destrozar buena parte de la mercancía, la peripecia deriva en una multitudinaria fiesta en casa que se les va tanto de las manos que recuerda más a Supersalidos que a una serie infantil. Solo el regreso de la madre redentora los saca del atolladero.
Es Richard Watterson. Después de verle en gayumbos ante la tele, tragando toda clase de grasas trans, tenemos que pensar que el género masculino ya solo puede ir a mejor. ¿Por qué clase de desagüe se ha ido el macho alfa de los años cincuenta y sesenta? Quién sabe. Pero, como le dijo Winnie the Pooh a uno de sus colegas tras extraviar un martillo o algo así (ya no me acuerdo, y no me apetece guglear a estas alturas del artículo):
—Ahora estamos más cerca de encontrarlo que de perderlo.
El padre de Rick and Morty!
Por si quedaba alguna duda de su memez, ineptitud y demás habilidades, el 2×01 lo deja todo bastante claro.
También es cierto que antes, en el 2×01, parece que el hombre se cosca de algunas cosas y no es tan absurder.
Mierder, era el 2×02 el que lo dejaba TODO claro.
:(
Es verdad que se echa en falta Rick & Morty. Además el padre es un tío majete, vaya, me parece que cumple perfectamente.
Exacto. La omisión de Rick and Morty como mejor serie de animación actual haría estremecer al mismísmo Peter Griffin.
También podríais haber nombrado Bob´s Burger. Aunque en este caso es el hijo pequeño el que es más estúdido sin ningún lugar a dudas.
Quizás no fuera tan extremo como Homer Simpson, pero Pedro Picapiedra ya apuntaba maneras.
Papá Pig no merece estar en esa lista: es arquitecto de profesión, y habrás tenido que escarbar para encontrar dos situaciones embarazosas con las que escribir el párrafo que le dedicas.
Además de que Peppa Pig es una serie educacional para público preescolar, no como el resto de dibujos animados caústicos reseñados en el artículo.
¿Que Papá Pig no merece estar aquí? Pues la verdad, cuando vi el título del artículo fue el primero en el que pensé. Siendo padre de dos niñas de 5 y 2 años creo que he visto todos los capítulos de Peppa Pig y varias veces además, y la idiotez de Papá Pig es una constante en la serie. Prácticamente no hay episodio en el que tenga un papel relevante en el que no cometa una estupidez que además suele ir acompañada de las risas de Peppa, George y Mamá Pig al respecto. Es en definitiva el gran idiota de la serie, pero lo peor no es eso, es que encima se ríen sistemáticamente de él. Y precisamente porque es una serie educativa me parece mucho más lamentable, por contraposición al personaje de Mamá Pig que siempre es la sensata, cabal y que muy muy raramente mete la pata.
Pingback: El gran idiota contemporáneo: retrato del parter familias en las series animadas
Es una máxima en todo tipo de series. Por ejemplo, en Como Conocí a Vuestra Madre, el padre de Llly, inventor de juegos de mesa, protagonizado por el gran Chris Eliott (merecedor por si solo de un monográfico por su gran Chris Peterson de «Get a Life», sumun de la estupidez y el surrealismo -«Tenemos embajadas en países como Francia y Francia del Norte, y no tenemos embajada en nuestro propio país…».)
se nota que no has visto Rick y Morty ni gravity falls, las dos mejores series de animación de la actualidad, y no las pasan por cartoon network, sera por eso que no las conoces.
Mis hijas ya son un poco grandes para pepa pig. Pero estos días mi sobrino de 6 años está con nosotros y he tenido la oportunidad de ver un episodio. Curiosamente en éste se abundaba en el tópico padre que va al trabajo, madre con niños en casa que ponen la lavadora y la camiseta de fútbol del papá se tiñe de rosa, papá vuelve del trabajo sólo para irse a jugar al fútbol y, claro, como va a ponerse una camiseta rosa. El episodio termina con el papá yendo a jugar en camisa.
Creó que el exceso de padres tontos en las series es real, como decís. Pero abundar en los tópicos sexistas de siempre no se puede llamar educativo.
Je, je, je… muy bien visto.
El padre de Dexter, el «padre» de Cow & Chicken tampoco se quedaban muy atrás.
Yo creo que la mayoría de esos animadores son muy jovenes y están en una edad de ajustar cuentas. Es un asunto muy curioso y nada estudiado (no sistemáticamente, que yo sepa) cómo la edad y modo de vida de los animadores (dicho en sentido amplio) se reflejan en las temáticas, el tratamiento, los diálogos. Ya en los Looney Tunes además de personajes urbanitas que viven en la cogorza y el cachondeo poco a poco aparecen los bebés y temas familiares.
No se si es por eso que en series japonesas igualmente cómicas, como Shin Chan o Doraemon los padres, con sus debilidades y ridiculeces, son mostrados con más admiración.
Franz, El asombroso mundo de Gumball no tiene la épica y la poesía de Hora de Aventuras pero es MUY grande. Hay sitio para Totoro y para Sin Chan. ¿no? :D Y mira que lo vió bien Diego Cuevas aquí en JotDown http://www.jotdown.es/2014/03/xii-razones-para-amar-a-gumball/
Peppa Pig sí que sobra un poquito ¿no? :D
¿Os imaginais una situación donde siempre automaticamente se pintara a las mujeres casadas como seres idiotas e inutiles y que siempre tienen que ser salvados por sus esposos, esos que por supuesto siempre serían mas inteligentes que ellas y sabrían solucionarlo todo?
Yo tampoco.
Al mas mínimo caso tendríamos a todas las empoderadas hablando de machismo y heteropatriarcados sin parar y a todas horas.
En casi todas las películas las mujeres casadas son idiotas, nunca saben qué hacer hasta que llega el marido a salvarlas. Y también las solteras. Hasta que llega el chico a salvarlas. Vuelve a ver tooodo el cine que viste desde hace 30 años y me cuentas. Empezando por todos los cuentos infantiles de príncipes y princesas. Peppa Pig ha estado en mi casa los últimos tres años. Papá Pig es idiota para compensar. Pero es buen padre. La serie tiene varios premios por educativa.
Ante tamaña generalización voy a responder, para ello voy a citar a mis pelis favoritas, que apliquen y algunas películas premiadas con el Oscar a la mejor película. Por que a las generalizaciones hay que contestar con datos.
– Casablanca (1942), la protagonista femenina es de todo menos idiota, y en un momento dado (ALERTA SPOILER 74 AÑOS DESPUES) su determinación llega al punto de que apunta al amor de su vida con un arma de fuego (FIN DEL SPOILER).
Esta mujer esta casada y no es idiota
– Adivina quien viene a cenar esta noche (1967) La vi con mi padre, hace casi diez años, tras verla, comentamos que la unica persona con sentido común y la actitud adecuada durante toda la pelicula era la madre de Sidney Poitier. Esta mujer esta casada y no es idiota.
– En Thelma Y Louise (1990….esta fecha la digo de memoria) se nos cuenta la historia de dos mujeres encantadoras con dos maridos miserables a mas no poder, si acaso se salva un poco uno de ellos. Estas mujeres estan casadas y no son idiotas.
– Infiltrados (2006) el papel femenino mas relevante no deja de ser menor, pero aun asi, descubrimos en ella toda la dignidad que desde luego le falta al 90% de los hombres de la película, esta mujer esta casada y no es idiota.
– Crash (2005) En esta pelicula de Paul Haggis, todos los personajes se mueven en la cuerda floja, uno de los pocos que se mantiene firmemente del lado «correcto» es la hija del inmigrante que tiene problemas con el seguro. Esta mujer, no recuerdo si esta casada pero no es idiota, y la unica mujer realmente idiota que recuerdo en esta pelicula, es Sandra Bullock.
– Una mente maravillosa (2001) Nos cuenta la historia de un gran matematico, y de su historia de amor con una mujer, que no es idiota.
– Gladiador (2000) El personaje femenino es uno de los mas rectos de la película. No esta casada, es viuda, y no es idiota.
– American Beauty (1999) Hay 3 grandes personajes femeninos en la película, las dos adolescentes no están casadas, pero yo no las llamaría idiotas, solo están confundidas, pecados de juventud. la mujer de Kevin Spacey en la película (no recuerdo el nombre de la actriz, pese a que es una de las grandes) hace un papel complicado, pero si ella es idiota el 70% de la población mundial lo es, puede que sea cierto, pero entonces, el genero es intrascendente.
– Shakespeare in love (1998) Aquí los personajes femeninos no solo no son idiotas, sino que son muy potentes. No se si hace falta debate, creo que no.
– Titanic (1997) Rose, puede que sea un poco miserable por no hacerle sitio en la tabla a su amante y tirar un pedrusco al mar con lo bien que estaría subastarlo para obras benéficas o lo que quieras, pero idiota no es, Si lo es su madre, que en algún momento estuvo casada, no lo es la mejor amiga de esta, cuyo estado matrimonial ignoro.
– El paciente ingles (1996) Juliette Binoche no hace precisamente de idiota ¿Estaba casada?
– Braveheart (1995) tiene dos grandes personajes femeninos ambos casados, el primero de ellos se casa con el heroe, y es tan tierno como inteligente, El segundo es la princesa de gales, y de tonta no tiene nada.
– Forest GUmp (1994) Jenny de tonta nada, y se acaba casando despues de una vida muy jodida, la madre de Forest es sabia a mas no poder.
– El silencio de los corderos (1991) No recuerdo si el personaje de Jodie Foster estaba casado, creo que no de hecho, pero de tonta nada.
– Paseando a Miss Daisy (1989) Miss Daisy es viuda, y de tonta cero, no se si antes de enviudar era tonta, pero en ese caso, la culpa quiza fuese del cebollino de su esposo.
– Memorias de Africa (1985) ¿Era Meryl Streep idiota en esta pelicula? No la vi, no lo se, se que estaba casada.
– Kramer contra Kramer (1979) Meryl Streep nuevamente no es idiota, aunque su humanidad esta en debate haciendole lo que le hace al pobre Dustin Hoffman.
– Annie Hall (1977) Di algo de Diane Keaton, di algo, te reto, te reto dos veces hijo de……..
¿Sigo?
Frank, el padre de la Serie Shameless….no es un cartoon pero como si lo fuera XD
Yo no sé que le ven a Gumball. He visto algunos episodios que, aun siendo graciosos, no le llegan a la altura del betún a los mejores momentos de Hora de aventuras, Rick y Morty, Padre de familia o cualquier episodio de las 12-13 primeras temporadas de Los Simpson. Después está la de Sanjay y Craig, esa serie la deben hacer nazis o algo.
Pues que es gráficamente genial, ingeniosa, divertida y llena de referencias estupendas. Lo que tiene el buen cartoon de toda la vida.
Comparar Padre de Familia con Gumball, menudo sacrilegio, Dios mío!!!
Padre de Familia se cargó hasta Los Simpson, cambiando un humor inteligente por otro a base de gags sinsentido. También tuvo algo que ver South Park. Hasta entonces era posible crear tramas serias y medidas con un humor ácido. Enhorabuena a los que os gusta ese tipo de humor. A mí me hace gracia a ratos (por ejemplo en Rick y Morty), pero el cuidado de tramas y profundidad de Los Simpson o Gumball son insuperables.
Más tontas son las esposas, que tienen que cargar con ellos.
Creo que peor parado que los padres quedan los maestros. No hay ni una sola serie de dibujos, ni serie adolescente donde no sean patanes, ineptos, oscuros, con problemas psicológicos…
que qué le vemos a gumball????
esto https://www.youtube.com/watch?v=RV3SzvkvIKw
j
Es cierto que en las series de animación de hoy el padre suele ser, como poco, un tontolaba, pero también es cierto que, me parece a mi, a los niños les resulta más fácil diferenciar ficción y realidad cuando ven animación digamos… caricaturesca que cuando ven imagen real.
Os invito, si os aburrís, a analizar los roles de los adultos en las series de Disney Channel. En el mejor de los casos están ausentes.
Vais a flipar. En serio.
lo de que Homer es idiota, para las últimas temporadas vale (no controlo muy bien a partir de cúal -vagamente, pondría la pica un par de temporadas después del cambio de actor de doblaje en español)
eso sí, el episodio de Frank Grimes como claro ejemplo de Visión Real de la Vida Vs. Homer Simpson
en cuanto al resto de dibujos animados citados, no he sido capaz de ver ningún episodio completo, aunque me suenan los títulos. supongo que serán cosas de la edad y de eso de que «cualquier tiempo pasado fue mejor»
«¿Por qué clase de desagüe se ha ido el macho alfa de los años cincuenta y sesenta?» ¿Cuál macho alfa? Ya lo comentaron pero lo recupero, desde Pedro Picapiedra, si no es que desde antes, la figura del padre de familia ya era materia de cuestionamiento. Predomina el ser mediocre. Agreguemos a Supersónico o al padre de los Dinosaurios, por mencionar otros dos de una lista posible. Vas más allá a la certera afirmación que hace jy: efectivamente, Pedro Picapiedra, como los otros mencionados, no sólo apuntaban manera, más bien representan lo que se podía en ese entonces y los posteriores son actualizados a una sociedad y una televisión que se han transformado.
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Hay que felicitar al autor de este artículo. ¿Por lo bien escrito que está? Por supuesto, pero especialmente por haber sacado a colación un tema nada manido y que, aunque aparentemente es trivial, tiene su intríngulis. Y ¿cómo lo ha conseguido? Pues, muy probablemente, sentándose al lado de sus hijos a ver la tele, algo que no haría el tipo de padre retratado en las series de animación que, por supuesto, existe. Otra cosa es que todos seais así. El hecho de que por vuestros comentarios estéis escandalizados también dice mucho a vuestro favor, porque no os sentís identificados. Y es que vamos mejorando, y los padres se implican más en compartir el tiempo con sus hijos.
Yo veo muchos de esos pater familias de los dibujos animados todos los días, cuyo único objetivo vital es ir al bar, el fútbol y poco más.
Y no se enteran de lo que pasa en su propia casa
Y se creen el ombligo del mundo y se permiten el lujo de despreciar a las mujeres
En casos como este recuerdo esos estudios que afirman que entre los varones se encuentran los seres humanos más pero también los menos inteligentes del espectro. A este último grupo pertenece este padre de los dibujos animados que ha dado tanto juego, como habéis dicho aquí, desde los tiempos de Pedro Picapiedra. Pero este estereotipo solo se utilizaba en dibujos porque se suponía que el pater familias no lo iba a ver. En comedias de situación como Modern Family aparece también un padre de familia un poco grotesco, pero se suaviza poniendo a su lado a una mujer joven que está cañón. ¿Qué hombre se sentiría ofendido?
Las mujeres estamos mucho más acostumbradas a estereotipos y ya ni nos molestamos en ofendernos: la mujer joven, sexy y sin cerebro, la mujer gorda, fea, cariñosa, buena cocinera y madre y asexual…
Me alegro de que los hombres toméis conciencia de la situación, porque así probablemente tendréis más cuidado a la hora de aplicar estereotipos femeninos. Sufrr en vuestras propias carnes un poco de sexismo y discriminación os hará ser más sensibles a la situación de las mujeres.
Pero no os preocupéis de que los niños se vayan a ver afectados por este retrato paterno en los dibujos que ven: ellos van a tomar como modelo el padre que ven en casa.
Muy divertido artículo . También creo que es un tema de análisis el por qué hay tantos padres así en la animación «de autor». Otro padre memorable que recuerdo, el de la Familia Radical de Urayasu (quién más usaría a su propio hijo como arma contundente?).
En el asombroso mundo de gumball la madre tampoco sale del todo bien por ejemplo en el capitulo donde gumball y darwin deben 700 dolares por el alquiler de una pelicula (la cual destrozan) la madre les dice que en algunos casos hay que huir y salen corriendo sin pagar , lo cual es un mal ejemplo para los hijos
Y eso que el autor del artìculo no ha visto el capìtulo de Gumball en el que Richard se pone cachas (con escenas tan antològicas en las que un hipermusculado Richard sale de una fuente llena de agua para arrojarse una botella de agua a su ya mojado e hipermusculado cuerpo).
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