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Hank Williams: «40 Greatest Hits» revisitados (y II)

Hank Williams. Foto: MGM
Hank Williams. Foto: MGM

Viene de la primera parte

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Hank Williams nació un 17 de septiembre de 1923, en Alabama, y lo hizo con espina bífida, lo que le provocó en vida unos terribles dolores de espalda que pretendió contener a base de calmantes, alcohol y drogas.

En 1952, en pleno apogeo de su carrera, los dolores reaparecieron por culpa de una caída tonta, y el mundo de Williams volvió a convertirse en un infierno: se divorció de su mujer, fue expulsado del Grand Ole Opry y el legendario productor Fred Rose dejó de trabajar con él. Ninguno lo aguantaba ya. Incluso su banda de siempre, The Drifting Cowboys, lo dejó en la estacada.

Ni siquiera la muerte se portó bien con él pues a día de hoy sigue sin estar claro lo que ocurrió en esas últimas horas, mientras Williams viajaba a la vez que moría en el asiento trasero de su Cadillac. El conductor, Charles Carr, un joven estudiante de apenas diecisiete años, no fue capaz de concretar a la policía en qué momento del trayecto falleció la estrella del country. En algún punto entre Bristol (Tennesse) y Oak Hill (West Virginia), Carr se dio cuenta de que llevaba un cadáver de acompañante. La autopsia determinó que Williams tenía en la sangre una buena dosis de vitamina B12 y morfina. Por el camino habían parado a ver a un doctor que le puso una inyección a Williams para mitigar el dolor. Y el dolor, en efecto, se fue para siempre.

Linda Ronstadt. Foto: Carl Lender (CC)
Linda Ronstadt. Foto: Carl Lender (CC)

21. «I Can’t Help It (If I’m Still in Love with You)» (1974), por Linda Ronstadt

Esta es una de las versiones más hermosas, perfectas y exitosas que se han hecho jamás de un tema de Hank Williams. No solo porque la voz de Linda Ronstadt se presenta aquí irresistible sino porque para colmo está acompañada de otra musa como Emmylou Harris. El álbum donde se incluía esta versión, el ya mítico Heart Like A Wheel (1974), se terminó convirtiendo en unos de los discos más vendidos del año. Esta versión consiguió además el Grammy a la mejor interpretación femenina de country. Rondstadt y su banda (formada por la créme de la créme de los músicos de sesión de Los Ángeles, incluida alguna que otra colaboración por parte de los Eagles) fueron capaces de colocar a Hank Williams en lo más alto de las listas de éxitos en plena década de los setenta. No creo que sea muy descabellado pensar que esta lectura del «I Can’t Help It (If I’m Still In Love With You)» tuvo algo que ver con la publicación del 40 Greatest Hits que hoy «revisitamos».

22. «Hey, Good Lookin’» (1992), por The Mavericks

Me reconozco fan absoluto de The Mavericks en general y de la exquisita voz de Raul Malo en particular. Junto a Chris Isaak, Malo es de los pocos cantantes contemporáneos que pueden presumir de estar a la altura de clásicos incontestables de la elegancia como Roy Orbison o Charlie Rich. Así de bien canta Malo y así de bien suenan The Mavericks haciendo esta marchosa versión del «Hey, Good Lookin’» de Hank Williams, que incluyeron en su segundo álbum titulado From Hell To Paradise (1992). Eran tiempos en los que los neotradicionalistas del country reclamaban su trozo de tarta y miraban atrás sin ira. Era lógico, por tanto, que un grupo tan auténtico como The Mavericks homenajeara al padre del honky-tonk.

23. «Crazy Heart» (195?), por Jerry Lee Lewis

A mediados de los setenta, justo cuando el chiquillo estaba en lo más alto de las listas gracias a su nuevo estatus de megaestrella del country, comenzaron a salir al mercado decenas de recopilatorios con material supuestamente inédito de Jerry Lee Lewis. En el fondo lo que intentaba todo el mundo era apuntarse al carro del éxito descomunal que estaba obteniendo el sello Mercury gracias al pianista de Louisiana. En 1975, el sello francés Charly, que se había hecho con los derechos de las grabaciones de Sun Records, comenzó a indagar en las sesiones que Lewis hizo a mediados de los cincuenta allí en Memphis y que se habían quedado sin publicar. Y así fue como se encontraron con esta primigenia lectura del «Crazy Heart» de Hank Williams. Una prueba más de que el reciclaje de Jerry Lee Lewis, de alocado cantante de rock and roll a calmado y contenido artista country, no era un movimiento tan descabellado.

24. «Lonesome Whistle» (197?), por Little Feat

Tras la muerte de Lowell George en 1979, la banda Little Feat se quedó como sin rumbo y al poco lo dejó. De forma póstuma lanzaron el álbum Hoy-Hoy! (1981), que no era más que un refrito de grabaciones inéditas combinado con alguna que otra maqueta o versión en directo. Incluso bajo estas circunstancias, el disco resultó ser magnífico porque Little Feat no fue nunca capaz de sacar al mercado nada malo. Pero quizás el gran descubrimiento de este disco fue esta maqueta que había dejado grabada Lowell George del clásico de Hank Williams «Lonesome Whistle», al más puro estilo funky. No he sido capaz de encontrar la fecha exacta en la que se grabó esta versión, pero debe de ser de mediados de los setenta. En fin, qué más da eso, si en todo caso es espectacular.

25. «Baby, We’re Really in Love» (1962), por Don Gibson

Don Gibson siempre ha sido un compositor reputadísimo en Nashville, lo que no ha quitado para que de vez en cuando se dedicara a grabar las canciones de los demás. En el caso de Hank Williams, y con independencia de que en 1971 le dedicara todo un álbum, Gibson versionó algunas de sus composiciones en su disco Some Favorites Of Mine (1962), del que destaco esta maravillosa lectura del «Baby, We’re Really In Love».

26. «Ramblin’ Man» (1975), por Steve Young

Probablemente la versión más profunda y estremecedora que se ha hecho nunca de un tema de Hank Williams. La hondura con la que Steve Young interpreta aquí el «Ramblin’ Man» pone directamente los pelos de punta. Esta barbaridad se incluyó en el magnífico álbum Honky Tonk Man (1975), y poco más puedo decir: simplemente escuchen al enorme Steve Young, aquí en estado puro.

27. «Honky Tonk Blues» (1972), por The Nitty Gritty Dirt Band

Will The Circle Be Unbroken (1972), el álbum triple que grabó The Nitty Gritty Dirt Band junto a algunas de las más grandes leyendas del bluegrass (como Roy Acuff, Doc Watson, Merle Travis y Norman Blake) pasará a la historia (si no lo ha hecho ya) como el disco de country más importante de todos los tiempos. No solo por su indiscutible calidad musical sino por el hecho de haber estrechado lazos entre distintas generaciones, ayudando a su vez a «resetear» buena parte del repertorio clásico del género con una nueva sensibilidad afín al rock de los años setenta. Como no podía ser de otra forma, el cancionero de Hank Williams está presente en varias ocasiones en esta especie de Biblia sonora de la música country americana. Por mi parte, me quedo con este «Honky Tonk Blues», en el que puede también escucharse al legendario Vassar Clements.

28. «I’m Sorry for You My Friend» (1977), por Moe Bandy

A Moe Bandy le tengo mucho respeto porque, con independencia de que sus grabaciones a lo largo de los años setenta (luego le perdí la pista, la verdad) me parezcan cojonudas (son puro honky-tonk, sin tonterías), lo que verdaderamente admiro de este hombre es su poca vergüenza: si no, no se explican muchas de sus portadas. En 1975 lanzó un álbum titulado, directamente, Hank Williams, You Wrote My Life que en realidad no era más que una declaración de intenciones, pues en su interior no había ni una sola canción escrita por el viejo Hank. Así que para encontrar esta estupenda versión del «I’m Sorry For You My Friend» hay que irse a su sexto disco, de 1977, que se tituló igual que esta magnífica canción de Williams.

Ray Charles. Foto: Heinrich Klaffs (CC)
Ray Charles. Foto: Heinrich Klaffs (CC)

29. «Half as Much» (1962), por Ray Charles

Si antes hablaba de la importancia capital de un álbum como Will The Circle Be Unbroken (1972) de The Nitty Gritty Dirt Band, lo que se inventó Ray Charles en 1962 no le va desde luego a la zaga: Modern Sounds In Country And Western Music fue una jugada extraña y exitosa que se sacó el amigo Ray Charles de la manga, haciendo historia por el camino. Eso de adaptar un repertorio eminentemente «blanco» (léase country o folk) a una sensibilidad decididamente «negra» (gospel o soul) fue todo un órdago para los oyentes de mente estrecha. Lo que hizo en el fondo Ray Charles fue demostrar que esas diferencias son absolutamente ridículas desde un punto de vista estrictamente musical, porque ya me dirán si este «Half As Much» que grabó Hank Williams en 1951 no queda aquí bien bonito en la voz y teclados del enorme Ray Charles.

30. «Jambalaya (On the Bayou)» (1973), por The Blue Ridge Rangers

Si no han oído nunca el nombre de The Blue Ridge Rangers pero ya se han puesto a escuchar esta versión del clásico «Jambalaya» podrán pensar que la voz del cantante se parece un montón a la de John Fogerty de los Creedence Clearwater Revival. Y habrán acertado. Eso de The Blue Ridge Rangers no era más que una cortina de humo, ya que este es en verdad el primer disco en solitario de Fogerty, grabado en 1973 y en el que se dedicó a repasar no pocos números clásicos del country. «Jambalaya» es quizás la canción más versionada de Williams y no parecía fácil dar con la lectura más adecuada. Pero dado que su letra hace referencia a los pantanos de Louisiana (de hecho es una composición de lo más cajun), qué mejor que Fogerty (el rey del swamp-rock) para cantarla.

31. «Window Shopping» (1968), por Ernest Tubb

No creo que Ernest Tubb necesite presentación. Es uno de los grandes de Nashville. Tiene a sus espaldas numerosos éxitos esparcidos a lo largo de una carrera de más de treinta años. Cómo no, entre tanto disco, le dio tiempo a dedicar uno a Hank Williams. Fue en 1968, y en él es donde he encontrado esta más que correcta versión del «Window Shopping». El insobornable Grady Martin es aquí el guitarrista.

32. «Settin’ the Woods on Fire» (1994), por The Tractors

El primer disco de The Tractors fue toda revolución. No solo por la cantidad de artistas invitados que tocaban en él (J. J. Cale, James Burton, Bonnie Raitt, Ry Cooder…) sino por el éxito comercial tan enorme que tuvo entonces. Curiosamente, en la enérgica versión que hacían de este «Settin’ The Woods On Fire» de Hank Williams no tocaba ninguna de estas estrellas. Es por tanto la banda de Steve Ripley la que se deja aquí la piel a la hora de adaptar el cancionero de Williams a los nuevos tiempos.

The Flying Burrito Brothers. Foto: A&M
The Flying Burrito Brothers. Foto: A&M

33. «You Win Again» (1969), por The Flying Burrito Brothers

El 6 de abril de 1969, en el Avalon Ballroom de San Francisco, The Flying Burrito Brothers hicieron de teloneros para Grateful Dead. Lógicamente, los hippies estaban allí para ver a Jerry Garcia y compañía, pero alguien tuvo la feliz idea de grabar todo el concierto y en 2007 vieron la luz estas grabaciones que, dicho sea de paso, suenan bastante bien. La formación de los Burritos es la clásica, con Gram Parsons, Chris Hillman, Chris Ethridge, Michael Clarke y Sneaky Pete Kleinow, y ellos son por tanto los que interpretaron en directo este clásico de Hank Williams.

34. «I’ll Never Get Out of This World Alive» (2011), por Steve Earle

Quizás haya sido Steve Earle el último reivindicador serio que ha tenido Hank Williams. En 2011, con la ayuda de T-Bone Burnett, Earle grabó un álbum titulado como el famoso último tema publicado en vida de Williams: I’ll Never Get Out Of This World Alive. No obstante, en aquel disco no había ninguna composición del viejo Hank. Solo a través de iTunes podía uno descargarse la versión que Earle hizo del tema en cuestión. Por si fuera poco, ese mismo año, Earle publicó su primera novela, que compartía el mismo título que el álbum y en la que Hank Williams sí que tenía un papel estelar pues aparecía como un fantasma que no abandonaba al protagonista, un médico sin escrúpulos que cargaba con la culpa de haber sido el que le dio la última dosis letal a Williams en aquel fatídico fin de año de 1952. La novela se publicó hace poco en España aunque, sinceramente, no la recomiendo demasiado, salvo que uno sea muy fan de Hank Williams, claro.

35. «Kaw-Liga» (1964), por Del Shannon

Otro que le dedicó todo un disco a Hank Williams fue Del Shannon. Fue en 1964 y en contra de lo que pueda parecer a simple vista es uno de los mejores tributos a Williams que me he echado a la oreja. Que nadie se lleve a engaño, porque tras los principales éxitos rocanroleros de Del Shannon siempre ha latido y con fuerza la música country. Prueba de ello es esta fantástica lectura del clásico «Kaw-Liga».

36. «Your Cheatin’ Heart» (1958), por Elvis Presley

De Rey a Rey, y tiro porque me toca. Elvis Presley mamó del country todo lo que sabía así que resultaba casi imposible que, siendo un artista que prácticamente vivió de composiciones ajenas, no hubiera catado en alguna ocasión el cancionero de Hank Williams. Lo curioso del caso es que aquí lo tenemos interpretando uno de sus grandes clásicos, el célebre «Your Cheating Heart», en una grabación realizada en 1958 pero que no vio la luz hasta 1965, en esos años oscuros que vivió Presley en los que no sabía ya qué hacer para vender discos en condiciones. Así que a pesar de la importancia de la grabación (¡Elvis Presley versionando a Hank Williams!), nadie o casi nadie se enteró de que esto había sucedido.

37. «Take These Chains from My Heart» (1963), por Grant Green

Una pijada que me marco, más que nada para demostrar que el repertorio de Hank Williams tiene cabida en cualquier sitio. El enorme guitarrista de jazz Grant Green tuvo a bien hacer esta exquisita versión del «Take These Chains From My Heart» de Hank Williams en su álbum de 1963 titulado Am I Blue, grabado, ¡cómo no!, para la Blue Note con Johnny Coles, Joe Henderson, «Big» John Patton y Ben Dixon de acompañamiento. Pues eso: ¡gloria bendita!

Hank III. Foto: Erika Taylor (CC)
Hank III. Foto: Erika Taylor (CC)

38. «I Won’t Be Home No More» (1996), por Three Hanks

La sombra de Hank Williams es pesada, pero lo fue especialmente para su hijo Hank Williams Jr., que no solo tuvo que acostumbrarse a crecer sin padre sino que, en cuanto tuvo edad para ello, se vio involucrado de lleno en toda esa campaña salvaje que orquestó la MGM para explotar el legado musical de papá. A Hank Williams Jr. lo pusieron de inmediato a imitar a su padre. Su primer disco se tituló Hank Williams, Jr. Sings The Songs of Hank Williams (1964) y el segundo Your Cheating Heart (1964). La voz ciertamente se le parecía, el nombre era prácticamente igual. ¡Lo mismo la gente no se daba cuenta!, llegarían a pensar en la MGM, y ahí que pusieron al chavalín a grabar una y otra vez las mismas canciones. El colmo se dio en 1965, cuando Jim Vinnieau, que había sido contratado para «modernizar» el catálogo country de la compañía, se inventó el concepto de «duetos imposibles» y gracias a una arriesgadísima jugada técnica consiguió sacar adelante todo un álbum firmado por Hank Williams Sr. y Hank Williams Jr. Father & Son se llamó el experimento y, las cosas como son, no salió nada mal. Tuvo que pasar un poco más hasta que Hank Williams Jr. se hartó de ser una marioneta y quiso romper con todo. Curiosamente, el yugo de ser hijo de quien era se convirtió en su nuevo credo, de ahí que su primera grabación «independiente» se titulara My Own Way (1967). El tiempo le terminaría dando la razón, pues Hank Williams Jr., al que su padre se refería cariñosamente como «Bocephus», se terminaría convirtiendo en una de las estrellas del country más exitosas de los setenta y ochenta, practicando un country-rock impecable que en estética parecía quedar muy lejos del repertorio de su padre, al que, con todo, siempre admiró. Por si fuera poco, la familia Williams no quedó ahí, y uno de los hijos de Hank Williams Jr. también quiso dedicarse a la música, pero esta vez sí que dando un giro copernicano: Hank III mezclaba sin tapujos el country que llevaba en la sangre con el punk metal, y por muy extraña que pareciese la mezcla, a alguien se le ocurrió repetir la jugada de aquel famoso Father & Son, juntando ahora a las tres generaciones. Esto sucedió en 1996, bajo el nombre de Three Hanks: Men With Broken Hearts, un disco mucho más inspirado de lo que pueda parecer a simple vista y prueba de ello es esta estupenda versión del «I Won’t Be Home No More» que se marcan, gracias a la tecnología, los tres Hank Williams.

39. «Weary Blues from Waitin’» (1965), por Wanda Jackson

En 1965, Wanda Jackson publicaba un álbum titulado Blues In My Heart en el que se incluía esta sentida versión del «Weary Blues From Waitin’» de Hank Williams, que como ya comenté en la primera parte de este artículo es el único single póstumo de Williams incluido en 40 Greatest Hits. Gran lectura con un toque gospel la que se marca esa gran señora del country que atiende al nombre de Wanda Jackson.

40. «I Saw the Light» (1979), por Willie Nelson & Leon Russell

Y para despedirnos en plan festivo, qué mejor que esta excelente versión en directo del clásico «I Saw The Light» a cargo de dos auténticos monstruos: Willie Nelson y Leon Russell, que grabaron un discazo juntos en 1979 titulado One For The Road. Y si con esto no veis la luz…

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