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Ana Santos: «La Biblioteca Nacional ha sido más consultada en estos últimos años que en trescientos de su historia»

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Ana Santos Aramburu (Zaragoza, 1957) ha pasado su vida profesional entre libros, desde sus inicios en la Biblioteca de la Universidad Complutense hasta la dirección de la Biblioteca Nacional, cargo que desempeña desde 2013. La institución afronta el reto de adaptarse al entorno digital para preservar el presente de la misma forma que atesora el pasado; junto a volúmenes de papel conservados durante más de trescientos años se almacenan ceros y unos que serán nuestro legado y que permiten ampliar exponencialmente la difusión del patrimonio cultural. Recorremos el edificio de Recoletos junto a Ana Santos mientras nos cuenta con entusiasmo cómo la digitalización de fondos ha permitido investigar desde cualquier parte del mundo e incluso ha dado lugar al descubrimiento de una obra de Lope de Vega, lo que supone la aprobación de Ley reguladora de la Biblioteca Nacional y otros muchos temas para invitar a acercarnos a nuestra biblioteca.

¿Cree que la Biblioteca Nacional es una institución con la que esté familiarizado el público?

Es una institución muy valorada y creo que incluso querida por el público, pero no es suficientemente conocida. Estamos haciendo un esfuerzo importante por abrirla, por darla a conocer y, sobre todo, por que se aproveche el enorme potencial que tiene esta biblioteca, porque a medida que se va conociendo más, se va queriendo más.

¿Qué es lo que está desaprovechado y se podría potenciar?

Hemos abierto dos líneas a dos tipos de públicos que podrían venir y que de hecho están viniendo. Por una parte el acercamiento de los fondos para el gran público con exposiciones con nuestras colecciones, actividades dirigidas a gente joven, a colegios, talleres de apoyo a actividades docentes, familias… Ese es el potencial que tiene la biblioteca para crear cultura y difundir conocimiento. Por otra parte, el acceso y uso de nuestras colecciones. Hay una parte importante que está digitalizada y por lo tanto los investigadores y lectores ya no tienen tanta necesidad de venir a consultar en las salas, pero tienen que saber que todo lo que se ha publicado en España desde hace muchos años está aquí depositado y que, por tanto, todo lo que no encuentren en otras bibliotecas va a estar aquí. Y ese es un campo muy amplio que puede dar lugar al desarrollo de trabajos de investigación, de tesis doctorales, etc. Que vengan a consultar nuestras colecciones, porque obviamente hay mucho que no está digitalizado y está libre de derechos de autor, pero hay mucho más que no está libre de derechos de autor y por tanto no podemos colgarlo en internet, solo se puede consultar en las salas.

¿Quién y cómo puede acceder?

Puede acceder cualquier persona mayor de dieciséis años con carnet de identidad. Puede acceder al salón de lectura y consultar el fondo moderno, es decir, el fondo menos valioso patrimonialmente hablando. Para acceder a los fondos especiales de mayor valor hace falta el carnet de investigador. Este carnet se da a muchas personas, por ejemplo a las que hayan publicado un libro, a profesores de universidad, a estudiantes que demuestren que necesitan acceder a fondos especiales para realizar trabajos de investigación… Por lo tanto puede acceder cualquiera que lo necesite.

¿Qué público acude a la biblioteca? ¿Hay algún perfil definido?

El público es muy amplio. Hay un perfil de personas que han dejado su vida laboral y tienen curiosidad intelectual y vienen aquí a hacer sus trabajos de investigación, muchas veces trabajos que no han tenido tiempo de hacer a lo largo su vida. Viene también un público, que además es muy fiel, que está interesado por un tema concreto; por ejemplo, genealogía o heráldica, o un autor del Siglo de Oro, y viene de manera constante a consultar todo lo que hay sobre ese tema. Luego, afortunadamente, cada vez hay más gente joven que hace aquí sus trabajos de fin de máster, sus tesis doctorales y sus investigaciones.

¿Qué fondos son los más consultados? ¿Hay estadísticas?

Se consulta toda clase de fondos. Sí que tenemos estadísticas de uso por salas y la sala de publicaciones periódicas —que conserva la historia de la prensa española, puesto que la Hemeroteca Nacional ingresó en la Biblioteca Nacional— es muy consultada. La sala Cervantes también lo es, puesto que guarda ejemplares únicos a los que solo se puede acceder aquí. Y el salón general, ya que las bibliotecas públicas, tanto municipales como universitarias, en últimos años han aportado menos fondo moderno y la posibilidad que hay aquí de acceder a todo lo que se publica en España también abre el acceso.

¿Qué normas de seguridad y preservación hay para proteger los ejemplares?

Con los fondos especiales, lógicamente, hay que seguir unas normas bastante estrictas que entiendo que a veces pueden ser bastante incómodas para los lectores, pero que están encaminadas a preservar la integridad del patrimonio bibliográfico español. A las salas especiales no se puede acceder con bolígrafo y otro tipo de materiales, hay que pasar por un detector de metales, los fondos se consultan con medidas especiales, en pupitres con cojines para su preservación y con soportes que impiden que el usuario ponga la mano para que el libro no se cierre, también hay una cámara que enfoca las manos en las salas de fondos más valiosos. Luego tenemos medidas de preservación y conservación en los depósitos, se mide diariamente la temperatura, la humedad y la luz, porque son tres factores que afectan directamente a la degradación del patrimonio. En el momento que hay una variación, se corrige.

Ana Santos para Jot Down 1

¿De dónde provienen los fondos?

El origen es la biblioteca real de Felipe V, que cuando llegó a España pensó que éramos un pueblo bastante iletrado y abrió su biblioteca al público. Ese es el núcleo fundacional al que luego se unió la biblioteca de los Austrias y algunas de nobles que perdieron la guerra y les fueron incautadas. Pocos años después de la fundación de la Biblioteca se instauró una ley por la cual todo lo que se publica en España tiene que ser depositado aquí, esta es la mayor forma de ingreso: a través del depósito legal. En el siglo XIX, cuando se multiplica la producción de libros y se forman grandes bibliotecas, algunas de ellas ingresan en esta. Por lo tanto tenemos una mezcla de fondos de gran valor, bibliotecas de bibliófilos especializadas, y por tanto únicas, y el depósito legal por el que no solo ingresan todos los libros, también todos los periódicos, revistas, discos, películas, vídeos, etc., en todos los formatos que han existido. Además nuestra obligación es tener aparatos reproductores válidos. Los primeros soportes de sonido, como son los cilindros de cera o rollos de pianola, también los tenemos y conservamos instrumentos lectores. Es decir, todo lo que en España desde hace más de trescientos años ha tenido un soporte físico donde la creación artística se ha podido plasmar está en esta biblioteca.

Se escapan un poco las proporciones de dónde se puede guardar todo eso.

Es una colección que supera los treinta y dos millones de ejemplares. Aquí en Recoletos evidentemente no cabía todo, tenemos una segunda sede en Alcalá de Henares y ahora estamos planificando la construcción de la séptima torre donde se conservan. Los fondos se sirven aquí, cualquier usuario a través de Internet puede hacer la petición anticipada y en veinticuatro horas tiene disponible el libro, película, cartel publicitario o lo que sea. Y ahora estamos preservando los contenidos de internet. 

Lo que llaman el Big Data español. 

Se me ocurrió un día decir eso y qué horror, por qué lo diría. Realmente es la gran masa de datos de España.

¿En qué consiste?

En las bibliotecas nacionales somos muy conscientes de que el conocimiento ya no solo se genera en soportes tangibles, hay una parte muy importante que está en internet y que solo está en internet. Sabemos que estas son las fuentes de investigación del futuro y que cuando un investigador quiera conocer la historia de España tendrá que acudir a las fuentes de internet, y si no se preservan, no van a existir. Al igual que las bibliotecas nacionales de nuestro entorno, estamos empeñados y nos sentimos responsables de la preservación de estos contenidos. Empezamos hace ya años a hacerlo, con la ayuda de Internet Archive, una fundación sin ánimo de lucro que se dedica a esto a nivel internacional y que sobre todo ayuda a países que empiezan. Hicieron para nosotros varias recopilaciones, algunas temáticas y otras generales, que son las dos formas que hay de hacerlo. Las temáticas se hacen cuando se produce algún acontecimiento de especial interés y las generales sobre el dominio «.es». Esto ha estado depositado en California hasta 2014, cuando lo trajimos aquí y ya teníamos la tecnología para hacerlo. Hemos hecho recolecciones —se llaman así porque se lanzan semillas temáticas y luego se recolecta todo lo que el robot ha sido capaz de capturar en los distintos servidores abiertos— con la abdicación de Juan Carlos I, la proclamación de Felipe VI, la muerte de Adolfo Suárez, ahora con las elecciones municipales y autonómicas y el mes pasado con las andaluzas, también con el 9N en Cataluña. En unos días se va a publicar el decreto de depósito legal de publicaciones electrónicas, que lo que hace es obligar a aquellos productores y editores de este tipo de publicaciones protegidas por la propiedad intelectual a dejarnos capturarlas o a depositarlas voluntariamente en los servidores de la Biblioteca Nacional, con la finalidad de que igual que preservamos los libros físicos se puedan preservar los libros o revistas electrónicos. Si esto no se hace, sabemos que se va a perder.

Porque además es más difícil la preservación.

Sobre todo cuando son soportes que por cualquier motivo no están normalizados internacionalmente. La preservación digital se hace teniendo en cuenta que todos los grandes repositorios institucionales responden a estándares internacionales y que, por tanto, a la hora de migrar a nuevos entornos, hay que hacerlo de forma estandarizada, legible por las siguientes máquinas.

¿Cuándo y de qué manera podrá tener acceso el público?

Tendrá acceso de igual forma que tiene acceso a la información en soporte tangible, a través de ordenadores de la biblioteca, y se podrá utilizar exactamente igual que el resto de la colecciones.

Ana Santos para Jot Down 2

En el año 2008 se crea la Biblioteca Digital Hispánica, un recurso en línea que proporciona acceso libre desde cualquier ordenador a fondos de la Biblioteca Nacional. ¿Qué tipo de fondos hay digitalizados y a cuáles puede acceder el usuario?

Los fondos digitalizados son fondos en dominio público, a los que se puede acceder desde cualquier sitio. Ahora mismo hay unos ciento sesenta mil ejemplares. Ahí está lo más valioso de la biblioteca, son las colecciones que por motivos de investigación a nivel internacional tienen mayor relevancia y por tanto mayor número de accesos y de consultas. Es un proyecto que se pudo hacer gracias al patrocinio de Telefónica, sin esta ayuda nunca habríamos podido abordar una empresa de estas características que ha dado lugar a accesos que tienen un crecimiento tremendo cada año. Por ejemplo, en 2014 se descargaron casi cinco millones; no consultas, sino descargas de ejemplares como la primera edición de la Celestina. Se puede equiparar a los préstamos en las salas de investigadores. Tenemos la satisfacción de saber que somos referencia para el hispanismo internacional. A medida que vamos digitalizando más, se va consultando más. Y no solo tenemos libros digitalizados, también tenemos música en streaming.

¿Hay un nuevo tipo de lector o es el mismo que va abandonando las salas presenciales?

Yo conozco varios casos de investigadores y escritores amigos que me han dicho que sus últimas obras las han hecho gracias a lo que estaba digitalizado; no solo las colecciones, también la hemeroteca, que es muy importante, porque se accede a través de OCR, es decir, buscas en palabra clave de todo el texto de la revista, y te permite descubrir cosas que de otra forma es imposible descubrir. Sí que muchos investigadores ya no vienen, pero esto permite que se hagan descubrimientos sorprendentes que de otra manera no se podrían haber hecho. El último descubrimiento de un inédito de Lope de Vega, Mujeres y criados, que ahora se está representando en el Teatro Español y es un Lope en estado puro, catalogado desde el s. XIX como obra anónima. El investigador que la descubrió estaba en la Universidad de Siracusa y no hubiera podido hacerlo si no hubiera estado digitalizado. Con lo cual tenemos un filón para generar nuevo conocimiento sobre la cultura española.

Para seguir creciendo esa biblioteca digital, ¿depende de patrocinio privado?

Ahora mismo la estamos financiando con presupuesto propio de la biblioteca pero el nivel de crecimiento es mucho menor. Tenemos un convenio con Telefónica en menor cuantía. Nos permite seguir digitalizando pero no de manera masiva como fue en los últimos años, aunque tampoco a mal ritmo. Ahora, por ejemplo, acabamos de digitalizar en alta calidad la colección de incunables españoles, que ha tenido miles de accesos desde que se hizo y que de otra manera sería muy difícil. Y estamos también siguiendo una línea de digitalización que creo que es muy interesante: poner autores que entran en dominio público a disposición de todos. Cada año sacamos una lista de los autores con un enlace a los registros de nuestra base de datos y a la vez digitalizamos algunos, ojalá pudiéramos hacer todos. El último ha sido Sinesio Delgado.

¿Cómo se seleccionan las cabeceras que se digitalizan en la Hemeroteca Digital, que forma parte de la Biblioteca Digital y que mencionaba antes?

Se eligen aquellas cabeceras que se supone que pueden aportar mayor información, son colecciones importantes para la historia de la prensa española. A veces digitalizamos también a sugerencia de los investigadores porque están trabajando un tema concreto.

Creo que ahora se depositan ya digitalizadas.

Por ley de depósito legal hay obligación de que cada editor deposite dos ejemplares físicos; esto era un trabajo tremendo para el editor y un trabajo tremendo de almacenamiento y catalogación para nosotros, estamos hablando de miles de cabeceras, y un trabajo absurdo de digitalización que ya estaba hecho. Lo que estamos haciendo ahora mediante un acuerdo con la Asociación de la Prensa es que nos envían un ejemplar digitalizado y otro en papel. Nos está dando muy buen resultado.

Ana Santos para Jot Down 3

La Ley reguladora de la Biblioteca Nacional de España, aprobada en marzo, es un reto personal que usted se planteó. ¿Por qué es tan importante esta ley para la biblioteca?

Porque significa un reconocimiento de esta institución que es clave para la cultura española. Es también importante porque esta ley la protege de alternancias políticas que puedan perjudicar a una biblioteca de estas características, que necesita estabilidad. No puede ser un proyecto a corto plazo que dependa del Gobierno de turno. Tiene que ser una institución de largo recorrido, con una planificación fundamentalmente a medio y largo plazo, y que sobre todo tenga el reconocimiento y la solvencia que necesita. También era importante en este momento que la misión de la biblioteca se adaptase al entorno digital del que hemos estado hablando y lo que hace la ley es garantizar la preservación de los contenidos digitales españoles. También era importante ampliar las funciones de la Biblioteca Nacional en torno a su propia razón de ser desde hace trescientos años: la preservación y la generación de conocimiento sobre la cultura española. Se amplía la función de apoyo a las tareas docente e investigadora y una función, que en este momento es especialmente importante: facilitar el reaprovechamiento de toda la gran cantidad de información que aquí se genera en beneficio de otras instituciones y fundamentalmente de las bibliotecas españolas, es decir, que todo lo que aquí se cataloga pueda utilizarse por el resto de las bibliotecas, el proceso interno que se hace de otra clase de materiales en cuanto a tareas de normalización, de fijación y adaptación de estándares internacionales al entorno español que se haga desde la Biblioteca Nacional y que pueda ser aprovechado por el resto del sistema bibliotecario.

Y recupera el rango de dirección general. ¿Qué supone esto?

Es un rango que nunca debió perder y que supone fundamentalmente un reconocimiento. No es una cuestión económica ni de categoría administrativa, es simplemente un reconocimiento del valor que se le otorga.

También contempla fomentar la diversificación de las fuentes de financiación y que deje de depender exclusivamente de los presupuestos generales del Estado. ¿Puede ser un riesgo para una institución pública depender de dinero privado?

Supone una posibilidad de gestionar ingresos. Creo que lo básico de esta institución debe estar garantizado por presupuesto público. Tenemos la suerte de tener una de las grandes bibliotecas nacionales del mundo y el Estado debe garantizar su sostenibilidad, pero todo lo que puedan ser aportes y ayudas para mejoras, bienvenido sea. El ejemplo clave es que no hubiéramos podido digitalizar nunca de esta manera sin la ayuda de Telefónica y esta ayuda está revirtiendo en multiplicar de manera exponencial el acceso y el uso de las colecciones y por lo tanto la generación de conocimiento. Gracias a la digitalización, la Biblioteca Nacional ha sido más consultada en estos últimos años que en trescientos de su historia. Todo lo que pueda revertir en beneficio de la sociedad, bienvenido sea.

¿Cree que es adecuado externalizar servicios como medida de ahorro?

Rotundamente, no. No solo «no» como medida de ahorro, sino también como ejemplo de un modelo que yo creo que esta biblioteca no debe seguir. Es importante que los procesos internos y los servicios al público inherentes a la misión de la Biblioteca Nacional se puedan prestar por empleados públicos, por una plantilla estable que garantice la trasmisión de conocimiento, la fidelización y el compromiso con una institución cuyo valor excede el mero valor económico. No solamente no es un ahorro sino que, desde mi punto de vista, es una equivocación. Estamos trabajando desde hace dos años con fuerza para intentar cambiar el modelo de gestión y garantizar que lo que es básico e inherente a la institución se pueda hacer de esta manera. Este año hemos tenido una importante oferta de empleo público que va a permitir cambiar el modelo, no al cien por cien, porque la dependencia de la externalización es total: a mitad de los años dos mil el número de personas externas duplicaba la plantilla propia de la biblioteca y esto ha significado que durante muchos años no han ingresado prácticamente nuevos funcionarios; con lo cual, lógicamente, para garantizar el funcionamiento se va a tener que seguir externalizando determinadas cosas durante tiempo. Creo que la externalización es un buen método para trabajos que la Administración no puede hacer en un determinado momento y que tienen un principio y un fin, pero no lo que es el proceso constante.

Usted es funcionaria de carrera, algo no muy habitual en estos puestos. ¿Es posible mantener un servicio público ajeno a cambios políticos?

Creo que la dirección de la Biblioteca Nacional la debe desempeñar quien tenga más aptitudes para ello, independientemente del Gobierno que esté en ese momento. Es, por ejemplo, el modelo que sigue el Museo del Prado o el Reina Sofía, dos excelentes directores de museo que han pasado por distintos Gobiernos. Es absurdo que si alguien lo está haciendo bien se le quite por un cambio de Gobierno al igual que lo es que no se haga si lo está haciendo mal. Yo me siento servidora pública y mi responsabilidad, y creo que la de cualquier persona que tenga a su cargo una institución de estas características, es hacerlo lo mejor posible. Si no se puede y si uno no tiene fuerzas e ilusión, no se debe seguir. Estos cargos son de libre designación, pero la ley contempla también el procedimiento abierto, público, donde se pueden presentar candidaturas y donde el patronato propone el nombramiento. Yo creo que esto es un signo de transparencia y que esta biblioteca lo merece.

Ana Santos para Jot Down 4

¿Percibe en la profesión de bibliotecario un carácter vocacional? ¿Es su caso?

Es mi caso y creo que el de casi todas mis compañeras y compañeros, porque nos creemos lo que hacemos y pensamos que lo que hacemos tiene un valor como servicio público. Esta es una de las causas por las que la biblioteca, que ha sufrido una importante disminución de presupuesto en los últimos años, sigue funcionando igual e incluso los indicadores, que son datos objetivos puestos encima de la mesa, del año 2014 han subido en todos los servicios y accesos. Nos preguntamos cómo es posible con este descenso de presupuesto: es el compromiso de las personas; la gente que está aquí cree que lo que hace tiene un valor y merece la pena venir cada día a trabajar por él, independientemente de si su sueldo es más alto o más bajo.

Es un trabajo desarrollado tradicional y mayoritariamente por mujeres, incluso hay estudios de la conquista femenina en este sector. ¿Cree que hay alguna razón para que sea una profesión ejercida por mujeres?

Hay varias razones, unas más históricas que otras. La primera escuela, que cumple ahora cien años, se llamaba «Escuela de Bibliotecarias», en femenino. En su origen fue una profesión femenina, como enfermera u otras, pero también hubo claramente un problema social, no era una profesión para un hombre que le iba a reportar una carrera fulgurante ni un gran beneficio económico, por lo que sus estudios eran enfocados a otro tipo de carreras. Curiosamente en los últimos años cada vez hay más hombres que son bibliotecarios. La sociedad está cambiando y más que va a cambiar, estoy segura de que en esta oferta de empleo público se van presentar muchos chicos.

En definitiva, era un trabajo poco valorado. Como ejemplo en España tenemos a María Moliner, que siempre se dice que no obtuvo el merecido reconocimiento como filóloga, pero menos aún lo tiene su labor de difusión de la cultura como bibliotecaria.

Era una gran bibliotecaria. Lucho muchísimo, hizo un plan de bibliotecas populares para que pudieran llegar a todos los rincones de España, que luego desgraciadamente desaparecieron. Es una labor que solo se reconoce en ciertos ámbitos; por ejemplo, yo he trabajado casi toda mi vida en la Universidad Complutense y con los docentes, con los estudiantes, con esos colectivos que necesitan utilizar el servicio, los bibliotecarios son queridísimos y valorados, pero socialmente sí que falta. Creo que esto está relacionado directamente con que ciertos estamentos piensan que las bibliotecas no son esenciales. Realmente lo son: qué puede haber de más valor para una sociedad que ser capaz de proporcionar instrumentos de formación a las personas a lo largo de toda su vida de manera gratuita. Creo que ese reconocimiento de la necesidad de buenas bibliotecas en una sociedad es lo que haría que la profesión tuviera una mayor consideración social. Esto se ve en las bibliotecas públicas y en los pequeños núcleos rurales donde la biblioteca es el centro del pueblo, gracias a las bibliotecarias, casi todas mujeres, entregadas de manera misionaria.

¿Qué imagen le gustaría que se tuviera de la Biblioteca Nacional?

Como la institución que preserva la identidad cultural de nuestro país.

Para terminar, ¿qué diría para invitar a visitarla?

Que aquí puede encontrar todo lo que necesita para seguir aprendiendo y que, no solo lo puede encontrar y le vamos a ayudar a ello, sino que también puede disfrutar con ese aprendizaje. No hace falta ser un erudito ni un investigador, cualquier persona puede consultar las colecciones de la Biblioteca Nacional, cualquier tipo de colección. Y también se puede venir a pasarlo bien, a impregnarse de cultura, a aprender de manera lúdica, a actividades en los talleres, a visitar la biblioteca en grupo, a aprender los fines de semana con actividades destinadas a la familia… Se puede venir a disfrutar con la cultura.

Ana Santos para Jot Down 6

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14 Comments

  1. Pingback: La Biblioteca Nacional ha sido más consultada en estos últimos años que en trescientos de su historia

  2. ¡ Gazapo!

    Lucho muchísimo, hizo un plan de bibliotecas populares

  3. Gonzalo Franco Revilla

    Quiero a partir de la entrevista recordar a mi paisana de Medina de Rioseco (Valladolid), Luisa Cuesta Gutierrez, directora accidental de la Biblioteca Nacional durante la Guerra Civil Española, una de las primeras mujeres licenciadas de la universidad española y depurada después de finalizar la contienda.

  4. Julia García

    La realidad es que la Biblioteca Nacional fue degradada en 2010 y eso supuso un golpe del que difícilmente se recuperará. Ha perdido más del 30% del presupuesto y buena parte de la plantilla. Y sigue bajando. Hasta que no cambie el actual equipo y llegue aire nuevo y renovador a la Biblioteca, la cosa no tiene arreglo.

  5. mateo seguí

    Mau: tienes razón. Los libros son importantes, pero primero las personas.

    Salud.

  6. Jonathan

    Hola.
    Felicidades por el gran trabajo que se está haciendo a la Biblioteca Nacional. También a Jotdown por la entrevista.
    Por otro lado me gustaría pedir que la biblioteca tuviera unos horarios de visita lo más conciliadores posible con los horarios laborales. Los que trabajamos de lunes a viernes por ejemplo, y queremos visitarla, no lo tenemos fácil.
    Gracias.

  7. iluminada saiz blanco

    ¡ Que pena vivir tan lejos , sin poder visitar La Biblioteca Gracias por permitirme leer todo lo escrito Gracias

  8. Victor

    Yo fui hace unos meses que estaba de visita por Madrid y me dijeron en la puerta que si no era residente no podía entrar. Sólo con visitas organizadas.Y casualmente ese día no había visitas porque había una celebración de algo.

    Asi que no se yo si creerme eso de «Puede acceder cualquier persona mayor de dieciséis años con carnet de identidad. Puede acceder al salón de lectura y consultar el fondo moderno, es decir, el fondo menos valioso patrimonialmente hablando.»

  9. «Por ejemplo, en 2014 se descargaron casi cinco millones; no consultas, sino descargas de ejemplares como la primera edición de la Celestina». La primera edición de Celestina no está en la Biblioteca Nacional de Madrid, señora directora… ni en la Biblioteca Digital Hispánica.

  10. Carmen Gros

    A pesar de no vivir en Madrid, tuve la suerte de visitar la Biblioteca en grupo y quedé impresionada. Me parece asombroso y valiosísimo que de absolutamente todo lo que se pública en España se guarde alli una copia. No sé lo que quiere decir Julia García con lo de «aire nuevo y renovador» porque la verdad es que, por lo que yo vi y escuché, desde que está esta directora la Biblioteca ha dado pasos gigantescos en cuanto a modernización y apertura al público.

  11. Pingback: No hay gimnasia mas saludable que la lectura diaria | ACALANDA

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