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Daredevil: loca academia de hostias en la Cocina del Infierno

Esta pose se conoce como "cuclillas del superhéroe". Un clásico en cualquier justiciero nocturno que suba a un tejado para otear. Imagen: Netflix.
Esta pose se conoce como «cuclillas del superhéroe». Un clásico en cualquier justiciero nocturno que suba a un tejado para otear. Imagen: Netflix.

Este artículo contiene ligeros SPOILERS

Desde el martillo pilón de Bud Spencer no se veía nada igual. Hostias como panes de todo tipo. Tenemos las procedentes de las artes marciales tradicionales. Contamos con las técnicas callejeras más sucias. Pero también con esa creatividad que surge en el ser humano cuando se trata de hacer daño al prójimo, con el I+D del soplamocos, unas veces meditado, otras improvisado por las circunstancias. Hostias por delante y hostias por detrás, hostias de lado, hasta hostias en braille da el amigo. Daredevil reparte miles de puñetazos y patadas en esta serie de Netflix. Pero ojo, no contento con eso casi recibe tanto como da. En este aspecto es generoso pero no le hace ascos al regalito de los demás. Pocas veces se ha visto a un superhéroe que metiendo tanto guantazo bien dado en las mismas sienes consiga a cambio casi morir en cada episodio o, al menos, quedar suficientemente maltrecho como para necesitar puntos en varios sitios. El debe y el haber están casi compensados. Pero es que aquí todos reparten. El que menos te lo esperes. Por repartir, reparte hasta una anciana que deja sentado de culo al musculoso desfacedor de entuertos mediante un sorprendente giro que concluye con un golpe al esternón. Con ochenta y cinco años mínimo. El más tonto tiene seis cinturones negros. Qué barbaridad.

Pero Daredevil es más que una serie de abrirse la cabeza con cualquier cosa que encuentres. Es quizá la mejor y más divertida adaptación que se ha hecho en el medio audiovisual, ya sea cine o televisión, de un superhéroe de cómic. El conjunto está muy por encima de esos bodrios surtidos que son los spidermanes, el reciente Supermán, lobeznos varios, los Thor, Linterna Verde o Los Vengadores, también de las resultonas y más que aceptables del Capitán América, alguna de la Patrulla X o la serie Arrow. Y compite de tú a tú o supera (aquí deciden los gustos personales) a las que han obtenido mejores resultados creativos, quizá los entrañables supermanes de Richard Donner, el Hulk de Ang Lee, el primer Iron Man o algún Batman de Nolan. Si se hiciera una lista a la moda, Daredevil estaría el segundo entre todos los superhéroes. Ya decimos que es posiblemente la mejor adaptación de cómic. Pero por delante está uno que no proviene de ese medio, aunque sea deudor de él, El Protegido, de M. Night Shyamalan.

Netflix se planteó un proyecto muy interesante. Dedicar series de trece episodios a cuatro superhéroes de Marvel: Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage (conocido para muchos en España como Power Man) y Puño de Hierro. Tras su emisión habría una miniserie de los cuatro juntos como Los Defensores. Sin embargo el éxito de Daredevil ha trastocado estos planes, y ya se ha confirmado que habrá segunda temporada. Y no es para menos. La serie lo merece y el espectador queda con ganas de más. De momento no se sabe qué pasará con el planteamiento inicial.

La secta

Leyendo estas líneas con los ojos inyectados en sangre se encuentran los devotos de esa secta. Lo sabemos. Aquellos cuya fe alcanza en fuerza a los Vigilantes del Spoiler. Nos referimos a los Guardianes de la Adaptación (no son religiones excluyentes). Cada vez que se adapta una obra literaria o de cómic, y sobre todo si se trata de sagas u obras extendidas en el tiempo, que son las que consiguen fieles irredentos (más si hay toques fantasiosos), los Guardianes de la Adaptación permanecen atentos a cualquier detalle que se pueda alterar en esa conversión. Si en la obra original alguien dijo «monte» y aquí dicen «montaña», los guardianes montarán en cólera y pondrán en marcha sus razias a través de las redes sociales. Si en la obra original un personaje era un poco así y aquí es un poco asá, habrá campaña de firmas. Si en la obra original hay unas historias clave que se cambian significativamente o se omiten, ya se ponen en contacto con los creadores y existe la posibilidad del alzamiento en armas. Cuidado, mucho cuidado, por la forma en que un punto y coma queda reflejada en la serie o película. Cuidado.

En este caso posiblemente la cosa se quede en campaña de firmas. Daredevil es ese superhéroe que quedó en su origen ciego a causa de un accidente. Años después fue un superhéroe invidente. Hoy día es un superhéroe con Diversidad Funcional en el Sistema Visual Humano. Sus sentidos quedan potenciados, sobre todo con un extraordinario oído y un olfato capaz de detectar el Barón Dandi de un matón albanokosovar a varias manzanas de distancia. Además obtiene uno extra de radar. La serie se centra en una de las etapas más oscuras del personaje, la de Frank Miller, y traslada bien ese espíritu. Pero ofrece más realismo modificando esos poderes de una forma, digamos, más científica. Los sentidos se amplían, se complementan, y dan lugar a percepciones mayores como cambios en la temperatura o los campos electromagnéticos. Como si se tratase de una especie de compensación cerebral anómala. Y no hay radar. Repetimos, no hay radar. Aquí el Guardián de la Adaptación ha cogido una recortada. Tranquilícese, el resto es más o menos todo lo fiel que puede ser e incluso se producen ganancias. No vaya usted a mayores.

En efecto, la serie contentará tanto a los Guardianes como a aquellos que nunca leyeron los cómics de Daredevil. Por una parte aparecen personajes propios del tebeo y muchos guiños a los aficionados a Marvel. Por otro la serie, aún incluyendo a un superhéroe, se puede considerar sobre todo perteneciente al género negro. Una trama policíaca de acción donde el justiciero está más en forma de lo habitual y quizá tiene menos vista de lo que en principio sería aconsejable para esos menesteres.

El bueno

La elección de Charlie Cox puede sorprender en principio. Siendo una persona bien parecida y atlética, tiene un físico más «normal» que al que nos han acostumbrado muchas series y películas, guapos sobrehumanos con músculos culturistas producto de entrenador personal, médico de cabecera y siete sustancias terminadas en -ol. En alguna crítica se describía a su rostro como «cara de vendedor de aspiradoras». La complejidad del personaje parecía requerir de rasgos más duros. Sin embargo Cox poco a poco gana terreno. Sobre todo resulta muy convincente como el abogado Matt Murdock, que ha de tener un aspecto frágil, algo difícil con gestos de matón y cuerpo de portero de discoteca. Quizá ya en faena como Daredevil falle un poco, ya que se presenta como alguien a punto de traspasar la frontera que lo mantiene dentro del bien, pero la balanza está compensada. La elección resulta finalmente eficaz.

El feo (y la bella)

Elden Henson interpreta a Foggy, uno de los personajes clásicos del cómic Daredevil. Amigo de Murdock desde la universidad y socio laboral, aporta el necesario contrapunto humorístico, con diálogos rápidos llenos de ingenio e ironía. En una serie tan oscura y violenta se agradece este alivio, especialmente con líneas tan bien escritas. Felicidades al equipo de guionistas. Los americanos son maestros indiscutibles en el difícil arte de hacer comedia.

Junto a él, Deborah Ann Wall completa al trío de protagonistas como guapa decidida, valiente e imparable, mitad heroína (civil) mitad secretaria, un personaje interesante que en combinación con los masculinos parecía sugerir, y hay escenas que lo apoyaban, un desarrollo de culebrón venezolano nivel 10 que, sin embargo, una vez sugerido queda abortado. Mal por el equipo de guionistas. Se echaron atrás. Queríamos cotilleos, palabrería y amores libres.

«Venga, llámame recluta patoso si hay cojones. No te oigo. N-o t-e o-i-g-o». Imagen: Netflix.
«Venga, llámame recluta patoso si hay cojones. No te oigo. N-o t-e o-i-g-o». Imagen: Netflix.

El malo

Qué decir sobre el Wilson Fisk de Vincent D’Onofrio. Quizá lo mejor de la serie. Su interpretación de este sociópata camuflado de benefactor llega a la excelencia. Uno se termina haciendo cacota encima cada vez que aparece. Y peor si está calmado. Cada vez que se disculpa con voz tranquila y una particular carraspera —my apologises— es conveniente preparar los dodotis. Aunque no posee superpoderes, aúna dos características complementarias que lo convierten en otro consumado y letal repartidor de estopa: ser más malo que la quina y tener más mala leche que un gato romano. Conocido por su «recluta patoso» de La chaqueta metálica, D’Onofrio, a sus cincuenta y cinco años, quizá ofrezca en Daredevil su mejor actuación, aunque el envoltorio no sea tan prestigioso a ojos de la crítica y el público como la película de Kubrick. Pero no se puede decir otra cosa: lo borda.

El resto de la tropa

Eficientes secundarios como Rosario Dawson, Vondie Curtis-Hall, Bob Gunton, Toby Leonard Moore, Scott Glenn o Ayelet Zurer conforman el resto del universo de Hell’s Kitchen, La Cocina del Infierno, barrio de Manhattan conocido por su inseguridad, población pobre y viviendas abandonadas. Allí además tiene su sede en Nueva York la Iglesia de Satán. Todos ellos están perfectamente ajustados a sus personajes.

Se echa quizá de menos una explicación en la amistad, y el tipo de amistad, entre Fisk y el personaje de Leornard Moore, algo en lo que no se indaga. Hubiera sido interesante.

Vísteme despacio que tengo prisa

Los superhéroes, de existir, tendrían su sitio fijo en los programas y revistas de tendencias. Todos ellos pasan por diversos trajes, que si cambio la solapa, que si me pongo una superpajarita, que si este pantalón me tira de la sisa, que si mejor antifaz a media cara o completa, que si mejor unos tonos azul pavo real en la huevera y otros blanco roto en la subsobaquera… en este caso Daredevil no podía ser menos. Empieza con un traje inspirado en El hombre sin miedo, de Frank Miller. Consta de pantalón de mercadillo gitano, camiseta interior negra ajustada y pañuelo de Primark en la cabeza hasta tapar parte de la nariz. Se podría decir que es un superhéroe arreglao pero informal en el caso de que estuviese arreglao. Un cani del Cádiz profundo en chándal tiene más clase que el álter ego de Matt Murdock. Está solo un punto por encima de salir a combatir el mal en albornoz abierto enseñando la polla arrugada y con el pelo todavía enjabonado. Pero está chulo, porque es como indicar que lo importante es la justicia y el repartir sopapos bien dados en el oído. Que lo demás es secundario.

Al final aparece ya el traje más clásico, el de toda la vida de Dan Defensor, como se le tradujo en España mucho tiempo. Pero es muy de alta costura, muy de diseñador prestigioso, y queda exagerado y un poco cutre precisamente por ello. El traje mojonero estaba mucho mejor, era ridículo como podía serlo el pijama amarillo y negro de repartir mascones de Bruce Lee, pero es que era para eso. Estaba adecuado a su función y por ello molaba.

Y menos mal que no les ha dado por recuperar el traje amarillo que tuvo Daredevil en sus orígenes, que ahí arderían las redes sociales.

Los flashbacks

La serie utiliza constantemente el recurso de los flashbacks para explicar el origen del carácter de los personajes. Bien insertados en el montaje, estas historias resultan tan interesantes como la trama del presente y se complementan de maravilla. Las duras infancias de Murdock o Fisk contrastan con el entrañable encuentro universitario entre Murdock y Foggy. Ah, qué bonita amistad.

En resumen

Daredevil es un ejemplo de profesionalidad. Sin llegar a las cotas de las series que muchos colocaríamos en el hipotético top 10, no tiene fisuras, su ritmo es vivo pero no innecesariamente adrenalítico, el reparto clava sus personajes, el tono es oscuro y realista (dentro de los límites del superheroísmo), la trama sobre corrupción urbanística suficientemente consistente y, en líneas generales, una muestra de cómo encajar piezas que podrían parecer dispares dando lugar a una Loca Academia de Hostias con historia negra negrísima increíblemente adictiva. Ya decimos que puede que sea la mejor adaptación de un superhéroe de cómic. Eso se lo dejamos a ustedes.

Otra pose clásica, el «superhero night fucker». Fundamental si se estrena traje. Imagen: Netflix.
Otra pose clásica, el «superhero night fucker». Fundamental si se estrena traje. Imagen: Netflix.

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24 Comments

  1. canaam

    ya lo de ann nocenti y john romita lo dejamos para otro dia, no?. no todo el daredevil es miller, ni mucho menos

  2. America es un continente, no son unicamente los estados unidos.

    Asi que estimado Alfredo, si es posible, seria de agradecer que no usaras «americanos» cuando te refieras exclusivamente a los «estadounidenses»

    • Antuán Labei

      Ya salió el listo que to lo sabe.

      Acepción cuarta: http://lema.rae.es/drae/?val=americano

      • Mauricio Ordoñez

        «Americano» no es sinónimo de «estadounidense». Es lingüística, lógica y políticamente incorrecto. En español, aunque el diccionario RAE consigna en su cuarta acepción la equivalencia de uso de americano por estadounidense, el mismo Panhispánico de Dudas es consciente de esta incorrección y señala imperativamente: «Debe evitarse el empleo de americano para referirse exclusivamente a los habitantes de los Estados Unidos, uso abusivo que se explica por el hecho de que los estadounidenses utilizan a menudo el nombre abreviado América para referirse a su país. No debe olvidarse que América es el nombre de todo el continente y son americanos todos los que lo habitan».

        Es lingüísticamente incorrecto porque se presta a ambigüedad. Por el contrario y actualmente, cuando se dice estadounidense no hay ambigüedad, es unívoco que se refiere a los nacionales de EUA. La raíz de este problema es lógica, visible por simple teoría de conjuntos: EUA no cobija a todos los americanos, muchos americanos no son parte de los EUA. (La analogía con México o Brasil es inválida: Todos los brasileños son parte de la RF de Brasil, todos los mexicanos son parte de los EU Mexicanos). Y es políticamente incorrecto porque cede ante la fagocitación del nombre de América por los estadounidenses, lo cual molesta a muchos americanos del resto del Continente. El problema de los EUA es no haber escogido un nombre propio, pues su nombre alude a un tipo de organización política localizada en un continente. Problema similar tiene los habitantes de la Comunidad o Unión Europea, y andan en busca del gentilicio y adjetivo que los cobije, que no sea la palabra europeo. Por lo tanto, seria de agradecer hacer un uso correcto del español en este tema tan delicado, y dar dicha directriz lingüística a los escritores de Jotdown. Millones de americanos estaremos agradecidos.

        (Mauricio Ordoñez)

        • Felipe

          Sabes que en el mundo hay problemas mas importante que los gringos se refieran asi mismo como americanos no??

          • roedecker

            Y tú sabes que no sólo hay que criticar e intentar corregir los problemas más importantes, ¿no?

            Por otro lado… ¿el autor del artículo es «gringo»?

  3. John Constantine

    «Desde el martillo pilón de Bud Spencer no se veía nada igual.»

    Usted no se ha visto ningún episodio de Banshee, ¿verdad? Porque el nivel de palizas es aún mayor que aquí. Y con la sangre y roturas de huesos aún más explícitas.
    De hecho se dice que las peleas de DD beben mucho de las del estilo de esta serie, aunque las han dulcificado un pelo porque la violencia de aquellas es a veces difícl de soportar.

    Una escena mítica: dos tipos matándose a ostias en medio de la típica carretera norteamericana con los camiones de mercancia pasando a toda ostia a su lado. Pero justo a su lado. Y sin frenar. Todavía me pregunto como demonios rodaron esa escena. La estaba viendo y estaba acojonado por la seguridad de los stuntman. Pero acojonado.

  4. John Constantine

    Por lo demás deacuerdo con el artículo: un producto modélico, que entusiasmará al fan del personaje (yo lo soy desde hace 30) años y creo que no aburrirá en ningún momento al espectador medio ni casi al más exigente.

  5. Pingback: Daredevil: loca academia de hostias en la Cocina del Infierno – Jot Down Cultural Magazine | psiu...

  6. Pingback: Daredevil: loca academia de hostias en la Cocina del Infierno

  7. Alfredo MG

    Dios mío, si en Banshee reparten más empiezo a bajármela en 3, 2…

    • Pues ya tardas. Si en Daredevil se dan hostias como panes, en Banshee las hostias son de pan de kilo. Que serie más burra y más disfrutable. Es la versión bruta de los dibujos animados del Correcaminos y el Coyote (ningún ser humano podría sobrevivir a esas palizas sin tener varias hemorragias internas).

  8. Daniel Cervezas

    No estoy de acuerdo con las quejas de los «sectarios» (entre los que me incluyo) ya que la serie cuenta con tantas referencias a los comics de DD de Frank miller y Bendis que todos los aficionados nos dedicamos a contar y buscarlas.
    Los Muggles, esos intrusos sin personalidad que critican una afición si está impresa pero que se adjuntan de manera hooliganesca si sale en la televisión, (deje de leer juego de tronos cuando un tipo con una camiseta del R.Madrid me dio su opinión…) no las captan y por eso los sectarios disfrutamos el doble.
    Como punto negativo, diria que la caracterizacion….no es la mejor, casi prefiero a Ben Affleck que a Cox…pero esto no merma el conjunto de la serie.

  9. La hora de Ving Rhames

    Coincido con el autor del artículo y con Quentin Tarantino, en que la mejor película de superhéroes de todos los tiempos es «El Protegido», entre otras cosas porque no lo parece.

  10. Siento discrepar. La serie hace referencias a algunos elementos de los comics de Frank Miller pero también de los de otros autores. Ni la trama ni el tratamiento de los personajes veo que estén basados en la obra de Miller. Sin embargo, a mi juicio, esta primera temporada está clarísimamente inspirada en la línea Marvel Knights, no por los hechos que cunta sino por el cómo los cuenta, por el contexto de crimen urbano y por el tratamiento que se da a los personajes. Prueba de ello es que Joe Quesada, una de las mentes detrás de la línea Marvel Knights (y en concreto Daredevil) sea uno de los productores de la serie. Es una opinión diferente sobre los referentes de esta primera temporada y por eso la comparto, no por querer tirar pullitas ni quejarme del artículo, que me ha gustado mucho.

    • Muchos, pero que muchos de los elementos de la serie, empezando por el traje, están sacados de la miniserie de Miller y Romita Jr «El hombre sin miedo» -que no de la etapa de Miller en la serie regular-, ¿no crees?

  11. Buen artículo. He pasado un buen rato con su lectura. Pero cuidado, los poderes de los Guardianes de la Adaptación pueden llegar a cualquier lugar y destrozarte por completo.

  12. Se pueden decir muchas cosas buenas, pero lo mejor es que consigue no parecerse a nada. Ni es un Batman Serie B ni es un Spider-man low cost. Es cine negro con gente más o menos normal y hostias poco normales. Una joyita.

  13. roedecker

    Aún estando de acuerdo en lo bien que está la serie, pese a que la interpretación de Donofrio no me convenció, y había momentos en los que lo veía con poca «presencia» para ser Kingpin… lo que me parece de un pretencioso insufrible es eso de «(aquí deciden los gustos personales)», como si no tuviese que ver con gustos personales el calificar de bodrios algunas buenas películas como acababa de hacer, y más aún cuando a continuación alaba el desnortado intento de Ang Lee.

  14. No soy lector habitual de comics, y la unica referencia que tenia de Daredevil era la peli de Affleck, que me aburrio bastante.
    Acabo de terminar de ver la serie completa y me ha gustado mucho.
    Creo que las dudas de Murdock sobre si hace lo que hace porque le gusta o no (ese «i like hurting people» antes de tirar al tipo por la azotea) dan mucho juego.
    Superheroes por fuera, pero complicados por dentro. En la estela de «watchmen», no?

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