¿Cómo es posible que Hernán Cortés haya podido permanecer tanto tiempo fuera de las pantallas de cine y televisión? Quizá sea porque estén cerca de cumplirse los cinco siglos de uno de los episodios de la historia de la humanidad más decisivos y asombrosos, porque ahora la infografía permite recrear fielmente la inmensa Tenochtitlán (más grande que cualquier ciudad europea de la época) o por una repentina rivalidad entre productoras y cineastas al descubrir que incomprensiblemente sigue huérfana una historia que siendo real tiene además todos los ingredientes para ser más espectacular que Juego de Tronos y El Señor de los Anillos. Sea como fuere, en los últimos tiempos han sido anunciados tres grandes proyectos —independientes uno de otros— a cargo de nada menos que Steven Spielberg, Martin Scorsese y Alfonso Arau. ¿Quién se llevará el gato al agua?
Si retrocedemos tiempo atrás, la primera vez que se llevó al cine este choque de civilizaciones fue en 1947, con Tyrone Power como protagonista de Captain from Castile, una película tan mala como empujar a la abuela escaleras abajo. La primera hora se sitúa en Jaén, perdiéndose en un enredo con inquisidores, esclavos aztecas huidos y un amago de romance, que si se ve en versión original desconcierta escuchar a los protagonistas hablando inglés pero intercalando términos como «caballero» y «señorita» y a sus criados solo castellano con acento mexicano, con frases como «ahorita mismo le voy a atender». Cuando la acción se traslada finalmente al nuevo mundo naufraga en irrelevancias y anécdotas como los problemas con el alcohol de uno de los personajes, pues debieron de considerar que no era interesante retratar el increíble cúmulo de aventuras que protagonizaron estos expedicionarios castellanos frente a una civilización tan deslumbrante y extraña como la azteca. Un bodrio infernal, en definitiva.
Algo parecido ocurría en Aztec Rex, que retrataba la conquista encabezada por Hernán Cortés, pero debieron considerar que la historia no era lo suficientemente atractiva de por sí y le añadieron dinosaurios. Puede encontrarse doblada al español en Youtube buscando simplemente por el título, es puro veneno pero entretiene si se ve en compañía de amigos con alcohol y drogas de por medio. En La Fuente de la Vida, de Darren Aronofsky, vemos en una de las tres historias que dividen la narración a un explorador inspirado en la figura de Cortés en busca de un «árbol de la vida» por la Nueva España, pero tratándose de una película de ciencia ficción filosófica es más bien una mera excusa para hablar de otra cosa, que no supimos cuál. Un film que unos amaron y otros detestaron con todas sus fuerzas, lo que podemos afirmar categóricamente es que al menos es mejor que los dos anteriormente mencionados. También tenemos una película mexicana de 1998 titulada La otra conquista, rodada con escasos medios y de un ritmo bastante lento, poco hay destacable en ella. Y finalmente, Apocalypto, la estupenda película de aventuras que dirigió Mel Gibson que solo puede encuadrarse en este tema que estamos abordando por su escena final. Hasta ahora eso ha sido prácticamente todo lo que se ha rodado al respecto, pues La misión, Aguirre, la cólera de Dios, El Dorado o 1492: La conquista del paraíso están ambientadas en ese contexto pero ya nada tiene que ver con el célebre metelinense. De manera que lo que está por venir es, aunque solo sea por contraste, muchísimo más prometedor y como decíamos al comienzo sorprende la acumulación de proyectos que se han anunciado en los últimos meses. Ya veremos si finalmente todos se hacen realidad o ante la competencia alguno acaba siendo descartado.
Curiosamente no solo el cine y la televisión lo ignoraron hasta ahora, tampoco había sido protagonista de exposiciones en museos. Según explicaba en una entrevista el catedrático de Historia de la Universidad Complutense Martín Almagro «creo que la razón es que Cortés es una figura muy controvertida, y para no tener problemas no se había tocado el tema, ni en el siglo XIX ni en el XX». Decidido a cambiar esto, es actualmente el comisario de la exposición que le dedica el Canal Isabel II en Madrid hasta el próximo 3 de mayo. Es una muestra bastante recomendable aunque muchas de las piezas provienen del Museo de América, así que si alguien la deja pasar puede más adelante visitar este recinto cultural del distrito de Moncloa, un lugar imprescindible de Madrid que ya hemos recomendado anteriormente (los domingos es gratis, así que no hay excusa).
Esta renovada curiosidad por la figura de Cortés no deja de resultar paradójica que se produzca precisamente en la época tan posmoderna que nos ha tocado vivir, en la que parece importar más respetar las sensibilidades ajenas que mostrar la realidad de los hechos. La forma predilecta hoy en día de llamar la atención de los demás y ejercer una pequeña cuota de poder consiste en sentirse agraviado en alguna identidad colectiva y anunciarlo a los cuatro vientos. A la manera de un futbolista en el área rival al que cualquier soplido derriba aparatosamente, uno puede echar el día en las redes sociales escandalizándose por la imagen que tal anuncio proyecta sobre nosotros los intolerantes a la lactosa, tal serie sobre nosotros los pelirrojos samoanos y tal portada de cómic sobre nosotros los acondroplásicos con cistitis. Perdón, quise decir nosotrxs. Y así pasamos la jornada tan a gusto reclamando airados toda clase de boicots que al día siguiente ya hemos olvidado.
En este contexto recordar a un guerrero que al mando de unos pocos cientos de soldados mató, conquistó y expolió a mansalva es mentar a la bicha y despertar la consabida ola de reproches con unos reclamando que les devuelvan su oro y la réplica de los otros pidiendo de vuelta sus espejos. Al fin y al cabo, basta echar un vistazo a los comentarios de Youtube y uno empieza a pensar que cruzar el Atlántico para llevarles un idioma tal vez no fue una buena idea… Bromas aparte, la verdad es que la cuestión no es fácil de encarar. La sensibilidad contemporánea condena justamente el imperialismo europeo decimonónico, pero mostrar la misma aprensión por el imperialismo romano resultaría un tanto fuera de lugar. César Borgia nos parece un líder ambicioso cuando quería restaurar la gloria romana en el Renacimiento, pero Mussolini un fanático con delirios de grandeza por querer hacer lo mismo cinco siglos después. Cuando Alejandro Magno es retratado por Oliver Stone con claros tintes heroicos por intentar extender su imperio hasta la India no nos causa extrañeza, pero Hitler también quiso extender su imperio hasta allí y ante un retrato semejante lo miraríamos raro… La indignación moral a la hora de juzgar hechos históricos parece más maleable de lo que nos gustaría e inversamente proporcional a la lejanía en el tiempo. Quizá por eso el mencionado historiador Almagro zanjaba el asunto diciendo que «no podemos juzgar con nuestra sensibilidad a un castellano matando a un indio o a un indio comiéndose a un castellano». Para ser conscientes de cuán diferentes eran los esquemas mentales en los que se movían basta recordar las órdenes que recibió Cortés antes de desembarcar: cartografiar la costa, tomar posesión de las tierras en nombre del rey y poblarlas, predicar el cristianismo y, no menos importante, «descubrir a la gente con orejas grandes y largas y a otros con caras como perros y también en qué dirección están las amazonas».
En cualquier caso será interesante ver cómo se las arreglan los guionistas, porque a un imperio como el azteca, autor del sacrificio de más de ochenta mil prisioneros en solo cuatro días durante la inauguración del Gran Templo de Huitzilopochtli (de acuerdo al historiador Victor Davis Hanson en su muy recomendable Matanza y cultura), no sería muy realista mostrarlo como una víctima desvalida en alguna narración maniquea al estilo de Bailando con lobos. La más sospechosa de serlo, al menos por los nombres implicados, es la titulada provisionalmente Montezuma. Hace algo más de un año el portal Deadline daba la noticia que Steven Spielberg dirigiría un guión de Dalton Trumbo (autor en su día de Espartaco) reescrito por Steve Zaillian (La lista de Schindler, Éxodo) y que tendría como actor protagonista nada menos que a Javier Bardem. Desde entonces ya no se ha sabido nada más al respecto, y de hecho la película que ahora mantiene ocupado a Spielberg es Bridge of Spies, una historia sobre el accidente del avión espía U2 en plena Guerra Fría que se estrenará este año. Así que de las tres adaptaciones previstas esta probablemente sería la última en estrenarse, lo que hace sospechar que finalmente se suspenderá. Ojalá no, porque resulta un director ideal para rodar escenas como la matanza de Tóxcatl, el asedio que sufrieron las tropas castellanas en Tenochtitlán durante varios días en los que «ni aprovechaban tiros, ni escopetas, ni ballestas, ni apechugar con ellos, ni matalles treinta ni cuarenta de cada vez que arremetíamos, que tan enteros y con más vigor peleaban», o su posterior huida en la niebla durante la Noche Triste —en la que aquellos que cargaron con más oro y joyas murieron, una escena moralista que le encantaría—, o el asalto sorpresa al contingente de Narváez, o la batalla de Otumba con una diferencia de fuerzas de cien a uno y que aun así ganaron los segundos, o el momento digno de Indiana Jones en el que descolgaron a un intrépido soldado por el cráter de un volcán en activo para que recogiese azufre con el que elaborar pólvora o, cómo no, la batalla final por la conquista de Tenochtitlán. Si todo ello no termina siendo «La historia más grande jamás contada», poco le faltará.
En relación al siguiente proyecto, hace unos días la web Hollywood Reporter informaba de que el director Alfonso Arau (Como agua para chocolate, Un paeso por las nubes) estaría negociando realizar una miniserie de tres episodios de dos horas cada uno titulada The Conquest of the Sun, para el canal de internet Netflix. Si recordamos que este canal es el responsable de House of Cards, el resultado podría ser bastante interesante. Pero la adaptación más prometedora es la anunciada hace unos meses también en Deadline que implicaría al actor Benicio del Toro como protagonista, a Martin Scorsese como director y productor y a la cadena HBO en una serie titulada Cortés. Giraría en torno al conquistador extremeño, la relación que mantuvo con su traductora indígena Malinche, la inicial amistad con el emperador Moctezuma hasta su posterior secuestro, así como la posterior cadena de sucesos ya mencionada que concluyeron con la destrucción del estado mexica. Resulta un tanto desconcertante que hace unos años José Luis Moreno anunciara su participación en un proyecto similar con la HBO, desconocemos si finalmente ha intervenido de alguna manera pero está claro que al canal la idea le gustó.
En fin, veremos en qué queda todo y qué proyectos salen finalmente a la luz. No vaya a pasar como cuando todos iban a por la rubia en Una mente maravillosa, terminen obstaculizándose unos a otros y al final ninguno se haga realidad. La historia bien merece ser contada, aunque no tenga dinosaurios.
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De que hubo matanzas, saqueos o mutua fascinación no hay duda. También ha de verse que va a haber un montón de coartadas históricas sembradas por ahí, unos tendiendo hacia el sentimentalismo paternalista y otros sinceramente yendo por el lado más cínico e infantil posible. A no dudar que serán películas con sesgo comercial y edulcoradas con corrección política. Que si se llega a saber la verdad, los más ofendidos vendrían a ser otros; los conquistadores, dándose una imagen de corrupción, improvisación, barbarie y rusticidad que ninguna «marca país» maqueteada en cartón piedra pueda salvar. Vaya dios a saber si vuelvan a ser trascendentes.
¿Y lo de Blas de Lezo para cuándo?
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Si Blas de Lezo hubiera sido inglés o norteamericano, su epopeya hubiera sido narrada ad-nauseam y su fama sería similar a la de Nelson, Washington o Lincoln.
He leído varios textos académicos sobre Cortés, incluido el de Prescott, y la impactante crónica de Bernal Díaz del Castillo y realmente es para hacer 25 películas al menos. Una historia alucinante. Ahora bien, entiendo que en una sociedad posmoderna donde el que no se ofende no se presenta como víctima es invisible, esta épica va a desatar un huracán. Baste pensar en nacionalistas o indigenistas de cualquier índole; si ya Stone tuvo problemas con Alejandro por protestas de diversas asociaciones, sólo hay que extrapolar lo que se le vendría encima al valiente que ose atreverse con la Conquista de México. Una pena.
Realmentre fué una aventura asombrosa, se mire por donde se mire. Y estoy totalmente de acuerdo con el autor del artículo: creemos nosotros, en nuestra infinita arrogancia, que podemos enjuiciar la llamada «conquista de Méjico», pero nuestras palabras (sobre todo las negativas, que son de juzgado de guardia, sobre todo en Méjico…ahh ese nacionalismo ramplón y cainita…) sólo sirven para enjuiciar precisamente nuestra época. El libro de Hugh Thomas sobre el tema es un tocho bastante gordo pero está muy bien.
Es un artículo bien razonado acerca de los condicionantes que pesan sobre la adaptación al cine de la conquista de Méjico. De todas formas yo no apostaría por Spielberg, que aspira por méritos al título de cineasta más simplificador de la historia. Si mi tesis en general es que «el cine es mentira», o sea que el espectador es siempre consciente a algún nivel de que lo que está viendo no es el relato de los hechos en sí sino una versión simplificada, nunca es esto más cierto que en las películas de Spielberg.
Os recomiendo el visionado de una película que no es tanto documental, sino que realmente es una peli de Cortés, Alvarado, Malinche, Moctezuma y compañía. Yo la uso para ponérsela a mis alumnos de Secundaria en clase de Historia. Buscad «GUERREROS. Nombres inolvidables. Héroes que nunca morirán.» Lo hizo la BBC en 2008 y lo registró en 2010 AURUM Producciones en Madrid.
Sin ser un experto, me parece un relato equilibrado, tirando hacia la hazaña épica de Cortés, pero retratando las glorias y miserias de todos los implicados.
Si Cortés fuera de Connecticcut en vez de extremeño no habría tanto problema, su historia tendría más versiones que Sherlock Holmes y todos felices….
A mi también me apasiona la historia de la conquista y considero que es una historia digna de contarse, ya que ese choque de culturas tan diferentes ha construido el mudo que conocemos actualmente. No me imagino al México moderno sin leche, catolicismo o el idioma castellano; así como tampoco me imagino a Europa sin tomate, chocolate o vainilla. Este suceso es determinante en la historia mundial y debe ser contado. Yo preferiría que el proyecto sea realizado por mexicanos o españoles, porque Hollywood a veces tiende a enfocarse más en los efectos especiales que en la historia en sí
Podrían dársela por encargo a Mel Gibson. Ya nos adelantó la primera entrega con Apocalypto… Es hora de retomar la épica.
Menudo personaje. Si hasta el nombre de «California» se puso en contra de él… y bueno, que no paró ni en su vejez. En la época de las pesetas hice un curso de inglés en Ontario. Una de las tareas era exponer una charlita de 20 minutos montada alrededor de alguna palabra a la que hubiéramos dedicado atención en la semana. Yo elegí tres palabras: «determination», «towards» y «obstacle» y con ellas me salió la historia de Cortés, que dio para más de 20 minutos. Aquello no gustó. No gustó la historia de Cortés ni a la profesora anglosajona, ni a los estudiantes quebequeses, ni a los de ningún otro lado, menos a los latinos, salvo a las japonesitas. Los gringos pueden hacer un género cinematográfico sobre el genocidio de los indígenas americanos a la vez que celebran el día de Acción de Gracias a ellos, pero lo de la conquista de América por los españoles, mejor no tocarlo. El oeste norteamericano también es América, y mejor no tocarlo ni en película: lo descubrieron los gringos mucho después y aquello nos lo cuentan como una epopeya. Epopeya el marino soy, para epopeya los cojones de aquellos locos. Que les hagan diez películas por lo menos.
Se relate como se relate, desde la óptica de este siglo siempre habrá víctimas morales en el asunto. Por esa cuestión probablemente estas gestas históricas acaben despedazadas en sus montajes cinematográficos, usándolas como excusas para intentar relatar epopeyas descafeinadas, sin rastro de rigor histórico.
http://casaquerida.com/2015/04/04/pater-publiequitas/
A los ojos de hoy la conquista de América por parte de España fue un un expolio y supuso la laminación de muchas civilizaciones. Por no hablar de las muchas muertes. Por supuesto. También fue una epopeya que pide a gritos ser contada. Una historia de aventura y muerte, de mugre, de sangre y de cojones como melones.
Pero a la hora de contar una historia no debemos juzgarla con nuestros valores sino tratar de contarla con la mayor honestidad y épica posibles.
Una historia sin buenos ni malos sino con sobredosis de maravilla y de horror. De espanto y de gloria.
Perpectiva temible, si el proyecto cae en manos de Spielberg, Scorsese o Arau. Yo apostaría por Carlos Reygadas, que es mexicano y que no busca con sus películas el mero resultado en la taquilla.
Coincido mucho con el enfoque del artículo.
Desde luego, la gente de Cortés hizo masacres, al igual que hacían en esa época alemanes o británicos en sus guerras europeas. Y muy por debajo del nivel de crueldad de las matanzas masivas de los Mexicas.
Cortés guerreó como se hacía en su tiempo, con sangre y crueldad, no veo sentido a criticarle por eso más que a cualquiera de sus contemporáneos europeos.
Pero lo que no se puede negar es que Cortés, con un puñado de hombre cambió la historia y fue no sólo un guerrero sino un hábil político que conseguía aliados por donde pasaba. Eso era muy extraordinario en su época.
Respecto a si España exterminó a tantas razas, sin negar los desmanes ni la codicia, sólo hay que mirar a la América de hoy, ¿dónde están las comunidades indias de USA? En reservas o desaparecidas. Porque en América central/sur si hay comunidades indígenas importantes y alguno ha llegado a presidente de su país(¿os imaginais a un navajo presidente de USA?). A pesar de que en el historia siempre que ha habido una conquista el que conquista prevalece, yo desde luego me alegro de lo que los Romanos trajeron a España.
Si para algo tienen talento los americanos es para contar grandes historias en la pantalla. Lo han hecho con episodios minúsculos como lo de El Álamo, así que imagínense qué podrían hacer contando la más grande de las epopeyas de la Humanidad: la conquista de América. Si hasta ahora no lo han abordado ha sido por ignorancia o desinterés, pero las cosas están cambiando: hay muchos latinos en Hollywood, el género épico es un favorito para el público, hay ciertos temas que ya están vistos y revistos, y la conquista de América es territorio prácticamente virgen en cuanto a narrativa cinematográfica. Con los episodios de Cortés, Juan de Austria o Blas de Lezo un guionista bueno y un director competente pasarían a la historia del séptimo arte.
Si ya empezamos dando por bueno eso de que en la batalla de Otumba la diferencia de fuerzas era «de cien a uno», mal vamos.
Por lo demás el problema con la figura de Cortés no está tanto en la conquista y sus batallas y matanzas. El problema de Cortés no es de hecho su fase como exitoso conquistador de México, es que eso apenas supone un lustro de sus sesenta y pico años de vida en los que hizo otras muchas cosas que mayormente no le interesan a nadie, aunque deberían, sobre todo porque no fueron tan épicas.
Es en esos años que no interesan a nadie donde se encuentran desde la controversia que existe en torno a la muerte de su primera mujer, a cómo se desentendió de la suerte de gente que le fue muy fiel, los relativos fracasos en diversas expediciones posteriores a la conquista, su participación en la bastante lamentable expedición a Argel, todo lo que es su papel en la configuración del virreinato tras la conquista con el establecimiento de una nueva sociedad que básicamente de facto era un sistema esclavista pero teniendo mucho cuidado de que oficialmente no lo pareciese, etc.
Porque claro, si uno se centra solo en las batallitas pues resulta todo muy entretenido y con eso de que no hay que juzgar el pasado con nuestra mentalidad y tal, pues realmente los problemas son solventables. Además a fin de cuentas los aztecas son quizá la sociedad más «condenable» entre todas las que destruyeron los conquistadores españoles. Y luego estaría el asunto de cómo muchas élites indígenas pactaron sin problemas con los españoles, cuando no emparentaron rápidamente con los mismos, para así colocarse en la cúspide de la nueva sociedad naciente que condenaba a malvivir de por vida en la base a la población de clase baja de sus propios pueblos, que era la inmensa mayoría.
Pero si uno se pone a recorrer el resto de la biografía de Cortés, esa que nadie quiere ver ni en pintura, nos encontramos con un personaje que -igual que Pizarro por ejemplo- incluso desde los cánones de su propia época para muchos de sus compatriotas era visto como un ser rastrero, ingrato, tramposo, obsesivamente ambicioso… o no, según cada cual rellene los huecos o tome partido. Esto en cine podría ser oro porque al final ya está bien de héroes de cartón piedra, un buen héroe debería poseer claroscuros y contradicciones. Lo que ocurre es que no se yo si el público, sobre todo español, que ante un Cortés o un Pizarro espera invariablemente una historia revertiana de españoles un poco cabrones pero en el fondo honrados y muy machos, abandonados a su suerte por los políticos incompetentes, se enfrentan al enemigo que los supera cien a uno… les gustaría un retrato que incluyese escenas que no les coincidan con ese ridículo retrato canónico que tienen en la cabeza sacado de los manuales escolares, o muchas entradas de Internet que se centran en recalcar una y otra vez lo épico y espectacular que fue todo aquello. ¿Afortunadamente? tampoco creo que un hipotético blockbuster de cualquier tipo en un par de horas pueda adentrarse mucho en nada o remover mucho la visión del pasado de nadie para bien o para mal.
Aunque después de decir eso pienso en Braveheart, Gladiator y 300 y me estremezco.
Os ha flatado otra película sobre Cortés. La española Hijos del viento. Con un extraño reparto encabezado por Carlos Fuentes, Pepe Sancho y ¡Bud spencer! Tendría que volver a verla pero, el recuerdo que tengo de ella es que, pese a los problemas de presupuesto, no estaba mal.
Por cierto, El capitán de Castilla, no me pareció en absoluto mala. Lo que pasa es que era una película antiépica.
Desde luego merecen como unas 1.500 películas las Guerras Civiles de César en Hispania, Numancia, Aníbal en Cartagena, el 711, Covadonga, Los reyes Castellanos, El inicio del Idioma Castellano, Las Navas de Tolosa!, Las racias en la Mancha, La Córdoba árabe, La entrada de Los Visigodos (sí esto va antes), Los Trastámara, El CID, La toma de Granada, La conquista de Sicilia y Nápoles, El Gran Capitán, San Quintín, Las guerras civiles del Perú, La Armada Invencible, Los Tercios, El tratado de Tordesillas, La llegada a Japón (Cipango), La vuelta de El Cano, La expedición de Malaspina, Rocroix, Lepanto, Blas de Lezo, La Guerra de Secesión, El bombardeo de Barcelona, La expedición de Malaspina, Los españoles en California contra los apaches, El fuerte Ruso en territorio de Oregón, todavía español, La venta de la Florida, el 2 de Mayo, Bailén, El trienio Liberal, Las guerras de reconquista y pérdida de las Colonias, La historia de Cuba, Todos los Jesuitas, Las guerras carlistas, La Guerra del Pacífico, Los esclavistas catalanes, Garcilaso de la Vega, Las guerras Carlistas, el desastre del 98, El desembarco de Alhucemas, El desastre de Annual, La guerra Civil y la guerra sucia contra ETA. Y todas, la más grande y digna, la conquista del Imperio Azteca (qué Méjico ni qué coño), un imperio decadente y ultra belicoso con sus vecinos. Nadie cuenta lo de Cortés, no porque fuera español, barbudo y bla bla sino porque la CONQUISTA NO FUE POSIBLE SIN LA ENORME VIOLENCIA Y TRAICIÓN DE LOS PROPIOS PUEBLOS MEXICAS, que es extrañamente un complejo sólo conocido en México (Como sentirse mal por dejarse conquistar por los Árabes, cuando somos sus descendientes ya!). Miles de soldados de otras tribus colaboraron con Cortés, que los utilizó y manipuló como hacía César, Alejandro, Napoleón y todos los grandes, y a los que por cierto trató sumamente bien. Aplicó botín de guerra y justicia sumarísima en tiempo de guerra, territorio enemigo y fuerza inferior, pero jamás fue sanguinario, loco, psicópata o patrañas así.
Nadie tenía pensado hacer una matanza. fue todo una confusión, como quien ve por primera ve extraterrestres y unos y otros con puro desentendimiento fueron en una escalada de violencia, unos por otros. Cosa que tampoco acabó tan mal, dado que hoy México es el país latino con más carácter tanto por el lado precolombino, como que es el mejor heredero del carácter, cultura, valentía y empuje español ( y por cierto con mucho ingrediente vasco).
Cualquier guionista debería brillar con datos acojonantes:
Cortés solo tenía 15 caballos… que de ellos luego dieron origen a los mustangs gringos! (otro Imperio llevado a América en sí mismo)
Los mexicas no tenían ni la rueda ni armas de metal. Combatían con huesos afilados y no se solían defender, atacando en masas contra los piqueros, que hasta ellos se asustaban de matar a tantos sin prácticamente hacer nada.
Las escenas de los españoles atrapados a los que les dicen que maten o se los comen vivos (motivo fundamental para la victoria)
La Malinche como traductora y amante
El infantilismo de Montezuma y de todos sus tíos
Las tazas de chocolate picante
Los emplumados de los jefes
Lo poco que valía la vida
Los intentos de diplomacia
Las promesas de botín
Las órdenes de arresto.
Lo maravillados con la naturaleza
Los canales y lagunas de la capital
Los sacrificios humanos
El canibalismo
Yo todo esto lo quiero ver con la mezcla perfecta entre Apocalypto (crudo y natural por todos los lados), Salvar al Soldado Ryan (espectacular y bélico) y El Nuevo Mundo (por el lado personal, mágico, interior).
Esperemos!
Crees que dispararle a alguien a 20 metros con un arma es ser un valiente?
Esa es la valentía y coraje español?
Considerando que la hispanidad fracasó y que en América quienes descienden de españoles son la gente que peor vive y que a quienes les toco mejor suerte descender de ingleses son hoy los dueños del mundo y quienes producirán esta película ya me imagino la «epopeya» que producirán..!!
Hispanoamérica es un mundo de miseria muerte, delincuencia y subdesarrollo por lo que «llevarles» un idioma no fue una buena idea..!!
Buena enumeración. Yo añadiría las profecías que anunciaban el retorno del dios Quetzalcoatl. Moctezuma ya tenía comida la moral mucho antes de recibir a Hernán Cortés en Tenochtitlan.
Y esperemos no pase como en el canal de Historia donde se ven Red Necks virginianos de una universidad de tercera diciendo que hay que revisar el Descubrimiento de América, que Colón está sobrevalorado, que todos los pueblos germanos, sajones ya estuvieron en América y que los Cherokees son en realidad judíos. Tócate la gaita.
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Estoy de acuerdo en que Hernan Cortes sea probablemente el personaje mas interesante de la historia de España,y que mereceria una gran pelicula,(o varias),y alguna buene serie de tv.
No obstante da un poco de miedo pensar lo que puede hacer alguien con la mentalidad de Hollivood,aunque sea Coppola.
Por muy genio que sea ,que lo es ;su mentalidad y la de sus guionistas no suelen entender del todo otras sensibilidades.
http://www.abc.es/sociedad/20130303/abci-leyes-indias-derechos-humanos-201303012122.html
http://laorejadejenkins.es/historia/la-gran-mentira-de-la-esclavitud-y-el-genocidio-espanol-en-america
Los habitantes de america sois los descendientes de los vencedores y vencidos, y por vencedores me refiero no solo a los españoles si no a otros pueblos originarios como los tlaxcaltecas o chocultecas que con la llegada de los españoles se libraron de la opresión azteca y de ser sacrificados en sus templos.
Las alianzas de Cortés, Mexico
«Mientras los españoles y tlaxcaltecas marchaban sobre Tepeaca, se les sumaron muchos guerreros de Cholula y otra ciudad cercana. Los cholultecas dijeron a Cortés que Cuitlahuac (el nuevo emperador azteca) estaba decidido a revertir la política de negociación de Moctezuma, y había enviado gobernadores aztecas a todas las provincias que rodeaban Tenochtitlán. Antes de la llegada de los españoles, los recaudadores aztecas habían sido bastante opresivos, pero estos nuevos gobernadores aztecas y sus hombres estaban saqueando los poblados, robando todas las posesiones de la gente. En su arrogancia, los aztecas violaban a las mujeres cholultecas -esposas, hermanas, hijas- y obligaban a los hombres a mirar. Esclavizaban a las mujeres jóvenes y los niños. Los cholultecas preferían la ordenada administración de los españoles a esa, así que unían sus fuerzas a los forasteros.
Era la primera buena noticia que oía Cortés desde la derrota (la Noche Triste), y recibió a los cholultecas con un caluroso abrazo.»
Las alianzas de Cortés II
«Los caciques tlaxcaltecas visitaron a Cortés y le expusieron las condiciones que pedían a cambio de la asistencia que prestaban. Los tlaxcaltecas no eran ambiciosos; no tenían aspiraciones imperiales ni deseaban ser sucesores de los aztecas. Si los españoles, con ayuda de sus compatriotas de la costa, habían de prevalecer, los jefes tlaxcaltecas querían que su pueblo quedara exento de tributos, recibir una parte del botín y el control de las dos provincias que limitaban con sus tierras. Cortés accedió. Y aunque los detalles del convenio nunca se pudieron definir con precisión porque Cortés estaba aturdido, al igual que la mayoría de los capitanes españoles que fueron testigos del acuerdo, España respetó su promesa y eximió a los tlaxcaltecas de tributo mientras sostuvo su presencia en México, casi trescientos años. La historia no presenta tantos ejemplos de buena fe por parte de los europeos en sus acuerdos con los indios.»
– Fragmento de la obra Hernán Cortés del historiador Richard Lee Marks.
Después de leer a Bernal Diaz del Castillo creo que rechazaría cualquier tono que no sea el usado por ese autor, que es simplemente relatar, en ningún momento el autor emite juicios o se posiciona, simplemente nos cuenta lo que ocurrió. Dentro de esta óptica tengo muy claro que si es Spielberg quien hace esa película no iré a verla. Más aún, si es Spielberg quién la rueda exigiría que no se usara un solo euro que salga de nuestro país.
Bueno, Díaz del Castillo relató su relato. Evidentemente nos llega esa información de primera mano pero, probablemente ya estuviera sesgada.
En historia no doy casi nada por sentado, ni siquiera en la historia contemporánea cuando uno de nuestros queridos político dice algo y unos meses más tarde sus medio afines reescriben la noticia por que el viento ha cambiado. Algo así como el Ministerio de la Verdad en 1984.
Creo que el encuentro en Cortés y Moctezuma (lo que representaban) tuvo que ser lo más parecido a un encuentro con alienígenas.