Tengo la costumbre de cobrar por lo que hago. Esta vez haré una excepción. No con Jot Down, pero sí con el potencial beneficiario de esta fantacrónica: Mariano Rajoy.
«Mariano saltó sobre un AVE a Sevilla esa misma tarde, en cuanto recibió la llamada de Soraya anunciándole el Waterloo electoral. Estamos de acuerdo en que, en la antigua política, una foto con el perdedor siempre era un mal negocio. Pero el perro de Pavlov electoral ya no funciona solo con campanillas. Ahora come cuando le viene en gana. Nadie en los medios esperaba al presidente. El primer golpe de efecto fue verle salir al estrado, en directo. Primero habló Moreno Bonilla, que agradeció su trabajo a los militantes y puso su cargo a disposición del partido. En público y a micrófono abierto, asumiendo que si encajas diecisiete goles en tu primer partido, tu continuidad no depende de lo que opine tu espejo. Con A de Asumir, Juanma. Tomó el testigo Rajoy: «Hoy hemos perdido. Quizás no hemos entendido lo que Andalucía esperaba de nosotros en esta campaña, pero sí lo que la nueva política espera del Partido Popular. Ser una formación que da la cara cuando las cosas van bien y, sobre todo, cuando se tuercen. Ser un partido valiente. Por eso no acepto la dimisión de Juanma. Cuando uno establece un proyecto, cree en los suyos. Y yo creo en ti y en el trabajo del partido en esta campaña. Es evidente que la ciudadanía todavía espera una confirmación de nuestro discurso, y la va a tener. Necesitáis sentir los beneficios de nuestras reformas. Somos un país que se ha puesto en marcha. Nos falta coger velocidad. Y no tengan dudas de que, hoy, el PP tiene diecisiete escaños menos en Andalucía pero es diecisiete veces más fuerte. Porque hemos recibido y entendido esos diecisiete mensajes sobre nuestra capacidad para mejorar. Por eso estoy aquí esta noche, mientras otros líderes nos ven por televisión desde Madrid. Porque un líder está con los suyos cuando ganan, pero sobre todo cuando pierden». Mariano Rajoy bajó de la tarima y fue agradeciendo uno por uno su entrega a los militantes presentes».
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Esto no ocurrió. Ni ocurrirá. No creo en lo que acabo de escribir, pero supongo que sí lo harán quienes cobren por encargarse de la comunicación del Partido Popular. O eso, o su vida debe de ser realmente complicada. Algunos intuíamos hace semanas que, solo con las estadísticas, podría no bastarle al PP, porque la nueva política exige unas gotas de autenticidad catódica, por alma, sinceridad o puro interés, eso ya que elija el interesado. Los que siempre aplauden antes de tiempo, sin una cucharada de argumentario que llevarse a la boca, clamaron enseguida por un proyecto más de derechas. Como si dificultar el aborto a las chiquillas fuera a suponer cinco escaños más en Andalucía. Les aviso y tampoco les cobro: no, no se trata tampoco de girar a la derecha.
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Les recomiendo una escena. Nanni Moretti, en Aprile, se desgañitaba viendo al candidato de la izquierda, Massimo D’Alema, debatir con Silvio Berlusconi. «Di algo de izquierdas, D’Alema, di algo de izquierdas, ti prego». Desolado ante la inacción de D’Alema y su desmochado bigote, terminaba implorando ante la TV: «Di algo, aunque no sea de izquierdas. Di algo, D’Alema». De eso se trata ahora. De decir algo.
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¿Entonces mal Rajoy por una cosa que dijo, que diría, que debería decir? Entre mi pobre comprensión lectora y el aparente postureo del autor, me quedo en ascuas. Saludo
Estoy seguro de que en el momento de la foto Rajoy está diciendo: «Tira del dedo, Bonilla».
Completamente de acuerdo en todo si en vez de «di algo» la sugerencia fuera «lárgate de una vez».
No creo que nadie en su sano juicio desee una mejora de sus técnicas de propaganda. Bastantes putadas a las gentes ha hecho. Bastante se ha retratado como un ser carente de principios que se amolda a los poderes que le presionen.
Que siga tan torpe y tan necio, que eso es lo que hace falta.
Por un breve instante me lo he creído, después todo era demasiado perfecto, demasiado como debería ser, demasiado decente, y me he ido dando cuenta de que era todo una fantasía, algo imposible en el país del presidente de plasma, el país de Esperanza, la que cual tumor genera a su alrededor 5 órganos metastasizados de corrupción, el país de los abrazos fuertes a Bárcenas, del todo es falso menos algunas cosas, el de la alcaldes que toma cafés con porras con el único mérito de habérsela tocado a Aznar, Josemari. Y ya he pillado el sentido.
El PP. Mis ideas casan mal con el PP, la mayor parte de las veces más que casar, divorcian, pero mire, puedo respetar al PP, a sus ideas, a sus políticas, así, en bruto. No tengo problema con que me gobierne la derecha, o el centro derecha, o lo que sea el PP.
Pero la corrupción absoluta contra la que no se hace nada, los ministros matoniles como Montoro usando la Hacienda como Wayne usaba su Colt, las privatizaciones sospechosas, las leyes mordaza fabricadas por alguien del Opus que hasta me hacen dudar de si lo que escribo es delito, los recortes que ocultaron, las mentiras a media voz, los tejemanejes legales… eso me quema. Pero que encima no den la cara, que no tengan el valor mínimo para darla, no solo a mí, pobre ciudadano que no les vota pero que sí es gobernado por ellos, sino a sus propios votantes. Si yo votase a alguien que me ningunea así, a quien le importo tan poco, que me toma tan por idiota, me sentiría ofendido.
Y viene la ola, porque tiene que venir, porque ya somos un poco más mayores de lo que éramos y esto ya no puede seguir así. Si el PP quiere seguir siendo alguien en este país tiene que dar la cara, en las victorias y en las derrotas, explicar las cosas dando la cara y perseguir a los malos de su propio cuerpo dando la cara, de frente, con sinceridad, con claridad, con decencia.
Y por eso es imposible que este artículo se torne realidad, porque el PP no está a eso. Y eso que Mariano no es precisamente de lo peor, el equipo B contra el que lucha desde hace años es aún peor. Con que nos hacemos una idea de lo que hay al mando. Una tv de plasma insultante.
¿Soy yo o el tipo que ha escrito este pseudo-speech sorkiniano realmente está sugiriendo que el presidente del gobierno de un país debería de pagarle por sus ideas? Ah, el ego…