¡Aleluya! La cadena estadounidense AMC parece dispuesta a continuar dándonos alegrías. Por fin ha llegado una de las series más ansiosamente anticipadas del año: Better Call Saul, el spin off de la celebérrima Breaking Bad. Y naturalmente llega en mitad de un mar de expectación, ya que había tantas esperanzas como dudas. Aunque todavía está recién nacida, ya podemos decir que Better Call Saul se va a convertir en una cita imprescindible durante los próximos meses.
Si usted vio las andanzas de Walter White ya sabe por el título cuál es el núcleo principal de esta nueva serie: la vida y milagros del abogado Saul Goodman antes de que se convirtiera en cómplice de Walter (concretamente, Better Call Saul empieza seis años antes que Breaking Bad en la línea temporal). Saul Goodman era uno de los personajes más populares de Breaking Bad y verlo convertido en protagonista absoluto de un programa nuevo parecía una idea atractiva pero arriesgada. ¿Conseguiría cumplir con las expectativas o terminaría arruinando lo que para muchos era uno de los personajes más carismáticos y memorables de aquel impresionante show? Por el momento se llevan emitidos cuatro episodios y el resultado es altamente satisfactorio.
Los comentarios sobre lo que llevamos visto de Better Call Saul van desde la aprobación complacida hasta el abierto entusiasmo, con casi una total ausencia de detractores. La crítica ha sido prácticamente unánime al considerar que la serie ha arrancado con poderío, con todos los mimbres para aspirar a convertirse en un show con peso específico y entidad propia más allá de la fama y el éxito de su predecesora. Algunos, quizá de manera algo prematura pero quizá también comprensible, se han atrevido incluso a compararla con el fenómeno de Frasier, aquel otro spin off que terminó transformándose en una serie legendaria por derecho propio. Si bien aún es pronto para lanzar todas las campanas al vuelo y decir hasta dónde puede llegar Better Call Saul, los primeros episodios dan muy buenos motivos para el optimismo. Como mínimo, tiene toda la pinta de que esta primera temporada va a ser memorable.
Como decíamos, la serie narra las andanzas de Saul Goodman cuando todavía trabajaba con su nombre de nacimiento, James McGill. ¿Y quién es él? Pues un abogado fracasado que vive casi en la indigencia. Tiene un despacho oculto en la parte trasera de una peluquería, un despacho tan pequeño que apenas consigue abrir la puerta. Desesperado, sin luz eléctrica y guardando su escasa comida en una nevera de playa, inventa toda clase de triquiñuelas para intentar conseguir nuevos clientes. Se nos muestra su faceta más picaresca, con referencias varias a su dudoso pasado como estafador callejero, pero es básicamente un perdedor. Y su aureola de perdedor es magníficamente perfilada por el actor protagonista Bob Odenkirk, que sin duda posee carisma y talento de sobra para cargar con la serie sobre sus hombros. Aligerado ya del papel de contraste cómico con Bryan Cranston, Odenkirk se alza desde el páramo de los secundarios y ya con tres capítulos ha dejado claro que está más que preparado para la titánica prueba del protagonismo. Bob Odenkirk es grande y está con ganas de demostrarlo. Por cierto, en el reparto ya hemos visto algún que otro rostro conocido de Breaking Bad, como el hierático Jonathan Banks, que retoma aquí su personaje del policía retirado Mike Ehrmantraut. Aunque todavía no es la mano derecha del abogado, sino que trabaja como encargado de la taquilla del parking de los juzgados, lo cual dará pie a varias hilarantes discusiones entre ambos personajes a cuenta de los tickets del aparcamiento (¡fantásticas escenas!).
Hablando de hilaridad, cabe mencionar que, en contra de lo que algunos esperaban, Better Call Saul no es una comedia. Sí, contiene bastantes dosis de humor, aunque en su mayor parte presentadas de forma extraordinariamente sutil. Pero en realidad la serie es una combinación de drama con thriller criminal de cocción lenta que, al menos en este arranque, tiene un tono más bien oscuro, por momentos cercano a la tragicomedia, por momentos relativamente cercano a la tensión tétrica de Breaking Bad. A lo largo de estos primeros tres episodios James McGill se va metiendo en crecientes problemas a causa de su desesperación económica y de su carácter irresponsable. Hay varias secuencias que perfectamente podríamos haber visto en Breaking Bad, como una impresionante negociación entre McGill y unos matones en mitad del desierto. Eso no significa que ambas series sean iguales, que no lo son, pero sí que Better Call Saul, lejos de ser una comedia centrada en la faceta más histriónica del futuro Saul Goodman, mantiene y respeta algunos rasgos característicos de su programa madre. No en vano ambas series vienen firmadas por el mismo creador, Vince Gilligan. Eso se nota, y mucho. Y eso que se prescinden de ínfulas y veleidades destinadas a hacer imagen de marca. Una de las cosas que más gracia me ha hecho es la casi total ausencia de esos títulos de crédito en plan artístico que están tan de moda; reducidos a unos pocos segundos, el nombre de los creadores (Gilligan y Peter Gould) aparecen impresos en pantalla con unas letras que parecen salidas de un cutre VCR de los años ochenta. Ni en The IT Crowd, vamos.
A falta de comprobar cómo se desarrolla el resto de su primera temporada, Better Call Saul se ha destapado como una sorpresa y como la «gran esperanza blanca» de este año. Se intuyen buenas posibilidades de que se convierta en la digna heredera de Breaking Bad. Lo sigo sin ánimo de compararlas, sino más bien como una manera de decir que Better Call Saul no ha decepcionado, todo lo contrario. Quizá es algo más lenta, al menos por ahora; el primer episodio se dedica íntegramente a presentar al personaje y sobre todo a darle profundidad de campo, haciéndonos olvidar que en Breaking Bad era un alivio cómico para contraste con los personajes centrales. Pero desde el principio es también retorcida e inteligente, además de cinematográficamente brillante (¡esa extraordinaria secuencia inicial!). Lo que antes era un profesor de química enfermo de cáncer, ahora es un abogado muerto de hambre, pero eso no significa que haya más paralelismos de los necesarios. Sin necesidad de hacer constantes referencias a Breaking Bad reconocemos perfectamente el mismo universo de aquella, pero también se nos deja claro que aquí vamos a contemplar otras historias, que este es un programa que si bien no tiene vocación de ruptura, sí lo tiene vocación de independencia y mayoría de edad. Supongo que es de esperar que Walter White haga algún cameo, y eso estaría bien, pero si no sucede poco importará. Especialmente mientras Better Call Saul mantenga el listón de estos tres primeros episodios y especialmente si como es de prever, va mejorando conforme avance la temporada.
Ya haremos un análisis más exhaustivo cuando termine esta primera temporada, pero por el momento cabe insistir en que si usted todavía no le ha dado una oportunidad, probablemente agradecerá concedérsela. Better Call Saul tiene muy, muy buena pinta. Resulta imposible leer el futuro, pero podría terminar siendo algo grande. Y si no termina siendo algo grande, con tal de que bascule en el nivel de lo visto hasta el momento, algunos nos daríamos con un canto en los dientes. Altamente recomendable.
Bien
Pingback: Better Call Saul: la orgullosa primogénita de Breaking Bad
Exagerada loa a una serie que sólo lleva tres capítulos, de los cuales por cierto me sobra media hora de cada uno, qué aburrimiento. El resto de los capítulos sí es divertido y emocionante, pero la lentitud de las series de Vince Gilligan me cansa un poco. Imagino que tu opinión deriva del entusiasmo vivido con Breaking Bad, buena serie, pero a la que en mi opinión se le han dado más estrellas de las que merece.
Creo que un día de estos hay que apresar a todos los que hablan de lentitud al referirse a cualquier ficción y llevarlos a una isla del Pacífico, para que se queden allí hasta los restos y no den la brasa con su soniquete.
A mi la serie me gusta bastante, hasta donde he visto. Otra cosa es lo de dedicarle un artículo entero lleno de referencias poco acertadas y generalidades explicando porque es tan maravillosa. Me parece un tanto pedante teniendo en cuenta.
«Necesitáis una serie de culto y Yo os la voy a dar»
El que un spin off creado para no dejar un duro encima de la mesa y protagonizada por secundarios con maquillaje chanante sea la «gran esperanza blanca » de esta temporada habla a las claras de que cualquier tiempo pasado fue mejor…
No me sorprenden las buenas críticas: los fan boys de BB son numerosos y bastante indulgentes con los (muchos) fallos embarazosos de la serie de sus amores, y si no véase el final de BB para muestra…
Esperemos que la cosa remonte y salga alguna serie a la altura de los clásicos pronto porque a día de hoy, y cuando acabe Mad Men nos quedaremos huérfanos de series top (no acabo de ver a Juego de Tronos como tal)
Es que esto de las series, pelis, etc, es más que nada una cuestión de gusto. Vi un par de episodios de BB, se dejaba ver, pero la temática no me gustó. Juego de tronos, ya había leído los libros y vi las dos primeras temporadas por curiosidad, estaba bien, pero entre que ya conocía la historia y que me daba palo bajármela, la dejé. La que he intentado ver unas cuantas veces, por recomendación de varios amigos de diferentes gustos, es Mad Men. No puedo con ella, me aburre y me duermo sin remedio. Una que me gustó fue The IT Crowd, me mondaba de risa, y otra Sherlock Holmes. De esta también me gusta que las temporadas son cortas. En eso no se parece a la que fue mi serie favorita en la adolescencia: Expediente X, jajaja. En mi opinión, creo que se lleva un tiempo exagerando con la calidad de muchas series. Duran demasiado, por lo que te pasas las horas muertas delante de la tele y las historias no suelen ser para tanto. Será que me gusta perder el tiempo de otra forma. Por cierto, Better call Saul, ni me la planteo : )
Bueno, entramos en el espinoso tema de los gustos personales. Para mí hay dos tipos de obra artística muy diferenciada: los que exigen al espectador elevarse y esforzarse sobre su nivel intelectual, y luego recompensan (o no ) dicho esfuerzo, y las que al contrario, exigen dejarse una parte del cerebro para difrutarlas. BB está en la línea divisoria, pudiendo ser un ejemplo de ambos casos. Otros (The Wire sería el ejemplo más claro) pertenecen al primer grupo, mientras que otras, la inmensa mayoría, en especial en medios tan costosos como el cinematográfico/tv (por no abandonar el género policiaco, mencionemos al primo tonto de The Wire: The Shield) entran en el segundo grupo.
Mad Men, para mí, es un exponente, el último (tras finalizar Boardwalk Empire), del primer grupo. Y por eso mismo, porque exige al principio un cierto esfuerzo, entiendo que haya mucha gente, la mayoría de hecho, que no les guste.
Yo a «The Shield» más que el primo tonto, lo llamaría el «The Wire sin ínfulas».
¡Choca esos cinco, Rhames! ¡Bueno, pero que conste que The Wire también me mola y mucho!
Es el primo tonto y no hay más. The Wire es una obra maestra.
Como diría Gloria Fuertes (o sus imitadores): The Shield es…pa los niños…;-)
Sí, qué razón tenéis, es una serie infantil: una puta yonki como confidente, un comisario jefe al que le obligan a chupar un rabo a punta de pistola y acaba tan traumatizado por la brutal experiencia que solo puede follar con prostitutas que se dejen pegar, un grupo de policías tan corruptos que acaban matándose entre ellos o suicidándose junto a toda su familia para no acabar en el trullo. La verdad es que the Shield es la típica serie que yo le recomendaría a cualquier padre para ver junto a sus hijos de 5 a 10 años….
Hombre, no hay que tomárselo en el sentido literal. Ya sabemos que tiene mucha violencia, tipos duros y todo eso, pero su nivel de inteligencia y verosimilitud, por no hablar de lo cansino que se hacen sus temporadas sin trama y con episodios en un 70% autoconclusivos , como si fuera una sitcom del montón, y los tópicos de serie B continuos en los que incurre hace que sólo sea disfrutable dejándose una buena porción de cerebro en el intento.
Que no es algo per sé criticable, la serie no está mal en su género, incluso es muy buena, sencillamente se sacó como ejemplo claro de una serie que no exige al espectador esfuerzo intelectual sino todo lo contrario…
Está claro una vez más que para gustos están los colores, querido Pedro. A mí en cambio The Shield me parece un análisis brutal de la hipocresía que encierran ciertas relaciones de amistad y de trabajo, de la capacidad de autoengaño del ser humano y del precio que se acaba pagando cuando los de abajo cruzan ciertas líneas, y además siempre lo hace llevándolo -y llevándonos- hasta el límite. En fin, no voy a seguir con los spoilers para apuntalar mis argumentos, pero a mí esta serie sí me hizo pensar y mucho, independientemente de que coincida contigo en muchas cosas de tu análisis.
Por supuesto The Wire siempre será The Wire y estamos todos de acuerdo en que no se ha vuelto a hacer nada igual, pero creo que estas dos series, siendo aparentemente similares, pretenden transmitir y contar cosas muy distintas.
Después de leer su confesión, se ve claramente que no da usted para demasiado. Hay mucha gente que no puede mantener la atención sobre algo más de 30 segundos. Imaginen una serie de ¡¡¡diez capítulos por temporada y cuatro o cinco temporadas!!! También se puede llegar a la conclusión de que cierto sector de público no lo tiene fácil para seguir ficciones en pantalla o simplemente les hacen sudar la polla las ficciones de marras. Desde luego, no es obligatorio ver series de TV ni películas de cine, tampoco leer libros aunque algunos se escandalicen. En realidad, nunca lo ha sido.
Tengo que preguntar en su parcela, Vandamm, porque precisamente ha pasado arriba lo que yo me temía, que ya no queda sitio para preguntar en la zona de Agapito. Y mi pregunta precisamente era ésta: ¿Qué pasa cuándo se agotan los márgenes y la gente tiene ganas de seguir el palique? ¿Eh, Jot Down?
Tantas palabras para decir tan poca cosa. ¿Se puede disfrutar de esta serie sin tener ni idea de lo que pasa? Hacer loas y alabanzas a Breaking Bad y luego hablar de los matones del desierto sin mencionar a Tuco, o ignorar por completo la enfermedad de su hermano y asumir que su situación se debe únicamente al dinero. (¿Viven juntos siquiera?)
La verdad es que si esas cosas se le escapan al critico, no se si fiarme cuando habla de la brillantez, hilaridad y grandeza de los actores. A mi la serie me ha gustado bastante, la verdad sea dicha.
Hombre, creo que eso no lo ha mencionado para no hacer spoilers. No es un análisis, como señala el autor al final.
Si yo no hubiese visto aún los capítulos, pero fuese fan de BrBa me habría molestado que destripasen la «sorpresa» del cameo de Tuco, por ejemplo.
Efectivamente la enfermedad del hermano es el por qué de la falta de electricidad y la comida en una nevera de camping y no viven juntos. El protagonista vive en la peluquería/despacho. Detalles básicos.
Estoy entusiasmado con la serie. Las expectativas eran muy bajas porque había leído que sería una comedia. Nada más lejos de la realidad. Tiene un inconveniente, la estoy viendo con mi mujer, que no ha visto Breaking Bad (ninguna de las tres veces que la he visto yo) y de muchas cosas no se entera. Por último, ¿cómo puede atascarse una puerta desde dentro si no hay otra entrada?
Totalmente de acuerdo en que por ahora ha cumplido con las expectativas. La única pega que le pondría seria la ultima parte del tercer capitulo, en la que intervienen la abogada amiga de Saul del gran despacho de abogados y los policías que intentan presionarle. Esos personajes me parecieron bastante débiles y poco creíbles.
Por lo demás la serie recuerda muchísimo a Breaking Bad: el ambiente, los comienzos de capitulo, los paisajes.
Plano contrapicado de una puerta de ascensor. En primer término un cubo/cenicero, de esos grandes tan frecuentes ahora en las entradas de las oficinas. El cubo tiene una gran abolladura. McGill pasa a su lado y desaparece en el ascensor. Escena de por medio, McGill regresa al lugar y la emprende a patadas contra el cubo, con saña y persistencia. Una atractiva rubia con la ropa típica de trabajadora elegante americana, fuma sin inmutarse fuera del hall donde se perpetra el cuboricidio. McGill, acabada la tarea, sale, se apoya en la pared junto a la rubia, sin decir nada le coge el cigarrillo para darle una calada, le devuelve el pitillo, y se va. La chica, dejando pasar un rato, aplasta el cigarrillo contra el suelo con sus zapatos caros de largo tacón, se dirige hacia el ascensor, ve el cubo en el suelo, lo levanta y lo deja en su lugar original. Finalmente coge el ascensor y desaparece. No recuerdo que se dijeran palabra alguna, y si ocurrió, tampoco importaba. Después de ver esto supe que esperaría esta serie cada semana con el babero puesto. Y sólo era el capítulo piloto.
No sé, pero te veo muy facilón, amigo…
Es lo que tengo, aunque tú no me gustas ná.
Con poca cosa te seducen… mediocridad pretenciosa.
Qué buena descripción!! Ese fragmento condensa la esencia de la historia.
Acabo de terminar la quinta y última temporada hasta el momento y me topé con este artículo buscando más información para analizar qué fue todo esto que me mantuvo en vilo tantos días.
la serie me ha fascinado, me he ido al trabajo con unas pocas horas de sueño solo por no parar de mirarla. Actuaciones, guión, fotografía, escenas todo excelente. Me reí, lloré, tuve miedo de que todo se fuera al carajo muchas veces. Para mí se trata de cómo te pueden marcar la vida las relaciones familiares. Es muy genial cómo se van conectando las historias. Admito que tengo una propensión a engancharme con ese tipo de historias como las producciones de Noah Baumbach por ejemplo. No pensé que iba a terminar tan atada al tema narcotráfico.
Ahora a ver Breaking Bad. Me han dicho que es muy buena, veremos qué onda, después les cuento!
No llegué a leer el artículo entero. Pero hay ciertos errores, p.ej. la nevera playera es una consecuencia más de la extraña afección de su hermano que no puede tener electricidad o aparatos electronicos.
Cuando más pasa el tiempo desde que ví Breaking Bad más se apaga mi entusiasmo.
Todo lo que contrario me ha ocurrido con Sopranos, Deadwood y Six feet under.
Con The Wire es otra cosa. La he vuelto a ver dos veces más y cada vez es mejor. Creo que dentro 2000 años será algo así como la obra de Homero.
«…sin luz eléctrica y guardando su escasa comida en una nevera de playa…»
¿el redactor puede volver a verse los capítulos a ver si se entera de la fiesta?
Pingback: ¿Cuál ha sido la mejor serie del año? - Jot Down Cultural Magazine
Este artículo se gestó a finales de febrero de 2015 y en él, el Sr. De Gorgot hacía referencia a que volvería sobre el tema conforme fueran sucediéndose las temporadas que al final, fueron 6 de lo mejor que jamás se haya expuesto en la historia de las series. Sí, no exagero en absoluto, la estoy revisando ahora mismo por segunda vez y estoy anonadado de su calidad a todos los niveles. Pues bien, esta EXTRAORDINARIA serie, no ha vuelto a merecer una reseña en Jot Down hasta marzo de este año, 2023, por parte de la Señora o Señorita Iris César del Amo. Artículo por cierto, muy interesante pero sobre todo muy ceñido a una sola faceta, la de la relación sentimental entre Saul y Kim. ¿Qué es lo que ha ocasionado este silencio atronador a lo largo de estos años?