No nos malinterpreten, no pretendemos apelar a la nostalgia para desmerecer lo visto anoche en la gala de los Goya. Una ceremonia en la que todos parecían estar pendientes de si Wert se sintió incómodo. Pues claro, como cualquier otro espectador. Sea como fuere, de entre todo lo mencionado, premiado y celebrado ayer el tiempo dirá quiénes terminarán convirtiéndose en clásicos y qué artistas polifacéticos acabaron criogenizados con su organillo en el silo más profundo de un cementerio nuclear. Lo que queremos ahora es hablar de los que no estuvieron porque hace tiempo que se fueron… pero aun así no han conseguido que nos olvidemos de ellos. En una cinematografía en la que demasiadas veces hemos visto a actores-vegetales recitar diálogos de carrerilla como quien canta una tabla de multiplicar y vocalizando menos que un ventrílocuo, unos pocos titanes comprendieron que su función no era tapar la pared que hubiera tras ellos sino llenar la cámara con su carisma. Y vaya si lo lograron. Estos son los que más cálidamente recordamos, aunque pueden añadir otros si lo desean.
Pepe Isbert
Hace casi cincuenta años que se nos marchó al otro mundo y ahí lo tienen, no hay manera de olvidarlo. José Enrique Benito y Emeterio tuvo su primer papel en el cine en 1912 y se forjó desde entonces una respetable carrera teatral, pero las películas que le otorgaron el don de la inmortalidad vinieron mucho después en los años cincuenta y sesenta. Hablamos de títulos como Los jueves, milagro; Bienvenido, Mister Marshall; Calabuch o El verdugo… entre lo mejor que se haya rodado nunca en nuestro país. En todas ellas vino a interpretar un personaje más o menos similar, pero es que cuando se alcanza la perfección no hace falta introducir variaciones. Tuvo además una hija también actriz, María Isbert, dotada igualmente de una gran personalidad.
Manuel Alexandre
Otro actor que comparte con el anterior no solo haber participado en alguna de las mejores películas españolas, sino tener un carácter y una forma de hablar de una comicidad irresistible. Entre Isbert haciendo de san Dimas y Alexandre del tonto del pueblo, es imposible escoger cuál lo hace mejor. Aunque también podía ser todo un seductor o, mejor dicho, un personaje convencido de serlo pese a que ninguna mujer cayera en sus redes, como vemos en esta escena de Atraco a las tres. En la vida real al actor también le gustaban mucho las mujeres (tanto como los percebes, aseguraba) así como la lectura y el teatro, en una larguísima carrera profesional que mantuvo casi hasta el último momento y que le valió multitud de premios y reconocimientos.
Gracita Morales
También en la citada Atraco a las tres pudimos ver a Gracita Morales precisamente haciendo de pareja de Alexandre (que también lo fue en la vida real) la particular voz que impostaba y sus papeles de chacha la vincularon estrechamente al tipo de películas que se hicieron en nuestro país en los años sesenta y setenta. Pero los tiempos cambiaron y ya no hubo sitio para ella en el cine posterior. Véase una de sus últimas intervenciones, en El pico 2, haciendo de chacha, sí, pero de una que se encontraba una jeringuilla de heroína. Era ya un pez fuera del agua. Este desplazamiento le hizo caer en una profunda depresión que la llevó a morir en el olvido. Un final que contrasta dolorosamente con la alegría e ingenuidad que transmitía en sus primeros papeles, que son por los que merece ser recordada.
Paco Martínez Soria
Nació en la provincia de Zaragoza en 1902 y paso a paso fue haciéndose un nombre en el teatro primero en Barcelona y luego en Madrid. Sus papeles en el cine fuero casi siempre variaciones del tema «maño enfrentado a la modernidad», haciendo de su boina una fuerza primordial del cosmos y una seña de identidad semejante al escudo para el Capitán América. Aunque la calidad de sus películas era más bien discutible, no se le puede negar un gran carisma y un carácter esencialmente noble y cercano.
El Pirri
José Luis Fernández Eguía, alias el Pirri, fue otro actor unido irremediablemente a cierta época y cierto estilo de cine, que llevó a su máximo esplendor pero al que tampoco supo sobrevivir, de hecho apareció muerto en un descampado por sobredosis en un ejemplo de cómo la vida imita al arte. Su vocalización era lamentable y apenas se le entendía la mitad de lo que decía, pero destilaba autenticidad. Aquí una selección de sus mejores momentos que haría llorar de pura emoción a Stanislavski.
Florinda Chico
Aunque trabajó en películas serias como la adaptación al cine de la obra de Lorca La casa de Bernarda Alba, por su físico y su carácter lo que le resultaba afín era la comedia. Tres suecas para tres Rodríguez, Los bingueros, El calzonazos… créannos si les decimos que ninguna de ellas estuvo dirigida por Ingmar Bergman. A pesar de todo supo forjar un personaje de indudable vis cómica y que resultaba mejor que las películas de las que formaba parte.
Fernando Fernán Gómez
De todos los mencionados estamos sin duda ante el más camaleónico, polivalente y talentoso. De él recordamos papeles que interpretó a lo largo de varias décadas, desde Una pareja feliz hasta El abuelo, aunque también destacó como director, guionista, novelista y articulista. Ocupó la letra B en la RAE, obtuvo nada menos que siete premios Goya y también fue identificado popularmente por su carácter fuerte, por decirlo así.
Amparo Baró
Tuvimos noticia de su muerte hace apenas unos días, así que no podía faltar en esta lista. Una actriz con una larguísima carrera a sus espaldas de cine, teatro y televisión, siendo esta última la que más popularidad le dio con su papel en 7 vidas. Aunque en cine también pudimos verla en El bosque animado o Boca a boca entre otras.
Paco Rabal
Comenzó en el teatro con obras de autores de gran nivel como Arthur Miller y Calderón de la Barca, así como pequeños papeles de extra en el cine. Por su buena percha logró posteriormente papeles de galán que le llevaron a adquirir reconocimiento internacional y estuvo a las órdenes de diversos cineastas europeos. Pero los años pasan, la nariz le empezó a crecer como si fuera un boniato adherido a su rostro y entonces pasó a interpretar otro tipo de papeles, quizá de más enjundia si cabe, como el memorable Azarías de Los santos inocentes.
Sara Montiel
Sara Montiel ha sido la Norma Desmond española. Muchos la comenzamos a conocer por sus intervenciones televisivas cuando ya era una señora algo decrépita que mantenía aires de diva. Quizá eso la convirtió en un personaje un tanto esperpéntico al que es difícil apreciar justamente, pero lo cierto es que en su juventud fue una auténtica diosa. Tuvo un considerable éxito en Hollywood, actuando junto a Gary Cooper y Burt Lancaster y en su faceta de cantante también alcanzó relevancia internacional. No es de extrañar que finalmente se le subiera algo a la cabeza, a quién no.
José Luis López Vázquez
Llegó a actuar en más de doscientas películas y encarnó como nadie el arquetipo de antihéroe del desarrollismo. Era el oficinista agobiado por las deudas, la suegra, los vecinos y el niño que le da la lata mientras van en el 600 a la playa, el hombrecillo que intentaba ligar infructuosamente con alguna sueca. Tenía tan mala suerte que podía entrar en una cabina de teléfono y quedar atrapado en ella sin que nadie se preocupara por rescatarlo. Era, en definitiva, un admirador, un amigo, un esclavo y un siervo.
Alfredo Landa
No se nos ocurre ningún otro actor del mundo que haya podido prestar su apellido a todo un género cinematográfico. Ahora bien ¿hubo alguna película del landismo que realmente mereciera la pena? Quién sabe si en los próximos siglos serán reivindicadas, de momento no nos atrevemos a tanto aunque en su época entretuvieron e hicieron reír a mucha gente, lo que no es poco. En cualquier caso Landa sobrevivió a ese estereotipo y pasó en los años posteriores al «destape» a hacerse con papeles de mayor reconocimiento como en El Crack o Los santos inocentes. El momento de extravío mental al recoger el Goya honorífico en 2008 fue tan desolador que de nuevo nos vuelve a mostrar cómo los actores cómicos pueden tener finales que nos hielan la sonrisa.
Rafaela Aparicio
Nació en Málaga en 1906 y es de esa clase de intérpretes claramente reconocibles a quien todo el mundo puede poner rostro, voz y carácter aunque no sepa concretamente en qué películas, simplemente parece que siempre haya estado ahí. El mar y el tiempo, El año de las luces o Mamá cumple cien años son algunos de esos títulos.
Luis Ciges
Su padre fue fusilado en la Guerra Civil por los sublevados ante sus propios ojos y él tuvo que combatir en el Frente Oriental con la División Azul. Al regresar a España trabajó como médico atendiendo tuberculosos y los últimos años de su vida sufrió una depresión que lo llevó a aislarse. Entre tanta amargura también hubo momentos en los que pensó que la vida también es para reír y nos regaló sus intervenciones en las comedias más hilarantes que se hayan rodado en España. Rodó unas cuantas bajo las órdenes de Berlanga, desde Plácido hasta Todos a la cárcel aunque nos resulte especialmente reconocible por papeles más recientes como los de Amanece que no es poco y El milagro de P. Tinto.
No sabría quedarme con uno.
Faltan de forma imperdonable Sancho Gracia, Carlos Larrañaga y Pepe Sancho.
Imposible elegir, que cantidad de talento
Eran todos muy grandes, tampoco podría quedarme con uno.
¿Alguien puede añorar al Pirri? ¿Esto va en serio?
¿Y Fernando Rey, Agustín González, Antonio Ferrandis? (además de los ya mencionados por Salvador)
Genial la lista, difícil elegir. Falta Juan Luis Galiardo que al final lo tuvo todo como gran actor de teatro, con una obra de Moliere.
LOLA GAOS
Pingback: ¿A qué actor o actriz española añoramos más?
Falta Llàtzer Escarceller: https://www.youtube.com/watch?v=fYSAPt2G4_I :trollface:
Muy buenos la mayoría, pero echo a faltar (y no en el apartado de Otros) a un grande que al morir prematuramente parece que el tiempo es el mejor aliado del olvido: José Luis Ozores
Se me ha adelantado Jacob, de lo cual me alegro. ¡José Luis Ozores, por Tutatis! Y bueno, de los Doce hombres sin piedad queda uno, así que los 11 (en el artículo aparece solo Alexandre), empezando por José María Rodero, también llamado San Dios.
María Luisa Ponte……Única e irrepetible. Talento y corazón
Fernando Rey
Juan Luis Galiardo, un galán de mierda y finalmente un actor inmenso con una capacidad inmejorable para decir los textos . El ultimo hombre interesante en entrevistas, entre tanto producto prefabricado. Inolvidable.
Falta el mejor de todos, como siempre pasa. JOSE MARIA RODERO, lo demás actores de todo a cien a su lado
Sí, sobre todo Fernando Fernán Gómez…
Y luis escobar, juanjo menendez o antonio garisa, toni leblanc entre otros. si lo sé ni entro que lista más cutre…
El mas añorado por mi F.Fernán Gómez,con mucha diferencia