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Guía del autoestopista en Mundodisco

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

El mundo no es redondo, sino plano. Plano y con forma de disco. Con un supercontinente en el interior y un gran océano alrededor cuyas aguas se vierten por el borde. Y reposa sobre los lomos de cuatro elefantes gigantes, a su vez erguidos sobre Gran A’Tuin, la Tortuga del Mundo, que mide 15.000 kilómetros y tiene el caparazón picoteado con cráteres de meteoritos. Esa, y no otra, es la verdadera constitución del mundo. Al menos, de un mundo en particular. Este mundo con forma de disco se llama, claro, Mundodisco. Y germina, existencialmente hablando, en la periferia misma de la realidad, razón por la cual es frecuentemente víctima de lo remotamente improbable. Como, por ejemplo, ser un disco de geografía que surca el espacio sobre el caparazón de una tortuga. Sin ir más lejos.

Decir Mundodisco es decir sir Terence David John Pratchett, Terry para los amigos. Pelo cano, cejas muy locas, gorritos de fantasía. Seguro que le suena. Y si no le suena, debería. Ha vendido una cantidad absurda de libros. Tantos y en tal cantidad de idiomas que nadie es capaz de consensuar un número de millones exacto, aunque los cálculos actualizados hablan de ochenta y cinco. Otra leyenda le atribuye la autoría del 1% de todos los volúmenes de ficción que se compran anualmente en el Reino Unido, lo que podría no ser cierto pero también serlo, ya en sí mismo una conquista espectacular. Pratchett publica uno y medio al año desde 1983, así que eche cuentas. Solo su saga de Mundodisco consta ya de cuarenta novelas. Y lo vamos a repetir: cuarenta novelas, una detrás de la otra, sin perder ese mojo tan suyo, el virtuosismo al teclado o su capacidad, rarísima, para hablar a golpe de chiste de Los Grandes Temas, seguramente aquello que más se le aplaude. Por eso Pratchett no es un marinero más, sino capitán. De qué, no se sabe. De la fantasía, del humor o de la misma literatura, eso aún está por ver. En todo caso, no es la clase de autor al que se le buscan las influencias, sino la clase de autor al que se llega buscándole influencias a los demás. Terry Pratchett, dese cuenta, son Palabras Mayores. Y por eso, quizá, cuesta encontrar a remeros de su misma galera con algo verdaderamente malo que decir sobre su obra más allá de que, je, algunos de sus libros son mejores que otros. Nos ha jodido. Pero piense en los dos ejes en cuya intersección florece el Mundodisco, la fantasía y el humor, y luego en ¿Guardias? ¡Guardias!, Mort, El color de la magia o Dioses menores. Hay libros de Pratchett que no son un 10 porque la perfección no existe ni un 9,9 porque eso es un eufemismo del 10; pero sí son un 9,8.

Si aún no lo ha leído tenemos dos cosas que decirle: la primera, enhorabuena, nos da usted mucha envidia. Y la segunda, que no tiene que fiarse de nuestra palabra. Sírvase usted mismo, que las librerías rebosan de libros suyos y ni siquiera tendrá que ir al tuntún, porque le vamos a echar una mano. No hay que empezar la saga por el principio ni leerla siguiendo el orden de publicación, pero el Mundodisco tampoco es Jauja. La mayoría de novelas se adscribe a un tema preciso, con su propio repertorio de protagonistas, y sí resulta recomendable respetar el orden dentro de estos arcos argumentales. Por eso hoy varios redactores le traemos esta pieza, a medio camino entre la reseña y el pressing catch, para convencerle de cuál es el mejor flanco para hacer brecha. Elija con tranquilidad, sea cual sea su tema, porque en el Mundodisco hay de todo y en cantidad. Esto es Terry Pratchett, que no se le olvide. Tocamos a varios kilos de literatura por cabeza.

La Muerte (por Diego Cuevas)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

La vida de una persona sí pasa delante de sus ojos antes de morir. El proceso se llama «vida».

Los habitantes de todos los universos posibles suelen tener en común una envidiable incapacidad para llegar a un acuerdo sobre El Principio de las cosas. Porque esa es una casilla de salida que enfrenta a aquellos hooligans de deidades aficionadas a combinar pretecnología y carnicería contra los señores de bata y pelo jaranero que consideran que todo comenzó con un petardazo de cojones y continuó con la evolución haciéndose un té y tomándose su tiempo mientras arrojaba dinosaurios para despistar.

Pero, por otro lado, los habitantes de todos los universos posibles están completamente de acuerdo sobre El Fin de las cosas. No en lo que sucede después de ese El Fin, sino en El Fin mismo, en la existencia de ese instante exacto en el que algo deja de ser y pasa a justificar las mayúsculas. Y en Mundodisco, como en tantos otros mundos, ese momento concreto adopta la silueta mejor aceptada socialmente: la de un esqueleto gigantesco de túnica negra, guadaña en mano, ojos como contenedores de fuegos azules, chalet en una dimensión paralela pintada con diferentes tonos de la ausencia de un color, montura voladora en forma de caballo (que contra toda hipótesis clásica resulta estar vivo y ser usuario de los músculos, pelos y pieles que uno espera encontrarse normalmente en un corcel), y una voz admirable no solo por provenir de alguien que ha decidido que los labios y las cuerdas vocales son complementos pasados de moda, sino porque pertenece al único personaje literario cuya voz reconocerían todos los lectores. Porque Muerte siempre tiene el habla apuntalada en letras capitales. No es lo mismo hablar en minúsculas que en mayúsculas. NO ES LO MISMO HABLAR EN MINÚSCULAS QUE EN MAYÚSCULAS. ¿Veis?

Muerte es el personaje que más se ha asomado por las páginas de Pratchett. Aparece en todos los libros de la serie excepto en Los pequeños hombres libres y Snuff e incluso participa en Buenos presagios, la novela apocalíptica ajena a Mundodisco que escribieron a medias Terry Pratchett y Neil Gaiman. Es un personaje que nació tétrico en El color de la magia y acabó desarrollándose de manera mágica dejándose querer durante el proceso. Porque la guadaña del Disco, pese a aferrarse a lo icónico de su naturaleza (su agenda de trabajo son relojes de arena individuales que indican la vida restante de cada ser existente), es una entidad sobrenatural con un curioso interés por las personas y su mundo, lo que viene a ser como si a un obrero de la construcción le empezasen a resultar tremendamente interesantes los ladrillos, con la diferencia de que las personas, por lo general, son algo más activas que el ladrillo básico. Es esa curiosidad la que arrastra irremediablemente a Muerte a acabar volviéndose en ocasiones demasiado humano, tambaleando de rebote la estabilidad de lo que vienen a ser las normas de todo el universo. En el fondo Muerte es quien vendrá a buscarte cuando tengas que despedirte de la existencia, pero también es alguien que ha decidido bautizar a su caballo Binky porque es un nombre bonito para un jamelgo.

La saga de la Muerte se compone de cinco libros: Mort, El segador, Soul music, Papá Puerco y Ladrón del tiempo. En Mort la entidad sobrehumana decide adoptar como aprendiz del oficio a un chico incapaz hasta de ejercer como espantapájaros. El segador le otorga sexo al personaje (1) al mismo tiempo que lo envía de retiro a un entorno rural provocando que la gente deje de hacer eso de morirse y volviéndolo todo demasiado paranormal. Soul music lo enrola en la aventura del rock & roll y Papá Puerco le ajusta el sombrero de una versión de Papá Noel porcina que visita el Disco en una celebrada noche. En Ladrón del tiempo Muerte decide evitar la creación de un reloj perfecto que amenaza con encarcelar al propio tiempo. Recomendables hasta la agujeta resultan Mort (sobre todo este), El segador y Ladrón del tiempo. Soul musicPapá Puerco, aun siendo divertidos, tienen menos fuelle como conjunto. Y aunque en Ladrón del tiempo Muerte tiene menos protagonismo del esperado, también tiene a su familia en el reparto, con lo que todo queda en casa. Una casa pintada en tonos de la ausencia de un color.

(1) En inglés Death carece de género. En español se había asumido el femenino que se otorga a la palabra «muerte», pero a partir de este libro todo el mundo se referirá a Muerte utilizando el masculino. Las reediciones más modernas han corregido el error de los libros anteriores, pero lo importante de esta anécdota es que es posiblemente la primera operación de cambio de sexo sobrenatural literaria por culpa del idioma de traducción. De todos modos es difícil concretar qué genitales posee alguien que bueno, no tiene genitales.

Húmedo von Mustachen (por Bárbara Ayuso)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

«¿Qué clase de hombre pondría a un criminal a cargo de una de las delegaciones importantes del Gobierno? Aparte de, digamos, el votante medio». ¿Y qué clase de persona salvaría a un estafador de la horca para que sacara a flote una institución pública, completamente moribunda? Alguien con ganas de hacer mofa y befa de todo el sistema y lo que se ponga por delante.

Este es el punto de arranque de Cartas en el asunto, donde Terry Pratchett introduce al protagonista Húmedo von Mustachen, un carismático cabrón que lleva la pericia para el desfalco encajada en el ADN; un Rick Blaine teatral y fanfarrón. Para salvar el pellejo de la soga acepta el encargo del Lord Vetinari (uno de los personajes más recurrentes y excepcionales de Mundodisco) de reflotar la Oficina de Correos de Anhk-Morpok; con sus gólems, oligofrénicos y vampiros habituales. «No hace falta estar loco para trabajar aquí, pero ayuda», reza el cartel de la entrada. Baste con acudir al significado original del título de la primera novela (Going Postal) para aventurar la clase de infortunios que atravesará este estafador de dorado atuendo y palique proverbial. Sus devaneos con el fraude y sus desmadradas golferías constituyen una de las parodias más ácidas del sistema capitalista que se carcajea en la cara de todas sus vergüenzas. ¿Que la picaresca es patrimonio español, dicen? Prueben a ver cómo se las gastan los fotógrafos, empresarios, banqueros, religiosos o funcionarios de esta ciudad victoriana. Hilarante hasta para el más adusto de los chicos de Politikon. Porque con Correos empieza todo, pero las peripecias de Húmedo van más allá: desde el sistema bancario hasta las más altas instituciones del Estado, no quedará recoveco a salvo del incisivo colmillo de Pratchett. Y usted tampoco, votante medio. Especialmente usted. Porque quizás después de la reverencia y el alborozo  por esta magra crítica a todo lo que le rodea, algo pueda escocer. O como diría el propio Húmedo: «Dile a alguien que piensas robarle y lo único que pasa es que te labras reputación de ser franco». Avisados quedan.

Aunque tiene una leve aparición en ¡Zas!, el personaje de Húmedo von Mustachen aparece por primera vez en Cartas en el asunto, donde comienzan sus aventuras en la oficina postal que continúan más tarde en Dinero a mansalva. El tercer libro del personaje, Raising Steam, aún espera traducción al castellano. Además, la televisión británica emitió en 2010 una miniserie adaptando Going Postal, en la que podemos ver en acción al propio Sir Pratchett.

La Guardia (por Ricardo Jonás G.)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

Es tradición en el género de fantasía que la guardia (del templo, del emperador, de la ciudad, de lo que sea) tenga como única atribución el deber de abalanzarse sobre el héroe en fila de a uno para inmolarse en una barahúnda de hostias en la que morirá sin despeinarlo. Hasta que en ¡Guardias! ¿Guardias? Terry Pratchett quiso dignificar a estos sufridos crash test dummies en la figura de la Guardia de Ankh-Morpork, claro. Al mando del primero capitán y después comandante Samuel Vimes se encuentra el más demencial y formidable cuerpo policial del Mundodisco: el capitán Zanahoria Fundidordehierroson, un humano de casi dos metros y aspecto hercúleo criado por enanos, impermeable como ellos a la ironía y los dobles sentidos, y protegido por una inocencia que solo supera un carisma capaz evitar un linchamiento solo con pedir por favor que nos sentemos todos aquí un momentito a debatir amigablemente qué es lo que ha conducido a esta situación; el sargento Colon, un policía un tanto alejado del género fantástico pues está lleno de prejuicios y es tan vago como incompetente, miembro de un matrimonio idílico que ha durado treinta años por el infalible método de no ver jamás a su esposa y comunicarse con ella únicamente mediante notitas en el aparador; y el cabo Nobby Nobbs, un ente de moral distraída de fisionomía tan estrambótica que necesita de un documento firmado por el patricio de la ciudad para certificar que es humano. A partir del libro Hombres de armas se unirían la sargento Angua, una mujer lobo, el gólem de arcilla Dorfl, el sargento troll Detritus, la enana Jovial Culopequeño y toda una colección de personajes pertenecientes a las especies monstruosas del universo fantástico, incluido un testigo de Jehová. O su equivalente en Mundodisco. Con estos elementos sir Pratchett juega con los géneros e introduce su literatura en la novela detectivesca. Una de las pocas críticas fundamentadas que pueden hacérsele a Pratchett es lo endeble de sus argumentos: sus historias suelen estar más al servicio de las situaciones e ideas que viceversa, pero no es el caso de las novelas de la Guardia: en ellas se comete un crimen y allí está Vimes y su cuerpo de policía para resolverlo siguiendo el esquema clásico del género.

También es tradición en la ficción policial (y no solo ficción, si observamos las evoluciones de las UIP en una manifestación, por ejemplo) que el héroe de acción no sea otra cosa a grandes rasgos que un fascista. Harry el Sucio, yo te invoco. Sin ir más lejos. Pero no Sam Vimes. El gran protagonista de la serie es un policía que ama la ley por sobre todas las cosas salvo una. Cuando la ley es un instrumento al servicio del opresor él elige convertirse en el instrumento de lo único que salvará al oprimido: la justicia. Y con un férreo código moral por encima de sus propias contradicciones, de sus debilidades, de sus culpas. Descendiente del hombre que decapitó al último rey tirano de Ankh-Morpork, sabe estar a la altura. Consciente del personaje que ha creado, Pratchett entreteje en estas historias detectivescas multitud de reflexiones sobre el racismo, en Pies de barro, el absurdo de la guerra, los nacionalismos y la xenofobia en ¡Voto a bríos!, o los abusos y privilegios de la nobleza en Snuff. El comandante Vimes es su instrumento para analizar las bajezas humanas desde la sátira. Resulta curioso que también sea el instrumento de la figura que se erige como una sombra incalculable sobre todas las tramas, desde su despacho en el palacio de la ciudad: el patricio de Ankh-Morpork, lord Vetinari. Un gobernante superdotado y maquiavélico en el sentido más puro de la palabra, pues no en vano su nombre es un reflejo del Medici al que iban dedicados los consejos para un gobernante perfecto en El príncipe. Vetinari, que todo lo sabe antes de que se haga e incluso antes de que nadie piense en hacerlo pulsa las cuerdas de la personalidad de Vimes para que resuelva y reordene los asuntos de la ciudad que él mismo, por su posición, no puede tocar directamente.

Sí, todo esto suena a una intensidad terrible. En este momento quien lee el artículo resuelve que las novelas de la Guardia no son precisamente el tipo de lectura que uno se llevaría para obrar sentado en el retrete. Mi error ha sido dejar para el final lo más importante: te descojonas. Los perfectos argumentos detectivescos, la crítica social, los personajes profundos y maravillosamente desarrollados son piezas con las que Pratchett construye un inconmensurable monumento al humor. El humor es un arte y en manos del autor demuestra su capacidad para conmoverte y agitarte por encima de los géneros serios y dignos y respetados. Porque te hace feliz. Porque con Pratchett el humor no es un guiño para que el lector autocomplaciente levante la ceja y esboce media sonrisa ante una rebuscadísima ingeniosidad. Es una carcajada constante que, en efecto, desaconseja llevarlo como lectura al baño pues las convulsiones podrían provocar una ciclogénesis explosiva de caca ante la sucesión de chistes, diálogos brillantes y situaciones absurdas, de ese verdadero y puro y sencillo ingenio de quien trabaja con la libertad de saber que no hay oficio más bello y digno que el de escribir un montón de chorradas.

Los magos (por Rubén Díaz Caviedes)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

Se ha hecho mucha fantasía en la ciencia ficción, como seguro sabe. Mucha. Particularmente en lo que concierne a las habilidades paranormales. Telepatía, precognición, todo eso. Y, sin embargo, se ha hecho bastante menos lo contrario, incorporar en lo fantástico elementos de ciencia ficción. Normal, por otra parte. ¿Quién querría complicarse la vida rebuscándole a sus quimeras un cierto fundamento científico, aunque sea remoto, disponiendo de la carta blanca de la magia, que ni fundamento ni falta que hace? Recordemos en este punto lo que al efecto se dijo en Los Simpson, capítulo 11, versículo 4: «Siempre que vean una cosa así, lo hizo un mago». Palabra de Dios, te adoramos Señor.

Ese no es el caso que nos ocupa, sin embargo. Para empezar, porque los magos del Mundodisco no hacen magia. La magia no se hace, igual que no se hace la gravedad. La magia simplemente está y los magos hacen con ella lo que buenamente pueden. Estudiarla, comprenderla, etcétera. Ciencia aplicada, digámoslo así. Aplicada a la magia. Al menos, la que resulta necesario aplicarle para que se comporte como es debido y no te arrastre con los tentáculos a las Dimensiones Mazmorra. Llegado el caso, claro, que normalmente no llega. La magia suele ser trabajo de campo y el trabajo de campo suele ser algo que ocurre fuera de las fronteras de una moqueta. Y los magos de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork albergan convicciones no exactamente pacifistas, pero sí decididamente indoor. Son teóricos, a diferencia de las brujas. Y su teoría es que no hay enigma de la naturaleza que no resuelva una provechosa digestión rematada en siesta. Los enigmas es lo que tienen, que si te duermes mientras, dejan de serlo. Y nadie culpa a los magos por su peregrina convicción del ser-en-el-mundodisco, cuidado. El suyo no es un oficio vocacional, a fin de cuentas. Es de nacimiento. En el Disco, el octavo hijo de un octavo hijo sale mago y qué le vas a hacer, tendrás que quererlo igual. Podría ser peor. Podría ser el octavo de un octavo de un octavo: un rechicero, el equivalente mágico del recopetín. Por eso los magos son célibes de palabra, obra y omisión. Sobre todo, de omisión. Y algunos, incluso, son heterosexuales.

Para filosofía, la Muerte. Y para humor, la Guardia. Pero, si lo que quiere es conocer a fondo la cosmogonía del Mundodisco y revolcarse en los detalles como lo haría gozosamente un cerdo en un patatal, entonces su opción son los magos. Especialmente uno, Rincewind, el hechicero con peor suerte y los gemelos más a punto de esta pequeña Pangea de propiedades cuánticas. Es protagonista de seis novelas y secundario en varias más. Recomendamos especialmente las dos primeras, a la postre también primeras de la saga: El color de la magia, que acaba con el cliffhanger más espectacularmente literal de toda la historia de la literatura, y La luz fantástica, que nos acaba de contar las peripecias de ese inopinado trío integrado por un mago que no hace magia, un turista gilipollas y un baúl psicópata. Tras Rechicero, sin embargo, el arco de Rincewind perderá empuje con Fausto Eric pero lo recuperará sensiblemente en Tiempos interesantes y El país del fin del mundo.

Entre las novelas con magos en las que no aparece Rincewind, por otra parte, resulta particularmente recomendable la tercera entrega de la saga, Ritos iguales —donde los magos comparten protagonismo con las brujas— y El segador —una versión pratchettiana de Las intermitencias de la muerte donde los magos comparten protagonismo con la Muerte– pero no Imágenes en acción —uno de los patinazos más sonoros de Mundodisco, del que incluso podría prescindir—.

Las brujas (por Pedro Torrijos)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

—No deberían creer en los cuentos populares. Son muy peligrosos porque se te acaban colando furtivamente entre la ropa y lo ensucian todo por dentro.

—Siempre estás igual, Gytha Ogg. Los cuentos ayudan a la gente, les sirven para comprender el mundo e incluso para crear su propio mundo. Además, son divertidos y los puedes poner bajo la pata de la mesa cuando cojea.

—Todas las mesas cojean.

—Y para eso estamos las Brujas, para poner el libro preciso y que deje de cojear.

—O para que cojee justo lo que ellos necesitan que cojee.

—¿Siempre le tienes que sacar punta a todo?

—Cálmense, señoras. Ya saben que todo se arregla con una buena invocación a la luz de la luna llena.

—¡Eso, y bailando desnudas! Somos Brujas, no sátiras. No deberías ir por ahí con tanto maquillaje y tanto collar y…

—Yaya, tú tienes sesenta años, la piel suave y la dentadura blanca como la nieve.

—Y muy a mi pesar. La gente no me ve como una bruja.

—¿Y qué es una bruja?

—Una mujer que hace magia.

—Oh, Gytha, la magia solo es una parte de nuestro poder. Una muy engañosa, por cierto. Somos mucho más poderosas cuanta menos magia necesitemos, porque el mayor de los poderes es no necesitar usarlos.

—Un análisis, un consejo, una sonrisa.

—Psicología.

—Cabezología.

—Eso nos convierte en titiriteras en la sombra. En madrinas de niños. Y tú odias a las madrinas, Yaya.

—Pero nosotras somos del otro tipo de madrinas, Magrat. Somos de las que damos a la gente lo que ellos saben que realmente necesitan, no lo que nosotras creemos que deberían querer.

—Somos altruistas.

—Somos mujeres.

—Somos personas que quieren a las personas. Y no puedes ir por ahí construyendo un mundo mejor para las personas. Solo las personas pueden crear un mundo mejor para ellas mismas. De la otra forma, solo sería una jaula.

—Palabras muy sabias, pero ya sabéis que la sabiduría se aprecia mucho más cuando más lejos se encuentre. Hay que mover las palancas adecuadas para que el mundo funcione pero sin que el mundo se dé cuenta de que se han movido.

—Pues si la sabiduría tiene que estar lejos y la gente no tiene que darse cuenta, ya me diréis cómo se la acercamos.

—Un análisis, una sonrisa, un consejo.

—Quizá deberían empezar por leer Ritos iguales y comprobar que las brujas somos tan competentes como los magos. Nunca hubo ninguna mujer mago, hasta que la hubo.

—Yo seguiría por Brujas de viaje, porque está lleno de cuentos de hadas y de lo que significan realmente.

—Y dale. Los cuentos de hadas son peligrosos porque se te cuelan furtivamente entre la ropa y al final acabas absorbiéndolos y haciéndolos tuyos.

—Precisamente por eso lo digo.

Tiffany Dolorido (por Olga Sobrido)

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Imagen cortesía de Paul Kidby. © Todos los derechos reservados.

Tiffany Dolorido es una niña de once años. Y también una bruja, aunque aún no lo sabe. No tiene caldero, ni escoba, ni siquiera un gorro puntiagudo. Pero tiene una sartén. Y un ejército de hombrecillos azules. Y así, a sartenazos, deberá abrirse paso hasta un reino de pesadilla. Porque, por si la chiquilla no tuviera bastante con cuidar de las ovejas, hacer quesos y echar de menos a su fallecida abuelita, un ente maligno de otra dimensión ha secuestrado a su hermanito pequeño, que por otra parte es más ruidoso, molesto y sucio que las propias ovejas.

Esta es la premisa de la que parte Los pequeños hombres libres, el primer libro de la saga de Tiffany Dolorido. ¿Por qué debéis volar hacia la librería más cercana a encargarlo? Porque, aunque pertenece al Mundodisco, y aunque más adelante se integrarán en el arco de las Brujas, los libros de Tiffany Dolorido (cuatro hasta el momento, el quinto está al caer) están pensados para un público infantil-juvenil («Pero ¿es que no lo están todos?». Pues no, querido lector, las cubiertas engañan). Y son sin duda la mejor opción para regalar a tus sobrinitos esta Navidad y dejarles disfrutar de una historia que a los viejos nos trae algunos recuerdos. Y si no tienes sobrinos, te los inventas, como hacemos todos.

Porque las nuevas tecnologías nos han traído innumerables adelantos (fotos guarras por wasap a casi cualquier hora del día y de la noche), pero también tienen un reverso amargo (fotos guarras por wasap a casi cualquier hora del día y de la noche, repito) en el que podemos contar toda esa parafernalia de nostalgia ochentera que está ahora tan de moda y el inenarrable abismo generacional que ha incapacitado a los niños de hoy para disfrutar de aquellos títulos que marcaron nuestra infancia (la nuestra, sí, que al fin y al cabo es la que importa). Pues bien, he aquí que Los pequeños hombres libres, el primer libro de la señorita Dolorido es un trasunto de Dentro del laberinto mezclado con Heidi, pero en vez de una pavisosa Jennifer Connelly o una aún más gazmoña niñita de mejillas sonrosadas que corretea por las montañas, nuestra protagonista es una Arya Stark con muchos matices, que reflexiona, siente y arrea unos sartenazos de aúpa. Porque del mismo modo que Arya es una niñita con una aguja, Tiffany es una niñita con una sartén. Y tiene algo de Khaleesi, porque se ve obligada a liderar un ejército de rudos hombrecillos cuando apenas puede liderarse a sí misma. Afortunadamente, sus reflexiones no son tan aburridas como las de Daenerys y los enredos amorosos, que no aparecen hasta el tercer libro, son infinitamente más tiernos y menos sórdidos que los de la otra petarda.

De una manera delicada y con una elegancia que hace que la maniobra casi pase inadvertida, esta saga lidia con el estereotipo de la mujer, y de la mujer bruja, para más inri, y lo eleva a la categoría de sabia. Además de la valentía y el arrojo, rasgos que ya hemos comentado, nuestra protagonista está marcada por una abuela matriarca casi milenaria, pastora, dueña y señora de las colinas, que apenas hablaba si no era estrictamente necesario. Y la primera lección que la joven aprende sobre magia es cuándo usarla. Que es casi nunca.

Y por supuesto, Terry Pratchett vuelve a desplegar aquí su humor fresco e intrépido, tiñendo el texto de juegos de palabras tan ingeniosos e imágenes tan absurdas y tan palpitantemente reales que logran arrancarte la carcajada aunque estés en pleno infierno (véase: Metro de Madrid, lunes, 08.30 a. m.).

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Terry Pratchett. Fotografía: Cordon Press.

Con nuestro agradecimiento a Paul Kidby, que ha autorizado la publicación de sus ilustraciones en este artículo. Más en su web y en su página oficial en Facebook.  

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71 Comentarios

  1. Pingback: Guía del autoestopista en Mundodisco

  2. Uno que pasa

    Imágenes en acción un patinazo prescindible… madre mía lo que hay que leer, qué atrevimiento.

    • Pues yo estoy completamente de acuerdo. Tras «imágenes en acción» que no terminé de leer, abandoné Mundodisco durante varios años, pensando que había degenerado y se le habían acabado las ideas a Sir Pratchett, hasta que me obligaron (Gracias) a leer «Dioses Menores».
      Siempre le digo a la gente que se lo salte, y por lo visto no soy el único :P

      • Me pasó lo mismo! El año pasado decidí volver y ya no he podido parar, con el corazón en un puño, paladeando cada libro, como volver a sentarte con un viejo amigo.

    • Marc Guerra

      Patinazo prescindible? Puede gustar menos que otros libros, pero cualificarlo de patinazo es mas que atrevido, es un tremendo error.

      • A mi me parece uno de los libros mas divertidos de toda la saga, y ademas uno donde los magos son muy bien retratados. Me parece mucho mas divertido que los dos primeros de la saga, de calle, que, en mi opinion, son los mas fallidos de todos.

  3. Pues sin ser uno de los que más me han gustado, no diría para nada que es prescindible y mucho menos un patinazo. En una serie de 40 libros (que ya se dice bien y pronto) es imposible que todo nos guste por igual. Yo de momento los voy leyendo por orden (el último que he leído es Carpe Jugulum) pero después de una pausa un poco larga he vuelto a releerlos todos antes de seguir. Y cada vez me gustan más (incluído Imágenes en acción).

  4. Me alegra ver que habemos pratchettianos de verdad en este país. Una pequeña crítica y saltamos como tigres.

    Coincido con que «Imágenes en acción» no encaja muy bien en la serie y no me pareció tan bueno como los otros, sin llegar a ser malo. Por otra parte, falta en el artículo una referencia a «Dioses menores», que tampoco encaja en la serie pero es apabullantemente bueno. Si alguien quiere leer solo un libro de Pratchett (lo que es tan difícil como comer una sola patata frita) le sugiero este.

    La verdad (sin ironía) el artículo se queda un poco corto. ¿Cómo es que no reclamáis el Nobel para Pratchett? Se lo merece más que la mayoría de los galardonados. Por desgracia, los académicos suecos son más adustos que todos los chicos de Politikon juntos.

    • Si solo fueran adustos…Son unos petulantes que se precian de insensibles y faros de la verdad para el progrerío de cuidao.

  5. Tardaba el Mundodisco en aparecer en Jot Down… es curioso, es una saga literaria de la que somos muchos fans, pero se habla poquísimo, incluso comparada con otras de fantasía como Juego de Tronos. Quizá es porque es difícil hablar de ella con alguien que no la conoce, por más que trates de explicarlo siempre parece que «es de mucha risa, bueno, ¿y qué?».
    Aunque, como megafan confesa de las brujas que soy (qué maravilla lo que hace Sir Pratchett con ellas, tanto las adultas como Tiffany, qué personajes tan reales… si alguien conoce a algunas brujas «de verdad» sabrá a qué me refiero) se me queda corta su parte en el artículo… pero se agradece que le hayáis dejado este hueco a una saga tan buena y tan caótica.
    Y ver que en vuestra redacción hay no uno sino varios kevins siempre son buenas noticias.

    • A mi me gusta así… cuando veo a alguien con un libro de Pratchett en el metro me alegra el día y siento pena por el resto de Muggels

  6. ¿Y que decís del arco argumental Rincewind? Yo he empezado por el Color de la Magia y ahora no se si he hecho bien….

    • Bayard Sartoris

      El de Rincewind es mi arco favorito con diferencia. Aquí para gustos colores… de la magia.

    • Personalmente su serie no es la que más me guste en conjunto pero cuando llegas a «Tiempos Interesantes» el trayecto paga dividendos. Sin duda uno de mis libros favoritos de toda la saga.

  7. Yo soy de las que tampoco le ha gustado Imágenes en Acción y Soul Music tampoco cumplió expectativas (no sé si por leerlo en castellano, es de esos libros que ves q han intentado traducir el chiste pero no lo han conseguido.) Pero hay otros que son una autentica joya. Dioses Menores es uno de ellos (lo sigo recomendando como un gran libro sobre religiones) y con El Segador sigo llorando de la risa aunque mi favorita será siempre Yaya Ceravieja, tanto que de mayor quiero ser como ella. (No tengo magia pero todos sabemos que normalmente lo que hace falta es cabezología)
    No me había animado a empezar con el arco de Humedo pero Bárbara me ha convencido. Creo que Cartas en el Asunto va a venir bien en este año electoral.

  8. dalek_fan

    Un libro que satiriza el mundo del cine mezclándolo con los horrores innombrables de Lovecraft (¡y con 1000 elefantes!) no puede ser malo nunca.
    Otra cosa es que el tono tenga altibajos. Pero aprovechable es.
    Y además profundiza en el personaje de YVALR Escurridizo.

  9. Ya era hora, no lo sabía, pero al leerlo me doy cuenta de que lo esperaba. Gracias.

    Empecé con «¡Guardias!, ¿guardias?» y luego he ido leyendo en orden hasta «Pirómides». Me ha dejado ideas memorables, como knurd o lo mucho que valoran la vida los asesinos. Hasta ahora me gustan mucho las brujas y la Guardia y «La Ciencia en Mundodisco» me parece extraordinario. Egoístamente, espero que el autor tenga mucha vida y cordura por delante.

  10. Conocí a Terry Pratchett a través de «El color de la magia» y a pesar de no ser el libro que yo recomiendo para empezar con él (mejor con «Guardias, guardias), continué leyendo todo lo que ha publicado hasta la fecha, no sólo del Mundodisco sino la saga del Éxodo de los gnomos o la trilogía de Johnny, pasando por su colaboración con Neil Gaiman en Buenos presagios hasta su primeriza obra, Strata y acabando en La Tierra larga junto a Stephen Baxter.
    Terry Pratchett es, hoy en día, lo mejor que se puede encontrar en literatura porque consigue contar historias con personajes sólidos, argumentos excelentes y las dosis justas de humor, sarcasmos, ironía y mala leche.

    • Te has dejado Perillán, que tb merece la pena.
      Por lo demás, coincido al 100% y a la espera del lanzamiento de «La Guerra Larga» :)

  11. ¡Gracias por el artículo y las recomendaciones! Había leído ‘¡Guardias! ¿Guardias?’, ‘Mort’ y ‘Ritos iguales’, pero no sabía por dónde seguir. Los reyes se han adelantado y me acabo de regalar 5 libros más: deberíais pedir comisión a Amazon.
    Mi recomendación es leer estos libros en inglés si se puede: Pratchett pierde mucho en la traducción.

  12. Muerte habla en versalitas (una mayúscula de la altura de una mayúscula). Muerte no necesita alzar la voz

    Matiz tipográfico al margen. ¡Genial el artículo!

    • Cierto y muy bien apuntado, las «small caps» que dicen los ingleses. Pero como tampoco quería liarme explicando más he tomado el atajo de quedarme en las mayúsculas a secas. También porque en la edición Gran Fantasy MR de Mort en castellano creo recordar que la contraportada ponía «HABLAR EN MAYÚSCULAS» y se quedaba tan ancha.

      ¡Gracias por el apunte!

  13. Muy buen artículo. Como nos pasa a todos, se me queda corta la explicación de mis personajes favoritos (ni una mención al Bibliotecario, ¡qué es esto!) pero es que son 40 libros sólo del Mundodisco, señores. Es imposible abarcarlo todo.
    Terry Pratchett es un escritor que marca, con cada uno de sus libros. Es el tipo de escritor que siempre recuerdas con qué libro te empezó a gustar aunque llegaras a él por casualidad, por la insistencia de algún fan acérrimo cercano o simplemente porque te gustó la portada. Es un escritor que los amantes de la fantasía adoramos y que los menos versados pueden disfrutar. Un escritor que nunca sabes por dónde va a salir: cuando esperas un giro absurdo, te suelta una verdad lapidante, seguida de un giro más absurdo aún. Es un grandísimo escritor, que ha creado un universo lleno de matices que funciona armoniosamente como el nado sideral de Gran A’Tuin. Hasta que a un maldito mago se le ocurra trastear con las Dimensiones Mazmorra, claro.
    Terry Pratchett ha significado muchas cosas para mí. Y creo que eso es lo realmente fantástico de este autor, que cada uno tenemos una historia personal ligada a las lecturas y relecturas de sus libros. Siempre te deja con ganas de más, con la duda de si has pillado del todo el chiste o es que todavía no lo ha acabado de contar. Y, por encima de todo, siempre te deja con una sonrisa, y esperando a comprar el siguiente en cuanto lo veas en una librería.
    Es un hecho, este hombre ha marcado un hito que será muy difícil de superar por las generaciones de escritores venideras. Por eso, cuando desgraciadamente muera va a suponer un tremendo mazazo, por supuesto en primer lugar a su familia, pero también para el mundo de la escritura y para los lectores. Es irónico que justamente él, un hombre tan brillante y con un dominio tan perfeccionado del lenguaje y el pensamiento sufra de una enfermedad que poco a poco deteriora su condición mental. Suena egoísta, pero da coraje que nos vaya a ser arrebatado cuando aún podría seguir dándonos esos regalos en forma de libro. De tal manera es el vínculo que ha creado este señor de Inglaterra con millones de lectores por todo el mundo.
    Mientras tanto, lo único que podemos hacer es seguir comprando cada libro que saque y disfrutarlo como buenamente podamos. Y aunque notemos que las últimas entregas no son tan buenas como los clásicos que ya guardamos como oro en paño, ya sea por la distancia, ya sea realmente por una cuestión de calidad, seguiremos soltando risas al leerlos. Porque lo bueno de Terry Pratchett es que no hace malos libros, sólo libros menos buenos.

    Por esto, y por muchas cosas más, desde aquí quiero darle gracias a Terry Pratchett por existir, y a Jot Down por dedicarle un artículo tan bonito. Ya es hora de darle a este hombre el hype que merece.

    ¡Mano de milenio y gamba!

  14. Genial guía, ha sido un placer leerla. para mi ha sido un regalo de reyes. Muchas gracias.

    Por otro lado, imágenes en acción es flojo, comparándolo con el resto de la obra del Maestro, pero nunca prescindible. Ya lo han dicho al inicio de la guía: Terry Pratchett son Palabras Mayores.

  15. Rincewind es una serie por si mismo. Se mezcla con los magos, pero por ejemplo en el color, la luz y rechicero no estan los magos tal como se desarrollaron mas tarde. Como dice el propio Maestro «Si siguiera todos los consejos que me han dado durante todos estos años, habría escrito 18 libros sobre Rincewind.
    — Terry Pratchett, alt.fan.pratchett.»

  16. Imágenes en acción es uno de los mejores libros de la serie.

    • Goblinpepe

      Totalmente de acuerdo, aunque es cierto que chirría un poco respecto al cuerpo general de la obra del Mundodisco, pero las referencias cinéfilas, y el ataque subyacente a la cultura cinematográfica como producto de gran consumo no debe pasarnos desapercibido.
      Por no decir que presenta el nacimiento de Gaspode como personaje, un personaje vital, por secundario que sea en la mayoría de las obras en que aparece.

      • Por fin alguien se acuerda de Gasponde!!

        Lo mal que habrían acabado muchos personajes si no fuera por el y como lo dejan tirado siempre :´-(

  17. José Ramón Rodrigo

    Hacía falta ya desde hace tiempo que Jotdown hiciera una visita al Mundodisco. Me tengo por uno de los primeros lectores de Pratchett en España, a finales de los ochenta o principios de los noventa, descubriéndolo con la edición amarilla de bolsillo de Martínez Roca: os parecerá de abuelo Cebolleta pero cuando empecé a leerle solo había publicado en español las dos primeras novelas. Y muchos de los libros los pedí a Amazon y leí en original para que me los trajeran desde Reino Unido en esos años de sequía pratchettiana, cuando Martínez Roca dejó de publicarlos. Es probablemente el autor que más he leído y seguido.

    Quizá hubiera sido interesante comentar la situación personal de Pratchett, que por ahora no le está impidiendo publicar, y su posición y activismo ante la eutanasia. Para otro artículo…

  18. Hola!
    Acabo de descubrir ésta saga y la verdad, no se por dónde empezar.
    ¿Es mejor seguir el orden cronológico de publicación o mejor ir leyendo cada una de las sagas seguidas?
    Muchas gracias

    • Marc Guerra

      Yo empezé con «Tiempos interesantes» (el número 17) y luego en orden cronológico hasta ahora, que curiosamente en fechas navideñas estoy leyendo «Papá Puerco». Te recomiendo el orden cronológico, aunque no sea imprescindible.

    • Siempre puedes empezar por Dioses Menores o Piromides ( que también es muy divertido y no sé porque nadie nombra) que van por libre. Sino puedes ir dando saltos: Mort para empezar es genial igual que ¡Guardias! ¿Guardias? ( ya el titulo es fantástico). Personalmente creo que es mejor ir saltando las sagas, así tardas más en agotar los personajes.

  19. De Pratchet también son recomendables, aunque fuera de su obra principal, sus trabajos de divulgación científica y un documental sobre la eutanasia que, personalmente, me pareció excelente.

    El anuncio de su enfermedad fue un duro golpe, pero sus ganas de seguir adelante, escribiendo y luchando contra la mierda del Alzheimer, lo convierten en un ser aún más admirable.

  20. Yo recuerdo la primera vez que leí a Terry Pratchett, tuve la suerte de coger en la biblio El color de la magia y me descojoné. Me descojoné como nunca o había hecho con ningún libro. No sé cuales si y cuales no me he leído a esta altura, pero si de algo estoy seguro es que Terry Pratchett es uno de los grandes escritores de nuestra historia resiente.
    Para mi una de las mejores partes de todos los libros es en el libro de Brujería, cuando el bufón empieza a explicar el poder de las palabras al Duque y a su esposa. ¡Es simplemente alucinante!
    En fin, Terry nos hace reír y nos hace pensar. Por eso lo queremos =)

  21. Me ha gustado mucho esta guia, aunque yo hubiera puesto las sagas en otro orden. Y también se deberia mencionar las novelas que están fuera de saga.
    Pero es un buen resúmen.
    Coincido con varios comentarios: Imágenes en acción me gustó y mucho; ademas, como ya se ha dicho, permite profundizar en el personaje de YVALRE y presenta a Gaspode (-¡guau! -¿ha «dicho» guau?), gran personaje del Mundodisco.
    Aunque hay otro personaje animal del Mundodisco al que no deberiamos olvidar: Greebo. (Y también tiene su importancia el puercoespín, que tiene su propia cancion).

  22. Por cierto, ¡da gusto encontrar tanto Kevin junto!

  23. JCalas II

    Lo que mas echo de menos de la vida que dejé atrás en España es, sin lugar a dudas, tener mi coleccionaca de lomos verdes (Y uno rojo, por ser de otra edición, comprada sin saber aún muy bien lo que compraba) al alcance de la mano.

    Pratchett me llegó a través de…Mundodisco II, la aventura gráfica. Nunca en la historia de las adaptaciones de cualquier tipo ha sido nada tan enormemente fiel al espíritu de la obra original, y a la vez tan nuevo y sorprendente. Cuando supe que había un puñadito de libros tras este juego, la alegría fue inmensa. Pero cuando supe que en su idioma original había literalmente decenas más de historias para disfrutar…Eso fue impagable.

    No entiendo cual es la diferencia entre Imágenes en acción y el resto. Sobre Gran A’Tuin se habla del pasado, del futuro, del futuro del pasado, de innovaciones, de ideas y sentimientos; de la vida en general, pero siempre con un toque retorcido, una belleza difícil y una mezquindad hilarante que gobiernan Mundodisco. Todo ello se cumple en Imágenes tanto como se cumple en todos los demás, o así me lo parece. Puede que tenga que ver que yo empecé a leer de forma totalmente aleatoria con El país del fin del mundo (El único que andaba rondando por La Casa del Libro). Y me enamoré.

    Terry Pratchett es Un Género. A partir de ahí, el mundo es tu molusco.

    Muy buen artículo, con capacidad para despertar recuerdos de alta calidad.

    Larga y saludable vida, Sir Pratchett.

  24. Me gustaria que hicieran algun articulo sobre The Guin Saga, una de las historias de aventuras mas largas (mas de 100 libros) y cuyo protagonista, que tiene cabeza de jaguar, se lia a hostias con todo tipo de monstruos! Lastima que su autora murio antes de poder terminar la historia…

  25. Pues sí que hay gente a la que le gusta Pratchett, cuánto me alegro.

    El primer libro que leí fue ‘El país del fin del mundo’ porque me lo regaló un ex (a él le debo también el descubrimiento de ‘La Espada del Inmortal) y me encantó. Puesta a elegir sagas me quedo con los Guardias y las Brujas. Lo de quedarme con una novela o dos y a me resulta mucho más complicado.

    Comparto lo que han dicho por ahí de que ‘Imágenes en acción’ y ‘Soul Music’ son las que menos gracia me hacen. Y sí Pratchett se merece el Nobel, pero vende demasiados libros y lo que es peor… es literatura fantástica. O miento. Es filosofía y ciencia disfrazadas de fantasía. El acabóse.

  26. Qué grandes momentos he pasado con los libros de esta saga. Y qué grandes momentos me siguen esperando, que todavía me faltan libros.
    Genial artículo, por cierto, muy ingeniosos algunos de los comentarios

  27. Tata Ogg, Vetinari, Adora, MUERTE, Vimes, Elfos gilipollas, baúles sanguinarios, asesinos elegantes, Yvoyalaruina, bibliotecarios con sentido común, bárbaros que no conocen la jubilación y sobre todo, sobre todo, la canción del puercoespín.

    Gracias por el artículo :)

  28. Adoro la obra de Sir Terry Pratchett por encima de cualquier otra. Considero el Nobel de literatura una basura pomposa mientras no se lo den al maestro del sombrero. Soy kevin de pensamiento, palabra, y corazón.
    Y cierro mi comentario con la más bella frase del maestro, puesta en boca (es un decir) de su más memorable personaje: ¿Qué puede esperar la cosecha, sino importarle al segador?

  29. Mira que me estaba gustando el artículo hasta que han comparado a Tiffany Aching con Arya Stark y Daenerys Targaryen… eso… eso ha dolido. Ha dolido mucho. A quien se le ocurre semejante comparación no ha entendido NADA de los que supuestamente son los libros más asequibles de la saga.

  30. Pingback: Enlaces de ayer y hoy (edición nº 28) | Iván Lasso

  31. Nathan Jessep

    Entonces… ¿hay quorum para jugar a Mutilar a Doña Cebolla o no?

    Cada cual tiene un personaje favorito, supongo. Desde Lady Sybyl, al Dios Om, o Lord Vetinari, o Leonardo Da Quirm, qué se yo… eso es lo que hace de Pratchett un escritor tan salvajemente brillante, que sus personajes tienen profundidad y representan algo, algo que detectamos y que nos encanta!!

  32. Juan Miguel

    Me sumo a las alabanzas a la obra y al autor, y recomiendo mi propio libro favorito en el mundo de T.P. que se llama NACION y no va de nada de esto del mundo disco.

    Corred, insensatos, y leedlo.

  33. zdravomir

    “Unseen Academicals“ esta muy bien.

  34. JacK Onalos

    Buenas,,,
    Felicitaciones al cocinero,,, me ha gustado mucho,,, hace cuarto de decada, durante mi estancia en la univesisdad (ese gran antro de vicio y perdición,,,) como me sobraban horas entre clase y clase se me ocurrio apuntarme a un club, no a la tuna ni a los de deporte, sino al de fotografia,, el despacho del cual lo tenian en un sotano -2, entre las imprentas universitarias y la maquinaria de la calefacción, donde aprendi poco,, dado el poco material disponible,,, pero casualidades de la vida, compartiamos pasillo con otro club, el que compartian los de CF&F (el de ciencia ficción y fansasia) con los de Juegos de Rol (porque sera que siempre los ponen juntos?). Pasaba tanto tiempo en su despacho (esperando que el delegado del mio viniera a abrir el despacho), que me abrieron su biblioteca, me enseñaron a jugar a AD&D (Dragones y Mazmoras, en cristiano), abrir cerradura de puertas, crear mi primera cuente de Email, piratear juegos, descargarme todo tipo de material de la red universitaria (el Internet de ahora, todabia no habia salido de las universidades y las grandes empresas), empezar a piratear programas de entonces (soy aparejador no informatico, solo me quede en el primer escalon) y al final me hice socio para que me dejaran llevarme a casa algunos libros los fines de semana.
    Allí tome contacto con 2 grandes autores, durante estos últimos 25 años, uno me daba poco pero continuas dosis de diversión y risas, y el otro esporadiacas indigestiones de tomos de intriga, sangre y chicharrina, sin un final a la vista incluso hoy, siempre con un continuarà. Los dos dentro del genero de la Fantasia, que yo siempre habia despreciado, sin salir de mi novela historica y/o policiaca.
    Adivinais quienes puden ser? Pues si, nuestro estimado Sir Terry Prachett y George R.R. Martin, dos genios de la literatura fantastica con tan direfentes estilos (gracias a Diox).
    MIentras uno salia de la factoria de creadores para AD&D, el otro salia con un entretenimiento que se tubo que buscar de cuando tenia esa faena tan estresante de Relaciones Publicas de una central nuclear britanica (recordemos que era la época del accidente de Three Mille Island), en algo tenia que matar el tiempo,,,
    Tanto en la serie de los Gnomos como con la de Mundodisco, en toda ellas hay niveles, si que son «aptos» para niños, pero en el fondo, apenas disimulado encontramos demasiadas referencias «indirectas» ( o no) a temas mas adultos, sin nombras todos aquellos detalles de personajes, paisajes, y situaciones que nos evocan a nuestro mundo de referencia (literario, filmico, historico o sociologico) que solo un adulto (sobre todo de nuestra edad) puede reconocer, mas de una vez he tenido que parar de leer, volver un par de lineas atras, y decir: «Joder! esto es XXXXX», o «Este es fulanito», de esos pequeños homenajes (digamos lo así), que rebosan sus libros, cuando se mete en un tema, no solo le saca punta al lapiz,, yo creo que en lugar de pluma, usa un estilete entintado.
    Juega con la ironia y los segundos sentidos, solo como puede hacer un escritor Ingles, pocos escritores hispanos pueden igualar esa maestria, siempre sin salir de la ligereza estilistica y de contenidos que nos tiene acostumbrado, solo barnizando con detalles aparentemente superficiales sus historias,, pero que le dan ese adrezo que su publico adulto busca.
    Todos sus libros son buenos, unos mejor que otros, unos mas acertados que otros en su trama, pero siempre entretenidos, que siempre una vez o dos al año nos deleita con su prosa,,,,
    Lastima de las adaptaciones que han hecho los americanos de su obra, a esta le ha pasado lo mismo que al de «La Guia del Autoestopista Galactico»,,, Sino saben como hacerlo que no lo toque, suerte que a Tolkien le toco el Jackson,, este si demostro cariño y respeto por la obra que adapto al formato visual,,,
    Yo a mis crios les tengo a Prachett como lectura obligatoria, no las memeces que les dan en el colegio,,, que ahora no consideran adecuado «El mecanoescrit del Segón Origen» de Pedrolo para un crio de 13 años,, a donde hemos llegado,,, dentro de poco prohibiran «Caperucita Roja y el lobo» a los crios de parvulos como en los USA. Y a partir de los 14, les obligare con los de «Juego de Tronos» y «Millennium» para que se vayan enterando de que va la sociedad actual,,,, que al grande ya intenta requisarlos desde que vio algún capitulo de la serie,, y le dije que los libros eran mucho mejores,,,
    Seguimos con lo que empezamos,, para mi Prachett, es uno de mi Top 20 de autores preferidos que salvar de quema de libros de esta sociedad,,,, y espero y deseo que siga entreteniendonos con nuevos situaciones hilarantes del Mundodisco,,
    Ahi queda mi opinión

  35. descanse en paz maestro
    como he leído en un comentario de otro periódico… ahora ya conoces a la que habla en mayúsculas

  36. Jose, del Gremio de Asesinos

    Se me ha ido uno de mis autores favoritos. Ni siquiera intentaré mencionar todos los personajes que no han cabido en este artículo, aunque algunos como el Bibliotecario (y el concepto de Espacio-L) merecerían un comentario aparte. Recordad, es un simio, no la palabra que empieza por «m»!! Tampoco se menciona ese cruce de Silicon Valle y y CERN que es el Edificio de Magia de Altas Energías de la universidad, dirigido por el inusual mago Poder Stibbons. Ni a Ridcully el Archicanciller (todos hemos tenido un jefe así alguna vez) ni a su víctima favorita, el Tesorero. En fin, dije que no lo haría y no seguiré mencionando personajes geniales del difunto Sir Terry! Yo tampoco calificaría de prescindible » Imágenes en Acción , si bien es verdad que baja algo el tono y no he terminado de entender el encaje de algunos elementos. Quien quiera acercarse a Pratchett hará bien en hacerse con alguna de esas novelas «fuera de ciclo» como Dioses Menores o Pirómides. Siempre que no sea numerario del Opus o fundamentalista islámico o judío ultraortodoxo, claro, porque la crítica que hace a las religiones, la fe ciega o las tradiciones a ultranza es demoledora. Yo creo que las dos primeras, El color de la magia y La luz fantástica no son buena opción: el Universo de Pratchett aún no estaba bien asentado y pueden llevar a engaño sobre qué esperar de la serie. Otra buena opción sería empezar con el arco argumental de la Guardia Nocturna. En todo caso, interesante artículo. Ya sabía que hay muchos fans de Pratchett por ahí sueltos porque como me demorase un par de días después del lanzamiento de un nuevo libro en pasar por la librería siempre me encontraba con un «lo tuvimos pero se agotó, a ver si en unos días entran más ejemplares…»

    • JacK Onalos

      Somos una legión de lectores silenciosos,,, el que lee una de sus obras queda irremediablemente infectado, siempre que no estes vacunado contra la Ironia, la Irreverencia (siempre elegante y generalizada, aunque te acuerdes al leerle de a quien particularmente se dirige), no se puede ser un cabeza cuadrada ni ir por el mundo con anteojeras, para entender esta gran obra

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  39. Él fue, junto a Bergman, el único artista capaz de conseguir que nos gustara LA MUERTE.

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  43. ¿Suerte que a Tolkien le tocó con Peter Jackson? ¿Tú estás de broma, no? Ni que decir tiene que no te has leído la obra de Tolkien… De lo contrario no dirías semejante barbaridad. Aunque barbaridades has dicho unas cuantas, porque las adaptaciones de la saga Mundodisco fueron por parte de la BBC (cadena británica). Infórmate antes de hablar… E intenta tener un poco de criterio… Jackson dice… ¡Madre mía!

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  46. Hola, muy buen trabajo yo también estuve leyendo a Sir Terry Pratchett y escribí al respecto, me encantaría que leyeras mi trabajo y me dieras tu opinión lo puedes encontrar en http://danesda.blogspot.com/2017/05/el-exodo-de-los-gnomos-terry-pratchett.html?view=flipcard
    gracias

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