Holanda mató a tu padre delante de ti, de cinco disparos, como si nada. No fue el único caso. Hubo más padres muertos después de España. Hablamos de una selección asesina, con una concepción errónea de la vida, pero ideal para el fútbol. Y anda suelta. El equipo de Louis Van Gaal remite a El Padrino, como todo en la vida. Mientras compra unas naranjas en un mercadillo, Vito Corleone también recibe cinco balazos. Ante la mirada atónita de su hijo Fredo, dos sicarios hacen cumplir las órdenes de los Tattaglia. Durante un tiempo, los Tattaglia anduvieron a su aire, libres y felices, con sed de mal, y así anda hoy Holanda. Después de acabar con España acribilló a Australia, a Chile, y cuando parecía muerta a manos de México, con un disparo en la espalda, se levantó y se puso a cantar «Caballo prieto azabache/ cómo olvidarte te debo la vida/ cuando iban a fusilarme/ las fuerzas leales de Pancho Villa/ Aquella noche nublada/ una avanzada me sorprendió/ y tras ser desarmado/ fui sentenciado al paredón…/ Recuerdo que me dijeron/ pide un deseo pa ajusticiarte/ yo quiero ser fusilado/ en mi caballo prieto azabache/ y cuando en ti me montaron/ y prepararon la ejecución/ mi voz de mando esperaste/ y abalanzaste contra el pelotón/ con tres balazos de máuser/ corriste azabache/ salvando mi vida».
No vi la primera parte porque estaba en una comunión, pero en el descanso corté amarras con la familia —tal vez para siempre— y salí en busca de un bar. El resumen de esos primeros minutos, por lo que pude averiguar en la tasca, fue un penalti no pitado y los tres gintonics que me dio tiempo a apurar en la comunión. Así llegué a la segunda parte, ladeado no más. No tuve tiempo de entenderme con el camarero cuando Giovani propuso uno de esos lanzamientos que envías por Correos, certificado normal. No tienes prisa. En el fondo, sospechas que nunca llegará a destino. Lo que no esperas es que, de pronto, Correos funcione a las mil maravillas, y el disparo se envenene y acabe en la red. No tiene sentido, pero pasa. Es imposible no pensar en Herr Doctor, justo en esa escena de La jungla del asfalto en la que se lleva un tremendo chasco con la policía. «Cuando menos te lo esperas —lamenta— se pone de parte de la ley». En un sentido parecido, Correos se puso de parte del usuario y llevó el paquete de Giovani al fondo de la portería, aprovechando que Vorm estaba en el baño, con sus cosas.
Holanda parece esperar a ponerse por detrás en el marcador para ponerse a ganar. En el bar había paisanos que, viéndola caer, se notaba que estaban pensando: «Si Silva llega a marcar el segundo, estábamos en cuartos de final». No tardaron en despertar del insomnio, como dijo un locutor en San Mamés, con el remate a bocajarro de Vrij, que Ochoa se sacudió como si fuese un enjambre de avispas. Tan a bocajarro fue el remate que me hizo pensar en el intento de suicidio de Raymond Chandler. Un día quiso quitarse la vida a pistola y erró estrepitosamente el tiro, como Cardeñosa. Lo bueno es que siguió viviendo. Lo malo que ya siempre tuvo que aguantar cómo sus amigos lo humillaban diciéndole que «escribes buenas novelas, pero que no sabes suicidarse bien».
Pero como digo, los holandeses por detrás en el marcador son peligrosísimos. Despiertan igual que tu padre la tarde que le jodes la siesta porque se te caen unas monedas de nada al suelo. Baste decir que, con México achicando agua con calderos, para no ahogarse en su propia área, Van Gaal tomaba notas en su libreta, sentado y feliz. Tal vez sea cierto que escribir te templa los nervios, y el seleccionador aprovechaba estos momentos para avanzar en una novela. O quizá solo era que daba los últimos toques a su necrológica, anotando que «moriré, seguramente, pero no hoy». Sea como fuere, el portero mexicano seguía los consejos de sus padres cuando hizo las maletas para irse a Brasil: «No hables con extraños. Y sobre todo, no le abras la portería a nadie».
Holanda había estado matando a mucha gente, y en el segundo impacto a bocajarro no falló. El gol de Sneijder es un obús que acaba en magnicidio. Resulta demasiado bello y perfecto el gesto del remate como para no desembocar en una tragedia mayúscula. De hecho, cuando el balón se envuelve en la red, tal vez muerto de frío, no se oye «gol», sino «clic». Era el minuto 87. Es decir, los holandeses estaban a tiempo de evitar la prórroga y sudar baldíamente. Solo necesitaban perpetrar un nuevo crimen, cosa que hizo Rafa Márquez por ellos, cometiendo un penalti en el minuto 92. Robben está demasiado calvo como para no beneficiarse de un pisotón en el dedo del pie y caer al vacío, buscando los últimos pelos y gritando «¡son míos, míos!».
Juan Tallón es autor del libro Manual de fútbol, editado por Edhasa.
Gracias por este artículo, hacía mucha falta. Ayer alucinaba oyendo la redio, viendo el partido y leyendo a los «expertos». Todos sin excepción acusaban a Holanda en el descanso de no estar proponiendo nada. Como si esto fuesen unas elecciones o un club de debate.
Esta Holanda está muy bien. Me gusta mucho porque juega sin complejos, sabiendo que nunca había tenido tan poco talento, exceptuando a los tres de arriba. Es un grupo joven, currante, poco mediático y una convocatoria basada en el estado de forma actual. Sin tonterías ni filosofía barata. Algún otro calvo como Robben debería morderse la lengua antes de hablar de VanGaal.
Meten todos sus goles en la segunda parte, remontan, acribillan a los rivales y punto. Puede que de aquí al final se queden fuera por un mal día, en esos primeros 50-60 minutos de calma que se conceden, pero saben a lo que juegan: sólo quiere meter más goles que su rival antes del final del partido, y de momento, les ha dado tiempo siempre.
Naranja y muerte, tan asociadas en este mundial como en la saga.
Por cierto, que Vorm hubiese estado o no realizando sus necesidades fisiológicas en el momento que dispara G.Dos Santos es poco relevante, era suplente, el portero que recibe el gol es Cillessen.
Gran artículo, macho, escribes bastante bien. Holanda llegará a la final que perderá contra Alemania y no puedo decir que me alegre ni me deprima porque en el fondo, ambos son «boches».
Hola es un un aburrimiento. Lo único que merecerá la pena recordar de ella cuando termine el mundial será este artículo.
Quizás si hubiera visto los primeros 45 minutos, (o los primeros 88) el autor habría cambiado de canal, de deporte y de tema sobre el que escribir…
(Y revise quién era el portero…)
A POR ELLOS… OÉ… A POR ELLOS… OÉ… TENEMOS SEIS MILLONES DE PARADOS, PERO ¡ARRIBA LA ROJA!… ¿CÓMO ESTAMOS?… ¡DE PUTA MADRE Y PARA ARRIBA!… A POR ELLOS… OÉ… A POR ELLOS… OÉ… DIEZ MILLONES DE POBRES… TENER HIJOS Y PODER MANTENERLOS SE HA CONVERTIDO EN UN LUJO EN ESTE PAÍS, PERO FUIMOS LOS HÉROES DEL MUNDIAL… A POR ELLOS… OÉ… A POR ELLOS… OÉ… ¿CÓMO ESTAMOS?… ¡DE PUTA MADRE Y PARA ARRIBA!… HAY NIÑOS EN ESPAÑA QUE COMEN SOLAMENTE UNA VEZ AL DÍA, COMO EN LOS PEORES TIEMPOS DE LA POSGUERRA, PERO NO PODEMOS VIVIR SIN SABER SI DENTRO DE UN MES VICENTE DEL BOSQUE SEGUIRÁ SIENDO SELECCIONADOR NACIONAL… A POR ELLOS… OÉ… A POR ELLOS… OÉ… ¿CÓMO ESTAMOS?… ¡DE PUTA MADRE Y PARA ARRIBA!…
En España tienes tres salidas: por tierra, por aire o por mar. Porque esto no lo arregla ni Dios.
Buen texto. Sólo mientes al final, más que Robben, en un tema ya común y cierto, adjunto a este Mundial: Rafa no cometió ningún penalti. Robben mismo lo ha reconocido.
Por lo demás concuerdo.
Es bueno perder a la familia -y mucho más una comunión!- por una tripleta de gins y un partido (a menos que te apellides de Borbón).
Buena resaca.
Robben reconoció que se tiró en otra jugada, no es la que se señaló penalti.
Buena nota, aunque creo que al final Holanda va a petardear, y adelantandome, diría que ante Argentina. El portero de Holanda está hecho jn manojo de nervios en casi todas las acciones.
Y la tan cacareada falta inexistente, bueno, es que la cometió Marquez, el carnicero loco que se hace expulsar en momentos clave.
Tuvo la gran suerte que Robben dio otra muestra de sus dotes histriónicas, así ya hay en quien descargar la culpa del fracaso.
Era cuestión de tiempo para que Marquez se hiciera expulsar por… lo que sea.
La víspera del ahora lejano Brasil-Croacia que en encendió la mecha de este mundial me llegó la nueva de que habían pillado a Sneijder y un par de sus secuaces rindiendo culto al dios Baco en alguna hermita nocturna de Río de Janeiro. No pude sino esbozar media sonrisa al recordar a los Ivanov, Stoichkov y Kostadinov de EEUU, en los días de vino y rosas del verano del 94, dando buena cuenta de un par de cientos de cajas de lagavulin y la mitad de la producción de ducados de aquella década. Viviendo peligrosamente nos veremos en la final, parecía que nos quisieran decir…