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En estos tiempos de crisis económica, social y de confianza en las instituciones, no está de más escuchar canciones que nos recuerden que esa sensación de ser gobernados por corruptos, ineptos y mentirosos no es algo exclusivo de nosotros, sino que viene de lejos y ha sido experimentada por personas de otros países democráticos a los que a veces tomamos como modelo. El que pone las reglas del juego siempre se preocupa de ganar la partida, y los demás podemos aspirar como mucho a introducir una papeleta en una urna para cambiar el rostro visible del poder político, mientras que ese poder político raras veces cambia en realidad. No sé si existen muchos músicos serios que escriban temas como «Viva mi presidente», pero desde luego lo que más abunda (en los regímenes democráticos, claro) es lo contrario. Sirva para liberar algo de adrenalina. Y si es usted de aquellos que está contento con el Gobierno, sospecho que este podría no ser su tipo de música. Así pues, veinte canciones que podríamos dedicar al Gobierno… o a nosotros mismos, los ciudadanos, que parte de responsabilidad podríamos tener en el asunto.
«Politician» de Cream
El power trio británico más célebre de los años sesenta cantando a la prepotencia y falsedad de los supuestos servidores públicos, cuya hipocresía denuncia con frases irónicas como «soy un hombre político y practico lo que predico», o no tan irónicas y más directas al estilo de «apoyo a la izquierda, pero poco a poco me inclino a la derecha». Todo por boca del protagonista de la canción, un político que invita a una chica a subir en su gran automóvil negro. Porque, ¿qué es el poder si no puede uno concederse algún que otro capricho? El característico riff principal del tema es obra de Jack Bruce, quien además pone la voz al tema. Aunque, cómo no, también escuchamos los típicos fraseos arrastrados que a Eric Clapton le gustaba hacer en aquellos tiempos.
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«Capital G» de Nine Inch Nails
Aunque no es uno de los temas que más me gusten en la obra del inquieto Trent Reznor, líder del inclasificable proyecto Nine Inch Nails, desde luego sí es uno de los que mejor resume su visión de la estirpe política. Es uno de tantos músicos que han criticado abiertamente la política exterior estadounidense, en este tema concreto con frases como «apreté el botón para votarle y él apretó el botón para dejar caer las bombas». Pero además nos recuerda que quienes ocupan altos cargos deberían afrontar la enorme responsabilidad que dichos cargos exigen, o que el mundo no debería dar por hecho que el poder conlleva corrupción como si fuese una consecuencia inevitable del poder y no el resultado de las decisiones éticas de quienes lo ocupan.
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«California Über Alles» de Dead Kennedys
El inquieto Jello Biafra nunca se ha caracterizado por hacer demasiados amigos en el poder (o fuera de él, para el caso) y en 1979 le enviaba al gobernador de California Jerry Brown un cariñoso saludo en forma de canción. El título hacía inquietante referencia al del himno alemán. El gobernador Brown pertenecía al partido demócrata pero sería más tarde etiquetado (por periodistas de derechas) como «más conservador que el presidente Reagan». La canción parodiaba cruelmente a Brown pintándolo como un filonazi determinado a ocupar la Casa Blanca («pronto seré el Führer») para implantar el dominio de una «raza de amos». En 1984, vaticinaba irónicamente el cantante haciendo referencia a la novela de Orwell, la policía secreta de Brown llamaría a tu puerta a medianoche. Finalmente Jerry Brown no consiguió ganar la carrera electoral a la presidencia, aunque a Jello Biafra no le faltó tarea porque Ronald Reagan no era tampoco un adalid del progresismo.
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«Kill the poor» de Dead Kennedys
Repetimos banda —todo el artículo podría estar compuesto de canciones suyas, la verdad— pero es la canción es muy buena y además la ocasión lo merece: un canto a la «eficiencia» económica que celebra la posibilidad de eliminar a los desempleados, los pobres y todos aquellos que suponen una penosa carga para los presupuestos de bienestar social del Estado. Algo que además podría hacerse limpiamente con bombas de hidrógeno: «fuera con el exceso de enemigos, pero sin perjudicar al valor de los inmuebles». Antes de que lo del «liberalismo» —o como quieran llamarlo— estuviese tan de actualidad en España, el infalible Jello Biafra ya proponía una receta para llevar la productividad macroeconómica a su cenit: ¡matar a los pobres! El muy cachondo incluso lanzaba una pulla a los progresistas estadounidenses, a quienes Jane Fonda —la izquierdista de postal entonces más en boga por aquellos lares— convence de que «todo marcha bien» y que podemos tranquilamente ponernos a ver el fútbol en la televisión.
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«Elected» de Alice Cooper
La Alice Cooper Band en la cúspide de su poder, parodiando a los políticos obsesionados por ganar las elecciones a toda costa y a quienes después sencillamente les importa un pimiento el porqué o para qué se los ha elegido (como dice la letra, «sé que todo el mundo tiene problemas, pero personalmente… no me importa»). Musicalmente hablando, la canción es una absoluta maravilla, combinando la fuerza guitarrera de la banda con aires de fanfarria presidencial, todo ello aderezado con un Alice fuera de sí que se desgañita como un poseso encarnando a ese político que pide el voto a berridos. Una canción cuya escucha hoy sorprende sobremanera, teniendo en cuenta la derivación de Alice hacia lo más descerebrado de la derecha estadounidense: ha llegado incluso a apoyar públicamente al infame George W. Bush y sus desquiciadas campañas bélicas. Pero bueno, no olvidemos que esta es una canción que pertenece a toda la banda, no en vano «Alice Cooper» era todavía el nombre del grupo. Por lo demás, el videoclip, grabado en aquella época —¡vemos a Alice en plena campaña electoral ante la mirada atónita de los transeúntes, que no entienden nada de lo que está pasando— no tiene desperdicio.
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«Let’s impeach the President» de Neil Young
Ataque directo del malhumorado Neil Young hacia George W. Bush por su política exterior basada en la guerra. Young fue muy activo y esta canción titulada «Hagámosle una moción de censura al presidente» es solamente una muestra de su ofensiva crítica del momento. A no pocos derechistas estadounidenses les sentó bastante mal el ataque de Neil Young hacia su líder e incluso le recordaron al músico —con bastante avinagramiento— su origen canadiense, como si eso lo incapacitase para criticar al Gobierno de un país donde llevaba viviendo cuatro décadas (Neil Young dejó Canadá con veintiún años de edad). Eso sí, el propio Neil tampoco se ha cortado un pelo cuando ha tenido que hablar mal del Gobierno canadiense, al que por ejemplo acusó de estar «fuera de control» a causa de la avaricia provocada por las prospecciones petrolíferas. Un hombre sin pelos en la lengua.
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«Zombie» de Fela Kuti
El legendario padre del afrobeat —una combinación de funk y jazz con sonidos de su Nigeria natal— no solamente escribió temas de contenido político, sino que pagó un alto precio por ello. Fela Kuti era un hombre libérrimo y le gustaba vivir a su manera, hasta el punto de que creó una comuna musical en la que vivía con sus familiares y músicos, trabajando y grabando sus discos. En un valiente y significativo gesto de desacuerdo con el Gobierno militarista de su país, declaró a su comuna independiente y la bautizó como «República de Kalakuta». Un gesto más simbólico que efectivo, claro, pero su compromiso ideológico no terminaba ahí. Editó esta canción, «Zombie», que comenzaba con varios minutos de afrobeat instrumental pero que después, de repente, caracterizaba como muertos vivientes sin voluntad propia a los soldados utilizados por el Gobierno para reprimir a la oposición. El tema se convirtió en un éxito internacional, pero además enfureció al Gobierno nigeriano y las consecuencias fueron terribles. Un batallón completo de soldados atacó su comuna, quemándolo y destrozándolo todo, incluidos sus instrumentos musicales y sus grabaciones. El propio Fela Kuti estuvo a punto de morir a causa de una paliza y según su testimonio sobrevivió únicamente porque a última hora un oficial se apiadó de él (o sencillamente recordó la repercusión internacional del músico). Su anciana madre, sin embargo, no tuvo tanta suerte: la pobre mujer falleció después de que los soldados la arrojasen por una ventana. La investigación oficial concluyó que su comuna había sido atacada por «algún soldado descontrolado» y no por un millar de efectivos como había sucedido en la realidad. Moraleja: cuando un Gobierno utiliza la fuerza no para proteger al ciudadano sino para reprimirlo, es difícil calcular dónde puede llegar a estar el límite.
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«God save the Queen» de Sex Pistols
Una de las canciones antigubernamentales más famosas que se hayan editado jamás, cariñosamente dedicada a la reina de Inglaterra en la ocasión de su aniversario. Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en que casi nadie en España cuestionaba abiertamente la figura del rey Juan Carlos I, campeón de la Transición, superhéroe del 23F y pilar de la democracia. Actualmente la situación ha cambiado bastante y el escepticismo hacia su figura (y no solamente hacia la monarquía como institución) se ha extendido bastante, por no decir que se está generalizando. A medida que la gente conoce más detalles sobre su estilo vida, resulta más difícil tragar al personaje. Sin embargo, en nuestro país no tenemos una canción tan emblemática que dedicarle ni tampoco algún equivalente al fenómeno Sex Pistols, así que bien podemos tomar prestada su canción. La cual, de todos modos, perfectamente podría estar hablando de nuestra situación actual. No solamente en lo referente al jefe del Estado («nuestra cabeza visible no es lo que parece») sino al propio estado de la ciudadanía, que lleva padeciendo varios años de crisis y es consciente de que ha de seguir por la misma senda varios años más: «no hay futuro para ti, no hay futuro para mí».
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«The revolution will not be televised» de Gil Scott-Heron
La primera condición para que los poderes se vean obligados a cambiar cosas es que los ciudadanos asuman la responsabilidad de hacérselo saber. Así lo advertía Scott-Heron a principios de los setenta, recordando a sus congéneres que no podrán quedarse en casa viendo la televisión si de verdad quieren tomar parte en el cambio. «La revolución no será televisada, la revolución será en directo», un mensaje radical que no le ganó demasiados amigos en su momento. Existen dos versiones: una grabada con su voz y algo de percusión de fondo, y esta, editada unos meses más tarde, en la que está toda la banda y que desde luego suena mucho mejor.
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«Bullet in the head» de Rage Against the Machine
Un mensaje similar al de «The revolution will not be televised», que nuevamente presenta a los ciudadanos acomodados frente a la televisión, sometidos no por la fuerza sino por un conformismo generalizado, la «bala en la cabeza» de la que habla el título. Un tema poderoso, aunque lo mejor es la segunda mitad: un riff potente y obsesivo que se repite continuamente hasta que el cantante se deja la laringe gritando el título mientras el batería dobla el tempo de la canción. Vamos, lo que viene a decirse una balada.
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«N.W.O.» de Ministry
El mayor éxito de esta banda de rock industrial, publicado en su álbum más célebre (Psalm 69) habla nada menos que de un «Nuevo Orden Mundial», expresión que vendría a significar que determinados núcleos de poder se preocupan de salvaguardar su chiringuito mediante el sencillo procedimiento de marcar la baraja y cambiar las reglas de la partida para que las cosas siempre salgan a su favor. Por si a alguien se le ocurría pensar que la expresión surgía de algún desvarío de Al Jourgensen, el tema incluía hacia el final la voz de nuestro viejo amigo George W. Bush pronunciando las palabras «a new world order» una y otra vez. Si los Ministry pretendían que el concepto sonase inquietante, desde luego lo consiguieron de pleno.
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«Fortunate Son» de Creedence Clearwater Revival
«Algunos tipos nacen con una cuchara de plata en la mano». Así resumía John Fogerty una verdad esencial: la de que siempre ha habido clases. Las desigualdades entre quienes nacen o no en un entorno privilegiado marcan completamente el destino de una persona. Algunos intentan desmentirlo señalando ejemplos de personas de origen humilde que han llegado a lo más alto (como si fuese algo frecuente) pero Fogerty se encarga de recordarnos que esa desigualdad no solamente es real, sino que se manifiesta con toda su crudeza en situaciones como la de una guerra: tras involucrarse los EE. UU. en el conflicto de Vietnam, muchos jóvenes contemplaban atónitos cómo los hijos de muchos ricos y poderosos evitaban el servicio militar, o lo cumplían en condiciones de cómoda seguridad, mientras que los chavales de condición más baja iban directamente al frente vietnamita donde las tropas estadounidenses estaban sufriendo una carnicería. «No soy, yo, no soy yo, no soy el hijo de un senador. No soy, yo, no soy yo, no soy un niño rico», era el lamento del recluta que sabe que no se va a librar de acudir a una guerra en la que tiene poco que ganar y absolutamente todo por perder… por el sencillo motivo de que su Gobierno le obliga a hacerlo y no tiene un padre influyente que le evite el viaje al matadero. ¿Moraleja? No todos tenemos las mismas oportunidades y eso es algo que casi cualquier Gobierno estará dispuesto a aprovechar.
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«Déjà Vu (All Over Again)» de John Fogerty
Muchos años después de haberse publicado «Fortunate son», Fogerty escribía una canción ilustrativamente titulada «Déjà Vu, todo vuelve a suceder», ya que el Gobierno estadounidense se había metido en nuevas guerras. Una vez más había jóvenes soldados que pagaban con su vida y su bienestar el capricho de los gobernantes. Fogerty imagina a una madre llorando por la pérdida de su hijo y le pregunta al oyente estadounidense si no cree haber visto esa misma situación antes. Una de muchas canciones antibelicistas publicadas durante las cruzadas de Bush y el recordatorio de que con el paso del tiempo pocas cosas cambian en la cúpula, al menos si los ciudadanos no fuerzan ese cambio y vigilan estrechamente que las cosas no vuelvan por sus antiguos cauces.
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«No more» de Bob Seger
En una onda parecida a John Fogerty —aunque lejos ya de sus mejores tiempos como músico— Bob Seger también se lamenta de que las cosas en su país no parezcan cambiar nunca y se pregunta si la conciencia de quienes gobiernan juega algún papel en sus decisiones o si llega a activarse siquiera en algún momento: «¿te arrepientes cuando se apagan las luces?». Unas preguntas que bien podríamos hacernos nosotros en España. ¿Cómo funciona la conciencia de los políticos, los grandes banqueros y compañía? ¿Notarán alguna inquietud al irse a dormir, el desagradable prurito de la culpa, o sencillamente les importan tan poco las consecuencias que sus actos tienen sobre la gente que duermen a pierna suelta?
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«Mr. President (have pity on the workin’ man)» de Randy Newman
Ya he hablado alguna vez de esta canción pero no me resisto a incluirla. Fue editada en 1974, cuando la llamada crisis del petróleo estaba causando efectos fulminantes en la economía mundial. Detrás de una bellísima melodía y una música tan dulce como melancólica, se esconde uno de los ataques más feroces que un músico mainstream estadounidense hubiese lanzado contra un presidente en ejercicio por aquellos años. Mucho antes de que el gran público asociara a Randy Newman con sus optimistas himnos para películas de animación, el músico se caracterizaba por una visión bastante sarcástica del mundo. En «Mr. President» descargaba sus iras, con elegancia pero también con mucha mala leche, sobre el entonces presidente Richard Nixon, dedicándole perlas como «quizá nos has mentido, quizá nos has engañado o quizá es que sencillamente has perdido la cabeza». Newman pintaba al inquilino de la Casa Blanca poco menos que como un hijo de mala madre mediante alusiones sencillas pero efectivas al estilo de: «sé que te puede sonar divertido, pero por todas partes la gente se está quedando sin dinero». Prácticamente todo el contenido de la letra podría aplicarse a Mariano Rajoy sin problemas, como podríamos aplicárselo al que estaba antes de él y mucho me temo podremos aplicarlo también a quienquiera que ocupe el cargo después.
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«Volunteers» de Jefferson Airplane
Las cosas han cambiado mucho desde los años sesenta (o no), pero por entonces teníamos a una de las principales bandas del negocio cantándole a una especie de revolución —aunque sin especificar cuál— basada en la hermandad de aquella gente común que durante 1969 estaba manifestándose en las calles: «mira lo que está pasando ahí fuera, es una revolución», «ha llegado tu momento y el mío», etc. El título de la canción y del álbum estaba inspirado por una organización caritativa cristiana llamada Voluntarios de América, aunque era una alusión más bien sarcástica. Pero la idea asociativa persistía: Jefferson Airplane no solamente criticaban a su Gobierno sino que lo complementaban recordando el papel que los ciudadanos deberían tomar para solucionar los problemas del país y la sociedad en su conjunto. Y uno de esos papeles a desempeñar por el pueblo debería ser el de ejercer un férreo control sobre los gobernantes, no a la inversa.
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«A change is gonna come» de Sam Cooke
Casi al mismo tiempo en que Bob Dylan editaba su «The times they are a-changin’», Sam Cooke escribía esta canción cuyo título también hacía referencia a la necesidad de que la sociedad se moviese hacia adelante. Se refería sobre todo al tema racial, pero contenía la idea de que el sistema no varía sus mecanismos perniciosos si los ciudadanos no se alían para plantarse ante ese mismo sistema. Existen leyes injustas y existen actuaciones injustas de los Gobiernos, y es un derecho ciudadano enfrentarse a esas situaciones cuando efectivamente consideran que existe una injusticia manifiesta. La letra también contenía algunas frases particularmente llamativas teniendo en cuenta que Sam Cooke había sido una de las estrellas de la música gospel. Por ejemplo: «La vida ha sido dura pero tengo miedo a morir porque no sé qué hay allá arriba, más allá del firmamento». O dicho de otro modo, nos recordaba la necesidad de arreglar las cosas en el mundo por nosotros mismos mientras todavía estamos aquí, y no confiar demasiado en la intervención de una esfera superior o en una supuesta recompensa en el más allá.
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«This land is your land» de Woody Guthrie
El propietario de aquella guitarra que lucía el lema «Esta máquina mata fascistas» era evidentemente un hombre comprometido con sus principios. Una de sus principales luchas ideológicas era la reivindicación de una mayor justicia social y la denuncia de que, especialmente en tiempos de crisis económica, los poderes iniciaban un «ilegítimo esfuerzo criminal para explotar a la gente común». Además, tras la Gran Depresión de 1929 solía repetir un mensaje que podríamos aplicar también hoy: que la crisis había estado provocada por una élite social y económica pero sus consecuencias las pagaban fundamentalmente los ciudadanos de clase trabajadora. Esta su canción más conocida es todo un canto a la utopía de la rebelión individual frente al sistema: «iba caminando y vi un cartel que decía “No pasar”, pero en el otro lado del cartel no decía nada. Ese otro lado está hecho para ti y para mí». Así pues, Woody Guthrie expresaba que un país es de todos sus ciudadanos y que las restricciones gubernamentales no siempre son justas, algo que podríamos recordar por ejemplo si alguna vez, a algún Gobierno, se le ocurre que no es buena idea que los ciudadanos se manifiesten por las calles.
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«Cult of personality» de Living Colour
La canción con la que el cuarteto neoyorquino inicialmente apadrinado por Mick Jagger alcanzó la fama hablaba del culto a las grandes personalidades como motor ideológico de la gente. Hablaban del concepto sin hacer demasiadas distinciones (¡metían a Stalin y Gandhi en la misma frase! Aunque obviamente no los consideraban equivalentes excepto en el hecho mismo de que diferentes ámbitos rendían culto a su persona). También nos recordaban que cuando a un gran líder social se le ocurría hablar sin tapujos en contra del orden establecido —esto es, cuando de verdad hablaba por boca del ciudadano común— de repente tenía muchas posibilidades de terminar bajo tierra: en el videoclip esta frase aparece emparejada con la imagen de Martin Luther King, así que podemos deducir perfectamente cuál es el mensaje.
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«I don’t care about you» de Fear
Una canción cuyo estribillo («I don’t care about you, fuck you!») es bastante polivalente. Por un lado, podemos interpretar literalmente la canción, que habla de cómo la gente prefiere ignorar los males del prójimo con una actitud de «no es mi problema», lo cual crea secuencias tan duras como las de mendigos, alcohólicos o minusválidos que se arrastran por las calles ante la indiferencia generalizada de los transeúntes. Esto es de lo que habla la canción de aquel grupo punk en el que militó durante una breve temporada el actual bajista de los Red Hot Chili Peppers. Por otra parte, claro, si es usted un apolítico desengañado o sencillamente un hater irredento, puede usar el estribillo para expresar su cálido y afectuoso apego al Gobierno de turno o a cualquier otra institución de esas que garantizan una vida mejor y un futuro optimista… para algunos.
Cuidado porque poniendo canciones como ‘Bullet in the Head’ de RATM estáis a un paso de visitar la Audiencia Nacional. Cosas de este Estado de derecho™
Pingback: Veinte canciones que podríamos dedicar al Gobierno
Se echa de menos una canción de Bob Dylan
Por añadir algo se me ocurre la canción Black Rain de Ben Harper, dedicada a Bush cuando el Katrina: «It won’t be long till the people fill the streets, to take you down»- No pasará mucho tiempo hasta que le gente llene las calles para derrocarte…
Y ese imbécil tiene una biblioteca con su nombre cuando nunca ha leído un libro.
Murder the Government de NOFX
En «Kill the poor» es la que mata a los pobres sin dañar el valor de los inmuebles es la bomba de neutrones. Una bomba de hidrógeno no deja nada, ni vivo ni no vivo :-D
Echo de menos en esta lista algo de Radiohead, como 2+2=5 o The Amazing Sound of Orgy.
Electioneering, de Radiohead, imprescindible aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=WrL9uMqeP8M&feature=kp
Letrada traducida (http://radiohead.mx/letra-traduccion/electioneering/):
Haré lo que sea, estoy dispuesto a todo.
Diré cosas acertadas durante la campaña.
Confío en que puedo tener tu voto.
Cuando voy hacia adelante
tú vas hacia atrás,
y en algún punto nos encontraremos.
Cuando voy hacia adelante
tú vas hacia atrás,
y en algún punto nos encontraremos.
¡Ja, ja, ja!
Escudos antidisturbios, Reaganomics,
son solo negocios, picanas y el F.M.I.
Confío en que puedo contar con tu voto.
[…]
Hay un problema: no saben inglés.
¡Rojos, más que rojos!
Irish Blood, English Heart de Morrissey también podríamos meterla por ahí. Pink Floyd tienen absolutas maravillas con mensaje político
Chema, cuál recomiendas de Morrissey e Irish Blood?
Echo en falta alguna de Karina.
Aquí cabría algo así como el 75% de la discografía de Bad Religion,,,
«Masters of War» de Bob Dylan, o mejor, la versión de Pearl Jam… y bien alto!
¿Y nada de Eskorbuto?
Yo les dedicaría «Bailaré sobre tu tumba» de Siniestro Total.
Faltó «The truth», de Clawfinger, para Rajoy («The truth, tell me the truth, the truth motherfucker; the trhuth, tell me the truth, the truth you sucker»).; y «Se viene (el estallido)», de Bersuit Vergarabat.
Echo en falta Assassin de Muse o, mucho mejor, Unnatural Selection que es menos dura.
¿Cómo que no hay una para Juancarlitos I?… La cantó La Polla
http://youtu.be/kvnywEKqpIo
También tienes «el cazador de elefantes» de Def Con Dos, aunque esa es reciente.
Yo les dedicaría esta y me quedaría la mar de ancho: http://www.youtube.com/watch?v=qqgoZDzJ2uY
A la oposición se le podría dedicar esta: «A quien le importa»-Alaska y Dinarama ( sin desmerecer al PSOE )especialmente a IU.
https://www.youtube.com/watch?v=paccyHqIAoo
De las seleccionadas creo que la más vigente es la de Gil Scott-Heron,que por cierto no se mete con el gobierno y si con los niñatos que se pasan el día mirando la pantalla,sea la TV , el I.pad o escribiendo comentarios en Jot Down y piensan que son revolucionarios.
El error es creer que los que escribimos aquí, vemos la televisión o la pantalla de un ordenador somos los más indicados para iniciar una revolución.
God save the Queen de los Pistols es un himno en toda regla.
Las dos de los Dead Kennedys son perfectas porque tienen ese toque irónico necesario.Todo lo contrario de esos hipies pesados y aburridos que son Jefferson Airplane y Neil Young.
Sería necesaria una versión en catalán del «Catalonia Uber Alles» dedicada al Molt Honorable Artur Mas.
Alice Cooper siempre ha sido un tipo inteligente.
Fortunate son es puro r´n´r.Un trallazo. J.B. J.B. I`m not fortunate one….
Fela Kuti desde su harén ,con un par…
de acuerdo,
El grupo Habeas Corpus hizo una versión muy buena de «God save the queen» titulada «Dios salve al rey».
¿Qué pasa con la música en español?
Con el Requiem de Mozart tenemos suficiente para gobierno, oposición… y ciudadanía.
Grip inc. con este «Pathetic liar» lograron una certera descripción del político. También es disfrutable el trabajo de Dave Lombardo en la batería:
http://www.youtube.com/watch?v=TBZoWeU4abI
Si bien no hay en España ningún himno antimonárquico tan mítico como el «God Save the Queen» sí que hay muchas buenas canciones sobre el tema.
Por ejemplo «Envidia Cochina» de La Polla Records:
https://www.youtube.com/watch?v=gCy8yTSnFo0
Va a sonar a lector de La Razón despechado, cosa que no es para nada ni el caso ni la intención, pero si se trata de poner el contrapunto para darselo a nuestros maravillosos amigos del PSOE y asi cubrir las dos patas del sistema en el que nos movemos…
Cocaine Socialism, de Pulp. Jarvis Cocker con toda su mala leche e ironia sacándole los colores a los socialistas de salón. Creo que basada en una «invitación» a hablar con Blair, lease, a hacerle propaganda.
«Well you sing about common people
And the mis-shapes and the misfits
So can you bring them to my party
And get them all to sniff this»
California über alles es un estribillo maravilloso porque cambias California por cualquier persona o institución odiosa, de tintes parafascistas o guardián de la corrección política y ya está dicho todo.
Me gustan todas esas canciones tan espectaculares pero a mi me gustaría resaltar en cuanto a la tematica una del universo patrio aunque no sea «mainstream» ni tan «cool» como las elegidas por vds.
Les recuerdo que aquí en España tenemos un grupo que fué tildado por un juez de «grupo intelectualmente violento» que son LOS DELTONOS.
De sus últimos trabajos me gusta mucho EL BLUES DE M cuya musica se puede oir en bandcamp y cuya letra reza:
EL BLUES DE M.
Me sacaron del pueblo y me pusieron aquí
Me dijeron, Líder, dependemos de tí
Lo que vas a hacer es tu obligación
Arreglar para los nuestros un futuro mejor
Haré siempre lo contrario de lo que prometí
Cuanto más practico mas fácil es mentir
La única ley que existe para mí
Es “Cualquier medio vale si interesa el fin”
No me gustó pero lo tuve que hacer
Ignoré a los débiles no merecen más
Convertí la juventud en una enfermedad
Acosé a los enfermos no se pueden defender
De la ciencia me río, ni entiendo ni sé
Desprecié todo arte que no me fuera fiel
Maestros fuera, la ignorancia viene bien
No hay causa justa si no es de mi color
La sombra de la cruz me da la razón
No me gustó pero lo tuve que hacer
Me escondo detrás de una sola opinión
Me repito a diario que no tengo opción
Me aturde mi propia mediocridad
Quiero volver al pueblo a beber y olvidar (porque)
No me gustó…
Los Claveles – Estafas
El Pardo – La hoguera de San Jerónimo
León Benavente – El rey Ricardo
Al menos estas tres sí que van dedicadas a este gobierno.
Con el «hear nothing, see nothing, say nothing» de Discharge enterito se cubre el cupo sin problemas. Además, dura lo que tres canciones de la lista.
Al ver el título del artículo y antes de leerlo había pensado en las dos de Dead Kennedys (éstos sólo por el nombre del grupo aquí estarían enchironados con la que se está montando). Yo sugeriría megalomaniac de Incubus
Sí, falta Dylan, Waters y una lista amplia de compositores, pero lo que resulta imperdonable es omitir toda la música latinoamericana. Para que el ridículo no se note, voy a citar únicamente a Violeta Parra: «Miren como sonríen los presidentes» (1962) http://www.youtube.com/watch?v=F2ldR1EvhG0
Me parece que nadie ha mencionado a «Won’t get fooled again»…
También tenemos música muy buena en español y de américa del sur. En Chile se encuentran en Rock, seguimos con Argentina un rock más fuerte más rebelde (y actuales), las canciones tradicionales de Colombia y Venezuela, dedicadas a las revoluciones del pueblo y a los(las) «héroes» que lucharon contra el gobierno. Ahora escuché unas de Calle 13 (particularmente no me gusta el género) pero, vale, que penetrante letra.
Chicho Sánchez Ferlosio, La Polla Records, Calle 13, Eskorbuto, Víctor Jara, Mamá Ladilla… Esas son mis preferencias. ¡¡Que parece que sólo existe el inglés!!
La polla records (o la polla a secas) tiene canciones para hacer dos artículos como este o una serie completa, llegado el caso.
Y cuando Ronald Reagan ganó las elecciones,los Dead Kennedys sacaron una canción continuación de California über alles (similar melodía con toques jazz) «We’ve got a bigger problem now». empieza: «I am emperor Ronald Reagan, born again with fascist cravings, still you made me president….»
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