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Cómo sobrevivir a España: guía de uso para ciudadanos desencantados

FERRAN-PESTAÑA
Fotografía: Ferran Pestaña (CC).

No disimule, se le ve en la cara, está usted decepcionado con este país: la corrupción, la pobreza, la política y el chanchullo diario están empezando a afectarle la moral. Usted ya no es el tipo que sudaba la camiseta de la Roja mientras cantaba aquello de «yo soy español, español, español». Ahora ya ni siquiera le anima silbar «Paquito chocolatero».

En Jot Down nos preocupamos por usted y por eso le ofrecemos unos sencillos consejos para que recupere el orgullo de vivir en un país que se cae a trozos.

1) Deje de leer. Diversos estudios (que no citaremos aquí porque mencionar las fuentes es poco español y además produce jaquecas) confirman que la lectura es nociva. Ya sabe, las preguntas conducen a más preguntas, uno lee un libro y luego otro, y luego otro, y así hasta el infinito, cuando podría estar haciendo la siesta o clavándose un destornillador en el omóplato. Recuerde que un ciudadano desinformado es un ciudadano feliz: lo mejor de la vida es formar parte de ese No sabe/No contesta en las encuestas. Cuando sienta usted la necesidad de leer (las adicciones son así, nos golpean en el momento menos esperado) vaya a comprar un periódico deportivo y verá como se le pasa. Y recuerde: los libros los inventó el demonio para distraernos de las cosas importantes así que si tiene usted un amigo lector ahora es el momento de dejarlo. El conocimiento es un virus y usted no quiere ponerse enfermo, ¿verdad?

2) Es usted un manitas. Es importante mejorar su autoestima y bien sabido es que cada español lleva un fontanero, un lampista, un presidente del Gobierno y un entrenador de fútbol dentro, así que, ¿por qué no sacar provecho de ello? No importa que una vez fuera usted al Ikea, comprara una mesita de noche y al montarla le saliera una mecedora: esos malditos suecos no están preparados para nuestra desbordada creatividad. Remodele usted la cocina, instale ventanas nuevas, haga obras en domingo, a medianoche o a la hora de la siesta, eso irritará a sus vecinos y ¿hay algo más español que irritar a un vecino? Cada vez que sienta usted la tentación de darse por vencido, pensando que no tiene talento y que está condenado al fracaso, queremos que recuerde dos palabras: Santiago Calatrava. ¿A que ya se siente mucho mejor?

3) Siga las modas. Ahora está de moda correr (diga usted «running», «correr» es de paletos) así que hágase con unas zapatillas deportivas, unos pantalones cortos y una camiseta de algodón del bar de abajo y láncese a la calle. Ojo, no se pase, el español no está hecho para correr, no conquistamos medio mundo corriendo de un lado a otro. Como siempre, lo que importa son las apariencias, lo necesario es que sus vecinos piensen que es usted una persona saludable y que en lugar de vino peleón bebe Aquarius. Apréndase algunos conceptos («cómo molan las New Balance 574, me noto una sujeción de tobillo absolutamente asombrosa») y ábrase una cuenta en Twitter donde sistemáticamente publicará los kilómetros (inventados) que ha recorrido. Y no olvide añadir siempre «voy a entrenar». En realidad usted, como la gran mayoría, no está entrenando para nada, pero, qué demonios, si ellos hablan así usted también debe hacerlo. Un consejo: no haga usted el molinillo con los brazos mientras corre, eso le delataría.

4Cómprese un rosario. Imprescindible: este es un estado aconfesional (no se ría) pero en realidad aquí gobiernan San Pedro, los apóstoles y la Virgen María (a la que recientemente hemos concedido una medalla por su ayuda a la hora de disolver manifestaciones). Si realmente quiere sentirse de nuevo español, debe empezar a comportarse como un buen feligrés. Vaya a misa el domingo por la mañana (cuidado con las misas del sábado por la noche, están llenas de progresistas y gente de mal vivir), colóquese en primera fila y exclame «aleluya» constantemente, aunque le parezca que no viene a cuento. En otro país parecería usted un excéntrico pero aquí es probable que el párroco le abrace y la comunidad se rinda a su devoción. También es importante que repita constantemente «que Dios te bendiga» justo después de hacer una cruz en el aire con la mano derecha. Nunca (repetimos, nunca) lo haga con la izquierda: todo el mundo sabe que los zurdos están endemoniados. Sepa que, siendo así de dedicado, se le perdonarán todos los pecados. Si un día sale de casa y por error atropella a alguien, lo arrastra durante medio kilómetro y luego se da a la fuga (todo ello sin querer) bastará con una confesión, dos Avemarías y un Padrenuestro. Y pelillos a la mar. Si han perdonado a un banquero que le robó el dinero a un cliente muerto, ¿cómo no le van a perdonar a usted?

5) Haga el Marhuenda. Ya se sabe que a veces nos pillan con las manos en la masa y quedamos en evidencia, pero eso no es motivo para admitir nada. Quizá sea usted uno de esos miserables que reconoce los errores y (Dios no lo quiera) hasta pide perdón por ellos. Lo correcto (y lo auténticamente español) es hacer un Marhuenda: cuando alguien le acuse de algo, acúsele a él/ella de algo peor. Si eso no funciona, alegue que está siendo víctima de un intolerable ataque personal. Si eso tampoco da el resultado esperado, póngase las manos en la cintura y diga (muy serio) «esto es un ataque clarísimo a España». También se puede invocar a la libertad de expresión, al azúcar moreno y a la Vía Láctea. Lo importante es no ser nunca responsable de nada: el español de verdad no ha tenido culpa de ninguna desgracia desde que Torquemada (aquel galán del siglo XV) quemara a unas cuantas jovenzuelas porque se lo había dicho el perro de su vecino. Recuerde: todos/as llevamos un Marhuenda dentro deseando salir. Cómprese un peluquín (si es usted mujer estas instrucciones no se le aplican) y salga a la calle a poner los puntos sobre las íes. España se lo agradecerá

6) No se crea nada. Un día dice Cáritas que hay mucho hambriento; al día siguiente Save the Children (en inglés, ya empezamos mal) que uno de cada tres niños españoles vive en el umbral de la pobreza; pasado que ya no exportamos y que la deuda se ha disparado. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que hay gente que no se puede tomar sus cañitas? Sepa que todos mienten: los que comen en Cáritas lo hacen porque es gratis y les pilla camino del trabajo; los niños no son pobres, son vagos: todo el día en la calle, arriba y abajo, en lugar de estar cosiendo balones o lavando platos en un restaurante chino. ¿Y que no exportamos? Mentira. Neymar, Bale, Costa, Illarramendi… y pagando en metálico, ojo. ¿Y la deuda? (dice alguien). Pues cualquier día vamos al cajero y la pagamos. Así somos.

Mantenga una actitud escéptica ante los agoreros: todos sabemos que España va de primera. Los juzgados están llenos, los coches oficiales tienen el depósito a tope y el gramo de cocaína sigue subiendo de precio, señales inequívocas de que la crisis ha quedado atrás.

Cada vez que oiga usted esas chorradas de «qué mal estamos» recurra a este remedio infalible: golpéese los oídos con las palmas de las manos mientras declama (bien alto): TATATATATATA.

7) Recurra a los tópicos. Recuerde que ha escogido usted no saber nada de nada. Sin embargo, eso no significa que deba usted callarse sino todo lo contrario: es usted un tertuliano en potencia. ¿Los catalanes? Unos tacaños separatistas; ¿los vascos? ETA; ¿los andaluces? Unos vagos sindicalistas; ¿los murcianos? De Murcia. Tenga siempre a mano un tópico (todos son ciertos, y usted lo sabe) y láncelo de forma certera contra sus enemigos.

El buen español no se calla nunca, ni se equivoca (recuerde el punto 6), ni deja ninguna discusión sin decir la última palabra. Que se note que está usted a punto de irse: acábese la copa de un trago y diga alguna frase en latín antes de salir del bar. «Alea jacta est» mismo.

8) Adore a Adolfo Suárez por encima de todas las cosas. No se asuste, nosotros tampoco tenemos ni puta idea de lo que ha hecho Adolfo Suárez para unir a España tan solo estirando la pata, pero a usted eso no debe importarle. Cuando se miente su nombre diga alto y claro «el espíritu de la Transición». Si alguien dice que populares y socialistas se dedicaron en su momento a pergeñar toda clase de tretas (sucias e intolerables) hasta echarle del Gobierno, fije usted la mirada en algún punto del cielo y repita: «el espíritu de la Transición». Recuerde expresar también su admiración por Nelson Mandela (aunque sea negro, como estaba lejos tampoco importa mucho) y Gabriel García Márquez (con este último espere un par de semanas antes de recordarle a todo el mundo que era un comunista —el ministro Wert ya lo ha recordado, pero él es un héroe y que el bueno de verdad es Vargas Llosa). Si es usted atrevido (y le animamos a lo que sea) láncese con alguna propuesta original que vuelva a poner España en el mapa: «¿por qué no llamamos al aeropuerto de Castellón aeropuerto Nelson Mandela- Castellón?».

9) Defienda a nuestros políticos. ¿Los políticos roban? No, los políticos hacen lo que cualquier español de bien haría en su posición: asegurar su futuro. ¿Gürtel? Suena a salchicha. ¿Bárcenas? Tiene cara de buen hombre. ¿Los áticos de Ignacio González? Los compró a buen precio. ¿Las estafas en los cursos de formación en Andalucía? Bah, alguno no fue a clase, ¿y qué? Recuerde que cuanto más pobre sea más radical tiene que ser su defensa de la clase política del país: si hubiera hecho lo mismo que estos prohombres no estaría usted ahora mismo buscando comida en los contenedores. Ah, y lo de las preferentes fue culpa de los jubilados que no saben leer. Y si la letra era muy pequeña haberse comprado una lupa.

10) Eructe. Dejamos de tirar la cabra del campanario, de fumar y de beber carajillos de anís de chinchón. ¿Y todo para qué? ¿Ha mejorado el país por eso?

Recuperemos las viejas costumbres: fumemos aunque no se pueda, bebámonos los jarrones, golpeemos los interfonos ajenos con la mano abierta cuando volvamos de fiesta y —sobre todo después de comer, no importa donde estemos: eructemos. Fuerte, sin complejos, con estilo. Si es usted de esos afortunados que puede hablar con eructos, recite a Lope de Vega o a González Pons. Demuestre que en este país, aunque a veces no lo parezca, el talento se nos sale por la boca.

(No lo niegue, ya se siente mucho mejor. Sonría, coño)

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35 Comments

  1. Pingback: Cómo sobrevivir a España: guía de uso para ciudadanos desencantados

  2. Joer, qué agobio me ha entrado.

  3. DeBoers

    Pero si haces un Marhuenda no puedes defender a Bárcenas, que «es un golfo».

  4. Jorge ZC

    Mi nivel de «españolinidad» va a mejorar mucho a partir de ahora.. :D Ha faltado alguna referencia a la foto que encabeza el texto para sentirme rebosante de patria, pero muy bueno! Saludos!

  5. harrlyes

    A Neymar,Bale… los hemos IMPORTADO

  6. Bravo!

    Un decálogo (por no decir 10 mandamientos) tan colosal como aterrador.

  7. Jorge Martín

    Una tontería llena de tópicos. Se habrá quedado tranquilo con tanto rosario y tanto eructo.Tanta ranciedad aburre, la suya Toni García Ramón.

  8. Francisco Martín

    Tengo la impresión de que España es como esas bombas de relojería de las películas, para desactivarlas hace falta maña, paciencia y sudores frios. Todos tenemos prisa por vivir un país mejor pero me dice el perro de la vecina que nones.

  9. Neofito

    Vitriolo… ironía que nos contien, durante un «tiempito» más, de coger el primer objeto contundente a mano y liarnos a mamporros hasta que «sea lo que Dios quiera».

    Penita de país.

  10. Iñaki

    jajajajaja…¡gracias!

  11. Imperdible

    Imprescindible. Yo añadiría un paso mas… Es necesario trabajar como posesos para comprarse el ultimo Audi y pagar el chalete de Cospendon. Aunque digan que tus impuestos son para sanidad, servicios sociales e infraestructuras, su ultimo bolso de Vuitton lo desmiente.

  12. Yo hago ejercicio

    Respecto al punto 3…ojala siga la moda de correr (decir running es completamente ridículo ) y que no se quede en moda, de hacer más deporte. Eso es sano, sin caer en la vigorexia (o dismorfia muscular), porque ya dejaría de ser sano. El resto de «consejos», entre aceptable y correcto…falta el tema ruido, cotilleo, mala educación general, vulgaridad, exceso de confianza, amiguismo, y, como no, corrupción en casi todos los ámbitos de la vida española.

  13. viruela

    …como un pardillo, suponía que mi falta de querencia a los trapos pintados y las rayas en el suelo, se iba a resolver en breve plazo (vivir para verlo), con la disolución de los nacionalismos, decisivamente auspiciada por la bendita malla de comunicación universal que nos alumbra… quiá!, de nuevo a las trincheras con la panza arrastrada por el barro, para ocuparnos de rancios enaltecimientos tan obtusos como la definición del terruño en términos políticos (política en su acepción más peyorativa)… definitivamente, no viviré para verlo.

  14. minded

    Varias puntualizaciones:
    Nigeria
    1. ¿Deje de leer? Querrá decir «No empiece a leer». ¿Cuándo se ha leído en este país?

    2. ¿Tiene algo contra los manitas? Típica chorrada clasista de un «hintelektual».

    3. Correr está de moda desde que se llamaba «jogging». Salga de su mundillo de jovenzuelo.

    4. El rosario tiene muchísimo menos poder del que se imagina. Salga de su mundillo trasnochado.

    5. Contraatacar acusando al rival de algo peor no es exclusivo de Marhuenda. Podemos hacer el Mas y gritar que atacarnos es atacar a Cataluña. O hacer el Willy Toledo y aullar que atacarnos es atacar a la izquierda progresista. Hay miles de ejemplos de todo pelaje.

    6. Primero insta a la gente a leer para formarse su opinión, y ahora les anima a creer. ¿Al rosario? ¿A usted?

    7. Hay que arrinconar los tópicos, en efecto. Incluidos todos los que llenan este artículo.

    8. Iba bien hasta que cree que la gente se metería con Mandela por ser negro. Solo le falta meter a un homosexual. Estamos en 2014, actualice sus tópicos.

    9. Está bien meterse con los políticos, aunque parece deducir que la mayoría de la gente los defiende. Usted sabrá de dónde saca esa idea.

    10. Una gilipollez del tres al cuarto. No se corte, y hable también de los eructos mencione los pedos, los concursos de escupitajos y las pajas colectivas en los baños.

    • Fulgencio Barrado

      Creo que el autor trata de ser irónico, e incluso en algunos puntos carcástico. A la espera de que él mismo se pronuncie si así los quiere.
      Además de jogging, también conocí el footing. Quizás la diferencia entre correr, hacer jogging o footing, y ser un runner, radique en los complementos. Lo último parecer ser ostensiblemente más caro.

      • Franzapa

        Efectivamente, MINDED parece un poco desconectado del espiritú del (fantástico) artículo. O eso, o «requeteironiza» la ironía.

    • PorComentar

      Por favor, que jotdown contrate a este señor…lo que nos ibamos a reir

    • Freddie Pompetter

      Haters gonna hate

    • Relax, son verdades como puños, y si no quiere aceptar la realidad es que no está mirando lo suficiente a su alrededor.

  15. Pingback: Cómo sobrevivir a España: guía de uso para ciudadanos desencantados | combatiendo la entropía

  16. Oiga, Minded, tiene ud. Aspergen?
    Lo digo porque como no ha entendido nada…

  17. Carmen

    Buenísimo. Solo le ha faltado el «defienda usted las tradiciones y la religión por encima de todo. Sino no será usted buen español»

  18. Opiano Licario

    Hoy tampoco hay Aynd Rand?
    Qué raro.

  19. Luis A. Espuny

    «Recuerde que ha escogido usted no saber nada de nada. Sin embargo, eso no significa que deba usted callarse sino todo lo contrario: es usted un tertuliano en potencia. Tenga siempre a mano un tópico «.

    Exacto.

  20. El autor se aplica el punto 7) en este artículo con esmero.

  21. Castor

    ¿Qué es eso de Marhuenda? Todo lo demás, efectivamente, son tópicos distorsionados. Lo de «no leer» hace años que se practica, de eso se ocupó la LOGSE. En cuanto a lo de «manitas»,¿no somos el país del «que trabajen ellos»? Y en cuanto a lo de la Virgen siempre, desde pequeño, oí decir que ésto era «la tierra de María Santísima». O sea que, a pesar de este panfleto, seguimos desencantados. Nada nuevo bajo el sol.

  22. Progresista que adora España

    Mientras lo leia intentaba que me hiciese gracía, pero más bien lo que me ha llenado es de tristeza.
    Tristeza no de ver que la realidad actual de España es bastante mala, que tambien, sino de recordar como es el trato para quien dice querer y valorar España.
    No he podido dejar de tener la sensación, mientras leia y ahora, que el autor, aun intentando hacer algo de humor, no deja de asociar a los «españolistas» con los vicios y personas que enumera con ironía.
    No empatizo con Marhuenda o semejantes, me defino muy alejado de sus pensamientos, ni con la mayoría de las cosas que enumera el artículo, pero si me enorgullezco de España, de su historía, de su cultura y de muchas otras cosas que han sido y son una maravilla, igual que hay cosas que son un desastre, que te encante España no quiere decir que seas ni de derechas ni parecido a Marhuenda, e infelizmente creo que así se entiende por muchas personas.
    Me encantaría poder decir hoy en día en una conversación que me siento orgulloso de ser español y que me encanta España sin que me llamen facha, rancio, o me recuerden solo lo negativo (esto último si que me parece rancio, cansino y plomizo por cierto).
    Los españoles de hoy tenemos la responsabilidad de mantener vivo lo que nos ha legado nuestra historía y sea accesible a los que vengan, con sarcasmo y quejas poco vamos a aportar, y tenemos capacidad de aportar muchas cosas, sentarte a «decir mierda» es bastante más comodo eso sí.
    Y sí, tambien sabiendo que hemos hecho muchas cosas mal y tenemos otras que son un desastre, por supuesto, pero creo que de autocritica en España, menos los politicos, vamos bastante bien.

  23. ¡Dioses! Qué torpeza de comentarios. Busquen ironía en la Wikipedia, sarcasmo en google y «no me entero de una mierda» en el blog de Sanchez Dragó. Con eso y releyendo el artículo, les veo capaces de entender un artículo que sólo busca sacarnos una pequeña sonrisa.

  24. Eddy Felson

    Sí, señor, y cuelgue una bandera con un toro en el balcón y reenvíe la última boriricada de Pérez Reverte (¡A mi Los Tercios!)

    Me mola este país. Siendo normal pareces brillante.

    Enhorabuena por el artículo.

  25. Jorge Sánchez- Lafuente Villalobos

    Y sin embargo he sonreído. Sin culpas oye, que la vida sigue y al menos aun no estamos en guerra, salvo con nosotros mismos. Podía ser peor dije, mientras caía por el precipicio.

  26. jonás

    Y siga votando PP o PSOE…..Agregaría yo.

  27. El polaco invisible

    La mejor manera de vivir es «votar con los pies», ergo pirandose!

  28. Mastríngalo

    Sin ánimo de contribuir al haterismo, permítanme decir que será que usted, Toni, es polaco, y yo norirlandés, así como todos los que aplauden, que habrán elegido su nacionalidad con libertad, atendiendo al tópico más acogedor para sus personalidades. Sin embargo, intuyo que en su DNI y en el mío figura como nacionalidad la española, y que a esa españolidad, la de DNI, se refiere usted, ya que no hay otra. Siendo así, no estaría de más una disculpa en el artículo, para el que se viera ofendido.

    Y eso que alguna sonrisa se me ha escapado, y que me rechinan muchas de esas cosas a las que usted hace referencia y que desde luego se reconocen entre algunos de nuestros compatriotas. Cómo sobrevivir a ciertas españas quizás fuera más apropiado.

    Este tipo de descripciones de lo español son tan españolas…

    El caso es que ni de la nacionalidad de uno se puede escapar, ni se debe, ni esta debe esclavizar a nadie, ni puede definirnos. Es una suerte. Suerte a secas.

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