Según la Real Academia Española, la palabra más consultada tradicionalmente en el DRAE es «cultura». Un dato inesperado para todos los que en algún momento de nuestra infancia, y más allá, nos hemos lanzado a las páginas de un diccionario con la intención de buscar una palabra que casualmente solía estar marcada como «malsonante» o hemos sentido la curiosidad de saber cómo se definía algo que se nos antojaba extravagante. Precisamente esa curiosidad que nos empuja al diccionario es el primer escollo que encontramos, al crearse una paradoja por la cual lo que contiene no nos atañe:
1. f. Deseo de saber o averiguar alguien lo que no le concierne.
2. f. Vicio que lleva a alguien a inquirir lo que no debiera importarle.
Este fallo en Matrix, similar al que se produce si pretendemos encontrar a Chuck Norris en Google, podría ser el origen del dicho popular «la curiosidad mató al gato». Es improbable, pero nos sirve para ilustrar esta entrada.
Para evitar que mueran gatitos como efecto colateral de nuestra curiosidad, vamos a husmear —concepto este más positivo— otras definiciones interesantes. Uno de los campos escurridizos para la descripción es el que comprende lo fantástico, legendario o esotérico.
1. m. Espectro o cadáver que, según cree el vulgo de ciertos países, va por las noches a chupar poco a poco la sangre de los vivos hasta matarlos.
Si bien no se sabe claramente lo que son ni de dónde vienen los rumores de su comportamiento, parece que lo que está claro es que los vampiros son perseverantes y no tienen prisa. Tal vez eso justifique la existencia de la saga Crepúsculo.
1. com. Persona que se supone muerta y que ha sido reanimada por arte de brujería, con el fin de dominar su voluntad.
Evidentemente esta acepción se refiere a la víctima del vudú, pero no hay ninguna para el muerto viviente que todos conocemos a través del cine, la televisión, la literatura y el cómic. No es de extrañar que en The Walking Dead utilicen cualquier otro nombre. Es fácil imaginar a Rick Grimes despertando en medio del apocalipsis y hacer lo que haría cualquiera ante una duda: consultar el diccionario. Al encontrar la definición seguramente pensaría «pues esto no es» y así llevan varias temporadas, buscando cómo llamarlos.
3. m. Imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos.
Como vemos, estos términos están definidos con cierto desaire hacia las fuentes («según el vulgo de ciertos países», «según algunos») que les resta credibilidad. Sin embargo, encontramos otros que pudiera parecer que son hechos históricos incuestionables. Los conceptos religiosos, aunque van siendo enmendados —como es el caso de una de las acepciones de «cielo», a la que se ha añadido en la próxima edición la coletilla «en la tradición cristiana»—, suelen presentarse como verdades palmarias.
1. f. Oración compuesta de las palabras con que el arcángel San Gabriel saludó a la Virgen María, de las que dijo Santa Isabel y de otras que añadió la Iglesia católica.
Es lo que podríamos llamar «la ficha de IMDb según San Lucas». Otro ejemplo de contundencia:
3. m. Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Espíritu de profecía.
También implican ciertas dificultades las definiciones de aquello que depende de la percepción de los sentidos. Las entradas de algunos colores han sido enmendadas en la vigésima tercera edición para añadir la longitud de onda que produce su estímulo, pero no por ello nos privarán del método descriptivo de la analogía naíf.
1. adj. Del color del cielo sin nubes
Tal vez habría que añadir «de día».
1. adj. De color semejante al de la hierba fresca, la esmeralda, el cardenillo, etc.
Lamentablemente, hemos perdido el cardenillo en la última revisión.
1. adj. De color semejante al del oro, la flor de la retama, etc.
Podemos encontrar otros ejemplos sublimes en las acepciones de sabores y sensaciones al tacto.
Mención aparte merece la descripción de algo tan ligero que, aun siendo material, casi pertenece a lo intangible:
1. f. Partecilla ligera que salta de una materia inflamada y acaba por convertirse en ceniza.
En lo corpóreo también podemos encontrar algunos obstáculos, sobre todo cuando los cuerpos son extraños: ¿quién no ha tenido la tentación de ver cómo han resuelto el problema del ornitorrinco? Las descripciones de animales proveen las ediciones más antiguas del diccionario de pasajes terroríficos, ya recuperamos en su momento la de «murciélago». Los avances en el conocimiento de la fauna nos han privado de estos relatos, pero algunos casos se siguen antojando siniestros, como aquellos que pertenecen al orden de los Desdentados, también llamados «desdentados» a secas.
1. m. Mamífero del orden de los Desdentados, con algunos dientes laterales. El cuerpo, que mide de tres a cinco decímetros de longitud, está protegido por un caparazón formado de placas óseas cubiertas por escamas córneas, las cuales son movibles, de modo que el animal puede arrollarse sobre sí mismo. Todas las especies son propias de América Meridional.
4. m. Mamífero desdentado, propio de la América tropical, que tiene unos 60 cm de longitud y 25 de altura, de cabeza pequeña, ojos oscuros, pelaje pardo, áspero y largo, piernas cortas, pies sin dedos aparentes, armados de tres uñas muy largas y fuertes, y cola rudimentaria. De andar muy lento, trepa con dificultad a los árboles, de cuyas hojas se alimenta.
Por último, añadimos tres hallazgos de Xosé Castro que han inspirado una iniciativa de Molino de Ideas, la Rae Poética, en la que se puede colaborar con vuestras aportaciones.
1. f. Mil. Pedazo de zalea que cubre el zoquete de la lanada.
1. m. Sodomita paciente.
1. adj. Que tiene un solo testículo. U. t. c. s.
Si has llegado hasta aquí empujado por la curiosidad, no te sientas culpable, pues no está el pecado en querer saber lo que no concierne a uno, sino en sentir tan solo curiosidad por lo que sí le concierne. ¿Acaso sería lícito que el ministro de economía sintiera mera curiosidad por la evolución de la crisis o un cirujano por el uso del bisturí?
Fotografía de portada: Bibliothekarin (CC).
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O sea, según la iglesia católica los vampiros son una creencia de ficción pero el Arcángel San Gabriel es real.
Según la Iglesia obviamente, es en lo que creen. Supongo que querrás decir según la RAE.
Por aquí otra recopilación de definiciones de términos del catolicismo que necesitan un remozado urgente
http://blogs.molinodeideas.com/cometario/el-catolicismo-en-el-diccionario-de-la-rae/
«La ficha de IMDb según San Lucas» ¡me encanta! Gracias por el artículo, es una delicia.
Gracias a ti, Dalia :)
inexplicable: que no se puede explicar …bravo, RAE!
Fantástico artículo! No me habia dado cuenta de que lo había escrito una mujer, enhorabuena
Gracias, Benito. Aunque no sé si me das la enhorabuena porque no se me note que soy mujer :p
Un texto muy divertido! Felicidades.
¡Ole, Yolanda, óle!
(y perdón, pero es que yo pongo tildes hasta en la ‘sópa’, XD)
Me encanta como escribes, y me gustaría comentarte un montonazo de cosas, pero no estoy en mi PC y tengo que ser breve…
1º- Me apunto ya mismo una nueva palabra que desconocía: Bardaje ; en vez de Uke, que por ejemplo se utiliza para designar el mismo concepto en japonés (si no he leído mal), y
2º- me pregunto cómo se ha podido hacer el doblaje al español de la serie «Sobrenatural»: vampiros, fantasmas, licántropos, los Arcángeles Gabriel, Miguel, Rafael, genios, tulpas, etc… sólo parece posible si se han pasado por el forro al DRAE, entonces sí… XDDD, y
3º- sigo con una duda enorme sobre esta página de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Suspenso , y lo que la RAE explica sobre el tema. Yo como habitante de Guadalajara (NO la de Jalisco, la otra) me decanto por «suspense» para el concepto que se trata, pero también entiendo que haya muchos más hispanohablantes en el continente americano que usen más y prefieran ‘suspenso’, pero qué quieres chica… yo prefiero un ‘aprobado’ SIEMPRE. Jejejeje.
Espero seguir leyéndote siempre que pueda, y ya me contarás sobre el punto 3º, si tienes a bien… ;D Chao.