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El 5 de agosto de 1966 llegó Revolver, menos de tres meses después del Pet Sounds. Dos álbumes en los que Beatles y Beach Boys se vistieron con nuevos ropajes para ampliar sus horizontes, y con los que acabaron liderando a un importante grupo de bandas en la sorprendente aventura de emparentar al pop occidental con la psicodelia oriental, el surrealismo o el misticismo. Una alucinante —y alucinada— etapa de tres años en las que estos grupos, mientras ofrecían nuevas sensaciones a una juventud sedienta de experiencias, coleccionaron números uno y LP claves para la historia de la música popular.
Ahora, cuarenta y siete años después, podemos abrazarnos y brindar con cava, porque los Beatles, los Beach Boys, los Zombies, los Small Faces o Curt Boettcher ya tienen nietos. La psicodelia pop ha vuelto. Por supuesto estos descendientes de segunda generación no nos llegan bajo la misma forma —todo es permeable al paso del tiempo—, ni tampoco con la misma genialidad o intensidad mediática, pero sí que han conseguido llegar a un importante número de oyentes acumulando presencias en revistas de música o en festivales multitudinarios.
Por situar un eje temporal, podríamos colocar el 2010 como el año en el que explotó esta nueva camada de proyectos que acogieron en clave pop las referencias lisérgicas y las han llevado a un nuevo público. Este es el año en el que Tame Impala publicaron su primer disco, Innerspeaker. A partir de ahí, poco a poco pero con un constante goteo fuimos conociendo a multitud de bandas marcadas por un imaginario musical común. Hubo quien se apresuró a hablar de neopsicodelia, aunque por cuestiones pragmáticas semeja preferible, antes que concebir una escena homogénea, entenderlos simplemente como descendientes de una misma época y advertir sus diferencias formales.
Y es que al igual que en cualquier familia, la mayoría de los grupos que saldrán a colación dentro de unos párrafos tienen diferentes pareceres a los de sus abuelos. Sí, alguno ha salido modélico respetando la tradición musical del clan. Pero lo habitual es que como hijos de su tiempo, estos jóvenes recojan las influencias procedentes de los vinilos que escuchaban en casa y las deformen a su antojo para terminar trazando una trayectoria notablemente diferente entre sí. Así, tenemos descendientes de John Lennon a los que les gusta la discoteca, otros que prefieren salir al campo a saltar entre las flores y también contamos con los que se decantan por quedarse tumbados en el catre pensando en el vacío.
Eso sí, que estos proyectos presenten diferencias no impide un mismo esquema mental/musical que sirve de unión, perspectiva que apuntala Craig Pennington, organizadores del influyente Liverpool International Festival of Psychedelia, cuando afirmó en un reciente reportaje que «la psicodelia es una manera de pensar, un punto de vista más que un sonido». Así, no parece complicado fantasear con una cena de esta familia musical en la que, tras la primera ronda de chupitos, la confraternización fuese plena y los patriarcas acaben narrando a sus herederos historias sobre viajes a la India y experiencias con el LSD, el sitar o los gurús.
En fin, que como decíamos al inicio los Beatles ya tienen nietos. Ahora toca presentar a algunos de los más representativos a través de una lista de veinte canciones. Veinte canciones de veinte grupos que hacen psicodelia pop para la audiencia del siglo XXI.
1. «Summertime Clothes» (Animal Collective, 2009)
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Son los nietos mayores, generacionalmente anteriores a la mayoría de grupos presentes en el artículo. Pero la inclusión del grupo de Baltimore me pareció obligada porque obviando a Animal Collective esta recopilación estaría incompleta. Sin su idiosincrática habilidad para digerir influencias clásicas el pop, la electrónica o la psicodelia contemporánea presentarían ahora mismo una perspectiva sonora diferente. Para muestra el «Summertime Clothes», con ese arranque industrial desembocado en una maravilla de teclados enmarañados y voces en armonía edificada a mayor gloria de Brian Wilson.
2. «Ready Able» (Grizzly Bear, 2009)
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Los otros miembros de esta relación de bandas que se me escapan cronológicamente. Pero es que estos músicos aman tanto a los omnipresentes Beach Boys que sería casi una tropelía que no estuviesen. Vean en «Ready Able» cómo rememoran la perfección sonora de los californianos, con una melodía que no deja de girar en torno a sí misma mientras percibimos ese folk que solo puede facturar Grizzly Bear, a caballo entre lo puramente orgánico y lo espacial. Majestuoso.
3. «When the time should come» (The Smile and Frowns, 2009)
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El único LP de este dúo de Arizona pasó casi desapercibido en su momento; tan solo alguna reseña en medios especializados que dio paso a un injusto silencio. Porque aquí hay magia. Detrás de este anonimato se esconden canciones que suenan a secreto encerrado en una habitación polvorienta, a fragilidad envuelta en folk pop entremezclado con ligerísima psicodelia. Escuchen sino este «When the time should come», con melodía digna de los mejores The Zombies y con el que parece imposible que las lágrimas no se amontonen en las mejillas.
4. «It Is Not Meant To Be» (Tame Impala, 2010)
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Aquí están los miembros aventajados de esta nueva hornada, omnipresentes y referencia indiscutible para bandas, prensa y público en los últimos tres años. Y es que mientras en el actual rock psicodélico abundan nombres esenciales como Wooden Shjips, Dungen, The Black Angels o Psychic Ills, nadie como Tame Impala ha sabido mezclar tan sabiamente este subgénero con el pop, el space rock o el indie rock y conformar un cóctel que consiga alcanzar con tanto éxito a audiencias en principio alejadas de sus coordenadas. Algo lógico con canciones como «It Is Not Meant To Be», una verdadera descarga de emociones.
5. «Megumi the Milkyway Above» (Connan Mockasin, 2010)
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En cualquier lista de la psicodelia pop contemporánea Connan Mockasin merece tener un lugar destacado, siendo como es una de sus voces de referencia. Muchos lo conocimos con «Megumi the Milkyway Above», en la que percusiones minimalistas, voces infantiles y un viaje onírico te compran el billete de entrada al universo de este neozelandés, un tipo extraño con una estética tan personal que es casi imposible descifrar realmente un sonido que es atractivo por sí mismo.
6. «Congratulations» (MGMT, 2010)
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Allá por el 2007, Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser estaban en la cresta de la ola con «Time to Pretend» y «Kids», dos rompepistas que los pusieron en el escaparate y en el ipod de toda la chavalada. Pero pronto descubrieron que para esa audiencia global su grupo se había reducido a hedonismo y sudor y, escarmentados, llevan desde entonces buscando su camino. Trayecto que se está convirtiendo en un interesante viaje hacia la credibilidad artística que los ha ido emparentando con Of Montreal, Flaming Lips o el primer Brian Eno a través de canciones como «Congratulations» en la que hablan, precisamente, de una fama alcanzada con demasiada celeridad.
7. «Do You Ever Think of Me?» (The Paperhead, 2011)
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Además de a Miley Cyrus o los Kings of Leon, en Nashville nos podemos encontrar a The Paperhead, un melancólico grupo formado por chicos de poco más de veinte años que en su único disco —presentado con Do You Ever Think of Me?— enseñan su preferencia por los Beatles más armónicos para acabar reformulando con muchísimo gusto las reposadas atmósferas del S.F. Sorrow de los Pretty Things.
8. «A Pearl Is Not a Diamond» (White Fence, 2011)
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Las claves para comprender algunas de las cosas más interesantes que están pasando ahora mismo en el garage rock se encuentran en el tridente de colegas Ty Segall–Mikal Cronin-White Fence. Este último lleva en solitario una interesante colección de canciones que bordean lo urgente con el folk y la psicodelia como en este tema —entre el pop quejumbroso y el delirio de Syd Barret—, en el que alcanza una rara belleza a través de su voz amortiguada por la alucinación: «I can’t help myself in trouble/ speaking when I rather vomit/I want the shape like all the others/ the perfect pearl/ is not a diamond/ is comes from harm/».
9. «Lightworks» (Atlas Sound, 2011)
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Dudo que Bradford Cox, el genio que lidera Deerhunter, haya decepcionado musicalmente alguna vez. Pero de lo que estoy seguro es que nunca sonó tan cercano y personal como en el último álbum de Atlas Sound —su proyecto en solitario—. Basta escuchar «Lightworks» para apreciar toda esa belleza atrapada en su voz y en la sencillez de unos arreglos que, lejos de empobrecer la composición, nos permite apreciar de forma más cruda como Cox se viste de crooner psicodélico para cantar sobre la vida y la muerte.
10. «Kinski Assassin» (Ariel Pink’s Haunted Graffiti, 2012)
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Ariel Pink sería —junto al anteriormente mencionado Bradford Cox y alguno más— ese típico nieto un poco rarito que se sienta a la mesa y no abre la boca en la comida de los domingos. Pero ojo, porque detrás de esa estética freak se esconde lo que siempre se adivinó y tardó en mostrarse: un alma de puro pop. Y es que después de años haciendo discos reconozcámoslo, un tanto indigestos, este músico de Los Ángeles ha dado un paso al frente, como se puede apreciar en «Kinski Assassins». Esta canción emerge como un estrafalario single radiofónico de mediados de los sesenta para pegarse a nuestro cerebro a través de una inspirada línea de teclado y una voz narrativa de serie-B. Larga vida a Ariel Pink en su nueva vida.
11. «I Follow You» (Melody’s Echo Chamber, 2012)
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La ensoñación dream pop de la francesa Melody Prochet y la sombra lisérgica de su pareja, el talentoso Kevin Parker —productor del disco y líder de, sorpresa, Tame Impala—, protagonizaron el pasado año uno de los debuts musicales más interesantes. A través de una coherente colección de canciones podemos escuchar el afortunado encuentro de Broadcast y Cocteau Twins con la psicodelia de baja intensidad. Como primer single escogieron «I Follow You», una preciosa declaración de amor arrastrada por un reverb erigido como seña de identidad de un grupo que se llega a hacer irresistible.
12. «Size Meets the Sound» (Woods, 2012)
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Llega con escuchar la apertura de «Size Meets the Sound» para percibir que Woods es un grupo especial. Nos llegan esos primeros acordes de guitarra, y una batería flotante, cuando sin previo aviso escuchamos atónitos la entrada del delicioso falsete de Jeremy Earl deseando, o anunciando, que después del silencio vendrá la primavera. Precisamente el paso del tiempo ha sentado bien a la banda de Brooklyn, que tras siete discos en siete años ha perfeccionado su propuesta de folk lisérgico y pop heredado de los Byrds para alcanzar en su último trabajo algo que recuerda mucho a la perfección.
13. «Chameleon» (Jacco Gardner, 2013)
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En nuestro relato, Jacco Gardner sería el nieto adorable, el preferido de los abuelos más clásicos. Y es que cuesta ser neutral con este holandés tan elegante y creador de un pop barroco ma-ra-vi-llo-so. Tras descubrirlo en formato dúo con The Skywalkers, este año sacó su primera referencia en solitario en la que ahonda en una propuesta extremadamente sensible, manejando con una holgura pasmosa influencias de la talla de Left Banke o la sensibilidad pop de Curt Boettcher. Para que vean que no exagero, saboreen con atención «Chameleon». Qué canción. Noten cómo encaja cada pieza de la canción de forma exacta mientras dota al conjunto de un toque personal que aleja la nube acusatoria del mero revival. Y pensar que grabó el disco entero en su estudio de un pequeño pueblo neerlandés —también es productor—, tocando él solo todos los instrumentos menos la batería. Con veinticuatro años.
14. «Shelter Song» (Temples, 2012)
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El pasado mayo Noel Gallagher bromeó asegurando que el futuro de la galaxia quedaba en la mano de Temples y Jagwar Ma, una presentación que nos puede servir para observar la expectación con la que en Inglaterra se han acogido los tres singles presentados hasta el momento por Temples —de Jagwar Ma hablaremos después—. Y es que cuidado, desgranando «Shelter Song» entendemos lo que quería decir el exlíder de Oasis: aquí hay ambientes psicodélicos, cuidadas melodías pop, una voz que recuerda a John Lennon, y una estética poderosa. Todas ellas valerosas armas para auxiliar a la humanidad o, al menos, salir en la sección cultural de los periódicos generalistas.
15. «Let Her Go» (Jagwar Ma, 2013)
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Este trío australiano, los otros protegidos del mayor de los Gallagher, ha formado un primer disco a través de una verdadera anarquía sonora en la que las influencias se superponen. Esa continua metamorfosis, que llega a recordar en los mejores momentos a Screamadelica, se traduce en una guerra interna entre las modélicas armonías vocales de la Invasión Británica y los ritmos eufóricos de la escena Madchester —Happy Mondays, Stone Roses—. Escuchando «Let Her Go», parece claro que esta batalla la han vencido los de The Haçienda, algo que seguramente haya hecho que sus abuelos musicales vean en Jagwar Ma a unos cierrabares. Aunque seguro que a ellos no les importa en absoluto.
16. «Young Hearts» (Maston, 2013)
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Con la precisión de un historiador, el californiano Frank Maston revisitó en su primer disco las sonoridades de sus antepasados, ciñéndose a la rama del sunshine pop para entregar un perfecto e intimista trabajo con denominación de origen. Pero esto no es un simple ejercicio de estilo, aquí hay vida. Como se puede percibir en el single «Young Hearts», el corazón de Maston, inflamado por el sol y Love, acoge pasajes cinematográficos para enriquecer la instrumentación barroca y terminar conformando un viaje que aterriza en nuestros días.
17. «Pelican man» (Youth Lagoon, 2013)
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De todas las canciones expuestas en esta compilación, «Pelican man» es, seguro, la que más cuesta entrar en las primeras escuchas. Y es que Trevor Powers —otro nieto arisco—, tras entregar hace dos años con The Year of Hibernation un asombroso ejercicio de intimidad poética, coge el camino opuesto para asomarse ahora al universo y elaborar un segundo trabajo expansivo y sobreproducido. Así que parece razonable que cueste hincarle el diente. Pero si consigues entrar en ese caos irreal te puedes llegar a encontrar con algo atemporal, con unos Beatles con fiebre, con Syd Barret respirándote en el cogote. Creo que vale la pena el esfuerzo.
18. «Shuggie» (Foxygen, 2013)
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Pocos grupos como estos californianos han conseguido desmenuzar todas sus referencias juveniles para crear algo tan nuevo. Fíjense en «Shuggie», una auténtica maravilla encarnada en canción atravesada por piezas en las que asoman desde Phil Spector hasta el funk, todo ello engarzado por una bruma sesentera que te acaba envolviendo. Leí en algún lado que Foxygen era como escuchar a los Kinks empapados en ácido. Sumando a los Rolling Stones de finales de los sesenta y al glam rock, por ahí van los tiros.
19. «Honey Tiger Eyes» (Ducktails, 2013)
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Matt Mondaline, guitarrista de Real Estate, formó Ducktails para expresar todo aquello que no cabía en el ortodoxo indie rock de la banda con la que paga las facturas. Y solo con una escucha a este tema de cadencia lenta, casi hipnótica, nos sirve para comprender sus motivaciones, que parecen pasar por buscar atmósferas lánguidas a través de un dream pop delicado arremolinado en torno a la psicodelia. El conjunto resultante es ideal para echarse en el sofá y lanzar sonrisas al infinito.
20. «Swim and Sleep (Like a Shark)» (Unknown Mortal Orchestra, 2013)
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Residiendo en ese contexto de amabilidad pop tan propio de la dinastía musical en la que los encuadramos, con una melodía que se estira y encoge, esta canción —con un estupendo videoclip, por cierto— se desliza por terrenos añejos mientras mantiene una sonoridad netamente contemporánea. Una característica clave en la banda neozelandesa, que en su breve recorrido ya tiene un interesante bagaje que le liga a las peripecias de coetáneos como los mencionados Foxygen o Ariel Pink, dentro de esta generación de descendientes de la psicodelia que hemos intentado retratar en este catálogo.
Catálogo que, sobra decir, no tenía en modo alguno una voluntad holística. El único objetivo que habitaba detrás de la redacción de este artículo era recopilar grupos que han salido en los últimos tiempos y que, compartiendo una querencia por un sonido determinado —y quizás buscando huir de estos tiempos oscuros mirando hacia atrás para luego lanzarse hacia el futuro—, han conseguido atraer la atención de la audiencia de forma más o menos mayoritaria.
Porque tal y como sucedió en la década de los noventa, cuando coincidieron en el tiempo el imprescindible colectivo Elephant 6 —Olivia Tremor Control, Elf Power, The Apples in Stereo, Of Montreal…—, la rama más lisérgica del britpop y grupos como Super Furry Animals, volvemos a vivir un momento en el que los lazos entre el pop y la psicodelia han recobrado vigor. Los Tame Impala, Foxygen, Temples o Melody’s Echo Chamber, grupos que hace seis o siete años estarían quizás relegados a circuitos especializados, ven ahora sus canciones sonando en pubs, sumando centenares de miles de vistas en Youtube o siendo usadas en publicidad. Los Beatles han tenido nietos, y parece que estos descendientes están logrando su propio espacio.
Gran articulo. Quizás echo en falta los grupos elephant como Beulah, que me parecen uno de los secretos mejor escondidos de la musica en los últimos 10 años, aunque puede que cronologicamante no peguen en la lista.
También Cotton Mather es otro grupo americano medio powerpop, medio psicodelia que se escapa por edad de la lista…
De toda la retahila de grupos conocía como la mitad, gracias por descubrirme a los demás.
Ah! Y de lo conocido, me quedo con Jacco Gardner,Tame impala y sobre todo con Foxygen. Me parecen increibles.
Un saludo.
Es un gran articulo, ya que ponemos conocer las bandas actiuales que tienen como influencia los beatles y surgieron a travez de ellos y seguir concervando un estilo similar.
Imperdonable ! No mencionar a THE BRIAN JONESTOWN MASSACRE
Buena elección. Grandes temas.
Otra clasificación interesante es la de una canción por cada mes de 2013. Dejo el enlace para quien le pueda interesar:
http://www.elpisapapeles.com/cultura/musica-cine-television/mejormusica2013-bowie-young-nuevavulcano-noage-pixies.php
Saludos
Sinceramente, no se cómo se te ha podido pasar por alto Unknown Mortal Orchestra y su segundo álbum, obra maestra del pop psicodélico del siglo XXI. Por no hablar de sus directos, en los que la distancia entre los Beatles y Jimy Hendrix está más cerca que nunca.
http://grooveshark.com/#!/album/II/8581316
El último vídeo es precisamente de este grupo, ¿no?
toda la razón Toni, mea culpa.
Grizzley Bear, los conoci, por OK Asno, una banda de madrid bastante competente, while you wait for the others es impresionante.
Unknown Mortal Orchestra, si no me equivoco, es la numero 20.
Gran articulo, gracias por enseñarme un par de cosas de no conocia en absoluto!
http://open.spotify.com/user/1157330313/playlist/6Pshpkdkn7xqneG5Luje8K
Esta es mi lista de Neopsicodélia, espero que la disfrutéis, tiene mucho en común con la lista.
Un viaje inesperado y delicioso.
Un artículo magnífico :)
¡Llevo más de dos años hablando entusiasmado de Tame Impala a mis compis de la partida de mus, pero no me hacen ni puto caso!
It feels like I only go backwards baby,
Every part of me says «go ahead».
I got my hopes up again, oh no, not again.
Feels like we only go backwards, darling.
GREAT!!
Gran lista, aunque agregaria a King Gizzar & The Lizard Wizard
http://www.youtube.com/watch?v=23vVIgTMZFU
Pedazo de Jam para abrir un disco
Y siendo poco ortodoxos, añadiría el disco nuevo de Cut Copy el cual ellos enfocan en el segundo verano del amor, pero en 2013, puede ser psicodelico
http://www.youtube.com/watch?v=xPRJVKtrCCk
Y Pond a pesar de combinar con el prog, los metería
http://www.youtube.com/watch?v=jvZ9tEb67HE
Australia, paraiso psicodélico
Allah-Las y recuerdos de arena y mar
http://www.youtube.com/watch?v=uwYMhfMORw8&list=RDyAZgCUMZp3g
De Tame Impala me gustaba mucho el EP con que debutaron, pero dejaron de interesarme en cuanto escuché su primer disco. Para mi gusto, les falla la producción, demasiado «dance». Por momentos parece la música que ponen en los Springfield o Pull & Bear.
Me sorprende no haber visto nada de Dr. Dog, no son tan descaradamente psicodélicos como los que se mencionan en el artículo, pero algo sí que le dan y su capacidad para fabricar canciones a medio camino entre los Beatles y The Band los convierte en uno de los mejores grupos de pop de los últimos años.
A los Tame Impala he llegado a oírles yo como música de fondo entre El Príncipe Gitano y Pepe Blanco, en una garbancería y altramucería de Embajadores.
Caramba, buena lista!
El tema de Connan Mockasin es espectacular. Muy buenas las de Unknown… y Youth Lagoon.
Oyeeeeeee, no me voy a poner en plan, falta tal o falta cual, vale, Bradford Cox entra en Atlas Sound, pero ¿y Deerhunter? ¿no son psicodelia pop? ¿o no son dignos de aparecer aquí?
Grupazo.
El problema empieza cuando se relaciona a estos grupos y artistas con dos obras como Revolver y Pet Sounds… A partir de ahí solo se puede esperar un prolongado bajón. Aún así, prestaré atención a las bandas y artistas que no conocía pero si el nivel medio lo aportan Tame Impala la verdad es que con su escucha no espero entrar en otra dimensión. Ojalá me equivoque.
bueno esto quiere decir que los Beatles no han muerto siguen descendiendo y trascendiendo día a día año con año en grupos ingleses, estadunidenses ,californianos australianos que empiezan con simples sueños y terminan realizando sus sueños.
ya sea música electro pop ,psicodélica, minimalista, pop barroco , rock psicodélico , folk pop , folk , psicodelia contemporáneo e inmensos estilos de genero lo cual nos atribuye a seguir renovando la música día con día
¡¿Comorrrr…?!
Escuchad a esta banda española:
https://soundcloud.com/replicants-band-madrid
No mencionar a Syd Barret cuando se habla de rock psicodélico es como hablar de los mundiales sin mencionar a Maradona.