Nos citamos con Gustavo García Brusilovsky (Buenos Aires, 1966) a las nueve de la mañana en la cafetería del Círculo de Bellas Artes de Madrid, apenas a cinco minutos caminando de su siguiente parada del día, unas jornadas sobre negocios digitales donde hablará de las oportunidades del mundo digital para crear empleo y ayudar a salir de la crisis actual. Aun así Gustavo nos reserva dos horas para hablar tranquilamente. Llega con chaqueta pero sin corbata, y con una perenne sonrisa que avisa sobre su espíritu optimista. Con una extensa carrera internacional en puestos de responsabilidad en empresas multinacionales referentes como IBM, McDonalds o Procter&Gamble es sin embargo más conocido por uno de sus proyectos empresariales más reciente, BuyVIP.com.
Nos habla más de sus hijos que de negocios, con una visión sobre el mundo de la creación de empresas un tanto alejada de los tópicos patrios. Valora sus errores y explica sin tapujos cómo ve el presente y el futuro del mercado de empleo en España, o el impacto del emprendizaje en el mismo, quizá la burbuja de moda ahora mismo. Básicamente una refrescante dosis de sentido común y optimismo realista.
El perfil típico del emprendedor que está actualmente en la mente de todo el mundo es un joven apasionado de la tecnología que trabaja sin descanso en hacer crecer su empresa. Y, de repente, llega alguien cómo tú, creas BuyVIP, se lo vendes a Amazon y rompes todos los moldes.
No creo que haya un perfil que sea tan específico de lo que es ser un emprendedor. Algo que me incomoda bastantes estos últimos años es el exceso de énfasis en el perfil emprendedor. No creo que haya emprendedores, sino que ser emprendedor es una forma de vida que, en muchas ocasiones, acaba con una persona creando su propio negocio. La primera vez que me preguntaron ya hace tres o cuatro años en qué momento decidí ser emprendedor mi respuesta fue «nunca». En ningún momento me planteé que quisiera ser emprendedor. Sí que en un momento determinado de mi vida me planteé que quería hacer cosas que fueran mis propios proyectos, que me dieran libertad, que pudiera demostrarme a mí mismo si estaba acertado o equivocado. Evidentemente, cuando es un proyecto que es tuyo le echas muchas más horas, todas las que quieres. Si además ese proyecto tiene un éxito aunque sea relativo puede volverse también muy adictivo. En muchos casos se convierte en una carrera contrarreloj en entornos de internet, que son muy poco sostenibles y, por tanto, muy exigentes.
En mi caso estamos hablando de una persona que ya tiene una experiencia, que quiere montar su propio negocio y que ve en la tecnología una excusa para poder hacer algo que, de otra manera, me hubiera costado hacer mucho.
Creo, en definitiva, que el emprendimiento se debe ver más como una forma de pensar, de vivir. Y hoy en día, es cierto, tiene un buen encaje en el mundo en que vivimos: se han caído muchos modelos a los que nos habíamos aferrado con mucha seguridad, y es la tecnología lo que está detrás de este enorme cambio. Es posible reinventarse; un modelo de trabajo por cuenta propia que es lo que hoy en día se conoce como emprendimiento.
No es la primera vez que ocurre en nuestra historia. Antes el español era mucho más emprendedor, durante muchos años ha dejado de serlo y ahora tiene una excusa para volver a serlo. Y, en general, los países con un nivel de emprendimiento alto son países de innovación, de valor añadido; países que tienden a desarrollarse y crear empleo. Esto a medio y largo plazo va a ser muy positivo.
Dice la RAE que emprender es «acometer y comenzar una obra, un negocio o un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro» ¿Cómo se ve el riesgo desde dentro, cómo se gestiona?
La concepción de riesgo se hace un poco a medida de cada uno. También depende del entorno. Si nos fijamos en un país como Alemania, primera potencia económica europea, nos encontramos con que es un país muy poco proclive al riesgo. Hay empresas muy grandes con un gran éxito. De manera que sacar de ahí a un alemán para trabajar en una start-up es extremadamente difícil. Dicho esto, hay un montón de start-ups muy potentes en Alemania. También hay que distinguir: por un lado está Múnich, que es cuna de grandes empresas, y por otro Berlín, que es la ciudad de las grandes start-ups. Va también esto un poco relacionado a cómo se ha dividido históricamente el país. Hay perfiles que son distintos dependiendo de la zona.
Lo cierto es que cuando tienes un entorno en el que no hay mucho que perder, volviendo al caso de España, donde los empleos públicos ya no son lo que eran, donde que te despidan está a la orden del día, y donde las empresas y en general en el sector privado están sufriendo muchísimo; donde no hay una gran garantía o seguridad en el empleo por cuenta ajena en definitiva, probablemente la aversión al riesgo cambia radicalmente. Trabajar por cuenta ajena, además, nos limita en muchos sentidos.
Creo que hoy en día los riesgos son más psicológicos que otra cosa. Cuando uno tiene una seguridad alta en uno mismo esta aversión al riesgo es menor.
Es posible que mucha gente se desanime porque considera que hay que tener un perfil tecnológico y cierto conocimiento especializado para lanzarse a proyectos en internet. Sin embargo tú no tienes un marcado perfil tecnológico, ¿no?
No es del todo así: soy diplomado en informática (se ríe). Aunque soy también licenciado en Química bioquímica, tengo también algún MBA, varias cosas de estas… Y, aunque no he ejercido de informático, eso me ha dado una base técnico-científica muy importante que me ha sido muy útil.
Dicho esto, la respuesta es que no es el caso: los mejores emprendedores que conozco no son gente de tecnología, es gente con mucho sentido común y que ha sabido relacionarse con la gente adecuada. Obviamente, en un proyecto de internet la tecnología juega un papel importante. Ahora bien, según el caso, esta puede ser un papel importante o muy importante. Si se trata por ejemplo de una tienda online puedes bajarte un software que más o menos una persona preparada puede implementar y entonces ya tiene esta parte cubierta. Si entramos en el mundo del móvil, probablemente tendremos que contar con un equipo mucho más aventajado y saber dirigirlo. Pero al final montar negocios es saber montar equipos, saber identificar qué es lo importante para el negocio en el que nos vamos a embarcar y ver cómo consigo la mejor gente posible dentro de mis limitaciones, que pueden ser económicas o de entorno en general, para poder llevar a cabo esos elementos claves, lo que se llaman los elementos clave de éxito.
Cuando me planteo un proyecto esto para mí es lo más importante: ¿qué es lo que le hace falta a este producto para tener éxito y cómo me estoy asegurando de que cuento con los elementos adecuados para poder llevar estos elementos de éxito a buen puerto por encima de todo? Unas veces puede ser a nivel de tecnología y otras a nivel de contactos comerciales, o en otros casos a nivel de capacidad de generar mucho tráfico.
La formación previa me ha servido más bien poco. Me ha servido más el sentido común, el saber trabajar en equipo, el saber buscar la gente adecuada, o la experiencia de los últimos cuatro años. Sobre todo la experiencia por las cosas que me han ido mal. Las que me han ido bien me han ayudado menos. Esta experiencia es la que se debe compartir.
El otro día decía Rodolfo Carpintier que apoyando a los emprendedores quizá se podrían crear trescientos mil empleos, pero que apoyando a las pymes se podía conseguir diez veces más. ¿Qué crees que es lo que debería hacer desde una perspectiva de legislación y de infraestructura el gobierno en este sentido?
Lo primero es puntualizar que estoy completamente de acuerdo con Rodolfo, aunque decir trescientos mil es ambicioso. Una empresa como BuyVIP, que llegó a facturar más de cien millones de dólares, de los cuales la mitad fueron facturados en España, apenas llegó a tener unos trescientos cincuenta trabajadores en toda Europa, un poco menos de la mitad de estos en España. Luego con los indirectos tal vez puedas duplicar esa cifra, no mucho más.
No creo que los emprendedores vayamos a cambiar nada directamente. Estoy de acuerdo con Rodolfo en que el cambio va por que las mismas pymes sean las que emprendan, que sean los propios negocios los que evolucionen hacia internet, den mayores servicios… Son las que realmente pueden dar un millón de empleos. Pero no es nada fácil, porque estamos hablando de muchísima gente a la que hay que evangelizar, tienen que hacer un cambio, hacer las cosas de otra forma. Cuando las pymes lleguen a incorporarlo, si llegan antes de que las pymes noruegas, alemanas… cuando lo hagan y sean las que acaben llevándose el mercado europeo, habrá un cambio importante en España. Si no, va a ser un cambio importante, pero no positivo.
Rodolfo hace poco publicó un libro sobre cómo aprovechar la oportunidad de internet. Y estaba cien por cien enfocado en las pymes. Describe un caso casi de escuela de negocio, de una pyme más o menos ficticia; va dando los pasos para integrar internet. Es un caso muy bonito. Confío en que la pyme de toda la vida haga ese cambio. Más bien ya lo está haciendo, lo que hay que ver es si a la velocidad adecuada. Nos podemos encontrar en España con el efecto de los todo a cien ahora también en el comercio electrónico. En su día las tiendas de barrio ya sufrieron mucho por esto. Hoy día internet es un acelerador bestial: el segundo país que más vende vía comercio electrónico en el mundo es China, y muy pronto será mayor que Estados Unidos. Entonces, lo que deberíamos pensar es que estar en una calle en Madrid, en una determinada esquina, no te asegura ya nada. Evidentemente tendremos que pensar en el impacto que van a tener los clientes cercanos. El que no dé valor añadido va a sufrir mucho.
¿Qué puede hacer el gobierno para que esto no sea así? En general, debe hacer dos o tres cosas, no mucho más. Los organismos públicos tienen que estar para apoyar a los ciudadanos y apoyar a las empresas. España es un país de pymes, con lo cual es muy importante que estas sean foco de ayudas. Las grandes empresas españolas tienen un nivel de competitividad, esto todos lo sabemos, igual o mayor que las grandes empresas extranjeras. El desafío son las pymes.
Primero lo que hay que hacer es informar de que este es el camino por el que tenemos que ir. Igual que se hacen campañas de tráfico. Lo segundo es quitar barreras. Todos los que estamos en internet vemos cómo al querer contratar gente de fuera —en España no tenemos las capacitaciones adecuadas en muchos casos— puedes estar meses resolviendo cuestiones administrativas. Nosotros vimos esto en el caso de una empresa importante, Alice.com y Home24x7, que eran dos empresas similares, una española y otra americana, supermercado online, con un modelo disruptivo, donde España podía haber tenido un campeón internacional. Cuando fusionamos las empresas nos llevó casi nueve meses hacer esa fusión. Todo este tiempo de mantener los costes duplicados de una empresa en internet básicamente acaban con un proyecto. Ahí se fue la mitad del dinero que habíamos levantado para financiar lo que tenía que haber sido crecimiento y no una espera administrativa. Así es imposible competir. El modelo americano es mucho más flexible.
Lo tercero que puede hacer el gobierno es ayudar, facilitar que ocurran cosas. En este sentido hay que hacer muchos cambios. La Ley de Emprendedores esboza algunas acciones pero no creo que vayan a suponer grandes cambios… La parte positiva de esta ley es que toca muchos puntos, eso fue una sorpresa agradable, pero lo cierto es que no toca ninguno con la agresividad suficiente como para que la gente diga, «caray, me vengo a España». Si queremos que España sea un caldo de cultivo para emprendedores tenemos que tener claro que hay que hacer algo mucho más disruptivo. Y para que eso ocurra en tecnología hace falta capital, y para que tengamos ese capital nos hace falta que vengan inversores de fuera, en España no tenemos ese entramado financiero. Incluso en Europa es bastante limitado.
Hablabas antes del tema de la formación y de la capacitación. ¿Por dónde se podría empezar, cuáles tendrían que ser los primeros pasos y hacia dónde tendría que enfocarse el tema de la formación para poder empezar a obtener esos elementos clave del éxito?
El tema de la formación es un tema muy delicado. Me alegra que me hagas esta pregunta. Es uno de los problemas de base que tenemos. En España seguimos dando un catálogo formativo completamente desfasado. Está muy bien tener muchos abogados, muchos físicos… todo eso está muy bien. Pero, en realidad, ya no hay mucho empleo para esos puestos de trabajo. Lo que acaba ocurriendo es que la gente estudia una cosa y luego se recicla. Esto lo único que implica es que uno tarda mucho tiempo en poder incorporarse de una forma efectiva al mercado de trabajo. Con lo cual, nos encontramos con que la diferencia que tenemos a nivel de capacitación en España se está convirtiendo en un abismo, y en los últimos años se ha incrementado mucho. Hay muy poca gente con capacidad para programar bien. Hay muy buenos programadores, pero hay muy pocos programadores de móvil, o de gestión de base de datos en internet, muy pocos gestores de sistemas y de servidores para internet… Los que hemos empezado nos hemos ido dando de golpes con todo y hemos ido formando a la gente on the job. Incluso en marketing, donde hay grandes profesionales en España, antes lo hablábamos, es muy difícil encontrar un profesional de marketing tradicional que lo sea también de internet. O encuentras uno o encuentras otro, cuando lo que necesitamos es alguien que tenga la doble capacidad: el componente estratégico y el dominio de las herramientas actuales, que son sobre todo digitales. Hay muy poca gente con esta doble capacitación.
Antes hablábamos de que montar negocios en internet es muy parecido en el fondo a montar negocios en entornos fuera de internet. Tienen un montón de cosas en común: lo necesario en ambos casos es el sentido común, la aversión al riesgo, tener ambición a largo plazo y al mismo tiempo saber qué hacer a corto para construir ese camino a largo. Lo que ocurre es que los negocios en internet implican además otra serie de conocimientos adicionales. Los buenos profesionales son en realidad gente que ya lleva un tiempo. En España no hay formación en esta sentido. Y cuesta entonces muchísimo encontrar a buenos profesionales a la hora de montar un negocio en internet.
Hay formación, pero la mayoría no sirve para nada. Sí sé que ir a la universidad es bueno, a mí me encantó ir. Creo que es positivo. Pero es cierto que el 80% de las cosas que aprendí en ella no me han servido para nada. Esto para mí es clave. Cuando uno va a Estados Unidos hay millones de profesiones que ni existen en España. Esos conocimientos aquí los tiene gente autodidacta. La formación creo que es el problema más importante que tenemos en España. Antes lo era el genoma… Recuerdo dar una charla a estudiantes en el 2008, preguntar quién quería ser emprendedor y no levantar la mano nadie, preguntar quién quería trabajar en un organismo público y todos. Era un entorno donde era difícil encontrar gente motivada.
Este tema ha cambiado, ha mejorado justamente por la crisis, es otro efecto colateral positivo. Lo que no ha cambiado es el tema educacional, que es uno de los que personalmente me preocupa más; no veo en el día a día grandes acciones para cambiar esto. Probablemente tenga que surgir de la iniciativa privada, donde sí se empiezan a ver propuestas y alternativas.
En este sentido creo que en los próximos años el nivel competitivo de España será preocupante, precisamente por todo este tema.
Los proyectos emprendedores y en internet dan la sensación de que son algo muy absorbente, ¿cómo se plantea uno gestionar la vida familiar? ¿Existe la famosa conciliación cuando está implicado en proyectos de este tipo?
¡Siguiente pregunta! (sonríe). No, te respondo, es un tema importante. La verdad es que, siendo realista, en la vida no puedes hacer todo a tope. Desgraciadamente no hay una respuesta a eso. Un proyecto que sea muy absorbente, tarde o temprano te hará pagar un precio a nivel personal. Podría decir lo que siempre suele salir en todas las entrevistas, que lo importante es la calidad del tiempo, no la cantidad. Eso no es cierto. Es muy posible que el tiempo de calidad que les das a tus hijos tus hijos no entiendan que es tiempo de calidad que tienes que darles. Son tus hijos quienes establecen eso. Los niños cuando son pequeños, evidentemente, requieren todo el tiempo del mundo. Menos no es suficiente. La mayoría de las personas que yo he visto en entornos parecidos, muy exigentes, que te absorben, a nivel familiar han sufrido mucho.
Yo lo que me planteé es que no me quería perder un periodo que es el que va desde los tres años a los trece, que es muy importante, cuando ellos ya empiezan a entender… Luego ya pasan de ti. Es el tiempo que tienes, esos diez años. Esto para mí fue un motivo para vender la empresa. Vi esta oportunidad. Vi que si seguía trabajando al mismo ritmo iba a perder esto. Mantener el ritmo que llevaba suponía elegir algo que no quería.
No tengo soluciones mágicas, no creo que las haya. Lo que sí aprendí es que ahora me cuesta mucho darle el nivel de dedicación a una empresa como en su día lo tuve a BuyVIP. Trato de organizarme el tiempo pero cambio las prioridades. Cuando estaba en BuyVIP mentiría si dijera que lo más importante no era la empresa, después los hijos, después el resto de la familia y lo último yo mismo. Durante tres o cuatro años apenas me cuidé, no hacía más que trabajar, y eso tampoco es bueno, te quita años de vida. Ahora mi planteamiento es distinto. Soy, por lo menos, consciente de todo esto. Mi prioridad es cuidarme físicamente… Veo las cosas con otra perspectiva.
También soy ahora más consciente de las malas prácticas, cómo a veces cuando se trabaja demasiado y este trabajo no tiene un impacto real en el negocio, pero sí en tu vida personal. Hacerlo mal me ha llevado a ver cómo debería hacerlo un poco mejor.
En cuanto a nuestro caso particular, dejar el bolígrafo a las cinco de la tarde hubiera sido impensable en BuyVIP. No es posible esto para una empresa que está en crecimiento, es muy imperfecta y te absorbe muchísimas horas, o por lo menos yo no soy tan eficiente.
Ahora sí soy mucho más exigente, estoy trabajando en otro proyecto, y me marco otros tiempos. Por ejemplo, todo el mundo sabe que los martes, cuando llegan las cuatro y media he de irme a recoger a mis hijos, si no el autobús se los lleva hasta el final de la ruta. Y es algo que sabe el resto, que se comprende. Bien es cierto que sigo conectado. Si hay algo urgente, lo hago.
Uno de los directivos de IBM –no de una start-up— me dijo una vez: «Al final las empresas, todas con un nivel más o menos alto y todas con gente buena trabajando en ellas, que más éxito tienen, lo que realmente marca la diferencia, es el tiempo que se trabaja». Esa dedicación en tiempo es lo que marca la diferencia. Si yo trabajo de ocho a cinco y tengo un competidor que trabaja de ocho a ocho, lo normal es que él gane.
En definitiva, el que trabaja mucho va a pagar un precio, y tiene que ser consciente del precio que va a pagar, si le compensa o no a nivel familiar, etc.
En medio de un proyecto como BuyVIP, te animas a lanzarte a un programa de televisión, reservas parte de tu tiempo para un programa además muy particular ¿Qué fue lo que te animó? ¿Cómo llegaste a conocerlo, primero, y cómo fue la experiencia?
Te refieres a El secreto, ¿no? Ellos se pusieron en contacto con nosotros, dábamos el perfil de lo que estaban buscando. Fue algo además muy discutido en la empresa, a mí me absorbió dos semanas por completo. A nivel personal con lo que me «chantajearon » fue con algo emocional, me llevaron a un hospital con niños enfermos y ya me tuvieron acongojado todo el rato. Sales de tu vida y te colocas en el papel realmente porque son situaciones muy extremas. Ahora bien, como ejercicio de relaciones públicas es algo realmente delicado. Era lo que a los inversores de la empresa les daba mucho miedo, bueno más bien les hacía sentir respeto. Vi algunos programas que me enseñaron y había veces que se quedaba muy mal.
Lo cierto es que las historias me impactaron. Algunas eran muy duras. Y, claro, esto va en el espíritu del emprendedor, el querer resolver problemas. Y algunos son de muy difícil solución, otros directamente no la tienen.
Me gustó mucho la actitud de la gente de mi empresa, se implicaron mucho. Me demostraron una vez más lo fantásticos que eran. Fue duro, también, se pasaba mal. Te daban muy poco dinero para comer, creo que eran cuarenta y siete euros para toda la semana, al final estaba desfallecido. Recuerdo que una vez terminaron por darme una sopa y unas natillas a escondidas.
En un mundo globalizado como el que estamos las diferencias culturales son muy importantes ¿Cómo se hace para gestionar ese tipo de diferencias culturales? Sobre todo porque cuando creáis BuyVIP tenéis muy claro que tiene que ser un proyecto internacional, que no se puede quedar en un proyecto local.
Sí… A mí Rodolfo Carpentier me dio dos consejos. Uno no lo seguí, pero el otro… Me dijo «tienes que estar por lo menos en dos países. Uno va a ser España, sois españoles, y el otro tiene que ser uno de los principales países europeos, Inglaterra, Francia o Alemania». No podía estar más de acuerdo con él. Soy ciudadano global, nací en Argentina, viví a caballo en dos países. Tuve también que vivir tres años en París, y la experiencia para mí fue fundamental. Creo que para montar una empresa internacional esto es importante, tener esta experiencia. Si no has tenido una vivencia internacional esto es muy difícil. Cuando yo dejo IBM monto una empresa con un alemán. Yo hago el roll-out de la empresa en España, Francia, Inglaterra (que luego lo cerramos) pero el socio fundador de esta empresa, en la que yo era del 2000 al 2005 socio minoritario, sería luego mi socio en BuyVIP del 2005 al 2010. Y es un alemán. Con lo cual eso me permite ya tener una referencia, me ayudó a tener un equipo muy bueno en Alemania, que es un mercado muy interesante y es una de las razones por las que nos compra Amazon.
Creo que Erasmus nos ha hecho un grandísimo favor. Ese salir fuera es fundamental. El mayor obstáculo que tenemos ahora en España no es otro que el inglés. Tenemos un nivel en España sencillamente terrible. Y cuando ves otros países te das cuenta, con el español no vamos a ningún sitio. Es un gran problema a nivel formativo. Si no somos capaces de hablar, de negociar, de relacionarnos fuera de España… Y también es importante, aparte del idioma, el poder convivir en otro país, conocer esa cultura.
Ya en IBM tenía que gestionar proyectos que requerían levantarme un día en Finlandia, otro en Nueva York… y era divertidísimo, no tenía nada que ver trabajar con un finés que con un ruso, por ejemplo. A un alemán si le dices dos veces una cosa le estás ofendiendo y a un español si no se lo dices dos veces… Bueno, esto pasa más en Italia. Cada cultura en Europa es muy suya, hay que saber cómo tratarlos. Es otro desafío cuando se trata de montar un negocio internacional.
Una de las ventajas de BuyVIP es que se internacionaliza muy rápido. Y una de las desventajas es que nos internacionalizamos demasiado. Una de las primeras cosas que hace Amazon cuando compra BuyVIP es decirme «fantástico que estéis en siete países: ahora ciérrame cuatro». Para mí esto fue un trauma. Le dediqué mucho tiempo a esto, fue un aprendizaje, le dediqué un esfuerzo enorme, y fue un error. Los recursos se te acaban a mitad de camino.
¿Hasta qué punto te sigues formando en tu día a día? ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te mantienes fresco y entrenado?
El gran reto de la vida que nos ha tocado vivir es la sostenibilidad. No es solo un reto respecto a conservar el entorno que nos rodea. Nuestras vidas cada vez son más difíciles, los trabajos ya no son sostenibles, lo que hacemos hoy mañana puede ya no tener uso… mañana o incluso no tenerlo nunca. Estar reciclándose diariamente es ley de vida. En ese sentido me levanto por la mañana y tengo una idea. Y de muchas de ellas, además, me digo, «¿a que no tienes los arrestos que hacen falta para ponerla en marcha?». Cuando estás dirigiendo una empresa te reciclas a diario, si no, cierras. Es una necesidad de reciclaje continuo. Te mantiene fresco… ¡o te vuelve loco! He visto los dos casos.
Básicamente me fuerzo a inventar cosas nuevas todos los días. Si hoy montara BuyVIP como lo hice en su momento, fracasaría. Ahora ya ese esquema, que en su momento era pionero, no sirve. Con lo que tienes que hacer las cosas de otra manera.
Al final lo que aprendes lo aprendes en el día a día. El mundo de las start-up es bestial, te somete a un nivel de exigencia y de reciclaje continuo.
Me gustaría concluir con una anécdota. Cuando Bezos compra Zappos hace un vídeo de ocho minutos, de los cuales la mitad están dedicados a contar errores que cometió en Amazon, y luego la otra mitad son las cuatro cosas que aprendió de los éxitos en Amazon. Yo tuve el placer de conocerle durante la compra de BuyVIP por Amazon y gran parte del tiempo de la reunión lo paso haciéndome preguntas, mostrando una gran curiosidad por aprender y saber más. ¡Nosotros éramos una empresa de cientos de empleados y ellos de decenas de miles!
La frase de Bezos con la que acaba el vídeo que comentaba es para mí la que resume todo esto: «Todos los días son el primer día».
Fotografía: Ángel L. Fernández
Cuando uno se enfrenta entrevistas a «emprendedores» se imagina lo peor. Pero está ha sido realmente interesante.
Gracias.
Te falto la pregunta básica y es si el emprededor puede serlo si nadie financia nada y el estado ya te esta crujiendo con impuestos requisitos y burocracia lenta y muchos de ellos unicamente recaudatorios.
Es facil dar discyrsos sobre emprender cuando tienes el riñon bien cubierto
El hábito de la crítica y de la ofensa restan fuerzas y energías, por eso los emprendedores seguramente las evitan, para concentrarse en lo que es realmente importante y beneficioso: el desarrollo de ideas y proyectos. ¡Que haya muchos! Gracias.
Me ha encantado.
Sensato y práctico. Inteligente y preparado. Sabe muy bien de lo que habla.
Hacen falta artículos así.
Gracias.
Tras leer el artículo he comprendido que emprender supone arriesgar tu familia, tu vida, tu tiempo, tu dinero y el de otros, Después hay que fracasar unas cuantes veces para aprender. Todo ello para levantar algo de la nada con la esperanza de que una empresa lo compre y te haga millonario. Por supuesto siempre se entrevista a los cuatro que han tenido éxito mientras que todos los demás sólo sobreviven como esclavos de una idea por la que han vendido su alma y que en la mayoría de los casos no saben vender. Antes me preguntaba por qué a los gobiernos y a las grandes empresas les interesa tanto esta opción pero ahora lo tengo claro, es mucho mejor que la inversión, la investigación, el riesgo y el trabajo lo ponga otro. Ya se beneficiarán de los pocos elegidos que no mueran arruinados en el intento.
Bien dicho. Y ademas en españa (si, en minuscula, nomerece mas) si fracasas te pasaras pagando facturas el resto de tu vida. Aqui el apoyo al que quiera montar un negocio pasa por prestamos con garantia que estan ligados personalmente no a la empresa, aportaciones oficiales con bajos intereses pero que hay que devolver por la misma razon que los prestamos etc. etc. Nada de inversores de riesgo (que no son hermanitas de la caridad), y demas mecanismos que hacen que un fracaso no sea una condena a cadena perpetua -a pago perpetuo mejor dicho-
Claro, si tienes unos ahorrillos te lo puedes plantar. Si te estrellas solo perderas los ahorrillos. Lo malo es que cuando llegas a tener esos ahorrillos ya no estas para trotes asi que … le den por al emprendimiento.
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Respuestas claras y sin medias tintas. Da gusto leer a gente así.
Enhorabuena por la entrevista.
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