En esto que andaba el Levante belicoso y juguetón cuando, tras el gol de el Zhar, el suelo retumbó y, como en Parque Jurásico, el agua de los vasos comenzó a temblar. Entre tanto traqueteo, es el espectador el que suele terminar adivinando, aterrorizado, lo que viene en lontananza: un Real Madrid en tromba, levantando polvareda y gritándole al aire, como los indios de Cochise. Ocurre con relativa frecuencia: una banderilla de las que amansarían sin remedio al común de los equipos no hace en estos casos sino abrir la caja de Pandora. A partir de ese momento, se libera el Kraken y pies para qué os quiero.
Ese arrebato furibundo, esa rabia desatada en quince minutos escasos, impresa en lo más primario del genoma de Chamartín. No hay nada que retrate mejor al Real Madrid con el que crecí que la enajenación futbolística transitoria, capaz de acribillar al equipo más rebelde o de rebañar la victoria más improbable, con locas remontadas en las que hasta los almohadilleros piden subir a rematar.
A esos segundos eternos de combinaciones de golpes en el hígado, con el rival contra las cuerdas, se refería Juanito cuando chapurreó italiano para acobardar al Inter de Altobelli y Collovati. Al Real Madrid que alinea los planetas y que, durante un instante, parece un equipo indomable. Por ello el coitus interruptus que sucedió al gol de Ramos contra el Dortmund, con la defensa renana hiperventilando y un cura dándole la extremaunción a Weidenfeller. Quien ha visto más de una vez al Madrid bravo fuera de su chiquero aún hoy no se explica cómo Klopp escapó vivo de aquella y se fue silbando a Zihuatanejo.
El Levante no mereció perder. Como tantos otros equipos que creyeron tener el partido cerrado y, mientras bajaban el telón, no repararon en la artillería de la que el Madrid dispone cuando le apetece. Cuando decide, como Carrie, mirarte con ojos de loco y ponerse a hacer volar sillas. Cuantísimos conjuntos rectos y sacrificados han visto en tres minutos de Real Madrid desencadenado cómo su trabajo en ochenta y siete se les iba por el desagüe.
No será la última emboscada del curso. La épica y el trasunto de batalla son imprescindibles para que el Real Madrid se sienta vivo. Y a ellos regresa cada cierto tiempo para renovar los votos. Incluso de este equipo de Ancelotti, que parece hibernar, se pueden esperar degollinas súbitas como la del Ciudad de Valencia. Al Madrid, como a Obélix, es mejor no cabrearlo.
Magnífico.
¿Ese gol del chuleta este, no pegó en un defensa y entró de rebote?
http://www.marca.com/2013/10/06/multimedia/videos/1381010825.html
Entonces, ¿Para qué tanta épica?
Segurola también consideró «épica» la remontada del Madrid frente al City, la temporada pasada. Y, a pesar de ello, se pasó medio artículo llamando a los de Manchester mediocres, sobrevalorados y gordos.
Bueno, está claro que el chico es del Madrid, ¿no?
Pero tranquilo, que esto no es más que hacerse el coco a ver si alguien se lo cree y se asusta; ¿el Barça…? No creo que se asuste. De hecho, este año volverá a pasarle la mano por la cara y se va a llevar todo de nuevo. Por ejemplo, la liga está ya perdida para el Real, como el año pasado por estas fechas, más o menos…
Veremos este Sábado quién pone la rodilla en el suelo ante quién.
Ganar o perder un partido depende de las ganas que Ud. tenga de jugar el último tanto :-)
A los que se dedican a comparar los presupuestos de unos y otros ya deberían saber que el fútbol no son matemáticas y eso es lo que lo hace bonito: gastarse 300 millones en fichajes no te asegura NADA salvo una deuda de 300 millones.
El equipo más caro del mundo tirando de épica contra el Levante (con todos mis respetos, claro). Pues vaya…
Si este artículo lo escribe Gistau, estábamos nadando en las babas de alguno. Se agradecería, eso sí, que se huyera un poco más del rollo Madrid-Barça.
Habla de las remontadas del Madrid en general. Tampoco hay que ser muy listo para deducirlo.
Con buena minga, bien se jode. Tampoco hay que ser muy listo para saberlo. La épica, de toda la vida, es la de David venciendo a Goliat pero no al revés.
Hablar de epica en una remontada de un equipo con el presupuesto como el del Madrid contra el Levante… En fin. Epico fue que el Levante llevara al Madrid a dejarlo casi sin liga antes de la décima fecha…
Pero bueno… se ve bien que la maquinaria multimillonaria del Madrid incluye periodistas que inventen la fábula y vendan el cuento
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Goliat venciendo a David con ayuda del árbitro… y aún tienen la desfachatez de vendernos la «épica». Por favor, no insulten nuestra inteligencia.
Épico hubiese sido eliminar al Dortmund con 20 minutos de superioridad en una eliminatoria de 180. Ganarle al Levante o empatarle al Elche gracias a medianías y arbitrajes, NO.
Épica? Uno de los problemas del fútbol ha sido la permanente confusión de ideas, propagando embustes, manipulaciones y mentiras que poco tienen que ver con la realidad, unas veces inventadas y otras asumidas. Durante años, por ejemplo, el periodismo se hizo eco del Atlético «sufridor» que propagaba el inefable Gil. Sufrimiento muy conveniente para justificar una política deportiva desastrosa. Sufridores? ¿El tercer club de España, un club con un extraordinario palmarés, con grandes jugadores? Se hizo oficial el carácter sufridor de los atléticos para justificar lo injustificable. Ahora se habla de épica del Madrid y es para desternillarse. ¿Contra el Levante? ¿500 millones de presupuesto contra un mosquito? Disculpen los aficionados levantinos, pero hablar de épica madridista en un Madrid – Levante es un atentado al buen gusto, a la lógica, al sentido común, a la historia y a la inteligencia. Ni los aficionados del Levante ni los viejos madridistas nos merecemos esto.
Por que la gente no disfruta del fútbol y olvida un poco los números? El Madrid gasta más que el barca, el barca más que el espanyol, éstos más que el sant andreu y así sucesivamente. Si ganará siempre el de más presupuesto no vería fútbol. Fueron 5 minutos epicos y eso no puede negarse. Lo que pasará el resto de temporada es otra discusión. Un saludo