Es muy conocida la historia de las desavenencias durante la postproducción de Blade Runner: el presupuesto se infló y Ridley Scott fue echado a patadas (aunque posteriormente recontratado) por los productores Jerry Perenchio y Bud Yorkin, un par de personajes que se encargarían de tomar toda decisión durante el proceso de edición.
Dichos caballeros proyectarían la película a un par de audiencias para luego encontrarse con un público muy descontento que ni se sentía cómodo con el tono ni entendía la mitad de lo que estaba ocurriendo. La solución absurda de los productores fue añadir un narrador a la historia, el propio Harrison Ford en su papel de Richard Deckard. Pero mientras el director (a quien la idea de añadir una nueva voz le parecía útil e interesante) quería que el narrador añadiese carne a la historia con divagaciones filosóficas varias, aquel demonio bicéfalo de Perenchio-Yorkin decidió utilizar la voz en off para explicar en cada momento lo que estaba pasando en la pantalla, dejando claro que para los productores el público potencial y un bloque de hormigón tenían una capacidad de comprensión bastante similar.
La rumorología dice que el odio de Ford a la idea de hacer de narrador es el culpable de que el hombre grabara todo el texto con ese tonillo repelente y anestesiado de I don’t give a fuck combinado con un énfasis nivel «me están apuntando con una pistola», algo que el hombre se ha esmerado en desmentir más de una vez. Para después aparecer en el documental Dangerous Days: Making Blade Runner asegurando que lo que más molesto de Blade runner no fue el infernal rodaje o las peleas con Scott, sino el que le obligasen a recitar «un texto escrito por payasos».
La otra violación al trabajo ajeno llegó a la hora de toquetear el cierre: Ridley Scott quería un punto y seguido gris y la productora clavó un punto y final verde. La aventura de Deckard finalizaba en la mente del director con una puerta de ascensor cerrándose y un desenlace incierto, pero aquello era demasiado deprimente y los productores se encargaron de insertar una escena que sobrevolaba bosques rescatados de metraje sobrante de El resplandor, y una concesión al final feliz que se saltaba con pértiga la norma sentenciada por la historia: Rachael de repente y sin explicación alguna no tenía fecha de caducidad y los dos personajes se las veían felices conduciendo hacía un bufé libre de perdices. Dicha escena también tenía una voz en off que, efectivamente, leía un texto que parecía haber sido escrito por payasos.
Ese epílogo era desastroso en comparación con la cámara temblorosa y la actitud de Deckard en el final más certero, aquel que incluía al icónico unicornio, aquel que permitía a los personajes seguir viviendo su historia en la cabeza de un espectador que con el telón ya bajado se preguntaba qué sería de ellos y cuánto tendría de máquina el antihéroe de la fábula.
No es extraño que una película se muestre indecisa llegado el final. Directores, estudios y productores han decidido muchas veces experimentar con la forma de poner el lazo de cierre. Cuando los DVD aterrizaron en los salones se empezó a descubrir este metraje perdido en armarios repletos de esqueletos de finales que nunca fueron.
Con peor o mejor pulso lo importante es que esos epílogos contaban otra historia.
_________________________________________________________________________________
Suicidio prenatal – El efecto mariposa (2004)
El efecto mariposa como película cojeaba demasiado y basaba su fuerza en un final que se las daba de potente, pero el conjunto navegaba al nivel de un Twilight Zone normalillo.
Lo curioso del asunto es que existe metraje de varios desenlaces posibles que no se utilizaron:
Uno de ellos era una variante de la escena que cerraba el film: mientras suena el Stop crying your heart out de Oasis los personajes de Kutcher y Amy Smart se cruzan por casualidad y el primero aprovecha para invitar a la chavala a un café.
Otro dejaba la puerta abierta: la misma escena, pero ninguno de los protagonistas entabla contacto con el otro, en su lugar se nos ofrecía a un Evan en modo stalker.
Y ahora, atención:
En el tercer final alternativo el protagonista viaja en el tiempo hasta el momento de su nacimiento, y una vez dentro del vientre de su madre se suicida estrangulándose a sí mismo con su propio cordón umbilical, antes incluso de llegar a este mundo.
El director’s cut de El efecto mariposa, ese poema a la vida. Con pelotas de adamantio.
_________________________________________________________________________________
Malvado McClane – Jungla de Cristal. La venganza (1995)
John McClane localiza a un escurridizo Simon Gruber, aprovecha para devolverle el paquete de aspirinas y ambos se ponen a hablar de cómo les trata la vida. Pero es evidente que no ha ido hasta allí solo por la cháchara y pronto propone jugar a un entretenimiento que combina acertijos clásicos (McClane says… se regodea el héroe) con el sutil estilo McClane: jugar a la ruleta rusa con un bazooka.
Desgraciadamente el estudio acabó oponiéndose a esta secuencia por considerar que oscurecía demasiado la figura del héroe.
_________________________________________________________________________________
Michael Jackson – Terminator 2 (1991)
Dramatización.
Un anónimo se encuentra a James Cameron sentado en la mesa de montaje vistiendo una camiseta con la portada del Bad de Jacko. El director está dando palmitas y comenta con ilusión lo bien que le ha quedado el epílogo de su epopeya de robots. Entonces apaga las luces y enciende el proyector:
Vemos un colorido futuro donde la moda ha llevado a la población a tomarse ciertas libertades que deberían ser penadas en sociedades civilizadas. Varios niños juegan en un parque, adivinamos a Linda Hamilton bajo medio kilo de maquillaje recitando la historia acontecida tras su encuentro con el terminator:
… Nada ocurrió. Michael Jackson cumplió los 40. El día del juicio nunca llegó…
El anónimo acompañante pone una mano sobre el hombro de Cameron y le mira a los ojos:
Déjalo James, déjalo.
_________________________________________________________________________________
Bang! – Acorralado (1982)
La primera versión de la película pretendía dejar el asunto bien cerrado con una bala como herramienta y el cuerpo inerte de Rambo como plano final. Una pena, nos hubiese evitado las secuelas.
_________________________________________________________________________________
Plantageddon – La tienda de los horrores (1986)
Remake basado en el musical de La pequeña tienda de los horrores low cost de Roger Corman. O una obra que lo tiene todo: a Rick Moranis, a una planta carnívora (de constitución 100% marioneta), con la voz de Levi Stubbs, a un dentista sádico interpretado por Steve Martin, a Jim Henson de titiritero y un repertorio musical espectacular. Pero su desenlace no parecía estar a la altura: durante el enfrentamiento final el brazo de Seymour resurgía de entre escombros cable pelado en mano y electrocutaba al enemigo. Fin.
En realidad ese no era el final planeado, en la versión teatral la planta se zampaba a la humanidad y tanto Frank Oz (director) como Howard Ashman (escritor) querían mantenerse fieles a dicho desenlace, pese a que el productor (David Geffen) no estaba por pintarlo todo tan negro. Oz siguió adelante con lo suyo, construyó varias maquetas para que Audrey II hiciese un rato el Godzilla, rodó esa versión apocalíptica por todo lo alto y cuando alguien decidió comprobar la factura descubrió que esos últimos 23 minutos de película habían fundido cinco millones de dólares. En la versión inicial fallecía la chica (Audrey), Seymour era devorado durante el cara a planta y el resto de la humanidad rellenaba el estómago vegetal. Se realizaron pases de prensa y en ellos comprobaron que el público disfrutaba con la obra hasta que, cuando los dos protagonistas la palmaban, el espectador se convertía en un hater de los gordos. Como consecuencia de los tests se desechó el material, se volvió a rodar todo el tramo final, sustituyendo a los actores que no se encontraban disponibles (James Belushi sustituyó a Paul Dooley y una actriz anónima hizo lo mismo con una de las chicas del coro), y con el añadido de un nuevo happy ending todo el estudio quedó un poco más contento. En la medida en que podía estar contento alguien después de haber tirado cinco millones de dólares a una hoguera en un contenedor.
De aquel final original se conservó por los pelos un legado, una copia en blanco y negro bastante trastocada que se editó en DVD fugazmente durante un par de días, porque el productor pensó que sería mejor retirar los DVD, arreglar el material, estrenarlo en cines y rellenar la cartera. En realidad no se vería una copia restaurada hasta 2012 con el director’s cut en Blu-ray.
Oz concluiría: «Aprendí una lección: en una obra de teatro tú matas a los protagonistas y ellos al final de la misma salen a saludar. En una película no reaparecen para saludar, están muertos».
_________________________________________________________________________________
Dos hombres adultos van al cine en pareja – El exorcista (1973)
No tiene especial chicha, y es un añadido que ya aparecía en el libro de William Peter Blatty, pero lo curioso es cómo aquí nos están haciendo un «Louis, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad» en toda regla.
_________________________________________________________________________________
¿That’s it?¿No explosions, no hellfire, no Eirrghzz? – El diablo metió la mano (1999)
Un adolescente con la mano poseída por el demonio y dedicada por completo a un desmadre infernal es algo que tampoco es ninguna novedad para todo aquel que haya tenido cierta curiosidad durante su pubertad, pero que servía como base para el fiestorro de El diablo metió la mano. Revival de la comedia de terror ochentera con maquillaje de látex, chorros de líquidos viscosos, zombis adictos a los burritos, mala baba, Jessica Alba antes de ser patrimonio de la humanidad, una revisión de la buhardilla del cantante de The Offspring y en general un humor mongólico y una superficialidad tan encantadora como sus referentes de videoclub.
En el montaje que llegó a las salas la amputada mano psicópata era derrotada con puñal y chispazo mientras uno de los personajes se quejaba de aquel epílogo tan soso y poco espectacular. Lo cierto es que el final original tenía algo más de gracia al aportar una piscina conectada con el mismo infierno y una hostia sin agua.
_________________________________________________________________________________
Arreglar un desastre – Infierno en el Pacífico (1968)
En todo el metraje de Infierno en el Pacífico solo aparecen dos personajes: Lee Marvin y Toshirô Mifune, un piloto norteamericano y un capitán de la marina japonesa que durante la Segunda Guerra Mundial acaban atrapados el uno junto al otro en una pequeña isla del Pacífico.
La gracia de la película se encuentra en su osadía: en su estreno en cines la cinta venía sin subtítulos para el personaje de Mifune, quien como buen japonés tiene por costumbre hablar en japonés, logrando que el espectador sintiera la incómoda sensación de no entender un carajo del diálogo del capitán, al igual que le ocurría al americano del film.
La desgracia de la película es que Infierno en el Pacífico poseía el que puede ser con facilidad el peor final de la historia: en mitad de una escena una explosión eliminaba a los dos protagonistas de golpe, sin avisar ni hostias y nos endosaba un lapidario The end. Más lamentable resultaba incluso el descubrir que aquella secuencia explosiva estaba robada del metraje de otra película de la Metro-Goldwyn-Mayer: El guateque de Blake Edwards, y más concretamente de este momento con Peter Sellers decidiendo con poco ojo dónde encontrar apoyo. Resulta que algún gerifalte del estudio decidió que el final original (enlazado en la cabecera de esta entrada, que tampoco es especialmente fabuloso pero al menos no recurre a la chapuza) no transmitía todo lo que era necesario y lo sustituyó inexplicablemente por el petardazo gordo.
_________________________________________________________________________________
El amor todo lo puede – Brazil (1985)
De los devenires, gracias y desgracias de Terry Gilliam y su Brazil ya hablamos por aquí muy largo y muy tendido. Resumiendo, un caso muy similar al de Blade runner, con un final que se intentó imponer y que no cuadraba en absoluto con el tono de la obra y sobre todo con la visión trágica de Gilliam de cómo pintar el punto y final. Fue popular y muy jocosamente rebautizado como el desenlace love conquers all.
_________________________________________________________________________________
Viñetas y tontadas – Tortugas ninja (1990):
Las Tortugas ninja son los 90 condensados en muñequitos verdes de plástico articulado. Un cruce absurdo de conceptos que nacía de tebeos y concedía adaptarse al cine aceptando leyes del señor «Todos los públicos» (en el papel, las desventuras de las tortugas resultaban mucho más bestias).
Ya posados en la edad adulta, revisitar esa primera aparición de los caparazones nos produce varias revelaciones curiosas: el no tener muy claro por qué la mente del niño recordaba los combates bastante más dinámicos, espectaculares y, sobre todo, más ninja. El toparnos con un final más extendido que incluye una referencia al mundo del cómic y a las tortugas colgadas de las esquinas de una ventana. Y por último, descubrir en la versión en castellano que ese «¡De puta madre!» triunfal de la última escena (que tienes clarísimo que has escuchado en aquella sala de cine) ha sido víctima de un nuevo doblaje políticamente correcto que lo ha sustituido por un «¡Cowabunga!» más fiel al original, pero menos a tu infancia.
Y entonces te sientes estafado.
_________________________________________________________________________________
Pistolas de juguete – Señor y señora Smith (2005)
Era ligeramente simpática la idea de insinuar una misión en lo que al final resulta ser la típica vida familiar de un par de espías. Un guiño que además incluye una muñeca con una bala (de ventosa) entre las cejas. No llegó a utilizarse porque es mejor no jugar a retratar niños armados, aunque sea con juguetes.
_________________________________________________________________________________
Aliens «Modafuckas» provocando – Abyss (1989)
En la versión que llegó al cine los alienígenas de Abyss no tenían mala fe y en cambio sí demostraban mucha curiosidad por la raza humana. En el material descartado descubriríamos que los extraterrestres, tras pasarse sus buenas tardes cotilleando nuestra televisión, habían llegado a la conclusión de que lo mejor que podían hacer con la raza humana era acojonarla con amagos de tsunamis gigantescos. Y finalmente se les quitaba la tontería por un SMS ñoño que había enviado Ed Harris.
_________________________________________________________________________________
Cerrado por defunción – Clerks (1994)
Randall retira el cartel de «Os aseguramos que está abierto» y desaparece de escena. Poco después una persona entra en la tienda, dispara al dependiente y roba el dinero de la caja. El cuerpo de Dante queda tendido en el suelo y la historia se funde a negro, ruedan los créditos. Cuando estos acaban volvemos a la tienda, otro cliente ha entrado y al no ver a nadie decide robar tabaco. Ese cliente es el propio director, Kevin Smith, y cuando alguien le pregunta por qué se le había ocurrido inicialmente matar a uno de los protagonistas de su ópera prima contesta del siguiente modo: encogiendo los hombros, poniendo cara de Silencioso Bob y alegando: «Es que no sé cómo acabar una película».
_________________________________________________________________________________
El chiste sin gracia – Cuestión de pelotas (2001)
Cuestión de pelotas (la del 2004 con Ben Stiller, no aquella del 2007 con Billy Bob Thorton) era una comedia socarrona que seguía las aventuras de un equipo de balón prisionero formado por acabados. Y en el DVD aparecería tímidamente un final alternativo que hubiese cerrado la película de manera amarga, con el equipo protagonista perdiendo el partido y yéndose con pena y sin gloria. Pero al mismo tiempo de manera tremendamente graciosa: el objeto de la broma hubiese sido el propio espectador que esperaba el final victorioso y se quedaba con cara de mosaico. Se extendió el rumor de que aquel era un final descartado que no funcionó en los primeros pases, pero los más informados asegurarían (con IMDb en la mano) que de eso nada, que el propio final alternativo nunca fue planeado como algo más que un trolleo a modo de chiste para el DVD.
_________________________________________________________________________________
Jugar a dobles – Scott Pilgrim contra el mundo (2010)
¿Y si Scott hubiese acabado ennoviado con Knives en lugar de con su Ramona Flowers? Pues no cuadraría mucho con la historia ni de la película, ni de los tebeos. Pero por lo menos tenemos claro que Edgar Wright tendría maña para rodarla.
_________________________________________________________________________________
París vs. Predator – Alien: resurrection (1997)
Pese a ser muy fan de Jean-Pierre Jeunet (incluso de Amelie, porque hay que ser muy hombre para reconocer que te encanta esa película) encuentro serias dificultades para justificar Alien: resurrection más allá de unos primeros minutos con la ambientación particular del director tanteando la saga del xenomorfo. Tampoco arreglará nada esta versión del final, con Sigourney Weaver y Winona Ryder contemplando cómo los franceses parecen haberse marchado a la francesa. Pero resulta curiosa de ver.
_________________________________________________________________________________
El final misterioso – El juego de la sospecha (1985)
El juego de la sospecha me resultó más graciosa que al resto del universo porque me pilló desprevenido: me topé con ella de rebote en televisión sin saber que era una película basada en el juego Cluedo, y la estupefacción ante tanta referencia de nombres y objetos a un juego de tablero nublaron todo criterio. Como ponerse a ver un thriller policial y descubrir que todos los sospechosos de la historia son caras del ¿Quién es quién?
El caso es que para sembrar incertidumbre, hacerse los interesantes y lograr publicidad los creadores de la película enviaron a los cines copias con distintos finales (hasta un total de tres) y distintos asesinos. En las tripas de internet se encuentra alojado uno de ellos, aquel en el que el asesino resulta ser…
_________________________________________________________________________________
That really sucks, lady! – Titanic (1997)
Es difícil agarrar por algún lado esta otra variante del final de Titanic: tenemos a una tripulación preocupada por el destino del colgante, moralina de bote, a Bill Paxton poniendo caras, a un hombre tan maleducado como para gritarle desplantes a una adorable ancianita, y a Bill Paxton riendo como un loco y tirando la caña. Buf.
_________________________________________________________________________________
Sin botón de pausa – Thelma y Louise (1991)
Thelma y Louise están ancladas en la memoria cinematográfica en un plano pausado, volando eternamente sobre la música de Hans Zimmer. Y podría no haber sido así, podrían haber caído por aquel cañón y después, simbólicamente, porque la gente no suele andar para mucha fiesta después de despeñarse en coche desde alturas terroríficas, encaminarse libres hacia el horizonte al ritmo del You better not look down de BB King.
_________________________________________________________________________________
CGI con corazón – Soy leyenda (2007)
Soy leyenda no estaba exenta de momentos interesantes, pero se venía abajo por la presencia de unos enemigos que por su naturaleza de FX por ordenador solo podrían cantar más si fuesen caracterizados como una tuna universitaria. El final oficial se alejaba de la novela y sacrificaba al protagonista para salvar a los demás, pero la otra versión que rueda por ahí humanizaba a las criaturas malvadas, se acercaba al libro original, convertía al personaje de Will Smith en el malo e incluía el Art attack de una mariposa sobre vidrio a cargo de un vampiro.
_________________________________________________________________________________
La siesta – El ejército de las tinieblas (1992)
Oficialmente las aventuras de Ash terminaron con su vuelta al trabajo de dependiente en el S-Mart y las ocasionales pausas para rellenar de plomo carne diabólica.
Pero Sam Raimi también se encargó de producir otro cierre para su trilogía Evil dead que se regodeaba en la torpeza del personaje. Ash obtenía una pócima mágica cuya ingesta racionada le permitiría dormir durante generaciones hasta alcanzar de nuevo la época a la que pertenece, pero tras enterrarse en una gruta, y prepararlo todo para la larga siesta, se equivocaba al suministrar la dosis y acaba despertando en un futuro postapocalíptico con pinta de vertedero.
Dependiendo del país y la edición era posible encontrar diferentes versiones de El ejército de las tinieblas (además del final, algunas añadían escenas eliminadas). Pero la palma se la llevaba un VHS alemán que en lugar de decantarse por uno de los dos desenlaces cometía la insolencia de remezclarlos y situar a uno como un sueño producido durante el otro.
_________________________________________________________________________________
La barbacoa – El rey león (1994)
Nos situamos: estamos en un Scar vs. Simba, pelea final. Rugido, zarpazo, rugido, pelea, confesión de Scar, alegre salto con mortal y villano león colgando de un acantilado y suplicando al héroe que no le deje morir. Pero aquellos ruegos solo son una artimaña; Simba es engañado y arrojado al fuego, Scar se alza triunfal y en su celebración las llamaradas le frien las carnes. Resultado: un Simba vivo, pero churruscado.
Nunca llegó a pasar del storyboard, ni siquiera está animado, pero esto bien enfocado podía haber dado para al menos un poco de trauma infantil.
Nota: Paranormal activity y sus tres finales distintos no han entrado en la lista porque Paranormal activity no es una película, es un documental sobre una puerta.
Hay un libro que se llama «Otro final» que da finales alternativos a 15 películas icónicas del cine. Curioso para los amantes del séptimo arte.
http://www.casadellibro.com/libro-otro-final/9788496822351/1239957#
Pingback: Los finales alternativos más curiosos
Un documental es una película…de no-ficción, pero una película.
Hola S,
Cierto, un documental es una película. Lo mio era una broma, con términos no del todo acertados, pero poco más.
Que ya que estoy, los tres finales de Paranormal Activity andan por aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=qeRzM0NdshA
¡Un saludo ese!
Y ni hablar del final alternativo de Casablanca: http://tu.tv/videos/final-alternativo-casa-blanca
Bonito artículo. Ahora, sobre el (doble) final de Brazil… lo siento, el final es perfecto. «love conquers all»?… Joder macho, hace falta explicarlo?…
Me encantó el comentario final. Menuda caja han hecho esos con la puerta…
Está escrito con un estilo tan cansino y provocativo «guay» que al final es difícil enterarse de los finales en si. Este artículo no requiere de opinión ni de chistes contínuos, sino de una exposición clara de una información bien recopilada.
Es muy gracioso como traducen algunos títulos en España…
«Angus» en España se transformó en «El gran peque se va de ligue», «Ice princess» en «Soñando, soñando triunfé patinando», «Die hard» en «Jungla de cristal», «Pineapple express» en «Superfumados», «Rosemary’s baby» en «La semilla del Diablo», «High school high» en «Aprende como puedas».
«Fire Down Below» se convirtió en «En tierra peligrosa 2» cuando en realidad no era una secuela de «En tierra peligrosa».
No es que sea gracioso como traducen los títulos, es que es un atentado.
Hay que reconocer que en algún caso mejoraron bastante al ser creativos traduciendo. «Paint your wagon», no me jodas.
Pues precisamente traducir «paint your wagon» como «la leyenda de la ciudad sin nombre» es otra cagada garrula, porque para empezar no entienden el doble significado del título original y obviamente ni se molestan en intentar traducirlo. Hombre, para qué, si el espectador apañó traga con todo. Todo, literalmente, todo.
Aunque bueno, viniendo de un país que tampoco parece entender el doble sentido de un nombre como «Don Quijote de la Mancha» (por aquello de que un caballero tiene que ser inmaculado), también es verdad que ponerse a traducir florituras, sobre todo para ná, es tontería.
Por cierto, por si tienes problemas en encontrarlo:
http://en.wiktionary.org/wiki/paint_the_wagon
¿Solo en España?
A bote pronto, la versión latina de «Home Alone» es «Mi pobre angelito», de «North by northwest» es «Intriga internacional», «Airplane!» es «¿Y dónde está el piloto?», «Total Recall» es «El Vengador del Futuro»…
No somos los únicos «creativos».
Cuando Macaulay Culkin hizo «The Good Son» le pusieron: «El angel malvado». Debería haber una ley mundial que prohiba cambiar los títulos a las obras artísticas sólo para que el público «entienda».
Es como si a «Cien años de Soledad», le hubieran puesto: «Las Aventuras de los Buendía» para que sea más agradable al leerlo.
Pingback: Los finales alternativos más curiosos | Los antisistema son:
«incluso de Amelie, porque hay que ser muy hombre para reconocer que te encanta esa película» jajaja buen artículo
Todo el mundo sabe que Blade Runner acaba con Rutger Hauer apagándose.
Y lo que venga después, independientemente de la versión que se esté viendo, sobra. Sencillamente.
Pingback: Cuéntame otra historia: finales alternativos curiosos | SEPTIMA ARS
Hay una versión alternativa de «El jardinero, su mujer y otras cosas de meter» sin sexo ni desnudos, sólo diálogos y voz en off.
Pingback: Adivina
Scott Pilgrim acaba con Knives en los tebeos…
Pingback: Cuéntame otra historia: finales alternativos curiosos | Blog Escuela Internacional Cine - Televisión Septima Ars - Madrid
Pingback: Redes sociales, zombies y finales alternativos en nuestros ‘im-perdibles’ | Culturatic
Lo he visto en más artículos, no sé si del mismo autor: es ‘punto final’ y ‘punto seguido’. Ninguna de las dos proposiciones lleva ‘y’. Por lo demás, muy bien todo. Muy documentado.