¿Hay que hacer realidad las fantasías sexuales? Esa es una pregunta que todos debemos hacernos. Por mi parte me apresuro a decir que mi respuesta es afirmativa. Soy partidario de hacer realidad todas las fantasías sexuales que uno pueda. ¿Por qué? Pues porque creo que es saludable y una fuente apreciable de enriquecimiento físico y moral.
Las fantasías sexuales nos ayudan a liberarnos sexualmente. Y a más libertad sexual, más libertad general y más civilización y más tolerancia y más empatía.
No es una tarea fácil y no todo es posible, digámoslo desde el principio, pero estoy convencido de que lo mejor es intentarlo. Por lo de la salud y lo del enriquecimiento físico y moral que menciono arriba, y por lo de los niveles de libertad, pero también por otra razón que se me antoja fundamental: crecer es, en gran medida, hacer.
A mí me parece lo más saludable, repito, materializar nuestras fantasías sexuales. En el caso de los hombres: follar con dos mujeres. Follar con un hombre y una mujer. Ver a dos mujeres follando. Que te la chupen dos mujeres (este es un clásico). Chupársela a un hombre mientras te follas a una mujer. Follarte a un hombre mientras este a su vez se folla a una mujer. Que te la chupe una mientras otra te pone el chocho en la cara. Follarte a un travesti o a la mujer de un amigo. Participar en una orgía. Las combinaciones son muchas y los escenarios múltiples.
Pero es un asunto complicado lo de hacer realidad nuestras fantasías sexuales. Cuando uno se lo propone, y ya llegar a este punto entraña bastantes dificultades, lo comprende enseguida. Qué difícil va a ser esto, se dice uno, pero no se deja amilanar. Y acto seguido se dispone a superar los obstáculos que lo separan de un trío. Y digo un trío porque es lo más socorrido, la fantasía más común y corriente. Un trío. Yo he llegado a hacer pequeñas encuestas entre mis amigos y amigas y entre mis conocidos de confianza y siempre han respondido lo mismo cuando les preguntaba qué fantasía sexual les gustaría realizar. Un trío, respondía el noventa y cinco por ciento. Noventa y cinco por ciento. El otro cinco por ciento mostraba una sofisticación mayor. Es decir que tenían fantasías más complejas y raras; que en este contexto, siempre es positivo.
Y también hay, tengo que decirlo, dentro del noventa y cinco por ciento mencionado, gente que se halla en un estado sexual muy triste y cuando uno le pregunta por su fantasía sexual, dice primero: follar con otro. Cualquier otro; con tal que no sea su pareja habitual, con la que lleva follando años. Es un porcentaje pequeño, cierto, pero muy patético. Que, ay, existe. Y solo al aclarar yo que follar con otro no califica como fantasía, decían un trío.
En fin. El trío. Un trío da para mucho. La composición puede llegar a ser interesantísima. Vean lo que se me ocurre. Digamos que la fantasía consiste en follar con una japonesa que a su vez se folla a un negro y que en el proceso usted también desea chupársela al negro. Sugestivo, ¿no? Bueno, admito que no es sencillo organizar una cosa así. Primero encontrar a una japonesa que quiera follar con usted. Ya esto no va a resultar sencillo viviendo en Europa, y después está lo del negro. Supongamos que lo encuentra (en Barcelona y en España por suerte hay bastantes negros, esa es la verdad). Y supongamos que el señor negro acepta follarse con usted una japonesa. Esa parte tal vez sea la parte más fácil porque creo que todo el mundo quiere follarse a una japonesa. Yo, sin ir más lejos.
Pero a partir de ahí el asunto se complica. Ya está usted, la japonesa y el negro. Ah, pero aún queda lo más difícil. ¿Querrá el negro dejarse chupar la polla por usted? En fin, que el asunto es delicado. ¡Y esa es una fantasía relativamente sencilla, un trío a fin de cuentas, que no es nada del otro mundo hablando de fantasías! De hecho, un trío es como de lo más normal cuando hablamos de fantasías. Aunque acepto que lo de la japonesa y el negro no es el trío que le viene a la mayoría a la cabeza cuando piensa en un trío. Pero ya saben ustedes cómo son mis cerebros.
Más recomendable es fantasear con un trío más convencional. Usted y dos mujeres. O, en el caso de las mujeres, la mujer y dos hombres. Ese sería un buen primer paso. Y después de que se tenga esa experiencia, entonces plantearse algo más difícil, como lo de la japonesa y el negro o la japonesa y un rubio tipo vikingo, por ejemplo. Me atrevería a decir que lo del negro (follar con un negro) es una fantasía bastante común para las mujeres europeas. Por lo que he podido averiguar. Hay que vencer muchas barreras culturales y mentales para una fantasía interracial. Lo que está muy bien. Mientras más obstáculos internos haya que vencer para realizar una fantasía sexual, mejor. Más crecerá sexual y moralmente y humanamente la persona que la lleve a cabo.
Las fantasías sexuales juegan un papel fundamental en la sexualidad, sobre todo en la sexualidad femenina. De hecho, me atrevería a decir que en muchas ocasiones (aquí exagero un poco tal vez) las mujeres están en la cama con usted pero su imaginación está en otro sitio, follándose a su mejor amigo, al carnicero de la esquina o un grupo de negros en una mansión señorial.
(Respecto a este asunto, les animo a leer Mi jardín secreto, el excelente estudio de Nancy Friday que recopila un buen número de fantasías sexuales femeninas).
Es un territorio enmarañado esto de las fantasías sexuales. No voy a elaborar mucho en lo enmarañada que se pone la cosa si en las fantasías sexuales de alguien aparece un perro, digamos, o un caballo. Tengo una amiga que tiene constantes fantasías con perros y caballos y se lo pasa genial. Pero es algo muy difícil no ya de hacer, sino de admitir. Algún día les hablaré de ella, una chica estupenda.
Existen innumerables fantasías sexuales. Algunas pueden hacerse realidad y otras no. Obviamente. Hay algunas de las que cuesta incluso hablar porque enseguida te acusan de esto y de lo otro. Entre esas fantasías innombrables pueden citarse la de puta, es decir, la fantasía que tienen algunas mujeres de que son putas (no sé si hay hombres que también fantasean con ser putos, supongo que sí), las fantasías que tienen algunas mujeres de que son usadas o expuestas en público a la lujuria colectiva, y naturalmente la fantasía que tienen algunas mujeres de que son forzadas a realizar algún acto sexual por una o varias personas.
Sé que es un tema casi tabú. Pero esas fantasías existen (lo prueban libros como el mencionado anteriormente) y yo mismo he conocido a mujeres que me han confesado tener esas fantasías. Mujeres normales. Mujeres, naturalmente, que sienten horror y condenan cualquier violencia sexual (o de cualquier tipo) en la vida real, por así decirlo, pero que fantasean con situaciones como las que menciono arriba.
Ya ven lo extremadamente complejo que es esto de las fantasías sexuales. Pero, repito, a pesar de ello creo firmemente que lo mejor que podemos hacer es convertir en realidad esas fantasías. O al menos intentarlo. Porque tendrá un impacto muy positivo en nuestra salud sexual y en general en la calidad de nuestro existir y en el nivel de libertad de nuestras vidas.
Eso sí, siempre y cuando todos los implicados estén de acuerdo y limitándonos a fantasías que no comporten violación alguna de la ley.
Las fantasías sexuales pueden ser muy oscuras, tan oscuras como al negro al que se la quieres chupar.
Mira que soy de Abreu, pero hoy no lo veo acertado. Profundiza demasiado poco, no me parece acertado resumir la mayor parte de su texto en la fantasía del trío. Sí, es una fantasía concurrida a la par que simple, pero no todos quieren compartir a su pareja o a lo que sea con otro. Existen muchas más (de lugares, en una piscina, en la playa, en público), de momentos, de posesión… que o simplemente las cita o pasa por encima.
A ver, no le pido a Abreu clases de sexo, pero me parece que es el tema en el que más ha cojeado.
El articulo me pareció interesante en casi la totalidad, lo que me produjo cierto reparo, es cuando llega trio formado por la japonesa y el negro, que no me parece raro dicho trio, lo que me produjo cierta arcada es lo de chupársela al negro, será algún trabe mental mío, pero mi mente no procesa dicho acto. Por el resto muy ilustrativo.
Hoy no ha llegado al sublime nivel habitual, amigo Abreu. Igual ha sido el calor, la depresión post-vacacional, la tensión pre-vacacional, o que estaba llevando a cabo alguna fantasía suya (escribir un articulo mientras se la chupa al negro que corta las uñas a la japonesa), quien sabe… el caso es que el de hoy ha sido un articulus interruptus.
Que te chupen y chupar es algo con babas?me da mucho asko los escupitajos esos no se si es sexo o espectaculo o babas
lo que pasa,,, nadie lo pasa si no lo siente
es que el sexo sin amor es una tragedia
Tragedia «griega»
Para algunos todo es tragedia.
Lo malo de hacer realidad las fantasías es que dejan de ser fantasías para ser realidad. La realidad puede decepcionar, la fantasía nunca, siempre la crearemos según nuestros deseos más profundo y no tendrá límites. ¡Viva la fantasía en sí misma! Da igual si se hace realidad o no. Quizás mejor que no se haga realidad.
Totalmente de acuerdo, por suerte o desgracia he podido realizar un par de fantasias que me habian hecho pasar magnificos momentos, no comprendian mingun negro ni ninguna japonesa, si una playa, y fue ciertamente decepcionante, hay que ver como raspa la arena….
‘Hembracidad’ y ‘Follar con amor’ fueron dos artículos interesantes. De los posteriores parecen salvables algunos manuales de uso y disfrute como ‘La importancia de comer bien’ o ‘Y su agujero oscuro como el sol’. Desde entonces vamos de mal en peor. Este artículo es el peor de los suyos con gran diferencia. Hasta ahora, claro.
Completamente de acuerdo. Aunque yo confío en que retomará la senda.
Terreno pantanoso. Y no lo digo como fantasía sexual.
En el fondo las fantasías sexuales realizables no son fantasías, son simples deseos, y estando dentro de esta categoría y teniendo la oportunidad…., ¡al ataqueeeeer!
El que vive de fantasías, acaba con desengaños y callos en una mano.
Me he sentido muy identificada con el texto. Es cierto que peca de ligereza y superficialidad, pero el autor ha apuntado algo tabú que a mí me pone perra perraca: la zoofilia. Mis mejores momentos no los he vivido con mi novio sino con mis queridos Brad y Angelina, mis dos dálmatas de 3 y 5 años respectivamente. Aún no me lo he hecho con un caballico, pero no pienso cumplir los 40 sin catarlo. Mmmmm… Dejo ya el tema, que me estoy calentando y tengo que ir al Mercadona.
Señor@s, es sublime realizar las fantasias sexuales. El sexo es salud. Como va a ser malo comer sano..
Hola,
Coincido con algunos de los comentarios de más arriba en los que se critica la superficialidad del texto; solo daré mi opinión acerca de las fantasías sexuales. Así que, además de esa falta de profundidad, echo de menos la parte negativa que toda fantasía tiene. Ya que pienso que todo tiene, valga la redundancia, su contrapartida; un perjuicio. Y las fantasías sexuales no son una excepción.
Fantasía… fantasía… sería comer lo que te diese la gana… comportarte como te diese la gana… darle rienda suelta a tu sexualidad completamente… no poner ningún límite a tu corta temporalidad en esto que llaman universo… ¡ser completamente libre!
Eso sí que molaría, y mucho.
Sin embargo, las fantasías, las barreras, lo prohibido, lo insano, lo tabú, tienen —conllevan— una toxicidad asociada de la que no nos podemos desprender. La mente, en su «imagination mode on», puede sobrevolar parajes espectaculares y desarrollar las más aberrantes, espectaculares y variopintas fantasías sexuales. Pero, en la mente de cada uno. No en la sociedad. No en un contexto legal. No en un entorno de «carne y hueso».
Suelo aconsejar muy a menudo —todo español que se precie da consejos gratuita, enfática y desinteresadamente en algún momento de su vida— la manida frase «vive y deja vivir». Sin embargo, vivir es algo ambiguo, que yo por lo menos no sabría acotar con exactitud; esa exactitud que se requiere para decirle a una persona: «¿Sí? ¿De verdad te gustaría probar eso en el sexo? ¡Pues, adelante, no te cortes!».
Hacer un trío es una fantasía un poco light, ¿no? Lo ‘suyo’ es imaginar una ‘petardá’ gorda… gorda.
Imaginarla, no hacerla.
Un saludo.
Pues vale. Para hablar de tríos me veo una peli porno que es bastante mejor. Pero podrías hablar básicamente de porqué afirmas lo que afirmas. ¿Qué es crecer moralmente para usted? ¿Qué es la libertad? ¿Qué es obtener más libertad? ¿Por qué más libertad genera más civilización, más tolerancia, más empatía? Es usted muy libre de escribir lo que escribe, por supuesto, y ponga todos los libros que se ha leído si quiere, pero sigo pensando que este artículo sería interesante si nos explica algo más de lo que cualquiera de nosotros puede imaginar. Para imaginar ya me sirvo yo solo, no me hace falta leer cómo se folla o deja de follar. ¡Haga pensar! Y este artículo no lleva a ninguna reflexión, a ningún debate. Simplemente usted cree estar moralmente por encima de muchos sin explicar porqué y eso es una aberración intelectual.
Eso sí, al final hay que cumplir la ley…porque…¿esa es la moral? Flojo. Muy flojo.
Lo del trío es algo que no hay manera. Es mi mayor fantasía y de hecho he estado dos veces a punto de hacerlo, y al final, nada. El problema añadido es que según me han dicho es mejor no tener pareja o que uno de ellos no lo sea. Y ahí estoy de acuerdo. Creo que no soportaría ver a mi pareja con otra… aunque si que acepto que a mi me toquen otros… Paradójico, ¿verdad?
Ese es un problema con algunas mujeres…les gusta solo a ellas.
Alquien me llamo? Soy de Congo pero vivi mucho tiempo en latinoamerica y ya saben