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…Ae4 Ta2… El ogro de silicio

Kasparov

Disfrutaba tensando las costuras de sus adversarios hasta descoserlos. Arrancaba con aperturas consistentes y ganada la iniciativa, les torturaba sin descanso. Bailaba a su alrededor, entrando y saliendo en su distancia, como Muhammad Ali. O desataba ataques virulentos dignos de Bobby Fischer. Pasada la cuarta hora era raro que se mantuvieran de pie. Llegar más allá era quimérico. No por nada le llamaban el Ogro de Baku.

Pero en esta ocasión se enfrentaba a un desafío diferente. IBM le proponía una revancha con una máquina que le obligaba a cambiar su estilo de juego. Un reto para su capacidad de sufrimiento. Su fortaleza mental. Medirse a una máquina fría con un cerebro de silicio compuesto por 32 procesadores en paralelo capaces de calcular 200 millones de jugadas por segundo, más de las que jamás analizaría en su carrera. Un adversario implacable ante el error e insensible a las circunstancias. Un Kasparov inmune al cansancio. Suponía someterse a su propio castigo. Esta vez debía resistirse a convertir el tablero en un tsunami en el que despedazar al rival. Probar su paciencia. Convertirse en su némesis, jugar contenido como Karpov. Controlar, especular, evitar fisuras y cerrar flancos que disparasen las posibilidades de ataque del su rival. Solo una cosa le hacía superior a Deep Blue, su instinto, su humanidad. Si es que realmente Kasparov era humano.

Salió a correr por Central Park, donde había elegido una lujosa suite en un céntrico hotel. Después de la ducha mantuvo una conversación con su analista, Yuri Dejoian, y luego cumplió su habitual rutina ante la presencia inquisidora de Clara, su madre. No había ajedrecista que le intimidara más que ella. No existía.  

Pese a ganar la primera partida, no había dormido bien. Había cosas que le inquietaban. Después de repasar cientos de vídeos sobre el comportamiento de Deep Blue eligió abrir el duelo con una apertura contundente pero conservadora, el ataque de indio de rey, que le llevó a una victoria en 45 movimientos. Un ataque controlado para jugar en corto limitando la potencia del ordenador. En aquel primer envite ya dejó ver su imagen iracunda ante los 500 espectadores que habían pagado 25 dólares por acceder a la sala de reuniones de la planta 25 del Equitable Center Building de Nueva York. «El hombre ante la máquina. The Rematch». IBM había realizado una brillante campaña de márketing para un duelo del que la empresa saldría ganadora, más allá del resultado final.

Finalmente Kasparov logró derrotar en ese duelo inicial a Deep Blue, para el que las piezas no variaban su valor en el tablero a tenor de las circunstancias de juego. Cuatro horas y 45 movimientos después la máquina claudicó ante la tortura del ruso.

Gary encaró el pasillo satisfecho por un triunfo inaugural que confirmaba sus sospechas. Por muchas jugadas que calculase, el ordenador era incapaz de pensar, le faltaba instinto asesino. Pero Kasparov se marchó sorprendido por un movimiento en el que Deep Blue realizó una jugada de torre sin sentido. «En situaciones de inferioridad y presión, se bloquea», pensó. La partida estaba decidida, pero aquel movimiento era una señal de debilidad del ordenador. Algo que le reconfortó.

Nueva York despertaba en Kasparov un sentimiento encontrado, mezcla de curiosidad y pánico atroz. Finalizada la partida el Ogro de Baku cenó en su suite mientras en el cuartel de IBM, localizado en un bosque del condado de Westchester, un ejército de informáticos trabajaba contrarreloj para solventar un problema en el que nadie reparó durante la partida. Concretamente en la desafortunada jugada de torre, cuando Deep Blue se bloqueó, literalmente, haciendo saltar las alarmas. Murray Campbell, responsable del proyecto, logró reparar el fallo y horas después el ordenador estaba listo para medirse de nuevo a su rival.

Aquel domingo de mayo Kasparov notó que algo no iba bien desde el principio. Algo había cambiado en Deep Blue. Movimientos instintivos, decisiones arriesgadas. El ordenador eligió el patrón de juego con el que Bobby Fischer aplastó a Spassky en una célebre partida del 72, y lo desarrolló de forma implacable. Fue arrinconando a Kasparov, que veía aterrorizado como emergía ante sí un muro infranqueable. El ordenador eligió la apertura española, dobló las torres en el lado de la reina, infiltró a esta hasta la séptima fila… Deep Blue «pensaba» como Fischer y bailaba a su alrededor como Ali. El ordenador, inmune al cansancio físico y mental, convirtió la partida en un aluvión de golpes: 24.Ra3 25.Rca1 26.f4… Uno mandó a Kasparov a la lona. Corría el movimiento 37 cuando Deep Blue tomó una decisión impensable en una mente artificial programada para minimizar riesgos. Pudiendo elegir un movimiento que le daba una ventaja notable, prefirió una jugada de bloqueo que inutilizaba el contragolpe del rival. Una decisión casi humana: 37. Ae4 Ta2

Kasparov-Deep Blue

Aquello descentró al ruso, perplejo ante una variante fuera de toda lógica racional. Se sucedieron los movimientos y el ordenador cometió una imprecisión que Kasparov, fuera de sí, no detectó, desaprovechando un recurso de tablas para firmar una rendición que significó un punto de inflexión en la contienda. Un antes y un después en el mundo del ajedrez. La humanidad de Deep Blue había vencido a Kasparov, que dolido por la derrota escenificó un festival de desaires. Estaba tenso. No le hacía gracia verse señalado en carteles y anuncios como el héroe o villano en la lucha con los robots. Era una presión ajena al tablero, una sensación que no dominaba y eso le incomodaba profundamente.

El USA Today dedicó su portada al envite entre la máquina y el hombre con un sugerente titular: «El ajedrez es la guerra». Y Kasparov cuestionó públicamente la toma de decisiones del ordenador durante la segunda partida: «Deep Blue ha mostrado signos de inteligencia y ha tomado decisiones que los seres humanos tomamos por intuición». Tres grandes maestros habían diseñado el libro de juego de Deep Blue: Joel Benjamin trabajó durante seis meses el de aperturas, dedicándose Miguel Illescas y John Fedorowicz a dotar a la máquina de comprensión posicional, su talón de Aquiles. Desde entonces el ruso fue incapaz de centrarse en el tablero. Las tres siguientes partidas terminaron en tablas, pese a que Kasparov disfrutó de ventajas mínimas que Deep Blue contrarrestó con problemas.

Aperturas imposibles, sacrificios voluntarios de piezas para cambiar el curso de la partida, maniobras de despiste… Kasparov lo intentó todo, pero llegó a la última partida igualado a 2,5 con su contendiente artificial. Deep Blue salía con blancas y el grado de ansiedad del ruso era indisimulable. Estaba muy presionado por el ambiente, pero más por sí mismo. Para esta última y definitiva partida Deep Blue propuso una defensa Caro-Kann y Gary omitió un sacrificio de caballo en el séptimo movimiento, error imperdonable que desembocó en una derrota sin precedentes doce movimientos después. Apenas habían disputado una hora de juego cuando Kasparov levantó la vista, miró a su madre Clara con resignación y entregó la partida.

Minutos después, mientras Kasparov reunía fuerzas para comparecer en rueda de prensa, las acciones de IBM se disparaban en la Bolsa generando más de 6000 millones de dólares, de los que algunos mantienen que el ruso se llevó un buen pellizco. Leontxo García, testigo directo del duelo, no avala esa tesis: «Kasparov se metió en una conocida trampa de la Defensa Caro-Kann. En mi opinión, no hubo tongo. Él dio por seguro que el libro de aperturas de Deep Blue no incluía esa celada y se equivocó. Entre otras razones, porque su sistema nervioso estaba roto por la enorme tensión que sufrió durante el duelo». La comparecencia final del Ogro de Baku confirmó las teorías de los especialistas aquel histórico cuatro de mayo: «Estoy avergonzado y pido perdón. No soy yo mismo, no lo he sido desde que perdí la segunda partida». La segunda partida y aquel movimiento 37 que ya figura en la historia del ajedrez: Ae4 Ta2. Máquinas humanizadas.

kasparova

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15 Comments

  1. Pingback: …Ae4 Ta2… El ogro de silicio

  2. Creo que desde siempre se ha enfocado *muy mal* este duelo. No fue un hombre contra una maquina, fue un hombre contra el conocimiento y la inteligencia de muchos otros. Prefiero pensar que fue la victoria de una inteligencia múltiple sobre una individual.

  3. Buenas,

    comento esto como Maestro Fide de ajedrez (por si alguien cree que no se de lo que hablo). El match Deep Blue-Kasparov fue un tongo. Kasparov no jugó contra una máquina, sino contra aproximadamente 20 grandes maestros con un rating fide de 2600 que se encontraban en la planta inferior a donde se disputaba el torneo. Entre esos grandes maestros estaban Benjamin, Illescas, y otros de talla mundial, aunque incomparables a Kasparov. Esto explica las jugadas «humanas» e intuitivas que realizó Deep Blue. Módulos de hoy en día como Houdini, Firebird…no llegan a ese nivel de comprensión posicional ni siquiera en 2013. ¿La tecnología ha empeorado? No, por supuesto. Simplemente fue un tongo, como ya ha dicho. Kasparov seguramente lo sospechó y eso quemó sus nervios. Pero sigue siendo el mejor jugador que ha dado el ajedrez, seguramente seguido de cerca por Bobby Fischer.

    • Viriato

      Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.

      Si no, no dejarán de ser leyendas urbanas y teorías conspiranoicas.

      • Miguel Arvizu

        ¿Que tipo de pruebas quieres? ¿Que Joel Benjamin o Miguel Illescas declaren su participacion en el amañamiento? ¿O de plano que IBM diga que hizo trampa? Si algo asi sucedio esta claro que muchos dolares fueron a parar a los bolsillos de los involucrados y es obvio que las pruebas que pides nunca se conoceran. Solo quedan pistas que cada quien tiene derecho a ponderar como quiera: 1.- «Aperturas imposibles, sacrificios voluntarios de piezas para cambiar el curso de la partida, maniobras de despiste… Kasparov lo intentó todo»
        2.- «Módulos de hoy en día como Houdini, Firebird…no llegan a ese nivel de comprensión posicional ni siquiera en 2013. ¿La tecnología ha empeorado? No, por supuesto.»

        Chequen este interesante documental

        http://www.youtube.com/watch?v=FBzI7y8VNCA

  4. Este bello artículo quedaría refrendado si el autor del mismo contestase a los dos primeros comentarios. Mientras tanto no pierden belleza sus líneas, pero mantienen la duda acerca de su exactitud y certeza. Mientras tanto, además, volver a escribir sobre ajedrez debería ser considerado seriamente, Fermín, pues creo que te han puesto en entredicho.

  5. Fulgencio Barrado

    Quisiera hacerles una pregunta: ¿Alguna vez se ha enfrentado Deep Blue contra otro Deep Blue?
    Si no ha ocurrido, creo que sería un duelo revelador, tanto de la realidad de la máquina, como de las infinitas posibilidades del ajedrez.

  6. Para los que quieran saber más hay un estupendo documental partido en 11 partes en YouTube. Os enlazo a la primera

    http://youtube.com/watch?v=czwh-x9vYFs

  7. Alberto

    Siempre he pensado que el ajedrez es el deporte que proporciona las historias y relatos más interesantes y apasionantes, y que es un filón muy muy desaprovechado por parte del periodismo. Es de agradecer que esta página le de un protagonismo que, por otra parte, es una apuesta segura.

    En cuanto al articulo, un par de detallitos, para afinar un poco los detalles.

    El error garrafal de la primera partida resultó ser un bug
    de programa, en el que, al no poder escoger cual era la mejor jugada disponible, realizó una al azar(error qué fue corregido ese mismo día, como apunta Fermín)

    En cuanto a la segunda partida,si bien es el movimiento de Deep Blue 37.Ae4 el centro de la atención, éste no es el «movimiento humano». Me explico: en la posición anterior a Ae4, con el alfil en c2, la otra opción de la que habla Fermín es jugar Db6, ganando el peón negro de b5, pero permitiendo al negro avanzar su peor de rey, consiguiendo un fuerte contraataque posicional que le podría valer para forzar tablas. ¿Por qué esta última linea sería más de máquina? porque para los ordenadores es muy difícil valorar criterios posicionales, y dan prioridad a criterios más objetivos, como la ventaja de material(precisamente, la primera partida es ganada pos Kasparov explotando esta debilidad).
    El caso es que incluso teniendo esto en cuenta, la mayoría de las máquinas potentes leerían correctamente el contrajuego del negro, y elegirían jugar el alfil(movimiento «humano») a jugar la dama (movimiento «de máquina»). De hecho,los actuales programas punteros (p.e. Fritz, Rybka) corriendo en un ordenador medianamente potente jugarían el alfil tras pensarlo unos minutos.
    ¿Cual es el problema entonces?Hay que buscarlo en la mucho menos espectacular jugada anterior: 36.axb5 axb5. Aquí, Deep Blue elige cambiar peones en b5 y abrir la columna de A en vez de jugar Db6 ganando, esta vez, no uno sino dos peones. Ahora la tentación de ganar material si es suficiente para una máquina como para permitir el contraataque del negro(aunque éste sigue valiendo, al menos para forzar tablas). En este caso, al menos hasta donde yo he podido comprobar, el software moderno considera la jugada Db6 como mejor que la jugada por Deep Blue, axb5, por lo menos en un tiempo razonable(el tiempo es importante). Ojo, esto no significa que necesariamente haya habido tongo; quizá Deep Blue estaba programado de forma diferente, o su bestial capacidad de cálculo (200mill de jugadas) fuese suficiente.

    Un saludo, y gracias por el artículo

    PD: por favor, por favor, no llaméis reina a la dama, ¡suena horrible!;)

  8. Pingback: Bitacoras.com

  9. gary strogonoff

    yo la llamo como me sale de mis bishops…quiero decir alfiles jajajaj

  10. Que a estas alturas aún estemos diciendo que hubo tongo y que jugadores como Miguel Illescas estuvieron involucrados es una locura. Parece que olvidamos que Deep Blue era una supercomputadora preparada solo para jugar al ajedrez y que, después del primer enfrentamiento contra Garry, tuvo mucho tiempo para ser afinada.

    No olvidemos nunca que Deep Blue no era un programa corriente corriendo sobre ordenadores cotidianos.

  11. Perdonad. Se que hace ya mucho de la publicación de este articulo pero no he tenido tiempo de leerlo hasta hoy. Por si fuera poco no tengo ni idea de jugar al ajedrez. Pero todo esto me ha dado que pensar pues hay algo que aunque por una parte sea logico no deja de sorprenderme.
    Es ovbio que la maquina debe ser construida y programada por humanos, pero… ¿Tienen que ser estos ajedrecistas? Me refiero a que en mi opinión, no demasiado meditada todo sea dicho, pienso que el auentico duelo hombre-maquina o mejor dicho la demostración de que podria hacer una maquina por si sola NO deberia incluir juagadas o estrategias predeterminadas ni historicas ni reacciones habituales a movimientos del contario. Pienso que deberia ser todo mas «puro». Algo así como proporcionarle a la maquina el reglamento y objetivos y poca cosa mas. Y no que utiliara estrategias y tacticas humanas predefinidas. Por otro lado, tambien podemos pensar que eso no seria justo dado que el contrincante humano si que habria estudiado esas «jugadas predetermnadas» y tambien toda la experiencia adquirida a lo largo de su carrera. Quizas dotar a la maquina de capacidad de aprendizaje y darle margen para adquirir una experiencia similar compensaria las cosas, pero que fuera la maquina por si misma la que decidiera que jugadas o estrategias pueden serle utiles en el futuro y por que no, crear las suyas propias, que es lo que creo que seria realmente interesante y no una maquina que juegue como un humano.
    Perdonad si he dicho alguna tonteria, desconozco mucho todo el tema de programación de ordenadores y mas aún el mundo del ajedrez.
    Gracias.

    • EduardoE

      El tema con el ajedrez es que posiblemente el desarrollar un sistema de reglas para que Deep Blue pudiera desarrollar un proceso de aprendizaje era imposible en ese tiempo, no solo por las limitaciones tecnólogicas sino además de las de conocimientos necesarios para llevar acabo ello.

      Pero la misma IBM pudo superarse y construir al sucesor de Deep Blue, Watson, quien gano hace 2 años en Jeopardy.

      Lo revolucionario de Watson es lo que señalas: Desarrollaron un sistema que es capaz de aprender de conocimiento previo para dar respuestas, y en lenguaje natural, lo que es mucho más complejo para una maquina que jugar Ajedrez.

  12. Pingback: Los trucos de IBM contra Kaspárov | Ajedrez Tricolor

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