Del hype al fake, los medios y el runrún popular confinan entre uno y otro extremo a Rodriguez, ese entrañable cantautor norteamericano que fracasó anónimamente en los años 70 para transformarse en una estrella internacional en 2012 cuando su talento fue tardíamente desenterrado. El próximo ocho de julio realizará su única actuación en España como hoy acostumbra: con entradas agotadas y ante una expectación desmedida. La culpa de todo la tiene el documental Searching for Sugarman, ganador del Oscar tras ser premiado en multitud de festivales como el In-Edit Beefeater, que lo estrenó en nuestro país. Mejor vean la película si aún no lo hicieron, porque vale la pena y vamos a destriparla. En resumen, cuenta cómo los sudafricanos, que tenían a Rodriguez por un mito mayor que Bob Dylan pero durante décadas le creyeron muerto, descubren que solo estaba retirado y le organizan una gira que supondrá un monumental éxito redentor en su breve carrera. Final feliz… Hasta que algunos se enteran de ciertos hechos ausentes en el documental y se llevan las manos a la cabeza interpretándolos como un maniqueo y calculado artificio orquestado por el realizador Malik Bendjelloul. Tal vez entiendan como una traición que el cineasta sueco obvie hechos que por otra parte llevaban tiempo al alcance de quien gustara ahondar en el personaje (incluso en la web oficial de Rodriguez activa desde 1998), pero lo que ocurre es que no estaban ustedes ante el filme que querían o creían ver. Si les escandaliza que un documental tergiverse la realidad, sepan que es práctica habitual desde la invención del género. Robert Flaherty recreó, falseó y hasta inventó situaciones en Nanuk el esquimal (1922), primer documental de la historia. Y tras Flaherty, Luis Buñuel, Michael Moore y muchos otros han sido acusados con pruebas de la misma falta. Pero no existe reglamento de oro dictando lo que debe o no hacerse en la categoría artística que retrata la realidad. Quienes le exigen fidelidad, rigor y detalle la confunden con el reportaje periodístico en profundidad. Y también ahí se manipula, o así se convino al entender que plantar una cámara en una perspectiva concreta ya supone tomar partido y crear un discurso. Ningún suceso tiene menos de dos caras. Y usar la omisión o la confusión al servicio de una tesis (usar la mentira en favor de una verdad si ustedes quieren) es la norma desde que la humanidad empezó a contar historias.
The natives can’t believe it
It all seems so unreal
Just to ask the question,
Now how does it feel
(Heikki’s Suburbia Bus Tour)
Pero los hechos relatados en Searching for Sugarman son estrictamente ciertos. No les miente el sueco. Lo que hace es dosificar los hechos con cuentagotas como ocurre en las películas de misterio. De hecho, Bendjelloul describe a menudo la película como una historia «de detectives» y por eso oculta hasta el final que hace 15 largos años del resurgir sudafricano del cantante. También se acusa al director de falsear la significación política del artista en el movimiento anti-Apartheid. Músicos como Johnny Clegg and Savuka fueron más activos y efectivos en esta causa. Y si a muchos afrikáner les atrajo Rodriguez fue porque hablaba con libertad de sexo y drogas mientras ellos sufrían represión y aislamiento internacional. Pero la escritora zimbabuense Barbara Nussbaum defiende que las letras antiestablishment de sus canciones calaron muy profundamente en aquella realidad, más cercana al desencanto de Rodriguez que al canto esperanzado de Lennon. Su audiencia era predominantemente blanca, sí, ¡lógico en una sociedad de culturas segregadas! Aunque dicen que entre sus fans negros destacaba el legendario activista Steve Biko. Puede que corresponda a la experiencia de cada uno otorgarle relevancia en la cuestión racial, pero el documental tampoco explica que Rodriguez fue candidato a representante del estado de Michigan y a alcalde de su Detroit natal, fracasando estrepitosamente en ambas ocasiones. Por lo que su mayor logro político lo obtuvo efectivamente en Sudáfrica, y sin tan siquiera saberlo. Sin embargo, la crítica más dura a la película tiene que ver con otra acusación lanzada el año pasado con el estreno australiano: Searching for Sugarman ni siquiera menciona que mucho antes de la gira sudafricana de 1998, Rodriguez realizó una triunfal gira por Australia en 1979 (propiciada por una reedición local de sus discos, muy buscados allí por surfers y hippies), seguida de una segunda visita en 1981, cuando ya se apagaba aquella fama, degustada una década después de su debut.«Creí que era lo más alto que llegaría mi carrera» reconoce el cantante a Rolling Stone. «No pasó mucho después de aquello. Ni llamadas, ni nada». Así que volvió a colgar la guitarra, regresó a su trabajo en la construcción y siguió siendo un don nadie en su hogar y en la mayoría del planeta. Tal vez por eso Bendjelloul obvió el fenómeno australiano; tal vez para que la realidad no le estropeara una buena historia. O quizá exista otra razón de peso, que él nunca ha ocultado. En una reveladora entrevista con The Independent, que iluminaría a mucho hater, preguntaban al documentalista si se arrepentía de haber omitido ciertos datos sobre el artista: «No, porque cuento la historia tal y como se la escuché por primera vez a Sugar» —el realizadorse refiere a Steve Segerman, uno de los sudafricanos protagonistas del filme— «Imagina que eres un fan de Jimi Hendrix y quieres desvelar los detalles de su muerte, pero entonces descubres que él sigue vivo y acabas cambiando la vida de Hendrix. Me pareció una historia increíble. Y mientras montaba la película, esa fue siempre mi guía argumental, contar la historia desde los ojos de ese fan». Ese es el quid de la cuestión. Presuponen que el objetivo del filme es relatar vida y obra de Rodriguez, cuando en realidad trata de su busca y captura, del inaudito encuentro entre un ídolo fantasmal y dos habitantes de un país que quedó aislado del mundo. Es paradójico que no le localizaran antes teniendo tan cerca Australia, pero hablamos de fans y no de investigadores profesionales (Segerman era joyero y la tienda de discos que hoy codirige se abrió en 2001, años después de conocer al mito en persona). Sin olvidar que en el 98 no era fácil ni rápido husmear en una Internet infinitamente más despoblada de información.
Sugar man you’re the answer
That makes my questions disappear
(Sugar Man)
¿Que Bendjelloul no da pistas de esta visión subjetiva? No serán tan invisibles las costuras cuando muchos espectadores sospechan (erróneamente) estar ante un falso documental. El propio título no deja lugar a dudas al ignorar el nombre del artista para llamarse «Buscando al hombre de los caramelos«. ¿Y ahora quieren amargarles el dulce? Toda la película se ciñe a la perspectiva sudafricana, lo que justifica teñir de misterio los inicios musicales del cantautor; obviar sus orígenes familiares; prestar atención a su actual familia solo en relación a Sudáfrica; y por supuesto omitir el episodio australiano. Esta aproximación al personaje se vio sin duda reforzada cuando el director constató que Rodriguez no tenía el mínimo interés en hablar de sí mismo: “Siempre respondía con monosílabos» declara a The Independent. «Y no fue hasta el final, cuando vi la película montada, que entendí que así debía ser. Él no quería entrar en el juego, era alérgico a ser el centro de atención». Una timidez y ante todo una humilde integridad que evidencia por qué la fama jugó al escondite con un cantante que literalmente actuaba de espaldas al público. Pero no teman si tienen entrada para su concierto, porque Rodriguez ahora da la cara. Aunque una cosa es el respeto debido a un espléndido artista, otra el hiperbólico efecto hipster a su alrededor, y otra la calidad que pueda ofrecer en directo un hombre de 70 años al que todas las crónicas del último lustro retratan con voz ya muy frágil, acompañado de una banda mediocre y rellenando los conciertos con pobres versiones de Cole Porter, Elvis Presley o Rolling Stones. Como escribía piadosamente el Huffington Post, «aunque los Stones han probado que la edad no es un impedimento para el rock, Rodriguez no es Mick Jagger«. O como a menudo ironiza el propio artista: «No me voy quedando viejo, me voy quedando muerto». Por eso la principal motivación para verle en vivo debería ser homenajear a quien no triunfó debidamente en plenitud de su arte. En todo caso, la mayoría ignoraríamos la existencia de Rodriguez de no ser por el documental de Bendjelloul. No habría gira mundial y solo una minoría buscaría los discos de este combinado perfecto de Jose Feliciano y Bill Withers. En lugar de una ficha biográfíca completa, se rodó una historia insólita, emocionante e inspiradora, que le rescata de los artistas olvidados y aúpa su leyenda junto a los iconos musicales de los años 70, no solo en Sudáfrica, no solo en Australia, si no en el mundo entero. Gracias a Searching for Sugarman, Rodriguez es historia de la música.
Now I’m tired of lying and I’m sick of trying
Cause I’m losing who I really am
And I’m not choosing to be like them
And if you get bored and you got loneliness
Or it’s dislike for me you express
I won’t care if you’re right or you’re wrong
I won’t care cause you see I’ll be gone
Maybe today, yeah
I’ll slip away
(I’ll Slip Away)
Los docus siempre tienen una parte truculenta y así tiene que ser pero lo que para mi no tiene truco son las magnificas canciones compuestas por este hombre allá por los 70… son auténticas y eso es lo que importa.Iré a su concierto solo por rendirle homenaje y si ya no canta más que un gallo o su guitarra chirría me va a dar igual pues tengo su música metida en los sesos.Eres grande Sixto.
Pero este artículo… ¿No se había ya llevado a cabo en Jot Down? ¡Qué sensación de refrito!
Qué pena de comprensión lectora. El anterior artículo versaba sobre lo mismo pero en sentido contrario.
¡Usted perdone, Buonarroti! Para fustIgarme, voy a meterme el mango de la escoba por el culo.
«pero el documental tampoco explica que Rodriguez fue candidato a representante del estado de Michigan y a alcalde de su Detroit natal»
a mí me suena que eso sí que se explica en el documental. de todas formas un buen artículo, muy bueno. pero parece mentira que a estas alturas aún tengamos que explicar estas cosas. es la historia de su búsqueda, no su biografía.
algún día supongo que llegará el momento en el que no escuchemos frases como «la peli está bien, pero me gustó más el libro» y todo el mundo llegue a entender que el cine, incluído el género documental, es una cosa, la literatura otra y la vida otra aún más distinta.
Creo que de todos los que he leído, éste es el mejor análisis de lo que de verdad es el «documental». Enhorabuena.
Pero un documental no deja de ser una visión de autor; es una foto fija sobre algo, precisamente esa es la gracia. Resultaría imposible documentar en dos horas todos los ángulos de un momento, sería eterno. Muy bueno el artículo en ese sentido.
Lo que cuenta es la intención;la intención que tiene el director al contar una historia.Entonces la valoración del resultado final cambia mucho.
No he visto «Searching…» pero ¿cual es la intención del director?¿Contar una historia real «dosificando los hechos» para adecuarlos a la narración que le conviene?
Bien.
Yo valoro más un documental cuando la intención del director, es mostrar con imágenes y sonido el resultado de una investigación,sin artificios ,sin cartonpiedra.
Por ejemplo «Soha» de C.Lanzman. Se le puede llamar «reportaje periodístico en profundidad» como dice usted, pero la etimologia de la palabra (documental)me induce a aplicarla a obras como «Soha» y no a otros trabajos que seguramente se podrian incluir en la definición de la Wikipedia.
– «El documental es la expresión de un aspecto de la realidad, mostrada en forma audiovisual. La organización y estructura de imágenes y sonidos (textos y entrevistas), según el punto de vista del autor, determina el tipo de documental.
La secuencia cronológica de los materiales, el tratamiento de la figura del narrador, la naturaleza de los materiales —completamente reales, recreaciones, imágenes infográficas, etcétera— dan lugar a una variedad de formatos tan amplia en la actualidad, que van desde el documental puro hasta documentales de creación, pasando por modelos de reportajes muy variados, llegando al docudrama (formato en el que los personajes reales se interpretan a sí mismos), llegando hasta el documental falso conocido a veces como Mockumentary.1
Con frecuencia, los programas de ficción adoptan una estructura y modo de narración muy cercanas al documental, y a su vez, algunos documentales reproducen recursos propios de la creación de obras de ficción.»
No voy a entrar en los pormenores del artículo de si los documentale deben o no deben ser lo que son , si se tergiversa etc…También en las biografías , escritas , se cuenta de todo y se exagera. Lo que me interesa es el personaje en sí y su historia. Es muy curioso toda esta historia de Rodriguez y toda la expectación que ha traido, cosa que me parece exagerado independientemente de que realmente suena muy bien pero cuantos artistas «malditos» en la historia del pop ( o de la música ) se han quedado por el camino algunos incluso se suicidaron. Nick Drake, Badfinger y otros más que ahora se me olvidan su nombre.
«Sin olvidar que en el 98 no era fácil ni rápido husmear en una Internet infinitamente más despoblada de información.»
En el 98 era tan fácil como ahora utilizar los buscadores y su uso estaba tan al orden del día como ahora. Google se estaba creando por esas fechas, pero la mayoría recordará que por entonces existía Lycos, Hotbot, Infoseek, Excite, Yahoo, etc. De hecho había un mercado de buscadores mayor que el de ahora. Y entre todos ellos despuntaba el reputado Altavista que gozaba de un cierto prestigio académico.
Ciertamente en el Internet de 1998 había menos información que hoy. Sin embargo, se obvia el hecho que Rodríguez tenía en esa época su propia página web (lo que ahora diríamos su web oficial). Podía no ser una página muy sofisticada, y tener como sección principal un foro, pero eso se veía compensado por el hecho que la webmaster era la hija de Rodríguez. Seguir el rastro de Rodríguez no había de ser difícil. En pocos minutos se podía dar con él y aclarar si estaba muerto o no, y dónde vivía. Ahí también se hablaba de las giras australianas, por cierto.
No había necesidad de llamar a esta obra documental cuando no lo es. Es otro género. El problema es que en el género de ficción adonde corresponde esta obra valdría bastante menos de lo que vale haciéndose pasar por documental.
Creo que la forma en qué está contada «Searching for Sugar Man» es la única forma de trasladar a la pantalla el misterio que sobre Sixto Rodríguez existía en Sudáfrica. Sin duda creo que no sería lo mismo si se explicase todo desde el principio. Es ley en el cine que la historia debe atrapar y crear ese «algo» que te mantenga pegado. Me parece un relato precioso y emocionante que hable del arte y de la vida y de como no basta solo con tener el talento. Saludos
Vi el documental, excelente. El artículo bueno, interesante. En efecto lo de Australia si se cuenta hace perder fuerza a la historia; lo del 98 y AltaVista, es verdad. De acuerdo. Pero en línea gruesa esto es cine, y como tal está muy bien. Además cuenta la «gran historia» de Rodríguez y su impacto en Sudáfrica, que es lo que interesa. Otra cosa, aparte, y será otro misterio, es aquel que afecta a miles de artistas de todos los ámbitos que no triunfan pese a su talento. Ok, fue un desastre la presentación de Rodríguez ante una audición de ejecutivos, pero a cuántos artistas se reconoce su arte pese a su mala actitud?. Eso dará para otro cuento.
Evidentemente, me parece perfecto el artificio en los documentales, pero este me pareció deshonesto, me pareció tramposo. Quiero decir, no me sentí estafada ni indignada ni nada similar. Me gustó la película y dije «qué cabrón» con sorna cuando corrí a Wikipedia y descubrí el engaño.
Pero hay una inmadurez tramposa del otro lado de la cámara. Algo de «no me gusta la realidad y dejo de respirar» infantil, hay una falta de recursos narrativos para superar ese nada anecdótico hecho de que Rodriguez ya había dado una gira en Australia. Hay algo de retorcer la historia hasta volverla coherente con tus ganas de Oscar y no respetar la propia coherencia de la historia que cuentas. «Si me tapo los ojos, el monstruo ya no está». «No voy a permitir que la historia que cuento me joda la historia que cuento». Ña. Feo.
Búscate otra historia, cuéntala de otra forma, pero no omitas la información que te resulta incómoda porque vas a parecer un crío terco sin recursos. Porque puedes hacerlo de tal forma que resulte irreprochable, a estas alturas ya estamos acostumbrados a que los narradores no sean fiables. Y, evidentemente, el sueco no lo ha logrado. De allí la controversia y no porque no sepamos distinguir un documental y sus artificios de la cruda y esquiva realidad.
a mi me parece bien que se obvie lo de australia, ya que todo se explica desde la prespectiva de los fans de sud-africa que nada tiene que ver con los de australia…. yo he vivido situaciones similares al descubrir bandas, hace años, que aquí eran completamente desconocidas y en algun caso el artista sí estaba muerto… me pongo en la situación de que no lo estuviera y pudiera ver un concierto suyo estaria flipando como fliparon en sudafrica y llenaron 6 estadios… explicar lo de australia le quitaría ritmo al film…. a mi el documental me alegró el dia y ahora la música de rodríguez…
1º – NO TE HAS VISTO EL DOCUMENTAL !!
(ni siquiera te lees estos comentarios, pero el artículo no está mal)
Como ya dicen en otro comentario:
– escribes :»el documental tampoco explica que Rodriguez fue candidato a representante del estado de Michigan y a alcalde de su Detroit natal, fracasando estrepitosamente en ambas ocasiones.» ???? WHAT?
2º – Desde lo de Australia 1981 hasta Sudáfrica 1998 pasan 17 PUTOS AÑOS que para un músico es LA ETERNIDAD !!, estaría bien que lo hubiesen comentado, pero no le doy tanta importancia, el tío está TOTALMENTE DESAPARECIDO durante 17 años… os parecen pocos ?
3º – Pretender que vosotros seríais capaces de encontrarlo en dos patadas….. me parto.!..echarle un vistazo al reportaje de TV:
«Yo vi jugar a Nate Davis»…aquí también buscan a alguien.
4º – Si alguien me puede enlazar eso de que la hija estaba al frente de la web de papa, se agradecería.
5º – Su música me ha dejado pasmado.!.. y esa forma de ser…. no puedo evitar pensar en Nate Davis…
PS – Resulta chocante ver que TODOS son blancos en los conciertos… Se presenta con dos cojones con su apellido mexicano en los 70… Guerra de Vietnam … Racismo , la lucha por los derechos civiles… habría sido un milagro que hubiera triunfado.
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Buenas,
Hay una parte de tu crítica que no es correcta, aunque igual no he leído con atención el artículo.
«Puede que corresponda a la experiencia de cada uno otorgarle relevancia en la cuestión racial, pero el documental tampoco explica que Rodriguez fue candidato a representante del estado de Michigan y a alcalde de su Detroit natal, fracasando estrepitosamente en ambas ocasiones.»
En el documental efectivamente no hay mención de cuando Rodriguez se presentó a representante del estado de Michigan, pero si que mencionan cuando se presentó a alcalde, y cómo quedó en un puesto bastante reservado que da a entender un fracaso político, aunque luego lo pintaran con otras palabras.
De todas formas no es intención de menospreciar tu crítica al propio autor, que en paz descanse, pues me parece que tu argumentación es coherente y lo has demostrado con datos que son empíricamente comprobables.
También ha sido un error mío no haberme leído los comentarios posteriores (sólo leí el de arriba, haciéndome pensar que esta entrada llevaba en desuso durante un año) pero ahora que he leído alguno que otro, por ejemplo, el de KIK, que habrá leído más comentarios que yo, también saca a relucir ese pequeño error lo que podría llevar a inferir a algún lector que no habías visualizado el documental.
Para finalizar, y gracias a las aportaciones de liberty valance, he de expresar que la organización del material me ha parecido muy sutil además de creativa, todo ello en aras de mantener la tensión del espectador. Se cuenta una historia en mi opinión actualiza el antiguo mito desmitificándolo, por ello entiendo que Rodriguez haya actuado cerca de doscientas veces a lo largo de su carrera…es la imagen construida que se ha hecho de él la que le está dando un empuje artístico, carismático.
¿Será ahora como le han descrito? Hombre bueno, ético, modesto… ¿le acompañarán o han acompañado siempre esa infinidad de adjetivos bondadosos? Como propone el documental, Rodriguez es de hecho un hombre misterioso, pero me pregunto si esa máscara descrita es realmente el rostro inherente de su ser.
Para reforzar la idea de la reorganización de las imágenes, he de buscarle una analogía…y es precisamente en la música, en la música occidental normalmente sólo utilizamos doce notas, pues bien, es la reorganización de las mismas las que hacen una canción o melodía tan especial, al igual que este documental.
Creo que el motivo de que Rodríguez no explosionara en su época, hay que buscarlo en que el tipo parece un pedazo de pan, humilde de verdad y alérgico, me parece a mí, a todos los tejemanejes, lamidas de culo y bajadas de pantalones – bragas que son necesarios para prosperar en ese mundillo del show bizz. Bueno, en todos los mundillos.
¿que documental viste? en el documental explica claramente que participó varias veces en elecciones, para consejal y para alcalde y que nunga ganó unas elecciones. NO ESCRIBAS SOLO POR ESCRIBIR