Uno no puede traer hijos a un mundo como este.
(Virginia Woolf)
¿Qué podría haber significado para mujeres como Marilyn Monroe, Frida Kahlo, Chavela Vargas, Mary Cassat o Virginia Woolf haber tenido un hijo? Hoy en día compatibilizar la maternidad con la vocación no es imposible, aunque requiera de malabarismos, pero en ciertas épocas y familias, tener un hijo suponía renunciar por completo a la independencia de la mujer, la poca que tenía. Cada uno de los casos de estas mujeres es distinto: ser madre a veces era una opción, pero otras un deseo frustrado. Cómo habría alterado sus carreras solo podríamos saberlo si, en otra vida, las artistas hubieran tenido hijos. ¿Es mucho generalizar decir que la mujer, entonces, artista o no, era la encargada de ocuparse de la casa y las criaturas, y que eso dejaba poco tiempo para el arte? ¿Y es mucho generalizar decir que las mujeres que decidieron, por la cuestión que fuera, no tener hijos, pudieron desarrollar mejor su talento que las que tuvieron que hacerse cargo de una familia? ¿Pierde la mujer su independencia en cuanto se convierte en madre? Estoy hablando de distintos años y distintos casos, pero ciertamente la mujer se veía obligada, mucho más que el hombre, a elegir. Mientras Alfonsina Storni iba por el mundo adelante con su hijo ilegítimo como madre soltera y no renunciaba, ni mucho menos, a su poesía; Sylvia Plath se quejaba, al nacer su hija, de que Ted Hughes le dejaba todo el peso del hogar a ella, haciendo más pequeño el espacio que ocupaba la poeta como poeta. También debemos diferenciar entre las mujeres que económicamente podían permitirse a una criada y las que no. En cualquier caso, la mujer debía plantearse la maternidad desde un punto de vista diferente que el hombre. En ningún caso ellos creían que, al convertirse en padres, renunciarían —aunque fuera un poco, quizá momentáneamente— a la literatura, la pintura, la música o el cine. No se veían comprometidos por la paternidad, del mismo modo que ahora un hombre no ve peligrar su puesto de trabajo al dar la noticia de que su mujer está embarazada.
Marilyn Monroe y la endometriosis
¿Por qué Marilyn Monroe no tuvo hijos? Aunque tras su muerte se le atribuyeron hijos ilegítimos, lo cierto es que la actriz no tuvo ninguno, aunque ese fuera su deseo. Quizá no encontró la estabilidad suficiente, dentro y fuera de sí, para formar una familia, pero otra de las hipótesis apunta a una dolencia al menstruar. Además de ser una mujer muy insegura y dedicada al cine, la endometriosis podría ser la causa definitiva de que Marilyn no fuera madre. La endometriosis es una enfermedad que afecta a la mujer en edad fértil y que perjudica la calidad de vida de esta tanto en sus relaciones sexuales como en la reproducción. Marilyn la padeció toda su vida. Por entonces, siendo un caso poco estudiado, la única operación a la que se sometían las mujeres con dicha afección era a una cirugía que les removía los ovarios con la intención de hacer desaparecer el tejido endometrial. Como Marilyn deseaba tener hijos, se negó, de modo que convivió con el dolor siempre, que combatió con narcóticos. El icono sexual que era la actriz estaba roto por la endometriosis, puesto que las relaciones que mantenía no eran ni mucho menos placenteras, además de no poder, como así quería, ser madre. ¿Cómo habría afectado la maternidad a la vida de una actriz como Marilyn Monroe? ¿Cómo habría sido sin aquel dolor constante? Una nueva Marilyn, cargando en una de sus caderas a una criatura, quizá habría arrinconado su carrera como actriz. Tal vez no, no se habría visto afectada.
Chavela Vargas y la libertad
En el caso opuesto de Marilyn Monroe, la mexicana no quería tener hijos precisamente porque, en el caso de que tuviera que elegir, se quedaba con la vida y la libertad que le daba ser una mujer solitaria. «¿Para qué? ¿para que me saliera una cosa espantosa? ¿un borracho? no lo soportaría en un hijo mío, en los demás lo aguanto… No iba a ser una buena madre, borracha y parrandera, ¿cómo iba a estar con el niño bajo el brazo cantando con los mariachi?». Cuando una artista considera que para ser madre tiene que renunciar, es que no desea tener un hijo. La maternidad no debería ser una renuncia, o no debería considerarse como tal, porque en ese caso la frustración será absoluta. Chavela Vargas se lo pasaba demasiado bien siendo una borracha y parrandera, y un hijo coartaría demasiado su independencia, su libertad. Muchas mujeres priorizaban su carrera, mientras que otras priorizaban su vocación de madre. Otras, como Chavela, la libertad. ¿Quiénes salían ganando?
Mary Cassatt y el retrato de la maternidad
La mujer que más retrató la maternidad, ni fue madre ni se casó. Consideraba que el matrimonio y la maternidad la alejarían de su arte, de su pintura, y desde muy joven consideró que la vida familiar no era para ella. Aun así, se nutría de aquellas mujeres que sí habían decidido darse a los hijos. Su obra está llena de madres, de escenas cotidianas en las que la mujer es solo lo que se esperaba de ella. A diferencia de Chavela Vargas, Mary Cassatt no renunciaba a la maternidad por esa libertad que le daba la soledad, sino porque se tomaba muy en serio su talento y no quería desperdiciar su tiempo dedicándoselo a algo que no fuera la pintura. Muchas mujeres, como George Sand o Patti Smith, mujeres talentosas, han sabido cómo compaginar sus dos mundos y unirlos para vivirlo todo, pero Cassatt no confiaba en esa posibilidad. La mujer, el matrimonio y los hijos solo se atrevería a compaginarlos en un cuadro, viviendo de primera mano lo que los hombres, por otra parte, eran incapaces de presenciar. Precisamente porque era una mujer, las madres la dejaban asistir a los momentos de plena intimidad, mientras que el varón, ante el pudor, no podía retratar aquellas escenas de tanta complicidad. En Las bostonianas (novela de Henry James y película de James Ivory), se trata el mismo tema y desde el mismo punto de vista que Mary Cassatt. El matrimonio solo puede conducirte a la más absoluta incompetencia: en el momento en que la mujer se convierte en esposa y en madre, deja de ser mujer para ser una persona al servicio de su cometido, que no tiene nada que ver con el arte o con la propia realización. La vocación, cuanto más alejada del matrimonio y la maternidad, mejor.
Frida Kahlo y la imposibilidad
Frida Kahlo, igual que Marilyn Monroe, deseaba con todas sus fuerzas ser madre, pero su cuerpo se rebeló contra ella. Siendo muy joven tuvo un accidente que la mantuvo muy débil durante toda su vida. Aunque convivía con el dolor estoicamente, hubo algo para lo que no estaba preparada. Era capaz de aislarse en una sola habitación, de no hacer una vida normal. Sabía cómo entretenerse cuando, a los 16, sus amigos estaban explorando el mundo mientras ella no podía moverse de la cama. Crecía y crecía por dentro la mujer de las raíces, pero se le privó de lo que tanto anhelaba, la maternidad, y eso la hizo profundamente infeliz. Aunque se quedó embarazada en dos ocasiones, acabó abortando. En el segundo caso, cuando más ilusionada estaba, puesto que su médico le había dicho que podría llevar el embarazo adelante con mucho reposo y cuidándose, perdió toda esperanza. Frida Kahlo quería ser madre pero su cuerpo no estaba preparado. Podía soportar sobre el lienzo camas, hombres, plantas; podía engendrar a México enteramente, toda su cultura; pero no podía tener hijos. En casos tan extremos, en los que el deseo de ser madre es tan grande que lo abarca todo en el pensamiento de las artistas, cabe pensar que tanto la maternidad como la imposibilidad de ser madre acaban afectando a la carrera de la mujer.
Virginia Woolf y la importancia de ser tía
«Uno no puede traer hijos a un mundo como este». Virginia Woolf, además de no poder traer hijos a un mundo como este, padecía, y es importante tenerlo en cuenta, un trastorno. No sé si la vocación literaria, su dedicación al mundo de la edición, su inestabilidad mental o un simple rechazo de la maternidad fueron los causantes de que no tuviera descendencia. Pero en su caso podemos hablar de otro tipo de maternidad, la que viene dada por los hijos de una hermana. Jane Austen, que tampoco tuvo hijos pero sí un gran protagonismo como tía, le escribió a su sobrina: «Ahora que te has convertido en tía, eres una persona de cierta trascendencia y debes despertar enorme interés hagas lo que hagas. Siempre he defendido en la medida de lo posible la importancia de las tías, y estoy segura de que tú harás lo mismo ahora». La aparición de las tías en la literatura, que trata Colm Tóibín en el libro Nuevas maneras de matar a tu madre, es la otra cara de la moneda: mujeres que no tienen hijos pero sí sobrinos de los que, en mayor o menor medida, se hacen cargo. La madre en la ficción, según Tóibín, carece de importancia, de la misma manera que la madre en el arte lo ocupa todo.
Cuando una mujer decide convertirse en madre, ¿deja de ser todo lo demás que ha sido hasta entonces? ¿La maternidad habría anulado las carreras artísticas de Marilyn Monroe, Frida Kahlo o Virginia Woolf? Federico García Lorca decía que «tener un hijo no es tener un ramo de rosas», y estas mujeres se perdieron las espinas: pero también la flor.
Pingback: Mujeres sin hijo
«estas mujeres se perdieron las espinas: pero también la flor.» Really?
Really
Echo de menos que se mencione al menos que Chavela Vargas era lesbiana, no porque otros lo digan, ella misma lo dijo. Ya que era una mujer que se caracterizaba por hablar sin tapujos, me parece que no mencionar siquiera el dato, que es también parte de su opción de libertad (libertad sexual), es perpetuar tabúes, si el dato viene a cuento y se trata sin amarillismo. Y hablando de opciones de no maternidad, reproducción asistida aparte, creo que sí viene a cuento.
Cuándo llegará el día en que no se escriba ya un artículo para comentar la vida de unas cuantas mujeres famosas que no tuvieron hijos?
No hay hombres famosos sin hijos o qué?
Qué petardada, la frase del final también sobraba.
Menos mal que nuestras respectivas madres no pensaron que esa frase sobraba.
hay muchas razones para no querer tener hijos,así que mejor no acusar. razones que no se explican por internet, porque son demasiado trágicas. también hay hombres sin hijos y sin embargo nadie los acusa. muchas de nosotras damos nuestras flores dando mucho de nosotras a hijos e hijas ajenos (no importa la edad que tengan, todos somos hijos e hijas de una madre y ninguno pidió venir al mundo) sin tener que arruinarle la vida a nuestra propia progenie, como he visto que hacen muchas que traen flores que luego acaban destruídas por el desamor y el maltrato. parir no es lo mismo que educar y amar.
TOTALMENTE DE ACUERDO
La frase final enfoca todo el artículo. Finalmente seguimos instaladas en que la maternidad completa a la mujer? Por favor, lo que completa a cualquier es su libertad para tomar las decisiones que considera oportunas teniendo en cuenta que no se fácil sustraerse de lo establecido. La crítica empieza por deconstruir todos aquellos preceptos que nos siguen gobernando silenciosamente. No tener hijos es una opción perfectamente legítima sobre todo porque es la elección personal de cada mujer.
Con respecto de la endometriosis, me parece un poco fuerte argumentar que simplemente no quiso someterse a la operación porque quería ser madre. Los cambios hormonales que lleva consigo hacerse una histerectomía son muy fuertes y suele tener un impacto muy negativo en las mujeres. Si te duele el codo, no decides amputártelo.
En fin. Creo que es interesante que constates que la mujer y la maternidad sigue siendo un tema problemático, pero creo que el enfoque que asumes es peligroso.
saludos,
Suscribo lo dicho en este comentario. Artículo de poca profundidad, aunque le presuponga buenas intenciones iniciales.
Una va estando hartita ya de que le den por hecho que va a tener hijos solo por ser mujer y que, tan solo por poner en duda que todo el mundo quiera embarazarse y parir, ya sea vista como una bestia inmunda.
No sé si los ejemplos elegidos son los mejores posibles (tampoco se me ocurren otros). Marilyn Monroe o Virginia Woolf no tuvieron vidas particularmente felices, por mucho que triunfasen en sus carreras. Quizá tener que dejarlas por ser madres hubiera sido lo mejor que les podría haber pasado. Seguro que hay muchas otras mujeres que han renunciado conscientemente a la maternidad y han llevado vidas plenas y felices.
No creo que no allá ser humano que se quiera realizar en cualquier aspecto de su vida, en el caso de las mujeres «ser madres»…Solo que hay ciertas circuntancias que estan fuera de las manos de casa ser, que no permite realizar dicho sueños. Y considero que estas MUJERES nacieron con un GRAN TALENTO que las hizo UNICAS, con temas y ejemplos para seguir HABLANDO DE ELLAS.
Recien descubro este blogg y me encantan los textos de Jenn Díaz, me gusta la forma en la que externa sus ideas en la escritura. En este escrito persivo una inclinación negativa hacia las mujeres que, como Chavela Vargas o Mary Cassatt, decidieron no tener hijos por un deseo de mantener su soledad intacta. Creo que por un respeto generacional no nos correspondería decir quién hizo bien o quién hizo mal. Cada una vivió circunstancias personales y sociales que dirigieron sus decisiones a tener o no hijos, ninguna es mejor ni peor, sólo son decisiones de vida. Al menos ese es mi parecer.
exacto! sus flores son sus obras.
Ah!, para quién le interesen estos temas y lean mi entrada recomiendo el siguiente texto. A mí me gusto.
http://www.mujerpalabra.net/frases/?p=462
Es raro, el fondo del artículo tiene un regusto profundamente conservador, como si fuera el estudio de casos que se saalen de lo normal, que es que la vida de la mujer se vea coronada por el florecimiento de la maternidad. Echo de menos alguna mención al hecho de que Virnia Wolf, aunque estuvo casada tuvo una conocida relación con Vita Sackville, tal vez por ese pequeño detalle no tuvo hijos.
Pingback: Jenn Díaz sobre ‘Mujer sin hijo’. «Como cuando la mariposa aletea al otro lado del mundo»
No me gusta este artículo, quien escribe, se atreve a juzgar a las mujeres que tomaron sus decisiones, me parece desde su personal vivencia, pero sin la capacidad de comprender a las personas de las cuales habla… y habla de dos mujeres incuestionables como Chavela Vargas y Virginia Wolf
El corte casposo y conservador que impregna todo el artículo con la burda metáfora final: «se perdieron las espinas pero también la flor». Como si alguien, por el simple y llano hecho de no querer tener hijos, se estuviese perdiendo todo lo bueno de la vida o, en todo caso, lo mejor de esta. Este artículo sesgado e incompleto pega más en el ABC que en este medio.
Por otra parte, achacar a la falta de maternidad la desgracia individual de sus existencias es, además de demagogia pura, deleznable en cuanto a documentación. Relacionar la inestabilidad mental con la decisión de no tener hijos, por otra parte, es sencillamente demasiado ridículo como para plantearse la credibilidad de la autora.
¡Un aplauso!
Este artículo solo consigue reflejar la idea de que una mujer sin hijos ha echado a perder su vida. Mientras se publiquen cosas así, el mundo seguirá estancado en lo retrógrado. Terrible.
exacto!! es horroroso
El estilo del artículo parece, tendencioso, imparcial… Vale. Y que no ayuda a entender que la mujer tiene el derecho a elegir cómo usa su cuerpo y su tiempo. Hasta ahí totalmente de acuerdo. Pero me gustaría plantear otro derrotero. Es decir, aunque se habla aquí de mujeres talentosas, que alcanzaron grandes éxitos, creo que entre las que somos más anónimas (anónimas, vaya) pasa algo parecido. Las mujeres que elijen ser madres tienen el mismo derecho a usar su cuerpo y su valioso tiempo en la crianza y educación de sus hijos. Pero.. y es aquí donde ya me chirría todo: ¿se mira igual el derecho y el valioso tiempo en los hombres? En nuestro mundo actual, donde tanto ellos como ellas deben tener el derecho de elegir, y cuando además las leyes amparan la conciliación laboral-familiar… ¿porqué la decisión de ellos de ser padres tiene ese aire de «respetabilidad» que en la mujer tal vez se esté diluyendo? ¿por qué los tiempos de calidad que necesitan los hijos tienen ese aura de «sacrificio» si es el hombre quien los aporta y se mantiene esa atadura moral de que la mujer está «optando porque quiere».. ahh? Todavía…. y tras tantos años de actividad en favor de la igualdad, para todas y todos. ¿Por qué, aunque haya sido una decisión consensuada, en el día a día, resulta que todavía se entiende que la de la madre fue una opción y la del padre fue un valor añadido de valentía?
Completamente de acuerdo con tu observación ,María. En España no pienso que haya igualdad en ese aspecto entre hombres y mujeres y por eso parece que ellos hagan mayor «sacrificio».
Perdón, donde dice «imparcial» debía decir «parcial».
En relación con este tema, la escritora Carmen Moreno ha escrito «Sin habitación propia», un ensayo sobre 16 poetas mujeres que acabaron suicidándose, desde Safo en la antigüedad hasta Sylvia Plath o Marilyn Monroe. Incluye, además, poemas de las autoras traducidos al español.
Se está financiando a través de un proyecto de micro-mecenazgo
http://www.ithcrowdfunding.org/es/projects/sin-habitacion-propia/
Pues a mi me parece muy cierto este artículo yno creo que sea casposo ni retrogrado. Yo como madre, como profesional me vweo más limitada que mi marido en mi desarrollo profesional. En mi caso dispongo de ayuda, pero aún así creo sinceramente,y por lo que veo a mi alrededor en mis amistades,que no ha llegado el día en que un hombre asuma la crianza de los hijos como las mujeres, y por tanto nosotras tenemos que renunciar a más.
Entiendo perfectamente a las mujeres que deciden no tener hijos para ser libres, desarrollar su arte o su profesión y puedo llegar a atisbar el dolor de las que lo desearon y no pudieron ser madres.
Pienso que Lorca tenía mucha razón: la crianza tiene muchas espinas, aunque se compensan con las flores de las alegrias que dan los hijos.
Muy interesante el artículo, lo comparto.
Pues yo no quiero ser madre desde que tuve capacidad de entender que supone traer una vida a este mundo y tampoco quiero ser una carga cuando no me valga por mi misma. Veo a muchos padres que no son concientes de esto y no han hecho una reflexión de lo que supone crear una vida, y se lanzan a procrear y luego amargan a sus hijos. Tampoco creo que nuestra sociedad facilite la atención y el TIEMPO que se necesita para amar y educar a un hijo. Desde mi punto de vista de hija yo no quería ver a mis padres haciendo algunos sacrificios por sus hijos, porqué ves a tu padre o madre sufrir y eso es lo último que un hijo quiere ver en sus padres. A parte de que nos hemos olvidado de que el ser humano es un animal más y lo natural es que solo los «mejores» se reproduzcan. Realmente somos una plaga para el planeta tierra. Pero comprendo a las que quieren ser madres y, admiro a las buenas madres y padres que aman y educan a sus hijos ( especies en peligro de extinción).
Pero no me creo que el sumun de la felicidad sea ese, porqué he visto muchos padres y madres infelices y con hijos, y porqué creo que si fuera así no tendríamos la capacidad intelectual que tenemos. Tenemos un cerebro para razonar y pensar lo que es mejor y peor para nosotros. Y si una persona no quiere o quiere procrear a nadie le tendría que importar más que a el o ella , porqué los sacrificios los van hacer ellos y no la opinión pública. Además a quien le importa sino mezclo mis genes con otra ser humano? Dejemos de ser tan pedantes de pensar que dejar nuestra descendencia es lo mejor para el universo… Somos seres insignificantes y volátiles que un día dejarán de existir y a nadie le importará. Que cada uno haga lo que crea conveniente, y viva su vida sin ser juez del projimo. Tendriamos que aprender que no somos eternos, porqué nada lo es y todo esta condenado a desaparecer.
espantosa!!!!!
que bajo nivel!!!! que falta de respeto…
si así razona una mujer, que podemos esperar de la inquisición machista!!!
No, querida: NO nos perdemos nada.
y a juzgar por cómo se se desempeñan cómo padres y madres, les digo que un montón de cobardes e incapaces que no se se animan a estudiar, a ser íntegros o jugarse por alguien, sí se animan a ser padres…. pésimos padres!!!! si tuvieran la valentía de no escudarse en la paternidad, manga de inútiles, seguro tendríamos un mundo menos violento y absurdo
Las que no tenéis hijos os quejáis porque os sentís juzgadas, pero ¿cómo debemos sentirlos las que sí los tenemos ante vuestras opiniones sobre la maternidad, en vista de la poca idea que tenéis?
Hablad de vuestra experiencia como mujeres sin hijos, pero dejadnos en paz a las que sí sabemos lo que es.
Es curioso encontrar la extraña narrativa sobre Frida Kahlo. No conozco la historia clínica de la artista mexicana, pero ¿en qué se basa Jenn Díaz para concluir que el cuerpo (de Frida) se rebeló contra ella o que a ella (Frida) se le haya negado la maternidad? ¿Acaso la maternidad es un derecho adquirido?
Por otra parte, los comentarios encendidos al final, provenientes de madres que resienten los comentarios críticos o la postura de las mujeres sin hijos, ¿por qué? Si usted es madre, felicitaciones, disfrute de la maternidad. Si usted no lo es, igualmente felicitaciones. Cada condición de mujer (madre o no) tiene sus vericuetos, sus sentires profundos, sus realidades dispares.
Igual, me parece sobrio y apropiado que haya artículos donde se explore la situación de las mujeres sin hijos (que no los tengan por las razones que fueran, y que las respetemos), donde también se cuestione el entronamiento y la idolatración de la maternidad en nuestras culturas, como si ser padre o madre otorgara algún tipo de sabiduría instantánea proveniente del cambio de condición biológica.
Todo el artículo fue muy interesante, solo hay un dato a corregir, aunque Chavela Vargas vivió muchos años en México, país que la vio morir, el país que la vio nacer fue Costa Rica, así que la nacionalidad correcta de Chavela Vargas es Costarricense. Para que lo verifiquen y puedan corregir. Gracias.