Opinión Seso a los sexenta

Juan Abreu: Sexo y amistad

Pocos días después de publicar Sexo inesperado, recibí el mensaje de una lectora (Isabel Primiki) que consideraba que lo más importante de lo acontecido en el St. Rémy era la presencia del marido de La Giganta. Es decir que todo hubiera sucedido tan naturalmente con su aprobación y complicidad. Sugería además la sagaz Primiki que podría ser valioso abundar en ese detalle.

El asunto se hizo más relevante en mi cerebro porque por esos días estaba leyendo el extraordinario libro de Susan Blackmore, La máquina de los memes. En la obra se plantea una brillante (y atrevida) teoría sobre la importancia de la memética en la evolución humana. El libro se ocupa del papel de los memes en la conformación de nuestro ser social. Según la autora la amistad podría considerarse un producto de las necesidades y de la estrategia memética.

Ya sabemos que la exclusividad sexual tiene una razón biológica. Mientras más exclusividad menos posibilidad de que otro macho utilice a «nuestra» hembra para diseminar sus genes. También sabemos (quiero decir que está demostrado científicamente) que la conducta sexual masculina, en gran medida, obedece a improntas evolutivas de diseminación oportunista de nuestros genes porque los espermatozoides resultan baratos, reproductivamente hablando, mientras que los óvulos femeninos son mucho más escasos y por lo tanto más caros.

Pero bien, el caso es que el mensaje de esta lectora hizo que pusiera atención al hecho de que ninguno de los comentaristas del seso en cuestión mencionaba la amistad, y la importancia de la amistad y el papel de la amistad en un acontecimiento como el acontecido en el St. Rémy. Se trataba de algo sorprendente. Porque sin lugar a dudas lo más sustancial que sucedía debajo y encima de la mesa del restaurante era la amistosa complicidad de los tres protagonistas.

Y en este punto, es necesario decir que yo creo que la amistad alcanza sus mayores posibilidades de desarrollo después de follar con el aspirante a amigo o amiga. El asunto sexual, que siempre (o casi siempre) está presente en las relaciones humanas, ya superado, se aposenta y relativiza (mientras más primitivos los humanos, más importancia moral suelen otorgar al sexo), lo que permite a la amistad florecer en un terreno más fructífero. Lo sexual puede prosperar o no, a posteriori, pero deja de existir como presencia irrealizada y por lo tanto perturbadora. Mi experiencia vital me hace pensar que esto es cierto.

El amor no tiene nada que ver con la posesión, es un asunto químico que va más allá del sexo. Los llamados celos y la exclusividad sexual son estrategias arcaicas de mamífero que está condicionado por la evolución para la propagación de sus genes por encima de los genes de otros machos. Es una competencia feroz que en ocasiones tiene consecuencias fatales, pero gracias a la civilización una competencia (y una percepción de las relaciones de pareja) cada vez más anticuada.

Dicho de otra manera, los celos y la exclusividad sexual son un atraso.

La civilización ¡por suerte! ha cambiado y sigue cambiando nuestra conducta sexual y haciendo más difícil la propagación de los tabúes establecidos por las necesidades genéticas. El tabú de la masturbación, por poner un ejemplo.

«Son muchas las generaciones de jóvenes que han crecido creyendo que jugar con su propio cuerpo les haría perder la vista, tener verrugas o pelos en la palma de las manos. Considerando que los jóvenes tienen un fuerte impulso sexual, es probable que disuadirles de las prácticas masturbatorias redunde en un incremento del deseo de practicar el sexo vaginal, con lo que se aumentará el número de la descendencia a la cual trasmitir aquel tabú» (Blackmore).

De todo lo anterior concluyo que los machos humanos menos posesivos y exclusivistas sexualmente son más felices (en lo que a su ser sexual concierne) porque son menos primitivos. Simplemente. Amén de ser superiores, evolutivamente hablando. El marido de La Giganta, un hombre excepcional, se divirtió como nos divertimos La Giganta y un servidor (nunca mejor dicho) con lo sucedido. Y no solo escuchaba yo desde debajo de la mesa las risitas de la esposa sino además las del marido, lo que hacía todo más perfecto.

Estamos hablando aquí de una pareja sólida que comparte la vida desde hace muchos años y ha formado una linda y sana familia. Estamos hablando de amor verdadero. ¿No es amor disfrutar con el disfrute del ser amado? ¿No es amor participar y propiciar la libertad del ser amado? ¿No es amor alegrarse cuando el ser amado es feliz y pleno gracias a ese amor compartido y no tiene que recurrir al engaño ni a la hipocresía en el ámbito de ese amor de pareja?

A mí las respuestas a estas preguntas me parecen obvias. Por supuesto que es amor en todos los casos. Y no dudaría en afirmar que amor del mejor, del más pleno.

La amistad, por supuesto, es una creación de la empatía que nos ha liberado del monito del que venimos (a unos más que a otros, es cierto), y es uno de los rasgos más nobles y sublimes de la civilización. Es decir, de la fuerza que ha perfeccionado la especie y que la sigue perfeccionando.

Aquella noche en el St. Rémy lo más destacable que sucedió fue el rango alcanzado por la amistad compartida. No sé en qué medida hayan sido conscientes los lectores de esto. Espero que en una medida mucho mayor de lo que reflejaban los comentarios al artículo. Quién se lo chupó a quién es muy festivo y gustoso, placentero y divertido, absolutamente, pero lo verdaderamente trascendente aquella noche de tan grato recuerdo fue el nivel de amistad que disfrutamos.

Un nivel de amistad no exento de supremacía moral, según mi manera de verlo.

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66 Comentarios

  1. Pingback: Manlleus | miquelcolomer

  2. Señor Abreu, dice usted, en general, un montón de chorradas; pero con tanta buena fe que se me desactiva el gatillo feminista y siempre acabo el artículo sonriendo. Pese a que a veces no me gusta lo que leo.

    Que la amistad mejora tras el sexo es una impresión que también tengo yo, y se cumple más o menos el 50% de las veces. La otra mitad de «polvos sin compromiso», por llamarle de alguna manera, degenera en una especie de melodrama incomprensible en según qué edades y contextos -si tienes más de 15 años y tu educación sexual va más allá de las telenovelas venezolanas.

    Es una bonita forma de relación y en general poco valorada. Aun hay mujeres que se ofenden o se turban si un amigo les entra sexualmente, como si lo normal no fuera que un amigo te gustara a todos los niveles. A mí, al menos, me gustan casi todos mis amigos. Son unos tíos fantásticos y me los trajinaría a todos con mucho gusto si se planteara la ocasión…

    • ¿Porqué el condicional?

    • Por cierto, ¿ha oído usted hablar del leísmo? Quizá debería: sus «llamarlo» o «llamarla» lo agradecerían.

    • Por motivos puramente gramaticales. Repasa el uso del castellano. Tus “aún” lo agradecerán.

      • El leísmo es una característica dialectal típica de algunas regiones, y «aun» se escribe sin tilde cuando significa «incluso». En todo caso, si quieres calificarlos como errores, son infinitamente menos evidentes que el tuyo, dado el tiempo que has tardado en detectarlos. Anda, pégale el rollo a otro.

        • Del Diccionario de la lengua española, http://lema.rae.es/drae/?val=a%C3%A7un , (ORTOGR.): Aun. Escr. con acento cuando pueda sustituirse por todavía. Aún (‘todavía’) está enfermo. En los demás casos, se escribirá sin tilde. «Te daré 100 duros, y aun (‘hasta’) 200, si los necesitas. No tengo yo tanto, ni aun (‘ni siquiera’) la mitad.»

          En la frase de su comentario: «Aún (‘todavía’) hay mujeres que se ofenden o se turban si un amigo …».

          ¡JA, JA, JA! ¡¡¡IGNORANTEEEEEEEEEEEEE!!! ¡¡¡IGNORANTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! ¡JA, JA, JA!

          • Reconecerás que «hasta», en este contexto, es sinónimo de «incluso». ¿En qué universo paralelo está escrito que yo quería decir «todavía»? Quería decir, digo exactamente, «incluso».

            • ¿Qué parte de «Cuando pueda sustituirse por todavía» es la que no entiende?

            • No pierdas tiempo con los Grammar Nazis… suelen ser enfermos que, debido a su falta total de argumentos, sienten un placer orgásmico al localizar una falta ortográfica. Venga, os animo a encontrar alguna en mi mensaje!

    • «A mí, al menos, me gustan casi todos mis amigos. Son unos tíos fantásticos y me los trajinaría a todos con mucho gusto si se planteara la ocasión…»

      Eso de «si se planteara la situación» suena a conjunción astral o a acuerdos adoptados en Bruselas por la Troika. Pero en realidad depende de su voluntad. Dado que habrá dos personas implicadas en el asunto, podría decírselo esto a ellos directamente, si son heterosexuales en un 99% le dirán que sí.

      Ah, espera, que la iniciativa la deben tomar solo los hombres. Que sí, que feminismo y tal, pero sin exagerar. Igualdad solo para quejarnos, pero no para ponerla en práctica.

      • No necesariamente. Probablemente muchos no querrían por asuntos que no son de su incumbencia. Además, no pido sexo a todo el mundo que me gusta por otros motivos que tampoco son de su incumbencia. ¿Usted sí? Pues vaya con cuidado y pague una derrama mensual a un buen abogado. Le saldrá a cuenta. Por cierto, yo no me quejo de nada. Me va muy bien. Gracias por el interés.

        • – Pues mire, le explico, en mi situación personal…
          – Oiga, en tal caso, según lo que cuenta…
          – Eh, mi situación personal no es de su incumbencia.

          Y sí, yo a las personas que me atraen sexualmente y con las que además mantengo una buen relación, pues les insinúo el tema. Algunas aceptan, otras no. Afortunadamente lo que les propongo no es tan monstruoso como para que me denuncien y necesite un abogado.

          Pero entiendo que para las mujeres está bien hablar todo el día de feminismo e igualdad, pero sin ponerlo luego en práctica, por dios, que se nos caen los anillos. Mejor solo quejarse.

          • Mire, mi comentario no significa que a reglón seguido tenga que dar explicaciones sobre mi vida a demanda. No lo hacen los políticos y lo haré yo. Segundo, sigo sin saber de qué me quejo. Ilústreme usted. Tercero, lo del abogado era ironía, hombre.

            • ¿Y sobre qué pretendía ironizar exactamente con lo del abogado? ¿Sobre que no pide sexo a todo el mundo que le gusta o sobre que sí lo haría si, en el caso de o con la condición de que?

        • Vaya, pues. ¿Ahora hay que contratar a un abogado para proponer relaciones sexuales a las mujeres de nuestro entorno?

          ¡Hay que ver, el feminismo! ¡Cuánta liberación sexual ha traído consigo! ¡Esto sí que es modernidad y no lo de Sexo en Nueva York, oiga!

          Hablar sin parar, hablar y nada más. ¿Para qué tener sexo si podemos hablar del que tendríamos o pudiéramos tener si, en caso de o con la condición de qué?

      • Bueno, bueno… eso de que si son heterosexuales, en un 99% le dirán que sí, habría que negociarlo. ¡Qué manía tienen algun@s insistiendo en que un HOMBRE, si es HOMBRE, tiene que responder apresurado al requerimiento femenino! ¡Primero habrá que ver el estado de la moza! Afortunadamente para mí, nunca he tenido que depeinarme para que las mujeres revoloteen a mi alrededor como insectos ante una luz. Luego ya decido yo quién es la afortunada, pero sin prisas, ¿eh?

        • Sostres, con tu artículo sobre el uso fetichista de la aceitera intentaste traumatizar a toda la Catalunya. Por suerte, escribías en el Avui y te leyeron dos gatos que viven en Diagonal con Aribau.

          • Me parece que te refieres a otro, guap@, porque lo que es servidor, no tiene idea de qué hablas. ¡¿Diagonal, Aribau…?!

    • Pues a mí me pasa al contrario, Espoir, y además muy a menudo. No me gusta nada de nada que un hombre al que considero amigo me proponga follar. Es curioso, y la verdad es que nunca me había parado a pensarlo, pero prefiero follarme a desconocidos que a amigos.

      • ¿Y eso por qué? Suponiendo que el amigo te guste. ¿Crees que acabaría la amistad después del coito? También se acaban amistades por no follar si uno quiere y el otro no. Me parece que esos son prejuicios. Yo simplemento digo si me acostaría con alguien o no, pero a priori no establezco normas de comportamiento que sólo me afectan a mí.

  3. Amoalanin

    Abreu, no entiendo el sentido de tus artículos.

    Creo que dices obviedades y además en un tono adoctrinador que no hace falta y luego te olvidas de otras importantes.

    Es evidente, que en «Sexo inesperado» el nivel de amistad y confianza es elevado, sería impensable de lo contrario. Pero olvidaste comentar la importancia del acuerdo. Te hubieras evitado tener que hacer un artículo complementario.

    Ya que te pones, podrías trabajarlo un poquito más. En el fondo estamos de acuerdo pero la forma te pierde. Parejas abiertas, hay de muchas maneras. Y no generalices, que todo es válido en esta vida.

  4. En breve tendremos aquí a las petardas de turno hablando de su relación de pareja y de lo mucho que follan con su novio de toda la vida (es decir, una vez cada dos meses, no vaya a ser que se hernien)

  5. La amistad es jodidamente importante. Es importante porque nos hace ser mejores personas, pero, vaya, estamos hablando de la amistad sexual. Sí, podemos aplicar el término «amistad sexual». Me lo estoy inventando un poco, también es verdad. Me refiero a amistad sexual a aquella amistad (¡cuánta repetición!) que se genera entre tu pareja y tú con el paso de los polvos. Vayamos por partes.

    El tema de la masturbación sigue siendo tabú, sí. La vida es muy perra y las personas muy injustas. Estoy totalmente a favor de hablar de las cosas por su nombre, por lo que son, pero también es cierto que los hombres muestran un interés estúpido haciendo una pregunta tan (o debería) obvia como la de si nos masturbamos las mujeres. ¿Preguntamos nosotras si os masturbáis? Resulta clara la respuesta. Siempre me llamó la atención ese interés. Más aún el ocultismo de algunas puritanas.

    Vaya, Sr. Abreu, creo que de este artículo poco podrán criticar (en cuanto a contenido me refiero). Normalmente sale un colectivo de indignados porque habla de coños, de penes y de sexo como tiene que ser. No, no hemos evolucionado tanto.

    Creo que la relación que tienen sus dos amigos es la cima de toda relación. Cuando existe esa confianza y seguridad sobre los sentimientos que permite romper los cánones. Jodidos cánones de relaciones. Ni que estuviéramos casados con la sociedad.

  6. Vaya manera más patética de engañarse a sí mismo.

  7. La amistad es jodidamente importante. Es importante porque nos hace ser mejores personas, pero, vaya, estamos hablando de la amistad sexual. Sí, podemos aplicar el término «amistad sexual». Me lo estoy inventando un poco, también es verdad. Me refiero a amistad sexual a aquella amistad (¡cuánta repetición!) que se genera entre tu pareja y tú con el paso de los polvos. Vayamos por partes.

    El tema de la masturbación sigue siendo tabú, sí. La vida es muy perra y las personas muy injustas. Estoy totalmente a favor de hablar de las cosas por su nombre, por lo que son, pero también es cierto que los hombres muestran un interés estúpido haciendo una pregunta tan (o debería) obvia como la de si nos masturbamos las mujeres. ¿Preguntamos nosotras si os masturbáis? Resulta clara la respuesta. Siempre me llamó la atención ese interés. Más aún el ocultismo de algunas puritanas.

    Vaya, Sr. Abreu, creo que de este artículo poco podrán criticar (en cuanto a contenido me refiero). Normalmente sale un colectivo de indignados porque habla de coños, de penes y de sexo como tiene que ser. No, no hemos evolucionado tanto.

    Creo que la relación que tienen sus dos amigos es la cima de toda relación. Cuando existe esa confianza y seguridad sobre los sentimientos que permite romper los cánones. Jodidos cánones de relaciones. Ni que estuviéramos casados con la sociedad. ¿O sí?

  8. Revolcasmo, te repites más que el ajo..

  9. Abreu, escribes de puta madre… llenas un vacío enorme en el universo de las letras y las reflexiones, siempre esperando… saludos…

  10. Fue un fallo de JotDown que mandó el comentario a spam sin querer y lo volví a escribir. Tranquilos todos.

    El ajo no me gusta mucho.

    • ¡Ah, pues va de puta madre para los vámpiros sobre todo si son también méndigos y ávaros! ¡¡JUJUJUJUJU!!

  11. Yo quiero follar con amigas y sin amigas.

  12. Huckleberry

    Siempre me ha sorprendido la agresividad de los comentarios de Jot Down, en especial los que corresponden a los textos de Abreu.

    Personalmente, a mí el autor de este artículo me gusta. Si no fuera así, no leería cada cosa que escribe. Es cierto que me interesa más por su estilo que por los temas, pero ese ya es otro tema. Como todo el mundo, en ocasiones no estoy de acuerdo con él. Me pasa a menudo eso de no estar de acuerdo al cien por cien con una persona, qué le vamos a hacer. Pero en todo caso no me indigno, y no se me pasa por la cabeza ir de salva patrias y único defensor de la Verdad Absoluta. Por regla general, sus opiniones no me parecen tan disparatadas. Se me antoja factible que existan personas que (efectivamente) viven o intentan vivir así. Bien por ellos, qué coño.

    Ahora, eso sí, lo que no entiendo, ya digo, es a todas esas personas con demasiada bilis venenosa y demasiado tiempo libre. ¿De verdad todo os parece mal todo el tiempo? ¿Sois así todo el día, incluidos fines de semana? ¿En la vida real también? Jesús, qué aburrimiento.

    • ¡Quiaaá… amig@ Huckleberry…! No se crea ni la mitad de lo que aquí se escribe. Piense que opinar despellejando aquí, sale mucho más barato que seguir una terapia y se obtienen mejores resultados. Servidor, sin ir más lejos, estaba siguiendo un tratamiento en Leganés por meter la mano en el bus y en el metro en las carteras de la gente -cleptomanía, creo que le llaman- y ahora, desde que me dejan desbarrar por estos foros, estoy lo que se dice de un mejoradísimo, que los que me conocen están aterrados. Incluso mi madrastra me pregunta qué me pasa, creo que se huele algo, pero yo no suelto prenda. Esto se queda entre nosotros. Y ya le digo, aquí mucho chau, chau, por el alambre, pero nada, perros ladradores…

    • La agresividad en los comentarios a los textos de Abreu tiene fácil explicación, en mi opinión, y se basa en que gran parte de lo que se conoce como «liberación femenina», al menos en España, ha consistido mayormente en mimetizar muchos de los vicios y defectos tradicionalmente masculinos y dotarlos, si acaso, de un ligero toque de crueldad genuinamente femenina.

      En lo que atañe al tema de las relaciones sexuales, el vicio o defecto tradicionalmente masculino ahora mimetizado por el sector femenino con un grado extra de crueldad no es otro que el de la FANFARRONERÍA.

      Hoy en día es de lo más común oír hablar a cualquier mujer aparentemente culta y sofisticada, de lo mucho que folla, ha follado o follaría. Así, sin pelos en la lengua. De que si le gusta tal o cual maromo o de que a tal otro le haría tal o cual cosa si se diera el caso. Etcétera.

      Pero lo cierto, es que a la hora de la verdad, todo se queda en agua de borrajas. Palabras vacías. Se habla de sexo hasta la saciedad, pero no se practica. Ni con la pareja de toda la vida, ni con parejas ocasionales o efímeras. En España no se folla.

      Al hombre, más necesitado de sexo que la mujer, por el motivo que sea (genético o cultural, me da igual) y por lo tanto misógino potencial a medida que transcurren los años y profundiza en su frustración, sólo le faltaba este pequeño acicate para terminar de cristalizar y exteriorizar este enconado odio hacia la mujer con justa ira.

      Por que ya era lo que nos faltaba. No sólo nos dejan a dos velas, sino que ahora también vienen a decirnos que de eso nada, que ellas follan muchísimo. ¡Venga ya! ¿De verdad extraña la agresividad de los comentarios a los artículos de Abreu?

      ¡La gente está agresiva PORQUE AQUÍ NO SE FOLLA!!!

      • JAJAJAJA ahora entiendo tu patético afán de meterte con cualquiera que pase por esta página a expresar una opinión.

        «Odio hacia la mujer con justa ira». Vale, ha quedado claro que no follas habitualmente. Bueno pues, ahí va la respuesta de esta mujer, querido necesitado:
        Jódete. Y déjanos al resto tranquilos, que no es culpa nuestra. Cuanto más «odio hacia la mujer» tengas, menos follarás. ¡Pobrecito!

        • Quod erat demonstrandum.

          • Si si, pero ¡pobrecito! ;)

            • Dubitador

              Creo que se ha mal interpretado al sr Saulo.

              No me parece que diga que esa ira sea justa, sino que atribuye tal pretension al airado pocofollador y masnecesitado

              Bueno, es habitual que el airado y sobre todo el agresor se pinten a si mismos como victima que se defiende y responde a una provocacion.

  13. Una vez más, nos encontramos con un título prometedor y un artículo decepcionante. Suele suceder con los textos de la gente narcisista.

  14. Carla Bley

    A mí lo único que me fastidia (por decirlo de alguna manera) es esa convicción de que «los monógamos sois unos aburridos, unos reprimidos y no tenéis ni idea de disfrutar» que parece estar implícita en cada artículo. O que limitar el sexo a una sola persona significa forzosamente que solo se folla una vez al mes. No caigamos en topicazos facilones.

  15. Huckleberry, me ha encanto tu comentario, me uno absolutamente.
    Y no, no quiero follar el/ella.

  16. Muy reduccionista la nota, hasta la ingenuidad. La exclusividad no tiene que ver solo con la perpetuación de los genes. El sexo tiene que ver con la profanación de lo sagrado, y no se puede profanar con el mismo placer lo que es de uso común.

  17. A mí la nota me parece muy buena. Sobre todo porque está bien escrita y plantea cuestiones interesantes. Después si «es verdad» o si puede aplicarse en todas las situaciones, bueno… seguramente no. Pero tampoco creo que el autor se lo haya propuesto.

    En mi experiencia, lo mejor es primero follar y después desarrollar la amistad. Es mucho más divertido.

  18. Ah… y algo me dice que muchos de los que han comentado más arriba hace que no entierran la batata, como se dice en mis tierras. Demasiada agresividad estancada.

  19. Perdón, quise decir: «hace mucho que no entierran la batata».

  20. Dubitador

    Ya sabemos que la exclusividad sexual tiene una razón biológica. Mientras más exclusividad menos posibilidad de que otro macho utilice a «nuestra» hembra para diseminar sus genes. También sabemos (quiero decir que está demostrado científicamente) que la conducta sexual masculina, en gran medida, obedece a improntas evolutivas de diseminación oportunista de nuestros genes porque los espermatozoides resultan baratos, reproductivamente hablando, mientras que los óvulos femeninos son mucho más escasos y por lo tanto más caros.
    =====

    Me estragan las pamplinas sociobiologicas inspiradas por el atorrante neoconismo que postula que las «leyes del mercado» son la piedra filosofal, o sea que el «homo aeconomicus» explica la historia y el comportamiento humano bajo unos presupuestos de objetividad.

    El gen egoista, no es mas que una mandanga inspirada en la tesis suprema de que los agentes economicos proceden segun un riguroso egoismo logico que dirige a esa mano invisible rectora de los mercados.

    Lo de que solo pretendemos diseminar nuestros genes y que la afinidad genetica determina nuestro grado de altruismo es una hipotesis que requiere demostracion; esto es probar que personas que no se conocen modulan la calidad de sus relaciones en virtud de una misteriosa percepcion de la cantidad de genes que comparten.

    • Claro, el darwinismo es neocon, por lo tanto es falso.

      Así le va a la izquierda con semejantes pensadores.

  21. El marido de La Giganta

    «El marido de La Giganta, un hombre excepcional, se divirtió como nos divertimos La Giganta y un servidor (nunca mejor dicho) con lo sucedido»

    Doy fe de que así fue y seguramente por eso hemos rememorado dicha escena tantas veces.

    Gracias Juan, otra vez, por acordarte mucho y un poquito de mi.

  22. B. Parker

    Ojalá hubiera más gente que pensara así.

  23. Pingback: 1477 | Emanaciones

  24. Madre mía la que se lía por contar una comida de coño.

  25. Luis Manteiga Pousa

    Se usan expresiones como «jódete» «que te jodan» «no me jodas» «estoy jodido»…de un modo negativo, despectivo, insultante…como si joder fuese algo malo. Hay un trasfondo puritano en este uso del lenguaje aunque la gente no suela darse cuenta.

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