A finales de mayo todas las gafas de pasta del planeta apuntan en una sola dirección: Barcelona. Concretamente se centran en el Parc del Fòrum. Hordas de tupidas barbas piden paso a gritos en una de las mayores concentraciones hipster del planeta. Algo que comenzó como un festival de música y ha terminado siendo un gigantesco desfile de nuevas y viejas tendencias a la altura de las semanas de la moda más reputadas.Eso sí, todo ello aderezado con una banda sonora espectacular que cada año gana en la escala de eclecticismo. Y es que un plantel de 200.000 modelos al son de una banda sonora de auténtico lujo hacen de este uno de los eventos más importantes del calendario, el cual queda marcado bajo un enorme letrero de neón que dicta Primavera Sound.
Nuestros hypes
Todos los años tenemos paladas de grupos que son todo un bombazo con su primer disco y que luego la gran mayoría se termina desvaneciendo y muriendo en la memoria colectiva. El mundo indie no es ninguna excepción y, al igual que todos, anualmente tiene su ración en forma de hype. Este año el cartel de Primavera Sound incluía dos grandes ejemplos con un inconfundible regusto británico, por un lado Savages y por el otro Peace. Savages como formación femenina y demostrando que tranquilamente podrían haber compartido escenario con artistas de la talla de Joy Division décadas atrás, lo cual es de agradecer. Con Peace nos encontramos con un impresionante debut llamado In Love. 14 temas que dejan bien claras las influencias del grupo, recordándonos en momentos a la felicidad de los primeros MGMT, riffs que podrían haber sido firmados por Nirvana, sonidos dignos de cualquier disco de Oasis o Blur, pasajes llenos de detalles y guiños a Led Zeppelin o Pink Floyd, estribillos que nos recuerdan a The Drums, etc. Para algunos de vosotros esto tal vez pueda ser una lacra y no les haga ningún bien, pero a pesar de ello no pierden ni un ápice de personalidad y lo demuestran con creces en un potente directo. Peace ha sido todo un descubrimiento, una sorpresa y por ahora uno de los discos a tener en cuenta de este 2013.
Cabezas de cartel
A pesar del golpe que supuso la ausencia de Rodriguez, los nombres en mayúscula no terminaban ahí. La zona gruesa del cartel tenía reencuentros de la talla de The Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine por los que parece que no pasen los años y siguen sonando de impresión. Bob Mould, que siempre es un acierto y nunca defrauda, despliega unos directos que son como un huracán directo al cerebro que te atrapa desde el primer riff y no te suelta.
Meat Puppets aúnan el ser enormes músicos con el morbo de escuchar a una de las bandas preferidas del malogrado Kurt Cobain. Poder escuchar Plateau hizo las delicias del nirvanófilomás exigente.
Que J Mascis es un monstruo de los escenarios no es nada nuevo, pero ello no quita que ver a Dinosaur Jr sea una puta maravilla. Si además a todo esto le sumamos la estelar colaboración del frontman de Fucked Up en los últimos compases del concierto, nos quedamos con algo digno de admirar. Poca gente goza de la frescura de Mascis teniendo un tercio de la edad de este.
Blur venían con la difícil tarea de ofrecer a sus fans el concierto que deberían haber visto 15 años atrás. En parte lo consiguieron con un Damon Albarn entregado y con un setlist plagado de éxitos, pero quizás el tempo no fue el adecuado y el segundo tercio de concierto se llegaba a hacer incluso lento, pesado o difícil de digerir. De todos modos la actuación de los ingleses fue digna de admiración.
Nick Cave es un monstruo, hasta aquí nada nuevo. El australiano rara vez defrauda y su nombre es símbolo de calidad. Estamos hablando de uno de los mejores frontman del panorama musical internacional y eso se nota. Se nota en la puesta de escena, en la actitud, en las tablas, en las miradas, los gestos, la superioridad que destila desde las alturas. Portentoso y rozando la divinidad.
Los WTF?
Con la ingente cantidad de artistas que hay en plantel es obvio que no todo puede ser perfecto. Este año ha habido dos claros ejemplos con la desangelada hermanísima Solange y esa broma de concierto ofrecido por The Knife. La pequeña Knowledge venía dispuesta a brillar y yo personalmente esperaba mucho de este directo, pero por desgracia lo único que brilló fue su chaqueta flúor y los atuendos de guitarra y bajo. Probablemente la culpa sea de un servidor por esperar demasiado de una artista que en disco agrada bastante, pero de todos modos y sea como fuere la decepción fue bastante grande. Que decir de The Knife, en pleno horario de fiesta y defraudando mucho. Toda una broma de mal gusto la ofrecida por los suecos como actuación, aún estoy preguntándome qué es lo que ocurría en ese escenario.
Y más conciertazos
Tame Impala y su progresiva new wave dejaron bien claro que son realmente buenos, saben lo que hacen, que están aquí para hacer mucho ruido y dejar marca y que están destinados a dejar huella. Realmente fue comenzarlo todo con un viaje al más puro estilo Miedo y asco en Las Vegas.
Delorean llevan tiempo demostrando que lo suyo va muy en serio y que Pitchfork no los idolatra sin razón. Una vez más, y aún estando programados fuera de los tres días de festival, llenaron un Fòrum que quedó más entregado que con los esperados The Vaccines ante la propuesta electrónica de los zarautztarras.
Phoenix es uno de esos grupos que a pesar de gustarme no terminan de matarme, no tienen ese algo que me haría ir ciego a un concierto suyo y claro, ante los solapes que se suelen dar en eventos de este tipo no las tenía todas conmigo. De todos modos, puse rumbo hacia el escenario en el que tocaban y no fui capaz de irme hasta que ya no quedaban ni los focos. El despliegue de buen hacer, fiesta, conexión con un público entregadísimo, la consecutiva ráfaga de muestras de pop bailable y una puesta en escena realmente acertada hicieron de este uno de los momentos del festival y eso es mucho decir viendo lo que había.
Los Planetas tenían bien claro a lo que venían y sus fans también. El plan era repasar Una semana en el motor de un autobús y vale, lo hicieron a la perfección y sin ningún pero. ¿Lo mejor? Revivir cada uno de los temas del disco, ¿Lo peor? Que solamente quedara en eso.
Band of Horses ha sido otra de las grandes pérdidas este año, pero su ausencia nos dio la oportunidad de disfrutar del buen hacer de Deerhunter, a los que nos los perdimos el primer día. Un directo sin peros para una banda que a pesar de su juventud ya gastan una cara con demasiadas marcas.
Toundra demuestra con cada disco y cada directo por qué son una de las bandas más importantes del panorama estatal. Su propuesta de rock progresivo es de lo más contundente y atmosférica que se puede encontrar. Nada que envidiar a bandas foráneas de renombre pero por desgracia gozando de mucha menos repercusión de la que se merecen.
Kurt Vile y su banda dejaron ver que se defienden mucho mejor en salas menores y en ambientes más cargados de oscuridad y humo. Con esto ni se me ocurre insinuar que la actuación no fuera buena, todo lo contrario, fue brillante, pero he de decir que sigo prefiriendo a Vile en salas con aforo reducido pues es en las que realmente se puede captar toda la esencia de su arte.
James Blake esotro grande que impacta o da mucho más fuera de un festival, en un recinto pequeño. A pesar de eso, de su pausada propuesta y de la hora, volvió a levantar pasiones y gozó de una importante afluencia de gente.
Hot Chip, al contrario que The Knife, estuvo muy por encima de mis expectativas. Impresionantes, contundentes, directos, divertidos,… nada nuevo para sus fans, pero es de agradecer sobre todo a esas horas para un público que lleva ya una importante cantidad de conciertos a sus espaldas. Pusieron el listón muy alto para el resto de animadores de la noche.
Wu-Tang Clan. Solo ver el nombre ya impone. Históricos del hip-hop presentándose en la ciudad condal al completo y con un merecido homenaje al desaparecido Old Dirty Bastard. Tal vez faltó un poco de volumen dado que el viento no ayudaba pero consiguieron que parte de la sobredosis hipster que abarrotaba el festival coreara mano en alto los himnos del clan.
Esta es solo una parte de todo lo que engloba Primavera Sound, ha habido esto y mucho más, pero un servidor aún no tiene el poder de clonarse para estar presente en ocho escenarios a la vez. Cada año mejor, cada año más grande pero sin perder calidad, más ecléctico. Ahora solo queda esperar un año para volver a uno de los mejores carteles de Europa, que por ahora ya empieza a coger forma con la temprana confirmación de Neutral Milk Hotel.