Lo han estudiado sociólogos, psiquiatras, patólogos, analistas de todo tipo, incluso parapsicólogos, pero ninguno ha dado con una explicación plausible. No tiene sentido. Es una extraña dolencia que impulsa a brillantes y tremendamente preparados jóvenes de orígenes diversos a encerrarse en extraños vehículos con aspecto de insecto, tecnología aeroespacial y que son mitad ataúd, mitad proyectil. Son los pilotos de la Fórmula 1, unos extraños seres que adoran hacer sufrir a sus organismos veinte fines de semana al año con el dispositivo más parecido a una cámara de tortura que la ciencia moderna puede construir: sus coches.
Hay muchas formas de castigar a un cuerpo humano, pero en principio, todas ellas están pensadas básicamente para hacer daño, no para ganar títulos deportivos. Visto desde fuera, una carrera de F1 bien podría parecer casi más un juego, porque se ve a unos coches pasar a toda velocidad y poco más. Lo que no muchos conocen es el enorme esfuerzo físico que conlleva domar los más de 700 caballos que impulsa cada uno de estos misiles tierra-tierra que pesan, cuando van con el depósito lleno, menos que un Smart, el microutilizario urbanita por excelencia.
Cuando Marc Gené subió por vez primera vez en un Minardi, su primer paseo en F1, iba realmente bien preparado. Llevaba ya años compitiendo en monoplazas, y tenía experiencia en las categorías inferiores previas a esta. De poco le sirvió su excelente forma física y tomó las habituales precauciones cuando se pilota una máquina de este tipo, pero al bajarse del coche casi tuvo que pasar por el dispensario del circuito de Montmeló para que le curasen hematomas, heridas y desollones. Fueron inevitables. Él mismo se los había provocado en los violentos vaivenes a los que somete uno de estos coches a sus pasajeros. Algunas de las heridas le duraron semanas. En la jornada siguiente los apósitos y vendas que se vio obligado a llevar le hicieron más difícil entrar en el ajustado habitáculo. Eran tantas y tan voluminosas que encogieron el ya estrecho espacio.
Las piernas van embutidas y muy ajustadas a los afilados morros antichoque, los brazos sujetan con saña el volante con dirección asistida y el torso va amarrado fuertemente al asiento por un cinturón de cinco puntos de anclaje. Lo peor es la cabeza, porque va suelta. En los 80 los pilotos se amarraban el casco al cuerpo con correas que pasaban por debajo de los hombros, o los ataban a los laterales de la carrocería, pero desde hace mucho, estas prácticas están prohibidas y es la base del cráneo de cada conductor el que tiene que soportar fuerzas de hasta 3G laterales y casi 6G frontales cuando el coche frena. Lo más impresionante no es la aceleración que catapulta a estos ingenios de 0 a 100 Kms/h en poco más de dos segundos, no… lo peor es cuando en ese mismo periodo de tiempo pueden pasar de 200 Kms/h a 0 y el pagano de todo ello es la base de la testa: el cuello. Si el conjunto cabeza-casco suele pesar unos seis kilos, en la frenada sería como llevar agarrado de las orejas a un crío de ocho años. Que le pregunten a Nico Rosberg, que de poco le sirvió haber sido Campeón de la GP2 —categoría inmediatamente inferior y prestaciones similares— cuando se subió en Jerez a un Williams. Los dolores le duraron más de una semana y requirió atenciones especiales de su fisioterapeuta. Si tu coche pasa de 100 a 0 en algo menos de 50 metros, un F1 solo necesita 14 gracias a sus frenos de carbono, una costosa tecnología que obliga a sustituir los discos tras cada fin de semana.
Pasó el tiempo en el que los pilotos dormían con la cabeza colgando por fuera del colchón para ejercitarse incluso cuando dormían, o leían con el casco puesto para reforzar su musculatura. Estos cascos, los actuales, están fabricados en carbono, cuestan unos 4000 euros y tardan varias semanas en ser construidos. Gracias a estos modernos materiales pesan la mitad que antaño y por ello el esfuerzo es menor, pero la F1 ha ido a más y el ahorro de peso se ha compensado con unos límites de la física que parecen no alcanzar nunca, obviamente a costa de atormentar a los 22 desdichados que se juegan la vida cada domingo para regocijo de los alrededor de 60 millones de telespectadores que siguen las carreras en directo en todo el planeta.
Todos ellos podrán ver que lo primero que hacen los que alcanzan el podio, tras saludar a sus compañeros, es subir a una especie de antesala de la ceremonia de trofeos en las que un tipo calvo y trajeado, Alexander Molina, les entrega una toalla y un botellín de agua sin marca. La toalla es para secarse el sudor que no haya absorbido su ropa ignífuga, y el agua es para que rehidraten su cuerpo que de promedio habrá perdido unos tres kilos. Los hay que han llegado a perder hasta cinco en las apenas dos horas que dura una carrera. Algunos no han podido asistir a la ceremonia de entrega de premios al acabar la prueba, han tenido que ser ayudados a salir de sus monoplazas ante la tormentosa pérdida de sales, atacados por dolorosos calambres, o incluso han perdido la consciencia de camino al cajón. Si le preguntas a Jarno Trulli te confesará que en el GP de Singapur 2008 se vio obligado a abandonar porque empezaba a sufrir desvanecimientos en plena carrera debido al sobreesfuerzo.
Añadamos a esto los más de 60 grados centígrados que a veces se han llegado a medir en la cabina de los coches. Pongamos la humedad que hay en Malasia o Singapur. Pongamos la seca atmósfera circundante de sitios como Bahréin o Abu Dhabi. Pongamos el diluvio universal que te arroja el coche precedente cuando en lugares como Spa o Silverstone suele caer lluvias con relativa frecuencia y contando con la única protección de la visera de tu casco, en un cabrio, y sin limpiaparabrisas… porque es que no hay parabrisas. El corazón late con frecuencia durante toda la contienda en ciclos que superan las 190 pulsaciones por minuto (hasta 220 en adelantamientos), mortal de necesidad para una persona normal. Sumemos también el stress de tomar decisiones a 300 kms/h, hacerlo con un tipo a tu lado con un coche mejor que mataría a su madre por llegar antes que tú a la siguiente curva y pon en la balanza que todo ello lo haces pasando a diez centímetros de un muro de hormigón tan consistente como un búnker de pruebas militares. Para rematar la faena, pon una sonrisa ante las cámaras y los patrocinadores cuando acabas de estrellar un ingenio multimillonario, y no solo no has sumado punto alguno sino que además ves como tus enemigos te superan, ganan más que tu y su novia es más guapa. Una tortura permanente para chicos con pulmones de maratoniano etíope, reflejos de veterano en Top Gun y manos con la velocidad de Bruce Lee.
Fue Ayrton Senna el que cambió las reglas del juego. Antes de él los pilotos eran vividores, niños grandes que se jugaba el tipo sobre la pista pero fumaban, bebían, e incluso se beneficiaban a las mujeres de los patrocinadores, hipnotizadas por el aura de héroes que desafiaban a la velocidad del sonido. Mientras que sus contemporáneos se iban de copas al mítico bar Tip Top de Mónaco, Senna era el piloto pelmazo que no dejaba en paz a sus mecánicos mañana, tarde y noche. No dudaba en llamar de madrugada a sus ingenieros si acostado se le ocurría alguna mejora por nimia que pudiera parecer. El de Sao Paulo inventó al piloto moderno, al obseso de la perfección, y con ello de la preparación física.
Justo al tiempo de la desaparición del tricampeao amaneció un nuevo sol en ascenso, Michael Schumacher, que poco veía al astro rey encerrado en interminables sesiones de hasta seis horas de ejercicio con pesas, boxeo, natación, y todo tipo de preparación que convirtiera su corazón en una central nuclear. Schumacher subió el listón en tal medida que si sus compañeros asistían a los circuitos con rutilantes deportivos o lujosas roulottes donde echarse la siesta y estar tranquilos rodeados de amigos y familia, el germano añadió un trailer extra a la roja caravana de Ferrari: se hizo construir un gimnasio móvil. El camión parecía un transformer. El chófer lo aparcaba en pleno paddock —previo paso por caja por ocupar espacio— y tras manipular una serie de botones, el remolque se desplegaba hacia arriba y los lados, y como por arte de magia aparecía un apartamento rodante del tamaño de un piso mediano. La marca italiana de aparatos gimnásticos Technogym llegó a un acuerdo con la Scuderia y llenó el negro y acristalado remolque con el último grito en costosas generadoras de sudor. Es más, bajo sus indicaciones crearon una específica para pilotos, especialmente indicada para castigar cuello, brazos y pecho, que bien podría ser tildada de máquina de tortura. Con forma de cabina de monoplaza. Unos herrajes encarnados con diversas poleas, pesas y muelles estaban dispuestos para tirar de su cabeza al tiempo que giraba un pesadísimo disco metálico que sujetaba a modo de ficticio volante. Castigo, castigo y más castigo. El caso es multiplicar lo vivido en pista para que cuando llegue la hora de pilotar de verdad, la cabeza se concentre exclusivamente en eso, y la parte física sea como un paseo por la playa… pero no lo es.
Cuando en 2006 Schumi decidió hacer las maletas en su primera retirada vendió el dispositivo a Juan Pablo Montoya, que se lo llevó a Norteamérica, pero la firma transalpina vio una fuente de ingresos y se puso manos a la obra. De su experiencia equipando a la mítica escudería del Cavallino Rampante, McLaren, y los equipos de fútbol A.C. Milan y Real Madrid, salió su última y más sofisticada creación: El Technogym F1 Training Machine. Si existen simuladores de conducción, este es el simulador del esfuerzo que los pilotos asumen al empuñar un volante. El demoníaco aparato te tira de la cabeza, te estremece el vibrante asiento, te carga las manos con peso y te empuja con verdadera mala leche. No es divertido. Un ordenador lo controla todo y te pregunta amablemente su quieres subir de nivel al acabar una dolorosa sesión. Todos responden que si.
Si entre el Siglo XV y el XIX la punta de lanza tecnológica en la creación de padecimiento ajeno lo tenía La Inquisición, es evidente que en el Siglo XXI lo sustenta este deporte. El efecto de sus productos emula el de un Fórmula 1 lanzado por las calles de Mónaco, que a su vez ejecuta sobre el organismo de sus pasajeros el mismo efecto que la sierra, la doncella de hierro, el toro de Falaris, el potro, la cigüeña, el barbero de hierro o el lanzador, conocidos instrumentos de tortura que en su tiempo ejecutaban acciones similares —aunque llevadas al extremo— en tiempos de Torquemada, que hubiera pagado sin dudar los 13.900 euros que cuesta el invento deportivo, mil euros más la Ferrari Edition. Gracias a estos chismes podrás sufrir en casa el mismo padecimiento, sin el riesgo de matarte en la primera curva.
Volviendo a la realidad, una vez en carrera el cuerpo de cada participante esta atrapado como en una lata de mejillones, y amarrado fuertemente a una insinuación de asiento consistente en espuma endurecida cubierta por una fina lámina de piel vuelta. La dureza de las suspensiones y la rigidez del chasis de fibra de carbono transmite pequeñas imperfecciones de la pista amplificadas por la velocidad y las transforma en secos golpes como si Conan el Bárbaro te arrease con una maza en la espalda. Las vibraciones y traqueteos te invitan a hacer lo impensable: soltar el volante, que se torna en asignatura obligatoria en caso de accidente, a menos que se tenga el deseo de ver rotas tus muñecas, y en el peor de los casos perder algún dedo. El caso de colisión, la norma no escrita obliga a cruzar los brazos sobre el pecho al estilo de las momias egipcias. Las vibraciones acaban agotando los músculos de los ojos y el nervio óptico acaba sufriendo; aparece la visión borrosa, la pérdida de la definición y los colores, e incluso la pérdida puntual de este sentido con las frenadas y las fuerzas G. Estas son tan fuertes que los órganos internos se agitan dentro del cuerpo y se sabe que incluso el cerebro se desplaza dentro del cráneo, provocando mareos y cefaleas. La espalda recibe tal cantidad de golpes que es muy frecuente, en los compases finales de la carrera deportiva de los pilotos, problemas cervicales y dolores constantes hasta el punto de impedirles correr como le ocurriera a Eddie Irvine o Ralf Schumacher. Ambos padecen atlopatía, una suerte de artrosis en la zona vertebral, sacra y lumbar.
Cada participante lleva a modo de cordón umbilical que le une a su equipo unos microaltavoces hechos a medida y rodeados de látex que se encajan como un guante en sus pabellones auriculares. Es la única manera de que escuchen algo por radio, al tiempo que les sirve de aislante del pavoroso bramido de los potentes V8 que llevan a su espalda. Muchos acaban teniendo problemas de oído.
Pero lo peor es la deshidratación. En el llamado driver’s parade, esa especie de procesión a bordo de un remolque que hacen los gladiadores ante su público antes de la prueba, que los participantes lleven un botecito con algún anunciante pegado tiene más de jugada de supervivencia que publicitaria. Cada piloto ha de tragar entre uno y medio y dos litros de agua antes del jaleo so pena de padecer más tarde fatiga extrema, calambres, golpes de calor o incluso desvanecimientos. De que suban al coche con esa cantidad de líquido depende que puedan terminar la prueba. Una vez subidos, un pitorro que les sale del casco les sigue supliendo del líquido elemento vuelta a vuelta. Pulsan un botón en el volante y les va saliendo. En una ocasión, a Fernando Alonso se le rompió y el sistema le derramó dentro de la boca los casi dos litros que lleva una bolsa tipo camelback. El drama no fue ir mojado, sino que a partir de la mitad de la carrera empezó a echar de menos ese agua. Sufrió.
La competencia en el deporte más caro del mundo llega a los lugares más insospechados. Si Ferrari tiene una máquina de tortura personalizada para sus chicos, McLaren también tiene la suya, con sus colores, reglajes y nombre propio. Lógico, esto es la F1.
Aparte de la tortura física, habría que hablar también de la tortura psicológica, todos los pilotos (de coches o motos, da igual) están un poco «pallá» o algunos como Kimi algo más. Si estuvieran cuerdos no se jugarían la vida de esa manera.
Y lo peor de todo, es que si estoy viendo la tele y me aparece alguno de estos energúmenos con su coche, cambio el canal ipso facto. ¡Qué aburrimiento, las carreras de F1, por los clavos de Cristo! No consigo ver el aliciente por ningún lado. Es más, es que si por mí fuera, estarían todos en el paro jugando al futbolín.
Uisss…sí, sin duda eso es lo peor de todo del mundo mundial.
Ver la tele, que vulgaridad.
Jajajajaja… siiii, llevas razón. Al que no le gusta, no le gusta nada, aunque al que le gusta… suele gustarle mucho. Generalmente cuando se conoce, tiendes a entenderlo y con ello, a apasionarte. En todo caso, de la Formula 1 salen un montón de inventos tecnológicos que algun dia, Dios no lo queira, podría depender tu vida. En un artículo en el futuro te lo explicaré. Ese si que te va a gustar. Te daré un pequeño adeñanto: el mar está más limpio gracias a la F1.
Bueno, pues si es así, me ha convencido.
Que dificil es aparentar ser un intelectual…
¡Qué va, hombre…! Da usted el pego muy dignamente.
Estimado Chupo PoyerO, entiendo que debe ser duro creerse un intelectual y pensar que las masas deben aplaudir sus brillantes frases aliñadas con esas expresiones latinas tan solo reservadas a los mas brillantes intelectos…y despues descubrir que no solo no le aplauden, sino que ademas se rien de usted!!!!…no haga caso al vulgar populacho…siga usted deleitandonos con sus perlas
¿Chupo Poyero? ¡Expresiones latinas? ¿No puede esforzarse un poco más, vago del intelecto? Usted ya me ha aplaudido con su despecho incontenido y su candidez, primavera.
¡Ja, ja, ja! ¡GENIO!
Tengo que pregunralo. ¿Es el verdadero Carlos Boyero? Si no lo es, yo me lo he creído.
Tortura, efectivamente, dado que quitan los Simpson para retransmitir la carrera, normalmente por segunda vez en el mismo día.
Sip, es verdad, podrían repetir los capítulos de los Simpson alguna vez para variar
Lo unico espectacular de este «deporte» es el sonido de los motores a pie de pista.
Poco más…
Te sorprendería conocer las aplicaciones para la vida real que derivan desde la Formula1. El verano pasado un crio de siete años salvó su vida gracias a que «le enchufaron» un aparato que sacaron de un F1 y que en el resto del mundo no existe. Otro día te lo cuento más despacito. (Otra cosa es que no te gusten las carreras, obviamente…)
Buen artículo. Aunque por la profundidad de conclusiones que has sacado deduzco que amas la Fórmula 1. Hace un tiempo que estoy muy interesado en Senna. ¿Me puedes recomendar una biografía suya?
Gracias
Alfredo,
Esta no está mal, aunqeu tampoco es que produndice mucho en su persona:
http://www.filmaffinity.com/es/film165337.html
Saludos
Hombre… Hack… me encanta Groucho. Si, me gusta mucho y trabajo en ella desde hace un tiempo. La figura de Senna es de una importancia capital en este deporte-negocio-espectáculo. Le hice fotos en vida. Te recomiendo el documental que Asif Kapadia le hizo hace un par de años, es excelente (por cierto, en un plano grabado en el circuito de Jerez salgo yo) Hay una biografía muy interesante titulada «Senna» y escrita a finales de los 90 por Francisco Santos. Búscala en la Librería del Motor. Envían a casa con un coste reducido aunque tienen tienda en Madrid y Barcelona.
Muchas gracias José. No tenía ni idea que le habías hecho fotos. Ya veo que he hecho muy bien en preguntarte porque de verdad que tengo mucho interés. Por supuesto un incentivo fue el descubrimiento de ese asombroso documental. Muchas gracias.
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Si se me permite la broma: «Más cornás da el hambre»
Estupendo artículo señor Zapico. Tortura…? Si, pero con los sueldos que se manejan en ese mundo, creo que están muy bien compensados. Es lógico y necesario que estén preparados al 120% físicamente hablando. Y cómo bien dices, la F1 participa en la vida real en muchos más casos de los que os podemos imaginar. Me quedo con ganas de leer su nuevo artículo.
Er… bueno, depende. Charles Pic tiene de nómina 150.000 euros y se juega el tipo exactamente igual que Alonso, que es el mejor pagado. El siguiente artículo en JotDown será posiblemente lo contrario al de hoy… tras el castigo, el premio. El dinero, y cómo se lo gana cada uno. Ya trabajamos en ello.
Me ha llamado la atención algún comentario sobre lo aburrida que e la F1. Me ha recordado el tenis.
Tenía una amiga enamorada de Mats Wilander y no se perdía un partido de él si lo echaban por la tele. Si hasta entonces ver dos personas pegando a una pelota hasta que un tio en una silla muy alta les decía que parasen me parecía aburrido, en cuanto mi amiga me mostró la mecánica y las reglas, entendí muchas cosas, y ya no es lo mismo para mí.
Supongo que con la F1 ocurre algo similar, si no conoces las reglas es la cosa mas tediosa del mundo.
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«Palos con gusto no duelen»
Interesante artículo, curiosa «maquina de tortura» pero que necesaria para que puedan soportar las carreras y el esfuerzo que es… en más de una ocasión me han dicho lo de que los pilotos de carreras no son deportistas como tal….lo unico que puedo decirles ahora es que se lean artículos como por ejemplo este para que entiendan lo que supone, Esperando el proximo nos quedamos.
Cualquiera que piense que el artículo exagera, que se suba diez minutos a un kart. No hace falta uno potente, con uno de esos de despedidas de soltero vale…
…pues imagínate cuando la potencia se multiplica por 200 (aproximadamente) en la frenada la cabeza parece querer despergarse de tu cuerpo, y el jaleo dura casi dos horas. Hazte cargo.
No soy un fan de la Fórmula 1. De hecho si no fuese por el éxito de Fernando Alonso, seguramente este artículo con el susodicho debate no hubiera tenido lugar con toda seguridad.
Vamos a ver, que haya tipos apasionados del motor, que suelen empezar a competir en cars y que luego vayan a por más, a por más sensaciones -imagino, a por más premios, camino a la gloria … es lo normal.
Que sufen mucho para llegar a ello ?? No me cabe duda. ¿ Y los Nadal, Gasol y todos los deportistas de élite ? Sin duda.
Entonces el artículo lo encuadro dentro de la subjetividad del autor. Nada más.
La Fórmula 1 como todo deporte o actividad de alto nivel es un auténtico negocio. Pero es que si no fuese así, sus amantes no lo disfrutarían … como no disfrutaríamos el tenis los que amamos ese deporte si esos atletas no sufriesen duramente durante muchos años.
En fin, no creo que el debate sea F1 sí o no. Sinceramente no veo el debate. Respetable la opinión del autor, respetable la opinión de los aficionados -que como alguien dijo, una vez teniendo el aliciente de Alonso se torna en algo más que bólidos de mecenas y marcas de autos que se juegan su prestigio.
Bueno, es interesante tu punto de vista, pero no hablamos de si nos gusta el deporte, si nos cae mejor Alonso o Nadal. No hablamos de si el asturiano tiene éxito y ha catapultado este deporte en nuestro país -España- ni si es un negocio o los coches los regalan. Hablamos del esfuerzo físico que ello conlleva, sólo eso. No hay más lecturas, ni más visiones, ni tampoco de ese misterioso debate que si la F1 si o no… Gracias por decir que respetas la opinión del autor, pero la única opinión de este autor vertida en el artículo de manera soterrada es que los tíos se lo curran en el plano físico. No opino de nada más en él.
Er… hablas de marcas de autos que se juegan su prestigio. Sólo hay tres equipos con nombre de coche: Mercedes, muy conocida y que lleva 4 años como escudería si contamos esta temporada, McLaren, que tiene un sólo modelo y se fabrica desde el año pasado a pesar de que como escudería lleve décadas, y Ferrari, que vende unos 7.200 coches al año a nivel planetario. El coche más vendido sólo en España en 2012 fue el Renault Megane, y colocó en el mercado español 30.142 unidades. El resto de marcas vagamente relacionadas con la F1 vende sus motores, o apenas aporta su nombre. Ya apenas quedan marcas de coches en la F1.
En todo caso, te reitero que es muy interesante tu visión, pero toca de lejos lo expuesto en el artículo, que se ciñe a esfuerzo físico, trabajo de gimnasio, y superar las barreras de lo razonable en lo tocante a la preparación.
En el futuro hablaremos de estas cosas que reclamas.
Muy buen artículo. Habrá más?
Si, habrá más. Celebro que te haya gustado
Ya les pagan bien por su trabajo así que lo del esfuerzo va con el sueldo. Si no les gustan esas palizas que se pegan que se dediquen a otra cosa. Son deportistas. Lo que no sabía era que fuera tanto. Que pidan más dinero a sus equipos porque se lo ganan
Bueno… si, son deportistas y se lo ganan más que en base a su esfuerzo, en base a lo que generan. No creo que Charles Pic, el peor pagado con una nómina -estimada- de 150.000 euros se esfuerce mucho menos que Alonso, del que se dice que factura a Ferrari unos 30.000.000 de leuros, o no al menos en esa proporción. Pero Alonso gana carreras, con ello puntos, y con los puntos, su equipo sube en la tabla y se lleva premios en metálico a la postre. Digamos que si gana eso, es porque genera… más.
¿ Porque no hay mujeres piloto en la formula 1? ¿ es porque no soportarían una paliza así ? Yo creo que si la soportarían. Y otra pregunta ¿ quien va a ser el campeón este año ? Me gusta Kimi
Una pregunta muy interesante y de la que podría salir un artículo. Mi teoría personal va muy en linea con lo descrito en el articulo. Hay menos masa muscular, el corazon y los pulmones son mas pequeños, y por lo tanto el rendimiento fisico es más limitado. ¿Machista, misógino? Díselo a los que aceptan que en tenias, golf, futbol o baloncesto, por poner unos pocos ejemplos, los sexos no se mezclen por razones que nadie cuestiona. Una golfista alcanza los 200 metros y pocos más con una madera 1, y un tío medianamente entrenado es fácil que lleguen a 300. Esto no es una opinión, sino matemáticas. Echa un ojo a las tablas de records de velocidad, maratón, o salto de altura… por ejemplo.
Ya lo ganan bien, que no se quejen y que Alonso pague impuestos en España
Fernando Alonso paga impuestos en España desde 2011. Cuando él gana carreras, el erario público español hace caja… y tú ganas. Más victorias del chico de rojo, más pasta para que la gaste Rajoy, así es como funciona.
El árticulo es simplemente genial. Esta lleno de generosidad documental y literaria. Qué poca generosidad en cambio la de los españolitos que con tanta facilidad dicen cojonudo por nada. Y las replicas, que también son cojonudas, por cierto
Bueno, pues como responsable de haber juntado todas estas letras, muchas gracias!!! Espero no defraudarte en la siguiente…
Me ha encantado el artículo, creo que expresa muy bien el esfuerzo físico que es necesario para soportar esas condiciones extremas en las que trabaja esta gente, aunque pueda parecer que por el hecho de ir sentado no sea necesario tener una forma física excelente.
Solo he echado algo de menos… una foto de la Technogym Ferrari Edition. Acaso os cobraban las fotos, o qué? Que podría ser oye…
Muy interesante no imaginaba que esto fuera asi
Me alegro de que te guste y hayas descubierto algo nuevo.
que es nesesario para ser piloto de carreras?????
Bueno, básicamente unos 6-7 millones de euros, una carrera deportiva satisfactoria de unos 15 años y mucho esfuerzo. Ser piloto de F1 es el culmen de una serie de pruebas que has de ir superando. Karting, formulas menores, F3, luego algo con más caballería, World Series, GP2 y al final una prueba con algún equipo pequeño… pero básicamente dinero. Sin él, no llegas, así que empieza buscándolo.
Me parece uno de los artíulos mas estúpidos que he leído en mucho tiempo. ¿Cuál es su finalidad? ¿alabar este deporte o criticarlo?
Si es criticarlo bueno, para gustos los colores y como alguien ya ha señalado en algún comentario te puede interesar por diversos motivos (yo como ingeniero me encanta por supuesto) o serte tremendamente aburrido (también comprensible), pero no entiendo el símil de la tortura… ¿alguno ha intentado subir un puerto de 10km después de otros 200 de ruta con la bicibleta?¿habeis corrido aunque sea media maratón?¿un ironman?¿que piensa el autor de estas «torturas»? ¿que por qué la gente sigue haciéndolo? La respuesta la sabéis si alguna vez lo habeis vivido u os gusta el deporte realmente.
Si la intencion era alabar el trabajo de estos deportistas… no veo por qué no merece las mismas alabanzas alguien que corre una maratón en dos horas y pico (por poner un ejemplo)
Hum… bueno, si el artículo es estúpido y lo he escrito yo, así que entiendo que el estúpido soy yo por haber mostrado el esfuerzo de un tipo de deportista concreto. Como veo que te gustan los maratonianos, escribiré nuevas estupideces mostrando la información que sea capaz de recopilar sobre ellos si en algún momento me lo piden, pero es que lo que conozco es de esto de las carreras y de eso iba el tema.
Puedo decirte que he corrido maratones, y se de primera mano lo que es. También me he subido en algún Formula1, pero estaban parados. Casi un tercio de la parrilla de la F1, sus pilotos, me refiero, disputan triathlones.
Eeeeer…. en respuesta a tu primera pregunta, la idea era mostrar el esfuerzo que hay detrás d eeste deporte, ni alabarlo, ni criticarlo, o sea, que la estupidez no iba dirigida a ninguna de esas dos finalidades, sino a la de exponer algo poco conocido, que es básicamente unas de las funciones primarias de los medios de comunicación.
tu si que eres estúpido. que desayunaste hoy, bilis de foca? pero no te das cuenta de que es un reportaje de divulgación? o es que cuando es un reportaje de animales en La 2 llamas estúpidos a los que lo hacen porque en vez de hablar del lince ibérico hablan de leones africanos? tu eres muy tonto tío. si no te gusta la formula uno pues no las artículos de formula uno
Me encanta el artículo, pena que jamás podré subir a un F1 aunque esté parado. Suerte que tú ya lo has hecho José Zapico
Jajajaaj, bueno, buenooooo… yo lo he hecho en parado. No se sube cualquiera en un coche de estos. Mucha gente me lo pregunta: «tio, tio, y te has subido en un F1?». En marcha sólo pueden hacerlo pilotos con la llamada Superlicencia. De manera ocasional pueden hacerlo VIPs con cierta experiencia tipo Carlos Sainz o Sebastian Loeb. No solo es muy peligroso sino que lo más fácil es que te atices. Sainz se atizó -flojito-, pero un árabe megarico presidente de una federación deportiva de donde sale petróleo del suelo y con mucha experiencia estrelló un Renault F1 en plena recta de un circuito. Si hay una manera de subirse en un F1: hay varias empresas que comercializan «paseos» en F1 triplaza (que te llevan) u otros sitios como la empresa LRS o la pista de Ascari, en Ronda, donde si puedes llevarlos tú, pero prepara un taco gordo. Son F1 de hace años que los equipos vendieron. En el caso de Ronda he visto Benettons, Arrows, y creo que alguno más. Si vas a algún día es fácil que te subas de la que se baja de uno de ellos Antonio Banderas, va con frecuencia, y me dijo que va como un tiro.
Jaja desde ya empezaré a ahorrar!!! A ver si logró un paseo en algún F1 triplaza. Y sí me gustaría manejar uno de hace años. El primer vehículo que pude comprar era de hace años… y me sirvió bastante no sólo por los golpes que le dí sino para aprender sobre el funcionamiento de la máquina; hay que comenzar con algo sencillo para quien solo se divierte los domingos soñando con subir a uno de los rojos ;)
Joder, lo que le faltaba a Jotdown para hacerme un adicto empedernido, mas F1! Y escrita por Zapi! Gran acierto.
Un artículo muy ilustrativo y divertido. Gracias. Aparte de darte las gracias, Zapi, comentarte que en el McLaren MP4/4 de Prost, con el que ganó en Jerez en el 89, las piernas no me cabían… Y, ¡ojo! Alain Prost mide 165 y yo 173, que no es tanta la diferencia, de estatura, me refiero ;-) Por cierto, a aquellos que critican la F1 (por aburrida) les invito a que hagan el ejercicio de criticar cualquier otro deporte. Desde el tenis, como dice la autora de un comentario, hasta el curling, pasando por el balonmano, el golf, la natación, el ciclismo, la marcha, el lanzamiento de jabalina o el salto de altura, y por supuesto el fútbol. Desde el punto de vista adecuado todos los deportes son estúpidos y aburridos. Un saludo muy cordial a todos.
Perdón! Me refería al MP4/4 de 1988.
Sin comparar con otros deportes, hay que reconocer que el artículo es pasional, entretenido, y deja bien claro que esos pilotos son unos toretes, pero de repente me ha picado la curiosidad, ¿habrán diseñado también una estrategia farmacológica que les ayude a aguantar ese ritmo durante tantos meses, tantos años?.
Quien crea que el deporte de élite es absolutamente «natural» y sano, es bastante inocente.
Es una buena pregunta pero tiene una fácil respuesta: es posible que en otros tiempos esto de la farmacopea racing haya tenido lugar, no hay información alguna al respecto, pero como posibilidad… si, es posible. En la actualidad los pilotos son sometidos a rigurosos tests antidoping similares a los de los ciclistas. Los levantan a horas infames, les sacan sangre, toman muestras de saliva, orina, etc, y esto es examinado y sus resultados son enviados a la FIA. Puedo contarte una pequeña anécdota personal. Una vez llevé a un piloto a un aeropuerto en mi coche. Fue un viaje de un par de horas. Faltaba como hora y media para que su avión saliese y decidimos ir al bar del aeródromo. El tipo, agárrate, «se regaló» un yogurt blanco, natural, sin azúcar ni nada a modo de premio porque ese día los tiempos habían sido muy buenos y semejante manjar no entraba dentro de su dieta programada. Imagínate el resto (léase: estos no se meten nada que no esté estrictamente prescrito por sus cuidadores)
¡¡¡¡Me ha encantado!!!!! ¿Para cuando uno sobre Alonso, pero para ponerle de vuelta y media o al menos que explique porque no gana y porque es tan borde?
Jajajaja… bueno, Alonso desata pasiones, para bien y para mal. No hay antinadalistas ni antipaugasolistas, pero si hay antialonsistas, y ya es raro porque alguien que sale cada quince días por la tele desde hace una década se convierte en alguien casi como de la familia. Es algo interesante de analizar. Personalmente creo que lo del antialonsismo tiene muy poco sentido, pero con los sentimientos y sensaciones, cada cual es muy libre. No me gustan pero me gusta que haya la libertad de elegir pensar esto.
¿Quien crees que es el mejor piloto de la actualidad?
Alonso, pero hasta la parada de verano -en agosto no hay carreras- la mejor temporada la está haciendo Vettel. Apenas ha cometido errores, cosa que si ha hecho el asturiano, aunque creo que no es mejor piloto que el de Oviedo. No gana siempre el mejor, sino que es un cúmulo de circunstancias: que tenga el mejor coche, que no le falle el equipo, que tenga suerte, que no tenga averías, que fallen sus contrincantes. A Vettel le está saliendo todo. Al binomio Ferrari-Alonso… pues no tanto.
Que crees que puede pasar cuando Alonso se retire? Cambiará algo?
Si, en España todo. Nada de madrugar para ver a unos ingleses correr en Corea, nada de ver los entrenos el viernes y sábado -algo alucinante, por cierto- se dejarán de ver estas audiencias actuales, esos previos de dos horas, los anunciantes se pirarán al tenis, el ciclismo o lo que toque, y la F1 en España volverá a ser un bonito recuerdo que sigamos 4 chalaos. Como antes de la Era Alonso, básicamente. Pasaremos a peor vida.
Hay una cosa que no entiendo: ¿porqué hay anta diferencia de sueldos entre los pilotos?
¿Qué ace que uno cobre tanto y otros tenían sueldos normales?
¿Y que crees que ubiera hecho María de Villota en la formula uno?
Er…. se trata de la ley de la oferta y la demanda. Cuando eres muy bueno, generas beneficio a tu alrededor en forma de logros deportivos, que acuden a ti los anunciantes, etc. Básicamente a un piloto fetén de la F1 se le paga mucho porque lo genera. Si Vettel o Kimi cobran más de 20 millones de leuros al año, es con casi toda seguridad porque al menos generan 21. Normalmente suele ser mas…
Pues yo te doy datos internos del Santander: en las tres primeras carreras como patrocinador de la Scuderia se amortizó la inversión
¿Y porqué no hay un equipos español?
Porque los que lo tuvieron o no acertaron o no supieron o llegaron en un momento inadecuado o tuvieron mala suerte con la gestión y no dieron con la pasta. Un equipo digno no cuesta menos de 60-70 millones de leuros por temporada. Esa pasta tiene que salir de alguna parte y aunque la cifra te parezca pequeña, es un disparate de dinero. Si eso no retorna de alguna manera tangible, es complicado. Para recuperar eso, hay que poner mucho más… para obtener resultados, así salir más por la tele, que lleguen más anunciantes, ganar más premios… es complicado. Un día lo analizaremos despacito.
Sentido del humor e información al mismo tiempo. Magnífico artículo sobre Fórmula 1. Me gusta.
Nunca leí un artículo tan pelotudo.. Muy detallista, pero muy subjetivo, se ve que el que lo hizo no le gusta ni entiende el deporte.. eso esta perfecto, pero no pinten como un infierno algo que no lo es
Que gran artículo, información que rara vez conoce el grueso de la gente, y que le hace afirmar que estos pilotos no son atletas en todo el sentido.
Las comparaciones con otros deportes salen sobrando, solo quisiera decir que estar en la misma posición por 2 horas bajo una tensión extrema implica unas condiciones de superdotado, así de simple.
Una acotación: a mi modo de juzgar las cosas, Niki Lauda fue el pionero en eso de dotar de un «método» y profesionalizar eso de manejar un F1.
Senna continuó la saga, y de forma notable.
Gracias por este entretenido relato.