Pocas veces comentar una serie podría resultar tan fácil: ¿se queda usted embobado ante la pantalla cada vez que aparece Zooey Deschanel en alguna película o videoclip? En tal caso, quizá quiera usted echarle un vistazo a New Girl. ¿La chica le resulta indiferente e incluso le tiene algo de manía? Puede pasar página sin remordimientos ni la sensación de estar perdiéndose algo importante.
Admito que había dos motivos por los que sentía curiosidad hacia este programa. Uno, el gran éxito que está teniendo en EE. UU. y las críticas generalmente positivas (aunque no arrolladoramente positivas) que ha recibido. Y dos, no menos importante, que soy precisamente uno de esos individuos que se quedan embobados cada vez que Zooey Deschanel aparece en una pantalla. Sabía que tarde o temprano terminaría sucumbiendo a la tentación de ver esto, aun a sabiendas de que no parecía una serie hecha a mi medida… y finalmente ha sucedido. Comencé a verla. Bueno, siempre resulta más agradable pasar 20 minutos contemplando planos de Zooey Deschanel que ponerse a ver un deprimente reality show o la sección de deportes —perdón, de fútbol— de las noticias. Dejémoslo así. Y bien, ¿qué ha sido lo que me he encontrado? Una comedia pasable (a algunos les divertirá pero otros la detestarían con verdadero ahínco) que en principio trata de descargar todo su peso en el activo más poderoso y abundante que posee esta actriz: el encanto personal. ¿Funciona? Bien… digamos que en el mejor de los casos funciona a medias, aunque no por culpa de ella, como comentaremos más adelante.
New Girl se centra en una chica ingenua, ridículamente pizpireta y completamente “uncool” que tras una ruptura sentimental comienza a compartir apartamento con tres hombres solteros. Sí, la idea de partida suena terrible. Y bien, el resultado no es tan terrible… o solamente lo es por momentos. El episodio piloto llegaba a prometer bastante, con un tono muy similar a la de Scrubs, aquel culebrón-cómico-amable ambientado en un hospital; es decir, una mezcla de humor tontorrón con ciertas píldoras de sentimentalismo. El guión de ese primer episodio era aceptablemente bueno, para tratarse de un piloto, y anticipaba un humor desenfadado que podía incluso llegar a ser anárquico. Sin embargo, nada de eso se cumplió. En episodios posteriores la serie se tornó más irregular y los momentos noños se hicieron más abundantes en detrimento de la anarquía. Aunque sería injusto ponerse estupendo y no reconocer que en cada capítulo hay varias secuencias divertidas y también varias buenas ideas, lo cierto es que New Girl podría haber sido mucho mejor de lo que es. Quizá el mayor problema —para mí, porque parece que no lo es para su elevado número de seguidores— es que no se haya optado finalmente por un humor más afilado, como el que llegaba a intuirse en el episodio piloto. Entiendo que New Girl es una de esas “feel good series” que simplemente tratan de resultar amables, la típica comedia breve e insustancial para relajarse un rato antes de dormir. No me disgusta necesariamente ese tipo de humor blandamente feliz y no me considero cerrado a él en absoluto, pero francamente creo que la cosa hubiese ganado muchos enteros con algo más de —con perdón— mala leche. Lo cierto es que el concepto de la serie no es nuevo, los personajes (excepto la protagonista) son estereotipados y más bien insustanciales, y que a la autora de la serie, la joven Elizabeth Meriwether, es bastante ingeniosa (eso sin duda) pero le hubiese venido bien una segunda firma capaz de decirle cuándo se estaba pasando de rosca con los tonos de comedia romántica. A fin de cuentas incluso Billy Wilder confesaba la necesidad de tener a otro escritor principal junto a él, alguien con autoridad suficiente como para servirle de piedra de toque y discutir sus decisiones. Teniendo en cuenta que Meriwether está a universos enteros de gigantes como Wilder, no le hubiese venido mal un abogado del diablo. Así pues, tras el prometedor piloto New Girl se queda en tierra de nadie, o mejor dicho, en tierra de los más aficionados al sentimentalismo facilón. Como producto en conjunto, se desinfla rápidamente tras ese primer capítulo, aunque no llega a hundirse por completo: digamos que no da todo lo que prometía.
Dicho esto, también es justo señalar cuál es el punto fuerte de la serie y ese no es otro que la propia Zooey Deschanel. Y lo afirmo todo lo objetivamente posible, créanme. Decía Juan Claudio de Ramón Jacob-Ernst en su artículo sobre la serie Isabel que con Michelle Jenner uno nunca sabe hasta qué punto está siendo objetivo o sencillamente siendo abducido por su particular magnetismo. Bueno, con Zooey Deschanel podría sucederme algo parecido, pero descuiden; lo cierto es que incluso reconociendo esta debilidad subjetiva, Zooey Deschanel nunca me había deslumbrado como actriz. No he visto todas sus películas; es más, de hecho estoy bastante poco familiarizado con su trabajo, pero lo que había visto no me hacía confiar en que podría verla rayando a gran altura en un registro cómico. Aún menos ejerciendo como protagonista de una serie del género. Error. En New Girl, tengo que admitirlo, está francamente brillante. Recuerdo que me había causado cierto estupor leer en la edición estadounidense de la revista People que el éxito de la serie se debía casi únicamente a la comicidad de la actriz, pero ahora la verdad es que tengo que coincidir. Zooey Deschanel se empeña en negar que sea tan extravagante como la gente percibe que es, a causa de esa aureola estrafalaria y naive que siempre parece rodearla, pero la verdad es que ha encontrado un personaje —extravagante— hecho completamente a su medida. Un personaje que responde —de manera muy exagerada, claro— al concepto que mucha gente puede tener sobre ella (o mejor dicho, sobre la imagen pública que ella proyecta queriendo o sin querer). Y el resultado es que Zooey Deschanel está fantástica en el papel. Podría entender —bueno, entenderlo no, pero respetarlo— que haya a quien le parezca estomagante tanta rareza impostada, pero incluso prescindiendo de la habilidad de Deschanel para seducir a la cámara con esos ojos enormes y su infinito repertorio de mohínes inusuales, lo cierto es que en New Girl ha conseguido manejar prácticamente a su antojo los resortes cómicos de esa extravagancia. De hecho, no me parece nada disparatado que haya recibido varias nominaciones y premios por su trabajo con este personaje, y francamente creo que se los merece.
El principal problema, no obstante, es que el entorno no acompaña. Ni la serie es lo bastante buena como para compensar aquellos momentos en que Zooey no se sale con la suya, ni cuenta con otro personaje que pueda hacerle frente de tú a tú, creando un contraste que casi siempre resulta necesario en la comedia (no por nada muchos cómicos se han hecho célebres en pareja o en grupo). Por poner un ejemplo del que ya hablamos alguna vez: en The Big Bang Theory, otra serie ligera sin pretensiones, tenemos a un personaje verdaderamente espléndido como Sheldon Cooper, pero Sheldon probablemente no resultaría tan efectivo sin el contrapeso de otros personajes de cierta entidad, especialmente de esa inesperada “sidekick” encarnada en la rubia Penny. En New Girl, sin embargo, Zooey está prácticamente sola y no hay un yang para el ying de la protagonista. Lo cual, claro, conduce a depositar todo el peso en la actriz, con el riesgo de terminar cayendo en un exceso de presencia. Por más que el punto de partida fuese una serie dedicada especialmente a explotar el aura de la señorita, todo buen personaje necesita un compañero a la altura. Hay que reconocerle a Zooey Deschanel su mérito: con alguna otra actriz en ese mismo papel, la cosa podría haber resultado muchísimo peor. Lo cierto es que su tontísimo personaje es francamente difícil de defender con dignidad y ella lo hace no solamente con dignidad sino, como decía, con muchos (muchos) instantes de inesperada brillantez. Ha demostrado que puede ser una gran actriz cómica.
Así que por un lado sorprende agradablemente ver a Zooey Deschanel dejando fluir su faceta más histriónica con remarcable habilidad, así como con un sentido de la intensidad y del ritmo que —yo al menos— desconocía que tenía. Pero por otro lado se echa de menos un material escrito más punzante y unos compañeros de reparto que ayuden a poner ese histrionismo en un contexto más adecuado, manejando mejor los tonos de la serie. Incluso a mí, a quien esta actriz me parece encantadora hasta lo sublime, me da la impresión de que eso no basta para construir una serie verdaderamente sólida si ella es el único activo disponible. Para bien y también para mal, Zooey Deschanel es lo mejor y casi lo único de New Girl, así que en función de eso puede usted decidir si merece la pena darle una oportunidad o no. New Girl me parece un entretenimiento ligero y agradable que se puede sobrellevar sin esfuerzo, pero —por lo que llevo visto; aún me queda la segunda temporada— también es francamente prescindible para quien no tenga suficiente aliciente con ver a la señorita Deschanel en acción. No es que sea una mala serie, que no lo es. Es sencillamente una serie que ya hemos visto antes en versiones mucho mejores. Lo ideal sería transplantar a Zooey Deschanel —encarnando este mismo personaje— a una serie con las ideas más claras y sobre todo con una mayor orientación hacia un humor irreverente. Irreverencia a la que, por lo que podemos percibir en New Girl, Zooey está deseando echarle el anzuelo… sólo que pescando en las aguas equivocadas. Son muchas las ocasiones en las que la actriz parece querer trascender el tono del guión, y de hecho lo hace por su cuenta y riesgo todo el rato mediante el tono de su interpretación. Sorpresivamente, la reina de los gestitos chispeantes parece morirse de ganas por aderezarlos con cierta socarronería disfrazada de irónico “flower power”, para ir más allá de esa imagen de princesita de caramelo que la acompaña siempre. Me parece que hemos descubierto que, al menos en lo relativo a la comedia, Zooey Deschanel es un lobo con piel de cordero.
Lo malo, eso sí, es que —como serie— New Girl es casi todo cordero.
Es una Diosa.
Nada más que añadir.
Aunque me parezca precipitado hacer juicio de una serie con solo una temporada vista, le adelanto que la ñoñería incrementa exponencialmente en la segunda temporada.
También es cierto que personajes como Schmidt desarrollan un peso importante, que junto a su obsesión con Cece, pretende ejercer de contrapeso Rick-Jess.
La cojera la protagoniza Winston, un elemento multicultural más de la serie, que no está a la altura del resto del reparto.
Pero a fin de cuentas es lo que comenta, una personalidad que embauca y que de no ser por ella no habría permitido descubrir caracteres del nivel de Schmidt.
sobra todo el último párrafo: qué repetitivo!!!!
Don Emilio, se repite Ud. más que el ajo.
No solo embobado, si no absorto viendo a semejante mujer, es por lo que empece a ver la serie y la seguiré viendo mientras ella este.
Esta serie es más tonta que una mano llena de mierda, por mucha chica guapa o guapisima que salga en ella.
Yo aún estoy a la espera de una comedia de 25 min con un poco de chicha, gracias por traer a la memoria a Scrubs, parece que alguien ha tenido la misma idea, incorporando a la deliciosa doctora Reid a Cougar Town.
Por lo demás, sobran 30 líneas: porque la serie no merece 60, y porque ya lo ha dicho en las 30 anteriores.
sí, la serie es floja, poco divertida, tonta, ñoña, y más amable que el psoe. y sí, la protagonista no solo te embauca, sinó que también te enamora. zooey te enamora incluso en la patética «El incidente» de shyamalan. ah! zooey, zooey. si bárcenas fuera zooey… y además tiene apellido de colonia
Siento discrepar.
Tuve que dejar de verla porque no podía con ella (con Zooey), con sus «compis» y con el, digamos, guión. Me pareció una moñada de las que marcan época. Pero lo de pensar que la Deschanel que nos ocupa puede ser algo más de lo que demuestra en la serie es mucho pensar. O mucho fangirlismo. A escoger
No sé exactamente en qué discrepas; yo también he dicho que la serie es una moñada, aunque con otras palabras. Y que podría haber sido otra cosa.
Ahora bien, por analizar el asunto equitativamente: cuando hablas de «fangirlismo», deberías tener en cuenta que la mayor parte de los críticos de USA, incluso los que han puesto a parir la serie (y entre los que hay bastantes mujeres, dicho sea de paso), existe una casi total coincidencia en que Deschanel es una buena actriz de comedia. Y sí, creo que podría tener bastante más cancha en una serie con menos tendencia al azúcar.
Pero es que si lo planteas así, con lo del «fangirlismo», sería justo plantear hipótesis alternativas: por ejemplo, que tú le tengas manía a Zooey Deschanel. Lo cual yo podría respetar, por descontado. Pero realmente no sé quien puede negar que como actriz cómica tiene bastantes momentos brillantes en «New Girl», más allá de que el guión de la serie nos pueda disgustar.
Verás: Scarlett Johansson también me deja embobado y sin embargo nunca me ha hecho nada de gracia en una comedia (aunque fuera de la pantalla también parezca tener personalidad). En sus buenos tiempos tampoco me reí con Jennifer Connelly ni con Ornella Muti, otras dos que me podían hipnotizar apareciendo en pantalla. Lo que te quiero decir es que me resultaría fácil ocultar mi debilidad heterosexual por la señorita Deschanel, pero no me molesto en hacerlo porque creo que mi opinión sobre su forma de interpretar es algo aparte.
Y Zooey Deschanel, te guste o no a ti, no solamente es una belleza que quita el aliento, sino que también es graciosa… qué le vamos a hacer.
Ante todo gracias por su respuesta, estemos de acuerdo o no.
Es un detalle que le agradezco. Más aún porque soy seguidora de sus artículos (iba a decir «fan»), me gusta lo que escribe y tomo en cuenta sus opiniones. En serio. Quizá es en este punto donde debería traducir mi » siento discrepar» por «Nooo .. Gorgot hablando de New Girl…» y aquí debería añadir «esa serie …».
En cuanto a lo de «fangirlismo», no lo tome como una ataque orque no lo es. Yo lo soy en muchos casos y no veo que (salvo patologías extrañas) sea ningún desdoro. Tan solo una forma más apasionada de ver las cosas. Si me dice que a usted le quita el aliento la belleza de Zooey Deschanel, lo entiendo como una suerte. A mi me sucede en otros casos y si no nos quitara el aliento alguien o algo, la vida sería muy aburrida. ¿No?
Luego solo estamos en ligero desacuerdo en que Deschanel pueda ser mucho mejor actriz de lo que es en esta serie. Para mi, vistos 6 o 7 capítulos, su actuación es digamos normalita; en parte porque los guiones flojean como bien señala en su artículo. Por supuesto que no es ,ni de lejos, uno de esos horrores que pululan en las series españolas. Pero, francamente, no le veo la capacidad de hacer magia, el talento que tienen otras actrices de sacar agua de las piedras, trabajando con guiones flojos. Y el logro de conseguir que su personaje tuviera más «cuerpo» que el escrito, yo no se lo he visto, o no he sabido vérselo. Es lo que quería decir, no otra cosa. Por eso no estoy tan segura como usted de que vaya a crecer con otras historias. Es más, me temo que puede ocurrir lo contrario y se estanque en un único papel.
Obvio: además de poder equivocarme, es solo mi opinión. Por lo que permítame que le cite… qué le vamos a hacer. Saludos
Es una serie que refleja la personalidad de las mujeres, por lo tanto es una serie que deja mucho que desear
Muy bueno, Emilio
Lo único destacable de esta serie no es Jess sino Schmidt, por otro lado, me impresionaba mucho la belleza de Zooey Deschanel…hasta que la vi al lado de Hannah Simone.
Supongo que es cuestión de gustos pero como ha dicho el lector Ilustre Demente, yo me quedo completamente «absorto» cuando aparece Zooey, aunque esté Hannah Simone al lado (Simone no es exactamente mi tipo).
Es decir: creo que Zooey Deschanel hubiese sido fácilmente la musa de más de un pintor del París del XIX.
Serie pasable. Pero con buenos momentos.
Dista mucho de ser un sustitutivo de How I met your mother.
Ninguna serie actual o futura, debiera aspirar a ser sustitutivo de ese tiro de mierda que es «How i meet your mother»
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Amo la serie. Quizás para poder disfrutarla y comprenderla debes ser un poco o igual de excéntrico que ella.
Lo que sí que hay que tener en cuenta es que la serie pierde mucho doblada. Gran parte de la chicha de la serie son las voces y las entonaciones exageradas de los actores, sobre todo de Jess.
Recomiendo mucho a todos que vean esta serie, pero insisto, en versión original.
Estoy viendo la serie y me parece mala, voy por la T 3 peeero la sigo viendo y no se por qué. Ella es verdad que salva la serie y los tres-cuatro amigos ni me disgustan, ahora Hannah Simone es pésima como actriz, pero mala mala.