80 preguntas directas y 80 respuestas sinceras. Nada más. Sin colorantes ni conservantes. En eso vino a consistir más o menos este tit for tat con forma de entrevista que mantuvimos hace unos días en el Café Molar de Madrid con Quique González, quien a sus 39 años se ha convertido en uno de los compositores y cantantes más respetados del rock español. Con nueve discos en el mercado —los dos últimos, Daiquiri blues y Delantera mítica, grabados en Nashville a las órdenes de Brad Jones— y más de 15 años de carrera profesional, Enrique González Morales (Madrid, 1973) es, sin duda alguna, alguien con quien merece la pena hablar de música. Y de cualquier otra cosa.
¿Queda algo del Quique González de Londres y los pequeños locales de Madrid en el Quique González de los nueve discos?
Sí, claro. Estoy hecho de ese material. Siempre me he considerado y me seguiré considerando un músico de club. Me siento un músico de bar y, de hecho, intento seguir tocando en clubs siempre que puedo, de forma más o menos clandestina.
¿Qué te hizo regresar?
Básicamente no tenía muy claro qué hacer con mi vida allí. Curraba en un restaurante de comida rápida, empezaba a hacer las primeras canciones que me gustaban… Y cuando ya tenía cuatro que realmente me gustaban de verdad y creía que podían tener cierto nivel, me dije: “Para estar currando en un restaurante de mierda en Londres, me vuelvo a España, busco otro curro de mierda, y al menos puedo tocar por las noches en algún sitio”. En Londres habría tenido que tocar versiones de Los Panchos en los restaurantes. En Madrid iba a seguir teniendo un curro horrible, pero podía compaginarlo con tocar en locales por la noche.
Aún así parece una apuesta arriesgada.
Hay que apostar por algo, ¿no?
Sí, pero te la podrías haber pegado.
Esto es música. Si quieres algo seguro, estudia Administración de Empresas.
(risas) ¿En una buena canción tienen más peso la música y la melodía principal o la letra?
La letra. Por lógica se debería decir que es el cincuenta por ciento, pero yo creo que la letra es como mínimo el sesenta por ciento de una canción.
¿A qué se debe entonces el éxito de canciones en idiomas que pocos de los que las tararean entienden? Por ejemplo, el éxito en España de canciones de Dylan o Neil Young.
A que la letra es el sesenta por ciento, precisamente (risas). Aunque no lo entiendas del todo, la profundidad y el aura de gente como Bob Dylan y Neil Young presuponen un valor en la letra. Otra cosa habría sido si me hubieras preguntado por el éxito de canciones de un ámbito más comercial… Aunque tampoco creo que Dylan o Young hayan tenido nunca grandes éxitos en España.
¿Crees entonces que una buena letra puede hacer buena a una canción mediocre en cuanto a la melodía y la armonía? ¿Y al revés? ¿Puede una mala letra estropear una canción buena?
Una buena letra puede hacer que una canción tenga un valor añadido, pero creo que una buena melodía y un buen arreglo no pueden llegar a trascender. Pueden llegar a tener éxito, pero no pueden llegar a ser una gran canción.
A la hora de componer, ¿por dónde empiezas?
Intento siempre que la letra y la música vayan en paralelo. Creo que cuando vas escribiéndolas simultáneamente, una parte ayuda a la otra. Y ojalá siempre ocurriera así. La verdad es que nunca he tenido un método patentado para escribir canciones. Y creo que tampoco existe el método correcto. El misterio es más importante que el método.
Porque tú eres autodidacta, ¿no?
Sí. Nunca he sido muy disciplinado. He tenido muy poca disciplina como para entrar en conservatorios y cosas así. Dice Calamaro que nos distinguimos entre músicos y músicos de rock. Yo soy un músico de rock.
¿Estás de acuerdo con la idea de que en el rock el músico autodidacta es más creativo que el músico de conservatorio, al que se suele considerar más técnico pero más atado a la partitura?
Estoy de acuerdo relativamente. Cuando no tienes un conocimiento muy vasto de la música y de cómo funciona desde un punto de vista matemático, se produce un misterio que favorece que hagas cosas que no estén tan pensadas como si tuvieras una formación más académica y una visión más cartesiana de las cosas.
¿Cuál fue la primera guitarra que te compraste?
Una Fernandes.
¿Era la que querías o la que te podías comprar?
La que me podía comprar, por supuesto (risas).
¿Cuál fue tu primer capricho con forma de guitarra?
Una Gibson J-45 que me compré en el 2001. Y la sigo teniendo. Es mi guitarra favorita ahora mismo.
Eres más de Gibson, entonces.
Soy más de Gibson, sí.
Incluso en las acústicas.
Sobre todo en las acústicas. Fender no tiene acústicas buenas.
Es extraño. Escuchando tus canciones, te hacía más de Martin y Taylor.
Martin y Gibson. En acústico solo uso Martin y Gibson. Solo tengo acústicas Martin y Gibson, de hecho.
¿Y en eléctrico?
Ahí Fender gana un poco. Pero también tengo Gibson buenas, eh…
(risas) Cambiemos de tema. ¿Crees que todavía queda alguna historia por contar?
Por supuesto.
Es que a veces parece que ya está todo escrito, que es difícil encontrar historias que no sean una reformulación de otras que ya han sido escritas.
Para mí es al revés. Creo que es más fácil contar nuevas historias desde sitios donde ya se han contado que contar viejas historias desde un sitio nuevo.
¿Depende la letra de una canción del estado de ánimo de su autor? ¿Se puede escribir sobre sensaciones que no se están teniendo y aun así conseguir que sea creíble?
[Quique se detiene unos segundos a pensar y remueve un poco su café con la cucharilla] A mí me tiene que tocar lo que escribo. Me tiene que tocar emocionalmente. Pero no lo sé. En cada caso será distinto.
Decía Lennon que en sus canciones, de un modo u otro, al final siempre hablaba de sí mismo o para sí mismo. ¿Cuánto hablan las tuyas sobre Quique González?
Siempre he pensado que mis canciones van en paralelo a mi vida. Y no lo digo en el sentido de hacer algo completamente autobiográfico sobre lo que me esté pasando, pero el período en el que esté viviendo condiciona absolutamente las canciones que compongo y el tono de todo lo que escriba.
“Tú no eres tus personajes, pero tus personajes son tú”, que decía Carver.
Totalmente de acuerdo. Incluso si hablas de Dios, en un sentido metafórico, estás hablando de ti mismo.
A propósito de Carver, tengo entendido que te apasiona la poesía.
Sí, me gusta mucho.
Recomiéndanos algún autor.
No sé, me gustan tantos… Soy muy fan de Miguel Hernández, sobre todo. Pero estoy muy cerca de gente como Luis García Montero, con el que incluso estoy empezando a hacer canciones, a musicar canciones suyas. Y de gente nueva como Óscar Aguado, un poeta desconocido pero con un talento alucinante. Me encanta Bukowski, me encanta Felipe Benítez Reyes… Me gusta mucha gente.
Ya que lo mencionas, no hace mucho publicabas en Twitter: “Vaya regalazo que me ha hecho el gran Luis García Montero”. ¿Aún mejor que la idea para Aunque tú no lo sepas?
Es una extensión. Llevamos mucho tiempo hablando de hacer algo juntos porque conectamos muy bien y nos llevamos muy bien, y ahora me ha dado dos canciones que son un regalo para hacer música. ¡Es que ya tienen música!
Difícil elegir entre aquella y estas, supongo.
Es que Aunque tú no lo sepas es un caso distinto.
Claro, la letra es tuya.
Bueno, la letra es mía, pero la idea del poema, que es brillante, es de Luis. Yo nazco de una idea que me da Luis para crear una canción, y en este caso Luis me está dando las canciones y yo no estoy moldeándolas. Simplemente estoy poniéndoles música. Y esto me gusta más.
Vaya, qué curioso.
¿Por qué?
Porque en la otra hay una cierta paternidad. Partes de una idea ajena pero la haces tuya.
Sí, me gustan los dos sistemas, pero en este momento prefiero esta fórmula, porque ahora me veo capacitado para hacer cosas para las que antes no me veía.
Sigamos. Hace poco he visto que en apenas unos días Tenía que decírtelo alcanzaba el medio millón de visitas totales en YouTube. ¿Sorprendido?
Sin duda (risas).
¿Internet es amigo o enemigo, entonces?
Es como los amigos de toda la vida. Para unas cosas está muy bien. Para otras no tanto.
Bueno, al menos sirve de plataforma para muchos grupos que se dan a conocer a través de la Red y empiezan a girar.
La diferencia es que, cuando yo empezaba, la única oportunidad que tenías era enviar una maqueta a las cuatro compañías que había y, por supuesto, ninguna de ellas la escuchaba. Y todo para acceder a la gente a la que podía gustar tu música. Los medios, vistos con la perspectiva de hoy en día, eran muy rudimentarios. Ahora lo bueno es que todo es más democrático, pero también hay una parte mala, que es la coexistencia de muchas más bandas. Vivir en un tiempo en el que hay exceso de información y de grupos te puede perjudicar a la hora de publicar.
Cuando tú empezabas, con el mercado invadido por triunfitos y la calle llena de mantas huidizas, la cosa tampoco parecía pintar demasiado bien. ¿Cómo te fuiste abriendo puertas?
Tocando en sitios. Empecé a tocar en El rincón del arte nuevo y había veinte personas el primer día. Seguí tocando y cada vez había más gente. Vino Enrique, le di Aunque tú no lo sepas, y empezaron a pasar pequeñas cosas. Muy poco a poco pero de forma muy real.
[En aquella época, Quique compartió escenario en varias ocasiones con Enrique Urquijo en El rincón del arte nuevo y finalmente terminó cediéndole esa canción, inspirada en un poema homónimo de Luis García Montero, N. del R.]
Eso de escribir para otros, ¿puede llegar a satisfacer tanto como escribir canciones para uno mismo?
Creo que no. Y además es mucho más difícil. A veces he tenido encargos y no he sabido llevarlos a cabo, porque estás escribiendo pensando en si le va a gustar a alguien o no. Tienes unos filtros que no tienes contigo mismo. Tú sabes lo que te gusta y lo que no, y el pudor que quieres tener. Ahí sí sabes elegir. Pero cuando escribes para alguien piensas en qué le gustará a la otra persona, y eso no funciona en pro de la canción.
Volviendo a Internet. ¿La piratería es un problema de regulación por parte de las instituciones o de autocontrol por parte del público?
Es una cuestión de mentalidad y de educación. A mí me gusta que la gente cobre por su trabajo. Nunca me he alegrado de la pérdida de un trabajo de alguien, sea conocido o no. Me gustaría que el tío de la tienda de enfrente se ganara la vida con ello. Y tú. Y ella (refiriéndose a Lupe). Pero en España la música no es algo que esté dentro de nuestra cultura de una forma real y profunda, como en otros países, y eso hace que no sea tomada en serio ni la música ni la profesión de músico. Hace tiempo que a mí no me ocurre, pero seguro que dentro de poco me vuelve a suceder: en España te preguntan a qué te dedicas, dices que eres músico y te contestan “no, en serio”. Y eso también hace que la gente piense que escribir canciones es una cosa ridícula, cuando hay muchísimo trabajo detrás.
Se diría que el lema de tu carrera está siendo “despacito y buena letra”. ¿Qué ventajas crees que tiene ese modelo sobre quien consigue un súper éxito recién aterrizado en la industria musical?
No lo sé, pero yo no me cambiaría por nadie. Lo que ganas yendo poco a poco lo asimilas mucho mejor que teniendo un gran éxito. Todo lo que te sucede, y no lo digo por propia experiencia, es mucho más difícil de asimilar. Y eso hace que, cuando ya tienes una trayectoria, no reniegues de nada de lo que has hecho.
Ahora resulta que a la gente joven le gusta lo que están haciendo bandas como Mumford & Sons. Escuchan las canciones de The Avett Brothers. Los ves saliendo de las tiendas de discos con álbumes de Neil Young bajo el brazo. ¿Cuál crees que es el motivo de este repentino interés por el sonido americano?
En gran parte es tendencia, pero seguramente hay gente que desde otros estilos mucho más comerciales o intrascendentes al final ha llegado a Neil Young. En cualquier caso, es bueno que compren discos de Neil Young. Tampoco creo que esté de moda.
Lo que sí parece estar de moda, o al menos en el universo indie, es esa manía de renegar de un grupo solo porque empieza a llenar recintos más grandes, vender más discos o sonar en la radio.
Eso es algo muy español que tiene que ver con la envidia y con el desprecio.
Caray…
Es lo que te decía antes. Si a mí me gusta un grupo, si yo soy fan de alguien, lo que me gustaría es que le fuera lo mejor posible, no que le fuera mal. Seguramente, si en lugar de ir ganando seguidores fuera perdiéndolos, ese último fan tampoco estaría en el último tramo del trayecto.
¿Quique González es indie?
No, soy independiente. Soy independiente porque me juego mi pasta cuando voy a tocar. Porque he ganado dinero haciendo una gira y me lo he gastado en un concierto. Y porque nadie se ha metido en mi carrera a nivel artístico ni siquiera cuando he grabado con una multinacional. Para mí eso es ser independiente. Veo muchos grupos independientes que sacan la bandera desde hace muchos años y les paga el disco su novia. Y que tienen un contrato con una compañía que es mucho más salvaje que el que tendrían con una multinacional. Simplemente, hay menos dinero y los tratan peor. He visto compañías independientes exigirle a un amigo mío doce millones de pesetas para salir de la compañía. Si ese es el precio que tienes que pagar por ser independiente, madre mía…
Tu relación con las multinacionales tampoco terminó demasiado bien.
No me gusta que me roben dinero. Y me gusta que me respeten y que me traten bien. Las compañías discográficas en España han tenido muchas veces un modus operandi comparable al caso Bárcenas.
¿Ah, sí?
Sí, pero a otro nivel. Es decir, cuando un grupo tenía un conflicto con una compañía y lo llevaba a la justicia ordinaria, el juez decía “bueno, estos que son todos músicos, que se arreglen entre ellos”, y eso le ha dado una coartada a las compañías para funcionar salvajemente con sus artistas. La industria musical en España ha ganado dinero a chorros. Ha habido un montón de grupos que con el primer disco vendían un millón de copias. Jarabe de palo, Estopa, Rosana, etc. ¿Dónde han dejado a esos grupos? ¿Qué han hecho con ese dinero? ¿Qué infraestructura han creado? ¿Qué han hecho para que eso sirviera para construir una industria mucho más respetable y para apostar por grupos? ¿Por qué bandas han apostado con el dinero que se han llevado?
Supongo que, al fin y al cabo, para ellos es suficiente. Si les va bien con los tres o cuatro grupos que tienen, cojonudo. No necesitan invertir.
Sí, pero que un grupo te vaya bien un año no significa que te vaya bien el año que viene.
Cierto. De hecho, lo de Estopa y esta gente, lo de vender un millón de discos, hoy en día es inviable.
Que conste que no estoy criticando a ninguno de ellos. Simplemente estoy criticando el funcionamiento de su compañía, poniéndolos como ejemplo de una época en la que se ganaba dinero a espuertas y preguntando dónde está invertido ese dinero.
Vamos, que el espíritu de Peleando a la contra sigue vivo.
[Peleando a la contra es el nombre de un recopilatorio de Charles Bukowski que sirvió de título a una carta de 2003 en la que Quique González anunciaba su desvinculación con las compañías multinacionales para dirigir personalmente su carrera profesional mediante la creación de su propio sello independiente, Varsovia!!! Records, N. del R.]
A mí me gusta pelear por lo mío y siempre lo he hecho. Tengo un gran sentido de la justicia.
Y eso de abandonar tu discográfica y de repente tener que encargarte tú de todo, ¿cómo se hace? ¿Dónde se aprende cuál es el mejor camino para continuar?
Por intuición y por instinto. Pegándote hostias y creyendo en ti mismo pese a que todo lo demás esté en contra. Estar diez años colgado con una compañía que no hace nada por ti y esperar a que algún día por fin hagan algo es admirable. Me parece ciencia ficción.
Pancho Varona, con el que has colaborado en La noche americana y Kamikazes enamorados, nos decía que si tuviese que empezar de cero y fijarse en alguien sería en Rubén y Leiva, de Pereza.
A Leiva lo considero mi hermano. No solo dentro de los artistas. Es de mis mejores amigos y cabalgaríamos juntos hasta el final del crepúsculo (risas).
Bueno, es uno de tus colaboradores habituales.
Es que somos tan amigos que siempre nos acabamos enseñando las canciones y terminamos metiendo mano uno en las canciones del otro.
Hay quien opina que algunos músicos como él o Bunbury, con quien también has colaborado, pecan de artificiosos, de mantener una pose excesiva.
Basta con ir a verlos tocar a un concierto para saber que eso es mentira.
Entonces, ¿no hay pose ni envoltorio en el rock and roll?
Hay pose en la vida, en general. Los médicos tienen pose. Los banqueros tienen pose. Los periodistas tienen pose… Es otro tipo de pose, pero la tienen también. La notas cada vez que vas a hablar con ellos.
Has colaborado además con Jorge Drexler, César Pop… ¿Te quedas con mucho de ellos en tus canciones?
Sí, sin duda. Intento aprender todo lo que puedo de ellos.
¿Conviene buscar siempre la ayuda de aquellos que tienen gustos similares o es mejor escuchar a quien entiende la música de un modo distinto al propio?
Depende de la persona. A mí me gusta trabajar con alguien y que ese alguien tenga una visión distinta de la que yo tengo, porque la que yo tengo va normalmente hacia dentro, hacia mí, y me intento convencer a mí mismo. Pero cuando confías en alguien ya no es tan importante que tenga una visión artística o musical distinta a la tuya, sino que pueda aportarte cosas que tú no tienes, por todo lo que tiene que ver, en cuanto a hacer canciones, con mirarse el ombligo. Es bueno que de repente aparezca alguien que te conoce y te pueda aportar algo. Pero siempre dentro de un ámbito, claro. De haber escuchado cosas parecidas.
¿Qué escuchas tú?
Sigo escuchando mucho a mis héroes de siempre. Y también a gente de ahora.
Y esos héroes son…
Pues Bob Dylan, Neil Young, Petty, Morrison, Springsteen, Ray Davies, Bob Seger…
Ahora que mencionas a Dylan… Telonearlo debió de ser toda una experiencia, ¿no?
Mucho. Sobre todo verlo aparecer a las cuatro de la tarde en Jaén a 40 grados con botas camperas, chubasquero y paraguas. Eso sí que fue una experiencia.
(risas) Tengo entendido que en las distancias cortas es un poco áspero, a no ser que sea uno mujer…
Yo ni lo intenté. Pensé: “¿Qué le voy a decir a Dylan? ¿Soy fan tuyo desde hace 20 años?”. No. Pero sí te digo una cosa, Dylan estaba a las cinco de la tarde, con el calor que hacía en Jaén, en un sitio bastante inhóspito, controlando la prueba de sonido, hablando con el técnico de P.A., subsanando fallos del día anterior y haciendo una hora y media de prueba tocando él. Y no creo que tenga que hacerlo, a estas alturas del partido.
Has enumerado la delantera mítica del rock internacional. ¿Y la nacional?
En la nacional estaría Lapido, Antonio Vega, Sabina, Serrat, Kiko Veneno, Calamaro, Diego Vasallo, Leiva, César Pop…
Me dijo una vez José Luis Cuerda que no es que en España se haga peor cine que en otros países, sino que sencillamente se hace menos. De ahí que, por una cuestión de proporción, haya menos películas buenas. ¿Crees que le ocurre algo parecido al rock and roll nacional?
Sin duda. ¿Por qué hay tantos músicos buenos en Estados Unidos? Porque, aparte de todo lo que tiene que ver con la cuestión cultural, ya que realmente les pertenece a ellos, la industria en tan grande que hace que la música sea tomada muy en serio. La diferencia con España es que allí el que es bueno tiene que demostrarlo, y aquí el que es bueno puede llegar dos horas tarde al estudio de grabación, porque es el mejor. Allí hay tantos buenos que si llegas 15 minutos tarde al estudio, donde hay otros 15 guitarristas, alguno va a hacer igual de bien o mejor lo que iba a hacer el tío al que has contratado.
¿La cantidad de buenas bandas de rock que hay en España es proporcional a la de Estados Unidos, entonces? Porque la opinión general es que estamos un escalón por debajo… ¿O es que se tiende a ningunear a los grupos de aquí?
Es que aquí nunca nos ha importado la música. ¿A quién le importa la música en España? A muy poca gente. Mira las actuaciones de los Grammy y mira los Premios de la Música, que son un bochorno. Allí hacen la Super Bowl y el momento en el que canta Tom Petty, Springsteen o Beyoncé es tan importante como todo lo demás. Y aquí ya ves.
Hablemos de la música en vivo. Alguna vez has comentado que para ti la música es sobre todo el directo, que el disco es solo el paso previo.
Quizá no el paso previo. Creo que el disco es lo que justifica que hagas una gira. Es decir, le da sentido a la gira que hagas después.
Lo importante entonces es el directo, más que el estudio.
No, lo importante son las canciones que hagas en tu casa. Son tres partes. La primera, la parte más sufrida, que dura un año y medio o dos en los que estás componiendo las canciones. La segunda, que es la grabación del disco, y según con quien lo hagas puede ser sufrida también o puede ser placentera. Y por último, lo que sin lugar a dudas tiene que ser una celebración, después de haber sufrido escribiendo y grabando el disco, es salir a tocar las canciones. Y eso debe ser una fiesta.
¿Con quién has sufrido grabando?
He sufrido conmigo. Con mis inseguridades y mis historias…
A veces en los conciertos da la impresión de que los músicos estáis más pendientes de detalles técnicos en los que el público normalmente ni se fija, y eso siempre termina afectando negativamente al directo, restándole un poco de frescura. ¿No sois demasiado rallados?
(risas) Sin duda alguna. Es algo que ocurre continuamente. Muchas veces terminas de tocar y crees que has dado el concierto de tu vida, y tampoco lo parece. Y otras veces has metido tres gambas en las que estás pensando tres noches, recordando ese Sol que has tocado en lugar de La, y resulta que nadie se da cuenta y la gente te devuelve toda la información contraria, como si hubieses dado un concierto increíble. Y creo que es porque a veces a la gente también le gusta ver que fallas.
¿Sí? ¿Crees que se dan cuenta?
Es una cuestión de impresión. No lo sé… Al final, lo que escucha una banda cuando está encima del escenario a través de los monitores es otro concierto, diferente al que escucha el público. Tienes otra sensación, porque ahí todo suena diferente.
¿Qué es lo más embarazoso que te ha pasado en un escenario?
La peor noche de mi vida la pasé en Barcelona hace ocho o nueve años. Estaba malito y no tenía voz. Tiré la primera media hora del concierto, pero no suspendí. Al final estuvimos tocando dos horas y media, pero lo pasé fatal. Nunca me había pasado, y además me había medicado para que no me pasara, pero no salía la voz. Tuve un complejo de culpa enorme durante tres días… Y nunca me ha vuelto a pasar. Doy gracias a Dios y toco madera, aunque no soy supersticioso, pero nunca he suspendido un concierto. Ahora bien, ese día lo pasé muy mal y estuve a punto de suspender.
¿No eres supersticioso? ¿Ningún ritual antes de salir al escenario?
No. Sinceramente no.
¿Te has llevado alguna decepción al asistir a un concierto de un grupo al que solo conocías por sus discos?
Sí, claro. Nos ha pasado a todos. Aunque ahora mismo no te podría poner ningún ejemplo.
Cambiemos de tema. ¿Todavía se puede vivir de la música en España?
¿Cuándo se ha podido, si siempre hemos estado tocando por lo que había? Me hace gracia cuando el impresentable de Wert dice que los músicos nos tenemos que bajar el sueldo. ¿Pero qué sueldo, si hemos tocado siempre por lo que había? ¿De qué sueldo me estás hablando?
Una de tus últimas canciones se llama Donde está el dinero, precisamente. ¿Dónde está?
Pues parece que está en Suiza (risas). La canción la escribí antes… La respuesta igual tarda tres discos.
¿Qué se puede hacer contra “los presidentes de la desesperación”?
[Se toma exactamente 30 silenciosos, largos e incómodos segundos para contestar].
Habría que meterlos en la cárcel.
Después de esto, será mejor hablar de fútbol.
Vale.
¿Tu delantera mítica?
Creo que es Juanito y Santillana. Mi padre me llevaba al campo a finales de los 70 y principios de los 80, cuando Santillana era mi ídolo, y si tuviese que elegir alguna de las delanteras míticas, por el equipo que seguía entonces y sigo ahora, sería esa.
¿Se está gestionando mal la cantera del Real Madrid? Por ejemplo, en el caso de jugadores como Mata, Soldado, Granero…
Que ahora está en el Queens Park Rangers. He ido a verle hace poco allí.
Exacto. ¿Su puesto ha sido ocupado por jugadores de fuera más capacitados o se están dejando escapar los grandes valores de la casa?
En los últimos años, los agentes y representantes de futbolistas han mandado mucho más en las plantillas que la propia idiosincrasia del club. Y en el Madrid se ve muy claramente.
¿Se puede ser del Real Madrid y preferir el estilo de juego del Barça?
Pues claro, es mi caso. Yo entiendo el fútbol como un espectáculo, como un acto de atrevimiento. En cualquier deporte siempre estoy de manera natural del lado del que expone más.
Bueno, en el Madrid juega Xabi Alonso…
Claro, pero el juego de Xabi no es defensivo. Todo lo contrario. Es un tipo que da equilibrio, pero no llega a ser un stopper. Es un creador de juego. Me gusta más la gente que crea que la que destruye. Y sobre todo, si tienes un equipo plagado de estrellas. Me parece lícito, porque hay muchas maneras de jugar al fútbol y de ganar, pero no congenio con la idea de esperar el fallo del rival para acabar ganando la partida. Es una cuestión de filosofía.
Hay quien opina que el juego técnico y casi delicado del actual Barça desvirtúa un poco el espíritu original de ese deporte, de ese fútbol de antaño basado en el despliegue físico.
Hombre, es una evolución del fútbol, y Guardiola la ha llevado a la máxima expresión. Yo nunca he visto un fútbol tan estético como el del Barça de los últimos años. Lo han buscado, los jugadores de la cantera juegan bajo ese precepto y todos saben ya a qué juegan. Han demostrado que es algo no solo exitoso sino también brillante y aplaudido por el público.
¿Has llegado a ser de algún otro equipo antes que del Real Madrid?
Soy antes de cualquier equipo en el que jueguen mis amigos que del Real Madrid.
¿Cómo se pasa de intentar formar parte de la cantera del Madrid a querer dedicarse al rock and roll?
Siendo un paquete (risas). Yo creía que era mejor de lo que era. Pero menos mal, porque ahora tengo 39 y estaría sacándome un curso de entrenador, y sin embargo estoy publicando mi noveno disco.
Creo que es de aquella época de la que te viene la pasión por el Ford Capri. ¿Nos cuentas eso?
Claro. En aquel momento Fernando Martín era El Ídolo. Recuerdo que una vez yo estaba en la Ciudad Deportiva viendo un entrenamiento con mi padre y apareció él con un Ford Capri negro. Parecía que habían salido dos personas del coche. Más adelante, cuando tuve treinta y pico años, me lo compré. Me compré el coche que quería tener desde que tenía 18.
Unas cuantas preguntas cortas. ¿Madrid o Nashville?
Depende de para qué. Para la música, Nashville. Es una ciudad en la que la música es el cincuenta por ciento de todo. Madrid para estar con mi gente. Y para caminar.
¿Macrofestival o El rincón del arte nuevo?
¿No puede ser algo entre medias? (risas) Como te decía al principio, yo soy un músico de club, y nunca me voy a sentir tan a gusto como tocando en un club.
¿Guitarra o piano?
No lo sé… Me gusta componer con las dos cosas, pero últimamente prefiero hacerlo con la guitarra. Además, con el piano no he dado ni una sola clase y con la guitarra sí tuve buenos profesores, a pesar de no haberlos aprovechado demasiado. Pero con el piano tengo menos soltura, sí. Lo bueno es que salgan las dos cosas, porque con el piano las canciones salen de una manera y con la guitarra de otra.
¿Eléctrico o acústico?
Esto es como todo en la vida. Me gusta tener las dos cosas para no aburrirme de una de ellas. Cuando me canso un poco de una, tengo la otra. Me gusta tocar en acústico, pero a veces necesito electricidad y compartirlo con más gente. Una cosa hace que no me canse de la otra.
Para terminar, ¿hacia dónde crees que evoluciona ahora tu música?
Pues ojalá me sorprenda…
¿Quizá hacia un sonido todavía más americano?
No lo sé… Que esté grabando en Estados Unidos no significa que esté haciendo un ejercicio de estilo. Ahora me encuentro bien haciendo canciones con Luis y supongo que las cosas seguirán por ahí, pero no sé hacia dónde irán los próximos tiros. Ya veremos.
Fotografía: Guadalupe de la Vallina
¡Viva Santillana y viva Quique González!
Apunten los que no le conocen. Aquí va un grande de la música Española. Ya lo es, pero aún lo será mas
Lo que cuenta de Dylan, me pasaría con él.
Gracias por tanto, Quique.
IDEM
(risas)
«Cuando no tienes un conocimiento muy vasto (…), se produce un misterio que favorece que hagas cosas que no estén tan pensadas (…)»
Por favor. Qué harta estoy del mito de que un músico con estudios de conservatorio es menos creativo que un autodidacta o uno que no haya estudiado ni por su cuenta y hace «lo que le sale». Y, qué curioso, casi siempre está en boca de los que no han estudiado. No es este el caso, pero escuchas a otros «artistas» decirlo con casi arrogancia, a lo «a mí no me hace falta estudiar, yo soy creativo/tengo talento/»lo llevo dentro»» y similar. Pues no, señores. La música es un arte y una ciencia; solo con talento o con oido no se llega a ninguna parte, como tampoco se llega solo siendo muy técnico.
La falta de conocimientos es lo que más te limita en el mundo. La falta de conocimientos hace que toques un solo mediocre o malo en vez de un gran solo. Quien quiera aspirar a ser músico de jazz, por ejemplo, tendrá que estudiar como un condenado: si reniega del estudio y solo quiere «ir tirando de oido», siempre será mediocre, siempre estará limitado por su propia ignorancia. La creatividad no disminuye con la formación. La formación potencia la creatividad porque le enseña vías y formas de manifestarse y plasmarse para llegar más allá.
Fuck yeah
«La falta de conocimientos hace que toques un solo mediocre o malo en vez de un gran solo»
Claro que sí, diselo a Eric Clapton: fue totalmente autodidacta.
Gracias
y Lennon, Hendrix, BB King, Slash, Jason Becker, Frank Zappa, Chuck Berry, Mark Knopfler …. Etc
«Quien quiera aspirar a ser músico de jazz, por ejemplo, tendrá que estudiar como un condenado: si reniega del estudio y solo quiere “ir tirando de oido”, siempre será mediocre, siempre estará limitado por su propia ignorancia»
Esto díselo también al genio del Jazz (ya que mencionas este estilo) Thelonious Monk, autodidacta casi en plenitud de su formación musical y fue uno de los mejores pianistas de Jazz de la historia.
Y si no me crees escucha su «Monk’s Dream» para que te hagas una idea de lo confundida que estás.
Monk era un genio. Pero me hace gracia la leyenda de mucha gente sobre los músiicos de jazz. Miles Davis fue a Juilliard varios años, Gillespie estudió, incluso Monk estudió brevemente (creo que un par de años) en escuela y recibió clases de su madre. Charlie Parker era hijo de músicos y estudió m´sucia en el colegio varios años. Además de tirarse años y años practicando todo el día. Si quieres poner ejemplos de gente que no sabe leer una partitura ni de lejos, los flamencos de antes. Aunque eso también ha cambiado ahora.
Totalmente cierto. De todas formas,creo que la película cambia mucho si hablas de jazz que si lo haces del resto de música popular. En el jazz,un amplio conocimiento del instrumento es muy valorado;en la música popular es un plus,pero no es una premisa básica.
Amén a todo eso, María. Hasta la última coma. Un saludo.
tienes una forma de ver la música de una manera un poco matemática…pareces ser de quienes estudian para tener razón…solo con talento o con oido se llega a muchas parte,estás muy equivocada…
No creo que sea acertado negar la calidad a gente autodidacta. Aparte de que Quique (a quien nunca he escuchado) no es autodidacta, pues ha tenido profesores y ha tocado con gente, y asi aprende mucha gente en el rock. Lo que sí sé, es que no hay una sola sinfonía decente escrita de oido. Ni una. En cualquier caso, una cosa es escribir música para 30, 50 u 80 instrumentos, que hacer una canción de rock. Personalmente, hace mucho tiempo que me perdono el debate de qué es buena música y qué es mala. Me da igual.
Por otra parte, depende de los objetivos que te pongas o lo que quieras escribir. Yo soy de clásica, pero Bob Marley, en lo suyo, me parece un genio. Un tío que no sabe , ni falta que le hace, lo que es una sexta cuarta cadencial (que se debe dar en primero de armonía), pero que con cuatro acordes escribe cincuenta canciones buenísimas. En cuanto al jazz, llegados al punto en el que está hoy, creo que sin formación académica, aparte de tener muchas carencias, no va a querer tocar contigo ni Dios.
Dicho esto, ahora defenderé lo mío. Pensar que el conservatorio te resta creatividad es absurdo. La armonía tonal clásica, que con alguna pequeña variación, sigue siendo la basde de la música pop y rock de hoy , no es un cuerpo teórico que se decide enseñar en un conservatorio en Nápoles en el setecento. Surge de la observación de las obras de Bach, Beethoven, Haydn , Mozart y contemporáneos. Por qué no vas a encontrar un tercer grado en una sonata de Beethoven? Pues porque al señor Beet no le gustaba, supongo. Por qué no oirás quintas consecutivas en Mozart o Haydn? Porque se entendían como un vestigio de la polifonía antigua, modal. No porque estuviera escrito que eso no se podía hacer. Luego vienen los nacionalistas, los impresionistas y pasan de todo esto, y retoman el modalismo, y lo mezclan con el clasicismo.
El conservatorio forma compositores e intérpretes. Un señor que es intérprete debe respetar el espíritu de la partitura, y no creo que esto le reste creativida. Es que este señor no compone, toca la música de otros. Pero en cuanto a la cokposición, ningún músico sin formación académica o autodidacta tiene la cuarta parte de herramientas a su alcance para escribier música que un o formado en conservatorio. Lo que cada cual sea capaz de crear con su arsenal teórico y emocional ya depende de otros factores. Pero es como decir que Messi no sería mejor si fuera más veloz, más fuerte y tuviera más fondo.
Sin embargo el acorde más característico de David Gilmour vino por un error. No está diciendo que la formación atente contra la creatividad. La música es arte y trabajo, pero el tiempo dedicado a la música como ciencia lo restas del tiempo dedicado a la música como arte. Mientras depuras tu técnica no estás componiendo y generando ideas propias. He visto demasiados músicos técnicamente brillantes, pero demasiado pagados de su forma de hacer las cosas. Y sin embargo, gente como Beatles, Rolling Stones, Nirvana… han cambiado la historia de la música desde las ideas, y no desde la formación técnica. Normalmente los músicos «técnicos» (necesarios) acaban siendo músicos de sesión de gente menos técnica pero más creativa. La música está llena de poetas, que centra su energía en intentar transmitir algo, y no en depurar su estilo.
Miguel Hernandez (Mencionado además por Quique en la entrevista), era de origen bien humilde: aprendió a escribir poco antes de hacer poesía y está por encima de muchos literatos instruidos en universidades, siendo uno de nuestros poetas universales.
Entonces claro, señora María del Mar; ahora me dirá usted que Quique es un cateto como Miguel, y que por supuesto ninguno de los dos ha llegado a ninguna parte.
Miguel Hernández es un puto coñazo insufrible que ha traumatizado a generaciones enteras de españoles con sus bodrios puestos negro sobre blanco, y les ha hecho aborrecer la lectura para siempre. Él y Carmen Laforet, (su ‘Nada’ debería estar prohibido como método de tortura por la Convención de Ginebra)…
Un puto coñazo insufrible te lo parecerá a ti, no? Y traumatizar..no sé, a mí me traumatiza más ver Gandía Shore, por ejemplo :) La gente puede tener opiniones distintas, creo, así que no sientes tanta cátedra. Estupendo que no te guste, no lo leas y punto!
Que me digas que Milagros de nuestra señora o Libro de buen amor tragados a la fuerza en la adolescencia han ahuyentado lectores, pues vale, pero que pongas como ejemplo Miguel Hernández o Carmen Laforet… ¡si son precisamente autores muy buenos, y de lectura muy clara! Si te han hecho aborrecer la lectura, es que la lectura no es lo tuyo.
Escribir es distinto. A escribir se aprende escribiendo y leyendo. Ponte tú a componer una fuga a cuatro voces sin profesor y me cuentas. Son distintas disciplinas. Hay compositores famosísimos que tuvieron menor formación en ciertas áreas de la composición, y a veces lo notas. Las orquestaciones de Chopin, por ejemplo. El tío no se metió a fondo en el asunto y probablemente no le interesó durante el tiempo que vivió, y eso lo notas en sus conciertos. Y está claro que era un genio con mayúsculas. No creo, con todos los respetos, que la comparación sea válida.
Le sobra producción a su personalidad y ganaría autenticidad, por lo demás, gran músico!
El elogio a la creatividad frente a la ciencia, Señorita María del Mar, está demasiado agarrado en nuestra sociedad. Abandone esa lucha, queeñ solfeo no sirve «pa ná».
Interesante entrevista de un músico ídem. Pero hombre, Quique, que no menciones a Bunbury en la mítica delantera nacional clama un poco al cielo, ¿eh?. La versión que hicieron juntos de «Pequeño Rock & Roll» sencillamente antológica.
Me encanta Quique González aunque me ha dejado un poco triste que no haya mencionado a Iván Ferreiro en toda la entrevista ya que, para mí, cuando cantan juntos es sencillamente espectacular.
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Yo he esperado durante toda la entrevista (muy amena e interesante) a que lo mencionara.
Ese duo en «Vidas Cruzadas» siempre me hace un nudo en el estomago y me deja falto de aire durante un buen rato.
http://www.youtube.com/watch?v=wNI3ZOnq7Ro
Academia versus autodidacta: ni tanto ni tan calvo. Para hacer música no es necesario estudiar en el conservatorio carrera completa ni tener un master en Berklee. Por otro lado, huir del aprendizaje de la técnica te lleva a un callejón sin salida. Entre medias hay una gama de grises posible que te pueden ayudar a crecer. El disco ‘Avería y redención #7’ comienza con la voz totalmente desafinada. Afortunadamente Brad Jones no ha permitido que eso ocurra en los siguientes dos discos.
Y no hace falta ser Pavarotti, con un solo año se puede aprender a usar la voz de una manera razonable y sin llegar a ‘perder el misterio’.
To be or not to be indi: vamos a ver, multis y sellos pequeños funcionan de manera similar. Los primeros juegan en grandes estadios y los segundos en patios de colegio, pero pueden ser igualmente miserables. Yo creo que el debate no está ahí. Qué decir, hay grupos con sonido comercial que publican en sellos ‘indies’. Por ello, relaciono más el adjetivo ‘indie’ con una propuesta que busca, investiga, arriesga, que en ocasiones rompe con con cierta tradición. Los Planetas son un ejemplo, y publican con RCA. También Astrud, en su momento en Virgin, tienen una voz personal, experimentan, deconstruyen las canciones, buenas canciones. Ambos han construído una obra más arriesgada que la de Quique González, enmarcado en la tradición Van Morrison, Dylan, Young, Los secretos, Antonio Vega, etc. etc., todos ellos asimilados por el gran público.
Tener un público fiel amplio, como es el de Los secretos o el propio de Quique González, hace a los grupos o solistas conservadores en cuanto a su propuesta artística. Pero la vida es muy larga y quizá sería bueno que el propio Quique tome nota seria y profunda de sus admirados Wilco para seguir un posible camino más experimental, dentro de su universo emocional propio. Quizá así se/nos aburra menos en el futuro y gane más adeptos en su filas.
¿que una buena melodía y un buen arreglo no pueden llegar a trascender? Este hombre no ha debido escuchar a Keith Jarrett, por poner uno de millones de ejemplos.
De hecho, le letra es literatura, no música.
Amen
Lo mejor es músicos con una gran creatividad pero que no necesariamente han pasado por la escuela, que se rodean de músicos muy competentes y con estudios, pero no necesariamente muy inspirados. Estoy pensando en Frank Zappa, Steely Dan, Serrat, los Beatles… Pero si hay que elegir entre la creatividad y el oficio, mejor la creatividad.
Grande Juanito!, sigue así Quique!
Que buena entrevista y Quique Gonzalez es uno de los grandes.
Qué grande es Quique! Uno de mis favoritos sin duda… Iré a verte en Toledo. un beso
Pingback: Quique González: “Soy independiente porque me juego mi pasta cuando voy a tocar”
Gracias por no hacerle las mismas preguntas que en todas las entrevistas de promoción de «Delantera mítica».
http://likejudasofold.wordpress.com/2013/02/26/delantera-mitica-quique-gonzalez-cuero-y-seda-seda-y-cuero/
Con lo de autodidacta se refiere a los músicos que influyeron decisivamente en su formación . Es otro tipo d formación que puede ser tan completa como la del conservatorio, pero no esta exenta d aprendizaje no es sólo creatividad .Es como la escuela informal ,en el caso d Hendrix la del rhythm and blues que se hacía en los sótanos y porches traseros que desde niño empezó a recibir y asimilar. Ese autodidactismo puede convertirse en una educación superior.Y al revés hay grandes músicos d jazz que proceden d universidades conocidas y han buscado la calle, y son espléndidos.Y ojo con los flamencos ahí esta Jorge Pardo mejor músico de jazz d Europa , tiene estigmas d grandes músicos pero también formación d conservatorio.
Estimado señores González y de Lorenzo, lamento decirles que ni Juanito ni Santillana fueron canteranos, uno jugaba en el Burgos y otro en el Rácing antes de ser fichados por el Real Madrid, así que su envolvente para traer a la palestra la cantinela canteranista se inicia con una falsa premisa. Qué pesadez, por Dios.
En fin, es tan grande Quique que hasta le paso por alto sus paparruchadas guardiolistas. Volveré a poner Palomas en la Quinta y a otra cosa.
Es más, Juanito antes irse al Burgos era jugador del Atlético de Madrid…
Quien no lo conozca que busque por youtube el concierto de Radio3 con los Taxidrivers.
A mí me enganchó ahí y ya no me soltó. Ese concierto me parece una perla de la música y la televisión contemporánea.
curioso: el mundo de la música está repleto de «artistas» y «creativos» que se vanaglorian de haber estudiado cualquier cosa EXCEPTO música y que, si ejercieran de arquitectos, médicos o registradores de la propiedad, estarían delante de un juez por intrusismo profesional. No aspiro a esa aberración… pero tampoco acepto que se pueda ser músico en el siglo XXI sin unos conocimientos profundos de la música de siglos y siglos anteriores. Seguro que Picasso y Giacometti conocían lo que habían hecho Giotto o Turner. Seguro que Foster conoce perfectamente lo que hicieron Le Corbusier y Brunelleschi. ¿Conocen perfectamente ciertos «compositores» actuales lo que hicieron Bartok, Monteverdi, Josquin, Ellington, Gershwin, Prokofiev o Haydn?
Algunos aquí no son capaces de entender lo que leen.
Habla mejor que bien de los músicos más técnicos, simplemente pone en valor otras cosas a parte de la técnica. ¿Dónde está el problema?
Algunos vivís para juzgar lo que leeis desde un punto de vista totalmente parcial. Que amargados, la virgen.
Por lo demás, buena entrevista. Creo que sería mejor para una entrevista grabada (por el tono de «conversación coloquial» que tiene), pero nada mal.
Sastamente.
Lo mas sensato que he leído por aquí en tiempo. Bravo
Lo que dice Quique Gonzalez, dandole mas importancia en una cancion a la letra que a la melodia/musica es una falacia. Pero claro, siendo cantautor y tal vez no ser un adalid de la composicion melodica, es normal que diga eso, pero no se lo cree nadie. Un gran letra con una melodia mediocre no va a enganchar a nadie, sin embargo al reves si, y sino os mirais las letras de los Ramones y me explicais si su exito fue a causa de las letras.
Recuerdo que compré «Pájaros mojados» tras leerle una entrevista en Efe Eme en la que me pareció honesto e interesante. Luego, descubrí su talento. Y me alegra ver que mantiene la honestidad y el interés.
Gracias, Quique
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Pues si, por eso tienen tanta importancia Los Planetas. ¿Escuchaste la gran melodía de Un buen día? Sus melodías son maravillosas, o ¿es por sus letras? Evidentemente hay ejemplos de todos los tipos, pero cuando tu o yo compongamos una canción lo sabremos. Lo demás es hablar por hablar.
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«(…) porque ahora me veo capacitado para hacer cosas para las que antes no me veía.» Qué gran oportunidad perdió el entrevistador para seguir ahondando en esta idea pasando de repente a otro tema.
Si Quique González tiene 39 años y nació en 1973 no me salen las cuentas
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